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Capítulo 538  ◆  Infecciones del tracto urinario  2667

Figura 537-3  Ectopia renal cruzada. La urografía intravenosa muestra Figura 537-4  Riñón en herradura.
ambos sistemas colectores renales a la izquierda de la columna verte-
bral. Las anomalías de la segmentación del sacro, que son sutiles en este
niño, son una de las anomalías esqueléticas asociadas con la ectopia general. La litiasis y la hidronefrosis, ocasionadas por la obstrucción de la
renal. (De Slovis T, editor: Caffey’s pediatric diagnostic imaging, 11.ª ed., unión pieloureteral, son otras posibles complicaciones tardías. También
vol. 2, Filadelfia, 2008, Mosby, fig. 145-23A, pág. 2244.) parece existir un ligero aumento de la incidencia de RDMQ que afecta
a una o a ambas caras de un riñón en herradura. En la ectopia cruzada
referencia a un grupo de trastornos con un riñón anormalmente peque­ con fusión, un riñón cruza hacia el otro lado y ambos parénquimas se
ño y debe distinguirse de la aplasia, en la que el riñón es rudimentario. fusionan. La función renal suele ser normal. Lo más frecuente es que el
Si el trastorno es unilateral, el diagnóstico suele hacerse casualmente riñón izquierdo cruce hacia el otro lado y se fusione con el polo inferior
durante el estudio de otro problema de vías urinarias o de una hiperten­ del riñón derecho. No hay cambios en la inserción del uréter en la vejiga
sión. La hipoplasia bilateral suele manifestarse como una insuficiencia y las glándulas suprarrenales permanecen en posición normal. Desde el
renal crónica, y es una causa primordial de enfermedad renal terminal punto de vista clínico, cuando esta anomalía requiere cirugía renal, la
durante la primera década de vida. Son frecuentes los antecedentes irrigación es variable y puede añadir dificultad a la nefrectomía parcial.
de poliuria y polidipsia. Los resultados del análisis de orina pueden
ser normales. Existe una forma rara de hipoplasia bilateral, llamada HALLAZGOS FÍSICOS ASOCIADOS
oligomeganefronia, en la que el número de nefronas está muy reducido Las alteraciones de las vías urinarias altas son más frecuentes en los
y las existentes son muy hipertróficas. niños con determinados hallazgos físicos. La incidencia de anomalías
El riñón de Ask-Upmark o hipoplasia segmentaria corresponde a renales aumenta si existe una arteria umbilical única o una anomalía de
unos riñones pequeños que suelen pesar menos de 35 g y que presentan otro órgano (p. ej., cardiopatía congénita). Las alteraciones del pabe­
una o más hendiduras en su convexidad lateral, por debajo de las cuales llón auricular (especialmente si el niño presenta múltiples alteraciones
el parénquima está formado por túbulos similares a los de la glándula congénitas), el ano imperforado y la escoliosis también se asocian a
tiroides. No se sabe con certeza si la lesión es congénita o adquirida. La trastornos renales. A los lactantes con tales hallazgos físicos se les debe
mayoría de los pacientes se diagnostican a partir de los 10 años y presen­ practicar una ecografía renal.
tan hipertensión grave. La nefrectomía suele controlar la hipertensión.
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ANOMALÍAS DE FORMA Y POSICIÓN
Durante su desarrollo, los riñones normalmente ascienden desde la
pelvis hasta su posición normal por debajo de las costillas. El proceso
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normal de ascenso y rotación del riñón puede ser incompleto y dar


lugar a ectopia renal o falta de rotación. El riñón ectópico puede estar en
Capítulo 538
una posición pélvica, ilíaca, torácica o contralateral. Cuando la ectopia
es bilateral, en el 90% de los casos existe fusión de ambos riñones. La
incidencia aproximada de ectopia renal es de 1 por 900 (fig. 537-3).
Infecciones del tracto
Las anomalías de fusión son más frecuentes. Los polos inferiores de
los riñones pueden fusionarse en la línea media y dar lugar a un riñón
urinario
en herradura (fig. 537-4). La porción fusionada se denomina istmo y Jack S. Elder
puede tratarse de una zona de parénquima funcionante engrosado o
bien de una banda fibrosa delgada. Los riñones en herradura se produ­
cen en 1/400-500 nacimientos y se observan en el 7% de los pacientes PREVALENCIA Y ETIOLOGÍA
con síndrome de Turner. El riñón en herradura es una de las muchas Las infecciones del tracto urinario (ITU) se producen en el 1% de los
alteraciones renales que se producen en el 30% de los pacientes con niños y en el 1-3% de las niñas. La prevalencia de ITU varía con la edad.
síndrome de Turner (v. cap. 586). El tumor de Wilms es 4 veces más Durante el primer año de vida, la relación niño:niña es de 2,8-5,4:1.
frecuente en los niños con riñones en herradura que en la población Por encima de 1-2 años hay una preponderancia femenina, con una

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2668  Parte XXIV  ◆  Trastornos urológicos en lactantes y niños

relación niño:niña de 1:10. En los niños varones, la mayoría de las ITU a uropatógenos habituales o ser secundario a una infección hemató­
se producen durante el primer año de vida, y son mucho más frecuentes gena (Staphylococcus aureus). El absceso perirrenal (fig. 538-2) puede
en niños no circuncidados, especialmente durante el primer año de vida. ser secundario a una infección contigua al área perirrenal (p. ej., una
En las niñas, la primera infección suele producirse hacia los 5 años de osteomielitis vertebral o un absceso del psoas) o a una pielonefritis que
edad, con una mayor frecuencia durante la lactancia y el aprendizaje se extienda a la cápsula renal.
del control de esfínteres. La pielonefritis xantogranulomatosa es un tipo poco habitual de infec­
Las ITU están causadas principalmente por bacterias colónicas. En las ción renal caracterizada por la presencia de inflamación granuloma­
niñas, el 75-90% de todas las infecciones está causado por Escherichia tosa con células gigantes e histiocitos espumosos. Puede manifestarse
coli (v. cap. 200), seguido por Klebsiella spp. y Proteus spp. (v. cap. 109). clínicamente como una masa renal o una infección aguda o crónica.
Aunque E. Coli también es el microorganismo más frecuente en los
niños, algunas series señalan que en los niños >1 año, Proteus es tan
frecuente como E. coli; otras indican un predominio de microorganismos
grampositivos. Staphylococcus saprophyticus y los enterococos actúan
como patógenos en ambos sexos. Los adenovirus y otras infecciones
virales también pueden ocurrir, especialmente como causa de cistitis
con hematuria macroscópica.
Las ITU se han considerado como un factor de riesgo en la aparición
de una insuficiencia renal o una enfermedad renal terminal, aunque
hay quien cuestiona la importancia de las ITU como factor de riesgo
aislado, puesto que sólo el 2% de los niños con insuficiencia renal tiene
antecedentes de ITU. Esta paradoja probablemente se deba a una mayor
atención a los riesgos de las ITU y a su diagnóstico y tratamiento preco­
ces. Además, muchos niños reciben antibióticos para cuadros de fiebre
sin un diagnóstico específico (p. ej., en el tratamiento de una otitis media
dudosa) que dan lugar a infecciones urinarias parcialmente tratadas.

MANIFESTACIONES CLÍNICAS
Y CLASIFICACIÓN
Existen tres formas básicas de ITU: pielonefritis, cistitis y bacteriuria
asintomática. La pielonefritis focal («nefronía») y el absceso renal son
menos frecuentes.

Pielonefritis clínica
La pielonefritis clínica se caracteriza por alguno de los siguientes
síntomas o por todos ellos: dolor abdominal, lumbar o costal, fiebre,
malestar, náuseas, vómitos y, en ocasiones, diarrea. La fiebre puede ser
la única manifestación. Los recién nacidos pueden mostrar síntomas
inespecíficos, como rechazo parcial del alimento, irritabilidad, ictericia
y pérdida de peso. La pielonefritis es la infección bacteriana grave más
frecuente en los lactantes menores de 24 meses que presentan fiebre sin
un foco claro (v. cap. 177). Estos síntomas son indicativos de infección
bacteriana de las vías urinarias altas. Este trastorno se denomina pie-
lonefritis aguda cuando hay afectación del parénquima renal, y puede
hablarse de pielitis en caso contrario. La pielonefritis aguda puede dar
lugar a lesiones renales, denominadas cicatrices pielonefríticas.
La nefronía lobar aguda (nefritis lobar aguda) es una masa renal Figura 538-1  TC característica antes (A) y después (B) de la adminis-
tración de contraste en un paciente de 8 meses que sufría una nefronía
causada por una infección aguda focal sin licuefacción. Puede tratarse lobar aguda y presentaba una nefromegalia bilateral grave pero sin masa
de un estadio precoz del desarrollo de un absceso renal. Las manifes­ focal en el estudio ecográfico. Antes de la administración del contraste
taciones son las mismas que las de la pielonefritis. Este proceso puede no se observaron áreas de atenuación. (De Cheng CH, Tsau YK, Lin TY:
demostrarse mediante pruebas de imagen renal (fig. 538-1). El abs- Effective duration of antimicrobial therapy for the treatment of acute
ceso renal puede ser secundario a una infección pielonefrítica debida lobar nephronia, Pediatrics 117:e84-e89, 2006.)

Figura 538-2  A, Ecografía renal de una niña de 19 meses con un absceso perirrenal secundario a Staphylococcus aureus resistente a meticilina.
B, La TC muestra un absceso perirrenal extenso e intrarrenal focal. La paciente fue sometida a incisión y drenaje.

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Los cálculos renales, las obstrucciones y la infección por Proteus spp.


o E. coli contribuyen al desarrollo de esta lesión, que normalmente
requiere una nefrectomía total o parcial.

Cistitis
En la cistitis existe una afectación de la vejiga urinaria, y se caracteriza
por los siguientes síntomas: disuria, urgencia miccional, polaquiuria,
dolor suprapúbico, incontinencia y mal olor de la orina. La cistitis no
causa fiebre ni da lugar a lesión renal. El mal olor de la orina no es un
signo específico de una ITU.
La cistitis hemorrágica aguda con frecuencia está causada por E. coli;
también por adenovirus de los tipos 11 y 21. La cistitis por adenovirus
es más frecuente en varones, se resuelve espontáneamente y la hematuria
cede al cabo de unos 4 días.
La cistitis eosinofílica es una forma rara de cistitis de etiología des­
conocida que en ocasiones se observa en niños. Los síntomas habituales
son los de una cistitis, con hematuria. En las pruebas de diagnóstico por
imagen se observan típicamente múltiples masas vesicales sólidas que
histológicamente corresponden a infiltrados inflamatorios con eosinó­
filos. La dilatación ureteral con hidronefrosis también es frecuente. Los
niños con cistitis eosinofílica a veces han estado expuestos a un alérgeno.
A menudo es precisa una biopsia vesical para descartar un proceso
neoplásico. El tratamiento más frecuente consiste en antihistamínicos
y antiinflamatorios no esteroideos.
La cistitis intersticial se caracteriza por síntomas miccionales irrita­
tivos, como urgencia miccional, polaquiuria, disuria y dolor vesical y
pélvico que se alivia con la micción. El urocultivo es negativo. El tras­
torno afecta con mayor frecuencia a las adolescentes y es idiopático. El Figura 538-3  Riñón con cicatrices ocasionadas por pielonefritis recu-
diagnóstico se realiza mediante la observación por cistoscopia de úlceras rrente.
en la mucosa y distensión vesical. Entre los diferentes tratamientos se
han empleado la hidrodistensión vesical y la ablación por láser de las
áreas ulceradas, pero no existe ningún tratamiento que proporcione un
alivio definitivo.

Bacteriuria asintomática
El término bacteriuria asintomática hace referencia a aquellas situa­
ciones en las que existe un urocultivo positivo sin manifestaciones de
infección. El proceso es más frecuente en las niñas. La incidencia es
de <1% en las niñas en edad preescolar y escolar y apenas se ve en
los niños. Es un trastorno benigno que no causa lesión renal, excepto
en las embarazadas, en las que, si no se trata, puede dar lugar a una
ITU sintomática. Algunas niñas son diagnosticadas erróneamente de
bacteriuria asintomática, cuando en realidad presentan síntomas como
incontinencia diurna o nocturna o molestias perineales secundarias a
una ITU; estas pacientes deben recibir tratamiento antibiótico.

PATOGENIA Y ANATOMÍA PATOLÓGICA


Casi todas las ITU son infecciones ascendentes. Las bacterias proceden
de la flora fecal, colonizan el perineo y penetran en la vejiga a través de Figura 538-4  TC que muestra un área de adelgazamiento del parén-
la uretra. En los niños no circuncidados, las bacterias proceden de la quima que corresponde a un cáliz subyacente, lo cual es característico
flora existente por debajo del prepucio. En algunos casos, las bacterias de la formación de cicatrices pielonefríticas o de la nefropatía por reflujo.
causantes de la cistitis ascienden hasta el riñón y causan una pielonefritis.
En raras ocasiones, la infección renal puede producirse por diseminación
hematógena, como en la endocarditis o en algunos recién nacidos.
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Si las bacterias ascienden de la vejiga hacia el riñón, puede producirse
una pielonefritis. Normalmente, las papilas renales simples y compuestas Tabla 538-1   Factores de riesgo de infección del tracto
presentan un mecanismo antirreflujo que evita que el flujo de la orina urinario
vaya desde la pelvis renal hacia los túbulos colectores. Sin embargo,
Sexo femenino Ropa apretada (ropa interior)
algunas papilas compuestas, que suelen ubicarse en los polos superior
Varón no circuncidado Infestación por oxiuros
e inferior del riñón, permiten el reflujo intrarrenal. Entonces, la orina Reflujo vesicoureteral* Estreñimiento
infectada estimula una respuesta inmunológica e inflamatoria que puede Aprendizaje del control Bacterias con fimbrias P
dar lugar a lesión renal y cicatrices (figs. 538-3 y 538-4). Los niños de de esfínteres Anomalías anatómicas
cualquier edad con una ITU febril pueden presentar una pielonefritis Disfunción miccional (adherencia de labios menores)
que posteriormente puede dar lugar a la formación de cicatrices renales, Uropatía obstructiva Vejiga neurógena
pero el riesgo es mayor en los menores de 2 años. Instrumentación uretral Actividad sexual
Los factores del huésped que incrementan el riesgo de ITU se Limpieza de atrás hacia Embarazo
relacionan en la tabla 538-1. El reflujo vesicoureteral se discute en el delante en las niñas
¿Baño de burbujas?
capítulo 539. Cuando existe reflujo vesicoureteral de grado III, IV o
V y se produce una ITU febril, en el 90% de los casos existe evidencia *Aumento del riesgo de pielonefritis clínica, no de cistitis.

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de pielonefritis aguda en la gammagrafía renal o en otros estudios de de Pediatría (AAP) para los niños de 2-24 meses, en los niños que no
imagen. En las niñas, las ITU suelen aparecer al iniciarse el aprendizaje posean un adecuado control de los esfínteres, debe obtenerse mediante
del control de esfínteres como consecuencia de la disfunción vesical/ sondaje o punción suprapúbica. Como alternativa, puede ser útil la
intestinal que se produce a esa edad. El niño trata de retener la orina colocación, después de desinfectar la piel de los genitales, de una bolsa
para mantenerse seco, pero pueden presentarse contracciones vesicales de recogida estéril, precintada y adhesiva, especialmente cuando se
no inhibidas que impulsan la salida de orina. Las consecuencias pueden obtiene un cultivo negativo o se ha identificado un único uropatógeno.
ser presión alta, flujo de orina turbulento o vaciado vesical incompleto, Sin embargo, un cultivo positivo puede deberse a contaminación, sobre
con lo que aumenta la probabilidad de bacteriuria. La disfunción vesical/ todo en niñas y en niños no circuncidados. Si está previsto iniciar el
intestinal puede aparecer en el niño que controla los esfínteres pero tratamiento inmediatamente después de obtener el cultivo, la muestra no
orina con poca frecuencia. Pueden observarse alteraciones parecidas debe obtenerse mediante bolsa de orina debido a la alta tasa de contami­
en los niños en edad escolar que se niegan a utilizar los cuartos de baño nación, a menudo por microorganismos mixtos. Por lo general, en estos
del colegio. La uropatía obstructiva que da lugar a una hidronefrosis casos no suele ser necesaria la realización de una punción suprapúbica.
aumenta el riesgo de ITU como consecuencia de la estasis urinaria. La Los nitritos y la esterasa leucocitaria por lo general son positivos en
instrumentación uretral durante una cistouretrografía miccional o un las orinas infectadas. La hematuria microscópica es común en la cistitis
sondaje no estéril pueden infectar la vejiga con un germen patógeno. El aguda, pero la microhematuria por sí sola no debe sugerir infección del
estreñimiento con impactación fecal puede aumentar el riesgo de ITU, tracto urinario. Los cilindros de leucocitos en el sedimento urinario
dado que puede provocar disfunción vesical. apuntan a una infección con afectación renal, pero en la práctica rara­
La patogenia de las ITU se basa, en parte, en la presencia de pili o mente están presentes. Si el niño se encuentra asintomático y el resultado
fimbrias en la superficie de la bacteria. Existen dos tipos de fimbrias: I del análisis de orina es normal, es poco probable que exista una infección
y II. Las fimbrias de tipo I se observan en la mayoría de las cepas de E. coli. urinaria. Sin embargo, si el niño presenta algún síntoma, una ITU es
Dado que la d-manosa puede bloquear su adherencia a las células diana, posible, incluso cuando el resultado de un análisis de orina sea negativo
estas fimbrias se califican como sensibles a la manosa. No intervienen (tabla 538-2).
en la pielonefritis. La manosa no inhibe la adherencia de las fimbrias de La piuria (leucocitos en la orina) es indicativa de infección, pero
tipo II, que son, por tanto, resistentes a la manosa. Sólo algunas cepas puede haber infección sin piuria; por tanto, este hallazgo sirve más
de E. coli expresan este tipo de fimbrias. El receptor de las fimbrias de como confirmación que como diagnóstico. Por el contrario, puede existir
tipo II es un glucoesfingolípido presente en las células uroepiteliales piuria sin ITU. En la figura 538-3 se muestra el valor predictivo de los
y en los hematíes. La fracción oligosacárida Gal 1-4 Gal constituye el leucocitos, los nitritos y la esterasa leucocitaria.
receptor específico. Dado que estas fimbrias pueden ser aglutinadas por La piuria estéril (leucocitos positivos, cultivo negativo) aparece en
eritrocitos del grupo sanguíneo P, se denominan fimbrias P. Las bacterias ITU bacterianas parcialmente tratadas, infecciones virales, tuberculosis
con fimbrias P pueden causar pielonefritis con mayor frecuencia. El renal, abscesos renales, ITU en presencia de obstrucción urinaria, ure­
76-94% de las cepas pielonefritogénicas de E. coli poseen fimbrias P, en tritis por enfermedades de transmisión sexual (v. cap. 120), inflamación
comparación con el 19-23% de las cepas que causan cistitis. cercana al uréter o la vejiga (apendicitis, enfermedad de Crohn) y nefritis
Otros factores del huésped que aumentan el riesgo de ITU son las intersticial (eosinófilos). Es importante el sembrado rápido de la muestra
anomalías anatómicas que impiden una micción normal, como una de orina, puesto que, si se mantiene a temperatura ambiente durante
adherencia de los labios menores. Esta lesión actúa como barrera y más de 60 minutos, el sobrecrecimiento de unos pocos gérmenes con­
provoca micción vaginal. Una vejiga neurógena puede ocasionar ITU si taminantes puede indicar una ITU sin que la orina esté infectada. Un
existe un vaciado vesical incompleto y/o una disinergia detrusor-esfínter. método fiable de conservación de la muestra de orina hasta su cultivo
En las chicas, la actividad sexual se asocia a ITU, en parte debido a un es mantenerla refrigerada.
vaciado vesical incompleto. Un 4-7% de las embarazadas presentan Se considera que existe una ITU si el cultivo muestra más de
bacteriuria asintomática, que puede dar lugar a una ITU sintomática. 50.000 colonias de un mismo germen (muestra de punción suprapúbica
La incidencia de ITU en lactantes amamantados es menor que en los o sondaje) o si hay 10.000 colonias y el niño tiene síntomas. En una
alimentados artificialmente. muestra tomada con bolsa de orina, si el análisis de orina es patológico,
el paciente tiene síntomas y crece un único germen con un recuento de
DIAGNÓSTICO colonias superior a 100.000, se supone que hay una ITU. Sin embargo,
Puede sospecharse una ITU a partir de los síntomas o de los resultados si no se cumple alguno de estos criterios, se recomienda confirmar la
de un análisis de orina, pero debe realizarse un urocultivo para su con- infección mediante una segunda muestra obtenida por sonda.
firmación y tratamiento adecuado. Existen varias formas de obtener una En las infecciones renales agudas son frecuentes la leucocitosis, la neu­
muestra de orina, unas más fiables que otras. En los niños que controlan trofilia y una velocidad de sedimentación globular, procalcitonina y pro­
los esfínteres, una muestra obtenida a mitad de la micción suele ser teína C reactiva elevadas. Sin embargo, todos estos hallazgos son marca­
adecuada; antes de obtener la muestra debe limpiarse el introito. En los dores inespecíficos de inflamación y su elevación no significa que el niño
varones no circuncidados, el prepucio debe retraerse; si el prepucio no tenga una pielonefritis aguda. Cuando hay un absceso renal, el recuento
es retráctil, la muestra puede ser poco fiable por estar contaminada con de leucocitos está muy elevado, por encima de los 20.000-25.000/mm3.
flora de la piel. Según las directrices clínicas de la Academia Americana La elevación de la concentración sérica de procalcitonina se asocia con

|
Tabla 538-2   Sensibilidad y especificidad de los componentes del análisis de orina, de modo aislado y en combinación
PRUEBA SENSIBILIDAD (RANGO) % ESPECIFICIDAD (RANGO) %
Prueba de la esterasa leucocitaria 83 (67-94) 78 (64-92)
Prueba de nitrito 53 (15-82) 98 (90-100)
Prueba de la esterasa leucocitaria o prueba de nitrito positivas 93 (90-100) 72 (58-91)
Microscopia (leucocitos) 73 (32-100) 81 (45-98)
Microscopia (bacterias) 81 (16-99) 83 (11-100)
Prueba de la esterasa leucocitaria, prueba de nitrito o microscopia positiva 99,8 (99-100) 70 (60-92)
Del Subcommittee on Urinary Tract Infection, Steering Committee on Quality Improvement and Management: Clinical practice guideline. Urinary tract infection: clinical
practice guideline for the diagnosis and management of the initial UTI in Febrile infants and children 2 to 24 months. Pediatrics 2011;128:595–610.

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Capítulo 538  ◆  Infecciones del tracto urinario  2671

pielonefritis y riesgo aumentado de cicatrización renal. Dado que la percutáneo, además de un tratamiento antibiótico y otras medidas de
sepsis es frecuente durante una pielonefritis, especialmente en lactantes sostén (v. fig. 538-2). Los abscesos pequeños pueden tratarse inicial­
y niños con uropatía obstructiva, deben realizarse hemocultivos antes de mente mediante drenaje.
iniciar la antibioterapia, si es posible. En un niño con ITU recurrentes resulta de utilidad la identificación de
Según las directrices de 2011 de la AAP para la población pediá­ factores predisponentes. Muchas niñas en edad escolar padecen una dis-
trica de 2-24 meses, los factores de riesgo en las niñas son raza blanca, función vesical-intestinal (v. cap. 543), cuyo tratamiento suele reducir
edad inferior a 12 meses, fiebre >39°C, fiebre de duración superior la probabilidad de ITU recurrentes. Algunos niños con ITU orinan con
a 2 días, y ausencia de otra fuente de infección. Entre los factores de poca frecuencia, y muchos también padecen un estreñimiento grave
riesgo en los niños se encuentran no ser de raza negra, fiebre >39°C, (v. caps. 306 y 332). La modificación conductual, con tratamiento del
fiebre de duración superior a 24 horas, y ausencia de otra fuente de estreñimiento, como se describe en el capítulo 543, a menudo es efectiva.
infección. La ausencia de respuesta tras 48 horas de tratamiento anti­ La profilaxis antimicrobiana con trimetoprima o nitrofurantoína en un
biótico apropiado, el flujo urinario escaso, la presencia de una masa 30% de la dosis terapéutica normal, una vez al día, es otra solución para
suprapúbica o en el costado, la presencia de patógenos distintos a este problema, pero es innecesaria en la mayoría de los niños con ITU
E. coli, la urosepsis y la elevación de la concentración de creatinina son recurrente en ausencia de reflujo grave. La profilaxis con TMP-SMX,
características atípicas. amoxicilina o cefalexina también puede ser eficaz, pero el riesgo de ITU
intercurrente puede ser más alto, puesto que pueden inducirse resisten­
TRATAMIENTO cias bacterianas. Los trastornos urológicos relacionados con las ITU que
La cistitis aguda debe ser tratada con prontitud para evitar una posible pueden beneficiarse de profilaxis a largo plazo son la vejiga neurógena,
progresión a pielonefritis. Si los síntomas son graves, debe obtenerse una la estasis y la obstrucción de vías urinarias, el reflujo vesicoureteral grave
muestra de orina para su cultivo e iniciarse el tratamiento de inmediato. (v. cap. 539) y la litiasis. Existe interés en los tratamientos probióticos,
Si los síntomas son leves o el diagnóstico incierto, el tratamiento puede que reponen la flora vaginal normal, y en el zumo de arándanos, que
posponerse hasta conocer los resultados del cultivo, que debe repetirse impide la adhesión bacteriana y la formación de biopelículas, aunque no
si éstos son dudosos. Cuando se inicia el tratamiento antes de tener se ha demostrado la utilidad de estos agentes en la prevención de las ITU.
los resultados del cultivo y el antibiograma, un ciclo de 3 a 5 días de Las principales consecuencias de la lesión renal crónica causada por la
tratamiento con trimetoprima-sulfametoxazol (TMP-SMX) resulta pielonefritis son la hipertensión arterial y la insuficiencia renal; cuando
eficaz contra numerosas cepas de E. coli. La nitrofurantoína (5-7 mg/ se detectan deben ser tratadas adecuadamente (v. caps. 445 y 535).
kg/24 h repartida en 3-4 dosis) es también eficaz y tiene la ventaja de
ser activa contra gérmenes de los géneros Klebsiella y Enterobacter. La ESTUDIOS DE IMAGEN
amoxicilina (50 mg/kg/24 h) también es eficaz como tratamiento inicial, EN NIÑOS CON ITU FEBRIL
pero las tasas de resistencia bacteriana son elevadas. El objetivo de los estudios de imagen en niños con una ITU es identificar
En las infecciones febriles agudas, sugestivas de pielonefritis clínica, las anomalías anatómicas que predisponen a la infección, determinar
es preferible un ciclo de 7-14 días de antibióticos de amplio espectro que si existe afectación renal activa y evaluar si la función renal es normal
puedan alcanzar unas concentraciones tisulares adecuadas. Los niños o se encuentra alterada.
deshidratados, que presenten vómitos, que no puedan tomar líquidos, Existen dos abordajes históricos para los estudios de imagen, el tradi­
que sean menores de 1 mes, que sufran infecciones complicadas o en cional «de abajo hacia arriba» y el «de arriba hacia abajo».
los que exista la posibilidad de una urosepsis, deben ser ingresados en un 1. El método «de abajo hacia arriba» consistía en una ecografía
hospital para su rehidratación y tratamiento antibiótico intravenosos. Es renal más una cistouretrografía miccional; este abordaje identifica
preferible el tratamiento parenteral con ceftriaxona (50-75 mg/kg/24 h, alteraciones del tracto urinario superior e inferior, como reflujo
sin superar los 2 g), cefotaxima (100 mg/kg/24 h) o ampicilina (100 mg/ vesicoureteral, disfunción vesical-intestinal y alteraciones
kg/24 h) más un aminoglucósido como gentamicina (3-5 mg/kg/24 h en vesicales, como el divertículo paraureteral. Es poco probable
1-3 dosis). Debe tenerse en cuenta la posible ototoxicidad y nefrotoxi­ que detecte cicatrices renales a menos que sean importantes
cidad de los aminoglucósidos, y se deben controlar las concentraciones (irregularidad cortical renal, riñón hipoplásico en la ecografía
séricas de creatinina y gentamicina antes del tratamiento y diariamente renal). La gammagrafía con ácido dimercaptosuccínico (DMSA)
a lo largo de éste. El tratamiento con aminoglucósidos es especialmen­ es el mejor método para valorar las cicatrices renales.
te eficaz contra Pseudomonas y la alcalinización de la orina con bicarbo­ En algunos centros la cistouretrografía miccional se pospone
nato sódico aumenta su eficacia en las vías urinarias. 2-6 semanas con el fin de permitir la desaparición de la inflamación
Las cefalosporinas de tercera generación, como la cefixima, son tan vesical; sin embargo, la incidencia de reflujo es idéntica, con
eficaces como la ceftriaxona parenteral contra diferentes gérmenes gram­ independencia de que la CUMS se realice de modo agudo durante
negativos distintos de Pseudomonas. Algunos autores las consideran el tratamiento de la ITU o 6 semanas después. Realizar la CUMS
como tratamiento oral de elección. La nitrofurantoína no debe emplearse antes de que el niño sea dado de alta en el hospital es una forma
de forma rutinaria en niños con una ITU febril puesto que no alcanza de proceder adecuada que asegura que la evaluación sea completa.
unas concentraciones tisulares renales suficientes. El ciprofloxacino, una Si está disponible, en las niñas se puede realizar una cistografía
fluoroquinolona oral, es un fármaco alternativo contra gérmenes resis­ isotópica en lugar de una CUMS con contraste, ya que la primera
tentes, especialmente Pseudomonas, en pacientes mayores de 17 años. técnica expone las gónadas a una menor radiación. Sin embargo,
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También se ha utilizado en niños más pequeños con fibrosis quística e la cistografía isotópica no proporciona una buena definición
infección pulmonar causada por Pseudomonas, y a veces se emplea, en anatómica de la vejiga ni permite una valoración precisa del grado
ciclos de tratamiento cortos, en niños con ITU por Pseudomonas. El de reflujo, no puede detectar un divertículo paraureteral ni mostrar
levofloxacino es una quinolona alternativa con un perfil de seguridad si el reflujo se produce en un doble sistema colector o en un uréter
positivo en los niños. Sin embargo, se debe tener cuidado con el empleo ectópico. En los niños varones, la definición de la uretra mediante
clínico de las fluoroquinolonas en niños, dada la posibilidad de que CUMS es importante para detectar válvulas uretrales posteriores
puedan lesionar el cartílago. En algunos niños con una ITU febril, la (v. cap. 504).
inyección intramuscular de una dosis inicial de ceftriaxona, seguida 2. El abordaje «de arriba abajo» intentó reducir el número de
de un tratamiento oral con una cefalosporina de tercera generación, exploraciones mediante CUMS. Comienza con una gammagrafía
es eficaz. La práctica de un urocultivo una semana después de finalizar renal con DMSA para identificar áreas de afectación pielonefrítica
el tratamiento de la ITU asegura la esterilidad de la orina, aunque en aguda, denominada pielonefritis aguda (fig. 538-5).
la mayoría de los niños no sea necesario, ya que los cultivos suelen ser La gammagrafía con DMSA en los niños más pequeños por lo general
negativos. requiere sedación. Este trastorno se caracteriza por fiebre, malestar
Los niños con un absceso renal o perirrenal, o con infección de unas general, dolor abdominal o en la fosa lumbar y, ocasionalmente,
vías urinarias obstruidas, a menudo requieren un drenaje quirúrgico o náuseas y vómitos, y es un factor de riesgo de daño renal

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2672  Parte XXIV  ◆  Trastornos urológicos en lactantes y niños

y formación de cicatrices renales. En la exploración con DMSA, La AAP recomienda que en un primer episodio típico de ITU, el
las áreas involucradas del riñón son hipocaptantes y el riñón se primer estudio de diagnóstico por imagen debe ser la ecografía renal,
encuentra agrandado. Aproximadamente en el 50% de los niños ureteral y vesical. La CUMS está indicada si el estudio ecográfico es
con una ITU febril, la gammagrafía con DMSA muestra afectación anormal, el paciente presenta signos atípicos o tras una ITU febril recu­
del parénquima. Aproximadamente en el 50% de los niños con una rrente (tabla 538-3).
gammagrafía positiva se forman cicatrices renales en las áreas de En los niños con antecedentes de cistitis (disuria, tenesmo, pola­
pielonefritis aguda, y el aspecto renal se normalizará en el resto quiuria, dolor suprapúbico), las pruebas de diagnóstico por imagen
de casos con gammagrafías positivas agudas. Entre los niños con suelen ser innecesarias, pero es importante valorar y tratar la disfunción
reflujo de grado III, IV o V y ITU febril, un 80-90% presenta una vesical e intestinal. Si el paciente sufre numerosas ITU inferiores, está
gammagrafía con DMSA consistente con una pielonefritis aguda. indicado realizar una ecografía renal, pero una CUMS raramente aporta
Los niños con reflujo de grado I y II y los que no tienen reflujo información útil.
también pueden desarrollar una pielonefritis aguda. En los estudios La recomendación de la AAP ha resultado en una disminución impor­
longitudinales de niños con reflujo de grado I y II y pielonefritis tante en el número de solicitudes de CUMS. Sin embargo, la comunidad
aguda, el reflujo habitualmente se resuelve. Si la exploración con urológica pediátrica ha criticado ampliamente esta recomendación, y se
DMSA es normal durante una ITU febril, la infección no tendrá necesitan estudios prospectivos antes de determinar si debe adoptarse.
como consecuencia el desarrollo de cicatrices. La TC constituye Una consecuencia es que muchos médicos de atención primaria han
otra herramienta diagnóstica que permite el diagnóstico de la adoptado de modo general estas recomendaciones para todos los niños,
pielonefritis aguda, pero la experiencia clínica con DMSA es cuando fueron dirigidas a niños de 2 a 24 meses.
mucho mayor y la TC implica una radiación importante. Si la De modo similar, en 2007 se publicaron las directrices del NICE
exploración con DMSA es positiva, se ha de llevar a cabo una (National Institute for Health and Clinical Excellence, Reino Unido)
CUMS (fig. 538-6) porque el 90% de los niños con reflujo presenta sobre el diagnóstico y manejo de las ITU (tabla 538-4). Estas recomen­
una gammagrafía positiva con DMSA. Si se detecta reflujo, daciones agrupan a los niños en 3 conjuntos: <6 meses, entre 6 meses
el tratamiento se basará en la percepción del riesgo a largo plazo y 3 años y >3 años. Una CUMS inicial sólo se recomienda en niños
de dicho reflujo para el niño (v. cap. 539). Una limitación de este <6 meses. Estas recomendaciones son muy controvertidas debido a que
enfoque es la falta de disponibilidad de la gammagrafía con DMSA
en muchos hospitales. En estos casos, tras la ecografía renal,
el médico debe decidir sobre la conveniencia de enviar al niño a un
centro donde pueda realizarse dicha prueba o, en su lugar, solicitar
una CUMS. Además, si la gammagrafía con DMSA es positiva,
está indicado realizar una gammagrafía de seguimiento 4-6 meses
después para determinar si se han producido cicatrices renales.

Figura 538-5  Gammagrafía renal con ácido dimercaptosuccínico en Figura 538-6   Reflujo intrarrenal. Cistouretrografía miccional en
la que se observan áreas bilaterales de hipocaptación indicativas de un lactante varón con antecedentes de infección del tracto urinario.
pielonefritis aguda y cicatrices renales. OPI, proyección oblicua posterior Obsérvese el reflujo vesicoureteral derecho con dilatación ureteral,
izquierda; OPD, oblicua posterior derecha. con opacificación del parénquima renal indicativa de reflujo intrarrenal.

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Tabla 538-3   Recomendaciones sobre directrices para la evaluación diagnóstica de lactantes con infección febril del tracto
urinario
DIRECTRIZ ECOGRAFÍA CUMS GAMMAGRAFÍA TARDÍA CON DMSA
National Institute for Health And Care (V. tabla 538-4)
Excellence (NICE)*
American Academy of Pediatrics Sí Si ecografía anormal No
Italian Society for Paediatric Nephrology Sí Si ecografía anormal o si existen Si RVU o ecografía anormal
(ISPN) factores de riesgo†
*Dilatación del tracto urinario superior en la ecografía, flujo urinario escaso, infección por microorganismos distintos a E. coli o antecedentes familiares de reflujo
vesicoureteral.

Alteraciones ecográficas prenatales del tracto urinario fetal, antecedentes familiares de reflujo, septicemia, insuficiencia renal, varones menores de 6 meses,
probabilidad de que la familia sea incumplidora, vaciado vesical incompleto, ausencia de respuesta clínica al tratamiento antibiótico apropiado en 72 horas o infección
por microorganismos distintos a E. coli.
CUMS, cistouretrografía miccional; DMSA, ácido dimercaptosuccínico; RVU, reflujo vesicoureteral.

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Capítulo 539  ◆  Reflujo vesicoureteral  2673

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Tabla 538-4   Programa de estudios de imagen recomendados en niños con infección del tracto urinario
Tipo de infección
RESPONDE BIEN
EDAD DEL NIÑO Y PRUEBAS AL TRATAMIENTO EN 48 HORAS INFECCIÓN ATÍPICA INFECCIÓN RECURRENTE
NIÑOS MENORES DE 6 MESES
Ecografía durante la infección aguda No Sí Sí
Ecografía a las 6 semanas de la infección Sí No No
Gammagrafía con DMSA 4-6 meses No Sí Sí
después de la infección aguda
Cistogramas miccionales Considérela si la ecografía Sí Sí
es anormal
NIÑOS DE 6 MESES A 3 AÑOS
Ecografía durante la infección aguda No Sí No
Ecografía a las 6 semanas de la infección No No Sí
Gammagrafía con DMSA 4-6 meses No Sí Sí
después de la infección aguda
Cistogramas miccionales No No de rutina, considérelos si existe dilatación en la ecografía,
flujo urinario escaso, infección por microorganismos
distintos a E. coli o antecedentes familiares de reflujo
vesicoureteral
NIÑOS MAYORES DE 3 AÑOS
Ecografía durante la infección aguda No Sí No
Ecografía a las 6 semanas de la infección No No Sí
Gammagrafía con DMSA 4-6 meses No Sí Sí
después de la infección aguda
Cistogramas miccionales No No No
DMSA, ácido dimercaptosuccínico.
Adaptada de National Institute for Health and Clinical Excellence. Urinary tract infection in children: diagnosis, treatment, and long-term management. NICE clinical
guidelines, n.° 54. Londres, 2007, RCOG Press, tablas 6-13, 6-14, y 6-15.

la metodología no se basa en pruebas sino en la opinión de expertos.


Además, no se ha evaluado retrospectiva o prospectivamente el potencial
de este enfoque para identificar uropatologías significativas. Existen
datos de que un número significativo de niños con uropatología no se
habrían diagnosticado con estas directrices.

PROFILAXIS DE LAS INFECCIONES


RECURRENTES DEL TRACTO URINARIO
Véase el capítulo 539.
En los niños con un primer episodio de pielonefritis, con un tracto
urinario anatómicamente normal y sin signos de reflujo, no es necesario
Figura 539-1  Configuración normal y anómala de los orificios ure-
administrar profilaxis antimicrobiana en un intento de evitar recu­ terales. De izquierda a derecha se observa un desplazamiento lateral
rrencias o formación de cicatrices renales. progresivo de los orificios ureterales y un acortamiento de los túneles
intramurales. Arriba, Aspecto endoscópico. Abajo, Visión sagital del
La bibliografía está disponible en Expert Consult. uréter intramural.

El RVU predispone a la infección del riñón (pielonefritis) al facilitar


el transporte de bacterias desde la vejiga hasta las vías urinarias altas
Capítulo 539 (v. cap. 538). La reacción inflamatoria provocada por una pielonefritis
puede dar lugar a lesiones renales o a la formación de cicatrices, lo que
Reflujo vesicoureteral
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también se denomina lesión renal relacionada con reflujo o nefropatía


por reflujo. Entre los niños con infección del tracto urinario (ITU)
Jack S. Elder febril, aquéllos con RVU son 3 veces más propensos a desarrollar daño
renal que los niños sin RVU. La extensa formación de cicatrices altera
la función renal y puede dar lugar a hipertensión mediada por renina
El reflujo vesicoureteral (RVU) se define como el flujo retrógrado de (v. cap. 445), insuficiencia renal o nefropatía terminal (v. cap. 535), alte­
orina desde la vejiga hasta el uréter y el riñón. El uréter se une nor­ ración del crecimiento y morbilidad durante el embarazo. Las cicatrices
malmente a la vejiga en dirección oblicua entre la mucosa vesical y el relacionadas con el reflujo pueden encontrarse presentes al nacimiento
músculo detrusor, creando un mecanismo valvular que evita el RVU o producirse en ausencia de infección.
(fig. 539-1). El RVU se produce cuando el túnel submucoso entre la En el pasado se estimó que la nefropatía por reflujo causaba el 15-20%
mucosa y el músculo detrusor es corto o no existe. El RVU suele ser de los casos de nefropatía terminal en niños y adultos jóvenes. Gracias a
congénito, aparece a menudo con carácter familiar y afecta al 1-2% de la mayor atención prestada al tratamiento de las ITU y a una mejor com­
los niños. El RVU se encuentra presente en alrededor del 30% de las prensión del RVU, la enfermedad renal terminal secundaria a nefropatía
mujeres que han sufrido una infección del tracto urinario y en el 5-15% por reflujo es poco frecuente. La nefropatía por reflujo sigue siendo
de los lactantes con hidronefrosis prenatal. una causa frecuente de hipertensión en niños. El RVU en ausencia de

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Capítulo 538  ◆  Infecciones del tracto urinario  2673.e1

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