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Ya hemos visto una cronología muy escueta del origen del Romanticismo. ¿Pero cuándo
empieza como tal el movimiento? Pues bien, como decíamos, anteriormente los
pensamientos culturales de la sociedad europea se regían por tendencias basadas en la
Ilustración y, como consecuencia artística, del Neoclasicismo. En estas vertientes del
pensamiento se centraban exclusivamente en aspectos naturales y científicos, dejando de
lado todo lo demás. Es decir, buscaban el conocimiento y la sabiduría para combatir los
pensamientos que, para ellos, conducían a la ignorancia.
Es en ese preciso momento, entre finales del siglo XVIII y principios del XIX, cuando nace
en Reino Unido y Alemania una corriente artística que pretendía alejarse, a modo de
revolución, de lo establecido en el Neoclasicismo. Es así como nace lo que hoy conocemos
como Romanticismo.
Nos encontramos, entonces, en una época convulsa donde la burguesía estaba en pleno
auge. Los ideales de la Ilustración condujeron a la Revolución Francesa como reacción a lo
que les resultaba incompatible con lo que ellos pensaban y promovían. Por ello, se puede
decir que el Romanticismo es una reacción a la reacción, no por ello más pacifista tampoco.
Sin embargo, este nuevo movimiento trata de alejarse de lo natural y tangible y busca
centrarse más en los sentimientos, característica que desarrollaremos más adelante.
Es por ello por lo que resulta relevante conocer y comprender estos movimientos para saber
quiénes éramos, quiénes somos ahora y quiénes podremos ser en el futuro. Entre todos
estos movimientos artísticos nos topamos con el Romanticismo, uno de los más
importantes. Por ello, en unProfesor vamos a desarrollar un artículo hablando del origen del
Romanticismo. ¿Nos acompañas?
¿Y qué tiene todo esto que ver con el Romanticismo? Pues bien, el origen del
Romanticismo lo debemos entender como una reacción directa a los cánones artísticos del
Neoclasicismo y, por tanto, de la Ilustración.
Es en ese preciso momento, entre finales del siglo XVIII y principios del XIX, cuando nace
en Reino Unido y Alemania una corriente artística que pretendía alejarse, a modo de
revolución, de lo establecido en el Neoclasicismo. Es así como nace lo que hoy conocemos
como Romanticismo.
Nos encontramos, entonces, en una época convulsa donde la burguesía estaba en pleno
auge. Los ideales de la Ilustración condujeron a la Revolución Francesa como reacción a lo
que les resultaba incompatible con lo que ellos pensaban y promovían. Por ello, se puede
decir que el Romanticismo es una reacción a la reacción, no por ello más pacifista tampoco.
Sin embargo, este nuevo movimiento trata de alejarse de lo natural y tangible y busca
centrarse más en los sentimientos, característica que desarrollaremos más adelante.
De ellos se destaca la obra conjunta conocida como Lyrical Ballads, with a Few Other
Poems (Baladas líricas y otros poemas). Aquí los autores escapan de lo concebido en los
cánones neoclasicistas y se acercan más al mundo sentimental, sirviendo como pistoletazo
de salida a un nuevo movimiento que hoy conocemos como Romanticismo. Sin embargo,
aunque consideramos estos poemas clave en su inicio, algunos estudiosos consideran que
esta obra fue publicada unos diez años más tarde de que el movimiento romántico
encontrara su origen.