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El derecho administrativo corresponde a aquella rama del derecho público que está destinado a
regular el funcionamiento y organización de los diversos órganos o servicios que estructuran a la
función ejecutiva del Estado y que están destinados a la satisfacción de las necesidades públicas y
el cumplimiento de las leyes.
ESTADO DE DERECHO.
1. Concepto de Estado de Derecho. Aquella forma de Estado en que se reconocen y tutelan los
derechos públicos subjetivos de los ciudadanos mediante el sometimiento del Estado a la ley, y
dentro de éste, de la administración a la ley. El concepto de Estado de Derecho se va aplicar de
diferentes enfoques a los ordenamientos jurídicos, dependiendo de la ideología política de los
diversos ordenamientos.
2. Características.
2.1 El sometimiento del Estado, y más específicamente, de la administración a la Ley. Esto no debe
considerarse como un fin en sí mismo del Estado de Derecho, sino que debe considerarse como
una técnica para conseguir finalidades. La Ley en este caso debe emplearse como sinónimo de
Derecho, o sea, la ley debe responder a unos principios determinados que se edifican sobre la
base del respeto de la persona, y esto se traduce en el principio de la legalidad.
2.2 El reconocimiento de los derechos públicos subjetivos. Este es el fondo, contenido
sustancial que se busca con el sometimiento del Estado a la ley.
2.3 La existencia de un sistema de control para los órganos de la administración. Tiene por objeto
verificar el cumplimiento de los fines atribuidos a cada órgano.
2.4 La existencia de un sistema de responsabilidad extra-contractual de las autoridades. Tiene por
objeto garantizar el cumplimiento cabal del principio de la legalidad por parte de la autoridad,
derivando una responsabilidad extra-contractual (penal, civil, administrativa, disciplinaria y
política) de los actos unilaterales de las autoridades administrativas, imponiéndose la obligación
de responder por los daños y perjuicios que causen.
3. Origen. El Estado de Derecho tiene su origen en la Revolución francesa (año 1800), surgiendo
como una reacción al Estado de policía, para tutelar la libertad humana frente a la opresión
estatal, y que se caracteriza por la utilización de un medio jurídico que evite que el rey penetre en
la esfera de los particulares, a través del reconocimiento de una zona libre de intromisión estatal,
de la cual derivarán derechos subjetivos oponibles tanto a terceros como a las autoridades. La
implicancia política de la Revolución francesa, fue la división de las funciones que poseía exclusiva
y privativamente el rey, recayendo éstas en distintos órganos del Estado.
2. Es un derecho de naturaleza potestativa. Esto significa que los órganos administrativos gozan
de una capacidad especial conocida como potestades administrativas, las cuales pertenecen a una
noción más amplía que se denomina potestades públicas, y que consisten según Alessandri en el
poder de obligar a terceros mediante declaraciones unilaterales de voluntad. Estas potestades son
las herramientas que tiene la administración para satisfacer necesidades públicas.
Las potestades se traducen en dos aspectos; potestad de acción y potestad de reacción o libertad
de imperio. La potestad de reacción, es la capacidad que tienen los órganos administrativos para
dejar sin efecto sus decisiones que resulten ilegales, inoportunas o inconvenientes. De modo que,
libertad de reacción, se puede aplicar de manera imperativa cuando la autoridad comete un vicio
de ilegalidad, en cuyo caso está obligada a revocar o invalidar su decisión, y también se puede
aplicar de manera facultativa, cuando la autoridad realiza un acto sobre el cual hay discusión
resultando su ejecución inoportuna o inconveniente, caso en el cual la autoridad no está obligada
a modificar su decisión. Debido a esto, se señala en doctrina que los actos administrativos son
esencialmente revocables.
Las potestades administrativas, se clasifican en:
– Potestad de mando. Es la facultad de la administración de dar órdenes obligatorias tanto para los
funcionarios de los servicios públicos como para los ciudadanos ajenos a éstos. Entonces esta
potestad se da en dos ámbitos: ámbito interno, que afecta a los funcionarios de los servicios
públicos en razón de la jerarquía y la organización piramidal que hay en estos órganos; y externa,
que afecta a los ciudadanos ajenos a los órganos administrativos, en razón de la soberanía.
– Potestad reglamentaria. Es la facultad para dictar normas de carácter general, obligatorias y
permanentes, que se conocen comúnmente como reglamentos. Esta facultad la posee
ampliamente el Presidente de la República y en menor medida, las demás autoridades.
El hecho de que esta potestad haya tenido un gran desarrollo en desmedro de la actividad
legislativa, quedando limitada esta última, según se desprende del N°20 del artículo 63 de la
Constitución, a las normas de carácter general y obligatorio que estatuyan las bases generales de
un ordenamiento jurídico, se debe a cuatro factores: Primero, el carácter técnico de muchas
materias; Segundo, la lentitud del proceso de generación de la ley frente a la movilidad del
reglamento; Tercero, la rigidez de la ley; Y cuarto, la ley se hace ineficaz para dirimir situaciones
que requieren un pronunciamiento enérgico y sorpresivo. Sin embargo, debe ser de facultad
privativa de la ley, regular materias que revisten gravedad para los administrados y también los
reglamentos deben ser controlados por la ley.
– Potestad sancionatoria. Es la facultad de las autoridades administrativas para imponer sanciones
o castigos a sus funcionarios o administrados. En base a esto se pueden distinguir dos tipos de
potestad:
1. Disciplinaria. Cuando la sanción se dirige a los funcionarios de la administración y puede
consistir en amonestaciones, censuras, multas, suspensiones y destituciones. Se hace efectiva
mediante una investigación interna llamada sumario.
2. Correctiva. Es la facultad que tiene la autoridad para imponerles sanciones a los administrados
por inobservancia de las normas de carácter administrativo. Consiste en multas, comisos,
clausuras, e incluso en algunos casos arrestos. Debido a que estas sanciones no tienen el carácter
de penas, no las puede aplicar el poder judicial sino que debe aplicarlas directamente la autoridad
administrativa basándose para ello en una norma, salvo cuando se trata de sanciones de carácter
pecuniario, en que para su aplicación se debe recurrir a los juzgados de policía local. Para que la
autoridad pueda aplicar sanciones administrativas, debe fundarse en un texto expreso.
– Potestad Ejecutiva. Es la facultad del Estado de hacer cumplir por sí mismo sus resoluciones o
declaraciones de voluntad, aún con el auxilio de la fuerza pública, sin necesidad de recurrir a los
tribunales de justicia. Esta facultad se fundamenta en el hecho de que el Estado vela por el bien
común.
Respecto de esta potestad rige el principio conocido como privilegio de ejecución previa, que
consiste en que las autoridades no están obligadas a suspender la ejecución de la decisión que han
tomado a pretexto de encontrarse recursos pendientes contra dicha resolución.
– Potestad Jurisdiccional. Facultad para resolver conflictos surgidos entre los órganos de la
administración y los administrados, cumpliendo el Estado un doble rol; de parte y de juez. Por lo
tanto, la jurisdicción que se le reconoce a la administración carece de imparcialidad. Pero este
defecto se suple por la existencia de dos recursos administrativos que son:
– Recurso de Reposición; en virtud del cual el afectado puede recurrir ante la propia autoridad que
dictó el acto para pedirle que lo reconsidere;
– Recurso Jerárquico; en virtud del cual el afectado puede recurrir ante el superior jerárquico del
órgano que dictó el acto para que lo revoque.
Hay discusión sobre si la administración actúa o no para el efecto de esta potestad como un
tribunal, ya que si así fuera, la Corte Suprema podría intervenir en el ejercicio de su función
correccional, en la revisión de las decisiones de los órganos administrativos por la vía del recurso
de queja.
3. Es de interpretación restrictiva. Esto se traduce en dos aspectos: Primero, que por ser el
Derecho administrativo un derecho especial, no se aplica por analogía; y en segundo lugar, que no
se le aplican las normas del Derecho común, ya que se rige por el principio de la legalidad, según el
cual, los órganos administrativos sólo pueden hacer aquello que le ordenan las leyes.
4. Es formal. Se manifiesta en el artículo 7 de la Constitución, al señalar que los órganos del Estado
deben actuar en la forma que prescriba la ley, y esto se traduce en:
4.1 Que el proceso de elaboración de la voluntad administrativa debe regirse por un
procedimiento claramente establecido (forma de elaboración);
4.2 Que los actos o la voluntad de la autoridad administrativa debe manifestarse cumpliendo
ciertas solemnidades (forma de exteriorización).
En cuanto a la forma de elaboración del Derecho administrativo destaca la Ley N°19880 del 29 de
mayo del año 2003,sobre “Bases Generales de los procedimientos administrativos que rigen los
actos de los órganos de la administración del Estado”. Esta ley se basa en la doctrina, y se aplica a
todos los órganos de la administración del Estado, y contempla tres pasos en la elaboración de los
actos administrativos; Iniciación; Instrucción; y finalización. La doctrina a su vez, señala los
siguientes pasos: dictación, toma de razón, y difusión mediante la notificación y publicación.
En cuanto a la forma de exteriorización, vino a señalar en su artículo 3° las formas en que pueden
manifestarse los actos administrativos, y que son: Decretos Supremos, dictámenes o declaraciones
de juicio, constancia o conocimiento y los acuerdos.
La importancia de la Ley N°19.880, radica en que vino a señalar y cumplir de manera categórica
con la exigencia del artículo 7° de la Constitución, y también su importancia se manifiesta en que
fue creada en razón de los propios administrados (ciudadanos), para protegerlos de las decisiones
administrativas, permitiéndoles conocer de manera concreta y categórica el procedimiento de
elaboración de los actos administrativos, para que de esta manera puedan tener claro también
cuál es la forma de impugnar estos actos mediante recursos administrativos.
Bibliografía recomendada: Rolando Pantoja Bauzá, “El Derecho Administrativo”, Editorial Jurídica
de Chile.