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FUNDAMENTACIÓN

He relacionado mi tarea escrita con la parte 4 (Literatura: estudio crítico).


Concretamente con uno de los libros estudiados: Del amor y otros demoniosi, de
Gabriel García Márquez.

Mi objetivo es profundizar en la vida de Dominga de Adviento, la esclava negra


que crio a Sierva María de todos los Ángeles.

Pretendo crear un nuevo fragmento que podría haber estado incluido en el primer
capítulo del libro original; cuando se menciona por segunda vez el orden que
Dominga traía a la casa. Aportaré nueva información sobre su personaje sin
afectar a la historia general; imitando la forma que utiliza el escritor al profundizar
en el pasado de otros personajes como Bernarda Cabrera, el Marques de
Casalduero o Cayetano Delaura; comenzando con su relación con Cartagena de
Indias o con la mansión señorial; incluyendo detalles sobre su formación;
narrando desde hechos generales de su vida hasta eventos específicos que
aportan información concisa; y terminando con su conexión con la trama en el
momento que transcurre la historia.

He analizado la novela y un estudio de la mismaii para identificar el estilo


narrativo y los recursos estilísticos del autor y así plasmarlos después en mi
tarea: metáforas simbólicas, descripciones detalladas de lugares y ambientes,
figuras retóricas como la sinestesia para crear efectos sensoriales, un lenguaje
recargado mezclado con expresiones caribeñas y diálogos en estilo directo.
Además de hacer continuas alusiones con intencionalidad crítica a las
instituciones de la iglesia y empleando el realismo mágico tan característico de
las novelas de García Márquez.

También he explorado varias fuentes para adecuar mi tarea al contexto histórico


de la novela y hacerla más verosímil. Concretamente he investigado sobre la
religión yorubaiii, el tráfico negrero en el siglo XVIIIiv y la evangelización de los
esclavos en Sudaméricav.

NÚMERO DE PALABRAS: 291


PROFUNDIZACIÓN EN LA HISTORIA DE DOMINGA DE ADVIENTO EN
“DEL AMOR Y OTROS DEMONIOS”

Dominga de Adviento llevaba en el patio de servidumbre desde mucho antes de


lo que ninguno de los esclavos de la casa era capaz de recordar.
En tiempos del primer marqués, cuando Cartagena aún bullía en la abundancia
por la presencia de uno de los principales puertos negreros de las Indias, la
familia Casalduero poseía importantes haciendas y prósperas empresas de
comercio, entre las que se encontraba el tráfico de esclavos. El marqués
compraba grandes cargamentos a una empresa de “Asientos” portugueses, para
después redistribuirlos por el interior del Virreinato.

Aquella mañana de diciembre, que se recordaba inusualmente calurosa, las


brisas del este inundaban la ciudad y traían aromas de azufre y pasiflora1
Antes de que sonaran las campanas de las diez, llegó un barco lleno de cautivos
Lucumies2 procedente del delta del Níger.
Desde hacía una semana, se escuchaban historias por todo el puente de
Getsemaní que rumoreaban sobre una negra robusta de más de dos metros de
altura, que había dado a luz en el barco a una bamba cuyos gritos se escucharon
desde la costa.
Los chismes llegaron a oídos del joven y supersticioso marqués, que quedó
asombrado por la resistencia y fortaleza que la nigeriana debía poseer. No era
algo común que ocurriera un parto exitoso en un galeón en alta mar, con otros
setenta y ocho negros hacinados alrededor, ni que los llantos de la niña
superaran la fuerza del agua y la distancia. Debía ser cosa divina3.
Tan pronto como supo que el barco que esperaban pertenecía a la compañía
portuguesa que le vendía los cargamentos, tomó una decisión: la negra y su cría
recién nacida se quedarían en la casa señorial para servirles a él, a su mujer y a
su madre enferma, junto con los otros esclavos que habían sido cuidadosamente
seleccionados por el marqués por su alto valor en el mercado.

Como buen devoto, el marqués, tan pronto como adquirió a las esclavas, acordó
con el cura de una parroquia en los arrabales la fecha para que fueran bautizadas
lo antes posible. A Dominga de Adviento la llamaron como tal por la coincidencia
de su bautismo con la festividad cristiana. Sin embargo, su recién nacida de ojos
lúcidos y piel delicada, acabó bajo tierra antes de la celebración por muerte
súbita.

Tras la pérdida de su hija, Dominga de Adviento vivió una profunda inmersión en


el culto de sus dioses africanos a la vez que, obligada por la marquesa, acudía
a las misas y las celebraciones católicas ordenadas por el obispado para
evangelizar a los esclavos. Poco a poco el cristianismo comenzó a coexistir con
su fe yoruba, pues ambas en conjunto otorgaban paz a su alma atormentada.
Mientras tanto, sirvió en la casa señorial con una eficacia ejemplar.

1
Flor originaria de América tropical considerada en la cultura popular como un símbolo católico
de la pasión de cristo.
2
Gentilicio nigeriano.
3
El olor a pasiflora lo presagiaba.
A causa de las sucesivas adquisiciones del marqués, la población del fragoroso
patio de esclavos creció hasta casi convertirse en un pueblo dentro de la casa
donde convivían más de tres distintas hablas, culturas y creencias africanas y
donde se desarrollaban festividades y celebraciones conjuntas.

Fueron años prósperos para la familia Casalduero, que nadaba en la abundancia


que los comercios de harina, cacao, esclavos y el trapiche de Mathates
aportaban.

Durante ese tiempo, la fe cristiana de Dominga creció y con ella su obsesión por
el pecado y el castigo divino. Esto reforzó su carácter fuerte y autoritario que la
llevó a convertirse en una figura de mando para los demás esclavos, haciéndoles
cumplir las normas de la casa.

«Obedecer es nuestro deber sagrado», decía a los negros y negras jóvenes, «y


como tal, garantizará nuestra ascensión a los cielos o la reencarnación terrenal».

Su inteligencia, su dominio de los idiomas, y su amplio conocimiento de la moral


de todas las religiones presentes en la mansión señorial, le permitieron mediar
entre ambos mundos y mantener el orden.

Cuando el heredero único del primer marqués nació, ayudó a la marquesa a


criarlo, por lo que se formó cierto vínculo maternal con Don Ignacio, aunque este
nunca dio señales de amar a nadie.
A la muerte del primer marqués, el joven Don Ignacio de Alfaro y Dueñas recién
casado con Doña Olalla de Mendoza, era considerado poco apto para dirigir
nada. Por ello, fue la mujer yoruba la que, en las sombras, llevó las riendas y el
cuidado de la casa con la plena confianza del nuevo señor de Casalduero.
La estabilidad y la comodidad reinó en la mansión durante largos años hasta que
la muerte de la marquesa marcó un periodo inactivo y silencioso que se cernió
sobre la casa, volviendo el ambiente lúgubre y las tardes pesadas y densas.

Con la llegada de Bernarda, una mestiza parrandera hija de comerciante, a la


vida del marqués, la actividad y el comercio volvieron.
Dominga sintió desde el primer momento un profundo desprecio hacia la nueva
mujer de la casa. Fiel a los principios morales cristianos, consideraba a Bernarda
pecadora por naturaleza y su unión con el marqués, una mancha imborrable en
el honor de la familia que tan respetada fue antaño.
A pesar de obedecerla como su esclava, la castigó con un silencio abismal.
Sin embargo, con el nacimiento convulso de la primogénita del nuevo
matrimonio, Sierva María de todos los Ángeles, el corazón de Dominga se
ablandó, sintiendo una conexión innata con la marquesita, que aun no siendo de
su sangre, la sintió como una reencarnación yoruba de su difunta niña, la bautizó
y la consagró a sus santos.
Esto devolvió el color a sus días, y con ánimos reforzados crio y formó a la niña
como a una negra, mientras continuaba mandando entre los esclavos y llevando
la casa con mano maestra, hasta que un buen día murió de tan vieja que era,
postrada en su hamaca de palmiche indio.

NÚMERO DE PALABRAS: 972


BIBLIOGRAFÍA:

i
Gabriel García Márquez. (1994). Del Amor y otros Demonios. Colombia: Alfred
A. Knopf.
ii
Evangelia Tzeremaki. (2016) Espacios de Amor y poder en Del Amor y otros
Demonios.
España: Universidad de Granada.
Recuperado el 30 de septiembre de 2018 de
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iii
Iyamioya. (10 de marzo de 2011). Conceptos yoruba sobre la reencarnación.
Ikú-Oró-Orún.
Recuperado el 28 de septiembre de 2018 de http://iiku-oro-
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iv
Ildefonso Gutiérrez Azopardo. (1987). El comercio y mercado de negros
esclavos en Cartagena de Indias (1533-1850). Colombia: Universidad de los
Andes-Bogotá.
Recuperado el 27 de septiembre de 2018 de
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3okR4_xfhRV1HYawT3go2U
v
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integración en el mundo americano. Sevilla, España: CSIC - Escuela de
Estudios Hispano-Americanos (EEHA).
Recuperado el 28 de septiembre de 2018 de
http://digital.csic.es/bitstream/10261/28969/1/Negros%2c%20mulatos-Vila.pdf

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