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Incrementar los niveles de productividad es uno de

los objetivos más importantes para las compañías.


Para lograrlo se requiere que los integrantes de la
misma se comprometan a seguir un esquema de
trabajo con una estrategia para gestionar y
aprovechar el tiempo de manera adecuada.

Sin embargo, no se trata solamente de apegarse a


una planeación, sino de adquirir o replantear una
serie de hábitos, tanto personales como
profesionales, que permitan impulsar el desempeño
eficiente al impactar directamente la manera de
pensar y actuar de las personas.

1. Delimita las tareas como objetivos. Para tener


una idea más precisa de cómo gestionar el día se
deben tener muy presentes las tareas a realizar.
Además, es importante que estas sean vistas como
objetivos realizables, medibles y escalables.
2. Jerarquiza. Aunado a lo anterior, otorga
prioridades a las responsabilidades, esto te facilitará
delegar aquellas que así lo requieran y optimizar el
desempeño.
3. Asigna tiempos. Esto permite mantener el
enfoque en aquello que debe culminarse, así como
te ayudará a influir el ambiente profesional para que
todos los esfuerzos logren el resultado deseado.
4. Reduce las revisiones del correo. Las consultas
frecuentes de la bandeja de correo consumen
mucho más tiempo del pensado, así como generan
un estrés latente: se recomienda reducir su revisión
a un par de ocasiones durante el día, de la misma
forma que se aconseja desactivar notificaciones de
plataformas sociales para minimizar las
distracciones. 
5. Enfoca la atención en tareas
específicas. Aunque la capacidad multitarea puede
brindar grandes beneficios, para cumplir con los
objetivos de manera eficiente es preferible que la
atención y los esfuerzos se dediquen a actividades
particulares.
6. Toma pequeños descansos. La distracción es un
factor que puede resultar contraproducente, pero si
por otro lado se mantiene como una actividad
regular a la que se le destine un tiempo
determinado, no solo podrás aumentar el sentido
de bienestar, sino los niveles de concentración e
interés.
7. Crea un ambiente propicio. Como se mencionó
antes, influir el ambiente para que resulte más
beneficioso al trabajar tiene un impacto muy
importante: utiliza elementos que te ayuden a
mantenerte relajado y concentrado, como escuchar
cierto tipo de música o elegir un lugar con buena
iluminación y ventilación. 
8. Cuida tu rutina. Aspectos tan básicos como
hacer ejercicio, comer adecuadamente y dormir
bien, tienen una afectación directa en el desempeño
a lo largo del día, pues influyen tanto en el humor
como en las capacidades físicas de cada individuo.
Por más sencillos que parezcan, estos hábitos
pueden generar grandes cambios en el día a día e
incrementar la productividad de manera
considerable. Por ello es importante ponerlos en
marcha y adaptarlos a tus propias necesidades, las
de tu equipo y las del negocio.

No acumular pendientes
Tener tu agenda llena o tu escritorio cubierto de
post-its con pendientes es una señal de que estás
procrastinando y dejando todo para después.
Aunque es importante que definas prioridades,
intenta cumplir con ciertas tareas en el momento.
Esto te evitará preocupaciones mentales que sólo te
desconcentran y distraen de lo importante.

Definir metas
Las personas efectivas tienen bien establecidos
objetivos en el corto, mediano y largo plazo. Incluso
en una base diaria. Cada día fíjate nuevas metas que
te reten y te mantengan motivado. Por ejemplo,
para hoy podrías proponerte hacer 10 llamadas a
nuevos clientes y 5 a clientes actuales. La idea es
que tú mismo te pongas como propósito ser más
efectivo cada día.

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