Está en la página 1de 18
262 EL DOLOR INVISIBLE DE LA INFANCIA En el funcionamiento del sistema abusivo, la posibilidad de dislogo esta excluida. Por tanto, nuestro desafio en cuanto seres humanos portadores de un rol social terapéutico es contribuir & crear las condiciones para que este didlogo sea posible. Pero para ello es necesario creer en el didlogo y hay que comprometerse pat ra que sea posible. 10. UN ENFOQUE TERAPEUTICO Y DE PREVENCION DEL MALTRATO BASADO EN UN MODELO DE REDES. Se puede decir que sélo a partir de 1979 la sociedad belga acepta que cl maltrato infantil es un problema de salud publica y por tanto un problema social. Desde ese ato hasta 1983, la ONE (Office de la Naissance et de Enfance), con el apoyo de la comuni= dad francesa de Belgica y el concurso de las universidades de Lieja, Libre de Bruselas, y Caidlica de Lovaina, desarrollé un programa de investigacién-accién destinado a realizar un estudio de la situa cin de la infancia maltratada en ese pais. Los resultados de esta int vestigacion permitieron a la opinion publica tomar conciencia de la magnitud del problema. La necesidad de la utilizacién de una lec ura ecosistémica para la comprensién de este fenémeno, permitlé la elaboracién de lo que es actual mente el Programa Nacional de Prevencién y de Tratamiento del Maltrato Infantil en la parte fran- cotona del pats. Belgica, a diferencia de otros paises europeos, eligié como mo- delo la creacion de equipos especializados llamados equipos «SOS Enfants-Famillex. Estos equipos multidisciplinares, compuestos por médicos, psicdlogos, trabajadores sociales, abogados y perso- nal de secretarfa, tienen por decreto una triple misi6n: 1. Laatencion integral al nino maltratado y a su familia. 2. Desarrollar investigaciones sobre el fendmeno del maltrato y los diferentes modelos para erradicarlo. 3, Desarrollar programas de formacién para los di veles profesionales implicados en la proteccién infantil. Si bien es cierto que la creacién de estos equipos por parte del legislativo permite una mejora para la infancia del pats, desde el co- mienzo existio el riesgo de que Ia comunidad considerara estos 264 EL DOLOR INVISIBLE DE LA INFANCIA equipos especializados como los Gnicos capaces de manejar un fe- némeno que por su etiologfa tiene una multiplicidad de causas y que, para su tratamiento v prevencién, necesita del esfuerzo de to- doel sistema social y de sus instituciones. En relacion con esto, se temi6 que Ios diferentes profesiona. les, y sobre todo la opinién publica, creyeran que la solucién para este tipo de violencia era exclusivamente médica y/o judicial, con- Nevando un riesgo importante de estigmatizacién, no solamente de los padres maltratadores, sino también del nino victima de este fenémeno, Afortunadamente, la mayorfa de los profesionales de estos ‘equipos optaron por el desarrollo de pricticas de redes que, movili- zando el conjunto de recursos existentes tanto a nivel institucional ‘como nivel profesional, y por supuesto, considerando los recursos naturales de las familias y de sus redes sociales, sirven como anti- dotos a estos riesgos (véase el cuadro 16). Cunpre 16, — Mejor dea | condiciones de vida = =. | Setanta = ostodia i. —Derivacna ser ‘Statemas 0 equ ‘ie meses ENFOOUE TERAPEUTICO ¥ DE PREVENCION DEL MALTRATO 265 El modelo de intervencidn presentado on este texto se basa en. «el trabajo coordinado de dos niveles de accion: Primer nivel: corresponde al desarrollado por los trabajadores médico-psicosociales de la atenei6n primaria que se ocupan de los nifias en un sector o en una comunidad (pediatras y enfermeras que desarrollan el programa de «seguimiento de salud infantil y atencién al nifio sano», médicos generales y médicos de Familia, pProfesionales de centros de salud mental, profesionales del sector escolar, trabajadores de centros de planificacién familiar, animado. res de actividades de tiempo libre, profesionales de los servicios so- ciales y profesionales de la justicia, etc.) ‘Segundo nivel: intervienen los miembros de los equipos pluri- disciplinares especializados, que en el caso belga corresponde a los ‘equipos «SOS Enfants-Famille», cuya misién es la prevencion y el tratamiento de las situaciones de maltrato infantil Durante mas de diez anos pude participar en el desarrollo de este programa de intervencién global basado en un enfoque sisté- ico e intracomunitario, en el ewal la practica de redes es el instru- mento més importante ‘La descripcién del modelo que se presenta en este texto corres. ponde a una experiencia vivida en la cotidianeidad de uno de los ‘equipos «SOS Enfants-Familles: el equipo de la Universidad Cat ca de Lovaina en Bruselas. El desafio planteado por este programa fue desarrollar mode: los de andlisis que fucran globales en la comprension del fenémeno del maltrato, pero que también permitieran una accién eficaz para cada tuna de las situaciones presentadas. Asi, para intervenir en la complejidad dindmica desde donde emerge el maltrato infantil co- mo sintoma, fue necesario «detener el tiempo» y limitar el espa ioe, para evitar el riesgo de perderse y caer en una sensacién de impotencia al enfrentarse a las miltiples situaciones, factores y protagonistas, que por sus interacciones participan en la produc- Cidn de las situaciones de maltrato infantil tanto intra como extra. familiar, El enfoque ecosistémico de un fendmeno complejo como es el caso de los malos tratos a los nifios y su intervencién a través de prdcticas de redes, nos planted el desafio de encontrar un procedi- iiento de intervencién que asegurara, no solamente una coheren- cia en una atencién no violenta de las familias que provocan mal- trato, sino que ademas protegicra a los profesionales del riesgo del 266 EL DOLOR INVISIBLE DE LA INFANCIA sindrome de agotamiento profesional (Burnout), que los autores espaiioles Ilaman el sindrome de la quemadura. (Masson, 1990; Arruabarrena, 1994), Esto explica que una parte importante de nuestros esfuer7os se haya destinado también a elaborar procedimientos que permitan a los diferentes profesionales, implicados en el tema de maltrato, ac- tuar en redes protectors. Tan importante es proteger a los ninios como a las personas que ayuidan a mejorar las condiciones de pro- teccidn de estos nines. Los sistemas institucionales deberian tener siempre presente que el recurso fundamental de la prevencién y el tratamiento del maltrato infantil es la persona del profesional; por lo tanto, todo lo que se pueda hacer para cuidarle es una forma di- recta de ayudar a la infancia. Un profesional que se quema signifi- ‘ca no solamente una pérdida importante en términos del costo eco- némico que implica st formacién y experiencia, sino sobre todo tuna pérdida de afios de experiencia y competencia, garantia de una intervencién adecuada en esta temética, La intervencién en casos de maltrato implica siempre situa clones conflictivas para los profesionales, en la medida en que és- tos deben introducirse de una manera més 0 menos agresiva en Ia vida de una familia, cuestionando sus representaciones, sus mapas del mundo, la manera en que resuelven sus conilictos, satisfacen sus necesidades, euidan y educan a sus nifos. La intervencién so- cial terapéutica puede y debe ser agresiva, pero nunca violent, Los profesionales comprometidos con la proteccién infantil deben tener una ética que les permita actuar con mucha lirmeza y efi- clencia para asegurar la vide v el bienestar de los nitios, evitando de todas las formas posibles que esta fuerza agresiva, necesaria pa- ra realizar la tarea, se transforme en una fuerza destructiva o vio- lenta. ‘Basdndonos en nuestra experiencia, alirmamos que para po- der trabajar en este campo los profesionales deben adquirir un con ol dela agresividad, que debe estar ritualizada, es decir, controla- da y al servicio de la defensa de las necesidades y derechos de los menores. Los procedimientos de intervencién que proponemes en casos de maltrato, son una forma de coardinar y movilizar los re cursos «agresivos- existentes en una red de profesionales, En nues tua practica, la organizacién de redes de protesionales a partir del equipo especializado ha sido y es uno de los medios y objetives principales de toda nuestra accida terapéutica y preventiva. ENFOQUE TERAPBUTICO Y DE PREVENCION DEL MALTRATO 267 1, La ORGANIZACION DE LOS SISTEMAS PROFESIONALES La prictica médico-psicosocial nos enfrenta no solamente a problemas complejos, sino también a la gestion de una cantidad enorme de personas ¢ instituciones deseosas de ofrecer soluciones ‘a veces discordantes con estos problemas, ‘Asi, por ejemplo, en las situaciones de maltrato infantil, ma chas veces la falta de organizacién y de concertacién de los diferen- tes niveles institucionales implicados en la propuesta de una solu- cién, complica o agrava la situacién de violencia del menor. Esto nos lleva a decir que muchas veces la solucién propuesta de este modo es peor que el problema. Por lo tanto, uno de los desafios de ‘cualquier programa de este tipo es faclitar un proceso de organiza clén de los diferentes niveles institueionales y de recursos profesio~ nales que asegure la creatividad y Ia competencia de cada una de cstas instancias. Esto ha de hacerse a través del respeto a las dife. rrentes misiones de cada nivel, creando asf una dinamica colectiva, que, sumando los recursos y las competencias, aporte lo mejor a cada nifio ya su familia. Se trata de que cada uno se site en un conjunto, de manera que a través de un compromiso solidario ¥ ‘concertado, se garantice el intercambio de informacion y la creati- ‘idad de todos los participantes en una red El elemento fundamental que debe animar estos procesos co lectivos es la creatividad individual asociada a una diniimica colec- tiva. Hay que cambiar la idea de que cada uno tiene una parte del trabajo, por la de que todos juntos participan colectivamente en la co-construceion de un modelo que permita una mejor utilizaci6n de recursos y competencias. Todo intento de organizar una red de profesionales tiene ya un impacto preventivo sobre la violencia, en Ta medida en que esta organizacisn permite la emergencia de ritua- les entre los diferentes profesionales contribuyendo a mejorar Ia zgestidn de su propia implicacién emocional y del estrés provocado por el contenido de las situaciones de maltrato (Barudy y colab, 1991). Ui modelo integral de intervencién y rerapia La prevencidn y la terapia de los malos tratos debe ser com: prendida como un conjunto de acciones que se estructuran como {in proceso donde se trata de influir en las dindmieas violentas en tes momentos diferentes de su evolucién. 268 EL DOLOR INVISIBLE DE LA INFANCIA (Cuapgo 17. El modelo integral [= CONDICIONES —> MANIFESTACIONES > EFECTOS 0 =] DETERMINANTES, PRECOCES, SECUELAS. ‘CAUSAS A A | A ’ v | Prevencion <¢ > Prevencion lPrevencisn primariaat—> secundaria terelarla Un programa puede comenzar ya sea por: acciones de preven- cion primaria, es decir, actuar sobre las causas que generan el maltra to; acciones de prevencion secundaria, a través de la deteccion y tra- tamiento preco?.de casos de maltrato; o por acciones de prevencién, terciaria,o sea, reducir la proporcién y la gravedad de las secuelas. Uno de los ebjetivos estratégicos de un modelo integral de inter: vencién es detener o influir de una forma positiva en lo que hemos Hamado «el eirculo vicioso» de la transmisién familiar y transgene- racional, sin olvidar los factores del medio ambiente que facilitan es- ta transmision. En una perspectiva sistémica, los euidados dados al nifio mal- tratado tendran tun impacto preventivo en la medida en que la ac- ‘cidn terapéutica evite que éste se transforme en un padre o una ma- dre maltratadores o negligentes. ‘Un modelo integral tiende también a que los padres, ayudados por los cambios intrafamiliares producidos por los programas tera éuticos, acepten participar en dinémicas asociativas de autoayuda para colaborar de esta manera en la sensibilizacién de otros padres 1 partir de sus propias experiencias sobre factores de riesgo y mé- todos alternativos a la violencia intrafamiliar. La idea fundamental de un programa integral es que el bienestar infantil o la «felicidad de un nifio» no es nunca un regalo, sino una tarea siempre incom- peta, nunca perfecta ni definiliva, que es mucho mas que un pro- eso puramente individual y familiar; debe ser el resultado de la accion de toda una comunidad, Por eso en nuestro enfoque la erra dicacién del maltrato infantil tiene que proyectarse dentro de una perspectiva comunitaria, y centrarse en la nocién de comunidad como la de un sector geograflco o Ja del barvio, cuya definicién equivale a lo que algunos autores llaman el «mesosisteman, o siste ma intermediario, es decir, el espacio de vida de las farnilias donde se articula la vida privada y la vida social. Asf, por ejemplo, el ba rrlo corresponde como medio a este «mesosistemar, en el cual se desarrolla la vida cotidiana de un grupo de personas en estrecha re- ENFOOUE TERAPEUTICO ¥ DE PREVENCION DEL MALTRATO 269 lacién con diferentes instituciones que, interactuando con estas fa milias ¢ influyéndose mutuamente, tienen como misién promover cl bienestar yla salud del conjunto, Las instituciones comunitarias que abarca nuestro modelo co- rresponden a los siguientes ambitos: 1. Atencién médico-psicosocial 2. Ambito escolar 3. Las instituciones responsables de garantizar la proteccién infantil, ya sean los servicios sociales de protecci6n y/o los sistemas, Jjudiciales. Se trata de movilizar los recursos de salud, educacién y justicia seftalando que cada una de ellos tiene tareas espectficas, pero orga nizadas alrededor de una finalidad comtin: asegurar el bienestar de los ninos y el respeto a la vida, desarrollando estrategias conjuntas para prevenir y atender el maltrato infantil. Esta idea de comunidad se amplia cuando se consideran las ‘minorfas culturales presentes en una sociedad. En este sentido se debe hablar también de comunidad, pero aqui reliriéndose a los vinculos culturales en conereto que cohesionan a los miembros de ‘un grupo que pertenecen a un sistema cultural singular. Estos conjuntos de personas organizados en una comunidad que se influyen mutuamente, ya sea por el hecho de cohabitar en lun espacio geogratico (un barrio) yio porque tienen vinculos cultu- rales (una comunidad cultural) o por ambos, tienen recursos y pro: ‘blemas comunes alrededor de los cuales es posible facilitar dindmi- eas donde las personas implicadas tomen conciencia de estas dificultades, de sus causas y de sus potencialidades para asumir las, posibilidades de cambio. La organizacién de un tefido social en tor- hho a una tarea colectiva constituye una red social, a diferencia de luna comunidad en torno a la red social, que existe solamente de una forma latente, Su paso a la realidad operacional depende de la ca pacidad de tin niicleo de personas o de instituciones que sean capa- es de movilizar y organizar Ia comunidad alrededor de acciones destinadas a prevenir o tratar un problema. Un modelo piramidal de organizacion de una comunidad En el programa de prevencién y tratamiento del maltrato he- ‘mos concebide Ia posibilidad de organizar miltiples redes que co- 270 EL DOLOR INVISIBLE DE LA INFANCIA rresponden a diferentes niveles de intervencién. Los niveles pro- ppuestos en nuestro modelo se organizan en una pirémide que re- presenta las diferencias jerarquicas en relacién con las finalidades, ‘mandatos y tareas de los profesionales que pertenecen a cada uno de estos niveles. Estos se integran en un modelo global, como modo. de asegurar interacciones complementarias que respeten las com- petencias de cada uno, La organizaci6n jerérquica se establece a partir del nivel 1, que corresponde al de mayor especializacién, hasta el nivel 5, que es el menos especializado en la gestion de casos de maltrato. La organi- zacién de cada nivel se realiza a partir de lo que llamaremos «los objetivos operacionales minimos», es decir, acciones simples, pero que tienen un impacto facilitador de cambios de las sittiaciones de maltrato (véase el cuadro 18), Organizacion de las diferentes tareas segtin cada nivel: Nivel 1: equipo especializado, que corresponde en Bélgica al Equipo «SOS Enfants-Famille», eneargado de la formacién y coor- dinaci6n de los niveles 2 y 3, con el fin de movilizar los recursos, profesionales de esos niveles para la gestién de situaciones de mal- lato y acciones preventivas. El equipo especializado tiene como imision especifica la validacién y el tratamiento de las consecuen- cias del maltrato en sus diferentes formas, ya sea en sus aspectos médicos, psicoldgicos, relacionales y sociales, que por si compleji- dad y gravedad no puedan ser tralados en otros niveles, Por st gra- do de especializacién, este nivel tiene ademas la responsabilidad de desarrollar investigaciones sobre las causas y consecuencias de los diferentes tipos de maltrato, y también sobre la eficacia de los mo- delos de tratamiento y prevencién. Nivel 2: corresponde a la red de profesionales de servicios pe- didtricos, de salud mental, medicina y psicologia escolar. Tienen la responsabilidad de movilizar y organizar los recursos de los niveles 3y 4. Los protesionales de este nivel participan activamente en la validacién de las diferentes situaciones de maltrato que se presen- tan en su medio, asf como en la organizacién de los programas te rapéuticos destinados al nifio y su familia, Ademds, los profesiona- les de este nivel intentarin desarrollar actividades preventivas, tutilizando los recursos existentes en su dea, Es importante que se uti licen estos ambitos para ofrecer proteccién al nife o desarrollar ac- ‘clones encaminadas a movilizar los recursos sociales y judiciales, ENFOOUE TERAPEUTICO ¥ DE PREVENCION DEL MALTRATO 271 ‘Cuanro 18. Practica de redes. Un modelo piramidal de organiza- cién comunitaria para la prevencién y tratamiento del maltrato infantil NIVELT Equipo especializade:facilitadory coordinador del proceso, NIVEL? Profesionales de servicios pedttticos: sald mental, medicina y pricologta escolar, NIVEL3 Profesionales de a salud y dela atencién primaria: agentes de la secializacion, profesores, educudores, prvularios, policia sacerdotes, te NIVEL Recursos dela comunidad: divigentes vecinales, de asociaciones de | ‘padres, de organismos sociales ete NIVELS La comunidad, | coon el propésito de asegurar la proteccién del menor una vez reali- zada la validacién del maltrato. ‘Nivel 3:a los miembros de este nivel, tales como profesionales de la salud, de la educacién, agentes de socializacién y control so- cial, es decir, poliefas, sacerdotes, etc, les corresponde fundamen- talmente la tarea de deteccién precoz de situaciones de maltrato, al mismo tiempo que orientar e invitar a los padres, implicados en si: tuaciones de violencia intrafamiliar, a consultar a profesionales del nivel 2,0 si la gravedad y la complejidad del problema asf lo requie- ren, a los equiipos especializados. Los profesionales de este nivel de~ sarrollan ademas acciones educativas destinadas a las familias y sobre todo a los futuros padres, ademas de localizar y formar a las personas y los recursos de una comunidad para organizar el nivel 4 de la estructura piramidal. 2 EL DOLOR INVISIBLE DE LA INFANCIA Nivel 4: compuesto por los que llamaremos «los lderes for: males de una comunidad» (las organizaciones de padres, ast co smo dirigentes 0 personas signilicativas de los organismos socia les). Tienen la tarea de sensibilizar al conjunto de la comunidad a través de campafias educativas y de la organizacién de grupos de reflexién, relacionados por la prevenci6n de la violencia intrafa- rilliar. ‘Todos los miembros de este nivel participan de la comprension ecosistémica del fenémeno del maltrato, motivando y orientando a Jas familias que presentan situaciones de riesgo para sus hijos, ha- cla un equipo terapéutico, es decir, hacia los profesionales organi- zados en los niveles 1 y 2. Al mismo tiempo, los miembros de este nivel apoyan y facilitan experiencias de autoayuda destinadas a los padres. Nivel 5: por iltimo, este nivel corresponde a la comunidad or- ganizada y sensibilizada a través de las diferentes acciones desa- rrolladas en el nivel 4, Le compete ser difusora de informacion so- bre los recursos existentes para atender a las familias. Adem4s, los miembros de In comunidad se comprometen y transmiten la infor- ‘macién a otras familias sobre las consecuencias nefastas de la utill- zacién de la violencia sobre el nino, tanto a nivel fisico y psicologico como sexual, difundiendo ademis la informacion psicopedagogica transmitida por el nivel 4, que previene la utilizacién de la violencia, sobre los nifos, al proporcionar contenidos para una mejor com- prensién de los elementos que componen la relacién adulto-nino, y para un control educativo de las situaciones y comportamientos de los niios que son vividos por los padres. 2. EL PROGRAMA DE PREVENCION PUESTO EN PRACTICA Este modelo fue aplicado por lo menos en tres sectores. Desde 1985, en un sector de Bruselas, correspondiente a la comuna de St Josse.' A partir de 1992, en una comunidad rural del sur de Belgica, fen Waremme, y a partir de 1994 en la diputacién foral de Guipuz- kkoa en el Pais Vasco-espafiol? 1. Busoueds-Accion,subsiiada por el Fondo Hautman de a ONE: nsancha: ‘lento yevluacion dens actividades medico-psiosociales, Barus colsb- 2 Maris Lerana Angulo, Ef lugar de lor seviiosrociles en a tierencin. Una experiencia nobre a ineiprenteformacign de uns red estatal ara la afanca maleate GaSe. 195, ENPOOUE TERAPEUTICO Y DE PREVENCION DEL MALTRATO 273) Para ilustrar la validez de este modelo, describiremos la apli- cacién del programa de COPRES en la comunidad de St. Josse. El sector escogido (comunidad de 200.000 habitantes, y en los barrios limitrotes: 6.000 habitantes) tiene una poblacion belga (40%) yun 60 % de emigrantes, sobre todo de origen tureo y norteafrica- no (datos obtenidos del registro de la poblacién de St Josse, 1989) Varios factores originaron la eleccién de esta comunidad: algunos miembros del equipo «SOS Enfants-Famille», tenian una practica, de concertacién y colaboracién con diferentes participantes socia. les de los servicios médico-sociales de la comunidad con respecto a las familias; un ancho abanico de servicios diversos y complemen- tarios existentes; por tiltimo, esta comunidad estaba ubicada en un espacio geogratico bastante bien delimitado, en el que convivian fa- zilias de inmigrantes y familias belgas de diversos grupos y perte hnencias sociales. El proyecto encantr6, por lo tanto, interventores sociales interesados ¥ motivados para el desarrollo de una prictica de red alrededor de una problematica especifica. El equipo «SOS Enfants-Famille» mantuvo un rol de ayudante y animador durante este proyecto. La puesta en marcha del mismo desencadené un pro: eso en el que podlemos distinguir tres etapas: Primera etapa: mapa de la red, Se trataba de hacer un inventa- io, seleccionando los diversos servicios e interventores presentes cen el terreno, susceptibles de ser movilizados para la accién pre- ‘Yentiva, pattienda de la experiencia de tener tin conocimiento de la prevalencia y de los tipos de maltrato. ‘Segunda etapa: convocatoria y movilizacién de la red. Esta et pase subdivide en 1. Btapa de informacién (1985), a través de contactos con las diferentes instituciones concertadas, seguidos de reuniones de con- ccertacién para desembocar en la aceptacién del proyecto piloto de prevencién y del modelo de organizacion, basado en la delegacion de roles y deberes 2. Etapa de formacién, a través de diez sesiones (1985-1986), cuya meta seria la transmisién de un modelo teérico acompafiado de la realizacién de ejercicios practicos de aplicacién del modelo sistémico a sittuaciones concretas vividas por los participantes, ast como el desarrollo de una cohesidn cognitiva y afectiva de todos los. interventores comprometidos en el proyecto (estructuracion deuna red de interventores). 274 FL DOLOR INVISIBLE DE LA INTANCIA Estas dos fases permitieron a los participantes encontrarse, disminuir sus prejuicios sobre el rol de cada uno, establecer lazos y administrar juntos de modo concreto casos de maltrato. El acercamiento sistematico, que parece ser ¢l camino mas adecuado en este tipo de problematica, estaba ya presente en el es- piritu y la practica de la mayoria de los participantes. Los talleres de formacién fueron ttiles para consolidar el modelo teérico, asi ‘como para perfeccionar las téenicas de andlisis e intervencién de las familias en riesgo. Los participantes pudieron expresar las difi- cultades encontradas en el terreno, debidas a la falta de coordina- ign entre las personas y servicios para ocuparse de la infancia. Ma- nifestaron su inguietud por tener que adoptar responsabilidades en. situaciones en las que la vida de los nifios estaba en peligro, sin te~ ner la ayuda institucional adecuada (COPRES-St. Tosse).” ‘Tercera etapa: la constitucién de la red, vel cambio por la ac- cién conereta». La coordinacién de prevencién al sulrimiento in- Fantil comenz6 a funcionar en St. Josse a partir del mes de octu- bre de 1986, desarrollando una accion basada en los siguientes puntos: — Colaboracién interinstitucional en los casos de maltrato de- tectados en el sector, a fin de proteger a los nifios y de ofrecer un apoyo a las familias en diticultades, utilizando en principio sts re- ‘cursos naturales. = Movilizacion de otros colectivos sociales a fin de elaborar y consolidar herramientas de prevencién, tales como espacios de juego para los nifios, horarios escolares para los deberes, trabajo ccon los adolescentes, grupos de padres, guarderfas nocturnas, ete sensibilizandolos frente al trabajo de apoyo de las familias en dif cultad, — Desarrollo de un programa de prevencién, comenzando por recoger informacion en las escuelas sobre casos de malos tratos. La reunién mensual de COPRES (en los locales del Centro de Planificacién Familiar) es un espacio de intercambio y de coordina- ‘cion de acciones programadas. Participan en esta reunién alrededor de veinte personas, que pertenecen a once instituciones activas en la 2. Actualmente son miembros del COPRES, SOS Enfunts-Famles de a Clinica LUnisersitara Saint Luc cl Moma cont el La Gebel sector desta meatal del {Comrade Planiicacion Fear ona. ls cferents ofcinas ONE de barrio el Cen trode Salad de St Home ENFOOUE TERAPEUTICO Y DE PREVENCION DEL MALTRATO. 275 comuna a nivel de la infancia. La dindmica de esta reunién es, por analogfa, comparable a un ritual regular destinado a mantener y re- crear tres pilares que mantienen la cohesién de la red. Los pilares de la cohesion Los casos de maltrato diagnosticados en el sector son adminis- trados por los servicios del mismo con el apoyo del equipo «SOS Enfants-Familles. La practica desarrollada nos ha permitide apli- car un programa de intervenci6n que abordaremos detalladamente cn las paginas siguientes. Desde 1987, tres unidades animadas por trabajadores de los centros de salud mental que colaboran con el proyecto, han empe- zado su trabajo en los locales de las consultas posnatales de la ONE, Estas unidades constituyen espacios complementarios de Juegos y esparcimiento para los nifios, asi como experieacias de in- tercambio y contacto para los padres, especialmente para las ma- dres jovenes y aisladas, facilitando el proceso colectivo de interayt- da entre padres y a la vez estimulando a los ninios. Estas unidades han permitido igualmente que los animadores actuaran sobre ciertos factores de riesgo (personales, familiares y sociales) como el aislamiento, la falta de Ifmites hacia la funcién parental, etc., que podrfan favorecer la emergencia del maltrato. Metaféricamente, podriamos decir que ese lugar de encuentro ha sido percibido como la plaza del pueblo o del barrio en que la co- ‘munidad se vivencia como tal Después de haber analizado los problemas del barrio, nos pa- reci6 el mas emergente el de los nifios que se encontraban en la ca lle sin delimitaciones, tanto por la estrechez de sus viviendas como por la falta de posibilidades de actividades extraescolares adecua- das. Nuestra primera actuacisn fue crear y mantener, en el barrio, tun lugar de acogida donde los nifios pudiesen venir sin impedi mentos, Paicdlogos comprometides en este proyecto habilitaron este lugar de acogida donde los ninos podfan encontrar ayuda indivi dual para sus tareas escolares, un lugar para jugar, donde los adul tos estaban siempre dispuestos a ofr sus peticiones, sus preguntas, etc. Actualmente, la «Casa de los ninos» acoge alrededor de cuaren- ta y cinco ninos repartides por grupos por edad. El equipo de ani- madores ofrece también posibilidades de encuentros a los padres de los ninos que participan en esta experiencia, 278 EL DOLOR INVISIBLE DE LA INFANCIA Sensibilizar a escolares adolescentes en modelos alternativos de educacién es otro aspecto en donde COPRES aplica sus esfuer zos, basindose, sobre todo, en la experiencia de diez aitos de prac tica de animaciones realizadas, en las escuclas del barrio, por el equipo del Centro de Planificacién Familiar, Grapo Josafat, sobre la sexualidad y la contracepeion, El programa desarrollado por los animadores de este equipo se cextiende para intreducir como materia de reflexi6n los ternas relati- yos a la relacién padee-nitio, en el marco de las actividades progra. ‘madas por los profesores, particularmente los de religion y moral Estas eqperiencias han permitido a los adolescentes de diferentes culturas intercambiar sus vivencias sobre el tema de la violencia fa- tmiliar y social, facilitando asf todo tipo de posibilidades que permi- tan considerar alternativas relacionales respecto a este fenémeno (la importancia de la palabra, las posibilidades de didlogo, el respe- to hacia la diferencia y la aceptacién de los derechos de cada uno, ctc.), Durante estos ditimos afles, un programa relative a la infor: Macién de los nitios sabre los riesgos de abuso sexual, las causas ¥ sus consecuencias, ha extendido las actividades de este equipo al utilizar el programa de prevencién de abusos sexuales de Quebec, Canada (Programa «Mi cuerpo es mi cuerpo»). ‘Las escuelas son un espacio privilegiado para la prevenci6n del maltrato. La sensibilizacién del profesorado hacia la fenomenolo- ‘gia del maltrato, asf como las posibilidades de ayuda, son algunos de los puntos fundamentales de In accion preventiva. Se han reali zado diferentes reuniones de trabajo con el profesorado y la direc- idn de las escuclas del sector A titulo de ejemplo, una jornada de estudio con la participacién de todo el cuerpo docente de las escue- Jas comanales primarias de St, Josse nos ha permitido, por un lado, hacer un diagndstico sobre la forma en que se presentan las situa- clones de maltrato y negligencia, y por otro sensibilizara los profe- Sores acerca del sufrimiento infantil ligado a estas situaciones, co- mo también lograr una actitud de colaboracién con los programas, 3. EL PROGRAMA DE INTERVENCION TERAPEUTICA Nuestro programa de intervencién esta basado en dos postula- dos que emergen fundamentalmente de una reflexién ética, El pri- mero es que nadie, cualquiera que sea su circunstaneia, por muy Gramética que haya sido su historia social y familiar, tiene el dere. cho de utilizar, maltratar, abusar; 0 tener descuidado a un nifto. En icant when pines ENFOOUE TERAPEUTICO Y DE PREVENCION DEL MALTRATO. 277 consecuencia, el primer deber de todo profesional y de todo ciuda- dano es actuar para restaurar el respeto a todo ser vivo, especial- mente el respeto a todos los seres humanos, particularmente a los nines. El segundo postulado es que «el bienestar del nino» no es ‘nunca un regalo o el efecto de la buena o mala suerte; al contrario, el bienestar infantil es una produccién humana, esfuerzo del con- Junto de una sociedad, La estrategia terapéutica sera diferente si el maltrato es pro- ducido por una familia suficientemente sana, que sobrecargada por una situacién de crisis se encuentra en Ia incapacidad de ma- nejar la agresividad dentro del sistema, provocande comporta. mientos de maltrato que afectan a los ninos, o sise trata de un sis- tema familiar que produce maltrato infantil de una forma crénica y a menudo transgeneracional, donde éste es precisamente la ex- ppresiGn de una ausencia de crisis evolutiva en el desarrollo histori- co de la familia. La terapia en casos de crisis familiar Cuando la familia produce comportamientos de maltrato co- ‘mo consecuencia de una situaci6n de crisis, o se torna inestable a causa de ella, y se comete una agresidn fisica 0 psicoldgica a uno de sus nitios, la red terapéutica tendra como finalidad ayudar ala fa: milia a controlar los componentes de la crisis, movilizando los re- cursos familiares y del entorno social para que la familia encuentre un nuevo equilibrio, Aqui se trata, por lo tanto, de ofrecer una tera- pia ala situacion de crisis. La recuperacton terapéutica de la fami lia comienza cuando ésta encuentra en su entorno la solidaridad y los recursos necesarios para equilibrarse nuevamente. En esta si ‘tuacion, los padres son conscientes de estar sobrecargados por una. serie de tensiones y de estrés, y son capaces de reconocer su violen cia. Cuando se trata de una agresién extralamiliar, por ejemplo, cuando el nino o los ninos han sufrido malos tratos por parte de un. ‘azresor sexual extrafamiliar los padres se mucstran sensibles al su frimiento y se identifican con el nino-vietima, Por Jo tanto, en este caso los adultos estin o se muestran deseosos de ser ayudados y muchas veces son ellos mismos los que piden ayuda a los diferentes servicios existentes. A pesar de sus comportamientos violentos, han mantenido su dignidad y pueden diferenciar entre sus comporta- ientos habituales y aquellos provocades por el desbordamiento ‘come consecuencia de las erisis. 278 EL DOLOR INVISIBLE DE LA INFANCIA Antes de provocar un acto de maltrato, estas familias funcio- naban como familias suficientemente sanas, poseedoras de una or- ganizacion armoniosa asociada con imagenes positivas que los di- ferentes miembros de las familias habian podido construira través de st historia, Esto permite a los padres tener acceso a una autocr tica en relacién con lo que han hecho, dando a los nitios la posibili- dad de expresar su sufrimiento y de manifestar un rechazo a la sie tuacién de maltrato de la que son victimas, Con un apoyo exterior, es posible provecar los cambios necesarios para que se establerca otro modo de comunicacion, haciendo desaparecer el riesgo de comportamientos de maltrato. ‘Cualquier familia suficientemente sana puede presentar com. portamientos mallratadores en situaciones de acumulacién de ten- sign y estrés que sobrepasan su capacidad para afrontar y regularla agresividad provocada por estos factores. Los comportamientos ‘maltratadores son generalmente fisicos, a veces existe tension emo- clonal, y manifestaciones de descuidos temporales, pero nunca de abuso sexual, El abuso sexual es siempre producto de una fenome- nologia crénicamente maltratadora, La intervenci6n sociojudicial y terapéutica de las dictaduras familiares El segundo grupo de famillas corresponde a le que hemos Ta mado las «familias cronicamente maltratadoras» o «transgenera~ cionalmente maltratadoras», en las cuales los procesos de maltrato, juegan tn rol homeostatico porque mantienen suna cultura fami liar» que se transmite de generacién en generacidn. La violencia in- trafamiliar es aquf la consecuencia de una ausencia de posibilida- des de cambio, un modelo de funcionamiento repetitivo de una estructura familiar a menudo rigida y petrificada. En estos casos, las posibilidades terapéuticas comienzan por la producci6n de una crisis generada por una intervencién que proviene del Ambito so- cial, Nuestra experiencia con este tipo de familias nos ha ensefiado 1 valorar la utilidad de la crisis social como instrumento terapeuti 00, Se trata aqui de desequilibrar el orden familiar violento desde lo social, pero al mismo tiempo ofrecer un encuadre terapéutico favo~ rable ala familia, para permitirle que evolucione hacia un nuevo estado de funcionamiento no violento (Barudy, 1991). ‘A diferencia del anterior, en este grupo familiar los padres no licnen ninguna conciencia del caracter abusivo de sus comporta~ is ENFOOUE TERAPEUTICO Y DE PREVENCION DEL MALTRATO 279 mientos, considerdndolos como normales; por lo tanto, no realizan ninguna demanda de ayuda y son refractarios a cualquier tipo de intervencidn. En este sentido, el primer desaffo que presentan estas Iamilias es el de recibir ayuda. Es paradéjico que debamos «coac cionar- a esos padres, para derivarlos a un programa terapéutico a través de los servicios de proteccién al menor o de los sistemas ju- diciales Por otra parte, nuestra experiencia nos habla conducido a constatar que Ia alianza terapéutica entre los miembros de la famii- lia, particularmente los padres, y nosotros, s6lo se podia establecer si éstos tenfan la certeza de nuestra confidencialidad, Esta situa ion nos encerraba en una nueva paradoja: si la confidencialidad cera la condicién sine qua non para el trabajo terapéutico, no podia- ‘mos garantizsirsela formalmente en la medida en que éramos expli-

También podría gustarte

  • Rodrigo 2
    Rodrigo 2
    Documento1 página
    Rodrigo 2
    Paulo Cifuentes Parra
    Aún no hay calificaciones
  • Juan 3
    Juan 3
    Documento1 página
    Juan 3
    Paulo Cifuentes Parra
    Aún no hay calificaciones
  • Nicole
    Nicole
    Documento1 página
    Nicole
    Paulo Cifuentes Parra
    Aún no hay calificaciones
  • Natalia
    Natalia
    Documento1 página
    Natalia
    Paulo Cifuentes Parra
    Aún no hay calificaciones
  • Pablo
    Pablo
    Documento1 página
    Pablo
    Paulo Cifuentes Parra
    Aún no hay calificaciones
  • Nuria
    Nuria
    Documento1 página
    Nuria
    Paulo Cifuentes Parra
    Aún no hay calificaciones
  • Raúl
    Raúl
    Documento1 página
    Raúl
    Paulo Cifuentes Parra
    Aún no hay calificaciones
  • Natasha
    Natasha
    Documento2 páginas
    Natasha
    Paulo Cifuentes Parra
    Aún no hay calificaciones
  • Paula
    Paula
    Documento1 página
    Paula
    Paulo Cifuentes Parra
    Aún no hay calificaciones
  • Valeria
    Valeria
    Documento1 página
    Valeria
    Paulo Cifuentes Parra
    Aún no hay calificaciones
  • Rodrigo
    Rodrigo
    Documento1 página
    Rodrigo
    Paulo Cifuentes Parra
    Aún no hay calificaciones
  • @MR Plantas
    @MR Plantas
    Documento1 página
    @MR Plantas
    Paulo Cifuentes Parra
    Aún no hay calificaciones
  • BIBLIOGRAFÍA
    BIBLIOGRAFÍA
    Documento1 página
    BIBLIOGRAFÍA
    Paulo Cifuentes Parra
    Aún no hay calificaciones
  • Lacan - La Agresividad en El Psicoanalisis
    Lacan - La Agresividad en El Psicoanalisis
    Documento9 páginas
    Lacan - La Agresividad en El Psicoanalisis
    Paulo Cifuentes Parra
    Aún no hay calificaciones
  • Horario Psicologia 2o Sem 2021 Publ1
    Horario Psicologia 2o Sem 2021 Publ1
    Documento2 páginas
    Horario Psicologia 2o Sem 2021 Publ1
    Paulo Cifuentes Parra
    Aún no hay calificaciones