Índice

1. Concepto de Administración pública __________________ 3

2. Regulación jurídica ________________________________ 4
3. Clases de Administraciones públicas __________________ 4

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 1. Concepto de Administración Pública.

La Administración pública se define como un conjunto de organizaciones, dotadas de

personalidades jurídicas, que forman parte de los poderes públicos del Estado, cuya función
consiste en servir con objetividad los intereses generales, y qué han de cumplir esa función
con un doble sometimiento: por una parte, a la ley y al Derecho y, por otra parte, al control
judicial de la legalidad de su actuación.
Asimismo, en el mismo concepto, podemos encontrar los caracteres de las
Administraciones públicas, que son: conjunto de organizaciones, personalidad jurídica,
poderes públicos, intereses generales y doble sometimiento.
En cuanto a “conjunto de organizaciones” cabe destacar el carácter de organización,
esto se refiere a que las Administraciones Públicas son un conjunto de medios materiales y
personales ordenadas para cumplir los intereses generales.
La personalidad jurídica es un instrumento que permite la atribución a un sujeto de
derechos y obligaciones, de responsabilidades y de capacidad para demandar y ser
demandado en juicio. Así pues, la Administración pública del ordenamiento jurídico español
tiene atribuida la personalidad jurídica. La finalidad de esta es una finalidad práctica: entrar
en contacto directo y cotidiano con los ciudadanos y entre sí, y no se extiende así a los
restantes poderes públicos.
En cuanto a los poderes públicos, a la Administración pública, según la teoría de
división de poderes, se le atribuye el poder ejecutivo para llevar a cabo los fines generales.
Además, cabe destacar que el Estado los dota de potestades singulares que no tienen otros
órganos debido a su finalidad y funciones; y sobre todo, por su cercana relación con los
ciudadanos.
En el artículo 103.1 de la Constitución Española podemos encontrar que las
Administraciones públicas deben servir los intereses generales. Este hecho tiene relación
-como ya hemos comentado- a la cercana relación que tiene con los ciudadanos y, así,
satisfacer las necesidades de cada uno de nosotros. Pero, ¿quién es el encargado de servir los
intereses generales? Aquel es el legislador, el cual posee el Poder Legislativo, lo que le
permite establecer en las normas todos los objetivos que se deben de llevar a cabo.
Por último, tenemos el doble sometimiento, que como ya hemos comentado, nos
encontramos con la ley y el derecho; y el control judicial de la legalidad de su actuación.
Además de indicar el carácter de “intereses generales”, el artículo 103. 1 indica que las
funciones de las Administraciones Públicas se deben de realizar con sometimiento a la ley y

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al Derecho. Además, tenemos el artículo 106.1 que indica que los Tribunales son los
encargados de controlar la legalidad de la actuación administrativa. El juzgado encargado de
resolver los conflictos entre los ciudadanos y la Administración Pública es el órgano
jurisdiccional contencioso-administrativo. Sin embargo, antes de llegar a este debemos probar
a resolver el conflicto de forma directa, es decir, primero tenemos que recurrir a la misma
Administración y explicar nuestra situación y, posteriormente, -si no se ha resuelto el
conflicto- se debe de recurrir al Tribunal correspondiente.

2. Relación jurídica.

El Derecho Administrativo conlleva una serie de relaciones jurídicas entre la

Administración pública y sus particulares o entre dos o más Administraciones públicas. Sin
embargo, hay algunas cuestiones que deben ser reguladas por el Derecho Privado.
Las Administraciones Públicas son aquellas que se encargan de prestar ciertos
servicios o actividades a los particulares, ahí es cuando surge la relación con sus particulares.
En cuanto a las relaciones entre Administraciones, este hecho se lleva a cabo cuando cuando
se busca la eficiencia de su actividad. Asimismo, para llevar a cabo los intereses generales de
cada uno, cuentan con potestades y competencias necesarias para el desarrollo de su
actividad.
En cuanto a la regulación jurídica, podemos encontrar la Constitución, que establece
las líneas generales por las cuales deben regirse las Administraciones; los Estatutos de
Autonomía, son las líneas que se establece cada Comunidad Autónoma y las cuales se deben
de respetar (como la Constitución); y por último tenemos la legislación básica del régimen
local, el cual se encarga de establecer las líneas que deben seguir los municipios. La
regulación jurídica “inferior” se lleva a cabo en forma de reglamentos o ordenanzas.

3. Clases de Administración públicas.

La primera clasificación que cabe hacer de las Administraciones públicas es la que

distingue entre Administraciones territoriales y no territoriales. Las Administraciones
territoriales son: la Administración General del Estado; las Administraciones de las distintas
Comunidades Autónomas; y las Entidades locales necesarias (los municipios, las provincias
como entidades locales y las islas(los archipiélagos canario y balear).

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 Los caracteres de las Administraciones Territoriales son: tiene fines generales,
intervienen en los distintos ámbitos de la vida social y económica, no de la misma forma y no
en todo ya que se lleva a cabo un reparto de competencias entre ellas; ejercen sus
competencias sobre toda la población asentada en sus respectivos territorios; y cuentan con
todas las potestades administrativas superiores. Además, las relaciones entre las
Administrativas se basan en el principio de autonomía.
Dentro de las Administraciones no territoriales encontramos las Corporaciones de
Derecho público y las entidades públicas de tipo instruccional. Dentro de las segundas
podemos encontrar las Organismos Autónomos; las Entidades Públicas Empresariales y las
Administraciones independientes.
En cuanto a las Administraciones no territoriales, los principales caracteres son los
siguientes: tienen fines específicos, buscan una mayor eficacia alterando el ejercicio de la
competencia que en primer lugar pertenecía a la Administración matriz; limitan el ejercicio
de sus competencias a los destinatarios de su actividad o a los usuarios de los servicios que
prestan; y no cuentan necesariamente con las potestades administrativas superiores.
Asimismo, las relaciones que tienen las entidades no territoriales con las respectivas
Administraciones matrices es de dependencia o tutela.

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