Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
com
Tema 1
El Derecho Administrativo
ZANOBINI : «el Derecho administrativo es aquella parte del Derecho público que tiene
por objeto la organización, los medios y las formas de la actividad de las administraciones
públicas y las consiguientes relaciones jurídicas entre aquéllas y otros sujetos».
Las normas del Derecho privado que regulan la propiedad o las obligaciones y contratos
afectan a todos los sujetos jurídicos en general, sean personas físicas o jurídicas o
administraciones públicas.
La forma en que una norma administrativa tiene como sujeto Destinatario una
Administración Pública admite diversas variedades: En unos casos, la norma tiene destinatario
único y preferente a la Administración Pública, como las que regulan la organización
administrativa, cuya efectividad y aplicación no reclama la presencia de otro sujeto.
Por último, hay un tercer tipo de normas cuyos destinatarios más directos son los
particulares o administrados, pero que presuponen la presencia de la Administración como
garante de su efectividad : Son todas aquellas normas de intervención en las relaciones entre
particulares que la Administración no ha de cumplir, pero a la cual se responsabiliza de que las
cumplan los particulares destinatarios, atribuyéndole una potestad sancionadora o arbrital para
conseguir su efectividad, es decir, asignándole, en cierto modo, el papel del juez penal o civil. A
este grupo pertenecen, entre otras, las normas de regulación de precios, cuyos destinatarios
inmediatos son los particulares, compradores o vendedores, y que en tal sentido son normas de
Derecho privado, pero que afectan también a la Administración, no como sujeto, sino como
vigilante y poder sancionador en caso de incumplimiento.
1
www.uned-derecho.com
publicum est quod ad statum rei romanae spectat, privatum quod ad singulorum utilitatem
pertinet). La dualidad Derecho público-Derecho privado sigue teniendo una indudable virtualidad
para la caracterización del Derecho administrativo, siempre y cuando no se entienda el Derecho
público como conjunto de normas aplicables sólo al Estado o a las administraciones públicas, y el
Derecho privado como únicamente aplicable a los particulares.
2
www.uned-derecho.com
Sin embargo, el Estado se manifiesta también a través de esos poderes públicos como
sujeto de Derecho (como Administración Pública) cuando dichas instituciones desarrollan una
actividad materialmente administrativa, ya sea celebrando contratos instrumentales,
administrando su patrimonio o gestionando su personal de apoyo.
Es también la solución que impone con carácter general, la Ley Orgánica del Poder
Judicial de 1985, para los actos de todos los órganos constitucionales no reconducibles
subjetivamente al estatuto de las administraciones públicas. Así, su art. 58.1 dispone que la Sala
de lo Contencioso-administrativo del Tribunal Supremo conocerá : «... de los recursos contra los
actos y disposiciones procedentes del Consejo General del Poder Judicial y contra los actos y
disposiciones de los órganos de gobierno del Congreso de los Diputados y del Senado, del
Tribunal Constitucional, del Tribunal de Cuentas y del Defensor del Pueblo en materia de personal
y actos de administración». Por su parte, el art. 74.1.c establece que las Salas de lo
Contencioso-administrativo de los Tribunales Superiores de Justicia conocen «de los recursos
contra las disposiciones y actos procedentes de los órganos de gobierno de la Asamblea
Legislativa de la Comunidad Autónoma y de sus Comisionados, en materia de personal y actos
de administración».
El supuesto del Consejo General del Poder Judicial es mucho más claro que el de los
otros órganos constitucionales, pues deliberadamente se le ha otorgado un status de Derecho
administrativo para alcanzar un control judicial, tanto de su actividad logística (contratación y
relaciones con su personal administrativo), como en lo que atañe a su específica actividad de
gobierno sobre los jueces (nombramiento de los titulares de los cargos y órganos judiciales y
ejercicio de la potestad disciplinaria). Toda esta actividad del Consejo se somete al Derecho
administrativo y a la Jurisdicción Contencioso-administrativa, domiciliándose la recurribilidad de
sus actos ante el Tribunal Supremo (arts. 140 a 143 de la Ley Orgánica del Poder Judicial).
Además del control judicial de la actividad instrumental de las Cortes Generales y de las
Asambleas Legislativas de las Comunidades Autónomas, se plantea la posibilidad del
enjuiciamiento contencioso-administrativo de la actividad parlamentaria no estrictamente
legislativa, admitida por la Sentencia de 24 de abril de 1984, en relación con el Parlamento de
Navarra. Un apoyo para el enjuiciamiento y control de dicha actividad se encuentra en el art. 42
de la Ley Orgánica del Tribunal Constitucional, según el cual: «las decisiones o actos sin valor de
Ley, emanados de las Cortes o de cualquiera de sus órganos, o de las Asambleas legislativas de
las Comunidades Autónomas, o de sus órganos, que violen los derechos y libertades susceptibles
de amparo constitucional, podrán ser recurridos dentro del plazo de tres meses desde que, con
arreglo a las normas internas de las Cámaras o Asambleas, sean firmes».
3
www.uned-derecho.com
Poco a poco, por unos u otros motivos, la Administración irá adquiriendo un importante
papel en el ejercicio de la función legislativa. Amparada en las leyes de plenos poderes, en las
técnicas de la delegación legislativa, de la deslegalización de materias y de los decretos-leyes, o
en una supuesta potestad reglamentaria autónoma, y usando del monopolio de la iniciativa
legislativa que le corresponde, el Gobierno convertirá al Parlamento en sumiso espectador de su
producción normativa y, no satisfecho con ejercer la función legislativa entre bastidores, o con la
carga de tener que justificar su ejercicio directo en razones de necesidad o urgencia, reclamará y
conseguirá, como ha tenido lugar en la Constitución francesa de 1958, que se le atribuya la
titularidad de la función legislativa sobre determinadas materias con exclusión del Parlamento,
materias que regulará el Gobierno a través de los llamados reglamentos independientes.
4
www.uned-derecho.com
Asimismo, se impide a los jueces civiles y penales conocer de las cuestiones previas
administrativas que se planteen en sus propios juicios y procesos como premisas de los fallos,
debiendo abstenerse de resolverlas y remitirlas a este efecto a la Jurisdicción Contencioso-
administrativa.
5
www.uned-derecho.com
2. Facultad de dejar sin efecto una sentencia penal a través de indultos particulares que se
ejercita con arreglo a la Ley de 1870, pues técnicamente el indulto equivale a sustituir una
sentencia judicial por otra de diverso contenido. La Constitución, que permite al Gobierno
conceder indultos particulares con dispensa del principio de igualdad ante la Ley, niega, sin
embargo, al legislativo la posibilidad de autorizar la concesión de indultos generales [art. 62.i)].
6
www.uned-derecho.com
-- Igual sumisión de todos, incluidos los funcionarios, al Derecho común del país administrado por
los Tribunales ordinarios.
7
www.uned-derecho.com
En la actualidad, la aplicación del Derecho privado se lleva mucho más lejos: Como
método o sistema generalizado para la gestión de funciones o servicios públicos o la contratación
de obras públicas, justificando esa utilización en la mayor eficacia del Derecho privado respecto
el Derecho público. Así, las administraciones públicas, en el campo de la organización y de la
contratación han obtenido de la ley (Ley General Presupuestaria, las equivalentes de las
Comunidades Autónomas y de numerosas leyes estatales y autonómicas de intervención u
organización administrativa) la facultad de optar, prácticamente a su voluntad, por el Derecho
privado y huir de su propio Derecho, el Derecho administrativo, considerado poco dúctil y eficaz,
por sus excesivas suspicacias y controles, para las cada vez más numerosas actividades
públicas.
8
www.uned-derecho.com
Tema 2
LAS FUENTES DEL DERECHO.
2.1. EL SISTEMA DE FUENTES.
El capítulo de las fuentes del derecho, aunque no sea su objeto central, tiene en el
derecho administrativo una gran importancia. La razón está, en que la Administración no sólo es
como los restantes sujetos del derecho un destinatario obligado por las normas jurídicas, sino al
propio tiempo un protagonista importante en su elaboración y puesta en vigor, y ésta se
manifiesta de tres formas :
2. Por su participación directa en la propia función legislativa, elaborando normas con valor de
ley, que por ser dictadas por el Gobierno reciben el nombre de decretos legislativos y decretos
leyes.
Además de ese protagonismo en la creación de las fuentes escritas, debe resaltarse que
las no escritas, llamadas también indirectas o complementarias, tienen un valor muy distinto en el
Derecho administrativo que el privado. Así el menor valor de la costumbre está sobradamente
compensado por la aplicación más frecuente de los principios generales del Derecho.
Hay que entender que la regulación legal sobre las fuentes del derecho que contiene el
C.C. sólo vale en cuanto resulta compatible con la normativa constitucional.
Según el principio de jerarquía que consagra el art. 9.3 CE una fuente o norma
prevalece sobre otra en función del rango de la autoridad o del órgano de que emanen.
La ordenación vertical de las fuentes, según dicho principio, supone una estricta
subordinación entre ellas, de forma tal que la norma superior siempre deroga la norma inferior
(fuerza activa) y la inferior es nula cuando contradice la norma superior (fuerza pasiva).
9
www.uned-derecho.com
2.2. LA CONSTITUCIÓN.
Por razón de los procedimientos dispuestos para su revisión, las normas constitucionales
son de dos clases o se sitúan en dos niveles: Unas son fundamentales (previstas en el art. 168.1)
en cuanto que su revisión se equipara con la revisión total de la Const. y exige mayoría de 2/3 de
ambas cámaras, y las restantes normas constitucionales pueden considerarse jerárquicamente
inferiores a las anteriores, en cuanto que su revisión se hace a través de un procedimiento,
previsto en el art. l67.
10
www.uned-derecho.com
Inmediatamente subordinadas a la Const. están las leyes, normas cuya aplicación los
jueces no pueden resistir salvo en el supuesto anterior.
Dentro de las leyes parlamentarias y además de las ordinarias que se aprueban por el
procedimiento habitual y por mayoría simple, la Const. de 1978 ha introducido la categoría de las
leyes orgánicas. Estas leyes se refieren a materias a las que la CE otorga especial
transcendencia y por ello su aprobación se condiciona a la existencia de un quórum
especialmente reforzado en el Congreso, sin que se exija mayoría especial alguna en el trámite
ante el Senado: " La aprobación, modificación o derogación de las leyes orgánicas exigirá
mayoría absoluta del Congreso, en una votación final sobre el conjunto del proyecto" (art. 81.2
de la CE).
Las leyes parlamentarias son también leyes de las CCAA, es decir, las normas que
aprueban sus correspondientes órganos legislativos dentro de las materias que estatutariamente
tienen atribuidas y cuyo rango les está reconocido por la CE.
a) Los Estatutos de Autonomía, que son leyes estatales de carácter orgánico y cuya diferencia
con las restantes leyes radica, aparte de su objeto, en el distinto procedimiento de elaboración y
de modificación.
b) Las leyes marco a través de las cuales "las Cortes generales, en materia de competencia
estatal, podrán atribuir a todas o alguna de las CCAA, la facultad de dictar, para si mismas,
normas legislativas en el marco de los principios, bases y directrices fijados por una ley estatal "
(art. l50.1 CE), técnica de la que todavía no se ha hecho uso.
c) Las leyes de transferencia o delegación previstas en el art. 150.2 y por medio de las cuales "el
Estado podrá transferir o delegar en las CCAA mediante ley orgánica, facultades
correspondientes a materias de titularidad estatal que por su propia naturaleza sean susceptibles
de transferencia o delegación". Se ha pretendido que esta transferencia no cubre las funciones
legislativas, para lo que serviría la anterior técnica de las leyes marco.
d) Las leyes de armonización a través de las cuales "el Estado podrá dictar leyes que establezcan
los principios necesarios para armonizar las disposiciones normativas de las CCAA, aun en el
caso de materias atribuidas a la competencia de éstas, cuando así lo exija el interés general"
(art.150.3). Como especialidad ambas cámaras consideran de interés general el dictado de la
concreta Ley de Armonización por mayoría absoluta.
Otra forma especial son las leyes paccionadas, modalidad que parece contradecir la
naturaleza soberana y unilateral del procedimiento legislativo. Aparte de su utilización para dar
más autoridad a determinados contratos poniéndolos a recaudo de las modificaciones
unilaterales del poder ejecutivo, dicho procedimiento se ha utilizado reciente-mente para la
aprobación de la ley orgánica 13/1982 de 10 de Agosto, de Reintegración y Amejoramiento del
Régimen foral de Navarra.
11
www.uned-derecho.com
También pueden iniciarse, a iniciativa del Congreso y de Senado, por medio de una
proposición de ley impulsada por los grupos parlamentarios o individualmente por 15 diputados o
25 senadores.
La iniciativa popular, regulada por la L.O. 3/1984, se exige un mínimo de 500.000 firmas
acreditadas y no procede en materias propias de ley orgánica, tributarias o de carácter
internacional, ni en lo relativo a la prerrogativa de gracia (art. 87.3).
Tras la iniciativa tiene lugar la aprobación por el Congreso de los Diputados, siguiendo
los trámites de toma en consideración, publicación, presentación de enmiendas, informe de una
ponencia, sobre el proyecto y elaboración de un dictamen por la comisión y, por último, debate y
votación final en el pleno.
El procedimiento se cierra con el trámite de la sanción regia, "El Rey (art. 91 CE)
sancionará en el plazo de 15 días las leyes aprobadas por las cortes generales y las promulgará y
ordenará su publicación" que habrá de hacer en el BOE.
Según el art. 81 CE, "son las L.O. las relativas al desarrollo de los derechos
fundamentales y de las libertades públicas las que aprueban los estatutos de autonomía y el
régimen electoral general, y las demás previstas en la CE.
La L.O. formalmente no es otra cosa, que una ley reforzada, dotada de una mayor
rigidez que la ordinaria.
Si bien no es posible regular las indicadas materias más que por la L.O., si es posible,
que las L.O., con motivo de la regulación de alguna de las incluidas en su ámbito especial,
incluyan preceptos regulando materias para las que la L.O. no es necesaria.
La tesis que se desprende de lo dispuesto en el art. 28.2 de la L.O:, del T. Const., a cuyo
tenor se podrá declarar inconstitucional una ley o norma con rango de ley cuando modifique o
derogue una ley aprobada con el carácter de orgánica "cualquiera que sea su contenido". Pero el
TC ha rechazado esta concepción formal que hace su propia L.O., afirmando que dicha
interpretación "podrá producir en el Ordenamiento jurídico una petrificación abusiva en beneficio
de quienes en un momento dado gozasen de la mayoría parlamentaria suficiente.
12
www.uned-derecho.com
Decretos legislativos.
Los decretos-leyes así llamados por su origen gubernativo, son decretos y por su valor formal
son verdaderas leyes, aparecen desde finales del s. XIX. En nuestro derecho, fueron admitidos
por la const. de 1931 y han sido recogidos en el art. 86 en la actual const de 1978, si bien muy
restrictivamente.
La primera condición es que el Gob. entiende que está ante un caso "de extraordinaria y
urgente necesidad"; en segundo lugar, es preciso que la regulación no afecte "al ordenamiento de
las instituciones básicas del Estado, a los derechos, deberes y libertades de los ciudadanos
regulado en el TIT, al régimen de las CCAA ni al derecho electoral general". Por último el
decreto-ley deberá ser ratificado por el congreso de los diputados, en el plazo de 30 días
siguientes a su promulgación. La fórmula de los decretos-leyes no es, sin embargo utilizable por
los gobiernos de las CCAA.
La segunda técnica que permite al gob. aprobar normas con rango de ley formal es la de los
decretos legislativos, así denominados por el art. 85 CE. El Parlamento o bien delega en el
gobierno la facultad de desarrollar con fuerza de ley los principios contenidos en una ley de bases
(textos articulados) o bien autoriza al gobierno para refundir el contenido de otras leyes en un
único texto (textos refundidos).
1. La delegación del parlamento debe hacerse por una ley de bases cuando su objetivo sea la
formación de textos articulados o bien por una ley ordinaria de autorización, cuando se trate de
refundir varios textos en uno solo.
2. La delegación puede comprender cualquier materia que las cortes determinen, salvo las que
deban ser reguladas por L.O.. Y tampoco pueden incluir la facultad de modificar la ley de bases
ni la de dictar normas con carácter retroactivo.
3. La delegación debe hacerse de forma expresa y con fijación del plazo para su ejercicio.
4. La delegación debe hacerse de forma precisa y las bases han de delimitar con precisión el
objeto y alcance de la delegación legislativa y los principios y criterios que han de seguirse.
Los efectos fundamentales de la delegación son, en primer lugar, que tanto los textos
articulados como los textos refundidos tienen el valor de normas con rango de ley en cuanto se
acomoden a los términos de la delegación. Otra consecuencia de esta técnica legislativa es la de
su agotamiento, pues una vez ejercitadas las facultades conferidas por la ley de Delegación, no
cabe volver sobre ellas.
13
www.uned-derecho.com
propia de los Tribunales, las leyes de delegación podrán establecer en cada caso fórmulas
adicionales de control" : Está reconociendo la posibilidad de impugnar a través del recurso
contencioso-administrativo los textos articulados y los textos refundidos.
Como formas adicionales de control, aparte del operado por el T. Const. en los términos
establecidos para las demás leyes, debe mencionarse el control, a priori, que se cumple con la
exigencia del informe preceptivo del Consejo de Estado.
Los acuerdos que el estado español celebra con otros países soberanos, se manifiesta en
un gran variedad de instrumentos formales (acuerdos, convenios, protocolos, etc) y son también
fuente aunque muy problemática del derecho interno. Su vigencia en el mismo viene
determinada en todo caso por el dato de su publicación como norma jurídica en el BOE. Así lo
establece en el art. 96 CE.
2. Mediante L.O. se podrá autorizar la celebración de tratados por lo que se atribuye a una
organización o institución internacional el ejercicio de competencias derivadas de la Constitución.
Corresponde a las Cortes generales o al Gobierno, según los casos (art.93).
3. La prestación del consentimiento del Estado para obligarse por medio de tratados o convenios
requerirá la previa autorización de las Cortes Generales en los de carácter político o militar, los
que afecten a la integridad territorial o a los derechos y deberes fundamentales, los que
impliquen obligaciones para la hacienda pública, los que exijan la modificación o derogación de
una ley, etc. (art. 94.1)
Como características fundamentales del sistema de relaciones entre los derechos interno
y comunitario se señalan las siguientes:
4. Las normas comunitarias que cumplen determinados requisitos tienen eficacia inmediata en el
ord. interno de los Estados miembros, lo que lleva a afirmar que no se da siempre una
separación entre el ordenamiento comunitario y el estatal.
14
www.uned-derecho.com
Se incluyen:
-- El Tratado de la Comunidad Europea del Carbón y del Acero (CECA), firmado en París en
1.951.
Como todos los tratados, también los comunitarios contienen dos tipos de normas : Las
de alcance general que reconocen derechos a los particulares y otras que agotan su eficacia en
las relaciones entre las Administraciones de los Estados miembros o de éstas con las
instituciones comunitarias. El T. de Justicia de las comunidades ha ido definiendo condiciones y
requisitos que permiten delimitar que disposiciones de los Tratados tienen ese efecto normativo
directo y cuales son las que carecen de él y agotan su eficacia en las relaciones entre las
instituciones de los Estados y de la Comunidad.
En cuanto a las fuentes "derivadas" el art. 14 del tratado CECA estableció que "para el
cumplimiento de la misión a ella confiada, la Alta Autoridad tomará decisiones, formulará
recomendaciones o emitirá dictámenes, en las condiciones previstas en el presente Tratado",
precisando que las decisiones serán obligatorias en todos sus elementos, las recomendaciones
sólo en cuanto a los objetivos que persiguen y los dictámenes no serán vinculantes. Con mayor
precisión el art. 189 del tratado CEE clasifica ahora en 5 categorías los actos que pueden ser
aprobados o emitidos por el Consejo y la Comisión : Reglamentos, directivas, decisiones,
recomendaciones y dictámenes.
-- El Reglamento del que los tratados CEE y CEEA dice que "tendrá un alcance general y será
obligatorio en todos sus elementos y directamente aplicable en cada Estado miembro", constituye
la más importante norma jurídica del derecho comunitario, y no se corresponde con lo que se
entiende por Reglamento en el derecho interno.
-- La Directiva : Es una norma que no obliga directamente pero que vincula a los Estados
miembros a tomar las disposiciones necesarias para incorporar al derecho interno el alcance de
sus objetivos. Según el tratado CEE la directiva "obligará al Estado miembro en cuanto al
resultado que deba conseguirse, dejando sin embargo a las autoridades nacionales la elección de
la forma y de los medios".
-- La Decisión de la que dice el Tratado CEE que será "obligatoria en todos sus elementos para
todos sus destinatarios ( art. l89), es más bien un acto singular de la comunidad que tiene por
objeto situaciones singulares referibles a una o más personas determinadas, aunque en
ocasiones, pueda contemplar una pluralidad de personas. Las decisiones de mayor importancia
son aprobadas por el Consejo, correspondiendo a la Comisión las que se refieren a la gestión
ordinaria de los intereses comunitarios.
15
www.uned-derecho.com
Tema 3
EL REGLAMENTO Y OTRAS FUENTES DEL DERECHO ADMINISTRATIVO
Por reglamento se entiende en el derecho administrativo interno toda norma escrita con
rango inferior a la ley dictada por una Administración Pública. Lo cual significa, que aunque sea
posterior a ésta, no puede derogarla y por el contrario, toda norma con rango de ley tiene fuerza
derogatoria sobre cualquier reglamento, pero también significa que no hay materias reservadas a
la potestad reglamentaria en el sentido de que la ley puede entrar a regular cualquiera que con
anterioridad hay sido regulada por el reglamento.
-- La reserva material de ley, que comprende el conjunto de supuestos o materias respecto de los
cuales la CE exige su regulación por norma con rango de ley. Aunque la ley no las regule, en
ningún caso estas materias pueden ser reguladas por normas reglamentarias.
-- La llamada reserva formal de ley opera al margen de las concretas previsiones constitucionales
y significa que cualquier materia por mínima que sea, cuando es objeto de regulación por ley, ya
no puede ser regulada por un reglamento. Su rango se ha elevado, se ha congelado en un nivel
superior y es inaccesible a la potestad reglamentaria.
Las justificaciones que importan son las formales y ésas están ahora en las
Constituciones, como la francesa, que incluye una reserva material reglamentaria y la española
de 1978, que atribuye al Gobierno la potestad reglamentaria (art. 97) y establece los trámites
esenciales del procedimiento para la aprobación de las disposiciones administrativas generales
(art. 105)
Las distinciones que han hecho más fortuna, son las que clasifican los reglamentos por
su relación con la ley, por las materias que regulan y por la autoridad de que emanan.
Los reglamentos independientes de la ley son aquellos que regulan materias sobre las que la
CE ha previsto una reserva reglamentaria, posibilidad que la constitución española no ha
recogido.
16
www.uned-derecho.com
Los reglamentos ejecutivos son los que de una forma clara y directa desarrollan y
complementan una ley, normalmente por que la ley misma ha llamado e impuesto el dictado de
un reglamento de estas características.
Los reglamentos de necesidad son aquellas normas que dicta la Administración para hacer
frente a situaciones extraordinarias.
Reglamentos administrativos son los que regulan la organización administrativa y así mismo,
los que se dictan dentro del ámbito de una relación especial de poder. Esta relación une a la
Administración con determinados ciudadanos ( Ej. Funcionarios)
Reglamentos jurídicos son los que regulan o establecen derechos o imponen deberes en el
ámbito de la relación de supremacía general, es decir, la establecida entre las Administraciones
Públicas y el conjunto de los ciudadanos.
C) Por su origen :
Por razón de la Administración que los dicta, los reglamentos se clasifican en estatales,
autonómicos, locales, institucionales y corporativos.
Los reglamentos estatales de mayor jerarquía son, obviamente, los del Gobierno, al que el art.
97 de la CE atribuye la potestad reglamentaria y se aprueban y publican bajo la forma del Real
Decreto.
Los reglamentos de la CCAA, se denominan de la misma forma que aquéllos : Decretos, los del
Consejo de Gobierno o Gobierno de la CA ; Ordenes los de los Consejeros, etc.
Los reglamentos de los Entes Locales, la L.R.B.R.L. de 1985 distingue el reglamento orgánico
de cada Entidad, por el que el ente se autoorganiza, de las Ordenanzas locales, que son normas
de eficacia externa de la competencia del Pleno de la Entidad y los Bandos, que el Alcalde puede
dictar en las materias de su competencia.
Con subordinación a los reglamentos de los Entes territoriales de los que son instrumento,
puede hablarse de reglamentos de los entes institucionales (organismos autónomos estatales,
autonómicos y locales) y asimismo de reglamentos de los entes corporativos (colegios
profesionales).
Un segundo límite se refiere al principio de jerarquía normativa, en función del cual los
reglamentos se ordenan según la posición en la organización administrativa del órgano que los
dicta sin que en ningún caso el reglamento dictado por el órgano inferior pueda contradecir al
dictado por el superior. Como establece la L.R.J.A.P. y P.A.C. en su art. 51.1, y 2.
Un tercer límite es la adecuación a los hechos o el respeto por la realidad que trata de
regular, lo que se marca en el principio de interdicción de la arbitrariedad a que se refiere el art.
9 CE.
17
www.uned-derecho.com
c) Siempre que sea posible se someterá informe de las entidades que por Ley ostentan la
representación o defensa de intereses de carácter general o corporativo.
d) Las disposiciones reglamentarias que deban ser aprobadas por el Gobierno o por sus
Comisiones delegadas se remitirán con 8 días de antelación a los demás Ministros convocados,
para que formulen las alegaciones pertinentes.
18
www.uned-derecho.com
El reglamento puede ser derogado por la misma autoridad que lo dictó, que también
puede proceder a su modificación parcial, lo que no se puede hacer ni la autoridad que lo dictó ni
otra superior es derogar el reglamento para un caso concreto, esto es, establecer excepciones
privilegiadas en favor de persona determinada. A ello se opone la regla de inderogabilidad
singular de los reglamentos que se recoge en el art. 52,2 de la L.R.J.A.P. y P.A.C. ("Las
resoluciones administrativas de carácter particular no podrán vulnerar lo establecido en una
disposición e carácter general, aunque aquéllas tengan grado igual o superior a estas) y el art. 11
del R.S.C. Locales.
La potestad reglamentaria resultaría así más limitada que el poder legislativo, al que
nada impide otorgar dispensas individuales . Parece más claro que la prohibición de dispensas
singulares injustificadas se fundamenta en el principio constitucional de igualdad que también
vincula hoy al Poder Legislativo (art. 14 CE.)
19
www.uned-derecho.com
incrimina la conducta del funcionario público que invadiere las atribuciones legislativas dictando
reglamentos o disposiciones, etc. La condena del autor o autores del reglamento ilegal implicaría
el reconocimiento de que su aprobación ha sido constitutiva de delito y la consiguiente nulidad de
pleno derecho de la norma (art. 62.2 de la L.R.J.A.P. y del P.A.C.). La vía penal se halla en
desuso y el art. 377 está todavía inédito.
También los funcionarios deben inaplicar los reglamentos ilegales por la misma razón de
que hay que obedecer a la Ley antes que al reglamento.
Los reglamentos pueden ser combatidos por las vías específicas del D. administrativo, a
través de la acción de nulidad, como preveía la L.P.A. de 1958. Sin embargo la L.R.J.A.P. y del
P.A.C. de forma incomprensible ciñe la acción de nulidad a los actos administrativos con
exclusión de los reglamentos (art. 102 en relación con el 62.1).
Según el art. 62,2 de la L.R.J.A.P y P.A.C. "Serán nulas de pleno derecho las
disposiciones administrativas que vulneren la CE : Las consecuencias más importantes son la
imprescriptibilidad de la acción para recurrir contra los reglamentos ilegales y la imposibilidad de
su convalidación, pero estos pretendidos efectos no se compaginan ni con la aplicación a los
reglamentos de la acción de nulidad ni con el mantenimiento de la validez de los actos dictados
en aplicación del reglamento ilegal como establecía el art. 120 de la L.P.A. de 1958. La ley
30/1992 de R.J.A.P. y P.A.C no recoge este precepto, pero si la Administración no declara de
oficio la invalidez de los actos aplicativos del reglamento anulado, podrán los interesados
solicitarla, caso por caso, a través de la acción de nulidad (ART. 102 A 106).
Esta vía impugnativa puede utilizarla cualquier administrado, individual o colectivo, que
sea titular de un derecho o de un interés .El recurso indirecto no está sujeto a plazo, cualquiera
que sea el tiempo que el reglamento ha estado vigente, siempre podrá ser atacado en los plazos
ordinarios, a partir de la notificación de cualquier acto de aplicación. El recurso indirecto se
interpone ante el órgano que ha dictado el acto.
20
www.uned-derecho.com
Su aceptación como fuente del derecho administrativo está avalada, además por la
circunstancia de que la propia legislación administrativa invoca la costumbre para regular
determinadas materias como son, entre otras : El régimen municipal de Concejo abierto ; el
régimen de determinados tipos de caza o los criterios para determinar la propiedad de las piezas
que se remiten a los usos y costumbres locales y por último, la remisión de la legislación de
aguas a normas consuetudinarias en lo referente a la organización y funcionamiento de los
Jurados y Tribunales de riego, como el famoso Tribunal de las Aguas de Valencia.
b) La práctica o el precedente no tienen porqué estar avalados como la costumbre por un cierto
grado de reiteración o antigüedad, bastando un sólo comportamiento en el caso del precedente.
21
www.uned-derecho.com
Para algunos, los Principios Generales del Derecho se identificarían, con los principios del
Derecho natural ; otros quizás entendiesen como ahora es moda, que no fueran más que los
principios informadores del Derecho positivo, es decir, el arco de bóveda del ordenamiento
jurídico, o ambas cosas a la vez como parece querer indicar el art. 1.4 del Cc. "Los principios
generales del derecho se aplicarán en defecto de ley o costumbre, sin perjuicio de su carácter
informador del ordenamiento jurídico"
El Cc. al establecer los principios generales como fuente del Derecho no fue nada original,
ya que la fórmula fue importada de Italia; por el contrario, el Código napoleónico, que inspiró
buena parte de nuestra obra codificadora, para nada alude a los principios generales del derecho.
Ni la doctrina ni la jurisprudencia de nuestro país han ofrecido una explicación coherente sobre la
naturaleza y contenido de los principios generales del derecho.
Los tribunales presumen que los poderes derivados de la ley están limitados por la ley
misma o por unos principios que obligan a ejercitarlos de manera recta y adecuada. Estos
principios correctores del positivismo integran el ULTRA VIRES el cual reviste a su vez dos
modalidades : Una sustancial, que hace referencia a los límites materiales del poder, y otra
procedimental o procesal, que comprende las reglas a que ha de ajustarse su ejercicio y que
integran la NATURAL JUSTICE.
La doctrina del ultra vires material parte de la inexistencia de poderes limitados. Todo
poder, tiene contornos definidos de forma explícita o implícita y justamente a través de principios
generales que se concretan en la imposibilidad de ejercer el poder de forma arbitraria o
irrazonable y en la prohibición de actuar de mala fe.
La natural justice comprende dos reglas capitales de procedimiento aplicables tanto a los
jueces y Tribunales de Justicia, como a los tribunales estatutarios o administrativos y a los actos
administrativos de las autoridades, si su naturaleza lo permite. Estas reglas son que ningún
hombre puede decidir su propia causa o ser juez sobre un asunto sobre el que tiene interés y que
nadie puede ser condenado sin ser oído , o lo que es igual, que toda persona tiene derecho a que
se le escuche antes de que sea tomada una decisión que afecte a su libertad o intereses.
La evolución del juego de los principios generales del Derecho en Francia es justamente
inversa a la seguida en el derecho inglés. El exacerbado racionalismo llevará a la fe absoluta en
la codificación y la supremacía de la ley cerrará el paso como fuentes del derecho a la
jurisprudencia, al derecho natural o a los principios generales, que ni siquiera cita el C.c.
napoleónico.
Han ido creciendo a lo largo del s. XIX las reglas fundamentales cuyo conjunto ha
terminado constituyendo el derecho administrativo francés en los intersticios de la ley y por la
acción espontánea del juez. El contenido de los principios generales del derecho administrativo
francés es clasificado en cuatro grupos :
1.- Está constituida por el conjunto de reglas emanadas de la Declaración de los Derechos del
Hombre de 1789, que constituye el fondo común del liberalismo tradicional; en el orden
constitucional, el principio de separación de poderes; en el orden administrativo, los principios de
libertad y de igualdad con sus múltiples aplicaciones.
2.- Comprende reglas más técnicas que el Consejo del Estado ha encontrado formuladas en el
Cc. o en las leyes de procedimiento respecto de ciertas situaciones particulares. Así el Principio
22
www.uned-derecho.com
de la no retroactividad del Derecho y el Principio según el cual nadie puede ser condenado sin
haber podido defenderse, que el Consejo de Estado traspuso de la represión penal.
3.- Se reúnen algunos principios cuyo origen es moral y que el Juez impone a la Administración :
En primer lugar el gran principio que asigna como objeto de la acción de ésta la sola prosecución
del bien común, del interés general y que entraña la anulación de las medidas tomadas en vista
de un fin personal y particular; también el principio según el cual la Administración no debe
mentir y que conduce a la anulación de las decisiones cuyos motivos son reconocidos como
inexactos.
Hay, en fin, un último grupo de principios que el Consejo de Estado extrae del análisis de la
naturaleza de las cosas, de la lógica de las instituciones, según la cual tal fin exige tal medio.
A ellos se refiere el Cc. en el artº. 1,4 "Los principios generales del derechos se aplicarán en
defecto de ley o costumbre, sin perjuicio de su carácter informador del ordenamiento jurídico".
Además el derecho administrativo español cuenta con un reconocimiento ya clásico de esta
fuente en la Exposición de Motivos de la L.J.C.A. de 1.956.
La diferencia está en que mientras en Inglaterra y Francia esos principios han sido
formulados por la jurisprudencia, en España ha sido el legislador el que los ha dado vida
positivizándolos, hasta el punto que, incorporados en su mayor parte al Derecho escrito, puede
dudarse que exista posibilidad para el intérprete de realizar formulaciones diversas de algún
interés.
Las cosas han ocurrido así porque nuestro Derecho administrativo nada debe en su
creación y desarrollo a la labor del Consejo de Estado o de los Tribunales Contencioso-
Administrativos.
Lo ha hecho el legislador, animado por una doctrina científica muy pendiente del Derecho
comparado. Esa importación masiva de principios generales comienza con la L.E.F. de 1954 que
incorpora el Pº de responsabilidad de las Administraciones Públicas. Después vendrá la L.J.C.A.
de 1.956 y en los dos años siguientes las de Régimen Jurídico de la Administración del Estado y
de Procedimiento Administrativo.
3.8. LA JURISPRUDENCIA.
La realidad, tanto en Francia como en España ha discurrido por caminos diversos de los
23
www.uned-derecho.com
previstos. Así en la aplicación del Derecho privado y en base a la regulación del recurso de
casación ante el T. Supremo que permitía su interposición en caso de quebrantamiento de
doctrina legal, es decir, de los criterios reiterados del propio Tribunal Supremo en anteriores
decisiones, la jurisprudencia se constituyó de hecho y de derecho en una fuente de mayor
eficacia que la costumbre y los principios generales.
Los Jueces y Tribunales se ven impulsados a seguir los criterios interpretativos sentados
por los órganos judiciales superiores por razón de coherencia o para evitar la revocación de sus
fallos. De alguna forma la observancia del precedente judicial, es además, una conducta
jurídicamente exigible en virtud del principio constitucional de igualdad (art. 14 CE).
En la reforma del Cc. de 1973-74 se menciona a la misma para, aun sin reconocerla
directamente el valor de fuente del Derecho, decir al menos de ella que "complementará el
ordenamiento jurídico con la doctrina que, de modo reiterado, establezca el T. Supremo al
interpretar y aplicar la ley, la costumbre y los principios generales del derecho (art. 1.6). Dicho
precepto hay que entenderlo ahora en el contexto de la Constitución de 1.978 que ofrece la
realidad de una Justicia Constitucional por encima del propio T. Supremo.
Existen además otras dos fuentes de doctrina jurisprudencial que son fruto de nuestra
integración europea: De una parte, la jurisprudencia del tribunal Europeo de Derechos Humanos
y de otro lado, son vinculantes también para los Tribunales y Autoridades españolas las
decisiones del Tribunal de Justicia de la Comunidad Europea.
24
www.uned-derecho.com
Tema 4
Los principios de la organización administrativa
Desde 1978 aparecen 17 CC.AA y por encima de los Entes territoriales aludidos ejerce
su supremacía el Estado. Cada Ente desde el Municipio al Estado, sin perjuicio de su estructura
directa, esencial e indisponible, crean otras organizaciones especializadas con arreglo al Derecho
Público.
El problema que se plantea sobre las normas que regulan y organizan estas
administraciones, es si son propiamente normas jurídicas. La tesis tradicional y negadora del
carácter jurídico de las normas de organización pretende que el "Derecho no es sólo norma, sino
norma que regula relaciones entre sujetos, negándose por ello" relevancia jurídica al
ordenamiento en que la Institución se concreta reconociéndose distintos sujetos, de aquí que no
sean normas jurídicas "las de relación entre el Estado y sus órganos y de los distintos órganos
entre si "normas que no tendrían "relevancia jurídica plena, sino sólo parcial e indirecta".
La reserva de Ley se ha impuesto para la regulación del Gobierno (art. 98 CE.), del
Consejo de Estado y Organismos Autónomos ; sin embargo, por Real Decreto el Presidente del
Gobierno puede variar el número, denominación y competencias de los Departamentos
Ministeriales, así mismo al Gobierno corresponde la creación de sociedades mercantiles estatales
(art. 6 L.G.P.).
La competencia para la creación de órganos inferiores a los departamentos ministeriales, se
reparte entre el Gobierno, si se trata de Secretarías de Estado, Subsecretarías, Secretarías
Generales, Direcciones y Subdirecciones Generales (art. 12 de la Ley de Organización de la
Adm. Central del Estado) y los Ministros, previa aprobación del M. de la Presidencia, si se trata
de la creación, modificación, refundición o supresión de servicios, secciones, negociados y
niveles asimilados.
En cuanto a las CC.AA habrá que atender a lo que digan las leyes sobre gobierno y
administración dictadas en desarrollo de sus respectivos Estatutos.
En los Municipios y Provincias (Pleno, Alcaldes, C. de Gobierno y Presidente de la
Diputación), se encuentran regulados en la L.R.B.R.L.
Los órganos inferiores y de nivel administrativo, se regulan por cada Corporación, que ha de
aprobar un Reglamento orgánico, y por las normas que, con carácter supletorio a dicho
Reglamento, dicten las Comunidades Autónomas en desarrollo de la Ley de Bases.
25
www.uned-derecho.com
B) Límites de la imputación.
La teoría organicista aunque explica más cabalmente los mecanismos de imputación a las
Administraciones Públicas de los actos de los funcionarios, debe ser, no obstante, matizada en
un doble sentido: Primero, que no todos los actos de los funcionarios se imputan a la Adm. a la
que sirven, y segundo, que la Adm. puede resultar vinculada por personas que no estén
investidas de la condición de funcionarios.
Como límite a la aplicación mecánica de la responsabilidad de la Adm. por todos los actos que
realizan los funcionarios, se ha formulado el concepto de falta personal ; serían aquellas en las
que éste aparece con sus debilidades, sus pasiones, sus imprudencias, o bien, aquéllas en las
que su error o negligencia sobrepasan el funcionamiento mediocre del servicio. Los demás
supuestos se considerarían faltas del servicio, realizadas en interés de la Adm., que respondería
por ello ante terceros de la actuación ilegítima del funcionamiento, indemnizando por los daños
producidos.
C) Clases de órganos.
26
www.uned-derecho.com
Mientras la creación de las CC.AA y Provincias está regulado en la C.E. y es competencia del
Estado, la creación de Entes locales es competencia de las CC.AA. A su vez, la creación en cada
Adm. territorial de órganos y unidades administrativas es competencia de cada una de éstas.
La L.R.J.A.P y del P.A.C. condiciona la creación de cualquier órgano administrativo al
cumplimiento de los siguientes requisitos :
A. Regulación y clases :
La Ley de Procedimiento Adm. del 1958 estableció por primera vez en nuestro ordenamiento,
una regulación de los aspectos estructurales de los órganos colegiados, que ha sido sustituida por
la de los arts. 22 al 28 de la L.R.J.A.P. y del P.A.C., pero que no es aplicable a los órganos
colegiados máximos o directivos de cada Administración : Gobierno de la Nación, Gobiernos y
Consejos de Gobiernos de las CC.AA, Plenos de Entes Locales.
* Novedad de la regulación vigente es que impone una clasificación, un doble régimen jurídico
de los órganos colegiados antes inexistente distinguiéndose los órganos colegiados que
podríamos denominar órganos colegiados comunes, del régimen de aquellos otros órganos
colegiados en que participan organizaciones representativas de intereses sociales, así como
aquellos compuestos por representaciones de distintas Administraciones. El efecto es que
mientras los primeros se insertan en la estructura jerárquica de cada Administración, los
segundos nó.
B. El Presidente :
Es la figura central de los órganos colegiados el "Primus inter pares". Su nombramiento deberá
estar previsto en las normas del órgano de que se trate. Es sustituido por el Vicepresidente en
casos de vacante o enfermedad y tiene voto de calidad.
La regulación del status de los miembros de los órganos colegiados agrupa diversas
cuestiones relacionadas con su actividad propia que es la de deliberar y votar los acuerdos que
se les propongan y otras que hacen referencia a la organización de las convocatorias (art. 24
L.R.J.A.P y del P.A.C.).
D. El Secretario :
La Ley establece que los órganos colegiados tendrán un Secretario. Este podrá ser un
miembro del propio órgano o una persona al servicio de la Adm. Pública. Su designación y cese
se realizará según lo dispuesto en las normas especificas de cada órgano y, en su defecto, por
acuerdo del mismo.
El Secretario es un miembro del órgano colegiado y en esa condición asiste a las reuniones con
voz pero sin voto, si es un funcionario, y con voz y voto si el Secretario ostenta también de
miembro de aquél.
Tiene asignada las funciones de comunicación, convocatoria de sesiones, citaciones a sus
miembros, prepara el despacho de asuntos, autoriza las actas de las sesiones, expide
27
www.uned-derecho.com
E. Convocatoria y Sesiones :
Para ello hay un régimen dispositivo : El que cada órgano colegiado establezca si éste no está
previsto por su normas de funcionamiento, tal régimen especial podrá prever una segunda
convocatoria y especificar para ésta el número de miembros necesarios para constituir el órgano.
Para la validez, tanto de la Constitución del órgano como de las deliberaciones y toma de
acuerdos, se requería la presencia del Presidente y Secretario y de la mitad, al menos de los
miembros, computando aquellas a efectos de la mayoría.
El Presidente podrá considerar validamente constituida la sesión si están presentes los
representantes de las Adm. Públicas y de las organizaciones representativas de intereses
sociales miembros del órgano a los que se haya atribuido de condición de portavoces.
F. El Acta :
4.5. LA COMPETENCIA.
4.6. LA JERARQUÍA.
28
www.uned-derecho.com
inferior, cuya actividad dirigen y controlan para reducir a unidad y coordinar hacia un determinado
fin la actividad del conjunto, recogido en el art. 103.2 de CE. Tiene que haber dos condiciones :
c) Los titulares de sus órganos de gobierno son distintos e independientes de los órganos de
gobierno de las colectividades territoriales superiores
Esta, por lo contrario, no plantea problema político alguno de reparto o distribución del poder
29
www.uned-derecho.com
político en el seno del Estado o de su territorio, pues su finalidad es, únicamente, la de otorgar
una mayor libertad de gestión a los responsables de un servicio público o actividad
Administrativa.
4.9. LA DESCONCENTRACIÓN.
A) La Delegación Intersubjetiva :
Se caracteriza por el acuerdo entre un Ente territorial Superior y otro inferior para el ejercicio
por éste de las competencias de aquel. Un supuesto típico es el previsto en el art. 27 de LRBRL,
delegación de competencias estatales, autonómicas o de otras entidades locales superiores a los
Municipios y que requiere para su efectividad "la aceptación por el Municipio interesado" y previa
consulta o informe de la CC.AA, si se delegan servicios estatales
Es una verdadera delegación porque parte de un acuerdo entre delegante y delegado, la
prevista para los Entes territoriales por la LRBRL :
-- Las competencias delegadas se ejercen con arreglo a la legislación del Estado o CC.AA.
-- En todo caso, la Administración delegante podrá dirigir y controlar el ejercicio de los servicios
delegados.
Con el término de Gestión Forzosa se quiere aludir a todos aquellos supuestos en que un Ente
territorial Inferior gestiona obligatoriamente servicios de otro superior, aquí no obstante mantiene
la titularidad de la Competencia.
Lo que realmente singulariza a esta figura y la distingue de la delegación intersubjetiva es la
obligatoriedad.
La L.R.J.A.P. y del P.A.C. aclara de alguna forma este panorama al regular la figura de la
Encomienda de Gestión, cuyos efectos consisten en atribuir "por razones de eficacia o cuando no
poseen los medios técnicos idóneos para su desempeño" a otros órganos de la misma o de
distinta administración La "realización de actividades de carácter material, técnico o de servicios
de la competencia de los órganos administrativos o de las Entidades de Derecho Público.
30
www.uned-derecho.com
forzosa.
Tras la C.E. de 1978, la avocación entre Entes públicos independientes o avocación
intersubjetiva, resulta difícilmente conciliable con la enfática proclamación de la autonomía de las
CC.AA. y de las corporaciones locales,
El art. 155 CE contempla, en efecto la posibilidad de que el Estado avoque competencias de
las CC.AA. y convierta a sus autoridades en órganos que cumplen instrucciones estatales, así
como otras medidas que aseguran el cumplimiento forzoso de las obligaciones que la C.E. y
otras leyes impongan a las CC.AA.
La delegación de competencias permite a un órgano, el delegado, que ejerza por encargo las
competencias de otro, delegando sin que por ello se altere el sistema objetivo de distribución de
competencias, como ocurre con la desconcentración.
La L.R.J.A.E de 1957 reguló un supuesto especial de delegación de competencias de los
Ministros en los órganos inferiores de su Ministerio. Dos formalismos : Publicación en el B.O.E y
la exigencia de que en el acto del delegado haciendo uso de la misma constase que se hace "por
delegación".
La L.R.J.A.P y P.A.C. ha flexibilizado de forma notable el régimen de la delegación, la ley
admite genéricamente, la delegación "cuando existan circunstancias de índole técnica
económica, social, jurídica o territorial que lo hagan conveniente.
En cuanto a las materias no susceptibles de delegación al tradicional supuesto de que no
pueden delegarse las competencias que se ejerzan por delegación (delegaius delegare non
potest). Se añade la prohibición de delegar el ejercicio de la competencia para resolver un asunto
cuando se haya emitido con anterioridad dictamen preceptivo acerca del mismo. Las
formalidades requeridas para la validez de las delegaciones son varias :
31
www.uned-derecho.com
C.- La Avocación :
4.12. EL CONFLICTO.
POSITIVO: Se plantea previo requerimiento ante el órgano ejecutivo supremo del ente
presuntamente invasor de la competencia para derogar la norma o que anule el acto o resolución
cuestionada. Este requerimiento debe hacerse en el plazo de dos meses contando desde la
publicación de la norma o comunicación del acto, indicando los preceptos infringidos ; si el
requerido no contesta en el plazo de un mes, o lo hace en sentido negativo, el requiriente podrá
plantear el conflicto ante el Tribunal Constitucional, que resolverá tras oír, por plazo de 20 días,
al órgano requerido.
Los conflictos entre diferentes entidades locales se resolverán por la CC.AA. o por la
Administración del Estado, previa autorización de las CC.AA afectadas y sin perjuicio de la
ulterior posibilidad de impugnar la resolución ante la Jurisdicción Contencioso Administrativa.
4.13. CONTROL.
32
www.uned-derecho.com
de la relación de su actividad con los costes que genera y los logros obtenidos.
-- El control sucesivo, activa a posterior, puede resultar ineficaz cuando la actividad indeseable
se ha producido.
-- El control permanente, supone la vigilancia continua sobre un servicio.
-- Los controles provocados, se originan por denuncia, queja, recurso y obliga a la Admon. a
realizar algún tipo de investigación para satisfacer a aquellos y obtener una respuesta.
4.14. LA COORDINACIÓN.
A) La Coordinación interorgánica.
-- Entre las técnicas orgánicas de coordinación o, lo que es igual, órganos a los que el
ordenamiento atribuye en razón de su posición una función coordinadora dentro de la Adm. del
Estado, pueden señalarse como más importante :
-- El P. del Gobierno, las Comisiones Delegadas del Gobierno, el Delegado del Gobierno en las
CC.AA. y el Subdelegado de Gobiero en la Provincia.
-- Las técnicas funcionales también son numerosas, desde la más modesta de las reuniones
periódicas de los titulares de los órganos inferiores, hasta la operación extrema de planificación
económica.
Cuando no existe relación de jerarquía, que es lo que ocurre entre el Estado, las CC.AA y las
Entidades Locales, la coordinación es más difícil de establecer porque la autonomía que
constitucionalmente protege a estos entes los inmuniza contra la coacción que el órgano
coordinador tuviera necesidad de ejercitar.
Como causa de legitimación de la coordinación se establece la de asegurar la coherencia de la
actuación de las administraciones; es preciso que las finalidades anteriores no puedan alcanzarse
por los procedimientos de la Cooperación económica o técnica de carácter voluntario. La
Coordinación se impone por ley estatal o autonómica, se realizará mediante la definición
concreta y en relación con la materia, servicio o competencia determinados de los intereses
generales o comunitarios.
El efecto de la Coordinación es que las Entidades Locales deberán ejercer sus facultades de
programación, planificación u ordenación de los servicios o actividades de su competencia en el
marco de las previsiones de los planes.
Está claro que al Estado le corresponde una potestad de coordinación sobre las CC.AA.,
reconociendo en la C.E., que la contempla cuando alude a las funciones del Delegado del
Gobierno en la CC.AA (artº 154) también puede entenderse como una forma de coordinación la
que se ejercita por el Estado a través del dictado de una legislación básica. Todo ésto está
avalado por sentencia de T.S. 5/8/83.
33
www.uned-derecho.com
4.15. LA COOPERACIÓN.
Es una coordinación voluntaria desde una posición de igualdad de los diversos entes
públicos sin imperactividad ni coacción para su cumplimiento.
La L.R.B.R.L ha establecido en su art. 57 la cooperación entre las distintas Administraciones.
También la L.R.J.A.P y P.A.C. establece que "Las Administraciones Públicas, en sus
relaciones, se rigen por el principio de cooperación".
Son órganos colegiados que se reúnen con el fin de asegurar en todo momento la necesaria
coherencia de la actuación de las Administraciones públicas y, en su caso, la imprescindible
coordinación y colaboración, los representantes del Estado y de las CC.AA. para "intercambiar
puntos de vista, examinar en común los problemas de cada sector y las medidas proyectadas
para afrontarlos y resolverlos".
B) Convenios de colaboración.
4.16 . LA PARTICIPACIÓN.
34
www.uned-derecho.com
Tema 5
La administración del Estado
1) La falta en aquélla de una Administración Periférica, ya que no hay una división territorial del
Estado.
2) Otra diferencia notable es el del mayor grado de politización de nuestra Administración del
Estado.
Sobre los órganos que componen la Administración del Estado, es clásica la distinción entre
órganos de la Administración central, con competencia sobre todo el territorio nacional y órganos
periféricos con competencias reducidas a una parte de aquél.
A) El Consejo de Ministros :
B ) El Presidente :
35
www.uned-derecho.com
El proceso del nombramiento del Presidente se inicia con la propuesta por el Rey de un
candidato, realizada previa consulta a los grupos políticos con representación parlamentaria. El
candidato deberá exponer, ante el Congreso de los Diputados, el programa político del Gobierno
que pretende formar y solicitar la confianza de la Cámara. En primera votación se exige la
mayoría absoluta y en la segunda, 48 horas después, la mayoría simple.
El cese del Presidente tiene lugar, por fallecimiento o dimisión del mismo, así como en los
casos de expiración del mandato parlamentario y de pérdida de la confianza parlamentaria. Esta
se produce en dos supuestos :
a) Cuando el propio Presidente plantea ante el Congreso de los Diputados una cuestión de
confianza sobre su programa o sobre una declaración de política general.
b) La confianza se pierde asimismo cuando prospera la moción de censura que regula el art. 113
CE. Esta debe proponerse al menos por la décima parte de los Diputados y habrá de incluir, de
acuerdo con su naturaleza constructiva, un candidato a la Presidencia del Gobierno.
Respecto a sus funciones, el art. 98.2 CE, las resume diciendo que "el Presidente dirige la
acción del Gobierno y coordina las funciones de los demás miembros del mismo, sin perjuicio de
la competencia y responsabilidad directa de éstos en su gestión". El art. 2 de la Ley de
Organización de la Administración Central del Estado de 1983 atribuye al Presidente la
representación, la dirección de la acción del Gobierno y la coordinación de sus miembros, etc.
C) Los Vicepresidentes :
La figura del Vicepresidente se encuentra aludida en el art. 98 CE, que deja claro el carácter
potestativo de su creación. La Ley de 1983, de Organización de la Administración Central del
Estado ha concretado sus funciones en la sustitución del Presidente en los casos de
fallecimiento, ausencia en el extranjero, o enfermedad. Ahora bien, la experiencia demuestra que
unas veces los Vicepresidentes actúan como segundos Presidentes o bien como Superministros
coordinadores de determinadas áreas.
La responsabilidad penal del Presidente y los demás miembros del Gobierno, según el art. 102
CE, será exigible ante la Sala de lo Penal del Tribunal Supremo. Si la acusación fuera por
traición o cualquier otro delito contra la seguridad del Estado sólo podrá ser planteada por
iniciativa de la cuarta parte de los miembros del Congreso y con la aprobación de la mayoría
absoluta del mismo. En ninguno de estos supuestos será aplicable la prerrogativa de gracia.
En materia de incompatibilidades, el art. 98.3 establece que los miembros del Gobierno no
podrán ejercer otras funciones representativas que las propias del mandato parlamentario, ni
cualquier otra función pública que no derive de su cargo, ni actividad profesional o mercantil
alguna.
En cuanto al funcionamiento y a falta de reglas especificas, el Consejo de Ministros debe
acomodarse (órgano colegiado) a las normas establecidas en la L.R.J.A.P. y P.A.C. (orden del
día quórum de asistencia y validez de los acuerdos y responsabilidad). En virtud del art. 26.4 de
dicha ley, se excluye la responsabilidad de aquellos ministros que voten motivadamente en
contra de un determinado acuerdo.
36
www.uned-derecho.com
Como antecedente de los actuales Ministerios suelen citarse las Secretarias de Despacho del
Antiguo Régimen. En todo caso es Napoleón a quien se atribuye la paternidad de la actual
estructura departamental y especialización ministerial. En España, con la Constitución de Bayona
de influencia napoleónica, aparecen enumerados hasta nueve Ministerios: Justicia, Guerra,
Marina, etc, que en la Const.de Cádiz se reducen a siete, denominándoseles con el tradicional
término de Secretarios de Despacho.
En el transcurso del siglo XIX se irá afianzando la estructura departamental, que sustituirá
totalmente a la administración de los Consejos, aumentando asimismo el número de Ministerios,
que se enumerarán por primera vez, y se fijará su número, en el art. 3 de la L.R.J.A.E ; en la
actualidad se ha fijado en 15. Se dan diversas explicaciones sobre las causas del aumento;
evidentemente es consecuencia del creciente intervencionismo de la Administración. En los
regímenes parlamentarios la proliferación ministerial tiene también como causa estrictas razones
políticas, por cuanto el aumento de los miembros del Gobierno es consecuencia, en ocasiones de
la ambición de los partidos. La creación de Ministerios es, unas veces, creación ex novo y otras
se origina por desdoblamiento de anteriores. Lo normal es que al frente de cada Ministerio esté
un Ministro. Sin embargo es frecuente la figura del Ministro sin cartera, es decir, miembro del
Consejo de Ministros sin departamento ministerial propio (art. 4 de la L.R.J.A.E.).
Conforme a la más reciente regulación los Departamentos ministeriales son los siguientes :
Asuntos Exteriores ; justicia e Interior ; Defensa ; Economía y Hacienda; Obras Públicas y
Transportes; Educación y Ciencia; Trabajo y Seguridad Social; Industria, Comercio y Turismo;
Agricultura, Pesca y Alimentación; Para las Administraciones Públicas; Cultura; Sanidad y
Consumo; De Relaciones con las Cortes y de la Secretaria del Gobierno ; Asuntos Sociales y
Portavoz del Gobierno (R.D. 298/1991).
1) Preparar y presentar al Gobierno los proyectos de Ley o Decretos relativos a las cuestiones
atribuidas a su Departamento.
3) Nombrar y separar a los funcionarios del Departamento. Destinar y ascender a los mismos
cuando sea facultad discrecional del Ministro.
5) Firmar en nombre del Estado los contratos relativos a asuntos propios de su Departamento.
En términos similares el R.D. 1.558/1977, de 4 de Julio, que introduce la figura del Secretario
de Estado en nuestra Administración lo califica como órgano "intermedio entre el Ministro y el
Subsecretario". Como aquéllos, los Secretarios de Estado pueden asistir con voz pero sin voto, a
las reuniones del Consejo de Ministros y de las Comisiones Delegadas, para informar cuando
sean convocados, y se les asigna, además, un elenco de funciones propias de los Ministros y que
37
www.uned-derecho.com
1) Nombrar y separar a las autoridades subordinadas, salvo que esa facultad corresponda al
Consejo de Ministros.
2) Nombrar, separar y ascender a los funcionarios.
4) Firmar en nombre del Estado los contratos relativos a los asuntos que le competan.
Las funciones que cumplen son las siguientes: Coordinar la actividad de los Ministerios en
ellas integrados ; preparar y realizar estudios de aquellos asuntos importantes y que repercuten
en la vida nacional y exijan el conocimiento del Consejo de Ministros.
Posteriormente, las Comisiones Delegadas del Gobierno han sido objeto de una nueva
regulación por el R.D. 3.234/1981, que las reduce a 5 : Política Exterior, Seguridad del Estado,
Asuntos Económicos, Política Autonómica, Política Educativa, Cultural y Científica. Se enumeran
los Ministros que forman parte de dichas Comisiones Delegadas correspondiendo su Presidencia
al Presidente del Gobierno.
38
www.uned-derecho.com
3) Ejercer todas las demás facultades, prerrogativas y funciones que les atribuyan las
disposiciones en vigor (art. 15).
La responsabilidad tanto civil como penal por actos realizados en el ejercicio de sus cargos
se exigirá ante las Salas correspondientes del Tribunal Supremo.
Por su parte las Secretarias Generales Técnicas son órganos de alto nivel, de la misma
categoría de las Direcciones Generales. Pero se diferencian de éstas por la naturaleza auxiliar de
sus funciones, orientadas a la planificación del más alto nivel en las materias atribuidas al
Departamento y al estudio de la organización y métodos tendentes a racionalizar su estructura y
procedimiento. Sólo hay una Secretaria General Técnica por cada Departamento.
1. Elaborar los proyectos de planes generales de actuación y los programas de necesidades del
Departamento.
2. Prestar asistencia técnica y administrativa al Ministro en cuantos asuntos éste juzgue
conveniente, con vistas a la coordinación de los servicios.
3. Proponer las normas generales sobre adquisición de material y cuantas disposi-ciones afecten
al funcionamiento de los servicios.
39
www.uned-derecho.com
Para que la acción política y administrativa llegue a todo el territorio nacional, el Estado
necesita de otros órganos de competencia limitada a una parte de aquél y jerárquicamente
subordinados a los órganos centrales. A este efecto el territorio nacional se divide en
circunscripciones con capitalidades diversas. La más importante es la Provincial.
Sobre las provincias y con ese ámbito competencial se establecieron los más importantes
órganos estatales periféricos : el Gobernador civil y las Delegaciones de los Ministerios y también
en ocasiones, de sus Direcciones Generales u Organismos autónomos. La demarcación
provincial se estimó insuficiente para determinados sectores de la Administración. Así se creó un
nivel de Administración periférica supraprovincial del que son ejemplo las Jefaturas Mineras, de
ámbito regional, las Audiencias Territoriales en la Administración de Justicia o las Capitanías
Generales en la Militar.
El Estado centralista del Siglo XIX quiso llegar, y llegó, con la presencia de la Administración
del Estado hasta el último de los Municipios. La Const. de 1978 con la creación de las CCAA, y la
proclamación de la autonomía municipal ha supuesto la introducción de importantes cambios en
la Administración periférica del Estado.
El nivel regional se ha visto potenciado con la figura del Delegado del Gobierno en las CCAA.
creada por el art. 154 de la Const. para dirigir la Administración del Estado en la C. Autónoma y
coordinarla; Por otra parte, algunas Delegaciones Ministeriales y de otros organismos estatales
han sido traspasados en todo o en parte a las CCAA, creándose así en las Provincias una
Administración Periférica autonómica en paralelo con la estatal integrada ahora por el
Gobernador civil.
La previsión del art. 154 CE sobre la figura del Delegado del Gobierno en las CCAA, y la
creación de las 17 actuales ha traído la instauración de un nuevo nivel de Administración
periférica del Estado, superior al provincial y que tiene por misión dirigir y coordinar la
Administración civil del Estado en el ámbito de la C. Autónoma, conforme a las directrices del
Gobierno.
Como cabeza de esta nueva Administración periférica el Delegado del Gobierno se configura
como un Super Gobernador que ostenta la representación del Gobierno en el territorio de la C.
Autónoma y ejerce su superior autoridad sobre los Subdelegados de Gobierno en la Provincia y
sobre todos los órganos de la Administración civil del Estado en el territorio autonómico.
El Delegado del Gobierno tiene la consideración de alto cargo de la Administración a efectos
de incompatibilidades y de la exigencia de responsabilidad civil y penal ante el Tribunal Supremo
y es nombrado por Real Decreto a propuesta del Presidente del Gobierno.
En cuanto a la Delegación General, que depende funcionalmente de la Presidencia del
Gobierno y orgánicamente del Ministerio de Justicia e Interior, está integrada por las siguientes
unidades : Secretaria General, Gabinete Técnico, Asesoría Jurídica, Aseso-ría Económica y
Comisión de Coordinación.
40
www.uned-derecho.com
A) Orígenes y evolución :
La figura del Gobernador civil aparece en nuestra Administración con el nombre de Prefecto,
durante la vigencia de la Const, de Bayona que intentaba dividir España en 83 prefecturas.
Fueron después las Cortes de Cádiz las que recrearán la figura con el nombre de Jefe Superior,
atribuyéndole el mando de la provincia y regulando sus facultades. Sin embargo, dadas las
vicisitudes políticas de la época, la figura no vuelve a aparecer en su configuración actual hasta
los Reales Decretos de 1833, que aprueba la famosa Instrucción a los Subdelegados de Fomento
de Javier de Burgos. La denominación de Gobernador civil aparece en 1834, que crea el
Ministerio del Interior.
El Gobernador civil, en su versión de Delegado de Fomento, habría de desempeñar funciones
predominantemente administrativas dirigidas al fomento de la riqueza y al bienestar público.
Del Gobernador civil pretendió hacerse, también un órgano unificador de todos los organismos y
dependencias de la Administración Central en las provincias, a modo y semejanza de las
prefecturas francesas.
Un problema análogo se dio en Francia con las relaciones entre el Prefecto y los organismos
ministeriales periféricos. La misma e importada preocupación por potenciar en relación con las
Delegaciones Ministeriales, la figura del Gobernador civil se va a producir en nuestra
Administración en los años sesenta, aunque su alcance será menor porque se concretaría en la
creación de órganos colegiados de coordinación.
A este efecto se transformaron las Comisiones Provinciales de Servicios Técnicos en órganos
de la Administración periférica del Estado, que presididas por el Gobernador civil, reunían en su
seno a los representantes o Delegados de los Ministerios en la provincia, originándose en este
nivel una reproducción del modelo del Gobierno central, incluso con sus Comisiones delegadas.
Por esa vía no se llegó a soluciones definitivas en orden a una real subordinación de los
órganos estatales periféricos. Las funciones y competencias del Gobernador civil eran todavía de
gran importancia en las siguientes materias :
La figura del Gobernador sufrió importantes cambios, de una parte ha dejado de ser el
Presidente nato de la Diputación provincial y ha perdido los poderes de nombramiento de
Alcaldes y control y tutela sobre los Municipios; de otra, su posición de supremacía sobre los
organismos provinciales del Estado se vio mermada en la misma proporción en que las
competencias y los servicios integrados en éstos han sido traspasados a las CCAA.
Con todo, sus facultades como primera autoridad del Estado en la provincia siguieron siendo
importantes. En cuanto a las facultades el Gobernador civil, como responsable de la política del
41
www.uned-derecho.com
a) Dirige, impulsa y coordina la actividad de los distintos servicios de la Administración civil del
Estado.
b) Vela por el estricto cumplimiento de sus deberes por parte de los funcionarios públicos,
promoviendo, cuando proceda, la incoacción de los expedientes disciplinarios que correspondan.
c) Actúa como órgano de comunicación y colaboración y comunicación entre la Administración
civil del Estado y las Administraciones locales y provinciales
d) Informa y, en su caso, propone al Gobierno las inversiones públicas en la Provincia,
impulsando y controlando su realización.
Otras facultades son la del ejercicio de la potestad sancionadora en los términos previstos en
las leyes, la expropiatoria en nombre del Estado y la de suscitar conflictos de atribuciones con
otras autoridades administrativas y a los Jueces y Tribunales. Dentro de las funciones se
enumeran las siguientes :
Aquí, como se hizo en Francia en 1964, se intenta subordinar efectivamente los organismos
ministeriales provinciales al Gobernador civil, comenzando para ello por establecer una
denominación y un régimen orgánico común. En adelante todos los organismos dependientes de
cada Ministerio se organizarán en una única Dirección Provincial que tendrá el carácter de unidad
de gestión y ejecución de la política del Gobierno y de sus programas de actuación en el sector
correspondiente.
Al frente de estas Direcciones Provinciales están los Directores Provinciales, nombrados, previo
informe del Gobernador civil, entre funcionarios de carrera del respectivo Ministerio.
C) El Subdelegado de Gobierno :
42
www.uned-derecho.com
En las Islas en las que se determine existirá un director insular de la Administración General
del Estado, nombrado por el Delegado de Gobierno entre los funcionarios con titulación de grado
medio.
43
www.uned-derecho.com
Tema 6
La organización territorial.
Sobre un mismo territorio pueden establecerse una o varias Administraciones Públicas. Nada
se opone a que una sola organización, la Adm. del Estado actúe sobre todo el territorio. Esta era,
la situación con anterioridad a la Revolución francesa, donde muchos pueblos ni siquiera tenían
Ayuntamiento.
De esta situación se ha pasado, en menos de dos siglos, a aceptar la posibilidad de que
sobre un mismo territorio y sobre unos mismos ciudadanos incidan, actúen, o tengan jurisdicción
hasta 6 Administraciones Públicas o territoriales que se van superponiendo de menor a mayor
ámbito territorial y más importantes competencias formando una especie de pirámide.
Esta sucesiva superposición de nuevas Administraciones territoriales, irracional y muy
costosa, es fruto de un acarreo histórico en el que la creación de nuevas Administraciones no ha
sido seguida de la supresión de otras. Por eso ese fenómeno de crecimiento de organizaciones
públicas sólo se explica analizando los orígenes modernos de la Adm. contemporánea y su
evolución posterior.
Si en España hay hoy más de 8.000 municipios y en Francia más de 36.000, pareciendo
excesivos porque proyectan una primera división territorial irracional y costosa para el
establecimiento de servicios públicos de primer escalón, es porque en los orígenes del Estado
moderno se terminó por definir el municipio en función de un mínimo de población.
Dice Roussillon que el municipio prerrevolucionario aparece como un hecho urbano, no rural.
Una organización administrativa dotada de privilegios públicos, de potestades de gobierno, que
existe en las villas y no en el campo.
Esa realidad discriminatoria contra los núcleos de población campesinos fue vista como
un privilegio incompatible con la idea de igualdad que la Revolución francesa postulaba y que
llevó en 1789, por Decreto a la abolición de todos los privilegios.
La concepción del gran municipio que se defiende en la memoria y Proyecto de Ley, que en
nombre del Comité de Constitución, defendió Thouret en la Asamblea Nacional en 1789 y cuyo
art. 2º disponía que : "Cada departamento será dividido en nuevas divisiones de 36 leguas
cuadradas de superficie". Estas divisiones determinarán el número de municipios. Por debajo de
ese gran municipio no se contempló ninguna otra organización formalmente independiente pero
si la creación de una especie de Adm. municipal desconcentrada.
El gran municipio que se proyectaba no era, una federación de pequeños municipios, sino
una única organización con diversas oficinas o "agencias".
En la memoria de Thouret se criticaba el pequeño municipio rural por su predisposición a ser
"caciqueado" por los señores clérigos y algunos notables, peligro que no existiría en el gran
municipio porque "el único medio de emancipar la autoridad municipal es la de distribuirla sobre
grandes masas".
También sostenía que esos grandes municipios serían una buena escuela de administración y
de formación del espíritu de servicio público.
Frente a esta argumentación se adujo que el gran municipio implicaba el establecimiento
de su sede o capital en una villa con lo que la parte del territorio municipal más pobre, las zonas
rurales, serían subyugadas y víctimas de la más rica.
El 12 de noviembre de 1789, la Asamblea abandona el Proyecto de Thouret, que avalaban
Sieyes y Condorcet, y a propuesta de su Presidente, aprobó la proposición de que habría una
municipalidad, es decir, que se estableció un Municipio, una organización administrativa
independiente, sobre cualquier núcleo de población por mínimo o reducido que fuese.
44
www.uned-derecho.com
Los padres del constitucionalismo español (Const. de Cádiz) no se plantearon como los
franceses, la problemática de la estructura municipal. Así describiría Martínez Marina en 1813
que "En España había pueblos que no tenían organización alguna, mientras que otros tenían su
Ayuntamiento, cada comunidad local tiene un régimen jurídico diferente". La fórmula
constitucional que se propone contra este desorden es la generalización de un régimen uniforme
de organización municipal.
El art. 310 CE dispuso que "se pondrá un Ayuntamiento en los pueblos que no lo tengan y
en que convenga que lo haya, no pudiendo dejar de haberlo cuando haya mas de 1.000 almas".
Esta fórmula parece inspirada en la que aprobó la Asamblea Constituyente Francesa en 1789.
Así se desprende, de la Legislación posterior de desarrollo que atribuye a las Diputaciones
provinciales la tarea de crear y suprimir municipios. La Ley de 1835 estableció como criterio para
la supresión de un municipio, el de cortedad del vecindario, entendiéndolo así cuando no
excedan de 50 vecinos. El R.D. de 1835 sobre Arreglo Provisional de los Ayuntamientos del
Reino, que reconoce el derecho a tener Ayuntamiento propio a los núcleos "siempre que su
población llegue a los 100 vecinos".
La fijación de un número de habitantes tan exiguo resultaba impracticable en zonas muy
densamente pobladas, constituidas por pequeños núcleos con escasas distancias entre ellos,
como ocurre en Galicia y otras regiones.
45
www.uned-derecho.com
que ya estaba en sus orígenes, de división territorial del Estado y Corporación Local.
Como Ente territorial o Corporación Local, la provincia fue destacándose paulatinamente
sobre la base de definir unos intereses provinciales como diversos de los municipales y estatales,
materializándose en la gestión de determinados servicios públicos, fundamentalmente de índole
asistencial, benéfica y sanitaria y de suplencia de los municipios.
46
www.uned-derecho.com
La división provincial de los liberales va a originar, aparte del pleito comarcal en Cataluña,
otra frustración que se alimentará en parte de la nostalgia histórica de la organización territorial
anterior a la Guerra de Sucesión y del Decreto de Nueva Planta de 1714 y, en parte, de las
prédicas del doctrinarismo federal.
El art. I de este Proyecto de Const. Federal, después de la enumeración de los Estados
(Asturias, Aragón, Canarias, etc.), dejaba la existencia de las provincias al libre albedrío de los
Estados. En la II República la circunstancia de que su proclamación coincidiera de hecho con la
de la Generalidad de Cataluña y que ésta anticipará la disolución de las Diputaciones
Provinciales, condicionó ya el último proceso antiprovincialista.
Sobre una tendencia, del nacionalismo catalán a la eliminación a la división provincial y de las
Diputaciones Provinciales se discutió y aprobó la Const. de la Segunda República de 1931
definiéndola como "Un Estado integral, compatible con la autonomía de los municipios y las
regiones". La provincia constitucionalizada tras los intentos de su eliminación, se define como
una Entidad formada por la agrupación de municipios y destinada precisamente a ser el sujeto
activo de la creación de las regiones.
La Const. de 1931 desde la perspectiva del texto de 1978, sorprende su resistencia frente a
las ideologías nacionalistas y fueristas y su moderada descentralización, como se desprende de
los siguientes datos :
La introducción con las CCAA de un nuevo nivel de Administración territorial se hizo por los
constituyentes de 1978 sin preocupación por la vertiente organizativa y administrativa de la
cuestión; la discusión se centró en la amplitud de este concepto y en los riesgos de su incidencia
sobre la unidad de España a través de las expresiones de nación española y nacionalidades.
La Const. no fijó criterios materiales para la nueva división territorial, ni estableció un mapa
regional o autonómico, ni enumeró las CCAA, ni fijó su número o dimensiones, como hacen las
Constituciones de los Estados Federales y Regionales.
Consecuencia directa del predominio del criterio historicista y la marginación del geográfico,
demográfico y otros, es el actual mapa autonómico, desequilibrado desde el punto de vista de la
extensión territorial, el número de su población y su economía.
Entre las 17 CCAA que al final han resultado, las hay que comprenden 8 provincias
(Andalucía) y otras 7 de una sola (Asturias, etc.), y toda una gama de combinaciones
intermedias.
Además de las disfunciones de todo orden que ha de originar una división territorial tan
descompensada desde todos los puntos de vista, es de interés dar cuenta de otra característica:
La de establecer distintos niveles en la pirámide de las Administraciones territoriales en unas y en
otras CCAA.
Esa desigualdad es consecuencia, en primer lugar, de la eliminación de la Provincia como
Ente local, para las CCAA. uniprovinciales. El art. 141.3 CE impone, de una parte, una
47
www.uned-derecho.com
organización territorial insular, con el mismo carácter forzoso u obligatorio que se imponen las
CCAA. Pero además, tanto en los archipiélagos, como en el territorio peninsular, pueden crearse
otras Administraciones territoriales sobre la base de una agrupación infraprovincial de los
municipios, como la comarca.
Comarcas u otras entidades que agrupen varios municipios es posible, siempre que lo
autoricen los Estatutos de la respectiva CA. y que se agrupen en ella varios municipios cuyas
características determinen intereses comunes precisados de una gestión propia o demanden la
prestación de servicios de dicho ámbito.
La iniciativa para su creación podrá partir de los propios municipios interesados, sin que
puedan crearse salvo para Cataluña, si a ello se oponen expresamente las 2/5 partes de los
municipios.
Las Áreas metropolitanas, se crean mediante Ley de las CCAA previa audiencia de la
Administración del Estado, de los Ayuntamientos y Diputaciones afectadas. Deberá determinar su
organización, régimen económico y de funcionamiento, garantizará la independencia de todos los
municipios en la toma de decisiones y una justa distribución de las cargas entre ellos.
La Mancomunidad de Municipios surge del derecho de asociarse con otros para la ejecución
en común de obras y servicios determinados de su competencia. Tienen personalidad y
capacidad jurídica para el cumplimiento de sus fines específicos y se rigen por sus Estatutos
propios.
48
www.uned-derecho.com
Tema 7
Las Comunidades Autónomas.
A) La fase preautonómica :
El proceso autonómico, tomó la salida sin esperar a la promulgación de la Const. a través del
restablecimiento de la Generalidad de Cataluña, por Decreto-Ley de 1977. Orgánicamente el modelo
preautonómico consistió en la creación de un órgano colegiado, denominado Junta, Consejo o
Diputación, que asumía los máximos poderes y otro unipersonal, el Presidente nombrado por aquél y,
por último, otro colegiado a modo de gobierno. Los contenidos competenciales de las preautonomías
fueron modestos, atribuyéndoles funciones ejecutivas incluidas las reglamentarias.
La desigualdad que la Const. consagra se traduce en aceptar dos clases de autonomías, la plena o
máxima y la gradual que, dan lugar a diversos niveles competenciales. Estos dos niveles vienen
49
www.uned-derecho.com
determinados por los sistemas de acceso a una u otra clase, en lo que a la autonomía plena se refiere,
por lo que cabe distinguir, según la via prevista los siguientes supuestos :
Primero están las Comunidades que durante la vigencia de la Const. de 1931 habían plebiscitado su
Estatuto. Para estas se articuló una vía de acceso a la autonomía plena que comenzaba con el acuerdo
de su órgano preautonómico superior, la redacción de su Estatuto por una Asamblea de sus
parlamentarios, acuerdo con la Comisión Constitucional del Congreso, referéndum, etc.
Este sistema fue el seguido para la aprobación de los Estatutos de Cataluña, País Vasco y Galicia. El
Proceso más riguroso para el acceso a la autonomía plena y la aprobación del Estatuto es el
procedimiento previsto en el art. 151 de la Const. y del que se liberaron, por lo dicho, las nacionalidades
históricas. Dicho precepto exigía que la iniciativa autonómica fuera aprobada, por las Diputaciones y
por las 3/4 partes de los municipios de cada una de las provincias afectadas. El rigor de ese referéndum
para la iniciativa fue desafiado por Andalucía que logró resultados positivos en todas las provincias,
menos en Almería.
Otra forma de acceso a la autonomía ha sido el proceso de autonomía gradual, complementado con
Ley Orgánica. Estas tendrían la virtualidad de extender hasta niveles superiores o plenos las
competencias que corresponderían de seguir el procedimiento gradual regulado en los arts. 143 y 146
de la Const. y sin esperar los 5 años previstos en el art. 148.2. Este ha sido el proceso de aprobación de
los Estatutos y creación de las CCAA de Valencia y Canarias.
Para el acceso a la autonomía gradual los arts. 143 y 146 de la Const. diseñaron el procedimiento más
sencillo, prescindiendo de la consulta popular. La iniciativa del proceso se condiciona únicamente a la
aprobación de las Diputaciones interesadas o al órgano interinsular correspondiente y de las 2/3 partes
de los municipios. Sólo el Estatuto de Cantabria ha ajustado sus competencias al límite del art. 148 CE.
De todos los procesos expuestos, se ha liberado la CA de Navarra que, incluso, ha conseguido
marginar la técnica estatutaria, alcanzando las máximas competencias a través de lo que se ha
designado con la arcaica denominación de Amejoramiento del Fuero y que ha servido también para
esquivar, la posible incorporación al País Vasco, prevista en el Estatuto de éste.
Tras este proceso autonómico, que ha culminado con la aprobación en 1983 de los Estatutos de
Baleares, Extremadura, Castilla-León y Madrid, se ha completado el mapa autonómico que incluye 17
Comunidades, de las cuales, 6 son de autonomía plena y 11 de autonomía gradual.
La reforma de los Estatutos está regulada en el art. 147.3 CE que se remite a lo en ellos previsto,
requiriendo, la aprobación por las Cortes Generales, mediante Ley Orgánica. En general, los
procedimientos previstos en los Estatutos de las Comunidades de autonomía gradual son muy sencillos,
sin la exigencia de la aprobación por referéndum popular, exigiéndose la aprobación de éste antes de
su sanción definitiva por las Cortes Generales.
Para las CCAA de autonomía plena, que aprobaron sus Estatutos por la via del art. 151 CE el art.
152.2 preceptúa que su reforma exigirá el referéndum entre los electores inscritos en los censos
correspondientes.
Tampoco es previsible que se produzca una reforma de los Estatutos para alterar el mapa territorial,
mediante la agregación o segregación de las provincias que actualmente componen cada Comunidad.
Cualquier alteración de los límites territoriales requerirá sendos procesos de reforma de los Estatutos
en las Comunidades afectadas y complejos arreglos para el reparto de las infraestructuras
administrativas (el Estatuto de Andalucía, contempla la hipotética incorporación de Gibraltar).
En todo caso parecen descartadas las segregaciones de las provincias para constituirse en
Comunidades uniprovinciales a la que aquella pertenece.
50
www.uned-derecho.com
mayor complejidad. El error fundamental del diseño constitucional es, el no haber resuelto desde la
propia Constitución, mediante las oportunas listas, cuáles son las competencias propias del Estado, las
correspondientes a las CCAA y las compartidas. Tampoco se siguió el modelo de los Estados federales,
ni el esquema de los Estados regionalistas. Se siguió el original camino de hacer de los Estatutos, cuyo
número se desconocía, la pieza básica de la distribución de competencias dentro de la "carta
competencial" establecida por los arts. 148 y 149.
Este precepto enumera las competencias que las CCAA pueden asumir a través de sus Estatutos.
Para las Comunidades de autonomía plena estas competencias constituyen un mínimo, superable a
través del art. 149. Para las de autonomía gradual el art. 148 suponía el máximo competencial,
mejorable por la reforma de sus Estatutos transcurridos 5 años desde su aprobación.
El art. 149 enumera una serie de materias sobre las cuales se asegura, en principio, la competencia
exclusiva del Estado. Por ello este precepto se ha considerado como el más fundamental, ya que
ofrece, desde la Const. el criterio más firme de delimitación que no puede ser alterado por contrarias
previsiones estatutarias. A pesar de ello hay que hacer notar que las 32 materias que enumera no todas
son atribuidas en exclusiva al Estado, aceptando en la mayor parte de ellas una competencia
concurrente o compartida de las CCAA.
Se llaman complementarías a las tres reglas que establece el párrafo 3º del art. 149, tratando de
cerrar el sistema a fin de que no queden competencias sin su correspondiente titular.
La primera establece que las materias no atribuidas expresamente al Estado por la Const. podrán
corresponder a las CCAA en virtud de sus respectivos Estatutos.
La segunda de las reglas establecía que "las competencias sobre las materias que no se hayan
asumido por los Estatutos corresponderán al Estado". Una tercera regla sobre conflictos de normas
competenciales forzaba a incluir en los Estatutos el mayor número de materias y a calificarlas en todo
lo posible de competencias exclusivas.
El sistema del art. 149.3, se cierra con la cláusula de supletoriedad del Derecho estatal al Derecho de
las CCAA. La delimitación competencial no constituye, un sistema inalterable y definitivo, pues el art.
150 de la Const. establece dos posibles formas extraestatutarias de ampliación de las competencias
autonómicas :
-- La primera sobre competencias legislativas estatales que puede ser atribuida a todas o a algunas de
las CCAA.
-- Además el Estado podrá transferir o delegar, mediante Ley Orgánica, facultades correspondientes a
materias de titularidad estatal que por su propia naturaleza sean susceptibles de transferencia o
delegación.
D) Materias y funciones :
Los preceptos constitucionales de delimitación de competencias, arts. 148 y 149 CE hacen el reparto
atendiendo a los objetos o materias, pero sin delimitar cuáles de las diversas funciones públicas se han
de ejercitar sobre aquéllas. Sobre la atribución de la función legislativa, se ha discutido si correspondía
solamente a las CCAA de autonomía plena o si todas tenían la plenitud de esa función. Al margen de la
discusión teórica, los Estatutos de estas Comunidades de autonomía gradual han asumido
competencias legislativas e incluido en su organización la correspondiente Asamblea Legislativa.
En cuanto a la posibilidad de dictar Decretos Legislativos, unos Estatutos admiten y otros no, esa
posibilidad de que la Asamblea Legislativa faculte al órgano superior ejecutivo para dictar por
51
www.uned-derecho.com
delegación normas con rango de ley. Parece claro que los ejecutivos autonómicos no pueden dictar
Decretos-Leyes.
Dentro de las funciones ejecutivas no hay reserva alguna para entender comprendida en ella la
potestad reglamentaria, tanto en ejecución de las leyes autonómicas como, al margen de estas, en
materia de organización. Respecto a las actividades de ejecución, los Estatutos suelen precisar su
alcance a través de su automática asignación como consecuencia de la atribución de otras actividades
complementarías, o bien, a través de su enumeración específica como tales competencias de
ejecución.
7.4. LÍMITES.
La medida real del autogobierno de las CCAA depende no sólo de la amplitud de competencias y
funciones, sino también, de los límites que a su ejercicio se establezcan y de la naturaleza e intensidad
de los controles a que se sujete su actividad. La mayor parte de estos límites se recogen en el Cap. I
del Título VIII de la Const. bajo el título de "Principios Generales" de la Organización Territorial del
Estado.
El principio de unidad (art. 2 CE) "se fundamenta en la indisoluble unidad de la nación española,
patria común e indivisible de todos los españoles y reconoce y garantiza el derecho a la autonomía de
las nacionalidades y regiones que la integran y la solidaridad entre ellas". El Tribunal Constitucional en
una sentencia de 1981 dice : "La Autonomía hace referencia a un poder limitado ... autonomía no es
soberanía".
El principio de solidaridad, además de su proclamación en el artº 2, se recoge en otros preceptos
constitucionales y en algunos Estatutos.
El principio de igualdad, invocado en muy diversos preceptos constitucionales y con muy diversos
fines (arts. 1.1, 9.2, 14, 23, 30). Como una concrección del principio de igualdad puede entenderse el
de libertad de circulación de personas y bienes, principio que constituyó uno de los fines esenciales del
Estado centralista que consiguió liquidar las aduanas interiores y otros obstáculos para su plena
vigencia. Su formulación general como límite a la autonomía se hace ahora en el art. 139.2 CE en
términos categóricos :
"Ninguna autoridad podrá adoptar medidas que directa o indirectamente obstaculicen la libertad de
circulación y establecimiento de las personas y la libre circulación de los bienes en todo el territorio".
En el catálogo de limitaciones de la autonomía hay que incluir también las limitaciones a la
capacidad negocial de las CCAA por el art. 145 de la Const. que comienza por prohibir su federación.
Dentro del capítulo de limitaciones, hay que consignar las que pueden suponer sobre la función
legislativa de todas las CCAA, las leyes de armonización previstas en el art. 150.3 CE. Por razones de
interés general, apreciado por mayoría absoluta de ambas Cámaras, el Estado podrá dictar leyes que
establezcan los principios necesarios para armonizar las disposiciones normativas de las CCAA, aún en
el caso de materias atribuidas a la exclusiva competencia de éstas.
A) Clases :
El sistema de control de las CCAA está regulado en los arts. 153, 155 y 161.2 CE que lo
circunscriben a los siguientes supuestos: Tribunal Constitucional; Gobierno; J.C.A.; Tribunal de
Cuentas; Gobierno y Senado.
Al margen de estos controles puede entenderse que las CCAA están también sujetas al que,
corresponde ejercer al Defensor del Pueblo, así como a los controles ordinarios interiores a cargo de
órganos de la propia Comunidad, según las previsiones estatutarias o de posteriores normas de
organización.
Desde una perspectiva comparatista los controles descritos se han quedado por debajo de los que es
normal en los Estados federales o regionales. En los Estados federales (Alemania), aparte de los
controles judiciales, se reconoce a la federación poderes de vigilancia y control en relación con la
actividad de los Estados miembros cuando ejecutan la legislación federal a través de instrucciones o
52
www.uned-derecho.com
directivas de mayor o menor intensidad. En el Estado regional italiano hay controles previos sobre la
legislación de las regiones.
El Tribunal Constitucional en la Sentencia de 1983, ha afirmado que la Alta Inspección del Estado,
cuando está expresamente admitida por la Constitución, no es un control genérico e indeterminado,
sino que constituye sólo una potestad de vigilancia, un elemento de verificación o fiscalización que
puede llevar, en su caso, a instar la actuación de los controles constitucionalmente establecidos, pero
no a sustituirlos, convirtiendo a dicha Alta Inspección en un mecanismo de control.
Dicho control cubre tanto las leyes autonómicas como las disposiciones de inferior rango y las
resoluciones concretas. Como estas últimas también pueden impugnarse ante la J.C.A. resulta que
estamos ante una duplicidad impugnativa, difícilmente justificable.
El art. 136 CE al enumerar sus competencias, sólo le atribuye jurisdicción sobre el Estado y el sector
público estatal, pero de otra, el art. 153 se refiere explícitamente al control económico y presupuestario
que el Tribunal de Cuentas ha de ejercer sobre las CCAA. Además aumenta la confusión el hecho de
que los Estatutos autonómicos hayan diseñado instituciones parecidas al Tribunal de Cuentas del Reino
pero circunscritos al territorio y Administración de las Comunidades y con las más variadas
denominaciones : Cámara de Cómputos en Navarra, Tribunal de Cuentas Vasco, etc. Estas
instituciones autonómicas de control no suponen una exclusión o reducción de la función del Tribunal
de Cuentas del Reino sino que, se superponen a él y actúan en paralelo.
Se configura en el art. 54 CE como un "comisionado de las Cortes Generales para la defensa de los
derechos comprendidos en el Título I" a cuyo efecto podrá supervisar la actividad de la Administración,
dando cuenta a aquellas. Dentro de la línea de duplicar instituciones estatales, también por vía de
Estatutos, se han previsto instituciones parecidas con los más diversos nombres : Síndico de Greuges,
Síndico de Agravios, Justicia Mayor, etc. Los problemas que se ocasionan no sólo son los mayores
gastos que resultan, sino también, la posibilidad de que los resultados de las actuaciones de los
defensores autonómicos del pueblo no coincidan con las del Defensor del Pueblo del Estado. Pero en la
L.O. se establece que cuando el Defensor del Pueblo tenga que supervisar la actividad de las CCAA.
"Los órganos similares de éstas coordinarán sus funciones con las del Defensor del Pueblo y éste podrá
solicitarles su cooperación".
Previsto en el art. 155 CE para los supuestos en que una CA no cumpliere las obligaciones que le
impusiere la Constitución u otras leyes, o actuare de forma que atente al interés general de España. El
Gobierno en tales casos, previo requerimiento al Presidente de la CA y en el caso de no ser atendido,
con la aprobación de la mayoría absoluta del Senado, podrá adoptar las medidas necesarias para
obligar a aquélla al cumplimiento forzoso de las obligaciones o para la protección del mencionado
interés general. La redacción de éste precepto recuerda a la del art. 126 de la Const. italiana, que en
casos análogos prevé la disolución del Consejo Regional.
La Const. no ha establecido éste deber de forma específica, aunque puede entenderse implícito en
algunos preceptos constitucionales como la calificación de exclusiva de la competencia del Estado en
materia estadística, si bien sólo referida a los fines de éste. Para suplir ésta laguna, la L.P. Autonómico
ha establecido que el Gobierno y, en su caso, las Cortes Generales pueden recabar la información que
precisen sobre las actividades que desarrollen en el ejercicio de sus competencias, lo que es utilizable
por las Comunidades que, a su vez, pueden solicitar una información similar del Estado. Resulta más
53
www.uned-derecho.com
difícil concretar las formas de desarrollo de ese deber y las medidas para asegurar su cumplimiento
cuando falta la debida colaboración de las CCAA o del Estado respecto de éstas. Una de las utilizadas
para el seguimiento de la marcha de un servicio es la creación de una Alta Inspección Técnica, que el
Tribunal Constitucional ha declarado válido cuando existe una autorización constitucional o estatutaria.
La obtención de información y el deber de suministrarla, la necesidad de crear o especializar
determinados órganos en esta tarea. Así se ha creado una Comisión de seguimiento de las CCAA en el
Ministerio de Adm. Territorial, ahora Ministerio para las Adms. Públicas, y se ha hecho del Delegado del
Gobierno en las CCAA el máximo responsable de esta función.
La Const. de 1978 ha sido muy parca en materia organizativa autonómica. El constituyente sólo se
atrevió a establecer en el art. 152 un esquema de organización que sería aplicable a las CCAA de
autonomía plena, las del art. 151, sin aludir a las de autonomía gradual del art. 148. Pero las cosas
discurrieron por el camino de reproducir las segundas al modelo establecido para las primeras.
La organización institucional autonómica, se basa en una Asamblea Legislativa elegida por sufragio
universal; un Consejo de Gobierno con funciones ejecutivas y administrativas y un Presidente elegido
por la Asamblea de entre sus miembros y nombrado por el Rey. Todos estos órganos, están presentes
en la organización de todas las CCAA.
Según el común de los estatutos el régimen de éste organismo supremo de las CCAA sitúa las
siguientes reglas:
-- Todos los Parlamentos autónomos están constituidos por una sola Cámara, integrada por un número
de miembros muy variable. Son elegidos conforme a la Legislación general electoral.
-- El derecho de sufragio activo se atribuye a los mayores de 18 años que tengan residencia en
cualquiera de los municipios de la Comunidad. Los miembros de los Parlamentos autonómicos que no
están sujetos a mandato imperativo tienen reconocido, en los mismos términos que los de las Cortes
Generales, la inviolabilidad por las opiniones manifestadas en el ejercicio de su mandato y por los votos
emitidos. Los parlamentarios autonómicos sólo tienen una inmunidad parcial que se concreta en que no
sean detenidos ni retenidos sino en casos de flagrante delito, etc.
-- En virtud de los poderes de autonormación y organización que los Estatutos reconocen a las
Asambleas, se remite a los reglamentos internos de éstas tanto lo relativo al régimen de su
funcionamiento (presupuestos, régimen de personal).
-- Las Asambleas autonómicas se disuelven por expiración del término de su mandato y además por la
falta de designación del Presidente de la Comunidad en los términos previstos, normalmente de dos
meses.
B) El Ejecutivo autonómico :
Las funciones ejecutivas de las CCAA se asignan al Presidente, al Consejo de Gobierno y a los
Vicepresidentes y Consejeros. El Presidente es el máximo representante de la CA, ostenta también la
representación ordinaria del Estado y es designado por la Asamblea en los términos propios de los
sistemas parlamentarios, lo mismo sucede con su cese.
Las atribuciones del Presidente son las de designar y cesar a los miembros del Consejo de Gobierno,
dirigirlo, coordinar sus actuaciones y en general, todo lo que comporta la dirección política y la jerarquía
superior de la Adm. Autonómica. El cargo es incompatible con cualquier otra función pública o privada y
disfruta de los honores correspondientes a su posición. En cuanto a sus derechos además de los
54
www.uned-derecho.com
emolumentos, en algunas CCAA se les reconoce, como al Lendakari vasco, una pensión vitalicia tras el
cese.
El Consejo de Gobierno reproduce normalmente el esquema del Consejo de Ministros y se le asignan
las funciones propias de éste al nivel autonómico como las de iniciativa legislativa, ejercicio de la
potestad reglamentaria, dirección política, control de la Adm. etc. El número de consejeros es variable,
y su nombramiento y cese dependen del presidente.
A) El Senado :
En los Estados federales la 2ª Cámara se articula como una representación de los Estados
miembros, como Cámara de representación territorial integrada por parlamentarios designados por
aquéllos y con vocación, además, para entender de asuntos relacionados con la estructura federal.
Los constituyentes de 1978, también pretendieron configurar el Senado como una Cámara de
representación territorial y así la define el art. 69.1, integrando en ella a 4 senadores por provincia. En
cuanto a las atribuciones específicas del Senado como tal cámara territorial, son más bien escasas y se
reducen a participar en la autorización de los convenios entre las CCAA y en el reparto del Fondo de
Compensación Territorial (arts. 145 y 158). Queda pues, como función relevante, aunque excepcional,
la prevista en el art. 155, que exige la aprobación del Senado para que el Gobierno pueda adoptar las
medidas necesarias para obligar a las CCAA al cumplimiento forzoso de sus obligaciones, o para
proteger el interés general vulnerado por aquéllas.
55
www.uned-derecho.com
Formalmente las cosas todavía no son así, sino que hay impuestos reservados a la Federación
(aduanas, monopolios fiscales), impuestos reservados a los Estados (capital, sucesiones, tráfico), e
impuestos compartidos (renta, sociedades) que son los más importantes y en los que la mayor
participación corresponde a la Federación.
-- Como ingresos propios hay que considerar los impuestos, tasas y contribuciones especiales, producto
de operaciones de crédito, etc.
-- Como ingresos compartidos "los cedidos total o parcialmente por el Estado, recargos sobre impuestos
estatales y otras participaciones en los ingresos del Estado.
Tras la Const. se dictó la L.O. de Financiación de las CCAA de 1980 (L.O.F.C.A.), que hizo una
regulación más precisa del sistema de financiación provisional durante el proceso de constitución de las
CCAA y de transferencia de servicios, y sentó las bases para el sistema definitivo.
La financiación se hace en primer lugar a través de la participación de las CCAA en los impuestos
estatales que se calcula a través de una complicada fórmula, de la que surge el porcentaje que
corresponde a la participación que obtiene la CA en los ingresos del Estado. Tiene el inconveniente de
que otorga fuertes aumentos de dotaciones a las CCAA, al corresponderles un porcentaje fijo sobre la
recaudación fiscal del Estado.
En cuanto al Fondo de Compensación Interterritorial, se distribuye entre las CCAA en proporción
directa a los índices de paro y migración de cada territorio y en proporción inversa a su nivel de renta,
produciéndose fuertes desequilibrios. Pero además, las dificultades del Fondo provienen de su rígida
afectación a los gastos de inversión, lo que disminuye notablemente la autonomía financiera de las
CCAA.
56
www.uned-derecho.com
Tema 8
El municipio y la provincia
-- En ningún caso la alteración de los términos municipales podrá suponer modificación de los
límites provinciales. No podrá segregarse ningún núcleo de población de un término municipal
cuando se halle unido por calle o zona urbana a otro del municipio originario.
-- La incorporación de uno o más municipios a otro u otros limítrofes solamente podrá acordarse
cuando se den notorios motivos de necesidad o conveniencia económica o administrativa.
-- La segregación de parte del territorio de uno o varios municipios para constituir otro
independiente podrá realizarse cuando existan motivos permanentes de interés público.
57
www.uned-derecho.com
-- La segregación de parte del territorio de un municipio para agregarlo a otro limítrofe sólo podrá
realizarse cuando separadamente carezcan de los recursos suficientes para atender los servicios
mínimos, o cuando se confundan sus núcleos urbanos como consecuencia del desarrollo
urbanístico.
Los extranjeros domiciliados tendrán derecho de sufragio activo en los términos que prevea la
Legislación electoral.
Los sistemas comparados de Gobierno local ofrecen dos claras alternativas que simbolizan el
sistema francés e inglés. En el modelo inglés no existe la figura del Alcalde, su equivalente del
Alcalde español o francés (Mayor, Chairman) no tiene asignadas como propias las funciones
ejecutivas.
En Francia y España, por el contrario, y desde los orígenes mismos del municipalismo
moderno, se destaca la figura del Alcalde como órgano con funciones propias y distintas del
Consejo municipal francés o de nuestro Pleno del Ayuntamiento.
La L.R.B.R.L. de 1985 establece que "el Gobierno y la Administración municipal, salvo en
aquéllos municipios que legalmente funcionen en régimen de Concejo Abierto, corresponde al
Ayuntamiento, integrado por el Alcalde y los Concejales". La planta orgánica que se establece
como marco general, es la siguiente :
58
www.uned-derecho.com
c) El resto de los órganos complementarios de los anteriores, se establece y regula por los
propios municipios en sus Reglamentos orgánicos, sin otro limite que la Ley.
1. Los municipios con menos de 100 habitantes y aquellos que tradicionalmente cuenten con este
singular régimen de gobierno y administración.
2. Aquellos otros en los que su localización geográfica, la mejor gestión de los intereses
municipales u otras circunstancias lo hagan aconsejable y medie decisión favorable por mayoría
de 2/3 de los miembros del Ayuntamiento, previa petición mayoritaria de los vecinos y
aprobación por la Comunidad Autónoma.
Por razones diametralmente opuestas, es decir, por exceso de población, las grandes
ciudades pueden tener, desde que lo autorizó la Ley de 1957, un régimen especial, que se
aprobó para los municipios de Barcelona y Madrid, por sendos decretos legislativos.
Las ciudades de Ceuta y Melilla, de singulares características, que han dado lugar a un
régimen específico que afecta más a los aspectos fiscales que a los estrictamente orgánicos, y
que, en virtud de lo dispuesto en la Disposición transitoria quinta de la CE están avocados a
constituirse en Comunidad Autónoma.
59
www.uned-derecho.com
Pertenece igualmente al Pleno la votación sobre la moción de censura al Alcalde, que se rige
por lo dispuesto en la Legislación Electoral General.
A) Evolución :
En los orígenes de nuestro constitucionalismo, el Alcalde según la Const. de Cádiz, tenía unas
atribuciones superiores a las actuales, ostentando competencias militares y judiciales. Este
formidable poder del Alcalde, va debilitándose a medida que institucionalmente se consolidan el
Ejército profesional y el Poder Judicial, y a medida que su carácter de órgano estatal y la
intervención gubernativa en su designación, justificada en la necesidad de que el titular del cargo
60
www.uned-derecho.com
tuviese "la doble confianza" del vecindario y del Estado, entra en contradicción con las
exigencias democráticas de la elección del Alcalde por los vecinos.
En todo caso, la exigencia de la doble confianza y la designación gubernativa van a continuar
hasta el Estatuto municipal de CALVO SOTELO de 1924. Después, tanto la legislación de la
Segunda República, como la de la Dictadura posterior, mantienen al Alcalde en el doble carácter
de órgano representativo del Estado y de Jefe de la Administración municipal, si bien, esta última
perderá de nuevo su carácter democrático, siendo designado y cesado gubernativamente.
B) Regulación vigente :
Las funciones del Alcalde resultan potenciadas, tanto por las competencias de atribución
expresas como por la asignación de las residuales que no estén atribuidas a otros órganos de la
Corporación. En concreto, y además de la Presidencia del Pleno le corresponden las siguientes :
Los Tenientes de Alcalde tienen como misión sustituir al Alcalde en los casos de vacante,
ausencia, o enfermedad. Son nombrados y revocados libremente por el Alcalde entre los
miembros de la Comisión de Gobierno y donde no exista, de entre los Concejales.
La Comisión de Gobierno existe en los municipios con población de derecho superior a cinco
mil habitantes y en los de menor número cuando así lo apruebe el Pleno del Ayuntamiento.
Es un órgano monocolor, por lo que sus miembros son nombrados y separados libremente por
el Alcalde entre los Concejales, imitándose así el modelo de relaciones entre el Gobierno y el
órgano legislativo en los sistemas parlamentarios. La función ordinaria de la Comisión de
Gobierno es la asistencia al Alcalde en el ejercicio de sus atribuciones. El Alcalde puede,
además, delegar en cualquiera de los miembros singulares de la Comisión de Gobierno el
ejercicio de determinadas atribuciones.
El art. 141 de la Const. de 1978 define la Provincia como una entidad local con personalidad
jurídica propia y también como división territorial para el cumplimiento de las actividades del
Estado.
La protección a la Provincia ha quedado en nada en las CCAA. uniprovinciales, en las que,
se ha aceptado su desaparición como Ente local por integración en la C. Autónoma respectiva (T.
Constitucional, sentencia de 1981). Se pueden distinguir los siguientes modelos de organización
provincial (LLISSET) :
61
www.uned-derecho.com
b) Organización provincial fuerte que tendrá lugar en todas aquellas CCAA en que, siguiendo el
modelo previsto en los arts. 7 y 15 de la Ley del Proceso Autonómico, las Diputaciones sumen a
las competencias asignadas como propias por la legislación local, las transferidas o delegadas
por las CCAA. y además, se hagan cargo de la gestión ordinaria de servicios propios de la C.
Autónoma. A este modelo responderá la organización de la Comunidad Autónoma Vasca.
c) Una organización provincial débil para describir la situación y tendencia de las Provincias
catalanas, condenadas a mínimos competenciales como consecuencia de un doble cerco: La
potenciación máxima del centralismo de la Generalidad, y la creación de otro nivel territorial
intermedio entre la Provincia y los municipios y competitivo con ésta, la Comarca.
2. El resto de los órganos, complementarios de los anteriores, se establecen y regulan por las
propias Diputaciones sin otro límite que el respeto a la organización determinada por la ley.
El Pleno, órgano máximo de la Diputación, está constituido por el Presidente y los Diputados
Provinciales. El número de Diputados es proporcional al número de residentes en la Provincia,
que oscila entre 25 para las provincias de hasta 500.000 residentes y 27 para las de 500.001 a
1.000.000, etc.
Dichos Diputados han de reunir la condición de Concejales en los Ayuntamientos de la
Provincia respectiva, su elección es indirecta, a través del siguiente procedimiento :
-- La Junta Electoral Provincial distribuye el número total de Diputados provinciales entre los
partidos judiciales de la Provincia en proporción al número de residentes en cada uno de ellos.
Todo partido judicial ha de contar cualquiera que sea su población, con un Diputado como
mínimo.
-- La Junta Electoral Provincial forma una relación de partidos, coaliciones, etc., ordenándolos
por un orden decreciente al de los votos obtenidos por cada uno de ellos. Después se distribuyen
los Diputados correspondientes al respectivo partido judicial, teniendo el sistema D' Hont.
-- La Junta Electoral Provincial convoca a los Concejales elegidos por cada uno de aquéllos
62
www.uned-derecho.com
partidos políticos, coaliciones, etc. para que, entre ellos, elijan el Diputado o Diputados que les
hayan correspondido, mas tres suplentes.
a) La organización de la Diputación.
b) La aprobación de las Ordenanzas.
c) La aprobación de los planes de carácter provincial
d) La enajenación del patrimonio.
e) El ejercicio de acciones judiciales y administrativas.
f) Las demás que expresamente le atribuyan las leyes.
Su elección corresponde al Pleno que lo ha de elegir entre sus miembros, por mayoría
absoluta en la votación o mayoría simple en la 2ª. La destitución se hace por moción de censura
constructiva que se rige por las mismas reglas que las del Alcalde. Pero el paralelismo entre
Alcalde y el Presidente de la Diputación continúa en lo que atañe a sus funciones. La L.R.B.R.L.
hace la siguiente enumeración :
Una de las especialidades del régimen provincial lo constituye el de los archipiélagos de las
Islas Canarias y de las Baleares; ambos archipiélagos fueron considerados sendas y únicas
Provincias, cuyas capitalidades se establecieron, en Santa Cruz de Tenerife y Palma de
Mallorca. Esta 1ª organización se remata con el R.D. de 1927, que divide el Archipiélago en dos
63
www.uned-derecho.com
provincias, Gran Canaria, con capital en Las Palmas y Tenerife, con capital en Santa Cruz,
provincias que agrupan a otras islas menores y al frente de las cuales se instalan sendas
Mancomunidades Provinciales Interinsulares, en los que se integran los respectivos Cabildos
Insulares.
Pero el viejo pleito canario va a reverdecer por la creación de la C. Autónoma, la
L.R.B.R.L. optó por conservarlas manteniendo sus órganos rectores, las Mancomunidades
Provinciales Interinsulares de Tenerife y Gran Canaria, compuestas por los Presidentes de los
Cabildos de las Islas Mayores y de las menores que éstas agrupan.
La organización territorial del Archipiélago Balear es más simple. Formaban hasta la Const,
de 1978 una sola provincia, cuya capitalidad correspondía a Palma de Mallorca. Pero a nivel de
isla se han creado ahora los Consejos Insulares, que no sólo son los órganos de gobierno sino
que constituyen el armazón de la Administración Autonómica, pues los Diputados de esos
Consejos Insulares son, a la vez, y con gran sentido de la economía político-administrativa, los
miembros únicos del Parlamento Balear.
Las peculiaridades provinciales del País vasco responden a razones históricas. Los episodios
más inmediatos de la milenaria historia foral que explican la situación actual, se centran en las
guerras carlistas. Con gran fidelidad al pasado, el Estatuto Vasco de 1979 alienta las tendencias
foralistas de las Provincias Vascas de Vizcaya, Guipúzcoa y Alava, a las que concibe como parte
integrante de su organización institucional y a las que reconoce el Derecho de "conservar, o en
su caso, restablecer y actualizar su organización e instituciones privativas de autogobierno".
El singular régimen organizativo de las diputaciones Forales está hoy regulado por las leyes
del Parlamento Vasco y por normas aprobadas por las propias Juntas Generales como órganos
superiores de los respectivos territorios. Las Juntas Generales actúan a modo de parlamento
provincial y sus miembros son elegidos por sufragio directo. Las Juntas Generales ejercen la
potestad normativa, aprueban los presupuestos y planes y controlan la actividad del ejecutivo la
Diputación Foral. Esta es presidida y regida por el Diputado General elegido por las Juntas
Generales de entre sus miembros quien a su vez nombra y cesa libremente a los Diputados
forales, que están al frente de los diversos Departamentos de aquélla.
64
www.uned-derecho.com
Tema 9
Competencia y régimen de las corporaciones locales
1. Las competencias que tienen garantizadas como propias frente al Estado u otras
corporaciones territoriales superiores.
A) Antecedentes :
En la Revolución Francesa aparecen la las bases del régimen local. En España, ausente en
muchos textos Constitucionales, se ha remitido el legislador ordinario con excepción del art. 12
de Const. de Cádiz de 1812 y del proyecto de Constitución de la República Federal Española de
1873.
En el nivel de legislación total, a partir del Estatuto municipal de Calvo Sotelo de 1924 se
introduce, junto a una enumeración de competencias concretas, una cláusula general de
atribución de competencias concretas, una cláusula general de competencias que se ha
mantenido en textos sucesivos. La L.B.R.L. de 1955 luce la tesis de la competencia general de
Municipios, el art. 101, comenzaba por atribuir a los Municipios competencia para el gobierno y
administración de los intereses peculiares de los pueblos, aunque en realidad, sólo se le atribuya
una simple capacidad para realizar toda clase de actividades (art. 55), sin por ello impedir la
reglamentación o la asunción directa de esas mismas actividades por el Estado.
65
www.uned-derecho.com
Han sido más complejas que las municipales. La complejidad viene, en primer lugar, de la
propia evolución y naturaleza de la provincia en la que los planos estatal y local se han
entremezclado desde sus orígenes, no siendo otra cosa la provincia en el diseño de la Const. de
1812, que un nivel de organización de las propias competencias del Estado y un instrumento de
control de los Municipios por los Gobernadores Civiles.
La presencia estatal directa en el territorio provincial obliga a encontrar a las Diputaciones
provinciales tareas propias, lo que lleva a orientar su actividad hacia el apoyo y suplencia de las
competencias de los Municipios y hacia la gestión obligada de determinadas obligaciones
mínimas "fomento y administración de los intereses peculiares de la provincia, con subordinación
a las leyes generales" (art. 242 L.B.R.L.).
La provincia tiene que atender a los Municipios que la integran para compensar sus
debilidades, asegurando a éste efecto la prestación integra y adecuada en la totalidad del
territorio de los servicios de competencia municipal, participando en la coordinación de la Adm.
Local con la de la C.A. y del Estado.
La L.R.B.R.L. de 1985, instrumenta la autonomía-participación, y declara compe-tencias
propias de las provincias, las que le atribuyen las leyes el Estado y de la C.A.
66
www.uned-derecho.com
A su vez, el control sobre legalidad y oportunidad de la actividad de los Entes locales se ejercía
a través de la que se ha llamado la trilogía clásica de las formas de tutela : La anulación, la
aprobación y la sustitución.
a) Que el acuerdo de la Entidad Local menoscabe las competencias del Estado o Comunidad
Autónoma.
67
www.uned-derecho.com
B) Régimen de Acuerdos :
El Pleno se constituye validamente con 1/3 de los miembros.
La Adopción de acuerdos se produce por votación ordinaria, salvo que el pleno acuerde lo
contrario, normalmente por mayoría simple. En algunos casos se requiere 2/3 partes
(Reglamento interno, transferencias, planes urbanísticos).
68
www.uned-derecho.com
Tema 10
La administración institucional y las independientes
Dentro de la primera división están : los Entes de base institucional y los Entes de base
corporativa. A su vez, en la primera hay que distinguir aquellos entes que son meros
instrumentos de la Adm. territorial y que éstos dominan absolutamente de aquellas otras Adm.
que están dotadas de una cierta autonomía política y que hoy se conocen con el nombre de
Adms. INDEPENDIENTES.
Entre sus orígenes estatales cabe citar las Fábricas Reales del siglo XIII, las compañías
comerciales de las colonias, como nuestras compañías de Indias, y mas modernamente, la figura
del establecimiento público de diseño y origen francés, que se recogerá aquí en el siglo pasado.
Además, a la moderna configuración y fisonomía de los entes institucionales coadyuva
decisivamente el singular fenómeno de la aplicación a la Adm. del Derecho Privado, lo que
arrojara como resultado que los Entes Públicos adopten formas mercantiles, societarias, o a que,
sin perder su forma publica de personificación, sujeten su actividad al Derecho Privado.
CAJAS ESPECIALES :
Estas no eran otra cosa que órganos administrativos ordinarios insertados en la jerarquía, pero
privilegiados con excepciones de dudosa legalidad a los principios y reglas presupuestarias de
unidad de Caja y de especialidad, con el objeto de admi-nistrar tasas recaudadas por la
prestación de servicios, que se destinaba a gastos de material o, preferentemente, a compensar
las insuficientes dotaciones presupuestarias del personal.
69
www.uned-derecho.com
personalidad pública del Ente, bien llegando hasta el final adoptando también formas
jurídico-privadas, en particular la forma de sociedad anónima, de capital íntegramente público, o
con participación de capital privado, las sociedades de economía mixta. El trascendental paso se
ha producido unas veces a través de la jurisprudencia, otras ha sido una consecuencia no querida
de graves circunstancias económicas que han obligado al Estado a hacerse cargo de empresas
con crisis, y otras, en fin, han obedecido a una decisión consciente del legislador que ha diseñado
un cuadro jurídico para que las Adms. territoriales realicen con este mercantil actividades
comerciales o industriales.
En España este comienzo de la "socialización" de actividades privadas a través de la
expropiación al capitalismo de su forma más típica de actuación, la Sociedad Anónima, comienza
en la Dictadura de Primo de Rivera (CAMPSA, TABACALERA, TELEFONICA R.O. Ley
28/6/1927).
La LEY 25/11/41 es la creadora del INI que es autorizado para realizar y utilizar "los métodos de
las Sociedades Anónimas privadas para sus fines estatales". Seguirá a nivel municipal la
regulación del Reglamento de Servicios de las Corporaciones locales de 1955.
Interesa recordar que la ley de sociedades anónimas de 17/7/51, para facilitar la utilización de
formas privadas mercantiles por la adm. publica, admitió, como excepción, el requisito general
de la constitución de sociedades con un mínimo de 3 socios, que se pudiese crear con uno sólo,
cuando fuesen promovidas por organismos estatales, provinciales o municipales, lo que reitera la
vigente ley de sociedades anónimas (RDL 22/12/90).
70
www.uned-derecho.com
-- Contra sus actos y disposiciones generales podrán interponerse los recursos de reposición,
alzada y revisión en los mismos casos, plazos y forma que respecto de los actos de la Adm.
Central. El Ministro del departamento será el competente para conocer los recursos de revisión y
71
www.uned-derecho.com
Son entidades de Derecho Público con personalidad jurídica que por Ley hayan de ajustar
su actividad al ordenamiento jurídico privado (art. 6.16 de la L.G.P.) : Vg : RENFE).
Inicialmente, la finalidad de estas entidades era desarrollar actividades de carácter
empresarial. Por ello constituyen una especie de sociedades estatales, aunque esta clasificación
no supone la aplicación ad intra del Derecho de las Sociedades Mercantiles por la sencilla razón
de que ni siquiera se constituyen, formalmente, como sociedades de capital ni existen socios o
propietarios que pudieran impugnar los acuerdos de sus órganos de gobierno. No se dispone de
un estatuto general al que remitir para exponer su régimen jurídico, se excluye la aplicación de
las leyes administrativas básicas. Con esta exclusión se pretende que sus actos no se consideren
actos administrativos, ni que a sus contratos se les apliquen las normas de selección de
contratistas ni las reglas de fondo propias de los contratos administrativos, que ni unos ni otros
sean enjuiciados por la Jurisdicción Administrativa.
Están basadas en títulos representativos del capital, cuya titularidad pertenece, total o
mayoritariamente, a una adm. pública territorial, o a un organismo autónomo o a un ente de
Derecho Público (art. 6 LGP). La Ley de Entidades Autónomas las denominaba Empresas
Nacionales.
Corresponde al Consejo de Ministros la creación, así como la aprobación de los actos de
adquisición y pérdida de la posición mayoritaria del Estado o de sus organismos autónomos en
las sociedades mercantiles y fijar normas precisas de control sobre los programas de actuación,
inversión y financiación.
Permite más fácilmente su privatización a través de la venta de acciones, la Sociedad
Mercantil en manos publicas se diferencia poco de los Entes públicos, que sujetan su actividad al
Derecho privado y que la LGP incluye en el genero de Sociedades Estatales. Unas y otras
sociedades se regirán por las normas de Derecho mercantil, laboral o civil, salvo en las materias
que sea de aplicación la Ley General Presupuestaria.
En la frontera entre las organizaciones públicas y las privadas se encuentran las Empresas
Mixtas, organismos en que se unen con vistas a realizar una actividad de servicio público, los
Entes Públicos y los particulares aportando unos y otros una parte del capital.
72
www.uned-derecho.com
El art. 102 del Reglamento de Servicios de las Corporaciones Locales define a las empresas
mixtas como aquellas en que los capitales de las corporaciones locales y de los particulares, o de
aquéllas entre si, se aportan en común para realizar servicios susceptibles de municipalización o
provincialización.
El régimen jurídico establece que el número de miembros y votos de la Corporación no sea
inferior a la participación de capital, en los órganos de gobierno y administración. El plazo
máximo de la empresa son 50 años.
El texto refundido de Régimen local de l986 ha establecido las siguientes reglas :
a) Las entidades locales podrán utilizar para la gestión indirecta de los servicios locales formas
de sociedad mercantil y cooperativos cuyo capital social sólo parcialmente pertenezca a la
Entidad.
b) En el acuerdo constitutivo podrán establecerse las especialidades internas tanto estructurales
como iniciales.
c) Podrán participar como socios, junto a la Entidad, cualquier persona física o jurídica.
73
www.uned-derecho.com
No todos los órganos que cita la C.E. al margen del Poder Judicial y del Parlamento,
pueden ser catalogados como Administraciones independientes. Así el Defensor del Pueblo o el
Tribunal de Cuentas, tienen una clara vocación de dependencia del poder legislativo por expreso
mandato de la C.E.
También el Consejo de Estado, al tener el Gobierno las facultades de nombra-miento tanto
del presidente, como de los consejeros permanentes y electivos.
Respecto al Consejo Económico y Social (art. 131 CE), pudiera cuestionarse si es o no
una Adm. independiente. "El Gobierno elaborará los proyectos de planificación de acuerdo con
las previsiones que le sean suministradas por las CC.AA. y el asesoramiento y colaboración de
los sindicatos y otras organizaciones profesionales, empresariales y económicas. A tal fin se
constituirá un consejo, su composición y funciones, se desarrollaron por Ley (17/6/91).
Los Colegios profesionales art. 36 C.E., nos sitúan ya más cerca de las Admi-nistraciones
Independientes.
En el caso de las universidades, la Ley de reforma universitaria (LO. ll/1983) en
cumplimiento del art. 27.10 C.E. "Se reconoce la autonomía de las universidades en los términos
que la Ley establezca" atribuye el Gobierno de cada una, a diversos órganos : Claustro
Universitario, Junta de Gobierno y Rector.
Corresponde al Consejo de Universidades, el ejercicio de las competencias del Gobierno
y la coordinación necesaria entre las distintas universidades.
Otro supuesto lo constituye el Consejo de la Juventud; creado por Ley 18/1983 de 16 de
noviembre, que pretende desarrollar el art. 48 de la C.E. "los poderes públicos promoverán las
condiciones para la participación libre y eficaz de la juventud en el desarrollo político, social,
económico y cultural". En los organismos rectores del mismo no existe ningún miembro
designado por el Gobierno.
Otro es el Ente Público Radiotelevisión Española, cuyas singularidades organizativas se
intentan justificar en el art. 20.3 CE : "La Ley regulará la organización y el control parlamentario
de los medios de comunicación social, dependientes del Estado o de cualquier Ente Público y
garantizará el acceso a dichos medios de los grupos sociales y políticos significativos, respetando
el pluralismo de la sociedad y de las diversas lenguas de España".
74
www.uned-derecho.com
-- El Banco de España (Ley 30/1980 21 de Junio) "Dotada de autonomía respecto a la Adm. del
Estado". La autonomía consiste en la inamovilidad del Gobernador, Subgobernador y los seis
Consejeros.
75
www.uned-derecho.com
las Adm. Independientes, la C.E. obliga a todas las Administraciones a servir con objetividad los
intereses generales y observar un sistema de imparcialidad, no cabe por ello, que unas
Administraciones sean más objetivas o neutrales que otras por la función que desempeñan.
76
www.uned-derecho.com
Tema 11
La administración corporativa
Pueden definirse como asociaciones forzosas de particulares, creadas por el Esta-do, que,
igualmente, las atribuye personalidad jurídica pública para, sin perjuicio de defender y gestionar
intereses privados de sus miembros, desempeñen funciones de interés general con carácter
monopolístico, cuyo ejercicio se controla por la Jurisdicción Contencioso-administrativa.
La Adm. Corporativa, de la que forman parte, básicamente, en nuestro país los Colegios
Profesionales v las Cámaras Oficiales, dentro de la que hay razones para reclamar un lugar para
las Federaciones deportivas constituye el límite entre los entes públicos y los privados haciendo
de frontera entre unos y otros; una frontera poco definitiva porque las corporaciones, sobre un
substrato asociativo, aunque forzoso, de carácter privado cumplen fines públicos de interés
general, lo que se traduce en la aplicación de un régimen jurídico mixto, publico y privado.
La Adm. Corporativa constituye una auténtica descentralización funcional, ya que el
Estado, no manda sobre estas organizaciones, ni dirige o elige su actividad. Además no gravan
las arcas del Estado, ya que se autofinancian.
Las Corporaciones, se distinguen, a su vez, de las asociaciones privadas y de los sindicatos,
en el origen público de su constitución, también en la obligatoriedad indirecta de la integración de
sus miembros, dato esencial y decisivo para su transferencia al Derecho Público ; otro dato
diferencial es el carácter monopolístico de las Corpora-ciones.
Es obvio que los sindicatos obreros y patronales no pueden ser configurados como
corporaciones públicas, como aconteció en el pasado más reciente. Se opone frontalmente a
esa posibilidad el art. 7 de la Constitución, que proclama el principio de libertad para la creación y
ejecución de la actividad sindical.
77
www.uned-derecho.com
De otra parte la Ley del Proceso Autonómico, saliendo al paso de la desorga-nización que
en esta materia podría originarse por la instauración del Estado de las Autonomías, estableció
unas reglas básicas para la Adm. Corporativa, una especie de Estatuto mínimo, que consagró,
implícitamente, la obligatoriedad de la afiliación o pertenencia obligatoria y cuya adecuación a la
C.E. sancionó la sentencia del Tribunal Constitucional de 5/8/83 sobre la LOAPA.
Lo que está claro es que es imposible crear, desde la libertad sindical y de asociación,
Colegios Profesionales o Cámaras paralelas a las existentes y con las mismas funciones.
Para las cámaras oficiales, la sentencia del T.C. 132/1989 de 18 de Julio, sienta, sin
demasiado fundamento y notoria disparidad con los Colegios Profesionales, una doctrina diversa,
flexibilizando la regla de obligatoriedad que sólo se declara admisible, "cuando venga -
determinada tanto la relevancia del fin público que se persigue, como por la imposibilidad, o al
menos dificultad, de obtener tal fin, sin recurrir a la adscripción forzosa a un ente corporativo", lo
que no ocurría a juicio del T.C. en el caso de la Ley Catalana de Cámaras Agrarias, que
contemplaba como propio de aquellas únicamente las funciones de prestación de servicios,
información, de representación y defensa procesal, etc. Sin embargo hay que entender que estas
son las funciones ordinarias de las demás Cámaras Oficiales (comercio, industria, navegación),
por lo que si este criterio se mantiene, la adscripción obligatoria a aquéllas, habría, igualmente,
que calificarla de inconstitucional.
78
www.uned-derecho.com
intervención en diversos sectores de la vida social. Pues esta calificación que ha recogido la Ley
del Deporte de 15/10/90 es inaceptable por estar en contradicción más que evidente con el
régimen jurídico de la Federación Deportiva a la que es obligado pertenecer para participar, tanto
en la actividad organizativa como para la practica profesional del deporte en competiciones
oficiales, y a las que atribuyen "funciones públicas de carácter Administrativo".
* En cuanto a las relaciones de tutela, hay que atender a las normas constitutivas de cada
corporación para dar cuenta de los actos de las mismas sujetos a aprobación del Estado y los
poderes de este para intervenir.
Son el ejemplo más típico de los Entes Corparativos. En ellos se dan las notas más
significativas de este tipo de entidades : intereses homogéneos entre sus miembros, necesidad
primordial de organizar y ejercer la potestad disciplinaria sobre una profesión y, por último, mayor
representatividad de la organización.
En la base y el fundamento de éstos está la idea de que el ejercicio de determinadas
profesiones, debe condicionarse bien a una autorización y disciplina especifica, que el Estado
trasfiere a las corporaciones, o bien a una concesión y régimen disciplinario que el Estado
administra directamente.
En España durante la Dictadura de Primo de Rivera, se utilizó la fórmula de Colegio
Profesional para agrupar a simples funcionarios como alternativa a las anteriores tendencias
sindicales, lo que supondrá una desnaturalización de la técnica corporativa.
En el Régimen de Franco no tuvo lugar la supresión, ni siquiera el encuadra-miento formal
79
www.uned-derecho.com
Pueden ser definidas como agrupaciones forzosas creadas por el Estado para la autogestión
de intereses económicos generales, y a la vez, sectoriales de colectivos que realizan
determinada actividad o son titulares de determinados bienes.
En España,la técnica Cameral se importa en el R.D. 9/4/1886. Posteriormente las Cámaras
sufrirán un proceso de publicitación a través de los derechos de 21 de Junio y 13 de diciembre de
l90l, y sobre todo, por la Ley de Bases de 29 de Julio de 1911 y el Reglamento de 26 de Julio de
1929, que los configuran como "asociaciones o agrupa-ciones forzosas de los comerciantes,
nautas e industriales a través de la inscripción y pago obligatorio de cuotas. Todo ello hasta llegar
a la Ley Básica de las Cámaras oficiales de Comercio, Industria y Navegación, que las define
como "Corporaciones de derecho publico con personalidad jurídica y plena capacidad de obrar
para el cumplimiento de sus fines, que se configuran como órganos consultivos y de colaboración
con las Adm. Públicas, sin menoscabo de los interés privados que persiguen. De todas las
funciones y actividades que las Cámaras pueden llevar a cabo y a las que se les asigna el
carácter de Públicas, la Ley pretende destacar la elaboración y ejecución del PLAN CAMERAL
DE PROTECCIÓN DE LAS EXPORTACIONES. La organización cameral establece la
preceptiva existencia de una Cámara por provincia, aunque en determinados casos, pueden
crearse otras locales o Comarcales. El órgano supremo de la Cámara es el Pleno, que se forma
por los vocales elegidos por sufragio y elegiendo entre sus miembros a los de su Comité
Directivo y un Presidente que representará la Corporación. También se establece el Consejo
Superior de Cámaras que estará formado por los Presidentes de todas las Cámaras más 8
miembros elegidos entre personas de reconocido prestigio en la vida económica del país. Todo el
personal de las Cámaras queda sometido en sus relaciones al derecho laboral. Es atípico el caso
del Secretario General, ya que debe ser elegido o mejor dicho su nombramiento, debe hacerse a
través de un concurso público, regulándose sus competencias de forma análoga a los secretarios
de la Adm. Local.
80
www.uned-derecho.com
facultando al Gobierno para que mediante Real Decreto, establezca el régimen de destino del
patrimonio y personal de las mismas.
Responden al mismo tipo Cameral las COFRADÍAS DE PESCADORES reguladas por el
R.D. 60/1978 de 11 de marzo y las Cámaras AGRARIAS, nacidas en 1880, que durante la época
Franquista fueron englobadas en el sindicalismo oficial y, que se encuentran reguladas por R.D.
de 2 Junio de 1972 que las definió como Corporaciones de Derecho Público que se constituyen
como órganos de consulta y colaboración con la Adm. bajo la tutela del Ministerio de Agricultura.
Pero con posterioridad la Ley 23/1986 de 24 de diciembre, aprueba las bases de su régimen
jurídico en términos poco claros, y en todo caso, de ruptura con el régimen de 1977.
En el ámbito deportivo ha surgido también una vasta y poderosa Adm. Corporativa, fruto de
la creciente intervención estatal. Las circunstancias que han determinado la presencia pública en
el ámbito deportivo son varias : La presión internacional derivada de la organización olímpica,
por otro lado, la importancia del espectáculo deportivo, con competiciones nacionales e
internacionales que sólo pueden organizarse eficazmente desde instituciones tuteladas por el
Estado y, a su vez, dotadas de poderes públicos.
En España ésta técnica corporativa es la que resulta objetivamente aplicada en la
organización de los deportistas profesionales por la ley de Educación Física y Deporte del 3l de
marzo de 1980. Desarrollada para los clubs v federaciones por el R.D 177/1981, de 16 de enero,
así como de la Ley del Deporte 10/1990, de 15 de octubre, actualmente vigente.
El Estado interviene en el Deporte a través del Consejo Superior de Deportes, organismo
autónomo adscrito al Ministerio de Educación y Ciencia
El art. 31 de la ley del Deporte, define : "Las Federaciones Deportivas Españolas, son
entidades privadas con personalidad jurídica propia, cuyo ámbito de actuación se extiende al
conjunto del territorio del Estado, en el desarrollo de las competiciones que les son propias,
integradas por Federaciones deportivas de ámbito autonómico, clubes deportivos, deportistas,
técnicos, jueces y árbitros, ligas profesionales si las hubiera, y otros colectivos interesados que
promueven, practican o contribuyen al desarrollo del deporte", añadiendo que "las federaciones,
además de sus propias atribuciones, ejercen, por delegación, funciones publicas de carácter
administrativo, actuando en este caso como agentes colaboradores de la Adm. publica :
-- Las Federaciones deportivas están sujetas a una intensa tutela del C.S.D.
-- Las sanciones que se impongan por las Federaciones Deportivas, aplicando los principios del
Derecho Disciplinario y sancionador, son recurribles ante el Comité de Disciplina Deportiva,
agotándose la vía administrativa, órgano adscrito al C.S.D.
81
www.uned-derecho.com
Tema 12
Administración consultiva y de control
Los órganos con competencia resolutoria, órganos activos, necesitan del apoyo técnico de
otros para preparar sus decisiones, desarrollándose la actividad consultiva a través de técnicas
de diversa naturaleza, en función de la estructura de los órganos que la cumplen (unipersonal y
colegial, estable y transitoria) y de la forma de comunicación con el órgano activo al que
asesoran (directa o inmediata, o a través de un procedimiento formalizado).
La colegialidad presente en el absolutismo y potenciada desde la Administración napoleónica
en los países continentales. La estructura colegial consultiva suele implicar, un distanciamiento
entre el órgano consultado y el asistido, que se comunican a través de un procedimiento
formalizado. La petición de la consulta y el dictamen se producen por escrito incorporándose el
expediente o procedimiento en que se han producido. Así funciona el Consejo de Estado, etc. La
razón de este formalismo hay que verla en el hecho de que estos órganos cumplen una función
asesora y una función de garantía respecto a los administrados.
Distintos son los órganos consultivos de apoyo inmediato que asesoran a los órganos
operativos sin seguir un procedimiento formalizado y de los que son un simple instrumento sin
relevancia externa. El informe puede manifestarse oralmente o por escrito, así como la petición
de la asistencia. Aunque se compongan de varias personas, la estructura de estos órganos no es
colegial sino jerárquica (un Jefe y varios subordinados), a este tipo responden, los Estados
Mayores en la Administración Militar y los Gabinetes de los Ministros en la Administración Civil y
los Gabinetes técnicos surgidos últimamente a nivel de Dirección General e, incluso, a niveles
orgánicos, inferiores.
Hay un tercer grupo de órganos consultivos, como ocurre con las Secretarías Generales
Técnicas y las Asesorías Jurídicas o Abogacías del Estado, que participan de algunas
características anteriores.
La Administración consultiva no se agota en lo antes enumerado, sino que un número
indeterminado y creciente de órganos con las más diversas denominaciones (consejos de
dirección, comités, comisiones, etc.), cumple funciones consultivas en todos los niveles de la
Administración central y periférica. Entre ellos, y con carácter colegiado, destacan los Consejos
Departamentales, de ámbito ministerial como el Consejo de Obras públicas y Urbanismo, el
Consejo Nacional de Educación.
82
www.uned-derecho.com
-- 1812.
Muy distinto es el Consejo de Estado que se diseña en los arts. 231 a 241 de la Const. de
Cádiz. Característica fundamental es su desvinculación de la Administración activa : Los
ministros no forman parte del Consejo, ni se les dota de funcionarios y tampoco tiene funciones
judiciales.
Tanto el Consejo de Estado de Bayona, como en el previsto en la Const. de Cádiz abortaron
prácticamente antes de dar frutos positivos. Fernando VII restableció el Consejo de Castilla y las
demás Instituciones del Antiguo Régimen.
-- 1845.
Al fin se instaura con el nombre de Consejo Real el modelo francés de Consejo de Estado en
la Legislación de 1845. La Ley de ese año autorizó al Gobierno para arreglar la organización y
fijar las atribuciones de un Cuerpo o Consejo Supremo de Administración del Estado. El Gobierno
en uso de esta autorización instaura el Consejo Real. La influencia francesa es evidente en su
organización y funciones, sobresaliendo entre ellas las relativas al ejercicio de la potestad
reglamentaria, modificación de las leyes de ultramar.
-- 1868.
83
www.uned-derecho.com
La retención de la justicia administrativa en manos del Gobierno no era del agrado de los
partidos más liberales que veían en ella un atentado al principio de unidad judicial. Así en la
Revolución de 1868 se suprimió la J.C.A. y su atribución por L.O.P.J. al T. Supremo y a las
Audiencias. La primera República lo disuelve.
-- 1874.
Con la restauración monárquica se atribuyó al Consejo de Estado y al Gobierno la J.C.A. Pero
con una importante modificación con la aprobación de la Ley de Santamaría de Paredes sobre la
J.C.A. de 1888 que instaura un sistema armónico o mixto, por cuanto los Tribunales Contencioso-
administrativos se habían de componer con personal procedente de las carreras administrativas y
judicial.
-- 1924.
La Dictadura de Primo de Rivera por R.D. de 1924 amplió el número de Consejeros. La II
República, al igual que la primera, no vio con buenos ojos al Consejo de Estado, declaró disuelto
el Pleno y trasladó sus competencias a la Comisión Permanente; además la audiencia deja de
ser obligatoria y pasa a ser facultativa.
Sin embargo, el Consejo de Estado salvó su vida y aseguró su continuidad institucional porque
los constituyentes de 1978 lo citaron para exigir su dictamen preceptivo en el ejercicio de la
delegación de materias de titularidad estatal a las CCAA (art. 153) y, sobre todo, porque en
función de lo dispuesto en el art. 107, lo configuraron como "supremo órgano consultivo del
Gobierno”, remitiendo a una Ley orgánica la regulación de su composición y competencia.
El carácter preceptivo o vinculante de sus dictámenes, permiten cuestionar sobre su
naturaleza, es decir, si es un órgano consultivo o de control.
La calificación como órgano de control parece la más adecuada, en términos generales, con
esos datos de la independencia funcional y de la intervención preceptiva, que parecen
establecidos en función de asegurar o preservar determinadas aplicaciones del O.J. de una
intervención e interpretación exclusiva del Gobierno o de la Administración, por muy bien que
pudiera estar asesorada por otros órganos.
La caracterización como órgano de control, se desprende asimismo de las garantías de que se
le inviste "ejerce la función consultiva con autonomía orgánica y funcional para garantizar su
objetividad e independencia".
El control que ejerce el Consejo es básicamente jurídico pero puede extender sus opiniones a la
oportunidad y conveniencia de los proyectos de disposiciones y resoluciones que se le consultan
"cuando lo exija la índole del asunto o lo solicite expresa-mente la autoridad consultante ...".
Fuera de las materias en que es preceptivo su dictamen, el Consejo de Estado actúa como
84
www.uned-derecho.com
órgano consultivo en cualquier asunto que lo estimen oportuno el Gobierno, los Ministros o las
CCAA. Esta vía se utilizará normalmente, para supuestos en que el órgano consultante desee
reforzar o descargar parte de la responsabilidad de su decisión en la autoritas institucional del
Consejo.
El art. 38 de la L.O.P.J. de 1985, ha convertido al Consejo de Estado, parcialmente, en órgano
constitucional decisorio de las competencias entre la Administración y los Tribunales. En la
tradición de nuestro Derecho público esa función se atribuía al Jefe del Estado y el Consejo de
Estado, solamente podía dictaminar sin carácter vinculante. Ahora el Consejo va a participar
directamente a través de consejeros en la toma de decisiones sobre conflictos de jurisdicción que
se imponen al gobierno y a las Administraciones Públicas adquiriendo así sobre ellas y los
Tribunales una dimensión de superioridad política y jurídica que no se corresponde con su
caracterización como órgano consultivo del Gobierno.
E) Composición :
Además del Presidente nombrado por el Consejo de Ministros sin exigencia de cualificación
profesional alguna, el Pleno del Consejo se compone de :
-- Los Consejeros permanentes constituyen el elemento estable y profesional del Consejo y les
corresponde la Presidencia de las Secciones en que se divide el Consejo y junto con el
Presidente y el Secretario General forman la Comisión Permanente. Son los titulares de cargo
público más protegidos de todo el Estado, pues son nombrados por el Gobierno con carácter
inamovible sin límite de tiempo.
-- Los Consejeros electivos son nombrados también por el Gobierno por un período de 4 años,
entre personas que han ostentado cargos relevantes en cualquiera de los poderes del Estado
(Diputados, Senadores, Ministros, etc.).
-- Son Consejeros natos los que ostentan determinados cargos públicos que con excepción del
Presidente del C.G. de la Abogacía y de los Presidentes de las Reales Academias, son como los
anteriores, de nombramiento gubernativo (Fiscal General del Estado, etc.). El Consejo de Estado
está asistido por el Cuerpo de Letrados del Consejo de Estado.
F) Competencias :
El Consejo de Estado debe emitir informes en cuantos asuntos sometan a su consulta el
Gobierno o los Ministros o las CCAA a través de sus Presidentes. Asimismo el Pleno de la
Comisión Permanente, podrá elevar al Gobierno propuestas oportunas acerca de cualquier
asunto que la práctica y experiencia de sus funciones le sugiera. Las más importantes son las de
informe preceptivo.
El Pleno deberá ser consultado sobre materias que se refieren al ejercicio de la función
legislativa y reglamentaria, como sobre los proyectos de decretos legislativos, ante-proyectos de
leyes que hayan de dictarse en ejecución, cumplimiento o desarrollo de Tratados, convenios, o
acuerdos internacionales, etc.
Asimismo el Pleno deberá informar en materia de relaciones internacionales sobre las dudas o
discrepancias que surjan en la interpretación o cumplimiento de Tratados, convenios, en los que
España sea parte. También deberá informar sobre las transacciones judiciales y extrajudiciales
acerca de los derechos de la Hacienda Pública, etc.
La omisión del informe no tendrá consecuencias jurídicas puesto que el posterior acto de
gobierno o da lugar a leyes, no fiscalizables judicialmente, al menos por ese motivo, o no da
lugar a actos administrativos como ocurre en la mayoría de las eventuales consultas sobre
problemas internacionales.
La función ordinaria del Consejo de Estado se canaliza a través de las competencias que tiene
asignadas la Comisión Permanente, y que se relacionan en el art. 22. Sobresalen aquellas
cuestiones que tienen relación con el control de la potestad reglamentaria que se ejercite en
ejecución, cumplimiento y desarrollo de Tratados, etc. o en ejecución de las leyes, así como de
85
www.uned-derecho.com
sus modificaciones.
También deberá informar la Comisión Permanente sobre determinados supuestos de relaciones
del Estado con la CCAA, como los anteproyectos de Ley Orgánica de transferencia o delegación
de competencias estatales a las CCAA; también se asignan a la Comisión Permanente las
tradicionales competencias consultivas sobre los conflictos de atribuciones entre los distintos
Departamentos Ministeriales ; sobre nulidad, interpretación y resolución de los contratos y
concesiones administrativas cuando se formule oposición por parte del contratista, etc.
De posterior atribución son las de informar los recursos administrativos de súplica o alzada que
deban conocer en virtud de disposición expresa de una ley, el Consejo de Ministros, etc.
A la Comisión Permanente se atribuye asimismo y con carácter residual todo asunto en que se
diga que debe consultarse a la Comisión Permanente o al Consejo y no se atribuya la consulta al
Pleno.
G) Funcionamiento :
Corresponde a las Secciones preparar los asuntos en que hayan de entender el Pleno o la
Comisión Permanente y a esta última desempeñar la ponencia de todos los asuntos en que el
Consejo en Pleno haya de entender. Ante el Consejo se articula un trámite de audiencia en favor
de los interesados en los respectivos expedientes sometidos a consulta. La audiencia se
concederá cuando en la consulta está directamente interesada una CA, y así lo manifieste.
Los dictámenes no son vinculantes salvo que la ley disponga lo contrario, aunque se establece
una limitación y una carga formal para disentir del informe del Consejo de Estado. La limitación
afecta a los ministros, quienes pierden la competencia en favor del Consejo de Ministros para
resolver asuntos en que siendo preceptiva la consulta al Consejo de Estado, el Ministro
consultante disienta del dictamen de aquél.
La carga formal, cuya inobservancia no tiene ninguna sanción, consiste en que en los casos de
disentimiento el órgano que ha solicitado la consulta debe hacer constar en la resolución que ésta
se adopta "oído el Consejo de Estado".
86
www.uned-derecho.com
pie la Ley 2/1991, sino un Consejo Económico y Social en el sentido más clásico e inoperante.
Efectivamente el Consejo Económico y Social ni tiene encomendadas funciones planificadoras,
ni las consultivas en materia económica son relevantes. Y ello por que la competencia más
importante que tiene asignada es, además de la elaboración de informes o estudios, la emisión
de dictámenes sobre "Anteproyectos de Leyes del Estado y Proyectos de Reales Decretos
Legislativos que regulen materias socioeconómicas y laborales". Estos tienen, en principio un
carácter preceptivo (art. 7).
Para el ejercicio de tan parcas funciones dispone de una completa organización, al modo de
la prevista para el Consejo de Estado. Forman el Consejo 61 miembros; 20 representantes de las
organizaciones sindicales, 20 de las empresariales y 20 expertos nombrados por el Gobierno a
propuesta del Mº de Hacienda y Trabajo. El Presidente es de libre designación y cese por el
Gobierno.
La organización logística de este Consejo se ha configurado de forma análoga a la de un
Ente de Derecho Público sujeto al Derecho privado, de acuerdo con el art. 6.5 de la Ley General
Presupuestaria, lo que le permite celebrar contratos con arreglo al Derecho privado y que su
personal se sujete al Derecho laboral.
A) Asesoramiento jurídico :
Sin perjuicio de antecedentes puede afirmarse que los servicios de asesoramiento jurídico de
carácter general nacen vinculados al Ministerio de Hacienda.
En Francia un Decreto convirtió al Agente Judicial del Tesoro dependiente del Ministerio de
Finanzas, en Consejero jurídico de las Administraciones y servicios públicos del Estado. Bajo su
dependencia también se creó un Comite Consultivo Contencioso que preside el Decano de la
Facultad de Derecho de París. El Ministro de Finanzas nombra a los miembros electivos entre
Magistrados, miembros del Tribunal de Cuentas, Inspectores, Profesores, etc.
En Italia el asesoramiento jurídico de la Administración corre a cargo de la L´Avvocatura dello
Stato, dependiente del Mº de Finanzas y ahora directamente subor-dinada a la Presidencia del
Gobierno (Consejo de Ministros). Tiene dos niveles orgánicos y está servida por letrados
seleccionados mediante concurso-oposición entre los ya pertenecientes a otros cuerpos del
Estado o abogados con experiencia profesional.
En España el asesoramiento nació también en el Ministerio de Hacienda y en su Dirección
General de lo Contencioso. Los abogados del Estado aparecen a principios de la segunda mitad
del siglo XIX como abogados del Ministerio de Hacienda y con posterioridad conseguirán
extender su función a otros ramos de la Administración.
Pero el asesoramiento jurídico no ha sido competencia exclusiva de la Dirección de lo
Contencioso y del Cuerpo de Abogados del Estado. En el M. de Justicia la función corría a cargo
de los Cuerpos de Letrados de la Dirección de los Registros y del Notariado, etc. Igualmente en la
Administración Militar el asesoramiento jurídico está encomendado a los Cuerpos Jurídicos del
Ejército de Tierra, Armada y Aire, cuyos miembros auditores, asumen las funciones propias de la
Justicia Militar.
Los Reales Decretos 849 y 850 de junio de 1985 han alterado de alguna forma este panorama,
por ejemplo en cada Ministerio se crea un servicio jurídico con un nivel orgánico de Subdirección
General.
87
www.uned-derecho.com
3. La creación de la Agencia Estatal Tributaria por la Ley de Presupuestos para 1991 ha supuesto
una solución particular pues dicha Agencia dispondrá de un Servicio Jurídico propio, aunque
integrado por abogados del Estado. Asimismo la representación y defensa en juicio de la
Administración corresponde a los Abogados del Estado integra-dos en el Servicio Jurídico de la
Agencia.
a) La ordenación de todo gasto corresponde al Ministro o Jefe del organismo compe-tente por
razón de la materia.
c) Comprometido el gasto, viene la fase de pago, que es también competencia del Ministerio de
Hacienda, salvo los supuestos de delegación de organismos con ordenaciones de pago propias
(Mº de Defensa, etc.). También en esta fase actúa la Intervención.
88
www.uned-derecho.com
La tarea principal de las Inspecciones de Servicios es justamente una función de control sobre
el propio aparato y sus servidores. El control de las Inspecciones de servicios pueden cubrir el
ámbito de función del Ministerio, o limitarse a controlar la actividad de una Dirección General u
organismo inferior.
Los cargos de inspectores se proveen a través de dos sistemas : O bien la inspección se
vincula a los cargos y a los funcionarios de mayor categoría y antigüedad de cada cuerpo
(Cuerpos militares), o bien se constituye un grupo o cuerpo especial de inspectores al que se
accede por nombramiento discrecional entre determinadas categorías de personas ... o bien por
concurso u oposición entre los ya pertenecientes a otros Cuerpos del Ministerio. En todo caso el
problema central es el de asegurar una cierta independencia respecto de los funcionarios que han
de ser controlados.
Un control externo de naturaleza contable, financiero y de carácter sucesivo, que tiene lugar
sobre una actividad administrativa ya realizada, es el que lleva a cabo el Tribunal de Cuentas.
Según el art. 136 CE el Tribunal es el "supremo órgano fiscalizador de las cuentas y de la
gestión económica del Estado. Dependerá directamente de las Cortes Generales, a las que habrá
de remitir un informe anual en el que comunicará las infracciones o responsabilidades en que a
su juicio se hubiere incurrido".
En su versión decimonónica el Tribunal a imitación de la Cour de Cortes francesa,
comenzó siendo una jurisdicción administrativa especial, el Tribunal al examinar las cuentas
sometidas a su aprobación, declaraba y ejecutaba la responsabilidad por alcances y desfalcos en
vía administrativa de los gestores de fondos públicos, etc.
En la actualidad ese mismo carácter de jurisdicción administrativa especializada, pero
sujeta a la posterior revisión jurisdiccional contencioso-administrativa, se mantiene por el art. 49
de la L.O., para las resoluciones del Tribunal de Cuentas, cuando declaran la responsabilidad
contable de los funcionarios y de cuantos manejan fondos públicos, susceptibles de recursos de
casación y revisión ante el Tribunal Supremo. Ahora bien, este carácter jurisdiccional es muy
limitado.
La más importante tarea del Tribunales la función pública fiscalizadora la cual se ciñe a
valorar el sometimiento de la actividad económico-financiera del sector público a los principios de
legalidad, eficacia y economía y se ejerce en relación con la ejecución de los programas de
ingresos y gastos públicos.
El resultado se expondrá por medio de informes o memorias y de mociones o notas que se
elevarán a las Cortes y publicarán en el B.O.E.
El Tribunal debe remitir a las Cortes Generales el Informe o Memoria anual (art. 136.2) y que
comprenderá el análisis de la Cuenta General del Estado y las demás del sector público
fiscalizando la gestión económica sobre los extremos siguientes :
a) Observancia de la Constitución, de las leyes reguladoras de los ingresos y gastos del sector
público, etc.
89
www.uned-derecho.com
Se prevén, además, unas memorias comunitarias que serán remitidas anualmente a las
Asambleas Legislativas de las CCAA, para el control económico y presupuestario de su actividad.
90
www.uned-derecho.com
Tema 13
La organización de las comunidades europeas
13.2.- EL CONSEJO.
El Tratado de Roma define el Consejo de Ministros como el organismo formado por los
representantes de los Estados miembros, cuya finalidad es asegurar la coordinación de las
políticas económicas generales de aquellos y ejercer su poder de decisión. Cada Gobierno
91
www.uned-derecho.com
designa a uno de sus miembros como miembro del Consejo ; por ello se le ha llamado Consejo
de Ministros de la Comunidad. Ordinariamente se considera al Ministro de Asuntos Exteriores
como titular del Consejo. Corresponden al Consejo las funciones de decisión y coordinación que
equivalen a un poder legislativo y Gubernamental sobre las Comunidades. Por el primero
establece las directivas y los reglamentos directamente aplicables a los particulares. El segundo
es la formación del Anteproyecto del presupuesto de la Comunidad y su aprobación con la
participación del Parlamento.
El Consejo es competente para las relaciones exteriores decidiendo sobre la entrada de
nuevos miembros y la conclusión de tratados con otros países. El régimen de acuerdos del
Consejo se articula en tres modalidades, en función de la materia sobre la que ha de decidir :
A) La mayoría simple o absoluta es el sistema establecido por el Tratado de la CEE como regla
general y salvo disposición en contrario. Siendo 12 los miembros basta, con el voto afirmativo de
7 Estados.
B) Mayoría cualificada mediante voto ponderado. Aquí el voto tiene un valor desigual según los
Estados y va desde los 10 votos que corresponden a Alemania, Francia y Reino Unido, hasta los
2 de Luxemburgo, pasando por los 8 que corresponden a España. Para la adopción de acuerdos
se requieren al menos 54 votos.
C) Unanimidad. No cuentan las abstenciones y por una parte se aplica en los supuestos en que el
Consejo quiera apartarse de una proposición de la Comisión; por otra, en los 27 casos en que los
tratados exigen la unanimidad y que se refieren a materias, por así decirlo, constitucionales y de
armonización de las Legislaciones nacionales.
Como órganos de apoyo más importantes del Consejo hay que citar el Secretario General y
el Comité de Representantes Permanentes (COREPER), reunión de los embajadores de los
Estados miembros ante las Comunidades y cuya misión es la de preparar los trabajos del
Consejo y ejecutar los mandatos que éste le confía. Este organismo es además una plataforma
de diálogo, así como de control político, que supervisa la actividad de los numerosos grupos de
trabajo formados con los colaboradores de los Embajadores junto con los expertos llegados de
las respectivas capitales. En materia agrícola las competencias del COREPER las ejerce un
órgano especializado : El Comité Especial Agrícola.
92
www.uned-derecho.com
El Parlamento, en principio, no controla al Consejo, que no tiene por que justificarse ante él.
No obstante, el Consejo se ha mostrado dispuesto a responder a las preguntas que se le
formulen.
En materia presupuestaria, el Parlamento ha visto ampliada su competencia justificándose
en el aumento de los recursos propios de las Comunidades y en la disminución de las
aportaciones de los Estados. El Parlamento ahora puede rechazar el proyecto de presupuesto en
su conjunto y pedir que el Consejo le someta un nuevo proyecto si así lo decide por mayoría de
sus miembros y de 2/3 de los votos emitidos. El fortalecimiento de los poderes de control
presupuestario se extiende a la aprobación de los llamados gastos no obligatorios que la
Asamblea puede ahora aumentar en su volumen, alterar en su distribución o crear nuevas
partidas, etc. El Parlamento también participa en la función legislativa a través de los
procedimientos de consulta obligatoria, concertación y cooperación. La consulta obligatoria ha
resultado ser escasamente operativa, por no ser vinculante ni paralizar, mientras se sustancia,
los trabajos del Consejo ni de la Comisión, que podían así variar los supuestos sobre los cuales
se hizo la consulta privando a esta de toda significación.
El procedimiento de concertación se sigue en los supuestos de actos comunitarios de
alcance general, que tienen implicaciones financieras notables y cuya aprobación no venga
impuesta por actos preexistentes.
La cooperación es un procedimiento introducido para numerosos supuestos por el Acta
Única Europea. Esta filosofía supone que, cuando las tres instituciones están de acuerdo, el
Consejo puede decidir por mayoría cualificada. En cambio en caso de desacuerdo por parte de la
Comisión o del Parlamento el Consejo ha de decidir por unanimidad.
En las relaciones exteriores el papel del Parlamento inicialmente reducido a ser consultado
antes de la conclusión de los tratados de adhesión, se extiende ahora a seguir y ser informado de
todo el proceso negociador y no sólo de estos tratados, sino también de los acuerdos comerciales
con terceros países.
13.4.- LA COMISIÓN.
Tiene la responsabilidad de velar por el respeto de los Tratados, así como la facultad de
poner en marcha un procedimiento sancionador general contra los Estados, mediante la
interposición de un recurso ante el Tribunal de Justicia dirigido a constatar los incumplimientos.
También compete a la Comisión autorizar la derogación de los Tratados en casos particulares
cuando esa derogación está autorizada por las llamadas cláusulas de salvaguardia. La Comisión
asume, la función administrativa de la Comunidad y, consiguientemente, adopta los acuerdos y
resoluciones, actos administrativos en todos los campos, incluyendo la gestión financiera y de los
fondos comunitarios. Esta función no incluye un poder reglamentario propio y claramente
establecido. Sin embargo, esta carencia se compensa con la participación que corresponde a la
Comisión en el poder normativo del Consejo. En este sentido la Comisión monopoliza la iniciativa
del proceso normativo ya que el Consejo no decide sino a propuesta de la Comisión.
La organización de la Comisión se corresponde con su naturaleza de órgano estrictamente
comunitario en mayor medida que ningún otro, salvo el Tribunal de Justicia, configurándose por
ello como un consejo de personas independientes de los Estados ; esto determina la especial
93
www.uned-derecho.com
94
www.uned-derecho.com
95
www.uned-derecho.com
Tema 14
El acto administrativo. clases y elementos.
96
www.uned-derecho.com
son formalmente Adm. Pública, son los dictados fuera del ejercicio de las funciones típicas y
definidoras de estos otros poderes (la legislativa en las Cortes, la judicial en el T. Constitucional,
etc.).
Son actos marginales en el conjunto de la actividad de esos organismos, nacidos de su
inevitable actividad logística y doméstica allende la Administración propiamente dicha y cuyas
leyes orgánicas definen y califican de ordinario como "actos de admi-nistración y personal". Esta
extensión del concepto ha de valorarse como un progreso del Estado de Derecho que extiende
ahora el control jurisdiccional cont-administrativo a todos los ámbitos en que se manifieste
materialmente una actividad administrativa (art. 106 CE.).
La regla tradicional del Derecho parlamentario que consistía en cubrir esta acti-vidad
logística y doméstica de las Cámaras con el manto de la soberanía propia de la acción legislativa
y declarar exentos de toda fiscalización jurisdiccional los que se llaman actos administrativos de
las Asambleas parlamentarias, hay que entenderla superada en nuestro Derecho por el art. 24 de
la Const. que al consagrar el principio de garantía judicial efectiva, fuerza a aplicar a esta
actividad de las Cortes el régimen de fiscali-zación propio de los actos administrativos.
Lo mismo puede decirse de los actos en materia de personal y administración de los
órganos legislativos de las CCAA, cuyo enjuiciamiento corresponde a los Tribunales Superiores
de Justicia (art. 74 de la L.O.P.J.). Análogamente, la actividad administrativa del Tribunal
Constitucional es hoy enjuiciable por la J.C.A. Conclusiones similares pue-den establecerse para
el Defensor del Pueblo y el Tribunal de Cuentas, cuyos "actos en materia de personal y de
administración", como los de los órganos antes mencio-nados, la L.O.P.J. de 1985 ha declarado
fiscalizables por los Tribunales Contencioso-admi-nistrativos (art. 58).
Un poder público que sus actos pueden ser calificados como administrativos, es el
C.G.P.J., sometido al Derecho administrativo y al control de esa jurisdicción. En este sentido su
actividad más típica, relativa al nombramiento de cargos judiciales, situa-ciones de jueces y
magistrados, imposición de medidas disciplinarias, se sujetan a los principios y a los
procedimientos de Derecho administrativo y son enjuiciados al modo contencioso-administrativo
por el Tribunal Supremo.
97
www.uned-derecho.com
defensa del territorio nacional, relacionas internacionales, seguridad interior del Estado y mando
y organización militar, sin perjuicio de las indemnizaciones que fueran procedentes".
El Tribunal Supremo tiene establecido con carácter general que, subjetivamente, los actos
políticos, son únicamente los actos del Consejo de Ministros y no de otras Administraciones o
autoridades inferiores y que, materialmente, los actos políticos se refieren a las grandes
decisiones que afectan al conjunto del Estado, y no a simples anuncios administrativos.
El acto político o de gobierno demuestra una fuerte resistencia a su extinción, reapareciendo
de vez en vez como un nuevo Guadiana fuera de los supuestos mencio-nados. Así el Tribunal
Supremo, ha calificado como acto político exento del control judi-cial un acuerdo tácito del
Consejo de Ministros desestimatorio de la pretensión de que procediese de conformidad al art.
100 de la L.A.U., a la adaptación bianual de rentas.
98
www.uned-derecho.com
b) Los adoptados por los Ministros en el ejercicio de las competencias que tienen atri- buidas.
c) Los de las autoridades inferiores en los casos en que resuelvan por delegación.
Con criterios análogos deberán calificarse de actos que causan estado los dictados por las
administraciones de las CCAA.
En la Adm. Local causan estado :
b) Los actos de autoridades y órganos inferiores, cuando resuelvan por delegación del Alcalde.
c) Los de cualquier otra autoridad u órgano cuando así lo establezca una disposición legal (art.
52 de la LRBRL).
99
www.uned-derecho.com
recurso administrativo o jurisdiccional. A ellos se refiere, juntamente con los confirmatorios el art.
40.a de la L.J.C.A.
El concepto de firmeza administrativa que se sitúa más allá del carácter definitivo del acto
es equivalente al que se utiliza para designar a las sentencias judiciales que por no haber sido
impugnadas en tiempo y forma devienen igualmente firmes y no son ya susceptibles de recurso
ordinario. Por ello, el Tribunal Supremo utiliza en ocasiones la expresión francesa de "cosa
juzgada administrativa" aunque con grandes reservas.
El concepto y función del acto consentido ha sufrido una alteración al admitirse la acción de
nulidad en cualquier tiempo contra los actos nulos de pleno derecho y en un plazo de 4 años para
los actos anulables (artº 102 y 103 de la LRJAP y del PAC).
Los Actos reproductorios y confirmatorios, son aquellos que reiteran por repro-ducción o
por confirmación, otros anteriores firmes y consentidos. Si se prohíbe su impugnación es
justamente para evitar que, a través de una nueva petición y su dene-gación por la
Administración, se reabra un debate judicial sobre lo que ya ha sido definitivamente resuelto en
vía administrativa o judicial.
El Tribunal Supremo ha negado el carácter de acto confirmatorio, permitiendo por ello su
recurribilidad :
a) A los reglamentos, así como a los actos de aplicación singularizada y reiterada de éstos,
como en el caso del pago de haberes a los funcionarios mediante nóminas.
b) A los actos de interpretación de otros anteriores que supongan una adaptación a las
circunstancias nuevas (Sentencias de 1982 y 1986).
c) A los actos nulos de pleno derecho siempre impugnables no obstante el transcurso del tiempo
"por lo que el motivo de inadmisión del art 40.a haya de constreñirse a consignar cautela en su
apreciación.
d) A las resoluciones tardías porque los actos tácitos producidos por silencio adminis-trativo no
son auténticos actos, por lo que no pueden quedar firmes ni ser confirmados por ningún otro.
e) A los actos que reiteran o confirman otros que o no han sido notificados o lo fueron de forma
defectuosa.
1. Las Admisiones.
Son actos cuyo efecto es la inclusión del sujeto en una institución u organización, o en una
categoría de personas, para hacerlo participar de algunos derechos o ventajas o del disfrute de
determinados servicios administrativos. Por ejemplo la admisión en la Universidad.
2. Las Concesiones.
Son resoluciones por las que una Administración transfiere a otros sujetos un derecho o un
100
www.uned-derecho.com
poder propio ; y aquéllas, en que sobre la base de un derecho o poder propios, que quedan de
esta forma limitados, constituye un nuevo derecho o poder en favor de otros. En las concesiones
se distingue entre las llamadas traslativas (Vg : Concesión de un servicio público en el que el
concesionario se subroga en la misma posición que tendría la Administración) de las llamadas
concesiones constitutivas ; en esta categoría se incluirían las de uso excepcional o privativo de
dominio público (concesión de aguas, minas, etc.).
3. Las Autorizaciones.
Son actos por los que la Administración confiere al administrado la facultad de ejercitar un
poder o derecho que preexiste a la autorización en estado potencial. La autorización esta
previamente en el patrimonio o ámbito de libertad del particular, pero cuyo ejercicio sólo es lícito
después que la Administración constata la existencia y límites del Derecho o de la libertad, o que
no existen motivos contrarios a su plena efectividad. La auto-rización es de uso frecuente en la
llamada policía de seguridad (industrias peligrosas, pasaportes, armas) o en materia urbanística
(licencia de obras) y en general como técnica preventiva.
4. Las Aprobaciones.
Son actos por los cuales la Administración presta eficacia o exigibilidad a otros actos ya
perfeccionados y válidos. Esta técnica actúa en el campo de los controles admi-nistrativos,
estando siempre referida a un acto jurídico. El control que la aprobación cumple puede tener por
objeto verificar la conveniencia u oportunidad del acto contro-lado o simplemente su legitimidad o
conformidad con el ordenamiento jurídico.
5. Las Dispensas.
Son actos por los que la Administración exonera a un administrado o a otra Admi-nistración del
cumplimiento de un deber ya existente. Sólo puede tener lugar cuando está prevista en la ley, ya
que se opone a la misma el principio de igualdad. También es un obstáculo a la admisión de
dispensas la regla de la inderogabilidad singular de los reglamentos u otras prohibiciones legales
expresas de dispensas como la relativa a la planificación urbanística (art. 57 de la Ley del Suelo).
1. Las Órdenes.
Son actos por los que la Administración impone a un sujeto un deber o conducta positivo o
negativo y de cuyo incumplimiento puede derivarse, sin perjuicio de su ejecu-ción por la propia
Administración, una sanción penal o administrativa al obligado. La orden presupone una potestad
de supremacía general, como la que ostentan las admi-nistraciones territoriales sobre todos los
ciudadanos que residen en un determinado territorio o bien especial sobre algunas clases de
ellos, dentro de una relación jurídica entre la Administración y el destinatario de la orden.
101
www.uned-derecho.com
102
www.uned-derecho.com
los efectos de las licencias ganadas por silencio positivo a los que son conformes con el
ordenamiento jurídico.
103
www.uned-derecho.com
La novedad de la regulación vigente, es la técnica del certificado, cuya finalidad es hacer valer
el acto administrativo presunto tanto ante la Administración como ante cual-quier otra persona,
natural o jurídica, pública o privada (art. 44). La certificación deberá extenderla el órgano
competente que debió resolver expresamente el procedimiento, en el plazo máximo de 20 días
desde que fue solicitada. Los interesados podrán pedir que se expida esta certificación a partir
del día siguiente al del vencimiento del plazo en que debió dictarse la resolución y podrán
solicitar de la Administración que se exijan las responsabilidades.
La Ley amenaza al titular del órgano competente para resolver que no expida en plazo el
certificado, lo que no es susceptible de delegación, con una sanción disciplinaria. Aparte de la
vertiente de autoinculpación, el acto presunto es ciertamente un certificado, un acto de
conocimiento, en cuanto comprensivo de la solicitud presentada, etc. Pero además es un acto
administrativo, propiamente tal, un acto expreso, una manifestación de voluntad, una resolución
en suma y por ello una verdadera negación de la modesta técnica del acto administrativo : La
Ley no permite (art. 43) que se resuelva expresa-mente la solicitud después de la emisión del
certificado.
104
www.uned-derecho.com
Otro elemento es la capacidad de obrar del titular del órgano y la ausencia de vicios en el
consentimiento, los cuales son objeto en el Derecho administrativo de distinta valoración. Esta
diferencia radica en que la incapacidad del funcionario titular del órgano, por enajenación mental
por ejemplo, o la concurrencia de determinados vicios en su voluntad, como el dolo o la
violencia, tampoco afectarían decisivamente a la validez del acto, si éste desde el punto de vista
objetivo se produce de acuerdo con el ordenamiento jurídico.
La infrecuencia de los vicios que afectan al titular del órgano o su irrelevancia cuando el
acto se adecua al ordenamiento lleva a considerar a la competencia del órga-no como el
elemento fundamental. Esta se define como la aptitud que se confiere a un órgano de la
Administración para emanar determinados actos jurídicos en nombre de ésta. Ordinariamente las
competencias son establecidas por la norma de forma imper-sonal, de manera que todos los
funcionarios que tienen el mismo empleo ostentan las mismas competencias. La falta de
competencia determina el consiguiente vicio de incompetencia que nuestro Derecho contempla
como susceptible de originar dos tipos de invalidez (nulidad de pleno derecho o simple
anulabilidad). El art. 62.1 de la LRJAP y del PAC dice "los actos dictados por órganos
manifiestamente incompetentes por razón de la materia o del territorio".
105
www.uned-derecho.com
impugnado, los motivos de su decisión, incluso en los casos en que formalmente no existe
obligación legal de motivar. El juez contencioso puede a su vez, convalidar si concurre otro
verdadero que sirva para justificar esa decisión, recogida en el art. 65 de la LRJAP y del PAC :
"Los actos nulos que, sin embargo, contengan los elementos constitutivos de otro distinto
producirán los efectos de éste".
106
www.uned-derecho.com
a) El término.
Es el momento, ordinariamente un día determinado, a partir del cual debe comenzar o cesar la
eficacia del acto. El momento en que el acto administrativo adquiere eficacia es aquel en que
alcanza la perfección y la expresión de un término distinto sirve para que el acto despliegue sus
efectos en un momento anterior o posterior. (ej. el ascenso de un funcionario con efecto
retroactivo en que se produjo la vacante). El término final significa que los efectos del acto
terminan en el momento previsto.
b) La condición.
Es la cláusula por la que se subordina el comienzo o la cesación de los efectos de un acto al
cumplimiento de un suceso fortuito o incierto. En el primer caso se habla de condición
suspensiva y en el segundo de condición resolutoria, estas se distinguen de las condiciones iuris.
c) El modo.
Es una carga específica impuesta a la persona en cuyo interés se ha dictado el acto, por la
cual se le exige un determinado comportamiento del que depende de la posibilidad de disfrutar
de los beneficios del acto, lo que, sin embargo, no debe confun-dirse con los deberes que
directamente impone la ley como contenido implícito de aquél.
107
www.uned-derecho.com
-- En los casos en que los órganos administrativos su competencia en forma verbal y no se trate
de resoluciones, la constancia escrita del acto, cuando sea necesaria, se efectuarán y firmarán
por el órgano inferior que lo reciba o reglamente.
-- Cuando deba dictarse una serie de actos administrativos de la misma naturaleza, tales como
nombramientos, concesiones o licencias, podrán refundirse en un único acto, acordado por el
órgano competente.
El contenido de la declaración en que los actos consisten y que se deberá plasmar en los
escritos que los documentan, puede ser diverso en unos y otros casos, pero siempre debería
recoger algunos datos que permitan la identificación del acto mismo, como la autoridad que lo
dicta, mandato o resolución y la fecha, así como la motivación en los casos que es preceptiva.
Los actos además, deben ir precedidos de una espe-cífica denominación según la autoridad que
los dicta : Real Decreto si emana del Consejo de Ministros, Orden si la dicta un Ministro y
resolución o acuerdo en los demás casos. La LRJAP y del PAC, establece que las resoluciones
contendrán la decisión, que deberá ser motivada... (arts. 23, 24, 25 y 89,3 de la LRJAP).
La motivación es una exigencia relativamente moderna, pues en el anterior Régi-men ni
siquiera se exigía en las sentencias judiciales. En el Derecho administrativo la motivación se
exigió en los reglamentos ministeriales dictados en desarrollo de la Ley de Bases del
Procedimiento Administrativo de 1890.
La LPA, de 1958 partió del principio de la innecesariedad de la motivación de los actos
administrativos, pues su exigencia sólo era precisa para los actos que limitaren derechos
subjetivos, los que resolvieren recursos, los que se separaren del criterio seguido en actuaciones
precedentes y en fin los acuerdos de suspensión de actos (art. 43).
La LRJAP y del PAC, ha ampliado notablemente la nómina de los actos nece-sitados de
motivación que ahora se extiende a los actos que limiten intereses legítimos, a los que resuelvan
procedimientos de revisión de oficio de actos administrativos, recur-sos administrativos,
reclamaciones previas a la vía judicial y procedimiento de arbitraje, los acuerdos de tramitación
de urgencia o de ampliación de plazas y a los que se dicten en ejercicio de potestades
discrecionales (art. 54).
La Ley determina que la motivación sea sucinta, ha de ser suficiente sin que valgan las
falsas motivaciones. las fórmulas ... o comodines, que valen para cualquier supuesto.
El Tribunal Supremo, valorando la incidencia de la falta de motivación sobre la validez del
acto administrativo tiene establecido que la motivación si es obligada en los actos que limitan
derechos con mayor razón lo es en los actos que los extinguen, siendo inválida la resolución que
omite toda alusión a los hechos específicos determinantes de la decisión limitándose a la
invocación de un precepto legal.
La Jurisprudencia es menos exigente en la fundamentación en Derecho, si resulta evidente
la causa jurídica tenida en cuenta por la medida adoptada por la Adminis-tración, entendiéndose
en todo caso cumplido el requisito con la motivación in aliunde (aceptación o incorporación al
texto de la resolución de informes o dictámenes).
108
www.uned-derecho.com
109
www.uned-derecho.com
15
Eficacia y ejecutoriedad de los actos administrativos
110
www.uned-derecho.com
111
www.uned-derecho.com
que impliquen, en cuanto este se niega al cumplimiento voluntario, una agresión sobre aquel
mediante la alteración de su ius posesionis sobre sus bienes, o una violencia sobre su libertad
personal. En tales supuestos, la Administración utiliza el privilegio de decisión ejecutoria del acto
administrativo o acción de oficio, regulada en la LRJAP y del PAC.
El principio de ejecutoriedad se establece con carácter general, hoy para los actos
administrativos, sin que tal circunstancia se haya producido en otros ordenamientos, nada menos
que tres preceptos dedica la LRJAP y del PAC, a proclamar la vigencia de este privilegio esta
auténtica potestad judicial de nuestras Administraciones Públicas en los art. 56, 94 y 95.
La LRBRL de l985 también se ha sumado a este plebiscito legal en favor de la ejecutoriedad
de los actos administrativos, reconociendo a las Entidades locales, además de la presunción de
legitimidad y ejecutividad de sus actos, las "potestades de ejecución forzosa y sancionadora". La
legislación tributaria define la ejecutoriedad atribu-yendo a los actos de la Hacienda el valor de
las sentencias judiciales como se sigue diciendo hoy en el art. 129 de la L.G.T.. Hay que tener en
cuenta que la regulación general es la LRJAP y del PAC, la cual exige para la legitimidad de la
ejecución forzosa de la Administración el cumplimiento de las siguientes condiciones :
3) Que la ejecución vaya precedida del oportuno requerimiento o apercibimiento a fin de que el
obligado no sea sorprendido por aquella y se le de la oportunidad de cumplir voluntariamente el
mandato de la Administración (art. 95).
4) La ejecución administrativa está condicionada, a que la ley no haya configurado con relación al
acto que se pretende ejecutar un régimen de ejecución judicial.
112
www.uned-derecho.com
113
www.uned-derecho.com
114
www.uned-derecho.com
c) La desobediencia leve a la autoridad, dejando de cumplir las órdenes particulares que dictare.
Ni la sanción, ni ejecución se actuaron por la vía judicial, sino por el cauce que supuso el
reconocimiento a la Administración de un importante poder sancionador sin parangón en los
ordenamientos continentales o anglosajones.
La falta de operatividad del sistema penal represivo no ha supuesto, sin embargo, que la
ejecución judicial sin carácter represor se haya marginado de la ejecución de los actos
administrativos. Por el contrario se utilizó a los jueces como instrumento de la ejecución de los
actos administrativos, que los juzgados llevaban a ejecución como si de sentencias firmes se
tratase.
Uno de los ejemplos más notables de ejecución de las sentencias judiciales fue el
consagrado por el Código de la Circulación para el cobro de las multas por infrac-ciones de
tráfico "se pasara el expediente al juzgado municipal que corresponda para que éste haga
efectivo el pago de la multa y apremio por la vía judicial con las costas a que haya lugar" (art.
295).
Pero el caso más importante por el número de afectados y el volumen de opera-ciones que
comporta lo constituye la ejecución por las Magistraturas de trabajo de las cuotas impagadas a la
Seguridad Social, si bien dicha intervención precisa hoy de los correspondientes conciertos.
Estos supuestos que un sector de la doctrina presenta como simples excepciones al
privilegio de autotutela administrativa (García de Enterria) no son, en realidad, sino el grado
máximo de la misma, constituyendo claras pruebas de dominación de la Adminis-tración sobre el
Poder Judicial.
Sin llegar a la ejecución completa de los actos administrativos, los supuestos en que los
jueces han de ejercer de comparsas en la ejecución de los actos de las administraciones públicas
no paran, en lo dicho. Así ocurre con las autorizaciones de entrada en domicilio que los jueces
"deben" otorgar al servicio de ejecuciones adminis-trativas y que se hallan reguladas en el art.
103 del RGR y en el 130 de la L.G.T.
En la actualidad, es competencia de los jueces penales de instrucción otorgar la autorización
de entrada en domicilios y en los restantes edificios o lugares de acceso dependiente del
consentimiento de sus titulares cuando ello proceda para la ejecución de los actos de la
Administración ( art.87.2 de la L.O.P.J. de l985).
La colaboración de la autoridad judicial ha sido también históricamente requerida en el
procedimiento de apremio y embargo para presidir las subastas de los bienes de los deudores de
la Administración las cuales se celebraban, además, en la sede de los juzgados, así como para
decretar la transferencia de los bienes inmuebles en favor de la Hacienda.
115
www.uned-derecho.com
116
www.uned-derecho.com
b) Cuando se produzca reclamación de tercería de dominio y otra acción de carácter civil (art.
136 de la L.G.T.).
117
www.uned-derecho.com
ejecución se trata. Es una técnica importada del Derecho alemán, que denomina penas
ejecutivas.
Siguiendo el modelo germánico, la regulación de la multa coercitiva viene a resaltar su
diferencia respecto de las multas de Derecho penal afirmándose que aquélla no tiene carácter de
pena con la grave consecuencia de la inaplicación del principio non bis in idem en relación con
las multas sucesivas que implica esta técnica. En un claro exceso de dureza y autoritarismo se
acepta, la compatibilidad de la multa coercitiva con otras sanciones penales o administrativas, "la
multa coercitiva dice el art. 99 de la LRJAP y del PAC, será independiente de las que puedan
imponerse en concepto de sanción y compatible con ellas".
Los supuestos en que procede la imposición de multas coercitivas son muy amplios, pues
comprenden desde "los actos personalísimos en que no proceda la compulsión directa sobre las
personas" o "la Administración no la estimará conve-niente", hasta aquellos otros "cuya ejecución
pueda el obligado encargar a otra persona", art. 99 de la LRJAP y del PAC.
La multa coercitiva sólo es aplicable en la fase de ejecución de un acto administrativo.
No es lícita su utilización en actuaciones inspectoras para doblegar la voluntad del inspeccionado
y obligarle a declarar en su contra o a facilitar documentos o pruebas que le comprometan como
ocurre en materia fiscal (art. 83 de la LGT).
La multa coercitiva actuada en un expediente sancionador equivale a una suerte de
coacción, de amenaza económica, para forzar a determinadas declaraciones. La misma
inconstitucionalidad cabría predicar de cualquier ley por la que se atribuyese al juez penal el
poder de imponer multas coercitivas para obligar a declarar o exhibir docu-mentos
comprometedores a los inculpados en el proceso.
De ahí que el Tribunal Constitucional haya planteado la inconstitucionalidad del art.
83.3 de la LGT, que sanciona la falta de aportación de pruebas y documentos contables o la
negativa a su exhibición ante los órganos de la Inspección Tributaria. No obstante el TC. ha
admitido la validez de este precepto (sentencia de 1990).
118
www.uned-derecho.com
medidas de ejecución, sin que en ningún caso la ejecutoriedad pueda suponer una agravación de
la situación del ejecutado o configurarse como una sanción personal.
Para salvaguardar las titularidades de terceros no sujetas al procedimiento de ejecución se
ha arbitrado, a imagen y semejanza del proceso civil, el incidente DE TERCERÍA DE DOMINIO o
de mejor derecho en la fase de ejecución administrativa. Esta reclamación de un tercero o
tercería provoca la suspensión del procedimiento de apre-mio en lo que se refiere a los bienes y
derechos controvertidos, una vez que se haya llevado a efecto su embargo y anotación
preventiva en el Registro Público corres-pondiente.
La subsanación de la tercería tiene una primera fase en vía administrativa y otra ante el
Juez Civil a quien en definitiva corresponde decidir las cuestiones de titularidad o de mejor
derecho. El RGR, distingue dos clases de tercerias, la de domino (titularidad de un tercero de
los bienes embargados) y las de mejor derecho (fundadas en el derecho del tercerista a ser
reintegrado de su crédito con preferencia al perseguido en el apremio).
Además del control judicial civil (tercerias) debe admitirse la enjuiciabilidad de las
medidas de ejecución en vía CONTENCIOSO-ADMINISTRATIVA cuando supongan un exceso
sobre el alcance y los contenidos del acto que se ejecuta o por cualquier otra infracción de los
principios y reglas expuestos. Esta posibilidad se funda en el principio de la garantía judicial
efectiva (art. 24 CE.).
16
Invalidez, anulación y revocación de los actos administrativos
119
www.uned-derecho.com
3).
Las razones comúnmente invocadas para explicar la diferencia de la regulación de la
invalidez en el Dº Administrativo y en el civil y en especial la reducción al mínimo de los
supuestos de nulidad absoluta en aquél son la necesidad de preservar la presunción de validez
de los actos administrativos, así como la seguridad jurídica.
La concepción restrictiva de la invalidez de pleno derecho que consagró la LPA de l958
ha servido de modelo, mutatis mutandis, a la regulación de las clases de invalidez de los actos
judiciales establecidas por la L.O.P.J. y es también la que rige en el Dº Administrativo
comparado. Puede considerarse como el Derecho Común de la invalidez de los actos de poder
público.
Los actos judiciales sólo son nulos de pleno derecho cuando se produzcan con manifiesta
falta de jurisdicción o de competencia objetiva o funcional ; cuando se reali-cen bajo la violencia
o intimidación racional y cuando se prescinda total o absolutamente del procedimiento
establecido por la Ley.
En Francia se constata una categoría que juega el papel de la nulidad absoluta. Por ello el
Consejo de Estado ha aplicado como una sanción reforzada para casos extremos de ilegalidad,
en los que, en vez de proceder a la anulación del acto administrativo, declara que éste "est nul et
de nul effet", declaración que se puede hacer en cualquier tiempo.
En Alemania es también tradicional la contraposición de la invalidez de los actos privados y
los actos administrativos : "mientras en el derecho privado se considera generalmente nulo un
negocio jurídico que incurra en cualesquiera infracción, en el Derecho público sólo se toman en
consideración infracciones gravísimas de la Ley para que se produzca tal efecto.
En Italia se distingue dentro de los actos ilegítimos las categorías de la nulidad absoluta y la
anulabilidad. La categoría de los actos nulos o inexistentes se reserva para aquellos en que falta
algún elemento.
Los actos son simplemente anulables por incompetencia jerárquica, exceso de poder y
violación de la ley, vicios que se resumen en la disconformidad del acto con el ordenamiento
jurídico. Los actos revocables como los dictados de conformidad con la ley, pero que adolecen de
algún vicio de oportunidad o mérito por no haber sido adopta-dos del mejor modo posible desde
el punto de vista jurídico (ético, técnico, etc.).
16.2. LA INEXISTENCIA.
La aceptación de la categoría de los actos jurídicos inexistentes tropieza con su carácter
metafísico o metajurídico, ya que "así como en la naturaleza no hay hechos nulos, sino que los
hechos existen o no existen, en el orden jurídico de los actos sólo puede decirse que valen o no
valen".
De otro lado, se advierte que la categoría de la inexistencia es inútil porque la teoría de la
nulidad absoluta o de pleno derecho cubre hoy las necesidades a las que en su día dio cobertura
la inexistencia.
La razón de la persistencia de esta categoría en la moderna doctrina se encuen-tra en
consideraciones prácticas : Constituir un instrumento que permite suplir las deficiencias de la
construcción técnica de la nulidad, bien para introducir nuevos supuestos allí donde las nulidades
aparecen tasadas, como ocurre en la LRJAP y del PAC, para facilitar su ejercicio procesal
cuando no se reconocen los poderes de oficio para declararla o cuando la acción de nulidad se
considera prescriptible.
La Jurisprudencia francesa ha utilizado la categoría de la inexistencia de forma análoga a la
del acto nulo de pleno derecho, para impedir la eficacia de una actuación que de acto
administrativo no tiene más que el nombre y para evitar que por la fuga-cidad de los plazos
procesales pudieran quedar impunes las mayores irregularidades del acto administrativo.
En la jurisprudencia española, mientras algunas sentencias afirman la inacep-tabilidad del
acto inexistente y, "de su carencia de efectos sin necesidad de declaración administrativa o
judicial", otras, al igual que en la francesa e italiana, parecen asimilar el acto inexistente al
radicalmente nulo en supuestos de incompetencia manifiesta, pero sin establecer un régimen
jurídico diferenciado, es decir, un tercer grado de invalidez.
120
www.uned-derecho.com
121
www.uned-derecho.com
122
www.uned-derecho.com
rigen por sus reglas específicas y a falta de ellas por la normativa básica establecida en los art.
22 a 28 de la LRJAP y del PAC.
Para la Jurisprudencia son esenciales la convocatoria, siendo nulo el acuerdo tomado sobre
una cuestión no incluida en el orden del día. También lo es la composición del órgano, como los
Jurados de Expropiación; el quórum de asistencia y votación que es lo que determina también la
existencia jurídica misma y la voluntad del órgano y que debe concurrir no solo en la iniciación de
esta, sino durante todo el curso de la sesión.
En la aplicación jurisprudencial ha habido exageraciones como la sentencia que calificó de
vicio insubsanable en la formación de voluntad municipal la falta de una autorización previa de la
Diputación para que un Ayuntamiento cediese determinados terrenos a una Universidad.
b) La posibilidad de convalidación sólo prevista para los actos anulables establecida en el art.
67.1 : "La Administración podrá convalidar los actos anulables, subsanando los defectos de que
adolezcan".
c) La imposibilidad de alegación de los vicios, motivo de la invalidez del acto, por los causantes
de los mismos en los casos de anulabilidad, pero no en los de nulidad plena prevista en el art.
123
www.uned-derecho.com
115.2 : "Los vicios y defectos que hagan anulable el acto no podrán ser alegados por los
causantes del mismo".
d) La mayor facilidad para la suspensión de la ejecutividad de los actos nulos de pleno derecho
cuando son impugnables y al margen de que ocasionen o no perjuicios de imposible o difícil
reparación (art. 111).
Hay que contemplar la diferencia del régimen jurídico de la nulidad de pleno dere-cho y la
anulabilidad como algo relativo y confiar que al menos, la diferencia se respete en lo que toca al
reconocimiento de carácter imprescriptible de la acción de nulidad, que es lo que se desprende
del art. 102 frente al 103 de la LRJAP y del PAC., al regular la revisión de los actos inválidos,
permite que la acción de nulidad se actúe de oficio o a instancia de parte, en cualquier tiempo,
mientras el plazo para la revisión de oficio de los actos anulables se fija en 4 años. La posibilidad
de esta acción como derecho del interesado a que la Administración tramite el expediente de
declaración de nulidad y contra cuya negativa podría recurrirse en sede jurisdiccional tiene ya en
su favor un cierto apoyo jurisprudencial. El Tribunal Supremo ha establecido un límite a la extem-
poraneidad de la acción en este tipo de nulidades : La acción de nulidad es impro-cedente
cuando, planteada en vía administrativa, no se recurre en tiempo y forma contra su
desestimación ante los Tribunales (Sentencia de l.983).
Esta Jurisprudencia y la regulación legal de la revisión de los actos en vía administrativa que
consagra la acción de nulidad deben llevar lógicamente a un retro-ceso de la doctrina de los
actos consentidos, permitiendo su impugnación por la acción de nulidad, aunque hayan
transcurrido los plazos de interposición de los recursos administrativos o judiciales.
124
www.uned-derecho.com
125
www.uned-derecho.com
dictamen favorable del Consejo de Estado. Para los actos anulables decla-rativos de derechos
que infringen la ley se limitó el plazo para esta declaración a 4 años desde que fueron adoptados,
siempre que el Consejo de Estado informe positivamente sobre esa circunstancia de la infracción
manifiesta.
Fuera de esos casos, la Administración debía soportar la carga de acudir al proceso de
lesividad. Toda la garantía del administrado favorecido por un acto declarativo de derechos
frente al poder anulatorio de la Administración residía en el informe vinculante del Consejo de
Estado y así se reconocía mayoritariamente en la doctrina. Este sistema funcionó correctamente
y la doctrina no le opuso reparos.
En el Derecho francés se reconoce que la Administración puede revocar sus actos para
rectificar errores o para adaptarlos a nuevas situaciones concretas vienen mati-zadas por la
jurisprudencia (WALINE).
En el derecho italiano se reconoce a la Administración un poder propio para la anulación,
revocación o corrección de los actos administrativos, poder que se deno-mina, según que el acto
este afectado de vicio de ilegitimidad o de inoportunidad, anulación de oficio o revocación.
126
www.uned-derecho.com
127
www.uned-derecho.com
17
El procedimiento administrativo.
128
www.uned-derecho.com
1976 como "aquella actividad administrativa con eficacia externa, que se dirige al examen,
preparación y emisión de un acto administrativo o a la conclusión de un convenio jurídico público,
incluyendo la emisión del acto administrativo o la conclusión del convenio".
En cuanto a las diferencias entre proceso judicial y procedimiento administrativo, señala
GIANNINI que el proceso posee el máximo de complejidad formal, debido a la dignidad del
órgano ante el cual se desarrolla. (En el procedimiento administrativo hay menor solemnidad en
las secuencias de los actos y menor rigor preclusivo, desarro-llándose ante una autoridad que es
a la vez, juez y parte.).
La Exposición de motivos de la LPA, de 1958 expresa la misma idea de la menor
complejidad y rigidez del procedimiento administrativo frente al proceso judicial.
La razón sustancial de estas diferencias entre proceso y procedimiento está no sólo en
que en el primero supone la existencia clara de un conflicto entre partes sobre la aplicación del
Derecho, sino en el hecho de que el procedimiento administrativo en la mayor parte de los casos
no es tanto únicamente un problema de la correcta aplicación del Derecho y de resolución de
conflictos jurídicos cuando también de un cauce nece-sario de la buena gestión de los intereses
públicos, como ocurre por ejemplo, en los procedimientos de selección de proyectos de
funcionarios.
129
www.uned-derecho.com
c) Los procedimientos constitutivos en función de los intereses públicos que se gestio-nan pueden
ser simples y complejos. Simple es el procedimiento que persigue un único interés público,
complejo si se atiende a varios intereses públicos, como en los casos de aprobación de los
planes de urbanismo.
f) Los procedimientos ejecutivos son aquellos a través de los cuales se materializan los
contenidos de los actos administrativos.
130
www.uned-derecho.com
se desprende de la LRJAP y del PAC., que considera interesados tanto a quienes instan el
procedimiento pretendiendo algún bene-ficio como quienes pueden resultar perjudicados por él.
En este sentido considera intere-sados :
c) Aquellos cuyos intereses legítimos, individuales o colectivos puedan resultar afec-tados por la
resolución y se personen en el procedimiento en tanto no haya recaído resolución definitiva
(art.31).
131
www.uned-derecho.com
presencia equilibrada de las partes del proceso a las que se reconocen exacta-mente los mismos
derechos al trámite, así como a la neutralidad procesal del Juez que es un árbitro.
En los procedimientos administrativos, por el contrario, falta por regla general, esa rigidez y
automatismo en el equilibrio de los trámites que corresponde ejercitar a las partes. Además el
"juez" (funcionario o Autoridad) dentro de una mayor flexibilidad, toma toda suerte de iniciativas y
configura los trámites según las necesidades propias de cada forma de actividad administrativa
que se está formalizando en el procedimiento.
La LRJAP y del PAC., acoge el principio inquisitivo en ciertos preceptos, como los que
establecen la iniciación y la impulsión de oficio del procedimiento en todos sus trámites (arts. 69
y 74), el desarrollo, de oficio o a petición de parte, de los actos de instrucción adecuados para la
determinación, conocimiento y comprobación de los datos en virtud de los cuales deba
pronunciarse la resolución, la apertura de un período de prueba sin necesidad de petición de los
interesados (art. 78), y por último el órgano competente en aras del interés general puede
extender el contenido de su decisión a todas las cues-tiones planteadas por el expediente y
aquellas otras derivadas del mismo (art.89).
B) El Principio de publicidad :
La publicidad o secreto de los procedimientos exige distinguir entre el derecho de los
interesados en el procedimiento al conocimiento de las actuaciones que en él se van
desarrollando y el derecho de los ciudadanos también "interesados" por legítima curio-sidad en la
transparencia de la actividad administrativa.
La vieja Ley de 1889 limitó el derecho de los interesados a la información sobre "el estado del
procedimiento de las normas y de los acuerdos". Después la LPA de 1958, les reconoció "el
derecho a conocer, en cualquier momento, el estado de su tramitación recabando la oportuna
información de las oficinas correspondientes" (art.62).
La vigente Ley, es más rotunda en el reconocimiento de este derecho a la informa-ción, pues
admite que los interesados conozcan "en cualquier momento el estado de la tramitación de los
procedimientos, cuando sean interesados y obtener copias de docu-mentos contenidos en los
mismos" (art. 35,a), manteniendo de otra parte, la misma regulación anterior sobre el trámite de
vista y audiencia, (art. 84).
En cuanto al derecho de los ciudadanos a conocer los procedimientos administrativos (Ley de
Secretos Oficiales de 1968) partió ya en plena Dictadura.
Sorprende que en la L.R.J.A.P. y del P.A.C. haga pasar la regulación del art. 37 como un
progreso : "Los ciudadanos tienen derecho a acceder a los registros y documentos, que formen
parte de un expediente, obre en archivos administrativos etc.
132
www.uned-derecho.com
Del escrito de solicitud y de los demás escritos que presenten los interesados en las Oficinas
de la Administración podrán estos exigir copias selladas y la devolución de los documentos
originales, lo que acordará el funcionario que instruya el procedimiento, dejando nota o
testimonio, según proceda; pero si se trata del documento acreditativo de la representación y el
poder fuese general para otros asuntos, deberá acordarse el desglose y devolución a petición del
interesado en el plazo de 3 días.
En cuanto a las formas de presentación de las solicitudes lo normal es presentar las
instancias ante el órgano que ha de resolverla. La Ley facilita la recepción de las instancias en
los registros de cualesquiera Administraciones Públicas (Estado, CCAA, o Entidades Locales,
siempre en este último caso que se hubiera suscrito el correspon-diente convenio). También se
pueden presentar ante las oficinas de Correos, quien la remitirá al Organismo competente (art.
38).
Recibida la instancia el órgano competente, puede, si el escrito de iniciación no reuniera los
datos mencionados, requerir a quien lo hubiese firmado, para que en un plazo de 10 días,
subsane la falta o acompañe los documentos preceptivo y de no hacerlo se archivará el
expediente (art. 71).
Además el órgano competente adoptará las medidas provisionales que estime oportunas para
asegurar la eficacia de la resolución que pudiera recaer, cuando existan elementos de juicio para
ello y dichas medidas no causen perjuicios irreparables a los interesados o impliquen violación de
derechos.
133
www.uned-derecho.com
superior instructor del expediente y aún cuando esta norma de alegaciones conjuntas no se haya
recogido en la LRJAP y del PAC., configurar aquella "reunión" a la manera judicial, permitiendo
en el mismo acto la práctica, examen y discusión sobre las pruebas cuya naturaleza lo permita.
Al margen de esta regulación general, la vista oral está contemplada en el proce-dimiento de
las reclamaciones económico-administrativas (art. 32 de la LPEA).
De la misma naturaleza puede considerarse el trámite de información pública, a través del
cual se llama públicamente a opinar sobre cuestiones de hecho, de ciencia o de Derecho a
cualquier interesado esté o no personado en el procedimiento. La información pública se abre
cuando la naturaleza del procedimiento lo requiere (art. 86 de la LRJAP y del PAC). El trámite de
información pública se anunciará en el B.O.E., de la Comunidad Autónoma, en el de la Provincia
respectiva, o en ambas, a fin de que se pueda examinar el expediente quien tenga interés en el
asunto.
B) Informes :
Los informes son actuaciones administrativas a cargo, normalmente de órganos especializados
que sirven para ilustrar al órgano decisor. Se trata de manifestaciones de juicio, de juicios
jurídicos o técnicos, pero nunca de voluntad y por ello, no se consideran actos administrativos.
Los informes como tales son judicialmente impugnables. La Ley autoriza que para la resolución
del procedimiento se soliciten, además de aquellos informes preceptivos por disposiciones
legales, todos los que se juzguen necesarios para resolver (art. 82).
El informe tiene una configuración diversa, cuando es vinculante, pues entonces la voluntad
del órgano decisor resulta hipotecada por la del emisor del informe, produ-ciéndose entonces un
supuesto de competencia compartida.
La LRJAP y del PAC., los clasifica en preceptivos y no preceptivos, estableciendo además la
presunción de que "salvo disposición expresa, los informes serán facultativos y no vinculantes"
(art. 83). En cuanto a sus aspectos formales, los informes serán evacuados, en principio, en el
plazo de 10 días, pero de no admitirse en el plazo seña-lado, se podrán proseguir las
actuaciones.
La vigente Ley no previene como la anterior LPA de 1958, que los informes sean sucintos y
que no incorporen a su texto el extracto de las actuaciones anteriores, ni cualquier otro dato que
figure en el expediente. La falta de un informe preceptivo constituía un vicio no convalidable,
pero la Ley vigente ha eliminado esa prohibición pudiendo el acto ser convalidado a posteriori
mediante la emisión del informe cometido.
C) La Prueba :
La prueba es aquella actividad que se desarrolla durante el procedimiento para acreditar la
realidad de los hechos y en su caso, la vigencia y existencia de las normas aplicables, cuando lo
uno y lo otro constituyen presupuestos ineludibles de la resolución que ha de dictarse.
Objeto de la prueba son los hechos controvertidos, es decir, aquellos sobre los que no hay
acuerdo entre ambas partes, no siendo necesario probar la existencia y vigencia de las normas
jurídicas aplicables, pues se presume que el funcionario o juez las conocen.
En cuanto a la carga de la prueba no hay reglas especificas. La LRJAP y del PAC., prescribe
únicamente, la obligatoriedad de la apertura de un período probatorio (art. 80) pero deja sin
resolver a quien corresponde, dentro del período probatorio, la carga de la probanza. Las reglas
de la atribución de la carga de la prueba no pueden ser las mismas para todos los procedimientos
administrativos dada su variedad.
En cuanto a los medios de prueba, la Ley no establece limitación alguna, admitiendo que los
hechos relevantes para la decisión de un procedimiento puedan acreditarse por cualquier medio
de prueba admisible en Derecho". En consecuencia son admisibles todos los medios de prueba
previstos en el Código civil, art. 1.215, así como los medios probatorios establecidos en las Leyes
de Enjuiciamiento civil y criminal cuyas normas son aplicables para la práctica de cada uno de
ellos.
El instructor del procedimiento deberá acordar por si mismo la práctica de las pruebas que crea
oportunas, así como las que propongan los interesados. Un medio de prueba muy generalizado,
134
www.uned-derecho.com
-- El procedimiento puede cumplir su fin por terminación convencional o como dice la Ley por
acuerdos, pactos, convenios o contratos, con personas tanto de Derecho público como privado
(art. 88). Pero la admisión del convenio frente al acto adminis-trativo unilateral como forma de
terminación de los procedimientos es más aparente que real.
-- El procedimiento puede terminar por desistimiento, es decir, por que el interesado desista de
su petición o instancia, lo que viene a significar el apartamiento del proce-dimiento, pero no la
renuncia del derecho ejercitado a través de él.
-- Podrán hacerse los dos por cualquier medio que permita su constancia (art. 90).
Por último la caducidad es una causa de terminación del procedimiento con cierta
connotación sancionadora, pues tiene lugar cuando el procedimiento se paraliza por causa del
interesado, en cuyo caso la Administración le advertirá, inmediatamente, que, transcurridos 3
meses, se producirá la caducidad del mismo, con archivo de las actua-ciones (art. 92).
Ese carácter cuasisancionador frente al interesado negligente supone que la caducidad se
aplique solo en aquellos procedimientos en que aquel puede obtener algún provecho y no en los
que hubiere terceros interesados o la cuestión objeto del proce-dimiento afectase al interés
general, o fuera conveniente substanciarla para su definición y esclarecimiento (art. 92.4).
En cuanto a los efectos de la caducidad del procedimiento esta no implica siempre la
correlativa pérdida o extinción del derecho que en dicho procedimiento se estaba ejercitando o
pretendiendo, pues "la caducidad no producirá por si sola la prescripción de las acciones del
particular o de la Administración, pero los procedimientos caducados no interrumpirán el plazo de
prescripción". En cualquier caso, la caducidad no produce efecto alguno en el supuesto de que la
cuestión suscitada afecte al interés general o cuando fuere conveniente substanciarla para su
definición o esclarecimiento (art. 92).
18
Los contratos y la administración. Régimen básico
135
www.uned-derecho.com
136
www.uned-derecho.com
se den 2 requisitos :
1. Que hayan sido creadas para satisfacer específicamente necesidades de interés general que
no tengan carácter industrial o mercantil.
2. Que se trate de Entidades cuya actividad esté mayoritariamente financiada por las
Administraciones Públicas u otras Entidades de Derecho público, o, alternativamente, que la
gestión se halle sometida a control por parte de éstas últimas.
La Ley es, en un segundo nivel, susceptible de aplicación parcial que afecta a las demás
Entidades de derecho público no comprendidas en el supuesto anterior, siempre que la principal
fuente de financiación de los contratos proceda de transferencias o aportaciones de capital
provenientes directa o indirectamente de las Administraciones Públicas.
La Ley es susceptible de una aplicación mínima referida a todo tipo de entes privados o
públicos, aunque éstos últimos adopten formas societarias. Es mínima por-que sólo se aplican las
normas que regulan la capacidad de las empresas ... ya que sólo se aplican a los contratos de
ingeniería civil ... de construcción relativos a hospi-tales ... siempre que sean subvencionados
directamente por la Administración con más del 50 % de su importe.
Tanto la aplicación plena como la mínima dejan fuera del ámbito de aplicación de la Ley los
contratos otorgados por entes de capital público mayoritario que adoptan formas mercantiles y
cuyas cuantías sean inferiores a las señaladas. Para todos estos contratos que resultan
excluídos, la disposición adicional sexta prevé una aplicación simulada, puesto que determina
que toda esa actividad contractual ... se ajustará a los principios de libertad y concurrencia,
salvo que la naturaleza de la operación a realizar sea incompatible con estos principios ...
137
www.uned-derecho.com
No son válidos los contratos sin causa o con causa falsa o ilícita. Art. 11 del Reglamento de
Contratación de las Corporaciones Locales de 1953 : La causa de los contratos deberá ser el
interés público, determinado según los casos, por la mejor calidad, mayor economía o plazo más
adecuado en la realización ...
El precio de los contratos de la Administración debe ser cierto y estar expresado en
moneda nacional, abonándose al empresario en función de la importancia real de la prestación
efectuada y de acuerdo con lo convenido. La regulación legal se extiende a las modalidades de
pago del precio, a la cesión del crédito frente a la Administración y a las consecuencias de la
demora. Se prohíbe el precio aplazado y se admite el pago adelantado de manera total o parcial
mediante abonos a buena cuenta, siempre que se incluya en este concepto el importe de las
operaciones preparatorias de la ejecución del contrato en las condiciones establecidas en los
respectivos pliegos y se aseguren los importes anticipados mediante la prestación de garantía.
138
www.uned-derecho.com
Son las reglas de Derecho público sobre competencia y nó las de capacidad del Derecho
Civil las que se aplican.
Las competencias y funciones para contratar están atribuídas a diversos órganos,
correspondiendo a los responsables políticos de cada servicio, el protagonismo en el proceso
contractual y al Ministerio de Hacienda las funciones de control.
En la Administración del Estado, son los Ministros y los Secretarios de Estado los órganos
de contratación facultados para otorgar los contratos en el ámbito de su compe-tencia, si bien en
determinados casos deben contar con la aprobación del Consejo de Ministros.
También son órganos ordinarios de contratación los representantes legales de los
Organismos Autónomos y demás Entidades públicas estatales.
La Ley sitúa en el nivel de la autoridad política la competencia decisoria para contratar,
contemplando la posibilidad de órganos colegiados aunque con carácter precario y competencias
muy limitadas. Sin imponerlas faculta al Ministro para constituir Juntas de Contratación en los
Departamentos ministeriales y sus organismos autóno-mos que actuarán como órganos de
contratación, las cuales dependerán orgánicamente de la Subsecretaría.
Como órganos colaboradores en los procedimientos de selección, la Ley configura las
Mesas de Contratación, aunque sin competencias decisorias, aunque delegadas.
En el ámbito ministerial estatal hay que citar las Oficinas Técnicas de Supervisión de
Proyectos.
En la Administración Local, las competencias para la contratación se reparten entre el
Presidente y el Pleno de las Corporaciones Locales, siempre que la cuantía no exceda del 5 % de
los recursos ordinarios de sus presupuestos ni del 50 % del límite general aplicable a la
contratación directa.
El Tribunal de Cuentas y los órganos equivalentes de las Comunidades Autónomas ejercen
importantes funciones de control.
En el Ministerio de Economía y Hacienda se ha creado una "Administración gene-ral de los
contratos de las Administraciones Públicas", integrada por órganos con competencias generales
en materia de contratación estatal. El más importante es la Junta Consultiva de Contratación
Administrativa (Decreto 315/1971).
El Estado de las Autonomías y su tendencia a la multiplicación de organismos públicos ha
forzado al legislador a la posibilidad de 17 Juntas Consultivas de Contra-tación Administrativa,
una por cada una de las Comunidades Autónomas.
139
www.uned-derecho.com
140
www.uned-derecho.com
C/ LA CONTRATACIÓN MENOR :
De la exigencia de los 2 procedimientos : Expediente previo y del de adjudicación se libra la
llamada contratación menor, que comprende los contratos de obras que no excedan de 5
millones de ptas, los de suministro, consultoría y asistencia, los de servi-cios y trabajos
específicos y concretos no habituales de la Administración inferiores a 2 millones de ptas : No
hay procedimiento, sólo un acuerdo de voluntades.
141
www.uned-derecho.com
-- Procedimiento abierto es aquel en que todos los empresarios interesados pueden presentar
una proposición, por lo que todos los que concurren son licitadores.
C/ EL PROCEDIMIENTO ABIERTO :
La adjudicación del contrato se inicia de oficio a través de la publicidad que comportan los
anuncios, a los que sigue una fase de instrucción y propuesta ante las mesas de contratación ,
una fase de resolución ante el órgano de contratación, cerrándose el proceso con la notificación y
publidad de la adjudicación.
D/ EL PROCEDIMIENTO RESTRINGIDO :
Se aplican las normas generales pero con particularidades referidas a los pliegos de cláusulas
administrativas particulares, a los anuncios, a los criterios de participación y al número de
participantes.
D/ EL PROCEDIMIENTO NEGOCIADO :
Hereda el lugar que en la anterior legislación correspondía a la contratación directa. No
obstante, la libertad de adjudicación que ostentaba el órgano de contratación en la contratación
142
www.uned-derecho.com
directa resulta menos basta en el procedimiento negociado, porque hay que contar con varios
aspirantes a contratista.
Responde a una mezcla del procedimiento restringido, porque se limita el número de
participantes (entre 5 y 20), y de la forma o criterio de adjudicación que el concurso representa,
porque aunque no se establece criterio alguno, el contrato no puede adjudicarse sino en función
del interés general, lo que obliga a tener en cuenta la mejor oferta, valorando no sólo el mejor
precio, sino cualquier otra circunstancia.
143
www.uned-derecho.com
a) Unilateralidad :
Sólo benefician a una de las partes (Admon), sin que el particular pueda exigirla a su vez de
aquélla.
b) Obligatoriedad :
Son obligatorias salvo en determinados casos en que puede dispensarse de su prestación a los
contratistas que hayan obtenido una determinada clasificación, estable-ciéndose así en el pliego
de cláusulas administrativas particulares.
c) Consustancialidad :
A diferencia del Dcho. Civil, en que estas garantías son accesorias, en la contratación
administrativa, la propia subsistencia del contrato puede depender de la fianza.
d) Inembargabilidad :
Afirmada por reiterada jurisprudencia y por el art. 363 del Reglamento de Contratos del Estado
... La fianza estará primordialmente afectada a las responsabilidades mencionadas el art. 358 y
para hacerla efectiva, el Estado tendrá preferencia sobre cualquier otro acreedor, sea cual fuere
la naturaleza del mismo y el título en que se funde su pretensión
-- Fianza definitiva :
Responde a una finalidad muy distinta de la provisional. Trata de garantizar el cumplimiento de
las obligaciones asumidas por el contratista, pagándose contra la misma 3 conceptos : Las
penalidades que se le imponen, los daños y perjuicios que el contratista pueda ocasionar a la
Administración con motivo de la ejecución del contrato y los gastos ocasionados por la demora
en el cumplimiento de sus obligaciones.
Su importe se establece en el 4 % del importe del presupuesto, cualquiera que sea la forma de
adjudicación del contrato.
No constituye límite máximo a la exigencia de responsabilidades al contratista, en el sentido de
que quede limitada a ella la cuantía debida a la Administración por penali-dades, daños y
perjuicios u otros conceptos. Al contrario, la Administración, para satisfa-cer responsabilidades,
puede proceder al cobro mediante la ejecución del patrimonio del contratista.
No es devuelta o cancelada hasta que se produzca el vencimiento del plazo de garantía y
cumplido satisfactoriamente el contrato de que se trate, o resuelto éste sin culpa del contratista,
la recepción formal.
-- La variante de la garantía global responde genérica y permanentemente del cumpli-miento por
144
www.uned-derecho.com
19
Los contratos administrativos
En el Derecho inglés se está llegando a una figura análoga a la del contrato admi-
nistrativo. Aunque la tradición es que los contratos de la Corona se sometan a las normas
comunes y a los Tribunales ordinarios, los privilegios de aquélla [Inejutabilidad : Prohibición de
dictar contra ella mandamientos de hacer ...] dejaban sin eficacia al contrato y sin garantía al
contratista. A partir de la creación en 1968 del Review Board for Government Contrats, un
organismo de arbitraje, que decide preceptiva y definitiva-mente sobre los conflictos
contractuales, el Pliego de Condiciones de Obras Públicas, establece amplios poderes de control
de la Administración.
En claro contraste con el Derecho francés, el español y el inglés, en el Derecho alemán, los
contratos que la Administración celebra para la realización de obras públi-cas, suministros, etc,
se consideran contratos privados sujetos a las normas comunes del Derecho civil y mercantil, y
cuyo contencioso se ventila ante los Tribunales civiles. Al margen de estos contratos, se admite
una categoría de contratos en que el objeto lo constituyen competencias públicas, normalmente
gestionadas a través de actos unila-terales.
En el Derecho italiano parte de los contratos que en España se consideran administrativos, son
145
www.uned-derecho.com
contratos civiles ... Contratti dello Stato o contratos de la Admi-nistración, categoría que
comprende los contratos ordinarios que celebra para procu-rarse los bienes, servicios o
infraestructuras precisos para su funcionamiento. Estos contratos se rigen por el Cc y de
Comercio, sujetándose al conocimiento de los Tribunales Civiles.
La existencia de este bloque de países, cuyo Derecho no admite la figura del contrato
administrativo, proyecta un futuro incierto para esta institución en el derecho Comunitario
europeo.
146
www.uned-derecho.com
-- Poderes externos al contrato, articulados al servicio del cumplimiento de lo acordado por las
partes.
-- Poderes de vigilancia, interpretación y anulación, simples anticipos de los poderes del órgano
jurisdiccional.
147
www.uned-derecho.com
-- El ius variandi o poder de modificación del objeto del contrato supone, además del privilegio
procesal o posicional de establecer unilateralmente la modificación, un poder sustantivo, una
exorbitancia sobre el fondo de la relación contractual que llega al extre-mo de imponer al
contratista, frente a la regla de inalterabilidad de los contratos por la sóla voluntad de una de las
partes (Art. 1256 Cc), determinadas variaciones en las prestaciones debidas. El poder
modificatorio se reconoce en la Ley de forma explícita con carácter general para todos los
contratos administrativos (Art. 103).
-- Una variante del poder de modificación es el poder de suspensión del contrato, que la Ley
admite, sujetándola a 2 condiciones : Una formal : Que se levante acta en la que se consignen
las circunstancias que motivan la suspensión y la situación de hecho en la ejecución del contrato,
y otra material : Que se indemnice al contratista de los daños y perjuicios efectivos sufridos a
consecuencia de la suspensión.
148
www.uned-derecho.com
A) LA FUERZA MAYOR :
Reconocimiento al contratista del derecho a ser indemnizado por pérdidas de materiales y
jornales en determinados casos de fuerza mayor, considerándose como tal los incendios
ocasionados por la electricidad atmosférica, fenómenos naturales de efectos catastróficos por
terremotos y maremotos, erupciones volcánicas, movimientos del terreno, temporales marítimos,
inundaciones u otras semejantes, destrozos ocasio-nados violentamente en tiempo de guerra,
robos tumultuosos, e inundaciones o altera-ciones graves del orden público.
La Jurisprudencia define la fuerza mayor como acontecimientos insólitos e impre-visibles por
depender de la actuación anormal de las fuerzas natuarles con violencia extraordinaria o de actos
humanos tan excepcionales como la guerra, o causas que reúnan las notas de excepcionalidad,
imprevisibilidad, inevitabilidad, irresistibilidad y procedencia externa.
B) LA REVISIÓN DE PRECIOS :
Una excepción aún más significativa al principio de riesgo y ventura con origen en los contratos
de obra viene dada por la legislación sobre revisión de precios. Tiene lugar cuando el contrato se
haya ejecutado en el 20 % de su importe, habiendo transcurrido 6 meses desde su adjudicación.
Pero la revisión no es un derecho ex lege, sino ex contracto, debiendo por ello el pliego de
cláusulas administrativas particulares detallar la fórmula o sistema de revisión aplicable. Se lleva
149
www.uned-derecho.com
a cabo mediante los índices o fórmulas de carácter oficial que determine el órgano de
contratación.
150
www.uned-derecho.com
20
Las formas de la actividad administrativa.
151
www.uned-derecho.com
A) El principio de legalidad :
La vinculación de toda la actividad administrativa a la legalidad se expresa en el art. 103 de la
Const, conforme al cual la Administración debe actuar con sometimiento pleno a la Ley y al
Derecho. En cuanto a si toda actividad administrativa debe estar vinculada o autorizada por una
ley, la respuesta no puede ser unívoca. Allí donde la actividad administrativa va en la línea de
ampliar los derechos y esfera de actuación de los parti-culares (actividad de fomento), no parece
que esté justificado ese rigor de la vinculación positiva a la ley. La vinculación positiva es
requisito esencial de toda actividad hablatoria que comporte limitación de las libertades y
derechos de los ciudadanos a que se refiere el art. 53 de la Const : "Sólo por ley, que en todo
caso deberá respetar su contenido esencial, podrá regularse el ejercicio de tales derechos y
libertades".
En la actualidad, se ha producido un renacimiento de la tesis de la vinculación posi-tiva.
Admitida, pues, de forma que toda limitación de la libertad o la propiedad exige una previa
habilitación legal, no es posible precisar para todos los casos el grado con que ha de exigirse que
la ley regule la materia en cuestión y, por consiguiente, el margen de desarrollo que puede dejar
al poder reglamentario.
García de Enterria y Fernández Rodríguez exponen la exigencia de la vinculacion positiva con
extraordinario rigor : "La Administración -afirman- necesita de un respaldo normativo explícito".
Si la ley, como el reglamento, por mínimos que sean, y entendidos ambos como el bloque de la
legalidad, son un presupuesto de la actividad administrativa, parece que se impone el que la
Administración no pueda actuar sin norma alguna, y así como no hay actuación material lícita de
la Administración sin acto previo, tampoco hay acto lícito sin una norma previa legal o
reglamentaria al que el acto o actividad de la Administración pueda ser reconducido.
B) El principio de igualdad :
La sujeción de la Administración Pública al principio de igualdad se impone, como a los
restantes poderes públicos, por el art 14 de la CE. Este principio encuentra una aplica-ción
directa en el art. 2 del Reglamento de Servicios de las Corporaciones Locales.
C) La proporcionalidad :
La proporcionalidad entre la actividad administrativa y el fin público a que debe responder
supone que los medios empleados se correspondan con los resultados, sin que éstos sobrepasen
las necesidades públicas. Este principio se invoca de forma especial por el art 6 del Reglamento
de Servicios de las Corporaciones Locales. Este principio tiene en la actualidad un gran
desarrollo en materia sancionadora.
D) El principio de buena fe :
El principio de buena fe rige las relaciones entre la Administración y los adminis-trados, de la
misma forma que, como principio general del Derecho, rige las relaciones entre los particulares
conforme a lo establecido en el art 7 del Código civil : "Los derechos deberán ejercitarse
conforme a las exigencias de la buena fe".
La Administración viola la buena fe, cuando falta a la confianza que ha despertado en el
administrado procediendo en contra de sus propios actos. Pero un administrado no puede invocar
este principio más que en determinadas condiciones.
E) El interés público :
152
www.uned-derecho.com
153
www.uned-derecho.com
4. Prestaciones forzosas :
Previstas en el art. 31.3 de la Const. Las más notorias son el servicio militar, la prestación
personal y de transporte en municipios de menos de 10.000 habitantes y las requisas previstas en
la L.G. de Sanidad.
5. Imposición de deberes :
Transciende al ordenamiento administrativo en 3 supuestos : Cuando es efectuada por norma
de Derecho administrativo, cuando se impone por decisión administrativa previa una norma que
lo autorice (órdenes) y cuando se confía a la Administración la vigilancia del deber.
154
www.uned-derecho.com
20.6. LA AUTORIZACIÓN.
Del concepto de autorización debe resaltarse, que hace posible el ejercicio de un derecho
o facultad que ya pertenece al administrado La autorización no limita derechos sino que los
amplia. La autorización no tiene, como las dispensas discrecionales, conno-tación alguna de
privilegio o exoneración del cumplimiento de obligaciones legales.
RANELLETTI situó el centro de gravedad de la autorización en la preexistencia en el sujeto
autorizado de un derecho subjetivo, cuyo libre ejercicio permite la autorización removiendo los
límites establecidos a dicho ejercicio.
GARCÍA DE ENTERRIA y FERNÁNDEZ RODRÍGUEZ afirman que "la intensidad de los
poderes discrecionales de la Administración y la limitación de iure o de facto del número de
autorizaciones, hacen cada vez más ilusoria la imagen de un derecho preexistente". Se trata en
cierto modo de una vuelta a la tesis de OTTO MAYER que ya advertía, que la reserva de
permiso, puede revestir fórmulas diferente según la mayor o menos amplitud de acción asignada
a la voluntad de la autoridad ; ésta va desde la apreciación libre hasta la simple aplicación al
caso individual de la regla que determina el permiso. Aquí, sin embargo, se parte de una
concepción más restrictiva, de la autorización como un acto reglado, que libera la prohibición del
ejercicio de un derecho o libertad preexistente, de forma que la autorización trata simplemente de
delimitar si la actividad o el ejercicio del derecho o libertad en cuestión cumplen las exigencias
legales o reglamentarias.
La diferencia de la autorización con la concesión, resulta en ocasiones muy difíciles de
establecer. Así ocurre, cuando la pretendida autorización recae sobre actividades que la
legislación de una u otra forma limita a unos pocos sujetos, lo que obligaría, aunque nuestro
ordenamiento no lo prevea así, a otorgarlas a través de un procedimiento que garantice la
igualdad de oportunidades, característica fundamental del procedimiento concesional.
El concepto de autorización debe limitarse a los supuestos en que no hay limitación en el
número de beneficiarios del derecho o actividad ejercitada, ni discrecionalidad en el otorgamiento
(Ej. licencias de caza, de conducir, etc), remitiendo al concepto de conce-sión los demás
supuestos en que la Legislación permite claramente la discrecionalidad en el otorgamiento o
limita el número de beneficiarios del ejercicio del derecho o acti-vidad en función de condiciones
legalmente definidas.
El efecto de la autorización se reduce, a permitir el ejercicio de un derecho o una libertad, sin
que la autorización sirva de título específico de intervención para dar origen a lo que ZANOBINI
denomina un "rapporto iuridico continuativo" entre la Administración y el autorizado, sujetando al
permisionario a una serie de controles análogos a aquellos que en la relación concesional
permiten al concedente vigilar y dirigir la actividad del concesionario.
A juicio de la cátedra, cuando se establece sobre una autorización una relación duradera y
legitimante de nuevas formas de intervención, en que se están haciendo pasar por autorizaciones
supuestos de concesión o bien se confunde el acto de autorización.
Consecuentemente con el carácter reglado de la autorización tampoco es posible modular
discrecionalmente a través de determinaciones accesorias (condición, término, modo) los efectos
del ejercicio del derecho o actividad autorizada -lo que si es factible- en las concesiones.
Cuestión relevante en el régimen de las autorizaciones es también el de su transmisibilidad.
Su admisión viene dada en función del grado de personalización que la actividad autorizada
pueda tener : En las autorizaciones entregadas intuitu personae no es posible su transmisión,
155
www.uned-derecho.com
156
www.uned-derecho.com
Además, como ha resaltado la más reciente historiografia, los Borbones inician planes de
promoción por sectores preferentes, como el decretado por Fernando VI en las fábricas de seda,
vidrio, loza, entre otras. El fomento se teoriza por los cultivadores de la ciencia española de la
policía : Valeriola, Foronda, entre otros, y DOU Y BASSOLS en sus Instituciones de Derecho
Público General de España con noticia del particular de Cataluña, afirmará al término del Antiguo
Régimen que los premios y los castigos son los dos pesos, que han de tener concertado el reloj
de la República.
La política económica del siglo XIX sitúa la acción de fomento en el centro mismo del
intervencionismo administrativo bautizándose el Ministerio que se ocupa de los asuntos
económicos justamente con el nombre de Ministerio de Fomento y ese mismo nombre califica a
los representantes del Gobierno en las provincias, antecedente de los Gobernadores, los
Subdelegados de Fomento, a los que, en 1833, dirigirá Javier de Burgos su famosa "Instrucción".
Los estímulos económicos cobran importancia para la realización de las obras públicas por los
particulares, reguladas por la Ley General de 1877. Esta Ley define ya la subvención en el más
amplio sentido como "cualquier auxilio directo o indirecto de fondos públicos, incluso la franquicia
de los Derechos de Aduanas para el material que haya de introducirse".
No hay que olvidar, sin embargo, la oposición radical de los revolucionarios de 1868 a las
subvenciones públicas a las actividades privadas, reacción que hoy se inscribiría en las doctrinas
del liberalismo económico más radical.
En este siglo, las ayudas públicas a la iniciativa privada en todos los sectores económicos se
racionalizan después de la Ley 152/1963, sobre Industrias de Interés Preferente en los Planes de
Desarrollo Económico y Social en los años sesenta.
La misma Const. de 1978 alude en numerosos preceptos a la actividad adminis-trativa de
fomento "como una manifestación más de la actuación administrativa práctica-mente en relación
con todos aquellos sectores a que tal actuación administrativa es referible (MARTÍN
RETORTILLO, S.). Así, al sancionar los principios rectores de la política social y económica
indica que "los poderes públicos fomentarán la educación sanitaria, la educación física y el
deporte (art. 4.3), las organizaciones de consumidores (art. 51.2), etc.
157
www.uned-derecho.com
art 133,3 de la Const, establece que "todo beneficio fiscal que afecte a los tributos del Estado
deberá establecerse en virtud de una ley".
1ª Es preciso que se trate de una ayuda económica ya que mientras la subvención es una
prestación en metálico o en natura, acordada para el mantenimiento de una empresa al margen
del pago, la ayuda es una noción más amplia como las incenti-vaciones que aligeran las cargas
que graban el presupuesto de una empresa. En la prohibición del Tratado de la CEE se
comprenden no sólo las subvenciones propia-mente tales o ayudas directas sino las exenciones
de impuestos y tasas, la bonificación de intereses, los suministros de bienes, etc.
Por excepción, el párrafo 2 del artº 92 del Tratado de la CEE establece que serán compatibles
con el Mercado Común :
158
www.uned-derecho.com
a) Las ayudas de carácter social concedidas a los consumidores individuales si son otorgadas sin
discriminación en el origen de producto.
b) Las ayudas destinadas a remediar los perjuicios ocasionados por calamidades naturales u
otros acontecimientos extraordinarios.
c) Las ayudas concedidas a la economía de ciertas regiones de la R.F. Alemana afectadas por la
división de su país.
El párrafo 3 del mismo art. 92, preceptúa que "podrán" ser compatibles con el Mercado Común
:
d) Las demás clases de ayudas determinadas por acuerdo del Consejo adoptado por mayoría y a
propuesta de la Comisión.
3ª Que sean de tal entidad que amenacen con falsear o puedan falsear la competencia.
159
www.uned-derecho.com
160
www.uned-derecho.com
Como forma privada de gestión directa se prevé, la gestión a través de una sociedad
mercantil, cuyo capital social pertenezca íntegramente a la Entidad local.
En cuanto a las formas de gestión indirecta, todas ellas suponen la intervención de un
particular o de una empresa mixta ligados a la Administración titular del servicio por una relación
contractual. Por ello, las modalidades de la gestión indirecta se enuncian en la Ley de Contratos
del Estado.
Para los Entes Locales, el art? 85,4 de la L.R.B.R.L. de 1985, establece como formas de
gestión indirecta la concesión, la gestión interesada, el concierto, el arren-damiento y la sociedad
mercantil y cooperativas legalmente constituidas.
161
www.uned-derecho.com
162
www.uned-derecho.com
legislación administrativa que tienen a su cargo. Esta limitada actividad probatoria de los
funcionarios ha sido eliminada por el RD 749/1987 : En ningún caso, los funcionarios no
policiales, no obstante ejercer actividades inspec-toras, constituyen el régimen de la policía
judicial. Tampoco son miembros del Ministerio Público, al que sólo pertenecen los funcionarios
integrados en los Cuerpos que lo componen. Su función queda reducida al envío del dossier del
asunto o del testimonio de particulares al Ministerio Fiscal.
b) La interdicción de las penas de privación de libertad, a las que no puede llegarse de modo
directo o indirecto a partir de las infracciones sancionadas. Si dicho límite se traspasase podría
utilizarse el procedimiento de habeas corpus previsto en la L.O. 6/1984. La Sentencia de 1981
matiza que dicho límite no es aplicable al régimen discipli-nario militar.
163
www.uned-derecho.com
164
www.uned-derecho.com
165
www.uned-derecho.com
21
La expropiación forzosa.
166
www.uned-derecho.com
167
www.uned-derecho.com
168
www.uned-derecho.com
169
www.uned-derecho.com
170
www.uned-derecho.com
CCAA, la provincia y el Municipio. No pueden acordar la expropiación los entes que integran la
Administración Institucional. El Tribunal Supremo tiene declarado que la Junta de Construcciones
Escolares del Ministerio de Educación y Ciencia no tiene competencia para declarar la utilidad
pública y consiguiente necesidad de ocupación aunque si puede ser titular del trámite
expropiatorio, es decir, impulsar el procedimiento, como tampoco corresponde a la RENFE,
Corporación de Derecho público, sino al Mº de Obras públicas.
Cada ente territorial ha de ejercitar la potestad expropiatoria dentro del territorio que abarca su
competencia y en relación con los fines que tenga encomendados, de forma que si la obra es
estatal será a la Administración del Estado a quien corresponda ejercerla o al Ayuntamiento si es
municipal, resolviéndose los conflictos en función del fin a que ha de quedar afectado el objeto
expropiado. Los entes territoriales expropiantes ejercen la potestad expropiatoria bien en favor de
sí mismos, bien de otros beneficiarios.
B) El beneficiario :
Beneficiarios de la expropiación son los destinatarios de los bienes o derechos expropiados o
los favorecidos por los ceses de actividad y obligados, por consiguiente, al pago del justiprecio.
Pueden ser beneficiarios además de los propios entes territo-riales, los entes institucionales y los
concesionarios a los que se reconozca legalmente esta condición. Por causa de utilidad social,
podrán ser beneficiarios, aparte de los indi-cados, cualquier persona natural o jurídica en la que
concurran los requisitos señalados por la Ley especial necesaria a estos efectos.
A los que ostentan la condición de beneficiarios de la expropiación forzosa corres-ponde
solicitar de la respectiva Administración expropiante la iniciación del expediente expropiatorio en
su favor. Durante el curso del expediente, los beneficiarios pueden y deben impulsar el
procedimiento; formular la relación de bienes necesarios para el proyecto de obras ; convenir
libremente con el expropiado la adquisición amistosa, etc.
C) El expropiado :
Ostentan la condición de expropiado, en 1º lugar, el propietario de la cosa o el titular del
derecho de forma que con éstos se entenderán las actuaciones del expediente. Salvo prueba en
contrario, la Administración considerará como expropiados a quienes consten como titulares de
los bienes o derechos en los registros públicos que produzcan presunción de titularidad, o en su
defecto, a quienes aparezcan con tal carácter en registros fiscales o finalmente al que lo sea
pública y notoriamente. Además, serán también parte en el expediente quienes presenten títulos
contradictorios sobre el objeto que se trata de expropiar y los titulares de derechos reales e
intereses económicos directos sobre la cosa expropiable, así como los arrendatarios, cuando se
trate de inmuebles rústicos o urbanos. La Ley establece las siguientes reglas :
a) Las diligencias del expediente se entenderán con el Ministerio Fiscal cuando, publi-cada la
relación de bienes a que afecta la expropiación, no compareciesen los propie-tarios o titulares en
aquél.
b) Los que no puedan enajenar sin permiso o resolución judicial los bienes que admi-nistren o
disfruten se considerarán, autorizados para verificarlo en los supuestos de expropiación.
171
www.uned-derecho.com
172
www.uned-derecho.com
consumado por la ocupación de los bienes o derechos, momento a partir del cual la operación
expropiatoria no puede ya deshacerse sino a través del mutuo acuerdo o de la reversión. Así lo
entiende el Tribunal Supremo.
173
www.uned-derecho.com
A) El mutuo acuerdo :
La Administración y el particular a quien se refiera la expropiación podrán convenir la
adquisición de los bienes o derechos que son objeto de aquélla libremente, y por mutuo acuerdo,
en cuyo caso, una vez convenidos los términos de la adquisición amistosa, se dará por concluido
el expediente iniciado. En caso de que en el plazo de quince días no se llegara a un acuerdo, se
seguirá el procedimiento ante el Jurado de Expropiación, sin perjuicio de que en cualquier estado
posterior de su tramitación puedan ambas partes llegar a dicho mutuo acuerdo.
Cuando el beneficiario sea la Administración, se han de observar determinadas cautelas para
la validez del acuerdo : Propuesta de la Jefatura del Servicio, informe de los servicios técnicos,
etc... En la Administración Local los plenos de las Corporaciones Locales deberán ratificar estos
acuerdos amigables. La Jurisprudencia ha precisado que es la fecha de la suscripción del
acuerdo con el expropiado y no la de aprobación por la autoridad competente, la determinante
para entender perfeccionado este negocio jurí-dico, que califica de compraventa civil cuando la
adquisición amigable se produce con anterioridad y al margen del procedimiento expropiatorio.
Otros efectos del acuerdo amigable que la jurisprudencia ha resaltado, es que el precio pactado
en el convenio expropiatorio es la indemnización total sobre el que no procede aplicar el 5% del
precio de afección.
174
www.uned-derecho.com
Con esta composición la Ley ha pretendido reunir en el seno un organismo el mayor número
posible de expertos para la valoración de los bienes. El Tribunal Supremo califica al Jurado unas
veces como órgano administrativo, pese a que en el mismo se integran personas ajenas a la
Administración, y en otras ocasiones, que tiene naturaleza "cuasijurisdiccional", puesto que sin
perjuicio de su carácter administrativo ejerce funciones de carácter "arbitral" o "pericial".
Las resoluciones del Jurado Provincial de Expropiación, que se toman por mayoría de votos,
han de ser motivadas, razonándose los criterios de valoración seguidos en relación con lo
dispuesto en la Ley. No obstante, el Tribunal Supremo viene dispensando de hecho esta
exigencia legal al aceptar una motivación mínima, exhausta. La solución del Jurado que se
notificará ultima la vía gubernativa, y contra la misma procederá tan solo el Recurso
Contencioso-Administrativo.
175
www.uned-derecho.com
176
www.uned-derecho.com
177
www.uned-derecho.com
expropiación que la jurispru-dencia viene a identificar con los supuestos legalmente definidos
como de nulidad de pleno derecho.
La ventaja de la vía civil, radica en la innecesariedad de la espera a la termina-ción del
expediente de expropiación ni de ninguna de sus piezas separadas, tal y como se exige para el
recurso contencioso-administrativo, en el art. 126, sino que podrá intentarse ante cualquier
amenaza o situación fáctica de desposesión, no sólo a través de los interdictos propiamente
dichos, sino también por medio de otras acciones suma-rias, como la prevista en el art. 41 de la
Ley Hipotecaria o a través de las acciones reivindicatoria y negatoria de servidumbre.
El recurso contencioso-administrativo se interpone contra "la resolución adminis-trativa
que ponga fin al expediente de expropiación o a cualquiera de sus piezas separadas" (art. 126 de
la Ley), momento en el que es admisible no sólo la impugnación del Justiprecio, sino también la
legitimidad de la expropiación misma (Sentencia de 1986).
La impugnación judicial del justiprecio debe ir precedida de la previa declaración de
lesividad si quien lo impugna es la Administración expropiante. Como presupuesto procesal, la
Ley exige que el recurso se funde en que la cantidad fijada como justo precio origine una lesión
inferior o superior en más de una sexta parte, sin embargo, este requisito es de dudosa
constitucionalidad al restringir el derecho a la tutela judicial efectiva reconocido en el art. 24 de
la Constitución.
Apenas ha servido para paliar los lentos calvarios de los expedientes y proce-sos
expropiatorios la abreviación de los plazos del procedimiento de que tanto presume con relación
a las leyes anteriores, la Exposición de Motivos de la Ley de 1954, ni siquiera la declaración del
art. 126.4 de dicha Ley de Expropiación, que reitera el art. 77 de la Ley Jurisdiccional sobre el
turno preferente de los procesos de expropiación, pues de una parte, el art. 63 de la LRJAP y del
PAC. no garantiza en forma alguna el cumpli-miento de los términos por la Administración y de
otra, cualquier preferencia en la trami-tación jurisdiccional de los procesos resulta ineficaz ante el
enorme retraso con que, dada la desbordante acumulación de recursos, vienen actuando los
Tribunales Conten-cioso-administrativos.
22
LA RESPONSABILIDAD DE LA ADMINISTRACIÓN.
178
www.uned-derecho.com
públicos de la responsabilidad directa por hecho propio y la indirecta de los patrones o comitentes
por hecho ajeno, regulada en el Cc. se calificó como responsabilidad directa del Estado cuando
actúa por medio de los funcionarios. En el Derecho inglés con la Crown Proceding Act de 1947
ha sometido a la Corona a la misma responsabilidad que si fuera una persona privada, tanto por
razón de los daños cometidos por los funcionarios como por el incumplimiento de las
obligaciones que toda persona tiene para con sus servidores y agentes.
En el Derecho español fracasó la construcción de la responsabilidad del Estado sobre la
regulación de la responsabilidad extracontractual del art. 1.902 del Cc. ni siquiera se tuvo en
cuenta que el art. 1.903 admitía la responsabilidad indirecta del Estado "cuando obra por
mediación, de agente especial". Pero la Jurisprudencia entendió que el Estado sólo respondía
indirectamente cuando actuaba por medio de un agente especial, supuesto en el que cabria
entender se habría producido una culpa in elígendo, pero no en los casos corrientes, cuando
actúa a través de funcionarios.
Ante la incapacidad de nuestra jurisprudencia para crear una doctrina propia sobre la
responsabilidad, ésta se abrirá paso a golpe legislativo (principios por la Const. de 1931, Estatuto
Municipal de 1935), pero será la legislación franquista la que abordará decisivamente la
regulación, primero en la legislación local (LRL de 1955) y ya con carácter general en la L.E.F. de
1954 (arts. 121 y 122) que la consagra con la mayor amplitud : "dará lugar a indemnización con
arreglo al procedimiento de expropiación forzosa toda lesión que los particulares sufran en los
bienes o derechos ..." La regulación pasará.después a la L.R.J.A.E, a la Constitución y a la
L.R.J.A.P. y del P.A.C., (arts. 139 y s.). Al margen de esta regulación general hay otras
regulaciones especiales, algunas de dudosa legalidad como la prevista en la Ordenanza Postal
de 1960 sobre el extravío de correspondencia y paquetes postales, También se considera como
un régimen especial de responsabilidad el previsto para indemnizar los daños y perjuicios
corporales causados como consecuencia de los actos cometidos por inte-grantes de bandas
armadas o grupos organizados o armados.
179
www.uned-derecho.com
Se incluyen aquí las indemnizaciones acordadas en favor de terceros por actua-ciones sobre
inmuebles.
d) Responsabilidad por infracción del principio de igualdad ante las cargas públicas
Aquí se incluyen supuestos muy variados como las indemnizaciones acordadas en
favor de personas perjudicadas por hechos legislativos.
La situación actual no es alarmante pero debe preocupar el cada vez más defec-tuoso
funcionamiento de los servicios públicos (sanidad, correos, seguridad ciuda-dana) y que ello no
haya provocado un alud de sustanciosas demandas de respon-sabilidad.
180
www.uned-derecho.com
C/ Funcionamiento normal :
Dentro del funcionamiento normal, en principio, deberían incluirse unicamente los daños cuasi
expropiatorios y nó los derivados de accidentes, no obstante el concepto de funcionamiento
anormal incluye los daños de accidente originados por el mero riesgo de la presencia, de la
actuación de un servicio o utilización de un bien público, salvando los casos de fuerza mayor. Es
la mera titularidad de la empresa adminis-trativa y su presencia lo que justifica esta causa de
imputación, con independencia de toda culpa objetiva del servicio o subjetiva del funcionario.
181
www.uned-derecho.com
admite explícitamente la responsabilidad por daños a las personas, de carácter físico o psíquico
(art. 142).
La jurisprudencia francesa considera indemnizables los daños que sean ciertos y directos, sin
exigir, con carácter general, la susceptibilidad de evaluación económica. La ley exige en todo
caso, que el daño indemnizable sea "efectivo, evaluable económi-amente e individualizado en
relación con una persona o grupo de personas".
El daño o lesión ha de ser antijurídico : Tratarse de un daño que el administrado no tiene el
deber de soportar discriminadamente dentro del colectivo a que alcanza la gestión administrativa.
182
www.uned-derecho.com
183
www.uned-derecho.com
23
LOS RECURSOS ADMINISTRATIVOS.
184
www.uned-derecho.com
Esa doble perspectiva hace que gocen de mayor o menor favor de la doctrina y del
legislador según predomine la preocupación por la garantía del administrado o por la defensa a
ultranza de la Administración.
La LRJAP y el PAC., han vuelto a configurar los recursos administrativos como una técnica
para agotar la vía administrativa, suprimiendo el recurso de reposición en todo caso.
En conclusión, lo que habría que haber corregido para ampliar la garantía del particular no es
tanto la supresión o aminoración de la exigencia de los recursos previos cuanto que los recursos
administrativos y el propio Contencioso-administrativo se interpongan, bajo pena de caducidad de
la acción, en plazos diversos de los establecidos para la prescripción de los derechos materiales
(art. 46 de la L.G.P. que lo fija en 5 años).
En cuanto a las clases de recursos, la L.P.A. de 1958, establece lo que contra las
resoluciones administrativas y los actos de trámite que determinasen la imposibilidad de
continuar un procedimiento o produjesen indefensión, los interesados podrían utili-zar los
recursos de alzada (u ordinario) -ante el órgano superior- y el de reposición previo a la vía
contenciosa -ante el mismo órgano autor del acto- y con carácter extraordinario, el de revisión
(art. 113 y 121). Además la Ley contempló dos supues-tos de recurso : De súplica a interponer
ante el Consejo de Ministros, Presidencia del Gobierno, etc, y el recurso contra un acto
administrativo que se fundamente, en la ilegalidad de alguna disposición administrativa (arts. 123
y 1 1 3).
La L.R.J.A.P. y del P.A.C., rompe con el sistema italiano que había incorporado la L.P.A. de
1958 y vuelve a la situación anterior de 1956, suprimiendo el recurso de reposición, aunque
se mantiene un recurso jerárquico o de alzada al que se priva de esos nombres para llamarlo
recurso ordinario. Este recurso se interpone ante el supe-rior del órgano que dictó el acto con
objeto de agotar la vía administrativa y permitir al tiempo un control de los órganos superiores
sobre los inferiores.
La Ley ha previsto también un SISTEMA ALTERNATIVO AL RECURSO ORDINARIO a
regular por leyes autonómicas. En supuestos sectoriales determinados y cuando la especificidad
de la materia así lo justifique, pueda ser sustituido el recurso ordinario por otros procedimientos
de impugnación o reclamación, incluidos los de conciliación, mediación o arbitraje, ante órganos
colegiados, comisiones especificas no sometidas a instrucciones jerárquicas, con respecto a los
principios, garantías y plazos que la ley reconoce a los ciudadanos y a los interesados en todo
procedimiento administrativo.
Una segunda clase de recurso es el RECURSO DE REVISIÓN. Este se admite contra los
actos que agoten la vía administrativa o contra actos firmes. El recurso de revisión sigue siendo,
un recurso extraordinario en el sentido que sólo se admite por las cuatro circunstancias que la
Ley enumera.
Del sistema vigente ha desaparecido el recurso de reposición como consecuencia de la
admisión de la impugnación judicial directa de las disposiciones administrativas de carácter
general (art. 107.3). Pero en cierto modo dicho recurso se sustituye por la COMUNICACIÓN
PREVIA al órgano que dictó el acto impugnado de la intención de inter-poner un recurso
contencioso-administrativo (art. 110.39).
El nuevo sistema es criticable, porque al no reconocer más recurso que el ordinario, priva al
ciudadano de una garantía ante la propia Administración sin mas coste que el del retraso en un
mes para acudir al juez contencioso-administrativo, que era el plazo de silencio para entender
desestimado el recurso de reposición; y es también criticable porque priva a la Administración de
una oportunidad de volver sobre sus propios actos inválidos, o al menos de enterarse, antes de
que el juez contencioso le comunique, reclamándole el expediente administrativo, que tiene un
proceso pendiente y las razo-nes en que se funda el reclamante. De otro lado la comunicación
previa plantea un sinnúmero de interrogantes acerca de su naturaleza, requisitos para su
formulación y efectos que su incumplimiento provoca sobre la validez del proceso contencioso-
administrativo.
La naturaleza de esta comunicación parece clara. No se está en presencia de un recurso
administrativo propiamente tal, porque la Administración no tiene la obligación de resolverlo, pero
de otro lado, desde el punto de vista formal la comunicación no supone ninguna exigencia como
la establecida para los escritos de recurso, pudiendo limitarse a la escueta noticia de que el
comunicante tiene la intención de interponer un recurso contra un determinado acto. Más
185
www.uned-derecho.com
186
www.uned-derecho.com
expedita la vía procedente, salvo que el recurso se haya interpuesto contra la desestimación
presunta de una solicitud por el trans-curso del plazo, en cuyo caso se entiende estimado.
2. El plazo máximo para dictar y notificar la resolución del recurso será de un mes.
187
www.uned-derecho.com
extraordinarios de revisión, improcedentes como tales, y que hubieran podido ser positivamente
encauzados a través de la repo-sición, pudiendo indicar otro tanto respecto de la revisión de
oficio o del recurso juris-diccional.
Como muestra de dicha polémica, que llega hasta nuestros días como consecuencia de la
subsistencia en vía jurisdiccional de recursos contra sentencias que se dictaron bajo el régimen
anterior a la Ley 30/92, cabe citar la STS de 26 de marzo de 1998 (RJ. 199813316) : «QUINTO. -
El art. 52, apdo 1º de la ley Jurísdíccíonal díspone que «como requisíto previo a la ínterposición
del recurso contencioso-administrativo deberá formularse recurso de reposición en el que se
expondrán los motivos en que se funde».
Sin embargo, la reforma de la Ley 30/92 articula el recurso de reposición con un carácter
meramente potestativo por lo que le atribuye una naturaleza de recurso admi-nistrativo, como un
acto del administrado de carácter impugnatorio destinado a modi-ficar o anular por motivos de
legalidad un acto o resolución administrativos previos que han agotado la vía administrativa.
Su finalidad persigue que el órgano administrativo que dicta el acto impugnado y frente al que
no cabe interponer recurso ordinario, reconsidere su decisión corrigiendo los defectos de la
legalidad del acto que de otra manera sólo podrán ser revisados por los órganos de la
Jurisdicción Contencioso-Administrativa.
188
www.uned-derecho.com
presupuesto procesal exigido con anterioridad por la LJCA, siendo determinante la fecha de
interposición del recurso contencioso-administrativo para apreciar la inexigibilidad del recurso de
reposición en los casos en que era preceptivo.
Finalmente, el art. 116.2 establece la imposibilidad de simultanear el recurso de repo-sición y el
recurso contencioso-administrativo, de forma que una vez interpuesto el recurso de reposición,
es preciso esperar a su resolución bien sea expresa, o bien sea presunta por silencio
administrativo, transcurrido el plazo de un mes desde la interposición, para poder acceder a la
Jurisdicción Contencioso-Administrativa.
La misma conclusión debe afirmarse respecto del supuesto contrario, es decir una vez
interpuesto el recurso contencioso-administrativo, tampoco cabría interponer el recurso de
reposición pues ambas vías se plantean en el art. 116.1 como alternativas.
189
www.uned-derecho.com
190
www.uned-derecho.com
a) El nombre y apellidos del recurrente, así como la identificación del medio, y en su caso, del
lugar que se señale a efectos de notificaciones.
191
www.uned-derecho.com
192
www.uned-derecho.com
193
www.uned-derecho.com
de la infracción cometida, resulta satisfactoria cuando anula de forma fulminante los actos de
sanción o de limitación de derechos; pero que aplicada al enjuiciamiento de otras
manifestaciones de la actividad adminis-trativa favorables al administrado y recurrente sólo sirve
para retrasar aún más reco-nocimientos de derechos, beneficiando a la Administración causante
del vicio procedi--mental que se libra así de una inmediata condena judicial.
Manifestaciones del mismo carácter revisor, y que más o menos encajan en su lógica, son
también la inadmisibilidad de recursos prematuros contra actos aún no dictados, el rechazo de
cuestiones nuevas no planteadas en vía administrativa, la inmutabilidad de las cuantías
económicas solicitadas en vía administrativa, la imposi-bilidad de pretensiones extrañas al
contenido del acto, inadmisión de agravios compa-rativos, la prohibición de sustituir a la
Administración en su actuación y, en fin, la prohi-bición del ejercicio de acciones de carácter
reconvencional.
Con todo, la principal consecuencia del carácter revisor o de apelación que se otorga al
proceso contencioso-administrativo de primera instancia es la equiparación que establece entre
sentencia civil de primera instancia y acto administrativo, de forma que lo mismo que aquélla
deviene en cosa juzgada e inatacable si no se apela en el breve plazo establecido en la Ley de
Enjuiciamiento civil (art. 382 : cinco días), también el acto administrativo no recurrido en el plazo
de dos meses se transmuta en acto firme y consentido definitivamente inatacable (art. 28).
Fuera del carácter revisor del proceso, la Ley instaura el recurso contra las actuaciones
materiales en vía de hecho que viene a ser una especie de interdicto contencioso-
administrativo tanto tiempo esperado y que viene a sustituir a los inse-guros interdictos ante el
juez civil. Para que estos nuevos recursos no cayesen en la lógica del proceso revisor era
necesario evitar que la contestación de la Adminis-tración al requerimiento o reclamación del
particular se asimilase a la de un recurso administrativo, evitando su conversión en acto firme y
consentido. La Exposición de Motivos de la Ley Jurisdiccional aclara que en el recurso contra la
inactividad de la Administración se trata de una reclamación previa en sede administrativa ; en el
194
www.uned-derecho.com
A/ Referencias comparadas :
En Francia, los procedimientos de référé del proceso civil funcionan como caminos más
cortos, como procesos urgentes, no sujetos al principio del contradictorio, y por ello no dan lugar
a cosa juzgada. En definitiva, el legislador ha definido un sistema cautelar que ofrece enormes
posibilidades a los administrados, independientemente de que la Administración misma también
haya sabido sacar provecho de la institución del référé.
Por el contrario, en Italia, el proceso cautelar es independiente del proceso principal y la
medida cautelar es apelable y revisable en función del cambio de circunstancias, ejecutable y
prescriptible, aunque el juez puede acordar otra suspensión si a ello ha lugar. También se admite
la suspensión de los actos negativos puros.
En el Derecho Continental Europeo las medidas y procesos cautelares, cuando son necesarios,
se entienden incluidos en los derechos de defensa, o en la garantía judi-cial efectiva,
admitiéndose también en el Derecho comunitario.
195
www.uned-derecho.com
Procedimiento Laboral. Sin embargo la LJ 1956 no admitió otra medida cautelar que la
suspensión de efectos del acto administrativo.
Para el otorgamiento de la suspensión la LJ 1956 ponía el acento en el periculum rei : La
ejecución del acto podía hacer peligrar la viabilidad posterior de la pretensión ejercitada. Art. 122
... Procederá la suspensión cuando la ejecución hubiese de ocasionar daños o perjuícíos de
reparación imposible o difícil ...
El TS fue inicialmente receptivo a estos planteamientos, llegando a reconocer que la sentencia
de primera instancia favorable al solicitante de la medida cautelar es sufi-ciente justificación de
esa apariencia de buen derecho para otorgar la medida cautelar de la suspensión de efectos del
acto administrativo durante la sustanciación de la 2ª instancia.
En cuanto a los actos negativos, el Tribunal Constitucional dio muestras en principio de un
rígido dogmatismo al tratar de justificar para todos los supuestos la denegación de la suspensión
argumentando que la suspensión de denegaciones de reconoci-mientos de derechos "entraña
algo más que una simple suspensión, pues implica de hecho un otorgamiento, siquiera sea
provisional... con lo que la medida cautelar se transformaría en una estimación anticipada,
aunque no definitiva, de la prestación de fondo".
El panorama de las medidas cautelares cambia con la LJ 1998 que ... parte de la base de que
la justicia cautelar forma parte del derecho a la tutela efectiva, por lo que la adopción de medidas
provisionales que permitan asegurar el resultado del proceso no debe contemplarse como una
excepción, sino como facultad que el órgano judicial puede ejercitar siempre que sea necesario ...
La Ley no limita las medidas cautelares a la suspensión de efectos del acto recu-rrido, sino que
permite solicitar en cualquier estado de¡ proceso la adopción de cuan-tas medidas cautelares
aseguren la efectividad de la sentencia. Contempla además medidas concretas como la
suspensión de efectos de las disposiciones y actos, actua-ciones constitutivas de vías de hecho y
medidas positivas de anticipación del cumpli-miento de obligaciones concretas que constituyen la
pretensión deducida en el proce-so. En definitiva, ahora son posibles cualesquiera otras medidas
positivas o negativas de hacer o no hacer (art. 129).
Sin embargo, la ley es muy limitativa en cuanto al fundamento o causa en que el juez puede
apoyar la medida cautelar, que ahora tiene fundamento único : ... Previa valoración
circunstanciada de todos los intereses en conflicto, la medida cautelar podrá acordarse
únicamente cuando la ejecución del acto o la aplicación de la dispo-sición pudieran hacer perder
su finalidad legítima al recurso ... Lo que significa que el elemento esencial para conceder la
medida sigue siendo el periculum rei : Riesgo que corre el objeto de la pretensión mientras se
tramita el proceso.
Según el art. 132.2, para acordar, modificar o revocar medidas cautelares, el juez sólo puede
atender a evitar que la ejecución del acto o aplicación de la disposición pudiese hacer perder su
fin legítimo al recurso.
Además de la limitación derivada de su fundamento, se imponen a la concesión de la medida
cautelar otros límites o condiciones bastante rigurosos : El juez no puede conceder
automáticamente la medida ni siquiera ante la evidencia del periculum rei, o riesgo de inutilidad
de la pretensión de¡ actor, pues se le exige que proceda a una previa valoración circunstanciada
de todos los intereses en conflicto, antes de decidir. Una segunda condición obliga al Juez a
acordar garantías frente a la medida cautelar cuando de ésta pudiesen derivarse perjuicios de
cualquier naturaleza. Estas garantías serán las adecuadas para evitar o paliar dichos perjuicios,
lo que puede traducirse en la exigencia de una caución o garantía suficiente para responder por
ellos, condición sine que non para la eficacia de la medida cautelar.
Otra "cautela" contra la medida consiste en que levantada la medida cautelar por sentencia o
cualquier otra causa, la Administración o la persona que pretenda tener derecho a la
indemnización de los daños sufridos podrá solicitar ésta ante el órgano jurisdiccional por el
trámite de los incidentes dentro del año siguiente a la fecha del alzamiento. Si no se formulase la
solicitud dentro de ese plazo, se renunciase a la misma o se acreditase el derecho, se cancelará
la garantía constituida (art. 133).
En cuanto a la TRAMITACIÓN DEL INCIDENTE DE SUSPENSIÓN, se sustanciará en pieza
separada, con arreglo a las siguientes reglas :
196
www.uned-derecho.com
-- Solicitada la suspensión se oirá al abogado del Estado y a las partes coadyuvantes, si hubieren
comparecido, por término común de 5 días.
-- Si el abogado del Estado se opusiera a la misma, fundado en que puede seguirse grave
perturbación a los intereses públicos, no podrá el tribunal acordarla sin que previamente informe
el Ministerio o autoridad de que procediese el acto o la disposi-ción objeto del recurso.
-- Emitido el informe o transcurrido un plazo de 15 días sin haberío recibido, el tribunal acordará
lo procedente.
-- Cuando el Tribunal acuerde la suspensión exigirá, si pudiera resultar algún daño o perjuicio a
los intereses públicos o de tercero, caución suficiente para responder de los mismos.
Las medidas cautelares estarán vigentes hasta que recaiga sentencia firme que ponga fin al
procedimiento en el que fueren acordadas o hasta que éste finalice por cualquiera de las causas
previstas en la Ley. No obstante, podrán ser modificadas o revocadas durante el transcurso del
procedimiento si cambiasen las circunstancias en virtud de las cuales se hubiesen adoptado.
El Tribunal puede proceder a la REVOCACIÓN DE LA SUSPENSIÓN antes de la terminación
del proceso. La Jurisprudencia así lo admite en base a que el art. 124.4 de la LJ. establece que
la suspensión puede levantarse "al término del recurso o por cualquier otra causa".
197
www.uned-derecho.com
198
www.uned-derecho.com
Ahora el art. 64 de la L.J., en la redacción dada al mismo por la Ley 10/1992, de Medidas
Urgentes de Reforma Procesal, ha arbitrado un sistema de emplazamiento por la Administración
con vigilancia del Tribunal.
-- Cuando se impugne una actuación material constitutiva de vía de hecho, si fuese evidente que
la actuación administrativa se ha producido dentro de la competencia y en conformidad con las
reglas del procedimiento legalmente establecido.
199
www.uned-derecho.com
La Jurisprudencia niega que la Administración pueda formular una reconvención a partir del
argumento de que ... lo pretendido a través de una sui generis reconvención es materia nueva,
ajena al acto impugnado y sobre la que la Administración no ha hecho pronunciamíento alguno ...
D/ La prueba :
EL PERÍODO DE PRUEBA : El Tribunal acordará la apertura de un período probatorio cuando
exista disconformidad en los hechos y éstos fueran de indudable transcen-dencia, a juicio del
Tribunal, para la resolución del pleito. La prueba se desarrollará con arreglo a las normas
establecidas para el proceso civil ordinario, si bien el plazo será de 15 días comunes para
proponer y 30 para practicar.
Al margen de la voluntad de las partes, el Tribunal puede acordar de oficio el recibi-miento a
prueba y disponer la práctica de cuantas estime pertinentes para la más acertada decisión del
asunto. Incluso puede acordar de oficio, previa audiencia de las partes, la extensión de los
efectos de las pruebas periciales a los procedimientos conexos (art. 61).
E/ El período conclusivo :
El proceso contencioso-administrativo termina con una fase de recapitulación y valoración de
lo actuado, cuya existencia se remite a la voluntad de las partes, pues éstas podrán solicitar en la
demanda que se celebre vista, que se presenten conclu-siones o que el pleito sea declarado
concluso, sin más trámites, para sentencia.
La solicitud de VISTA EN AUDIENCIA PUBLICA, es la intervención oral de las partes ante el
Tribunal en los términos regulados en la LECV. Pdrá pedirse en los escritos de demanda y
contestación, o bien en el plazo de 3 días contados desde que se notifique la providencia que
declare concluso el período de prueba. Si el Tribunal acordase la celebración de vista, deberá
acordaría cuando ambas partes la soliciten y señalará la fecha de la audiencia. En caso contrario
dispondrá, en sustitución de la vista, que las partes presenten, en plazo de 15 días, unas
CONCLUSIONES SUCINTAS acerca de los hechos alegados, la prueba practicada y los
fundamentos jurídicos en que, respectiva-mente apoyen sus pretensiones (arts. 63 a 64 de la
L.J.).
Celebrada la vista o presentadas las conclusiones, el Juez o Tribunal declarará que el pleito ha
quedado concluso para sentencia, salvo que haga uso de la facultad de acordar determinadas
pruebas para mejor proveer, en cuyo caso dicha declaración se hará justo después de que acabe
la práctica de la/s diligencia/s de prueba acordadas.
200
www.uned-derecho.com
d) Si fuese estimada una pretensión de resarcir daños y perjuicios, se declarará en todo caso el
derecho a la reparación, señalando quién viene obligado a indemnizar. La sentencia fijará
también la cuantía de la indemnización cuando lo pida expresa-mente el demandante y consten
probados en autos elementos suficientes para ello. En otro caso, se establecerán las bases para
la determinación de la cuantía, cuya definitiva concreción quedará diferida al período de
ejecución de sentencia (art. 71).
Un límite importante a los poderes del juez es la prohibición de determinar el contenido de los
preceptos de una disposición general en sustitución de los anulados o el contenido discrecional
de los actos administrativos.
En cuanto al ámbito subjetivo, las sentencias que declaren la inadmisibilidad o desestimación
del recurso sólo producirán efectos entre las partes. Por el contrario, la sentencia que anulare el
acto o disposición producirá efectos entre las partes y respecto de las personas afectadas por los
mismos . Una vez firmadas, los jueces no pueden variar las sentencias ni autos definitivos que
pronuncien. LA ACLARACIÓN 0 RECTIFICACIÓN DE LAS SENTENCIAS podrá hacerse de
oficio, dentro del día hábil siguiente al de su publicación, o a instancia de parte o del Ministerio
fiscal dentro de los dos días siguientes al de la notificación.
La estimación de pretensiones de reconocimiento o restablecimiento de una situación jurídica
individualizada sólo producirá efectos entre partes. No obstante, puede darse una EXTENSIÓN
A TERCEROS DE UNA SENTENCIA en materia tributaria y de personal al servicio de la
Administración pública, a ejercitar en ejecución de la senten-cia, cuando concurran las siguientes
circunstancias :
a) Que los interesados se encuentren en idéntica situación jurídica que los favorecidos por el
fallo.
b) Que el Juez o Tribunal sentenciador sea también competente, por razón del terri-torio, para
conocer de sus pretensiones de reconocimiento de dicha situación indivi-dualizada.
c) Que soliciten la extensión de los efectos de la sentencia en el plazo de 1 año desde la última
notificación de ésta a quienes fueron parte en el proceso (art. 1 10).
201
www.uned-derecho.com
total o parcialmente revocatorio del reconocimiento, el actor podrá pedir que continúe el
procedimiento en el estado en que se encuentre, extendiéndose al acto revocatorio.
-- La Ley recurre al activismo judicial para conseguir la rápida terminación de los procedimientos
en primera o única instancia por medio de la CONCILIACIÓN JUDICIAL. En función de ésta, el
juez, de oficio o a solicitud de parte, una vez formuladas la demanda y la contestación, somete a
la consideración de las partes el reconocimiento de hechos o documentos, así como la
posibilidad de alcanzar un acuerdo que ponga fin a la controversia, cuando el juicio se promueva
sobre materias susceptibles de transacción y en particular cuando verse sobre estimación de
cantidad. El intento de conciliación no suspende el curso de las actuaciones, salvo que todas las
partes personadas lo soliciten, pudiendo producirse en cualquier momento anterior al día de la
vista, citación para sentencia o señalamiento para votación y fallo. Si las partes llegasen a un
acuerdo que implique la desaparición de la controversia, el Tribunal dictará auto declarando
finalizado el procedimiento, siempre que lo acordado no sea manifiestamente contrario al
ordenamiento jurídico ni lesivo del interés público o de terceros (art. 77).
202
www.uned-derecho.com
formular las alegaciones que a su derecho convengan, comen-zando, en su caso, por las
cuestiones relativas a la jurisdicción, a la competencia objetiva y territorial y a cualquier otro
hecho o circunstancia que pueda obstar a la válida prosecución y término del proceso mediante
sentencia sobre el fondo.
Si no hubiere conformidad sobre ellos, se propondrán las pruebas y se practi-carán, en
cuanto no sea incompatible con los trámites del juicio abreviado, del modo previsto para el juicio
ordinario, pero concediendo un gran margen de arbitrio al juez, que podrá, en súplica y en el
acto, resolver los recursos que se interpongan contra las denegaciones.
Tras la práctica de la prueba, si la hubiere, y, en su caso, de las conclusiones, oídos los
Letrados, las personas que sean parte en los asuntos podrán, con la venia del juez, exponer de
palabra lo que crean oportuno para su defensa a la conclusión de la vista, antes de darla por
terminada. El juez dictará sentencia en el plazo de 10 días desde la celebración de la vista (art.
78).
-- El recurso de Súplica :
Es el recurso más simple ; se admite contra las providencias y autos con excepción de los que
resuelvan recursos de suplica, los de aclaración y los de inadmisión del recurso de casación. Se
interpone ante el mismo órgano que dicta la resolución recurrida en el termino de 5 días. Una
vez cumplido el traslado a las partes con entrega de las copias por termino común de 3 días para
que aleguen lo que a su derecho convenga, el Tribunal decidirá si se producen o no alegaciones .
-- El recurso de apelación :
Lo resuelve el órgano judicial superior, caracterizándose por dar lugar a una segun-da instancia
o reproducción simplificada del juicio anterior en el que se ha producido la resolución judicial
impugnada, auto o sentencia. En general son susceptibles de apela-ción determinados autos y
las sentencias de los Juzgados provinciales y centrales de lo Contencioso-administrativo ante los
Tribunales Superiores de Justicia y ante la Sala de lo Contencioso-administrativo de la Audiencia
Nacional.
-- El recurso de casación :
Se interpone igualmente ante un Tribunal superior pero con la finalidad más limitada de
controlar la correcta interpretación del derecho por el órgano judicial de instancia. Ello determina
que sólo se admita por motivos muy concretos a los que deben ceñirse los argumentos de las
partes y la eventual casación o anulación de las resoluciones judiciales recurridas. En casación
son recurribles ante la Sala de lo Contencioso-administrativo del Tribunal Supremo los autos y las
sentencias de los Tribunales Supe-riores de justicia por cuestiones de competencia y
procedimiento y cuando infringen el derecho estatal y comunitario.
En general, no hay más que 2 instancias : Apelación frente a los autos y sentencias de los
Juzgados ante las Salas de la Audiencia nacional y los Tribunales Superiores de Justicia, y
recurso de casación frente a los autos y sentencias de la instancia de estas Salas ante el Tribunal
Supremo, cuyas sentencias no son suscep-tibles de recurso alguno, salvo el recurso de amparo
ante el Tribunal Constitucional.
203
www.uned-derecho.com
-- El recurso de revisión :
Se configura como un recurso extraordinario contra sentencias firmes, fundamental-mente para
corregir la apreciación de hechos, que la aparición de documentos hasta entonces desconocidos
o posteriores condenas penales, han evidenciado como incier-tos o falsos.
-- Recurso de nulidad :
Tiene por objeto anular una sentencia de primera instancia por vicios graves de carácter
procesal. Para la admisibilidad del recurso de nulidad se exigía la previa reclamación, en
primera instancia, contra la causa de la nulidad. El recurso de nulidad como tal desapareció con
la Ley de 1956, aunque los motivos de la nulidad se argüi-rán después en apelación.
Ahora la nulidad de actuaciones se regula en el art. 238 de la LOPJ que distingue la nulidad
de pleno derecho (falta de jurisdicción o de competencia objetiva o funcio-nal, intimidación, falta
absoluta de procedimiento o infracción de los principios de audiencia y defensa, siempre que
impliquen ausencia de los requisitos indispensables para alcanzar su fin o determinen efectiva
indefensión) de los demás defectos de forma. En ambos casos, los vicios de nulidad se harán
valer por medio de los recur-sos establecidos en la Ley o por los demás medios que establezcan
las leyes proce-sales.
La LJ de 1998 se atiene en general a lo dispuesto la reciente Ley 10/1992 de Medidas Urgentes
de Reforma Procesal. Introduce, sin embargo, algunos cambios, motivados unos por la creación
de los Juzgados de lo Contencioso-administrativo, que conduce a reimplantar los recursos de
apelación contra sus resoluciones, que no tiene carácter universal. La Ley, por otra parte, eleva
sustancialmente la cuantía de los asuntos que tienen acceso a la casación ordinaria y en menor
medida la de los que pueden acceder a la casación por infracción de doctrina.
-- Recurso de apelación :
Es una segunda instancia u oportunidad de nuevo juicio, sin limitación de motivos,
comprendiendo los hechos y el derecho, infracciones al procedimiento y al derecho sustantivo
que se condiciona, ordinariamente a que las pretensiones ejercitadas sobrepasen determinada
cuantía. La Ley de 1888 no consignó límite alguno pero si la de 1956 en 80.000 pts.
El recurso de apelación constituye un proceso especial por razones jurídico-procesales que tiene
por objeto depurar un resultado procesal obtenido con anterio-ridad. Según el TS, la apelación es
un proceso impugnatorio contra una sentencia cuyos razonamientos deben combatirse.
Son susceptibles de apelación tanto los autos como las sentencias. El recurso de apelación
contra los autos sólo se admite contra los de los Juzgados centrales de lo Contencioso-
administrativo y de la Audiencia nacional en un sólo efecto.
Son apelables, en ambos efectos (devolutivo y suspensivo) los autos de los Juzga-dos de lo
Contencioso-administrativo y los de los Juzgados centrales de lo Conten-cioso-administrativo
ante las Salas de lo Contencioso-administrativo de los Tribunales Superiores de Justicia y de la
Audiencia Nacional, respectivamente, en los incidentes seguidos para extender a terceros una
sentencia estimatoria, en materia tributaría y de personal (art. 80.2).
En cuanto a las sentencias de los mismos órganos jurisdiccionales serán todas ellas
susceptibles de recurso de apelación, salvo que se refieran a asuntos cuya cuan-tía no exceda de
tres millones de pesetas y los relativos a materia electoral. En todo caso siempre serán
apelables las sentencias dictadas en el procedimiento para la protección de los derechos
fundamentales, las que resuelvan litigios entre Administra-ciones públicas y sobre impugnaciones
indirectas de disposiciones generales.
El recurso de apelación contra sentencias es admisible en ambos efectos, es decir, además
de trasladar la competencia del Tribunal superior, tiene efecto suspensivo sobre la ejecución de
204
www.uned-derecho.com
-- La interposición tiene lugar ante el Juzgado que hubiere dictado la resolución ape-lada,
dentro de los quince días siguientes al de su notificación, mediante escrito razo-nado que
contiene ya las alegaciones en que se fundamente el recurso, escrito sobre cuya admisión decide
el Juzgado y del que se dará traslado a las demás partes para que, en el plazo común de 15 días,
puedan formalizar su oposición. En los mismos escritos de interposición del recurso y de
oposición, las partes podrán pedir el recibi-miento a prueba, la celebración de vista, que se
presenten conclusiones o que sea declarado concluso, sin mas trámites, para sentencia.
205
www.uned-derecho.com
La casación se admite contra las sentencias dictadas en única instancia por la Sala de lo Cont-
administrativo de la Audiencia nacional y por las Salas de lo Cont-adm. de los Tribunales
Superiores de Justicia, ante la Sala de lo Cont-adm. del Tribunal Supre-mo, salvo :
b) Las recaídas en asuntos cuya cuantía no exceda de 25 millones de ptas, excepto cuando se
trate del procedimiento especial para la defensa de los derechos funda-mentales, distintos del
derecho fundamental de reunión.
Se admite en todo caso recurso de casación contra las sentencias de la Audiencia Nacional y
los Tribunales Superiores de Justicia que declaren nula o conforme a Dere-cho una disposición
de carácter general y contra las resoluciones del Tribunal de Cuentas en materia de
responsabilidad contable.
También son susceptibles de recurso de casación, previo recurso de súplica, en los mismos
supuestos de las sentencias, los autos siguientes :
a) Los que declaren la inadmisión del recurso contencioso administrativo o hagan imposible su
continuación.
b) Los que pongan término a la pieza separada de suspensión o de otras medidas cautelares.
e) Los dictados para extender los efectos de una sentencia a terceros en situación análoga (arts.
87, 110 y 111).
206
www.uned-derecho.com
207
www.uned-derecho.com
c) Si habiéndose dictado sentencia en virtud de prueba testifical, fuesen los testigos condenados
por falso testimonio, dado en las declaraciones que sirvieron de funda-mento a la sentencia.
La interposición del recurso de revisión deberá hacerse en el plazo de 3 meses desde el día en
que se descubrieron los documentos nuevos, el fraude, falsedad, etc. En ningún caso podrá
interponerse transcurridos 5 años desde la fecha de publicación de la sentencia que hubiera
podido motivarlo. Con el escrito en que se solicite la revi-sión es indispensable acompañar un
documento justificativo de un depósito de 12.000 ptas.
La sentencia estimatoria que se dicte en este recurso de revisión revocará en todo o en parte
la sentencia revisada y devolverá los autos a la Sala correspondiente para que pronuncie un
nuevo fallo en los términos contenidos en la sentencia de revisión (art. 1807 LEC).
208
www.uned-derecho.com
no infringe el art. 11.3 CE, que atribuye, en exclusiva, a los jueces y Tribunales la potestad de
juzgar y hacer ejecutar lo juzgado.
Por ello parece excesivo el rigor de los que opinan que la regulación del sistema actual de
ejecución de sentencias no se adecua al art. 117 de la Constitución. La responsabilidad del
incumplimiento de las sentencias no está, tanto en el sistema legal de ejecución de sentencias,
cuanto en la incuria de los Tribunales Cont-adm, que no usan de unos poderes, los de dictar
órdenes directas a la Administración condenada y la conminación penal en caso de
incumplimiento a las autoridades responsables, que ya querían para si el Consejo de Estado y los
tribunales regionales franceses, a quie-nes las reformas íntimas y más avanzadas sólo han
atribuido discretos poderes para imponer multas coercitivas a las autoridades incumplidoras de
las ordenes, dictadas en ejecución de sus sentencias.
Acertada o desacertada esa crítica doctrinal, la LJ de 1998 la ha tenido muy en cuenta al
sustituir la anterior regulación, aunque más o menos, deje las cosas como estaban, además de
permitir multas coercitivas contra funcionarios y la Adminis-tración, precisando que la potestad de
hacer ejecutar las sentencias y demás resolu-ciones judiciales corresponde a los Juzgados y
Tribunales, y su ejercicio compete al que haya conocido de¡ asunto en primera o única instancia,
y que tanto las partes como las entidades públicas y privadas están obligadas a la cooperación
necesaria, declarándose nulas de pleno derecho los actos y disposiciones contrarios a los
pronunciamientos de las sentencias.
La LJ de 1998 encomienda la ejecución de la sentencia al órgano administrativo que hubiese
realizado la actividad objeto del recurso mediante una orden del juez (art. 104.1).
Por lo demás, LOS TRÁMITES DE LA EJECUCIÓN de las sentencias, luego que sean firmes,
se inician con la comunicación en el plazo de 10 días, por medio de testimonio en forma, al
órgano a quien corresponda para que la lleve a puro y debido efecto, adopte las resoluciones que
procedan y practique lo que exija el cumplimiento de las declaraciones contenidas en el fallo (art.
104.1 LJ).
D/ Modalidades de la ejecución :
La LJ 1998, además de la regulación general, despieza los diversos y más frecuen-tes
supuestos de ejecución de sentencias, en atención a sus contenidos :
209
www.uned-derecho.com
210
www.uned-derecho.com
art. 53.2 CE se entenderá que la vía judicial previa a la interposición del recurso de amparo será
la contencioso-administrativa ordinaria o la configurada en la Ley 62/1978, a cuyos efectos el
ámbito de la misma se extiende a todos los derechos y libertades a que se refiere el citado
precepto constitucional.
Las singularidades de este proceso, que pretendió ser una especie de interdicto administrativo,
es decir, un proceso inspirado en los principios de urgencia y suma-riedad, se centraron en la
eliminación de los requisitos de interposición, en la interven-ción del Ministerio Fiscal, en la
facilitación de la suspensión del acto impugnado y en la reducción de plazos respecto al proceso
ordinario.
La Ley Jurisdicional de 1998 mantiene este proceso con el mismo carácter prefe-rente y urgente
que ya tenía, pero introduce importantes variaciones sobre la regula-ción anterior, cuyo carácter
restrictivo había conducido, en la práctica, a un importante deterioro de esta vía procesal. La
más relevante novedad es el tratamiento del objeto del recurso y, por tanto, de la sentencia, de
acuerdo con el fundamento común de los procesos contencioso-administrativos : Contemplando
la lesión de los derechos susceptibles de amparo desde la perspectiva de la conformidad de la
actuación admi-nistrativa con el ordenamiento jurídico la Ley pretende superar la rígida distinción
entre legalidad ordinaria y derechos fundamentales, por entender que la protección del derecho
fundamental o libertad pública no será factible, en muchos casos, si no se tiene en cuenta el
desarrollo legal de los mismos. Según la nueva versión ampliada, este recurso tiene por objeto
hacer valer todas las pretensiones propias del proceso a que se refieren los arts 31 y 32 de la Ley
Jurisdiccional siempre que tengan como finalidad restablecer o preservar los derechos o
libertades por razón de los cuales el recurso hubíere sido formulado. A todos los efectos la
tramitación de estos recursos tendrá carácter preferente.
El escrito de interposición se concibe como un anticipo de la demanda puesto que expresará
con precisión y claridad el derecho o derechos cuya tutela se pretende y, de manera concisa, los
argumentos sustanciales que den fundamento al recurso.
Viene después un trámite de admisión del procedimiento especial a cuyo efecto el juez, en el
supuesto de estimar posibles motivos de inadmisión o inadecuación del procedimiento, los
comunicará a las partes y lo resolverá, tras oírlas en una compare-cencia en la que convocará a
éstas y al Ministerio Fiscal.
La sentencia, y ésta es una novedad destacaba de la modificación introducida por la Ley
Jurisdiccional de 1998, estimará el recurso cuando la disposición, la actuación o el acto íncurran
en cualquier infracción del ordenamiento jurídico, incluso la desviación de poder, y como
consecuencia de la misma vulneren un derecho de los susceptibles de amparo (art. 121),
acabándose, pues, con la anterior y absurda distinción entre violación de la legalidad ordinaria y
de la Constitución como realidades distintas a enjuiciar en procesos diversos.
Tramitación especial se da a la prohibición o propuesta de modificación de reuniones
previstas en la Ley Orgánica Reguladora del Derecho de Reunión (Ley Orgánica de 15 de julio de
1983) que no sean aceptadas por los promotores. El recur-so se interpondrá entonces dentro de
las cuarenta y ocho horas siguientes a la notifi-cación de la prohibición o modificación.
B) La cuestión de ilegalidad :
Cuando un juez o tribunal, hubiese dictado sentencia estimatoria por considerar ilegal el
contenido de la disposición general aplicada, y no fuere competente para anularla en un recurso
directo, deberá plantear la cuestión de ilegalidad ante el Tribu-nal competente para conocer éste
(art. 27).
Se trata fundamentalmente de un control, suscitado de oficio, de la legalidad del reglamento
que aprovecha la circunstancia de una sentencia estimatoria de un recurso indirecto contra un
acto de aplicación y a resolver por el juez competente para el recurso directo. No es, sin
embargo, un proceso garantista de los derechos e intere-ses de las partes intervinientes en el
proceso suscitado por el recurso indirecto, ya que la eventual y posterior sentencia que, en contra
de la primera, confirmara la vali-dez del reglamento, no afecta para nada a la primera, pues no
se modifica la situación jurídica creada por ella (art. 126).
211
www.uned-derecho.com
Esta novedad, que busca una correspondencia exquisita entre anulación definitiva del
reglamento y competencia del órgano jurisdiccional, puede engendrar más disfun-ciones que
garantías, pues arroja sobre el juez de instancia la carga de fundamentar ante el superior la
invalidez del reglamento ya aplicado, con el riesgo de ser desauto-rizado por haber estimado
indebidamente un recurso indirecto, lo que le expone a eventuales acciones de responsabilidad.
Esto sin contar con que la cuestión de ilega-lidad arroja sobre el sistema contencioso-
administrativo una nueva carga, una nueva fuente de litigiosidad, cuando ya está bloqueado por
el exceso de asuntos.
La sentencia estimará o desestimará parcial o totalmente la cuestión, salvo que falte algún
requisito procesal insubsanable, caso en que la declarará inadmisible. La sentencia que resuelva
la cuestión de ilegalidad, no afectará a la sítuación jurídica concreta derivada de la sentencia
díctada por el juez o Tríbunal que planteó aquélla (art. 126).
212