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Natalia, 9 años

La madre consulta a la psiquiatra por presentar encopresis y enuresis primaria, diurna y


nocturna. Sus síntomas tienen una frecuencia de varias veces por día y en la noche. La doctora la
deriva a gastroenterología para realizarle exámenes y para descartar posibles trastornos
gastronterológicos.
Natalia es derivada a terapia psicológica ya que a la Dra. le preocupa el hecho que la niña al
parecer no se estaría motivada con el tratamiento.
La psiquiatra solicita una evaluación emocional de Natalia para comprender mejor cómo se
estaría dando este trastorno y además una evaluación intelectual, para descartar un posible retraso o
daño orgánico.

Hace 4 meses que Natalia (cursando 3ºB), su madre Paula (47 años de edad), y sus hermanos
(de 12 y 15 años) viven en la casa de la hermana de Paula. Paula se separa de su marido Renán (48
años) el 14 de Julio de 2004 por motivos de violencia intrafamiliar.
En cuanto a los antecedentes mórbidos familiares, no hay antecedentes de enfermedades
relacionadas con el control de esfínter en la familia, ni otros trastornos psiquiátricos.
En cuanto al ámbito escolar, Natalia tiene un diagnóstico de SDA con hiperactividad, desde el año
2002, y no ha tenido una buena respuesta al tratamiento. Su rendimiento fue regular durante todo el
primer semestre. Se le describe como una niña inteligente, pero muy inquieta, que no termina lo que
empieza y que en su quehacer diario es lenta, no hace las tareas y que se “taima” muy seguido.
Además, “debido al mal olor producido por su enuresis y encopresis, no tiene muchas amigas”.

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