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Perspectiva instrumental
IV.2.1. La tarea. Desde el enfoque ecológico: Componentes, tipos, subestructuras, niveles. Tarea y actividad.
Desde la multirreferencialidad teórica: la tarea como construcción de sentido. Dimensiones de análisis de la
tarea. La actividad. Desde enfoques pluridisciplinarios: las teorías de la actividad.
Bibliografía obligatoria
IV.2.1. MAZZA, D.: La tarea en la universidad. Cuatro estudios clínicos. Buenos Aires, EUDEBA,
2013. Introducción y Cap. I, punto 2.1.
DOYLE, W.: Los procesos del curriculum en la enseñanza efectiva y responsable.
Revista del I.I.C.E., Nº 6, Año IV, 1995. También en Ficha de Cátedra, OPFyL, 1998.
ZARZAR CHARUR, C.: Grupos de aprendizaje. México, Nueva Imagen, 1988. Introducción y
Cap. I. (págs. 65 a 107 y 113 a 147). Donde se retoman conceptos de la teoría de E. Pichon
Rivière).
PICHON RIVIERE, Enrique (1969) Estructura de una escuela destinada a la formación de
psicólogos sociales. Revista Argentina de Psicología, Año I, nº 2, 1969. Editado además en
PICHON RIVIERE, E. (1971) Del Psicoanálisis a la Psicología Social. Buenos Aires. Galerna,
págs. 149-159.
IV.2.2 EDWARDS, V.: Las formas del conocimiento en el aula. En ROCKWELL, E., La escuela
cotidiana. México. Fondo de Cultura Económica, 1997. Cap. 5 (págs. 145-172).
AVILA, A.: El maestro y el contrato en la teoría brousseauniana. Educación Matemática. Vol.
13. Número 3. Dic. 2001. Ed. Iberoamérica, pp. 5-21.
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Didáctica II – Guías teóricas MODULO Nº 2
Perspectiva instrumental
Bibliografía optativa
IV.2.1. DOYLE, W: Trabajo Académico. Traducción de la cátedra del artículo aparecido en T.M.
Tomilson & H. J. Walberg, “Academic work and educational excellence: Raising student
productivity. Berkeley: McCutchan, 1986. En Ficha de Cátedra, Aportes Teóricos, OPFyL,
1998.
MAZZA, D: El análisis de la actividad. Desarrollos teóricos actuales. En Ficha de Cátedra,
OPFyL, 2007.
MAZZA, D.: La producción de conocimiento en situación grupal. Documentos de Trabajo 1.
IICE-F.F.y L., 1993. Reedición por OPFyL en Ficha de Cátedra, 1998.
IV.2.2 CANDELA, A.: Transformaciones del conocimiento científico en el aula. En Op. Cit., Cap. 6
(págs. 173-197).
CHEVALLARD, Y.: La transposición didáctica. Del saber sabio al saber enseñado.
Aique, Bs. As., 1997. Prefacio, Introducción y Caps. 1, 2, 3, 4, 5.
BROUSSEAU, G.: Iniciación al estudio de la teoría de las situaciones didácticas. Libros del
Zorzal, Bs. As, 2007 Introducción y Cap. B.
Se recupera el concepto de instrumento para dar cuenta del significado de la perspectiva instrumental.
El concepto de instrumento recupera el sentido de fin. Se trata de la creación de un instrumento o herramienta -
material o intelectual- para el logro de un hacer, situada en un tiempo y espacio determinado y por tanto con un
sentido social, es decir respondiendo a necesidades histórico-sociales.
Se recuperan los sentidos de “técnica” y “estrategia”1. La técnica vinculada al hacer, apoyada en principios y
leyes de la ciencia de las cuales deriva. Desde una concepción de ciencia positivista donde la acción es
aplicación de la teoría, es un conjunto de reglas a aplicar. Es la aplicación de algo. Aplicable tal como ha sido
diseñado.
La estrategia en cambio implica un modo cualitativamente distinto de pensar la acción. Ya no estamos frente a
una línea de acción preestablecida sino frente a un pensamiento que trabaja desde alternativas varias, posibles,
que se combinan en función de la situación misma de enseñanza, del campo tal como se presenta en un aquí y
ahora.
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Desarrollados en el MÓDULO Nº 1.
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Perspectiva instrumental
Retomamos la idea de “perspectiva”: punto de mira o vértice desde el cual se está abordando el objeto. Distintas
perspectivas permiten miradas complementarias y heterogéneas. Desde la perspectiva instrumental pondremos
en visibilidad la vida del trabajo y del conocimiento en la clase.
La vida instrumental de la clase se vincula con lo que sucede dentro de ella en relación con el trabajo, con la
producción, con las estrategias de enseñanza, con la evaluación y con la tarea que termina siendo configurada.
Se analiza lo que sucede con el conocimiento que allí se construye. La tarea es articuladora del conocimiento y
del esquema didáctico del docente.
En relación con el concepto de tarea, en esta clase trataremos tres enfoques teóricos diferentes: el enfoque
ecológico de W. Doyle, los aportes de Enrique Pichon Rivière, que ya nos permitirá articular esta perspectiva
instrumental con otra, más profunda, como es la perspectiva psíquica. Esto nos pone frente al hecho de que
existen planteos teóricos que en sí mismos ya están suponiendo articulaciones teóricas de distinta naturaleza.
Otro planteo sobre la tarea, también articulador de perspectivas teóricas, es el de Diana Mazza, sobre el que
introduciremos algunas ideas.
A continuación de este desarrollo trabajaremos sobre el problema del conocimiento desde enfoques teóricos
también diferentes: los estudios que utilizan una perspectiva etnográfica para dar cuenta del problema del
conocimiento, como los trabajos de Verónica Edwards y de Antonia Candela. Ambos pertenecen al libro de
Elsie Rockwell “La escuela cotidiana”. En segundo lugar veremos una teoría proveniente de la Didáctica de las
matemáticas como es la Teoría de la Transposición Didáctica de Ives Chevallard y trabajaremos especialmente
el concepto de contrato didáctico de Brousseau2.
Dado que Mazza construye su concepto de tarea en parte sobre la teoría de Walter Doyle, incorporamos como
bibliografía un texto en el que reconstruye su obra y lo sumamos a un texto de Doyle sobre curriculum (“Los
procesos del curriculum en la enseñanza efectiva y responsable”).
Antes de comenzar, recuperaremos algunas cuestiones sobre el enfoque comprensivo, que será de utilidad, tanto
para el análisis de la tarea como para comprender los trabajos de Candela y de Edwards. Frente a dos modelos
de acercamiento a la realidad, positivista y fenomenológico, estas autoras están más ligadas a este último, más
ligadas por su opción por lo cualitativo, a lo etnográfico, por sus observaciones en situación natural, de carácter
minucioso, registros abiertos que captan la complejidad del fenómeno, sin categorías previas de observación, en
un proceso en el que el análisis es posterior al dato. En este mismo tipo de abordaje metodológico encontramos
a Walter Doyle.3
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A través de un artículo de Alicia Avila.
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Sugerimos en este punto retomar el carácter de los estudios de tipo comprensivo o hermenéutico desarrollados
en el MÓDULO Nº 1.
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Derivan de este enfoque Fenomenológico dos corrientes de investigación: el Interaccionismo simbólico (Cooly,
Dewey, Mead) y la Etnometodología (Mehan y Wood, Jackson).
Rasgos del Interaccionismo simbólico: importancia primordial a los significados sociales que las personas
asignan al mundo; los significados son productos sociales que surgen de la interacción; los actores sociales
asignan significados a situaciones, personas, cosas y a sí mismos a través de un proceso de interpretación;
interés por el análisis de las situaciones de interacción cara a cara.
Rasgos de la Etnometodología: su objeto de estudio es cómo las personas mantienen un sentido de realidad
externa; preocupación por examinar los modos en que las personas aplican reglas culturales abstractas y
percepciones de sentido común a situaciones concretas.
Los estudios basados en enfoques fenomenológicos suponen por parte del investigador, realizar un doble
proceso interpretativo, una “doble hermenéutica”4, en el sentido de interpretar el sentido o la interpretación
que los actores dan a la situación en la que se encuentran.
Se trata de una descripción e interpretación exhaustiva de los fenómenos objeto de estudio. Se propone
presentar el fenómeno en toda la riqueza de sus detalles e implicaciones, abarcando sus relaciones contextuales
y sus diferentes niveles de significado. Da cuenta del carácter interpretativo, detallado y en profundidad de la
versión antropológica de una circunstancia particular. “Busca interpretar lo observado para rendir cuenta del
discurso social, “rescatar lo dicho” de sus ocasiones perecederas y fijarlo en términos permanentes”. Su objetivo
es poner en palabras una propia versión de lo observado adentrándose en los significados.
Nosotros les sugerimos, como comienzo del análisis, realizar una descripción de la clase que se aproxime a este
sentido de “descripción densa”. Descripción en la que ustedes puedan capturar significados que interpretan
como propios de los actores de la situación de enseñanza. Este ejercicio tiene por objeto poder acceder a la
densidad simbólica de las situaciones en análisis, captando el significado que los distintos actores atribuyen a
eso que está sucediendo.
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El concepto de “doble hermenéutica” ha sido introducido por Anthony Giddens en “Las nuevas reglas del
método sociológico”.
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Ya pensando en un enfoque clínico, este ejercicio constituye además, una herramienta privilegiada para el
análisis de la propia implicación de las situaciones de enseñanza, ya que en esa “atribución de sentido” se pone
de manifiesto la posición peculiar de un analista.
Doyle recupera de P. Jackson los rasgos que éste enuncia del medioambiente:
Multidimensionalidad
Simultaneidad
Inmediatez
Impredictibilidad
Historicidad
Publicidad
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Sobre las características del programa de investigación de la Ecología del aula consultar el capítulo de
SCHULMAN en WITTROCK, M.C., “La investigación en la enseñanza” (visto en el MÓDULO Nº 1).
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En sus trabajos podemos encontrar tres líneas o preocupaciones que van tomando distinto énfasis según las
producciones:
Cuestiones epistemológicas y de enfoque.
El problema del “management” o conducción de la clase, los problemas vinculados a la gestión o
administración de los sucesos del aula. Aparece con fuerza en estos textos el concepto de actividad.
El problema curricular. La preocupación se centra en este caso en los procesos de aprendizaje que llevan
a cabo los alumnos a partir de su participación en el trabajo académico.
Metodológicamente utiliza en sus investigaciones modos de abordaje de tipo naturalístico: registros detallados,
observación en situación natural, que capte la complejidad del fenómeno; sin categorías previas de observación.
Doyle aborda el análisis de las clases a través de registros muy detallados, abiertos, densos. Segmenta los
registros y da significado a las tareas tal como éstas se van configurando.
Doyle define a la tarea como “estructuras situacionales que dirigen el pensamiento y la acción de los
alumnos”. Desde esta perspectiva se busca caracterizar a los ambientes de clase. Se interesa por desentrañar el
“medioambiente” de clase. La tarea no es simplemente “el trabajo dado” a los alumnos (sentido comúnmente
otorgado en la vida de la escuela) sino que pasa aquí a ser una noción que tiene un carácter ambiental, de mayor
nivel de complejidad. Se trata de un concepto más abstracto del cual no hay indicios empíricos directos. Es una
construcción, una hipótesis que refiere a significados más o menos compartidos acerca de aquello que se
espera que los alumnos realicen, dirigiendo su modo de pensar y de actuar.
Hay dos rasgos importantes de la definición de tarea presentada por Doyle. Por un lado, su carácter
situacional: este sentido tiene su raíz en la mirada ecológica. La clase es entendida como “nicho ecológico”.
Los significados presentes son construidos en ese nicho. Los protagonistas aprenden a pensar y actuar en ese
nicho ecológico. Por otra parte, su carácter interpretativo: se recupera aquí el sentido de “doble
hermenéutica”6. El concepto de tarea involucra una doble interpretación: la de los actores o protagonistas que
aprenden a interpretar los rasgos del medio ambiente, y la del analista u observador externo que interpreta esas
interpretaciones. Formular una hipótesis desde este enfoque supone poder dar sentido a lo que docentes y
alumnos están interpretando y actuando. Al analizar una clase se debe retomar la descripción de lo que sucede,
“ponerse en la piel” de los actores y hacerse la pregunta: “¿Qué es lo que se le demanda a los alumnos en esta
clase?”.
La tarea nos remite a la complejidad de lo que sucede en el aula (las preguntas de los alumnos, las dificultades y
obstáculos que se presentan, etc.). Aquello que era pensado en la mente del docente como demanda de
procesamiento cognitivo a los alumnos, puede terminar convirtiéndose en otra cosa, haciendo que el docente
deba re-ordenar el curso de acción, es por ello que la tarea sufre transformaciones a lo largo de una clase. La
tarea no es sólo lo que el docente pensó para esa clase, sino la complejidad de lo que va sucediendo en el
entramado de la clase. Y en tanto el medioambiente es complejo, también los alumnos deben generar
“competencias situacionales” que les permitan “leer” el medioambiente y llevar adelante con éxito el trabajo
académico.
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Aunque no sea éste un concepto mencionado particularmente por Doyle (sí el de “interpretación”) es una
característica metodológica que podemos identificar en su construcción teórica.
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La tarea es, en última instancia, una hipótesis construida por quien interpreta ese medioambiente, pudiendo
distinguirse diferentes “niveles”:
la tarea tal como la concibe el docente en su mente,
la tarea tal como es interpretada por los alumnos,
la tarea tal como parece ser negociada en ese medioambiente, y
la tarea tal como podría ser interpretada por un observador externo.
No hay una única tarea, sino que hay una multiplicidad de tareas porque hay diversidad de interpretaciones. Por
eso es importante no perder de vista el sentido de “estructura situacional” del concepto de tarea (acorde con la
ubicación teórico-epistemológica de Doyle) ya que el sentido del concepto permite abrir la puerta a que cada
analista construya su propia tipología de tareas, captando cómo la tarea fluctúa en distintos momentos, cómo se
construye y se reconstruye, se define y se redefine.
La tarea académica se define por las demandas de aprendizaje (explícitas o no), presentes en el medioambiente
de la clase, de tipo tanto cognitivo como social. Los alumnos aprenden a “leer” los indicadores presentes en el
medioambiente de clase que les permitan resolver con éxito las tareas académicas. De acuerdo con estas
demandas se distinguen distintos tipos de tareas, pudiendo ser de:
Memoria, en las que se espera que los estudiantes reconozcan o reproduzcan información previamente
encontrada (por ejemplo, memorizar una lista de palabras pronunciadas o versos de un poema).
Rutina o procedimiento, en la que se espera que apliquen de modo algorítmico (reiterativo) formulas
estandarizadas para generar un producto.
Comprensión, en la que se ponen en juego procesos cognitivos de nivel superior. Supone la
combinación, de modo nuevo y original, de conocimientos provenientes de diversas fuentes para dar
solución a interrogantes o problemas. No hay en este caso soluciones definidas previamente.
Doyle incluye en algunos de sus trabajos un cuarto tipo de tarea a la que denomina de “opinión”, en la
que se espera que los estudiantes expresen o manifiesten una preferencia por algo (por ejemplo,
seleccionar un cuento favorito).
Es posible desde una mirada crítica frente a la teoría cuestionar el que esta tipología elaborada recupere poco el
sentido ecológico que la noción de tarea intenta capturar. El fuerte peso en ella de las teorías de procesamiento
de la información de alguna manera “cierra” el sentido de apertura y el carácter “situacional” de tarea al que
hacíamos referencia.
Doyle plantea además otro concepto, el de “actividad”, sobre todo en aquellos trabajos más centrados sobre el
problema de la administración y gestión de la clase. Este concepto difiere del de tarea, en la medida en que
“actividad” tiene carácter más descriptivo: Doyle la define como “segmentos identificables del tiempo de la
clase”. Dicha identificación puede estar dada por un cambio en la distribución espacial, en la consigna dada por
el docente, en la forma de trabajo, etc. El concepto de actividad es utilizado por Doyle para segmentar el
registro de acuerdo a lo que se va haciendo en la clase, por lo tanto podríamos considerarlo como un criterio de
segmentación para el análisis, muy próximo a los datos, identificando “segmentos del tiempo de la clase”. Pero
en este concepto no está presente la idea de “demanda de aprendizaje” que define a una tarea. Distintas
actividades pueden llevar al logro de una misma tarea e, inversamente, una misma actividad puede comportar en
su desarrollo diferentes tareas académicas (en la medida en que las demandas de aprendizaje son diferentes).
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Podría hacerse también aquí un señalamiento sobre una tensión interna a la teoría y preguntarnos ¿en qué
medida mantener estas dos categorías “Tarea” y “Actividad” no supone una dualidad que no termina de
resolverse completamente? El sostenimiento de ambas categorías de alguna manera coloca a Doyle en medio de
dos epistemologías distintas: la curricular cognitiva (más presente en el concepto de tarea y sus tipos) y la
etnográfica interpretativa (de la que “actividad” parece ser más claramente heredera). Su intento es el de
conciliar de alguna manera ambas miradas. Esta articulación se logra con mayor éxito al considerar las dos
subestructuras de la tarea:
La primera hace referencia al “vector de trabajo académico”, vinculado con los fenómenos propios del
aprendizaje. Se trata de un vector instruccional. La segunda hace referencia al “vector de participación social”,
vinculado con los fenómenos propios de la situación de interacción social. El docente opera (con mayor o
menor énfasis relativo) en ambas subestructuras, de ahí la complejidad de llevar adelante el “management de la
clase”. La tarea articula ambas subesctructuras, separables en el análisis pero articuladas en el medioambiente
de la clase.
Es importante no perder de vista el carácter dinámico que la instrucción adquiere en el medioambiente de clase,
pudiendo analizarse así las fluctuaciones, los desplazamientos, entre ambas modalidades. La modalidad de
instrucción tiene relación con la demanda de aprendizaje. Esta es una idea interesante para nuestros análisis, en
la medida en que el tipo de instrucción va contribuyendo a crear demandas de aprendizaje de cierto tipo.
Otra diferenciación vinculada al tipo de trabajo académico en el aula, radica en el trabajo nuevo Vs. trabajo
familiar. Este último es predecible, está vinculado a rutinas y es altamente estandarizado. El trabajo nuevo, en
cambio, supone una combinación de operaciones que no han sido especificadas de antemano, por lo cual la
predictibilidad es baja, dándose mayor ambigüedad sobre los productos y mayor riesgo de perder el objetivo.
Mientras que el trabajo familiar difícilmente promueva procesos cognitivos de nivel superior, el trabajo nuevo sí
implica demandas cognitivas altas. Al igual que en los tipos de instrucción, uno y otro tipo de trabajo suponen
diferencias importantes en el flujo de participación social (rápido, calmo y bien ordenado en el trabajo familiar;
más lento y con baches en el trabajo nuevo).
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Las “competencias situacionales” tienen que ver con cómo el alumno puede actuar frente a la
impredictibilidad del medioambiente de clase, o sobre cómo enfrentar los riesgos que la clase presenta. Si en la
clase predomina la instrucción directa y el orden se regula con trabajo familiar para los alumnos, es menor el
riesgo. El medioambiente es menos incierto y es mayor el orden en la clase. Si, en cambio, la instrucción es
indirecta, el riesgo es mayor, por lo tanto la incertidumbre también, produciéndose mayor desorden en la clase.
Doyle plantea que para lograr mayor orden en las clases los docentes suelen desarrollar estrategias que son
vaciadoras del curriculum. Al reducir la complejidad del medioambiente, frecuentemente se reducen también la
complejidad de las tareas que se terminan configurando.
Este vaciamiento del curriculum se puede dar según Doyle a través de distintas vías:
Conducción prevaciadora o anticipatoria del curriculum. Se sostiene un sistema ordenado. El dictado de
pautas permite anticipar la naturaleza del trabajo reduciendo su complejidad.
Manipulación del sistema de puntaje. Ya que toda actividad en el medioambiente conlleva una
calificación en base a un sistema de puntajes, el docente puede cambiar el peso o la ponderación relativa
de algunas tareas dentro del total.
Familiarización del contenido. Los contenidos nuevos son segmentados en partes más simples,
reduciendo la complejidad de los mismos y haciendo así que los alumnos se enfrenten con versiones
simplificadas del contenido.
Sobre el Curriculum
a) El curriculum abstracto o ideal. Se trata de los ideales y - La relación que establece el autor
expectativas que existen en una sociedad, y de las formas y entre curriculum y tarea.
procedimientos de la educación como respuesta a esos ideales – - Los rasgos del “trabajo familiar” y
aquellos que supuestamente el medio social está demandando-. Es “trabajo nuevo”.
una concepción o paradigma tácito que da cuenta de un
entendimiento social compartido. Se trata del curriculum que se
halla en la intersección entre la escuela y la sociedad.
b) El curriculum analítico. Constituye una teoría del contenido. Es
una elaboración de la naturaleza fundamental del contenido y cómo debe ser representado a los niños en los
diferentes niveles. Este curriculum traduce políticas curriculares en instrumentos que son usados en el
curriculum actual.
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En el ámbito de la clase, el curriculum toma la forma de los eventos experimentados en clase. En este sentido,
aparece como una colección de tareas académicas efectivamente vividas en clase. Dicho de otro modo, las
clases constituyen el contexto donde los estudiantes encuentran eventos curriculares.
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establecer una distancia óptima con el grupo. Ya pensando en posibles situaciones de análisis ¿Puede el docente
hacerse cargo de lo que pasa emocionalmente, elaborarlo y devolverlo a la clase transformado?2
2
Es preciso, en este punto, vincular lo planteado con el concepto de rêverie de Melanie Klein, no retomado
específicamente por Pichon Rivière pero sí por Wilfred Bion. ‘Rêverie’ significa “ensoñación”, es decir la
capacidad de la madre de interpretar la necesidad del bebé, “ponerle un nombre”, procesarlo en su propio
psiquismo conteniendo la agresión que es proyectada, metabolizarla y devolverla transformada. ‘Rêverie’ da
cuenta de ese proceso por el cual la madre se puede conectar con el psiquismo inconsciente del bebé, y crear las
condiciones para que éste se constituya como sujeto. Volveremos sobre esto al tratar el enfoque psicoanalítico
en el MÓDULO 3.
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La entrada del grupo en tarea se hace posible cuando se elabora el denominado ECRO del grupo: esquema
conceptual, referencial y operativo. Es el conjunto de significados que se irá estructurando a partir de la
integración de esquemas particulares. La tarea surge a partir de la construcción de esa matriz de comunicación
común.
No hay que perder de vista que, en buena medida, la Teoría de los Grupos Operativos de Pichon Rivière
constituye un modelo de trabajo con grupos. Nosotros en el análisis de nuestras clases utilizamos como
herramientas algunos conceptos que hacen visibles fenómenos específicos (como es el caso de este concepto de
tarea). Esto no implica esperar que en las clases escolares se den modos de funcionamiento que se correspondan
con las características del dispositivo o modelo teórico. Algo similar podrá darse con algunos trabajos de
grupalistas que veamos en la perspectiva instrumental.
adoptando y su dinámica de transformación hacen visibles modos o estilos, en los protagonistas, de asumir esta
complejidad.
Esta idiosincrasia se manifiesta a través de la forma peculiar que adquieren en sus relaciones los componentes
de la tarea. Es la articulación específica que se va dando entre estos componentes, y su dinámica misma de
transformación, lo que daría cuenta de este sentido estilístico. Finalmente,
La tarea involucra la paradoja de lo construido-no construido, de lo definido-no definido.
La tarea, como construcción de sentido que se hace visible en el encuentro entre los actores, presenta carácter
paradojal. Paradojal por un lado, por el inacabamiento del proceso de construcción, por aquello que no termina
nunca de ser dicho ni acordado, por la persistencia de quiebres, de rupturas. “Sentido” y “sinsentido” (Deleuze,
2005) constituyen así dos caras del mismo proceso paradojal de producción de sentido.
Por otro, paradojal porque la tarea puede ser pensada como el entrecruzamiento de contextos de significado
(Bateson, 1998)7 que meta-definen los mensajes emitidos por los actores, generando paradojas a partir de la
convivencia de órdenes diferentes.
Lo paradojal es inherente a la tarea como construcción de sentido. El carácter creador de la tarea proviene de la
posibilidad de que la paradoja sea aceptada y tolerada.”8
7
Haremos referencia a la idea de paradoja cuando analicemos los mensajes paradojales desde la pragmática de
la comunicación, en la perspectiva social (MÓDULO Nº 3).
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MAZZA, D., La tarea en la Universidad. Cuatro estudios clínicos. Buenos Aires, EUDEBA, Introducción,
págs. 11-12.
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En los dos primeros tipos, la relación que el sujeto establece con el conocimiento es de exterioridad. El sujeto se
encuentra excluido/alienado/enajenado respecto de él. En el tercer tipo, la relación establecida es de
interioridad.
La posibilidad de apropiación / alienación en la relación establecida con el conocimiento es tal vez la clave para
comprender la especificidad de la mirada social de este planteo. Es importante en su lectura, no perder de vista
esta hipótesis central, sobre la posibilidad o no de apropiación del saber. En ciertos contextos de marginalidad
social la escuela deja por fuera del conocimiento a una cantidad de sujetos que no pueden apropiarse de él.
Antonia Candela, en un desarrollo similar, toma como objeto de estudio específico los laboratorios de ciencias.
Su análisis se centra en la relación entre:
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b. Es de interés para la Didáctica (referido a la Unidad 1 de nuestro programa) conocer las definiciones que dan
acerca de la misma. Brousseau en ¿Qué pueden aportar a los enseñantes los distintos enfoques de la Didácticas
de las Matemáticas? 10 plantea en la Parte 1 que Didáctica:
2. Didáctica es la preparación de lo que sirve para enseñar, el conjunto de técnicas útiles para enseñar y no el
acto mismo. Designa la invención, descripción, estudio, producción, difusión y control de nuevos medios. El
didacta es aquí el ingeniero o técnico. Es conocimiento del arte de enseñar: descripción y estudio de las
actividades didácticas que tienen por objeto la enseñanza en el marco de una disciplina científica de referencia.
La Didáctica se convierte en un campo de investigación de tipos de situaciones empleadas para enseñar; de
fenómenos que genera la comunicación del saber.
10
Ver sobre esto: Brousseau G.: ¿Qué pueden aportar a los enseñantes los diferentes enfoques de la didáctica de
las matemáticas? (Primera parte). Revista Enseñanza de las Ciencias, 1990, 8(3), 259-267.
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5. Una quinta acepción más reciente de Chevallard dice que lo didáctico es una dimensión de lo antropológico
(referida al hombre y a la cultura) que se refiere a cómo el hombre se relaciona con los objetos culturales o sea
los saberes. Los procesos transpositivos (didácticos e institucionales) son el resorte de la vida de los saberes que
organizan transferencias de saberes de unas instituciones a otras. La didáctica sería aquí una antropología
didáctica de los saberes.
Es la cuarta definición la que Brousseau toma para la Didáctica de la Matemática, siendo la tercera la que
plantea el tema de la Ingeniería Didáctica dentro de la teoría.
La Didáctica de la Matemática debe ser objeto de investigación de los matemáticos y formar parte de las
responsabilidades de su comunidad. La transposición didáctica es uno de los componentes fundamentales de la
actividad de los matemáticos.
Recordemos que la Didáctica de la Matemática estudia la enseñanza de esta disciplina, las actividades, técnicas
que tienen por objeto la enseñanza en lo que tienen de específico de la matemática: el comportamiento
cognitivo del alumno, los tipos de situaciones utilizados, los fenómenos que genera la comunicación. Es por ello
una teoría fundamental de la comunicación de conocimientos matemáticos y sus transformaciones. Es una
relación de ciencia a técnica y no de prescripción a reproducción.
Brousseau expresa que la transposición didáctica se refiere a la presentación axiomática del conocimiento que
encubre el verdadero funcionamiento de la ciencia pero que también tiene virtudes científicas si es adaptada a la
enseñanza y permite definir objetos con ayuda de nociones teóricas.
La presentación axiomática aísla nociones y propiedades del conjunto y de su origen, sentido, motivación y
empleo. Las transpone al contexto escolar y debe ser puesta en vigilancia.
En la TD se hacen presentes tres espacios, tres subsistemas dentro de una relación ternaria. La relación ternaria
se encuentra constituida por: el saber, el alumno, el docente. Los tres subsistemas y sus relaciones conforman el
sistema didáctico. Se trata del/de los sistema/s didáctico/s que aparecen cada año al inicio del año lectivo
alrededor de un programa.
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Existe una fuerte tensión entre el mundo de afuera y el de adentro. Se considera que el sistema didáctico es
autárquico. Hay una ilusión de transparencia entre los que se exige de afuera y lo que pasa dentro.
¿Qué es lo que aparece como enseñanza de conocimiento en el Sistema Didáctico? Para responder es necesario
diferenciar: conocimiento erudito, conocimiento enseñado y conocimiento a enseñar. Detrás de un objeto de
conocimiento de enseñanza hay un conocimiento erudito, sabio, científico.
En la realidad escolar y docente se da una ficción de identidad o de conformidad por la cual la pregunta y la
adecuación no se deben plantear. La pregunta pone en revelación las transformaciones del conocimiento en la
enseñanza. Se tiende a negar, olvidar las diferencias entre esos conocimientos y se hace una ficción de
conformidad. Se da un “cierre de la conciencia didáctica” en este sentido.
Pero la pregunta es necesario mantenerla tanto desde una mirada epistemológica como didáctica. Es ella la que
da lugar a la teoría de la TD.
Al mismo tiempo se plantea la oposición entre una conciencia didáctica cerrada en los docentes y la apertura del
sistema didáctico, en tanto este debe ser compatible con el entorno y goza de una autonomía relativa. Hay una
ilusión acerca de que lo que se sabe en la comunidad científica es lo que se sabe en la escuela. El conocimiento
enseñado vive “una dulce autarquía” protegido por el cierre de la conciencia didáctica.
La TD es el pasaje del conocimiento erudito al enseñado, “es el tratamiento didáctico del conocimiento”. Es la
transformación que se produce en el pasaje, desde el “conocimiento erudito” (tal como se produce en la
comunidad científica) pasando por el “conocimiento a enseñar” (tal como lo piensa el docente) hasta llegar al
“conocimiento enseñado” (lo que específicamente aprenden los alumnos). Se plantea el buen uso de la
epistemología en la didáctica para mantener la vigilancia epistemológica necesaria. Estudia las transposiciones
realizadas y busca buenas transposiciones didácticas, aquellas que no deforman el conocimiento erudito, que no
lo transforman en otra cosa, no lo desnaturalizan.
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Hay entonces dos regímenes uno erudito y otro didáctico, cada uno con sus propias reglas y propiedades. Pero
también está el conocimiento social (banal) con el cual también el conocimiento enseñado mantiene una
distancia, una posición, una diferencia en el tiempo, etc.
La transposición entonces debiera ser entendida en las tensiones entre esos distintos regímenes, sus lógicas
propias, los niveles institucionales en que se deciden y surgen (la sociedad, la noosfera o administración, la
escuela y el aula). Se origina en la distancia entre ellos y estudia las relaciones desde una dimensión
epistemológica (para cuidar, vigilar el conocimiento que se comunica) y didáctica (para adaptar el conocimiento
a las situaciones de enseñanza). Se trata de estudiar modificaciones no como algo estático ni dado de una vez, y
de estudiarlo -en esta teoría- desde una perspectiva sistémica (sistema abierto, relaciones, conciencia cerrada,
etc.).
La transposición no es algo negativo, es necesario hacer modificaciones para enseñar pero éstas deben mantener
una vigilancia epistemológica, hay una legitimidad en las transformaciones en la enseñanza, ello es lo
específicamente didáctico y lo que da lugar en el docente y en el sistema a crear transposiciones satisfactorias,
que no desnaturalicen el objeto de conocimiento erudito.
En esta transformación la noosfera es lo que está entre el medio social y el sistema de enseñanza, tiene un rol de
conexión, amortiguador de conflictos, allí se manipula el conocimiento para decidir el conocimiento a enseñar.
Es el círculo de los puestos de avanzada en el funcionamiento didáctico, allí se negocia y se piensa el
funcionamiento didáctico, participan los decisores, políticos, administradores, expertos, etc. que toman las
decisiones. Entonces está el medio social-laico, el sistema de enseñanza, el sistema didáctico en sentido estricto
y la noosfera entre el sistema de enseñanza y el medio social.
Puede decirse también que intermedia con el sistema erudito- científico y manipula con quién, qué, etc. consulta
y por lo tanto entre otras cosas qué decisiones consulta y con quiénes. Allí está el lugar claramente político de la
noosfera por ejemplo en las reformas curriculares que no puede confundirse con un lugar técnico que como tal
se esconde tras la neutralidad. Esta teoría ofrece herramientas para pensar lo educativo más allá de los aspectos
didácticos más específicos. Puede ser utilizada como herramienta para el análisis (en el sentido de analizador)
que ayude al esclarecimiento de lo real cotidiano entre nosotros.
El sistema didáctico debiera ser la actualización del proyecto social y allí la noosfera tiene un lugar central.
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Perspectiva instrumental
Ya en elaboraciones posteriores M. Artigue dice que ID significa tanto las producciones para la enseñanza
(basadas en investigación) como la metodología de investigación específica. Las producciones son las
realizaciones didácticas en secuencias de enseñanza o didácticas en clase y la metodología de investigación se
caracteriza por un esquema experimental basado en las realizaciones didácticas en clase o sea: la concepción,
realización, observación y análisis de secuencias de enseñanza. Utilizan el enfoque de análisis de casos con
validación interna basada en confrontar un análisis a priori y otro a posteriori. Desde la perspectiva sistémica
que utilizan consideran tres dimensiones: epistemológica (características del saber en juego); cognitiva
(características cognitivas del destinatario); didáctica (característica del funcionamiento del sistema de
enseñanza). La articulación de estas tres dimensiones permite la construcción del conocimiento didáctico.
Modelizar una situación de enseñanza es producir un juego específico del saber visualizado entre distintos
subsistemas: el sistema educativo, el sistema alumno, el medio, etc. La modelización tiene finalidades con
respecto al conocimiento y a la actividad de enseñanza.
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Perspectiva instrumental
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Ver sobre su teoría, en castellano, AVILA, Alicia, El maestro y el contrato en la teoría brousseauniana.
Educación Matemática. Vol. 13. Número 3. Dic. 2001. Ed. Iberoamérica, pp. 5-21. También puede consultarse
BROUSSEAU, Guy (2007) Iniciación al estudio de las situaciones didácticas. Buenos Aires. Libros del Zorzal.
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Perspectiva instrumental
Hay una cronogénesis (mirada diacrónica) en la relación docente-alumno, que plantea tiempos distintos
respecto al saber. El docente conduce el tiempo, sabe antes, anticipa el saber al alumno. Hay también un
proceso de envejecimiento del saber en la relación del saber enseñado con el científico o erudito y con el social.
El desgaste genera la incompatibilidad del sistema de enseñanza con el medio y el proyecto social.
1. Efecto Topaze: tomado de una novela de Marcel Pagnol donde Topaze, el maestro “sugiere” al alumno en un
dictado la respuesta correcta simulándola bajo códigos didácticos cada vez más visibles como pronunciar la “S”
final aunque no se pronuncia en francés, o sea que negocia para que el alumno logre la buena respuesta.
Así el docente toma a su cargo lo esencial del trabajo del alumno, sustituyéndolo. El docente frente a la
respuesta sugiere, anticipa la respuesta posible. Se produce una ilusión de aprehensión.
2. Efecto Jourdain: tomado de El Burgués Gentilhombre de Molière donde el maestro de filosofía revela a
Jourdain lo que son la prosa y las vocales.
Aquí el profesor admite reconocer indicios de un conocimiento erudito en comportamientos del alumno que
aparecen casual o trivialmente y así incita la respuesta correcta aunque el alumno no la haya logrado. Por
ejemplo, cuando el docente toma un ejemplo como si se tratara de la comprensión de una estructura.
3. Deslizamiento metacognitivo: cuando el docente toma sus propias explicaciones y medios heurísticos como
objetos de estudio, y reemplaza el conocimiento matemático mismo por ellos, así un medio de enseñanza se
transforma en objeto de enseñanza;
4. El uso abusivo de la analogía, cuando frente al fracaso del alumno el profesor da un problema parecido para
que los alumnos en lugar de enfrentarse al problema lo resuelvan por analogía.
Estos efectos son fenómenos observados en las situaciones de enseñanza, en ellas el docente cubre el espacio
que el alumno debe enfrentar solo para conocer matemática, poniendo en el sistema didáctico o juego entre
docente-alumno-conocimiento una suerte de “ayuda” que perturba el aprendizaje personal del alumno.
Para Brousseau el contrato es siempre implícito. ¿Cómo podríamos utilizar el concepto de contrato en nuestros
análisis de las clases? Puede ser que nuestros datos nos permitan ver algo del contrato, algún indicador de un
significado compartido. Por ejemplo, las situaciones rutinizadas nos permitirían hipotetizar algún tipo de
contrato, o de su rompimiento.
El saber es una asociación entre las buenas preguntas y las buenas respuestas. Es necesario un medio con
intención didáctica para inducir en el alumno los conocimientos culturales a adquirir. El maestro debe provocar
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Perspectiva instrumental
en el alumno los aprendizajes o adaptaciones deseadas seleccionando los problemas matemáticos a proponer.
Los problemas deben hacer actuar, reflexionar, hablar, evolucionar al alumno en su propio conocimiento.
Situación a-didáctica: es aquella considerada situación fundamental cuando el docente frente al problema
seleccionado que el alumno debe resolver se rehúsa a intervenir ofreciendo el conocimiento para dejar que el
alumno lo enfrente hasta que aparezca en él el conocimiento. Es una situación específica del saber en la que
desaparece la intervención docente y la intencionalidad de enseñar. El docente prepara y procura situaciones a-
didácticas que están al alcance del alumno para que éste avance en el conocimiento. Son situaciones a-
didácticas preparadas con fines didácticos en las que se abandonan los artificios didácticos para dejarle al
alumno la oportunidad del conocimiento personal y objetivo. Es una especie de ideal al que se trata de llegar.
Los efectos Topaze, Jourdain, etc., son evitaciones por parte del docente de dejar al alumno en la situación a-
didáctica ya que por el contrario se trata de cubrir, evitar el lugar necesario de enfrentamiento personal al saber,
al problema, etc.
Situación no didáctica: es la situación pedagógica no específica de un saber. No hay un saber en juego en esta
relación.
Situación didáctica: En la situación didáctica el docente comunica o no informaciones, pregunta, plantea, pone
en juego métodos de aprendizaje y heurísticos, el docente está en el juego de las interacciones, pero debe ayudar
a despojar la situación de los artificios didácticos para permitir que el alumno entre en la situación a-didáctica y
allí conozca en forma personal y objetiva. La situación a-didáctica es como un ideal cuando se está en la
situación didáctica.
El docente pone en escena la situación didáctica en el marco del contrato didáctico (en buena medida implícito e
hipotético) que se visualiza más en las rupturas o transgresiones dando lugar a nuevas negociaciones y contrato
didáctico según el estado de los saberes en juego. Para Brousseau el contrato está relacionado directamente a los
saberes en juego.
El trabajo de modelización es el de la creación y concepción de nuevas situaciones a-didácticas (las que se dan
cuando el docente no interviene) y didácticas (cuando el docente especifica, pauta, desarrolla).
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