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Unidad 3

SISTEMA NERVIOSO

Introducción
Hemos aprendido que existe una constante interrelación entre el individuo y el medio, la
que permite una “adaptación” al mismo, y genera respuestas a los estímulos y cambios
que de él proceden.
Así, debe existir un equilibrio en la relación organismo-ambiente y una coordinación de
funciones a nivel del individuo que faciliten el logro de ese equilibrio.
El logro de esta coordinación funcional está a cargo de un doble mecanismo de control
integrado por los sistemas nervioso y endocrino.
El conocimiento y la percepción del medio externo dependen de los órganos de los
sentidos, y las respuestas a los estímulos percibidos se traducen, muchas veces, en acción
o movimiento a través del aparato locomotor.
En los capítulos que integran esta unidad desarrollaremos brevemente el estudio del
sistema nervioso, del sistema endocrino u hormonal y del aparato locomotor.

Generalidades
TEJIDO NERVIOSO

El tejido nervioso constituye los órganos que integran el sistema nervioso. Sus funciones
son la recepción, la conducción y la transmisión de los impulsos nerviosos.
Las células que lo forman son sumamente modificadas. Las células nerviosas, o neuronas,
tienen regiones especializadas que producen y conducen impulsos eléctricos. Poseen
función de control y coordinación. Existen también células de la neuroglia, que dan sostén
a las neuronas pero no conducen impulsos eléctricos. El espacio intercelular está ocupado
por células de tejido conjuntivo.
Las neuronas presentan un cuerpo celular (soma) de forma estrellada, con un citoplasma
que contiene gran cantidad de neurofibrillas. El cuerpo celular posee además numerosas
prolongaciones exteriores de diferente longitud: las dendritas, cortas y muy ramificadas, y
el axón, mucho más largo y sólo ramificado en su extremo terminal.
Figura 15. Estructura de una neurona mielinizada.

Varias dendritas salen del cuerpo celular, así como un único largo axón. En algunas
neuronas especializadas para una rápida conducción de la señal, el axón está encerrado
en una funda de mielina que se interrumpe a intervalos. En su distante final, el axón
puede ramificarse para terminar en más de una célula.

Figura 1. Estructura de una neurona y corte de una fibra nerviosa.

El conjunto de fibrillas que forman el axón se encuentra recubierto de una sustancia


lipoproteica llamada mielina, que actúa como aislante evitando pérdidas en la transmisión
de los impulsos. La cobertura de mielina es, a su vez, recubierta por una capa celular,
denominada vaina de Schwann. Esta vaina presenta constricciones llamadas
estrangulaciones o nodos de Ranvier.
Los nervios son un conjunto de axones que conectan a los centros nerviosos con los
órganos periféricos. Además de las fibras nerviosas agrupadas en haces o fascículos,
adoptando la apariencia de un cable de luz formado por varios filamentos rodeados por
una membrana aislante para evitar la permanente excitabilidad, en la constitución del
nervio intervienen fibras de tejido conjuntivo que rodean a cada fibra (endoneuro), a cada
fascículo (perineuro), y a todo el nervio (epineuro) (Figura 3).

Podemos distinguir 3 clases de neuronas:

 Neuronas sensitivas
Son las que reciben información acerca de las condiciones del cuerpo y el ambiente
externo; envían impulsos desde los receptores sensoriales al SNC. Por ejemplo: los
bastones y conos (en la retina), y los receptores de tensión muscular. Ubicadas en los
ojos, orejas, superficie de la piel.

 Neuronas motoras
Conducen impulsos nerviosos fuera del SNC hacia los órganos efectores (músculos y
glándulas). Se ubican en el cerebro y la médula espinal.

 Neuronas de asociación o interneuronas


Integran la información recibida, conduciendo impulsos entre neuronas dentro de los
órganos del SNC.

Consecuentemente, se originan los nervios se clasifican en tres grupos:


 sensitivos: transmiten el impulso nervioso desde los receptores hasta los centros;
 motores: conducen la respuesta nerviosa desde los centros hacia los órganos
efectores;
 mixtos: están formados por fibras de tipo sensitivo y motor.
Figura 2. Sección transversal de un nervio.

Sustancia blanca y sustancia gris

En la estructura del sistema nervioso se distinguen dos tipos de sustancias que por su
disposición y color, distinguen regiones diferentes: la sustancia gris y la sustancia blanca.
La sustancia gris está constituida por los cuerpos de las neuronas y las dendritas.
Constituye los centros nerviosos a los que llegan los impulsos originados por los estímulos;
de estos centros parten los impulsos hacia los órganos efectores. La sustancia gris es
interna en la médula, el bulbo y la protuberancia, mientras que en cerebro y cerebelo,
ocupa la parte externa (o corteza) y forma algunos núcleos internos.
La sustancia blanca, en cambio, está formada por los axones y sus envolturas, y es la
encargada de la conducción de los impulsos desde los centros y hacia ellos. Es externa en
la médula, el bulbo y la protuberancia, mientras que ocupa la posición interna en el
cerebelo y el cerebro.

El impulso nervioso

Los impulses nerviosos son producidos en la membrana del axón.


La conducción del impulso nervioso ha sido comparada con la transmisión de la
electricidad mediante un conductor. Dicha comparación sólo es válida en sus aspectos
más elementales, ya que el impulso nervioso es en realidad un fenómeno de naturaleza
electroquímica cuya velocidad de transmisión sólo alcanza los 120 m/s.
Una fibra nerviosa en estado de reposo se encuentra polarizada y su membrana separa
dos soluciones de diferente composición química: el citoplasma y el espacio extracelular.
En el exterior predominan iones de sodio (Na +), mientras que en el interior de la fibra hay
predominio de iones de potasio (K +). El interior de la membrana es eléctricamente
negativo en comparación con el exterior.
La estimulación de la fibra provoca cambios en la permeabilidad de la membrana
generando una inversión de cargas (despolarización) y un desplazamiento de los iones
(por canales que se abren como compuertas), cuya consecuencia es el desplazamiento del
impulso a lo largo de la fibra. Se dice que ocurre un potencial de acción. Así, la
estimulación provoca, en un sector de la fibra, la entrada de sodio y la salida de potasio,
quedando el interior electropositivo y el exterior electronegativo.

.
Figura 14. Transmisión del impulso nervioso.
Este intercambio se realiza progresivamente: un potencial de acción estimula la
producción del siguiente a lo largo del axón. A medida que un sector se despolariza, el
anterior vuelve a polarizarse al retornar los iones a su posición normal
Sinapsis

Es como se denomina a las uniones especializadas que forman las neuronas con otras
células. Las sinapsis pueden ser de naturaleza eléctrica ó química. La mayoría de las
conexiones neuronales en los mamíferos se constituyen mediante sinapsis químicas.
En este último caso, cuando un impulso nervioso es conducido hasta el final del axón
(terminal axónica), provoca la liberación de neurotransmisores. Los mismos viajan desde
esta neurona (pre-sináptica) hasta la siguiente (post-sináptica), atravesando el espacio
entre ambas (hendidura sinápticas).

Los neurotransmisores difunden hasta la neurona post-sináptica y se unen a sus proteínas


receptoras de membrana. Así es como el impulso es transmitido desde una célula a otra.
Algunos neurotransmisores causan la despolarización de la membrana; otros, producen la
inhibición del impulso por hiperpolarización.

Figura 15: Sinapsis.

La llegada de un potencial de acción a la terminal axónica de una célula presináptica está


acompañada por cambios en la concentración iónica. Estos cambios son transmitidos a
través de las uniones de hendidura (nexus) a la célula postsináptica, donde despolarizan la
membrana celular e inician un nuevo potencial de acción. (b) Una sinapsis química. La
llegada de un potencial de acción en la terminal axónica inicia la fusión de vesículas
sinápticas con la membrana del axón, liberando moléculas de neurotransmisor en la
hendidura sináptica. Estas moléculas se difunden a la célula postsináptica, donde se
combinan con receptores específicos de membrana celular. Dada su forma, las terminales
nerviosas se conocen como perillas o botones.
Estructura y clasificación del sistema nervioso
Figura 3. Estructura general del sistema nervioso humano.

Sistema Nervioso Central

El Sistema Nervioso Central está compuesto por el encéfalo y la médula espinal, órganos
que están dentro de las estructuras óseas cráneo y columna vertebral, respectivamente.
El encéfalo está conformado principalmente por el cerebro, cerebelo, bulbo raquídeo y
otras pequeñas estructuras que los unen entre sí.

A. EL CEREBRO

Generalidades. Morfología externa e interna

Es el órgano más importante del sistema nervioso ya que es el centro de la motricidad


voluntaria, de la sensibilidad consciente y de las facultades intelectuales.
Alojado en la cavidad craneal, constituye las 4/5 partes del encéfalo (es decir, es el órgano
nervioso de mayor tamaño). Pesa unos 1200 gramos y sus dimensiones aproximadas son:
14 cm de ancho, 17 cm de largo y 13 cm de altura, siendo estos valores algo menores en la
mujer.
Figura 4. Aspecto externo del cerebro en su cara superior.

Su forma es ligeramente ovoide y su extremo anterior o frontal es algo más agudo que su
extremo posterior u occipital. Observado por su parte superior, presenta aspecto
abovedado con una neta división longitudinal (la cisura interhemisférica) que lo divide en
dos hemisferios.
La cara inferior es más o menos aplanada, y muestra diversas formaciones que vinculan
entre sí a ambos hemisferios.
Figura 5. Aspecto externo del cerebro en su cara inferior.

Toda superficie cerebral presenta líneas de diferente profundidad. Las menos profundas
son llamadas surcos, y las más profundas cisuras. Las cisuras dividen al hemisferio en
lóbulos, y los surcos a cada lóbulo en circunvoluciones.
Cada hemisferio cerebral (derecho e izquierdo) presenta tres caras: externa, interna e
inferior.
La cara externa es convexa y presenta tres cisuras: la de Rolando, la de Silvio y la
perpendicular externa, que la dividen en cuatro lóbulos: frontal, parietal, temporal y
occipital.
Figura 6. Aspecto externo de un hemisferio cerebral.

La cara interna es plana y permite observar en ella formaciones interhemisféricas, como el


cuerpo calloso (formado por fibras de sustancia blanca que unen los dos hemisferios),
cavidades como los ventrículos cerebrales y núcleos grises como los tálamos ópticos. Está
dividida por tres cisuras: la callosa marginal, la pendicular interna y la cisura calcarina.
Éstas determinan la formación de los lóbulos cuadriláteros, de la cuña, de las
circunvoluciones del cuerpo calloso y frontal interno.

Figura 7. Aspecto externo del cerebro en la cara interna de uno de sus hemisferios.

La cara inferior presenta una sola cisura, que es la parte inicial de la cisura de Silvio, que
divide la cara en dos lóbulos: el anterior u orbitario, y el posterior o temporoccipital.

Interiormente, se observa la disposición cortical de la sustancia gris, la sustancia blanca


interna, las tres cavidades o ventrículos cerebrales, y los núcleos grises internos ubicados
en la región basal. Los núcleos grises más importantes son: los tálamos ópticos, los
núcleos caudados y los cuerpos estriados.
Figura 8. Corte transversal del cerebro.

Merecen destacarse los tálamos ópticos como núcleos por donde pasan todas las vías
sensitivas conscientes que se dirigen a la corteza cerebral.
De la zona ubicada inmediatamente bajo los tálamos, llamada región del hipotálamo,
parten fibras que entran en relación directa con la glándula hipófisis, la cual tiene gran
implicancia en el sistema endocrino.
Los ventrículos contienen líquido cefalorraquídeo y se comunican entre sí. El ventrículo
medio mediante el acueducto de Silvio se conecta con el IVº ventrículo, y éste se continúa
en la médula como conducto del epéndimo.

MÉDULA ESPINAL

Ubicación, morfología, externa y estructura interna


Es un órgano cilíndrico algo aplanado en sentido antero-posterior que ocupa el conducto
medular existente en la columna vertebral. Se extiende desde el bulbo raquídeo hasta la
segunda vértebra lumbar, desde donde continúa hasta el coxis mediante un delgado
filamento llamado filum terminal. Su longitud es de unos 45 cm y su grosor es de 1 cm. El
filum terminal mide unos 20 cm de largo y 1 mm de grosor.
Figura 9. Morfología de la médula espinal

En su alojamiento dentro del conducto óseo, formado por los agujeros vertebrales, la
médula y los demás órganos del SNC, se presenta envuelta en tres membranas llamadas
meninges. La meninge interna o piamadre se ubica pegada al exterior de la médula. La
meninge media o aracnoides y la externa o duramadre se ubican próximas a la pared ósea
del conducto vertebral. Entre la piamadre y la aracnoides existe un espacio llamado
subaracnoideo ocupado por el líquido cefalorraquídeo, que completa la protección de la
médula.
Exteriormente, la médula presenta cuatro caras: anterior, posterior y dos laterales.
La cara anterior presenta el surco medio anterior en su parte central, y se extiende hacia
los costados hasta los surcos colaterales anteriores derecho e izquierdo, de los que
emergen las raíces motoras de los nervios raquídeos.

La cara posterior presenta un profundo surco medio posterior, y se extiende hacia los
costados hasta los surcos colaterales posteriores derecho e izquierdo, por donde ingresan
las raíces sensitivas de los nervios raquídeos.
Las caras laterales son las de ambos costados, comprendidas entre los surcos colaterales
anterior y posterior de cada hemimédula.

Figura 10. Morfología externa de la médula.

El corte transversal de la médula espinal permite observar la disposición de la sustancia


gris interna y la sustancia blanca en forma periférica. La sustancia gris adopta la
disposición de una letra «X» o «H» presentando un orificio central correspondiente al
conducto del epéndimo.

Figura 11. Morfología interna de la médula.


Los extremos posteriores de la «H» corresponden a las astas posteriores y en ellas
terminan las fibras sensitivas de los nervios raquídeos.
Los extremos anteriores corresponden a las astas anteriores y en ellas se encuentran las
neuronas, de las cuales se originan las fibras motoras de los nervios raquídeos.
Las cuatro astas de sustancia gris dividen a la sustancia blanca medular en cuatro
cordones: anterior, posterior y dos laterales.

Fisiología de la médula espinal

La médula espinal es un órgano de conducción de los impulsos nerviosos y es centro de las


actividades reflejas.
Los impulsos nerviosos generados por estímulos exteriores e interiores llegan a la médula
mediante la raíz sensitiva de los nervios raquídeos, y pasan de las astas posteriores a los
cordones posterior y laterales para ser conducidos por fibras sensitivas hasta centros
nerviosos de posición superior, constituyendo las vías sensitivas.
Los impulsos nerviosos que como respuesta a los estímulos se originan en centros
nerviosos superiores, descienden por las fibras del cordón anterior de la médula, pasan a
las astas anteriores y desde allí salen de la médula por las raíces motoras de los nervios
raquídeos, constituyendo las vías motoras.
Se llama acto reflejo a la respuesta inmediata, inconsciente e involuntaria que se produce
como reacción a un estímulo. Así, cuando la rodilla es golpeada levemente estando la
pierna en reposo, respondemos al estímulo extendiendo involuntariamente la pierna: se
produce así un acto reflejo.
En consecuencia, el arco reflejo es el recorrido del impulso nervioso durante la producción
del acto reflejo. En todo acto reflejo interviene un receptor, un centro nervioso y un
órgano efector.

Figura 12. Diagrama de un acto reflejo.


1. Piel; 2. Receptor; 3. Fibras sensitivas; 4. Neurona sensitiva; 5. Ganglio raquídeo; 6. Raíz sensitiva
de un nervio raquídeo; 7. Neurona intercalar; 8. Sustancia gris medular; 9. Neurona motora; 10.
Raíz motora del nervio raquídeo; 11. Nervio raquídeo; 12. Fibras motoras; 13. Músculos
(efectores).

En el caso del reflejo descrito, llamado rotuliano, el receptor lo constituyen las dendritas
de una neurona sensitiva que se encargan de percibir el estímulo. El impulso generado por
el estímulo es conducido hasta el cuerpo de la neurona sensitiva ubicada en el ganglio
raquídeo de la raíz posterior del nervio raquídeo. Desde allí, mediante el axón, el estímulo
llega hasta el asta posterior de la sustancia gris medular que actúa como centro. El axón
de la neurona sensitiva hace sinapsis con las dendritas de una neurona intercalar que
recibe el estímulo (receptor), y mediante su axón lo transmite a las dendritas de una
neurona motora ubicada en la sustancia gris del asta anterior y que se encarga de elaborar
la respuesta. El estímulo conducido por el axón de la neurona motora emerge por la raíz
anterior del nervio raquídeo y termina su recorrido en un músculo que actúa como órgano
efector, reacciona y se contrae produciendo movimiento.

En síntesis, en todo reflejo intervienen: un receptor, un nervio sensitivo, un centro


medular, un nervio motor y un órgano efector.

Sistema Nervioso Periférico

Divisiones del Sistema Nervioso Periférico

Las vías motoras del SNP pueden, su vez, subdividirse en somáticas (A) y autónomas (B).
Comúnmente, la distinción hecha en somático y autónomo, hace referencia a sistemas
“voluntario” e “involuntario” respectivamente. Esto surge debido a que el sistema
somático controla a los músculos esqueléticos (los músculos que pueden moverse a
voluntad), mientras que el sistema autónomo está formado por nervios motores que
controlan al músculo cardíaco, glándulas y músculo liso (músculos implicados en funciones
vitales de los órganos internos).

A. Sistema Nervioso Somático

Anatómicamente, las neuronas motoras del sistema somático con distintas y están
separadas de las del sistema nervioso autónomo, aunque los axones del mismo tipo
pueden ser llevados dentro del mismo nervio. Los cuerpos celulares de las neuronas
motoras están localizados dentro del SNC, y los axones largos corren sin interrupción hacia
los músculos esqueléticos. Este sistema puede estimular o no estimular a un efector, no
puede inhibirlo.

B. Sistema Nervioso Autónomo

Sus centros reguladores se ubican en la médula espinal y en el bulbo raquídeo. El sistema


nervioso autónomo difiere del sistema somático anatómicamente, porque los axones que
surgen del sistema nervioso central (SNC) no se extienden sin interrupción hasta los
efectores. En lugar de ello establecen sinapsis fuera del SNC con las neuronas motoras,
que luego inervan los efectores. Las fibras que emergen del SNC se conocen como fibras
preganglionares, y las que terminan en los efectores se conocen como posganglionares.
Cabe resaltar que este sistema puede estimular o inhibir la actividad de un efector (otra
diferencia con el sistema somático).
El sistema nervioso autónomo consiste en las divisiones simpática y parasimpática:
 Las fibras preganglionares de la división parasimpática salen de la base del cerebro y
de la región sacra de la médula espinal, y establecen sinapsis con las neuronas
posganglionares en los órganos blanco o cerca de ellos.
 La división simpática se origina en las regiones torácica y lumbar. Las fibras
preganglionares de la región simpática hacen sinapsis con las neuronas
posganglionares de en la cadena de ganglios simpáticos o en otros ganglios, tales
como el ganglio celíaco, que es parte del plexo solar.

Las fibras motoras parasimpáticas y simpáticas actúan sobre los mismos órganos,
otorgando una doble inervación pero de efectos opuestos. Así, los órganos estimulados,
excitados o acelerados por el sistema parasimpático, son inhibidos, relajados o retardados
por acción del sistema simpático. A esto se lo denomina equilibrio en el funcionamiento
neurovegetativo y es uno de los aspectos fundamentales en la conservación de la salud.
La mayoría de los órganos internos, aunque no todos, están inervados por ambas
divisiones. El sistema nervioso autónomo controla, entre otras, las funciones involuntarias
de la musculatura visceral lisa, del corazón y de las glándulas.
Figura 13. División simpática y parasimpática del sistema nervioso autónomo. Se observan
las distintas fibras con sus funciones asociadas.

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