Está en la página 1de 3

Tema: Entrando por la Sangre

Texto: Hebreos 10: 19


INT. La oración es la herramienta poderoso para tener una relación de Paternidad con nuestro padre
celestial, aunque a veces decimos es que yo no sé orar, otro le da pena, porque al momento de orar no
encuentra que decir, y otros por que hablan y adornar su oraciones pensamos que ya entramos al mundo
de Espiritual, Jesús dejo un orden para orar, 1) oramos al padre. 2 (En el nombre de Jesús
Apocalipsis 8: 3 1Cuando abrió el séptimo sello, se hizo silencio en el cielo como por media
hora.2Y vi a los siete ángeles que estaban en pie ante Dios; y se les dieron siete trompetas. 3Otro
ángel vino entonces y se paró ante el altar, con un incensario de oro; y se le dio mucho incienso
para añadirlo a las oraciones de todos los santos, sobre el altar de oro que estaba delante del
trono. 4Y de la mano del ángel subió a la presencia de Dios el humo del incienso con las oraciones
de los santos.5Y el ángel tomó el incensario, y lo llenó del fuego del altar, y lo arrojó a la tierra; y
hubo truenos, y voces, y relámpagos, y un terremoto.

Juan la escena que relata a continuación sucede en el cielo, quiere decir que nuestras oraciones son más
que palabra, es humo que llega al altar de Padre que está en su trono,
Cuando oramos, nuestras oraciones no se quedan en el plano terrenal, nuestras oraciones traspasan a
lugares sobrenaturales, y como consecuencia un ángel la toma en el incensario y la devuelve en
respuesta a la tierra.
David tenía revelación de la Oración, en su momentos que estuviera viviendo echaba manos de ella
Salmo 141: 2 Suba mi oración delante de ti como el incienso,
El don de mis manos como la ofrenda de la tarde.
La biblia relata bien claro que no podemos entrar a la presencia de Dios, por medio de mi métodos o por
la religión, no entramos, ni por ofrenda, ni por servicios, ni por palabrerías no importa cuantos se yo
orar, cuantas palabras confiese en mi tiempo de oración, somos aceptos delante de por medio de la
sangre de Cristo.
Los islámicos ellos oran ALÁ, y oran más tiempos que nosotros pero ellos no entrar a la presencia de
Dios
Pero nosotros podemos entrar libremente en la presencia de Dios por medio de su sangre. Dios
desciende sobre un lugar con gloria, por medio del pacto de gracia, y ese fluye por medio de la sangre.
Eso nos da entender que no es por nosotros es por su sangre,
Por eso cuando pecamos nos arrepentimos y lloramos y la sangre nos limpia nos hace digno delante de
Dios, el Espíritu Santo nunca tocara nada que primero no haya tocado la sangre.
La sangre sobre la gente trae sentimientos de cambios en la salvación sucede así siempre, pero nosotros
todos los días tenemos que invocar la sangre para que nos limpie.
1ra Pedro 1: 1-2 1Pedro, apóstol de Jesucristo: A los expatriados, de la dispersión en el Ponto,
Galacia, Capadocia, Asia y Bitinia, elegidos 2según el previo conocimiento de Dios Padre, por la
obra santificadora del Espíritu, para obedecer a Jesucristo y ser rociados con su sangre: Que la
gracia y la paz os sean multiplicadas.

Hebreos 12:24
y a Jesús, el mediador del nuevo pacto, y a la sangre rociada que habla mejor que la sangre de
Abel.
Nadie pueda orar sin antes no se rocía con la sangre de Cristo, si algo le teme al diablo es al poder
de la sangre, por eso invoque la sangre de Cristo, por esa sangre cristo le quito a Satanás el
imperio de la muerte,
Colosenses 2:14 14anulando el acta de los decretos que había contra nosotros, que nos era
contraria, quitándola de en medio y clavándola en la cruz, 15y despojando a los principados y a
las potestades, los exhibió públicamente, triunfando sobre ellos en la cruz.
Hebreos 10: 4porque la sangre de los toros y de los machos cabríos no puede quitar los pecados.
11Y ciertamente todo sacerdote está día tras día ministrando y ofreciendo muchas veces los
mismos sacrificios, que nunca pueden quitar los pecados; 12pero Cristo, habiendo ofrecido una
vez para siempre un solo sacrificio por los pecados, se ha sentado a la diestra de Dios, 13de ahí en
adelante esperando hasta que sus enemigos sean puestos por estrado de sus pies; 14porque con
una sola ofrenda hizo perfectos para siempre a los santificados. 15Y nos atestigua lo mismo el
Espíritu Santo; porque después de haber dicho: 16Éste es el pacto que haré con ellos Después de
aquellos días, dice el Señor: Pondr mis leyes en sus corazones, Y en sus mentes las escribiré,
17añade:
Y nunca más me acordaré de sus pecados y transgresiones.
18Pues donde hay remisión de éstos, no hay más ofrenda por el pecado.
19Así que, hermanos, teniendo libertad para entrar en el Lugar Santísimo por la sangre de
Jesucristo, 20por el camino nuevo y vivo que él nos abrió a través del velo, esto es, de su carne, 21y
teniendo un gran sacerdote sobre la casa de Dios ,22acerquémonos con corazón sincero, en plena
certidumbre de fe, purificados los corazones de mala conciencia, y lavados los cuerpos con agua
pura.23Mantengamos firme, sin fluctuar, la profesión de nuestra esperanza, porque fiel es el que
prometió. 24Y considerémonos unos a otros para estimularnos al amor y a las buenas obras; 25no
dejando de congregarnos, como algunos tienen por costumbre, sino exhortándonos; y tanto más,
cuanto veis que aquel día se acerca.
Advertencia al que peca deliberadamente
26Porque si pecáremos voluntariamente después de haber recibido el conocimiento de la verdad,
ya no queda más sacrificio por los pecados, 27sino una horrenda expectación de juicio, y de
hervor de fuego que ha de devorar a los adversarios. 28El que viola la ley de Moisés, por el
testimonio de dos o de tres testigos muere irremisiblemente. 29¿Cuánto mayor castigo pensáis que
merecerá el que pisoteare al Hijo de Dios, y tuviere por inmunda la sangre del pacto en la cual fue
santificado, e hiciere afrenta al Espíritu de gracia? 30Pues conocemos al que dijo: Mía es la
venganza, yo daré el pago, dice el Señor. Y otra vez: El Señor juzgará a su pueblo. 31¡Horrenda
cosa es caer en manos del Dios vivo!

LA SANGRE QUE HABLA.


Lo más doloroso para Jesús es ver que su sacrificio fue olvidado por la religión organizada, pensando que es por
ellos mismos que pueden mantenerse apartados del pecado. Uno de los pilares de la fe cristiana es la sangre de
Cristo. Si es olvidada, la Iglesia corre el peligro de derrumbarse.
Hebreos 12:24: "a Jesús el Mediador del nuevo pacto, y a la sangre rociada que habla mejor que la de Abel"

La sangre de Abel y de otros que han muerto injustamente clama al cielo por justicia, pero la sangre de Jesús
clama al cielo por salvación y redención. Los problemas evidenciados en el país son a causa de una Iglesia
irresponsable que se encerró en cuatro paredes y se olvidó de la sociedad, que no está siendo luz y sal. Esto es
muy peligroso, porque los juicios de Dios son detenidos por los justos.

Hebreos 12:25: "Mirad que no desechéis al que habla. Porque si no escaparon aquellos que desecharon al que
los amonestaba en la tierra, mucho menos nosotros, si desecháremos al que amonesta desde los cielos."

Jesús en el cielo clama por redención y salvación, pero dejó su sangre en la tierra para que también intercediera
a favor de la humanidad junto a su pueblo. La sangre no es solo un líquido, sino que adquirió vida, para cumplir
un propósito eterno.

La sangre no solo debe ser usada para sanidad, protección o redención, ella sigue hablando hoy y no dejará de
hablar nunca, aunque las voces de los religiosos quieran callarla. La sangre pide restauración para las naciones
y aquel que tiene oídos espirituales, la escucha.

Jesús murió y resucitó, pero su sangre quedó en la tierra y desde que esa sangre salió de su cuerpo, tenía vida,
porque Él dijo "Yo soy la resurrección y la vida". Esa sangre trae millones de personas a los pies de Jesús. 

La fe de la sangre de Cristo no es muerte, es salvación, amor y perdón. La Iglesia está viviendo un cambio de
época y es importante que el pueblo de Dios enfoque toda su atención y fuerzas en esa dirección.

En la Biblia está plasmada la historia de una generación que ardió en el Espíritu Santo y fue la de los Hechos. En
este tiempo, se volvió a levantar esa generación parecida a la que vieron Nahúm e Isaías, pues estamos a las
puertas de la Segunda Venida de Cristo.

Cuando hay cambio de época, hay cambio de liderazgo en todas las áreas. Nada de lo que nace en Dios se
queda pequeño, sino que crece y se manifiesta al mundo; ocurrió con Jesús y Samuel. Este cambio de época
produce transformaciones diametrales en las naciones.

Jesús expresó que el día, ni la hora de su venida a la tierra, nadie los sabe, solo el Padre. Por otra parte, Amós
dijo que nada hará Jehová sin anunciarlo a sus siervos, los profetas. 

Es tiempo de no perder tiempo, dejemos de orar por cosas que el Padre sabe que tenemos necesidad y
empecemos a unirnos al clamor de la sangre de Cristo, que desde hace 2 mil años ha intercedido, y ahora, su
oración ha sido respondida por el cielo.

También podría gustarte