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Título original en francés: Critique de la raison negre, Achille Mbembe
ISBN: 978-84-942364-4-0
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Achille Mbembe nació en Camerún en 1957, actualmente es profesor de Historia y Política
en la Universidad de Witwatersrand en Johannesburgo, en 1989 obtuvo un doctorado en
Historia en la Universidad de la Sorbona de París (1989) y un postdoctorado en Ciencias
Políticas en el Instituto de Estudios Políticos de París. Fue profesor adjunto de Historia en la
Universidad de Columbia en Nueva York, investigador asociado en el Instituto Brooking en
Washington, profesor asociado de Historia en la Universidad de Pennsylvania de 1992 a 1996 y
director ejecutivo del Consejo para el Desarrollo de Investigación en Ciencia Social de África en
Dakar, Mbembe también ha sido Profesor invitado en la Universidad de California, Berkeley en
2001 y en la Universidad de Yale en 2003.
Sus principales trabajos tratan sobre la historia africana, los estudios postcoloniales y la
ciencia política y social de África, ha publicado numerosos libros en el marco de las teorías
postcoloniales como La naissance du maquis dans le Sud Cameroun, On the Postcolony y Sortir
de la grande nuit, entre otros. Con su trabajo reabre el debate sobre las teorías postcoloniales,
convirtiéndose en un referente sobre teoría política y geopolítica de África.
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En Crítica de la razón negra, Achille Mbembe nos muestra unos momentos históricos en
los que no habían sido tomadas con suficiente consideración por la historiografía occidental
unas prácticas que llevaron a la generación y consolidación de unos conceptos sociales como
raza, racismo y racialidad que marcarían el acontecer de los siglos venideros. El desarrollo y la
influencia de estos conceptos como afirma Mbembe, no serán ajenos a nuestra vida actual, sus
formas nuevas seguirán operando en el presente, constituyendo y explicando gran parte de la
realidad de nuestras sociedades actuales.
Mbembe con esta obra muestra el origen del capitalismo, el nacimiento y desarrollo de un
proceso de acumulación que hasta la fecha no había tenido precedentes, esto originará que, al
comienzo de la Modernidad se construya desde Europa un sistema de prácticas que
convertirán al africano en una mercancía u objeto, en un ser humano privado de toda su
identidad como persona, incapaz de gobernarse a sí mismo y cuya propia condición justificará
su esclavitud. Estas prácticas crearán al mismo tiempo una doctrina de superioridad, basada en
una ficticia diferenciación racial que llegará hasta nuestros días, pero Mbembe no se detendrá
sólo en el análisis de lo que supuso la esclavitud y el colonialismo como forma de
sometimiento a las sociedades y regiones africanas, a través de este ensayo, el autor mostrará
como estas prácticas pasadas nunca desaparecieron, continuando y manifestándose bajo el
discurso de la libertad, la igualdad y la democracia, siendo amparadas en numerosas ocasiones
desde las instituciones actuales, ejercerán a través de la precariedad laboral, la explotación y la
deuda, una nueva forma de esclavitud ligada al capitalismo imperante.
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conductas colonialistas. El texto muestra como el imperialismo triunfará en el siglo XIX y
Europa ejercerá una autoridad despótica sobre el resto del mundo, donde la noción de raza
con todas sus consecuencias actuará como medio para articular las relaciones sociales y
políticas entre la metrópolis y la colonia y es en este punto donde Mbembe señala la paradoja,
al mismo tiempo que cuestiones como el liberalismo, los derechos humanos o la justicia social
se debaten en los parlamentos de los estados europeos, en las colonias se aplican los sistemas
raciales, sometiendo y deshumanizando a los seres humanos, como denunciaba Franz Fanon:
“Esta Europa que no deja de hablar del hombre al mismo tiempo que lo asesina por
dondequiera que lo encuentra”.
El texto sitúa la tercera y última parte en el periodo que abarca los siglos XX y XXI,
momento final de la descolonización, el apartheid y el comienzo de la pérdida de poder de
Europa como región dominante, este periodo coincidirá con la expansión global de los
mercados y la privatización del mundo que irá imponiéndose a través de las políticas
neoliberales que iniciarán los estados occidentales. Este desarrollo de los mercados y sus
consecuencias será para Mbembe una de las claves fundamentales para poder entender en
toda su dimensión la evolución del viejo capitalismo a lo largo del tiempo, el resultado de este
capitalismo será la aplicación de políticas neoliberales que provocarán nuevas formas de
segregación, deshumanización y explotación. De esta manera por primera vez en la historia, la
palabra negro con todas sus connotaciones incluidas ya no sólo hará referencia a las personas
de origen africano, la violencia del capital y el endeudamiento endémico de la sociedad
provocará que la nueva esclavitud obedezca a otras circunstancias, configurando lo que
Mbembe define como “el devenir negro del mundo”.
Achille Mbembe a través del análisis y la construcción acertada de nuestro pasado colonial,
nos ayuda a comprender nuestro presente, con esta reflexión sobre los crímenes del
colonialismo el autor, no se limita a describir unos hechos ocurridos en el pasado, sino que nos
muestra las consecuencias en el mundo actual del desarrollo de las mismas prácticas del
pasado, de cómo la raza con todas sus connotaciones seguirá operando en nuestro presente,
segregando, discriminado y utilizando la violencia como forma de expresión. Pero la gran
diferencia que se observa con respecto a momentos anteriores será que, estas prácticas de
dominación, control y extracción ya no sólo afectarán a sociedades negras o migrantes, a
minorías o mayorías, a europeos o a africanos, sino que estas consecuencias del sistema
capitalista siempre estarán al acecho para golpear independientemente de su origen a las
personas más vulnerables.
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legitimar unas prácticas económicas y despóticas, cuya finalidad siempre será la máxima
obtención de beneficios a costa del prójimo por la clase dominante. Y es aquí donde este
egoísmo económico sin límites provoca las mayores desigualdades sociales, egoísmo que no
sólo originará desigualad económica, sino que al mismo tiempo generará miedo social, temor
ante la incertidumbre y aprensión a la vulnerabilidad, fomentando así que los discursos
racistas entren en juego despertando el instinto de supervivencia de estas sociedades
temerosas. El miedo a que el migrante, a que el extranjero nos robe o se aproveche de nuestro
estado de bienestar o de nuestros derechos adquiridos, provoca que salgan a la superficie
viejas proclamas pasadas que desarrollarán un discurso racista actualizado, discurso ya
conocido que fomentará la reproducción de conductas y errores similares a los realizados en
nuestro pasado colonial.
Estamos ante un futuro incierto, todavía no se ha terminado con esta idea funesta y ficticia
de desigualdad racial, las connotaciones raciales son factores que estructuran a las sociedades
actuales, mientras no seamos capaces por completo de reconocer, restituir y reparar a
aquellos que sufrieron, no podremos comenzar a construir una conciencia común, ni liberar a
este mundo que nos pertenece a todos por igual de desigualdades y resentimientos, por todo
ello estamos condenados una y otra vez a reconstruir esta humanidad sin cesar.