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SISTEMA NERVIOSO
Introducción
Hemos aprendido que existe una constante interrelación entre el individuo y el medio, la
que permite una “adaptación” al mismo, y genera respuestas a los estímulos y cambios
que de él proceden.
Así, debe existir un equilibrio en la relación organismo-ambiente y una coordinación de
funciones a nivel del individuo que faciliten el logro de ese equilibrio.
El logro de esta coordinación funcional está a cargo de un doble mecanismo de control
integrado por los sistemas nervioso y endocrino.
El conocimiento y la percepción del medio externo dependen de los órganos de los
sentidos, y las respuestas a los estímulos percibidos se traducen, muchas veces, en acción
o movimiento a través del aparato locomotor.
En los capítulos que integran esta unidad desarrollaremos brevemente el estudio del
sistema nervioso, del sistema endocrino u hormonal y del aparato locomotor.
Generalidades
TEJIDO NERVIOSO
El tejido nervioso constituye los órganos que integran el sistema nervioso. Sus funciones
son la recepción, la conducción y la transmisión de los impulsos nerviosos.
Las células que lo forman son sumamente modificadas. Las células nerviosas, o neuronas,
tienen regiones especializadas que producen y conducen impulsos eléctricos. Poseen
función de control y coordinación. Existen también células de la neuroglia, que dan sostén
a las neuronas pero no conducen impulsos eléctricos. El espacio intercelular está ocupado
por células de tejido conjuntivo.
Las neuronas presentan un cuerpo celular (soma) de forma estrellada, con un citoplasma
que contiene gran cantidad de neurofibrillas. El cuerpo celular posee además numerosas
prolongaciones exteriores de diferente longitud: las dendritas, cortas y muy ramificadas, y
el axón, mucho más largo y sólo ramificado en su extremo terminal.
Figura 15. Estructura de una neurona mielinizada.
Varias dendritas salen del cuerpo celular, así como un único largo axón. En algunas
neuronas especializadas para una rápida conducción de la señal, el axón está encerrado
en una funda de mielina que se interrumpe a intervalos. En su distante final, el axón
puede ramificarse para terminar en más de una célula.
Neuronas sensitivas
Son las que reciben información acerca de las condiciones del cuerpo y el ambiente
externo; envían impulsos desde los receptores sensoriales al SNC. Por ejemplo: los
bastones y conos (en la retina), y los receptores de tensión muscular. Ubicadas en los
ojos, orejas, superficie de la piel.
Neuronas motoras
Conducen impulsos nerviosos fuera del SNC hacia los órganos efectores (músculos y
glándulas). Se ubican en el cerebro y la médula espinal.
En la estructura del sistema nervioso se distinguen dos tipos de sustancias que por su
disposición y color, distinguen regiones diferentes: la sustancia gris y la sustancia blanca.
La sustancia gris está constituida por los cuerpos de las neuronas y las dendritas.
Constituye los centros nerviosos a los que llegan los impulsos originados por los estímulos;
de estos centros parten los impulsos hacia los órganos efectores. La sustancia gris es
interna en la médula, el bulbo y la protuberancia, mientras que en cerebro y cerebelo,
ocupa la parte externa (o corteza) y forma algunos núcleos internos.
La sustancia blanca, en cambio, está formada por los axones y sus envolturas, y es la
encargada de la conducción de los impulsos desde los centros y hacia ellos. Es externa en
la médula, el bulbo y la protuberancia, mientras que ocupa la posición interna en el
cerebelo y el cerebro.
El impulso nervioso
.
Figura 14. Transmisión del impulso nervioso.
Este intercambio se realiza progresivamente: un potencial de acción estimula la
producción del siguiente a lo largo del axón. A medida que un sector se despolariza, el
anterior vuelve a polarizarse al retornar los iones a su posición normal
Sinapsis
Es como se denomina a las uniones especializadas que forman las neuronas con otras
células. Las sinapsis pueden ser de naturaleza eléctrica ó química. La mayoría de las
conexiones neuronales en los mamíferos se constituyen mediante sinapsis químicas.
En este último caso, cuando un impulso nervioso es conducido hasta el final del axón
(terminal axónica), provoca la liberación de neurotransmisores. Los mismos viajan desde
esta neurona (pre-sináptica) hasta la siguiente (post-sináptica), atravesando el espacio
entre ambas (hendidura sinápticas).
El Sistema Nervioso Central está compuesto por el encéfalo y la médula espinal, órganos
que están dentro de las estructuras óseas cráneo y columna vertebral, respectivamente.
El encéfalo está conformado principalmente por el cerebro, cerebelo, bulbo raquídeo y
otras pequeñas estructuras que los unen entre sí.
A. EL CEREBRO
Su forma es ligeramente ovoide y su extremo anterior o frontal es algo más agudo que su
extremo posterior u occipital. Observado por su parte superior, presenta aspecto
abovedado con una neta división longitudinal (la cisura interhemisférica) que lo divide en
dos hemisferios.
La cara inferior es más o menos aplanada, y muestra diversas formaciones que vinculan
entre sí a ambos hemisferios.
Figura 5. Aspecto externo del cerebro en su cara inferior.
Toda superficie cerebral presenta líneas de diferente profundidad. Las menos profundas
son llamadas surcos, y las más profundas cisuras. Las cisuras dividen al hemisferio en
lóbulos, y los surcos a cada lóbulo en circunvoluciones.
Cada hemisferio cerebral (derecho e izquierdo) presenta tres caras: externa, interna e
inferior.
La cara externa es convexa y presenta tres cisuras: la de Rolando, la de Silvio y la
perpendicular externa, que la dividen en cuatro lóbulos: frontal, parietal, temporal y
occipital.
Figura 6. Aspecto externo de un hemisferio cerebral.
Figura 7. Aspecto externo del cerebro en la cara interna de uno de sus hemisferios.
La cara inferior presenta una sola cisura, que es la parte inicial de la cisura de Silvio, que
divide la cara en dos lóbulos: el anterior u orbitario, y el posterior o temporoccipital.
Merecen destacarse los tálamos ópticos como núcleos por donde pasan todas las vías
sensitivas conscientes que se dirigen a la corteza cerebral.
De la zona ubicada inmediatamente bajo los tálamos, llamada región del hipotálamo,
parten fibras que entran en relación directa con la glándula hipófisis, la cual tiene gran
implicancia en el sistema endocrino.
Los ventrículos contienen líquido cefalorraquídeo y se comunican entre sí. El ventrículo
medio mediante el acueducto de Silvio se conecta con el IVº ventrículo, y éste se continúa
en la médula como conducto del epéndimo.
MÉDULA ESPINAL
En su alojamiento dentro del conducto óseo, formado por los agujeros vertebrales, la
médula y los demás órganos del SNC, se presenta envuelta en tres membranas llamadas
meninges. La meninge interna o piamadre se ubica pegada al exterior de la médula. La
meninge media o aracnoides y la externa o duramadre se ubican próximas a la pared ósea
del conducto vertebral. Entre la piamadre y la aracnoides existe un espacio llamado
subaracnoideo ocupado por el líquido cefalorraquídeo, que completa la protección de la
médula.
Exteriormente, la médula presenta cuatro caras: anterior, posterior y dos laterales.
La cara anterior presenta el surco medio anterior en su parte central, y se extiende hacia
los costados hasta los surcos colaterales anteriores derecho e izquierdo, de los que
emergen las raíces motoras de los nervios raquídeos.
La cara posterior presenta un profundo surco medio posterior, y se extiende hacia los
costados hasta los surcos colaterales posteriores derecho e izquierdo, por donde ingresan
las raíces sensitivas de los nervios raquídeos.
Las caras laterales son las de ambos costados, comprendidas entre los surcos colaterales
anterior y posterior de cada hemimédula.
En el caso del reflejo descrito, llamado rotuliano, el receptor lo constituyen las dendritas
de una neurona sensitiva que se encargan de percibir el estímulo. El impulso generado por
el estímulo es conducido hasta el cuerpo de la neurona sensitiva ubicada en el ganglio
raquídeo de la raíz posterior del nervio raquídeo. Desde allí, mediante el axón, el estímulo
llega hasta el asta posterior de la sustancia gris medular que actúa como centro. El axón
de la neurona sensitiva hace sinapsis con las dendritas de una neurona intercalar que
recibe el estímulo (receptor), y mediante su axón lo transmite a las dendritas de una
neurona motora ubicada en la sustancia gris del asta anterior y que se encarga de elaborar
la respuesta. El estímulo conducido por el axón de la neurona motora emerge por la raíz
anterior del nervio raquídeo y termina su recorrido en un músculo que actúa como órgano
efector, reacciona y se contrae produciendo movimiento.
Las vías motoras del SNP pueden, su vez, subdividirse en somáticas (A) y autónomas (B).
Comúnmente, la distinción hecha en somático y autónomo, hace referencia a sistemas
“voluntario” e “involuntario” respectivamente. Esto surge debido a que el sistema
somático controla a los músculos esqueléticos (los músculos que pueden moverse a
voluntad), mientras que el sistema autónomo está formado por nervios motores que
controlan al músculo cardíaco, glándulas y músculo liso (músculos implicados en funciones
vitales de los órganos internos).
Anatómicamente, las neuronas motoras del sistema somático con distintas y están
separadas de las del sistema nervioso autónomo, aunque los axones del mismo tipo
pueden ser llevados dentro del mismo nervio. Los cuerpos celulares de las neuronas
motoras están localizados dentro del SNC, y los axones largos corren sin interrupción hacia
los músculos esqueléticos. Este sistema puede estimular o no estimular a un efector, no
puede inhibirlo.
Las fibras motoras parasimpáticas y simpáticas actúan sobre los mismos órganos,
otorgando una doble inervación pero de efectos opuestos. Así, los órganos estimulados,
excitados o acelerados por el sistema parasimpático, son inhibidos, relajados o retardados
por acción del sistema simpático. A esto se lo denomina equilibrio en el funcionamiento
neurovegetativo y es uno de los aspectos fundamentales en la conservación de la salud.
La mayoría de los órganos internos, aunque no todos, están inervados por ambas
divisiones. El sistema nervioso autónomo controla, entre otras, las funciones involuntarias
de la musculatura visceral lisa, del corazón y de las glándulas.
Figura 13. División simpática y parasimpática del sistema nervioso autónomo. Se observan
las distintas fibras con sus funciones asociadas.