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Como reclamar los beneficios del

testamento
ACERCA DEL AUTOR

John H. Ostee sirvió aproximadamente 20 años como un evangelista y Pastor en la


Convención de Bautistas del Sur. Estuvo entre los primeros en recibir el bautismo en el
Espíritu Santo en el presente despertar carismático.
Por muchos años viajó por todo Estados Unidos de América llevando el mensaje a personas
de todas las denominaciones y su ministerio se ha extendido también a muchas otras
naciones del mundo.

TU PODRÍAS SER RICO Y NO SABERLO


¡De hecho LO ERES! ¿Sabías tú que has recibido una herencia? ¡Tu nombre está
en un Testamento!
Mateo 26:26-28 dice: "Y mientras comían, tomó Jesús el pan, y bendijo, y lo
partió, y dio a sus discípulos, y dijo: Tomad, comed; esto es Mi cuerpo. Y
tomando la copa, y habiendo dado gracias, les dio, diciendo: Bebed de ella
todos; porque esta es mi sangre del nuevo pacto, que por muchos es
derramada para remisión de los pecados."
La palabra "pacto" que es utilizada en esta escritura, es la misma palabra que
usamos para "testamento". Es la "última voluntad" o "testamento". En un
testamento o pacto tú dispones de lo que posees. Tu das a ciertos individuos
todas las cosas que te pertenecen.
TU BIBLIA ES EL TESTAMENTO QUE DIOS LE HA DADO A LA RAZA HUMANA
Hebreos 9:6-15 dice: "Y así dispuestas estas cosas, en la primera parte del
Tabernáculo, entran los sacerdotes continuamente para cumplir los oficios del
culto, pero en la segunda parte, sólo el sumo sacerdote una vez al año, no sin
sangre, la cual ofrece por sí mismo y por los pecados de ignorancia del pueblo;
dando el Espíritu Santo a entender con esto que aún no se había manifestado el
camino al lugar Santísimo, entre tanto que la primera parte del tabernáculo
estuviese en pie; lo cual es símbolo para el tiempo presente según el cual se
presentan ofrendas y sacrificios que no pueden hacer perfecto, en cuanto a la
conciencia, al que practica este culto.
(v 12) ...Y no por sangre de machos cabríos ni de becerros, sino por Su propria
sangre, entró una sola vez para siempre en el Lugar Santísimo, habiendo
obtenido eterna redención.
(v 14) ... ¿Cuánto más la sangre de Cristo, la cual mediante el Espíritu eterno se
ofreció a Sí Mismo sin macha a Dios, limpiará vuestras conciencias de obras
muertas para que sirváis al Dios vivo?
Así que, por eso es MEDIADOR DE UN NUEVO PACTO, para que interviniendo
muerte para la remisión de las transgresiones que había bajo el primer pacto,
los llamados reciban la promesa de la herencia eterna."
Hay un antiguo pacto y hay un nuevo pacto. El nuevo pacto se encuentra en el
Nuevo Testamento. Cristo es el mediador del Nuevo Testamento para velar
que se lleve a cabo. En otras palabras, Cristo está viviendo para ver que Su
voluntad y todo por lo cual El murió, venga a nosotros. Él es nuestro Gran
Sumo Sacerdote, viviendo a la diestra del Padre para hacer que todo lo que se
nos promete de Mateo a Apocalipsis sea una realidad en nuestras vidas.
Hebreos 9:16-17 nos dice: "Porque donde hay testamento, es necesario que
ocurra la muerte del testador. Porque el testamento con la muerte se confirma;
pues no es válido entre tanto que el testador vive." Como puedes ver, debe
haber muerte porque de otra manera el testamento no es válido.
Moisés, bajo el Antiguo Testamento ofrecía la sangre de animales. Tenía que
haber sangre para probar que alguien o algo había muerto. En el Antiguo
Testamento era la de los animales. La sangre era tomada como evidencia de
que ellos habían muerto como sustitutos por los pecados del pueblo. (Hebreos
9:20,22)
Hebreos 10:16-23 dice: "Este es el pacto que haré con ellos después de aquellos
días, dice El Señor: Pondré mis leyes en sus corazones y en sus mentes las
escribiré, añade: y nunca más me acordaré de sus pecados y transgresiones.
Pues donde hay remisión de éstos, no hay más ofrenda por el pecado.
(v 19) Así que hermanos, teniendo libertad para entrar en el Lugar Santísimo
por la sangre de Jesucristo, por el camino nuevo y vivo que Él nos abrió a través
del velo, esto es, de su sangre, y teniendo un Gran Sumo Sacerdote sobre la
casa de Dios.
(v 22) Acerquemos con corazón sincero, en plena certidumbre de fe, purificados
los corazones de mala conciencia, y lavados los cuerpos con agua pura.
Mantengamos firme, sin fluctuar, la profesión de nuestra esperanza, porque
FIEL ES EL QUE PROMETIÓ."
Toda esta escritura se refiere a un testamento. Dios nos dejó algo a ti y a mí en
un Testamento. Quizá te preguntes, "¿Dónde está ese Testamento?" Está en tu
Biblia, desde Mateo hasta Apocalipsis. ¡Ese es el Testamento!
El Testamento que Dios escribió para nosotros lo encontramos desde Mateo
hasta Apocalipsis. Allí se definen todos los beneficios que pertenecen a cada
individuo mencionado en el Testamento. Esta es una de las razones por las
cuales necesitas leer tu Biblia. ¡Hubo una muerte, por lo tanto, debe haber un
Testamento! Dios ha escrito lo que Jesús, por medio de Su muerte, compró
para ti y para mí. Se encuentra escrito para nosotros en la Biblia.
Se cuenta la historia de un cristiano que iba a un servicio secreto de la Iglesia
en uno de los países tras la cortina de hierro. Las reuniones cristianas están
prohibidas y se llevan a cabo en secreto. Este cristiano fue detenido por la
policía y le preguntaron que a dónde se dirigía a esas horas de la noche. Por
supuesto, el cristiano nunca pensaría en mentir, así que silenciosamente
esperó la sabiduría del Espíritu Santo para que le diera una respuesta.
Cuando la respuesta vino, él miró al policía a los ojos y le dijo muy
calmadamente: "Mi Hermano Mayor ha muerto, y nosotros en la familia nos
estamos reuniendo esta noche para leer y discutir Su testamento para que
podamos saber lo que él nos ha dejado."
Esta repuesta satisfizo al policía, y le permitió seguir su camino.
Lo que el cristiano quiso decir fue que Jesús, nuestro Hermano Mayor, murió
como el Cordero de Dios para redimirnos y que él iba a ir a una reunión de
cristianos (la familia de Dios) para abrir la Palabra de Dios, que es el
Testamento de Dios. ¡Allí ellos iban a estudiar y a regocijarse en lo que el Señor
Jesucristo les había prometido en Su maravilloso Testamento, que es la Palabra
de Dios!
LA SANGRE DE JESÚS ES LA PRUEBA DE SU MUERTE
Si alguien muere, el testamento debe ser verificado. Para verificar un
testamento, debe haber pruebas de la muerte. ES AQUÍ DONDE
ENCONTRAMOS QUE LA SANGRE DE JESÚS ES TAN IMPORTANTE. El no dejó
una sola gota de Su sangre aquí en la tierra. Cuando El derramó su sangre en el
Calvario y luego apareció a María Magdalena, le dijo: "No me toques, porque
aún no he subido a mi Padre." (Juan 20:17)
Luego, cuando apareció a sus discípulos, Él dijo: "Pon aquí tu dedo, y mira mis
manos; y acerca tu mano, y métela en mi costado." (Juan 20:27)
Él les dijo que le tocaran. Les dijo que un espíritu no tiene carne ni huesos.
En un momento, Él dice: "No me toques". Y en otro momento Él dice:
"Tócame". Entre estos dos incidentes, El ascendió al Padre. Llevó cada gota de
Su preciosa sangre hasta el Lugar Santísimo. El Libro de Hebreos nos dice que
esa sangre está rociada delante del propiciatorio de Dios como EVIDENCIA QUE
JESÚS CIERTAMENTE MURIÓ.
Hebreos 9:24 dice: "Porque no entró Cristo en el Santuario hecho de manos,
figura del verdadero, sino en el cielo mismo para presentarse ahora por
nosotros ante Dios."
Apocalipsis 12:11 nos dice: "Y ellos le han vencido (al diablo) por medio de la
Sangre del Cordero y de la palabra del testimonio de ellos, y menospreciaron
sus vidas hasta la muerte."
Levítico 17:11 también dice: "Porque la vida de la carne en la sangre está."
Cuando Jesús tomó Su Sangre y la llevó delante del Padre, eso estableció para
siempre que Él había muerto. Los ángeles lo saben. Los demonios lo saben. El
diablo lo sabe. El Padre lo sabe. El vino a la tierra y ciertamente sufrió la
muerte en Su cuerpo físico. El llevó Su Sangre al cielo y la roció en el
propiciatorio de Dios, el Padre.
Hebreos 12:22-24 declara: "Sino que os habéis acercado al monte de Sion, a la
ciudad del Dios vivo, Jerusalén la celestial, a la compañía de muchos millares de
ángeles, a la congregación de los primogénitos que están inscritos en los cielos,
a Dios el Juez de todos, a los espíritus de los justos hechos perfectos, a Jesús el
Mediador del nuevo pacto, y a la SANGRE rociada..."
Cuando tú llegues al cielo, esa sangre todavía estará allí. Esa sangre es la
evidencia de que EL TESTAMENTO ESTA EN VIGOR. Tú necesitas estar seguro
de conocer que el Testamento está actuando para ti AHORA. Esto te ayudará
cuando libres las batallas de la vida. Un testamento no tiene ningún efecto
hasta que alguien muere. Tu testamento no vale nada para tus herederos
hasta qué tú mueres. No le darán nada a nadie hasta que tú mueras.
Esa sangre que Jesús derramó está en el cielo como evidencia de que
efectivamente murió. Lo que Él nos dejó en la Biblia es absoluta y
justificadamente nuestra a los ojos de Dios, a los ojos del diablo y los ojos de
los hombres.
¿Sabías tú que en esta tierra y en otras, hay millones y millones de dólares de
beneficios de herencias que no han sido reclamados, porque los herederos no
saben nada acerca de ellos? En algunas cortes no saben qué hacer al respecto,
finalmente se lo dan al Estado.
Algunas personas nunca Se han enterado que su nombre se menciona en un
testamento. Algunas personas saben que han sido mencionadas, pero nunca se
han tomado el tiempo de investigar cuál es su herencia.
¡ALGUNAS PERSONAS HEREDAN RIQUEZAS POR MEDIO DE UN TESTAMENTO Y
NI SIQUIERA LO SABEN! Hay abundancia en depósito a su favor, y el
testamento dice que les pertenece; sin embargo, no lo poseen. Muchos de
ellos no saben nada acerca de esto. Nunca se les ha dicho que les ha sido dada
una herencia. Hace algunos años yo estaba dirigiendo una reunión en Tulsa,
Oklahoma, predicando las Buenas Nuevas y orando por los enfermos cada
noche. Una tarde estaba comiendo en un restaurante y me llamó la atención
una mujer inválida a la que trajeron y sentaron en una mesa cercana a la mía.
Ella puso sus muletas en el suelo y con gran dificultad se sentó a comer.
La compasión surgió dentro de mí hacia esta mujer necesitada, así que me
acerqué a ella, le dije quién era, y por qué estaba en esta ciudad. Luego le
expliqué en detalle las promesas de Dios acerca de la sanidad. Compartí acerca
de la sanidad de nuestra hija que nació anormal, pero que fue sanada por el
Señor Jesucristo. Compartí con ella varios casos de sanidad donde vimos la
gran misericordia de Dios. Cuando terminé, dijo: "Pero hermano Osteen, si
Jesús quiere que yo sufra como lo hago, estoy perfectamente dispuesta a sufrir
por El. Yo no me estoy quejando. Estoy feliz de sufrir por El."
A pesar de todo lo que le dije tratando de explicarle cuál era el Testamento de
Dios y Su voluntad, ella estaba totalmente convencida que ella estaba
"sufriendo para Jesús." Yo supe que ella iba a llegar a la tumba en esta
condición de invalidez porque no escuchó lo que Jesús le había dejado en Su
Testamento. Esa misma noche, predicando en el auditorio, expliqué lo que
Dios nos había dejado en el Testamento con respecto a la sanidad y los
milagros. Un pastor repentinamente corrió hacia la plataforma trayendo a un
niño y dijo: "Este niño va a nuestra iglesia. Ha sido patituerto (ha tenido el pie
torcido) toda su vida, pero cuando usted estaba enseñado, repentinamente su
pie se enderezó y está perfectamente normal."
¡Qué diferencia entre estas dos personas! Una no aceptó lo que decía el
Testamento y permaneció inválida. En cambio, el niño con esa fe sencilla,
simplemente creyó mientras yo leía el Testamento donde decía que la sanidad
le pertenecía ¡e instantáneamente fue sanado!
Necesitamos saber qué hay en nuestro Testamento. Qué es lo que Dios nos ha
legado. Tenemos que averiguar lo que está en el Testamento. Necesitamos
leer nuestro Testamento diariamente. ¡Necesitamos descubrir lo que Dios nos
ha legado! Muchas personas son muy pobres cuando Dios quiere que sean
espiritualmente ricas, físicamente ricas, y financieramente ricas por lo que Él
les ha legado en Su Testamento.
¡LOS BENEFICIOS DEBEN CONOCERSE ANTES DE PODER SER RECLAMADOS!
Tú no puedes reclamar nada de lo que está en la Biblia hasta que sabes que
está allí. Esta es la razón por la cual necesitas leer tu Testamento cada día. O
sea, leer tu Biblia diariamente.
¡Es maravilloso descubrir lo que Jesús nos legó! ¡Es maravilloso saber lo que El
hizo por nosotros!
ALGUIEN ME LEYÓ EL TESTAMENTO
Puedo recordar muy bien cuando no era cristiano. Estaba perdido. Vivía sólo
para complacerme a mí mismo y a Satanás. Vivía en el reino de las cosas del
mundo. Estaba desagradando a Dios. Estaba muerto espiritualmente. No tenía
interés en las cosas de Dios. No conocía nada acerca del Testamento que Dios
me había dejado. Ignoraba lo que era mío a través de la muerte, sepultura y
resurrección de Jesús.
Un día, cuando aún no sabía absolutamente nada acerca de este Testamento,
un hombre me leyó una parte de él. Me mostró la que decía el Testamento:
"porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo Unigénito,
para que todo aquel (eso me incluía a mi) que en El cree, no se pierda, más
tenga vida eterna." (Juan 3:16) ¡Descubrí que yo estaba incluido en un
Testamento! ¡El Testamento de Dios! . ¡El Testamento del Señor Jesucristo! Él
me había dejado algo: Vida Eterna
Descubrí que el Testamento decía: "Mas a todos los que le recibieron, a los que
creen en Su Nombre, les dio potestad de ser hechos HIJOS DE DIOS." (Juan 1:12)
Dios prometió: "El que cree en el Hijo tiene vida eterna, pero el que rehúsa
creer en el Hijo no verá la vida, sino que la ira de Dios está sobre él." (Juan 3:36)
Jesús dijo: "De cierto, de cierto os dijo: el que oye mi Palabra, y cree al que me
envió, tiene vida eterna; y no vendrá a condenación, más ha pasado de muerte
a vida.” (Juan 5:24)
Luego leí qué hacer para reclamar esos beneficios. Romanos 10:9,10 dice:
"que, si confesares con tu boca que Jesús es el Señor, y creyeres en tu corazón
que Dios le levantó de los muertos, serás salvo. Porque con el corazón se cree
para justicia, pero con la boca se confiesa para salvación."
Encontré que, si abría mi corazón, Jesús entraría y me salvaría. Si Le confesaba
como mi Señor, pasaría de muerte espiritual a vida Eterna, y que podía ser
librado de la carga de mis pecados.
Descubrí que podía ser un heredero de Dios y coheredero con Jesucristo. ¡Eso
me pareció maravilloso! ¡Ya que Jesús había muerto y me lo había dado a mí,
decidí reclamarlo! Abrí mi corazón y dejé que Jesús entrara. Clamé a Él y le
confesé como mi Señor. Me convertí en un cristiano desde ese mismo día,
porque descubrí que yo había sido mencionado en el Testamento.
¿Sabías que tú estás mencionado en el Testamento? ¡Él nos ha dejado tantas
cosas! ¡¡HAY TANTO!! EL NOS DEJO SU NOMBRE. ¡Él nos dejó poder sobre los
demonios! ¡Él nos dejó el Espíritu Santo!
Él nos dejó innumerables bendiciones a través de su muerte, sepultura y
resurrección. Cuando El murió, Él nos dejó todo lo que el Padre le había dado a
Él. Todo lo que nos ha sido dado está escrito. Cada día deberíamos sacar ese
Testamento y buscar qué más nos ha dejado. Si tienes alguna necesidad, toma
la sangre de Jesucristo y di: "Padre, encontré esto en el Testamento. Quiero
que abras los tesoros del cielo para sacar lo que me diste. Hoy descubrí que ES
MIO. La sangre de Jesús está rociada en el cielo como prueba de que El murió
por mí. Esa sangre habla mejor que la de Abel. (Hebreos 12:24) La sangre de
Jesús dice que yo tengo derecho a mi herencia. Yo vengo confiadamente a tu
trono de gracia a reclamar lo que me pertenece por derecho."
YO TUVE QUE REVISAR MI TESTAMENTO
Recuerdo una vez en que el diablo atacó mi cuerpo físico. Quería matarme. El
quisiera matarnos a todos. Puso problemas en mis arterias y en el área del
corazón. ¡Todos los exámenes del hospital se veían muy mal! Los doctores ya
habían programado la fecha para efectuar cirugía de corazón abierto. Había
planeado tomar en cuenta la sugerencia médica y llevar a cabo la operación.
Después de todo, ¡le doy gracias a Dios por los médicos y la medicina! Creo que
toda cosa buena en este mundo viene de Dios.
PERO DURANTE ESOS DÍAS EN AQUEL HOSPITAL, EMPECE A REVISAR MI
TESTAMENTO. Pensé: "Cuando menos podría revisar mi Testamento antes de
ser operado y averiguar si Dios tenía algo que decir acerca de esta situación."
Deberíamos confrontar primero cada situación con la Palabra de Dios.
Empecé a revisar mi Testamento y encontré en Mateo 8:17: "El mismo tomó
nuestras enfermedades, y llevó nuestras dolencias." En el Testamento descubrí
que dice en 1º Pedro 2:24: "Quien llevó El mismo nuestros pecados en Su
cuerpo sobre el madero, para que nosotros, estando muertos a los pecados,
vivamos a la justicia; y por cuya herida fuisteis sanados."
Isaías 53:5 dice: "... y por su llaga fuimos nosotros curados."
Dios me dijo en Éxodo 15:26: "Porque yo soy Jehová tu sanador."
En 3º Juan 2, Él dice: "Yo deseo que tu seas prosperado en todas las cosas, Y
QUE TENGAS SALUD, así como prospera tu alma."
Estas promesas eran para mí, así que busqué con más ahínco en mi
Testamento.
Romanos 8:2 "Porque la ley del Espíritu de vida en Cristo Jesús me ha librado de
la ley del pecado y de la muerte."
Busqué en mi Testamento y leí: "Sobre los enfermos pondrán sus manos, y
sanarán." (Marcos 16:18)
Leí en el Testamento: "¿Está alguno enfermo entre vosotros? Llame a los
ancianos de la Iglesia y oren por él, ungiéndole con aceite en el Nombre del
Señor. Y la oración de fe salvará al enfermo, y el Señor lo levantará..." (Santiago
5:14,15) No necesitas estar enfermo. No tienes que arrastrarte por la vida
vencido y deprimido.
¡REVISA TU TESTAMENTO! Averigua qué te dejó Dios por medio de la muerte y
resurrección del Señor Jesucristo.
Diariamente deberías leer el Nuevo Testamento. Léelo una u otra y otra vez. Yo
lo he estado leyendo por treinta años y todavía estoy encontrando cosas.
Cosas que no había visto antes. ¡Es maravilloso leer el Testamento!
UN TESTAMENTO PUEDE SER IMPUGNADO
¿Sabías tú que un testamento puede ser impugnado?
Cada vez que tratas de obtener alguna cosa de Dios, hay un diablo que va a
impugnar ese testamento. El vendrá y dirá: "No, eso no es correcto. Esa
promesa no es para ti. Eso fue sólo para los apóstoles. Eso fue para alguien
más. Ten cuidado, no te conviene tomar la Palabra de Dios literalmente,
podrías morir."
¡Esa es la voz del enemigo y es una mentira! Leí la historia de una joven mujer
que me relató cómo el saber que ella fue nombrada en el Testamento, cambió
su vida con un milagro de sanidad, estas son las palabras de Sandra Horton
narrando su propio testimonio. "Cuando nací, pronto se descubrió que tendría
que enfrentarme a la muerte a muy temprana edad. El diagnóstico me fue
dado cuando tenía un año y medio de vida. El médico dijo que había nacido
con una enfermedad incurable y hereditaria llamada Fibrosis Quística. Mi lapso
de vida, a lo sumo, seria de 18 años. Mientras pasaba el tiempo se hicieron
nuevos descubrimientos para ayudar a prolongar mi vida y lograr alcanzar esos
18 años; pero aún hasta este día no se ha encontrado cura médica. A esta
enfermedad la llaman el "asesino" de los niños.
Empecé la escuela a los seis años y llevaba conmigo grageas de enzimas que
eran necesarias para poder digerir la comida, porque mi páncreas no
funcionaba. El recordar lo de las pastillas, era una gran responsabilidad para
una niña de mi edad.
Para cuando tenía 10 años, los respiradores artificiales llegaron a ser parte de
mi vida. El respirar era una lucha continua. Varias veces estuve a punto de
ahogarme y morir debido a la excesiva cantidad de moco producido en mis
pulmones.
Los antibióticos, cada vez más potentes, se volvieron parte de mi existencia. Mi
vida dependía más y más de los médicos, máquinas, hospitales y medicinas. Mi
adolescencia comenzó con un torrente de nuevas adiciones a mi "botiquín de
supervivencia". Los tratamientos de terapia física, tres veces al día, junto con
respiradores artificiales más potentes y tiendas de oxígeno con medicamento
introducido continuamente se volvieron parte de mi rutina diaria. Nada podía
detener el deterioro de mi cuerpo. Aún un catarro común significaba la
hospitalización para mí.
Cuando cumplí los 16 años de edad pesaba 69 libras, tenía un pulmón en
colapso, sólo me quedaba el 5 por ciento de tejido fibroso en buenas
condiciones para respirar, y sufría de temperaturas muy altas que a veces
tomaban meses para ceder. Los médicos dijeron que habían hecho todo lo que
podían hacer por mí. Podía vivir un año más si no padecía más resfriados,
porque eso era lo que hacía que se desencadenara la fiebre que me
atemorizaba. Me encontraba como un año de sufrir una muerte prematura,
sobre la cual me habían enseñado y me habían preparado para afrontar desde
pequeña. Yo había aceptado a Jesús como mi Señor y Salvador cuando tenía 14
años. Era miembro de la Iglesia de Cristo en ese tiempo.
Yo sabía sin lugar a duda que iría al cielo cuando muriera, pero me resistía a
aceptar en este momento, que la muerte fuera parte del plan de Dios para mi
vida. Las circunstancias parecían imposibles, pero "todas las cosas son posibles
para Dios." (Marcos 10:27) Me enteré de un grupo de oración que se reunía en
mi ciudad natal y empecé a asistir. Allí recibí el bautismo del Espíritu Santo.
Esto abrió un canal para que Dios empezara a enseñarme Sus caminos y Su
voluntad, expresados en Su Testamento. Leí en Mateo 8:17, "El mismo tomó
nuestras enfermedades, y llevó nuestras dolencias". El Señor me mostró que
Jesús llevó nuestras enfermedades en la cruz, así como El llevó nuestros
pecados. ¡Supe entonces que ya no moriría sino viviría y declararía las obras de
Dios!
Después de dos meses de estar aprendiendo lo que la Palabra de Dios tenía
que decir acerca de la Sanidad, el Señor me habló y me dijo: "Voy a sanarte."
¡Gloria a Dios!
Durante el año anterior, cada noche yo había orado para que el Señor ayudara
a alguien a encontrar la curación para la fibrosis quística. Nunca pensé ser
sanada milagrosamente; esto estaba más allá de mis más preciados sueños.
Dios quería sanarme y recibir El mismo toda la gloria.
Una semana o dos más tarde, el Señor volvió a hablarme y me dijo: "Voy a
sanarte mañana en la noche." ¡La expectación era tan grande que casi no podía
esperar! Yo no sabía que el Señor hacía estas cosas. Sin embargo, no cuestioné
cómo, ni dudé de que sanaría. Era lo bastante cándida e inocente como para
creer que Dios quería decir lo que decía. A la siguiente noche en la reunión de
oración, El Señor dijo Su última Palabra: "Hoy es el día. Estoy listo para sanarte.
Tú has esperado suficiente." Así que pedí oración por sanidad y el Señor
milagrosamente me sanó. El calor de la mano sanadora del Señor empezó en el
páncreas. Desató todo el moco que había impedido su funcionamiento durante
toda mi vida. Su calor divino se movió a través de mis pulmones y los limpió
mientras iba pasando. Por primera vez en mi vida supe lo que era respirar
profundamente y tomar una bocanada de aire fresco. De esa noche en
adelante, descontinué todo medicamento. Desde esa fecha, el 13 de
septiembre de 1971, a la edad de 17 años, empecé una nueva vida totalmente
para el Señor. ¡Yo era un ser humano normal!
El diablo siempre impugna lo que Jesús nos ha dado, pero averigüé acerca de
mis beneficios en el Testamento de Dios. El diablo estaba tratando de
"impugnar el Testamento".
El Señor empezó a enseñarme mucho respecto a la sanidad y la confesión. Por
algunos días todo fue glorioso. Luego vino la realidad de lo que Jesús dijo en
Juan 10:10: "El ladrón no viene sino para hurtar, matar y destruir; yo he venido
para que tengan vida y la tengan en abundancia."
CADA SÍNTOMA DE FIBROSIS QUISTICA VINO SOBRE MI INCLUYENDO LOS
SÍNTOMAS DE UN PULMÓN COLAPSADO. El diablo trató de robarme lo que
Dios me había dado. Yo tuve que escoger entre continuar firmemente anclada
en Dios creyendo que me había sanado totalmente y confesar la Palabra de
Dios, o decir: "Ah, realmente no fui sanada."
Proverbios 18:21 dice "La muerte y la vida están en poder de la lengua..." En mi
caso esto era cierto literalmente, así que empecé a declarar continuamente la
Palabra de Dios diciendo: "Por la llaga de Jesús yo soy sana." Después de una
semana, la batalla terminó. JESÚS FUE EL VENCEDOR. AHORA YO TENIA ESA
VIDA ABUNDANTE QUE JESÚS ME HABÍA PROMETIDO.
Dos meses más tarde, regresé con mi médico para verificar la sanidad. Le dije
lo que había sucedido y él preguntó: "¿Fuiste donde esos sanadores que sanan
por fe?" Le respondí: "Sabes, hay solo un sanador, y es Jesucristo." Efectuó
todo de exámenes y tomó radiografías de mis pulmones. Cuando los escuchó,
me dijo que estaban completamente limpios. Comparó los Rayos X con todos
los anteriores, y halló que mis pulmones estaban sanos. Lo único que se veía
en mis Rayos X era la sombra de la cruz que llevaba al cuello, la cual se
proyectaba directamente sobre el pulmón que había estado dañado. El médico
hizo una anotación al final del expediente: "COMPLETAMENTE LIBRE DE
FIBROSIS QUISTICA."*
Déjenme decirle que, si hay un diablo, hay un Jesús. Si hay un diablo,
ciertamente hay un Dios. Cuando el diablo viene a hostigarte, recuerda que, si
hay un diablo, también hay un Dios. Muchas personas saben que el diablo anda
por allí. Pero amigo, Dios TAMBIÉN ESTA ALLÍ. ¡Jesús es real!
Hay un Dios que habló y dio a este mundo a existencia. Él tiene un Hijo que se
llama Jesús quien murió por ti y luego se levantó de entre los muertos. Tú
tienes algunos derechos en él. El diablo va a impugnar el Testamento cada vez
que decidas actuar basado en una promesa de él. ¿Sabes lo que yo hago
cuando él trata de poner síntomas en mi cuerpo o viene contra mí de cualquier
otra manera? No me quedo viendo lo que el diablo está haciendo. Digo:
"Detente un minuto diablo. Déjame que revise mi Testamento. Déjame ver si
ha cambiado en lo más mínimo. Voy a leértelo a ti diablo—por si acaso tú no lo
hayas leído. Mira, Gálatas 3:13 todavía dice: "Cristo me redimió de la maldición
de la ley". Ahora diablo, ya que estás impugnando este Testamento, leamos
Deuteronomio 28. Dice que toda enfermedad es una maldición de la ley; por lo
tanto, mi Testamento dice que yo estoy redimido de la maldición de la ley y
por eso la enfermedad no puede ser parte de mí. ¡El huirá ante la Palabra de
Dios!
La Biblia dice en Apocalipsis 12:11 que "Ellos le han vencido por medio de la
sangre del Cordero, y de la palabra del testimonio de ellos, y menospreciaron
sus vidas hasta la muerte."
Debes confiarle tu vida a Dios. Tu eres un vencedor por la sangre y por la
Palabra de tu testimonio. Tienes el Testamento, tienes la Sangre. Tienes el
Testamento y la prueba de que alguien murió para validar el Testamento. Lo
único que tienes que hacer es hacer tuyo el sacrificio de Cristo y reclamar Su
sangre en el trono de Dios. ¡Cita parte del Testamento y declara que es tuyo!
Luego atrévete a actuar como si fuera así. ¡Sí, dije que oses actuar como si los
beneficios son tuyos! Actúa como que si son tuyos aun cuando no te sientas
así. ¡La fe requiere acción! Luego mantente firme en la confesión que has sido
libertado cuando el diablo trate de robar tus beneficios.
TU TIENES UN ABOGADO
Cuando el Testamento es impugnado, tú tienes un abogado. La Biblia dice en
1º Juan 2:1,2: "Hijitos míos, estas cosas os escribo, para que no pequéis; y si
alguno hubiere pecado, abogado tenemos para con el Padre, a Jesucristo el
justo. Y Él es la propiciación por nuestros pecados; y no solamente por los
nuestros sino también por los de todo el mundo."
En cualquier corte de justicia hay un abogado y un juez. Nosotros tenemos a
Jesús como nuestro Abogado, y nuestro Padre Celestial es el Juez. ¡Tú no
puedes menos que salir victorioso con un equipo como ese!
Cuando el diablo empieza a disputar el Testamento, a acusarte y a tratar de
robarte, tu Abogado se pone de pie para defenderte. El Juez se sienta en el
estrado y tu Abogado dice: "Sólo quiero que veas, Padre, Mis manos; Mira Mis
pies y Mi costado. Mira, Yo soy El que murió. Mi sangre está rociada aquí
delante de Ti como prueba de que yo compré los beneficios para ellos. ¡EL
TESTAMENTO ESTA EN VIGOR!
El libro de Apocalipsis dice que Él fue como un Cordero inmolado. Con Su
preciosa mano El Señala Su Sangre y dice: "Padre, mira esa sangre que
derramé cuando estaba en mi cuerpo humano para comprar los beneficios
para Mis hijos. Yo declaro que las obras del diablo quedaron anuladas, y que
ellos poseen los beneficios que yo les compré."
Nosotros tenemos un Abogado. Su nombre es JESÚS. ¡Cuando el Testamento
es imputado Él está de pie y defiende nuestro caso hasta la victoria!
LEAN EL TESTAMENTO
Debemos aprender a revisar nuestro Testamento. Debemos saber lo que nos
pertenece, la mayor parte de las personas pierden la batalla cuando el
Testamento está siendo impugnado porque ellos no están convencidos de lo
que verdaderamente les pertenece. Su cuerpo físico puede parecer enfermo
cuando la Biblia dice: "Por Su llaga fuimos nosotros curados". (Isaías 53:5)
Abraham no consideró su propio cuerpo. "Tampoco dudó, por incredulidad de
la promesa de Dios, sino que se fortaleció en fe, dando gloria a Dios,
plenamente convencido de que era también poderoso para hacer todo lo que
había prometido". (Romanos 4:20,21). El mantuvo sus ojos en lo que Dios le
había dicho, entonces se manifestó lo que Dios dijo y Abraham fue conocido
como el "Amigo de Dios". (Santiago 2:23)
Esta es la razón por la cual necesitas leer la Palabra de Dios. Necesitas
familiarizarte con tus beneficios. Esta es la razón por la cual necesitas reclamar
esos beneficios. Esta es la razón por la cual necesitas reclamar esos beneficios.
Esta es la razón por la cual necesitas que tu confesión se alinee con la Palabra.
Continúa declarando lo que posees en Dios. Mantén fuerte tu firme posición
de fe. Cuando el diablo empieza a hostigarte y a disputar contigo, tú sabes que
tienes la victoria ¡porque la Sangre de Señor Jesucristo y la Palabra de Dios dice
que la tienes!
"Él cuida su Palabra para ponerla por obra." (Jeremías 1:12 versión
Amplificada). Permítanme exhortarles a que revisen su Testamento
diariamente. Cuando parece que todo va mal, abran el Testamento que Dios
les dejó. La Biblia dice: "No dejes que estas promesas se aparten de tus ojos".
(Proverbios 4:21) Deja que tus ojos físicos vean lo que el testamento dice.
Cuando el diablo empieza a agobiarte, no sólo recuerdes las escrituras (aunque
esto también ayuda). "No se aparten estas palabras de tus ojos", vayan a traer
su Testamento. Ábranlo y léanlo en voz alta. Josué 1:8 dice: "Nunca se
apartará de tu boca este libro de la ley, sino que de día y de noche meditarás
en él, para que guardes y hagas conforme a todo lo que en él está escrito.
Porque entonces harás prosperar tu camino, y todo te saldrá bien". Lee tu
Testamento EN VOZ ALTA y declara tus derechos de acuerdo al Testamento.
Algunas personas empiezan a llorar cuando el diablo los ataca. Gimen, se
quejan y van en busca de algún ministro para que los rescate. ¡NO! ¡NO! ¡NO!
¡REVISEN SU TESTAMENTO!
Aprendan a estar firmes en la Palabra de Dios por sí mismos. Aprendan a
crecer en Dios. Aprendan a buscar lo que Dios les ha dejado en Cristo.
Aprendan a saber quiénes son en Dios.
Osadamente lleven la promesa que se encuentra en el Testamento al Padre y
digan: "Padre, aquí está mi promesa. Me niego a continuar en este problema.
Ningún demonio va a hostigarme. Ya no voy a continuar en pobreza sea
espiritual, física o financiera. Estoy reclamando mis beneficios en El Señor
Jesucristo para mí y mi casa basado en la Sangre de Jesús. Esa sangre
demuestra que El murió por mí y que El resucitó para ser mediador de este
Testamento. Yo lo reclamo. No dejaré que el diablo me robe."
Es un gozo tan grande tener algo que podamos leer a diario que nos va a
proteger y a fortalecer con las cosas que Dios desea que tengamos.
Toca a la puerta del cielo y reclama todo lo que te pertenece. Cuidosamente
estudia tu Testamento. Léelo y reclama tus beneficios. Ya que los hayas
reclamado, SOSTENLOS FIRMEMENTE. No permitas que el diablo te robe. La
Sangre de Jesucristo es una garantía de todo aquello por lo cual El murió.
Conoce lo que está en tu Testamento. Empieza a actuar sobre ello. ¡Vas a darte
cuenta que eres acaudalado en Dios! ¡Una herencia ilimitada en TUYA!
DESCUBRE TUS BENEFICIOS EN EL TESTAMENTO CON RESPECTO A:
SALVACIÓN
Marcos 8:35—Porque todo el que quiera salvar su vida, la perderá; y todo el
que pierda su vida por causa de Mí y del Evangelio, la salvará.
Juan 1:29—El siguiente día vio Juan a Jesús que venía a él y dijo: He aquí el
Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo.
Juan 3:3—Respondió Jesús y le dijo: De cierto, de cierto te digo, que el que no
naciere de nuevo no puede ver el reino de Dios.
Juan 3:16—De tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito,
para que todo aquel que en él cree, no se pierda, más tenga vida eterna.
Juan 3:36—El que cree en el Hijo tiene vida eterna; pero el que rehúsa creer en
el Hijo no verá la vida, sino que la ira de Dios está sobre él.
Hechos 2:21—Y todo aquel que invocare el nombre del Señor, será salvo.
Hechos 3:19—Así que, arrepentíos y convertíos, para que sean borrados
vuestros pecados; para que vengan de la presencia del Señor tiempos de
refrigerio.
Hechos 4:12—Y en ningún otro hay salvación; porque no hay otro nombre bajo
el cielo, dado a los hombres, en que podamos ser salvos.
Hechos 10:43—De éste dan testimonio todos los profetas, que todos los que
en él creyeren, recibirán perdón de pecados por su nombre.
Hechos 16:30-31—y sacándolos, les dijo: Señores, ¿Qué debo, hacer para ser
salvo? Ellos dijeron: Cree en el Señor Jesucristo, y serás salvo, tú y tu casa.
Romanos 3:23,24—Por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria
de Dios, siendo justificados gratuitamente por su gracia, mediante la redención
que es en Cristo Jesús.
Romanos 5:6—Porque Cristo, cuando aún éramos débiles, a su tiempo murió
por los impíos.
Romanos 6:23—Porque la paga del pecado es muerte, más la dádiva de Dios es
vida eterna en Cristo Jesús Señor nuestro.
Romanos 10:9,10—Que, si confesares con tu boca que Jesús es el Señor, y
creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo. Porque
con el corazón se cree para justicia, pero con la boca se confiesa para
salvación.
2 Corintios 5:17—De modo que, si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las
cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas.
Efesios 2:8—Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de
vosotros, pues es don de Dios;
1 Pedro 2:24—Quien llevó él mismo nuestros pecados en su cuerpo sobre el
madero, para que nosotros, estando muertos a los pecados vivamos a la
justicia; y por cuya herida fuisteis sanados.
1 Juan 5:11—Y éste es el testimonio: que Dios nos ha dado vida eterna; y esta
vida está en su Hijo.
EL BAUTISMO EN EL ESPÍRITU SANTO
Isaías 28:11—Porque en lengua de tartamudos, y en extraña lengua hablará a
este pueblo.
Isaías 57:19—Produciré fruto de labios: paz, paz al que está lejos y al cercano,
dijo Jehová; y lo sanaré.
Joel 2:28—Y después de esto derramaré mi Espíritu sobre toda carne, y
profetizarán vuestros hijos y vuestras hijas; vuestros ancianos soñarán sueños,
y vuestros jóvenes verán visiones.
Mateo 3:11—Yo a la verdad os bautizo en agua para arrepentimiento, pero el
que viene tras mí, cuyo calzado yo no soy digno de llevar, es más poderoso que
yo; él os bautizará en Espíritu Santo y fuego.
Marcos 16:17—Y estas señales seguirán a los que creen. En mi nombre
echarán fuera demonios; hablarán nuevas lenguas.
Lucas 3:22—Y descendió el Espíritu Santo sobre él en forma corporal, como
paloma, y vino una voz del cielo que decía: Tu eres mi Hijo amado; en ti tengo
complacencia.
Lucas 11:23—Pues si vosotros, siendo malos, sabéis dar buenas dádivas a
vuestros hijos, ¿cuánto más vuestro Padre celestial dará el Espíritu Santo a los
que se lo pidan?
Lucas 24:49—He aquí, yo enviaré la promesa de mi Padre sobre vosotros, pero
quedaos vosotros en la ciudad de Jerusalén, hasta que seáis investidos de
poder desde lo alto.
Hechos 1:4—Y estando juntos, les mandó que no se fueran de Jerusalén, sino
que esperasen la promesa del Padre, la cual, les dijo, oísteis de mí.
Hechos 1:5—Porque Juan ciertamente bautizó con agua, más vosotros seréis
bautizados con el Espíritu Santo dentro de no muchos días.
Hechos 1:8—Pero recibiréis poder, cuando haya venido sobre vosotros el
Espíritu Santo, y me seréis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaría, y
hasta lo último de la tierra.
Hechos 2:4—Y fueron todos llenos del Espíritu Santo, y comenzaron a hablar
en otras lenguas, según el Espíritu les daba que hablasen.
Hechos 2:38,38—Pedro les dijo: Arrepentíos, y bautícese cada uno de vosotros
en el nombre de Jesucristo para perdón de los pecados, y recibiréis el don del
Espíritu Santo. Porque para vosotros es la promesa, y para vuestros hijos, y
para todos los que están lejos; para cuantos el Señor nuestro Dios llamare.
Hechos 5:32—Y nosotros somos testigos suyos de estas cosas, y también el
Espíritu Santo el cual ha dado Dios a los que obedecen.
Hechos 19:6—Y habiéndoles impuesto Pablo las manos, vino sobre ellos el
Espíritu Santo; y hablaban en lenguas, y profetizaban.
Romanos 8:26—Y de igual manera el Espíritu nos ayuda en nuestra debilidad;
pues qué hemos de pedir como conviene, no lo sabemos, pero el Espíritu
mismo intercede por nosotros con gemidos indecibles.
1 Corintios 14:2—Porque el que habla en lenguas no habla a los hombres, sino
a Dios; pues nadie le entiende, aunque por el Espíritu habla misterios.
1 Corintios 14:15—¿Qué pues? Oraré con el espíritu, pero oraré también con el
entendimiento; cantaré con el espíritu, pero cantaré también con el
entendimiento.
1 Corintios 14:39—Así que, hermanos, procurad profetizar, y no impidáis el
hablar en lenguas.
Efesios 6:18—Orando en todo tiempo con toda oración y súplica en el Espíritu,
y velando en ello con toda perseverancia y súplica por todos los santos.
Judas 20—Pero vosotros, amados, edificándoos sobre vuestra santísima fe,
orando en el Espíritu Santo.
SANIDAD
Éxodo 15:26—Y dijo: Si oyeres atentamente la voz de Jehová tu Dios, e hicieres
lo recto delante de sus ojos, y dieres oído a sus mandamientos, y guardares
todos sus estatutos, ninguna enfermedad de las que envié a los egipcios te
enviare a ti; porque yo soy Jehová tu sanador.
Salmo 103:3—Él es quien perdona todas tus iniquidades, El que sana todas tus
dolencias.
Salmo 107:20—Envió Su palabra, y los sanó, y los libró de su ruina.
Proverbios 4:20-22—Hijo mío, está atento a mis palabras; inclina tu oído a mis
razones. No se aparten de tus ojos; guárdalas en medio de tu corazón; porque
son vida a los que las hallan, y medicina a todo su cuerpo.
Proverbios 17:22—El corazón alegre constituye buen remedio; mas el espíritu
triste seca los huesos.
Isaías 53:5—Mas él herido fue por nuestras rebeliones, molido por nuestros
pecados; el castigo de nuestra paz fue sobre él, y por su llaga fuimos nosotros
curados.
Jeremías 30:17—Mas yo haré venir sanidad para ti y sanaré tus heridas, dice
Jehová.
Malaquías 4:2—Mas a vosotros, los que teméis mi nombre, nacerá el sol de
justicia, y en sus alas traerá salvación' y saldréis, y saltaréis como becerros de
la manada.
Mateo 4:23—Y recorrió Jesús toda Galilea, enseñado en las sinagogas de ellos,
y predicando el evangelio del reino, y sanando toda enfermedad y toda
dolencia en el pueblo.
Mateo 8:7—Y Jesús le dijo: Yo iré y le sanaré.
Mateo 8:17—para que se cumpliese lo dicho por el profeta Isaías, cuando dijo:
El mismo tomó nuestras enfermedades, y llevó nuestras dolencias.
Marcos 16:18—Tomarán en las manos serpientes, y si bebieren cosa mortífera,
no les hará daño; sobre los enfermos pondrán sus manos, y sanarán.
Lucas 1:3—Porque nada hay imposible para Dios.
Lucas 9:6—Y saliendo, pasaban por todas las aldeas, anunciando el evangelio y
sanado por todas partes.
Juan 14:14—Si algo pidiereis en mi nombre, yo lo haré.
Hechos 5:16—Y aún de las ciudades vecinas muchos venían a Jerusalén,
trayendo enfermos y atormentados de espíritus inmundos; y todos eran
sanados.
Hechos 10:38—Cómo Dios ungió con el Espíritu Santo y con poder a Jesús de
Nazaret y cómo éste anduvo haciendo bienes y sanado a todos los oprimidos
por el diablo, porque Dios estaba con él.
Romanos 8:2—Porque la ley del espíritu de vida en Cristo Jesús me ha librado
de la ley del pecado y de la muerte.
Gálatas 3:13—Cristo nos redimió de la maldición de la ley, hecho por nosotros
maldición (porque está escrito: Maldito todo el que es colgado en un madero).
Hebreos 2:14—Así que por cuanto los hijos participaron de carne y sangre, él
también participó de lo mismo, para destruir por medio de la muerte al que
tenía el imperio de la muerte, esto es, al diablo.
Santiago 5:14-16—¿Está alguno enfermo entre vosotros? Llame a los ancianos
de la iglesia y oren por él, ungiéndole con aceite en el Nombre del Señor. Y la
oración de fe salvará al enfermo, y el Señor lo levantará; y si hubiere cometido
pecados, le serán perdonados. Confesaos vuestras ofensas unos a otros, y orad
unos por otros, para que seáis sanados. La oración eficaz del justo puede
mucho.
1 Pedro 2:24—Quien llevó El mismo nuestros pecados en su cuerpo sobre el
madero, para que nosotros, estando muertos a los pecados, vivamos a la
justicia; y por cuya herida fuisteis sanados.
3 Juan 2—Amado, yo deseo que tú seas prosperado en todas las cosas, y que
tengas salud, así como prospera tu alma.
AUTORIDAD SOBRE SATANÁS
Isaías 54:17—Ninguna arma forjada contra ti prosperará, y condenarás toda
lengua que se levante contra ti en juicio. Esta es la herencia de los siervos de
Jehová, y su salvación de mi vendrá, dijo Jehová.
Mateo 7:29—Porque les enseñaba como quien tiene autoridad, y no como los
escribas.
Mateo 10:8—Sanad enfermos, limpiad leprosos, resucitad muertos, echad
fuera demonios; de gracia recibisteis, dad de gracia.
Mateo 18:18—De cierto os digo que todo lo que atéis en la tierra, será atado
en el cielo; y todo lo que desatéis en la tierra, será desatado en el cielo.
Mateo 28:18—Y Jesús se acercó y les habló diciendo: Toda potestad me es
dada en el cielo y en la tierra.
Lucas 9:1—Habiendo reunido a sus doce discípulos, les dio poder y autoridad
sobre todos los demonios, y para sanar enfermedades.
Lucas 10:19—He aquí os doy potestad de hollar serpientes y escorpiones, y
sobre toda fuerza del enemigo, y nada os dañará
Juan 12:31—Ahora es el juicio de este mundo; ahora el príncipe de este mundo
será echado fuera.
Juan 14:12—De cierto, de cierto os digo: El que en mi cree, las obras que yo
hago, él las hará también; y aún mayores hará, porque yo voy al Padre.
Juan 14:30—No hablaré ya mucho con vosotros; porque viene el príncipe de
este mundo, y él nada tiene en mí.
Juan 17:15—No ruego que los quites del mundo, sino que los guardes del mal.
Romanos 6:14—Porque el pecado no se enseñoreará de vosotros, pues no
estáis bajo la ley, sino bajo la gracia.
Romanos 8:37—Antes, en todas estas cosas somos más que vencedores por
medio de nuestro Señor Jesucristo.
2 Corintios 10:4,5—Porque las armas de nuestra milicia no son carnales, sino
que poderosas en Dios, para la destrucción de fortalezas, derribando
argumentos y toda altivez que se levanta contra el conocimiento de Dios y
llevando cautivo todo pensamiento a la obediencia de Cristo.
Efesios 1:3—Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que nos
bendijo con toda bendición espiritual en los lugares celestiales en Cristo.
Efesios 1:19-21—Y cual la supereminente grandeza de su poder para con
nosotros los que creemos según la operación del poder de su fuerza, la cual
operó en Cristo, resucitándole de los muertos y sentándole a su diestra en los
lugares celestiales, sobre todo principado y autoridad y poder y señorío, y
sobre todo nombre que se nombra, no sólo en este siglo sino también en el
venidero.
Efesios 4:27—Ni deis lugar al diablo.
Efesios 6:10-17—Por lo demás, hermanos míos, fortaleceos en el Señor, y en el
poder de su fuerza. Vestíos de toda la armadura de Dios, para que podáis estar
firmes contra las asechanzas de diablo. Porque no tenemos lucha contra
sangre y carne, sino contra principados, contra potestades, contra los
gobernadores de las tinieblas de este siglo, contra las huestes espirituales de
maldad en las regiones celestes. Por tanto, tomad toda la armadura de Dios,
para que podáis resistir en el día malo, y habiendo acabado todo, estar firmes.
Estad, pues, firmes, ceñidos vuestros lomos con la verdad, y vestidos con la
coraza de justicia, y calzados los pies con el apresto del evangelio de la paz.
Sobre todo, tomad el escudo de la fe, con que podáis apagar todos los dardos
de fuego del maligno. Y tomad el yelmo de la salvación, y la espada del
espíritu, que es la palabra de Dios.
Colosenses 2:10—Y vosotros estáis completos en él, que es la cabeza de todo
principado y potestad.
Colosenses 2:15—Y despojando a los principados y a las potestades, los exhibió
públicamente, triunfando sobre ellos en la cruz.
2 Timoteo 1:7—Porque no nos ha dado Dios espíritu de cobardía, sino de
poder, de amor y de dominio propio.
Hebreos 10:13—De ahí en adelante esperando hasta que sus enemigos sean
puestos por estrado de sus pies.
Santiago 4:7—Someteos, pues, a Dios; resistid al diablo, y huirá de vosotros.
1 Pedro 5:8—Sed sobrios, y velad; porque vuestro adversario el diablo, como
león rugiente, anda alrededor buscando a quien devorar.
1 Juan 4:4—Hijitos, vosotros sois de Dios, y lo habéis vencido; porque mayor es
el que está en vosotros, que el que está en el mundo.
Apocalipsis 21:7—El que venciere heredará todas las cosas, y yo seré su Dios, y
el será mi hijo
PROSPERIDAD
Deuteronomio 28:11,12—Y te hará Jehová sobreabundar en bienes, en el fruto
de tu vientre, en el fruto de tu bestia, y en el fruto de tu tierra, en el país que
Jehová juró a tus padres que te había de dar. Te abrirá Jehová su buen tesoro,
el cielo, para enviar la lluvia a tu tierra en su tiempo, y para bendecir toda obra
de tus manos. Y prestarás a muchas naciones, y tu no pedirás prestado. (Lee
los versículos 2-14)
Josué 1:8—Nunca se apartará de tu boca este libro de la ley, sino que de día y
de noche meditarás en él, para que guardes y hagas conforme a todo lo que en
él está escrito; porque entonces harás prosperar tu camino y todo te saldrá
bien.
2 Crónicas 20:20—... Creed en Jehová vuestro Dios, y estaréis seguros; creed a
sus profetas y seréis prosperados.
Nehemías 2:20—Y en respuesta les dije: El Dios de los cielos, él nos prosperará.
Job 22:25—El Todopoderoso será tu defensa, y tendrás plata en abundancia.
Salmos 1:2,3—Sino que en la ley de Jehová está su delicia, y en su ley medita
de día y de noche. Será como árbol plantado junto a corrientes de aguas, que
da su fruto en su tiempo, y su hoja no cae; y todo lo que hace prosperará.
Salmos 23:1—Jehová es mi pastor; nada me faltará.
Salmos 37:25—Joven fui, y he envejecido, y no he visto justo desamparado, ni
su descendencia que mendigue pan.
Salmos 112:3—Bienes y riquezas hay en su casa, y su justicia permanece para
siempre.
Salmos 122:7—Sea la paz dentro de tus muros, y el descanso dentro de tus
palacios.
Proverbios 10:22—La bendición de Jehová es la que enriquece, y no añade
tristeza con ella.
Joel 2:26—Comeréis hasta saciaros, y alabaréis el nombre de Jehová vuestro
Dios, el cual hizo maravillas con vosotros y nunca jamás será mi pueblo
avergonzado.
Zacarías 1:17—Clama aún, diciendo: Así dice Jehová de los Ejércitos: Aún
rebosarán mis ciudades con la abundancia del bien ...
Malaquías 3:10—Traed todos los diezmos al alfolí y haya alimento en mi casa;
y probadme ahora en esto, Dice Jehová de los Ejércitos, si no abriré las
ventanas de los cielos, y derramaré sobre vosotros bendiciones hasta que
sobreabunde.
Mateo 6:33—Mas buscad primeramente el reino de Dios y su Justicia, y todas
estas cosas os serán añadidas.
Lucas 6:38—Dad, y se os dará; medida buena, apretada, remecida y rebosando
darán en vuestro regazo; porque con la misma medida con que medís, os
volverán a medir.
Juan 10:10—El ladrón no viene sino para hurtar y matar y destruir; yo he
venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia.
2 Corintios 9:10,11—Y el que da semilla al que siembra, y pan al que come,
proveerá y multiplicará vuestra sementera, y aumentará los frutos de vuestra
justicia, para que estéis enriquecidos en todo para toda liberalidad, la cual
produce por medio de nosotros acción de gracias a Dios.
Filipenses 4:19—Mi Dios, pues, suplirá todo lo que os falta conforme a sus
riquezas en gloria en Cristo Jesús.
3 Juan 2— Amado, yo deseo que tú seas prosperado en todas las cosas, y que
tengas salud, así como prospera tu alma.
LA VICTORIA SOBRE EL TEMOR
Éxodo 14:13— Y Moisés dijo al pueblo: No temáis; estad firmes, y ved la
salvación que Jehová hará hoy con vosotros...
Josué 1:9—Mira que te mando que te esfuerces y seas valiente; no temas ni
desmayes, porque Jehová tu Dios estará contigo en dondequiera que vayas.
2 Reyes 6:16—Él le dijo: No tengas miedo, porque más son los que están con
nosotros que los que están con ellos.
Salmos 91:5—No temerás al terror nocturno, ni saeta que vuele de día.
Salmos 118:6—Jehová está conmigo; no temeré lo que me pueda hacer el
hombre.
Proverbios 29:25—El temor del hombre pondrá lazo; mas el que confía en
Jehová será exaltado (estará seguro).
Isaías 35:4—Decid a los de corazón apocado: Esforzaos, no temáis; he aquí que
vuestro Dios viene con retribución, con pago; Dios mismo vendrá, y os salvará.
Isaías 41:10—No temas, porque yo estoy contigo; no desmayes, porque yo soy
tu Dios que te esfuerzo; siempre te ayudaré, siempre te sustentaré con la
diestra de mi justicia.
Marcos 5:36—Pero Jesús, luego que oyó lo que se decía, dijo al principal de la
sinagoga: No temas, cree solamente.
Lucas 1:74—Que nos había de conceder que, librados de nuestros enemigos,
sin temor le serviríamos.
Romanos 8:15—Pues no habéis recibido el espíritu de esclavitud para estar
otra vez en temor, sino habéis recibido el espíritu de adopción, por el cual
clamamos: ¡Abba, Padre!
2 Timoteo 1:7—Porque no nos ha dado Dios espíritu de cobardía, sino de
poder, de amor y de dominio propio.
Hebreos 13:6—De manera que podamos decir confiadamente: El Señor es mi
ayudador; no temeré lo que me pueda hacer el hombre.
1 Juan 4:18—En el amor no hay temor, sino que el perfecto amor echa fuera el
temor; porque el temor lleva en si castigo. De donde el que teme, no ha sido
perfeccionado en el amor.
LOS DONES DEL ESPÍRITU SANTO
Isaías 8:18—He aquí yo y los hijos que me dio Jehová somos por señales y
presagios en Israel, de parte de Jehová de los Ejércitos, que mora en el monte
de Sion.
Daniel 11:32—...Mas el pueblo que conoce a su Dios se esforzará y actuará
(será fuerte, y hará proezas). -Versión Rey Santiago.
Marcos 16:15-18—Y les dijo: Id por todo el mundo y predicad el evangelio a
toda criatura. El que creyere y fuere bautizado, será salvo; más el que no
creyere, será condenado. Y estas señales seguirán a los que creen: En mi
nombre echarán fuera demonios; hablarán nuevas lenguas; tomarán en las
manos serpientes, y si bebieren cosa mortífera no les hará daño; sobre los
enfermos pondrán sus manos, y sanarán.
Hechos 1:8—Pero recibiréis poder, cuando haya venido sobre vosotros el
Espíritu Santo.
Hechos 2:4—Y fueron todos llenos del Espíritu Santo, y comenzaron a hablar
en otras lenguas, según el Espíritu les daba que hablasen.
Hechos 8:17—Entonces les imponían las manos, y recibían el Espíritu Santo.
Hechos 10:38—Cómo Dios ungió con el Espíritu Santo y con poder a Jesús de
Nazaret, y cómo éste anduvo haciendo bienes y sanando a todos los oprimidos
por el diablo, porque Dios estaba con El.
1 Corintios 3:16—¿No sabéis que sois el templo de Dios y que el Espíritu de
Dios mora en vosotros?
1 Corintios 12:1 y 4-7—(Versión Amplificada) Ahora acerca de los dones
espirituales (dotes especiales de energía sobrenatural), hermanos, no deseo
que se les den informes erróneos. Ahora bien, hay diversidad de dotes bien
definidos y distribuidos (poderes extraordinarios que distinguen a ciertos
cristianos, por el poder de la gracia Divina que opera en sus almas por el
Espíritu Santo) y que hay diversidad, pero el Espíritu (Santo) permanece el
mismo. Y hay diversidad de servicio y ministración bien definidos, pero es el
mismo Señor (a quien se le sirve). Y hay variedades bien definidas de
operaciones —de trabajo para lograr cosas— pero es el mismo Dios quien
inspira y energiza todo en todo. Pero a cada uno le es dada la manifestación
del Espíritu (Santo)—esto es, la evidencia, la iluminación espiritual del
Espíritu—para bien y provecho.
1 Corintios 12:8-11—Porque a éste es dada por el Espíritu palabra de sabiduría;
a otro, palabra de ciencia según el mismo Espíritu; y a otra, fe por el mismo
Espíritu. A otro, el hacer milagros; a otro, profecía; a otro, discernimiento de
espíritus; a otro, diversos géneros de lenguas; y a otro, interpretación de
lenguas. Pero todas estas cosas las hace uno y el mismo Espíritu, repartiendo a
cada uno en particular como Él quiere
1 Corintios 14:1—Seguid el amor, y procurad (desead) los dones espirituales,
pero sobre todo que profeticéis.
2 Corintios 10:4—Porque las armas de nuestra milicia no son carnales, sino
poderosas en Dios para la destrucción de fortalezas.
1 Tesalonicenses 5:19,20—No apaguéis al Espíritu. No menospreciéis las
profecías.
Hebreos 2:4—Testificando Dios juntamente con ellos, con señales y prodigios y
diversos milagros y repartimientos del Espíritu Santo según su voluntad.
ORA ESTA ORACIÓN Y HAZ TODOS LOS BENEFICIOS QUE DIOS TIENE PARA TI
Amado Padre Celestial, vengo hoy confiadamente a tu trono a reclamar mis
beneficios
en el reino de Dios. Tengo una herencia que Tú me has dado y la reclamo hoy
en la corte del cielo.
Te doy gracias porque me amaste de tal manera que diste a tu único Hijo para
que yo tuviera vida eterna. Hoy tengo la certeza de esa vida eterna porque el
Espíritu Santo que está en mí da el Testimonio a mi corazón de que yo soy tu
hijo.
Te doy gracias porque he recibido la promesa del Espíritu Santo y al hacerlo
hablo en lenguas como el Espíritu me da que hable. El Espíritu Santo me da
poder continuo para vivir una vida santa y para ser testigo del Señor Jesucristo.
Soy sanado y soy sano ahora. Tengo autoridad sobre Satanás y nada por
ningún motivo me hará daño porque mayor es El que está en mí que el que
está en el mundo. ¡Me someto a Dios y el diablo debe huir!
Te doy gracias Padre, porque en este día Tu Testamento me da prosperidad.
Todas mis necesidades están suplidas conforme a tus riquezas en Cristo Jesús.
Así como doy, los hombres me dan a mí. Así como busco primero el Reino de
Dios y Tu justicia, todas las cosas me son añadidas. De acuerdo a Tu
Testamento, soy la justicia de Dios en Cristo. No voy a acobardarme bajo la
condenación del enemigo. Andaré en el Espíritu porque he sido hecho la
justicia de Dios en Cristo Jesús. Te doy gracias Padre, porque Tú no me has
dado un espíritu de temor sino de poder, de amor y de dominio propio. El
perfecto amor de Dios en mí y para mí, echa fuera de mi vida todo temor. ¡Soy
libre! Y a quien el Hijo liberta éste es verdaderamente libre.
Tu Testamento me da las armas para la batalla que son los dones de Espíritu
Santo; desearé y cultivaré con ahínco estos dones del Espíritu para que pueda
edificar y levantar el cuerpo de Cristo.
Te doy gracias Padre, que Tú has oído mi oración porque lo pido en el Nombre
de Jesús. Tú has dicho que cualquier cosa que pida en Su Nombre Tú lo harás.
Hoy recibo los beneficios de Tu Testamento con gozo y acción de gracias,
dando Gloria a Dios.
En el Nombre de Jesús, Amén.

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