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Diótrefes, Pródigo de Preeminencia

(3 Juan)

INTRODUCCIÓN: ¿En qué piensan si nombro la palabra preeminencia?


Preeminencia significa prominencia, es decir, estar en la más alta posición. Si
hablo de preeminencia en béisbol, música, política, etc., podrían pensar en
cualquier persona que se destaca en esas áreas.

Pero si menciono gente que ama el tener preeminencia, la connotación


cambia. Se convierte en algo siniestro, pues se refiriere a gente que desea
brillar o ser el foco de atención de los demás.

Uno de los libros más cortos de la Biblia, 3 Juan, describe a un hombre que
buscaba esta clase de atención y poder.

Juan dice que escribió una carta a la iglesia, pero Diótrefes no la recibió
porque amaba tener la preeminencia en la iglesia. Rehusó aceptar la
influencia del Apóstol. La verdad es que, si hay algo superficial, desagradable
en una persona, al darle un poco de autoridad esto será puesto en evidencia.
Desafortunadamente, esto fue verdad en Diótrefes.

1.- CARÁCTER DE DIOTREFES

Diótrefes quizás fue un diácono o el pastor de la iglesia. No lo sabemos; pero


lo que haya sido, gozaba de mucho poder.

Juan supervisaba a un grupo de iglesias y, con esta autoridad, escribió una


carta a la iglesia de la cual Diótrefes era parte. Pero el vengativo Diótrefes la
interceptó y la destruyó.

A Diótrefes le gustaba tener la preeminencia. Deseaba ser el primero y el


principal en la iglesia local. Tener el poder de manejar la iglesia a su manera.
Ese peligroso y mal carácter de Diótrefes es visto hoy en las iglesias donde un
hombre o una mujer aman tener la más alta posición.
Él había olvidado que la humildad es un honor. Proverbios 15:33 nos recuerda
que: A la honra precede la humildad. La una precede a la otra. La humildad es
la más segura senda hacia la exaltación, pero Diótrefes amaba tanto el primer
lugar, que no podía esperar siguiendo el camino de la humildad, así que tomó
el atajo de la dominación.

Desafortunadamente, pocas iglesias se escapan de tener un Diótrefes. Alguien


cuyo nombre puede ser un poco diferente, pero cuyo carácter no lo es. Estos
son cristianos que han tomado malas decisiones.

2.- LA CONDUCTA DE DIOTREFES (v. 10)

En el intento de tener la preeminencia, trató pobremente a Juan, murmurando


en contra de él palabras maliciosas. El amante de la preeminencia habló sin
sentido en contra del Apóstol y se burló de su autoridad. Andando en su
propio orgullo, Diótrefes calumnió al Apóstol, difamando la reputación de uno
de los más queridos discípulos de Jesús, pero nadie puede aumentar su propia
reputación disminuyendo la de otros.

Pero había algo más profundo en la conducta de Diótrefes que daba más
problema al Apóstol. No contento con difamar a Juan, no recibía a los
enviados a la iglesia desde iglesias hermanas, encerrándola bajo un firme
control y no permitiendo alguna influencia externa.

Pero hay más. Diótrefes prohibió a otros miembros de la iglesia, recibir a los
misioneros visitantes. Ejercía control total sobre la congregación y la dirigía
de acuerdo a su voluntad. El problema de la preeminencia es tan prevaleciente
hoy que muchas iglesias están estancadas debido a ello y otras se han dividido.

Hay tal lucha por el poder en muchas iglesias, que el ES ha decidido


retroceder y dejar a las partes pelear solas. Esa es la conducta de Diótrefes y
está lejos de agradar a Dios.

3.- CONDENACION DE DIOTREFES

Hay tres versículos en 3 Juan que hablan de Diótrefes (v.9-11)


El v.9 advierte sobre su carácter y el v.11 dice: Amado, no imites lo malo sino
lo bueno. Orgullo y humildad son contrarios; Dios resiste al orgulloso, pero
da gracia al humilde. Diótrefes estaba lleno de orgullo. Quería controlar todos
los asuntos de la iglesia, pero su conducta fue condenada por Dios.

¿Cómo Diótrefes vagaba tan lejos de Dios mientras todavía servía en la


iglesia? ¿Qué lo hizo un pródigo? El no tener la mente de Cristo: No hagan
nada por contienda o por vanagloria: antes bien con humildad, estimando a
cada uno a los demás como superiores a sí mismo, no mirando cada uno por
lo suyo propio, sino cada cual también por lo de los otros. Haya pues en
vosotros este sentir que hubo en Cristo Jesús. (Filipenses 2:3-5)

CONCLUSIÓN: Nada asfixia más rápidamente a una iglesia que la presencia


de un Diótrefes, es decir, uno que quiere dominar los asuntos de la
congregación. No debemos olvidar que Cristo es la cabeza del cuerpo, que es
la iglesia... para que en todo tenga la preeminencia (Colosenses 1:18)

¡Sólo Jesús merece la preeminencia en la iglesia local!

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