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¿Vamos Todos Al Mismo Lugar
¿Vamos Todos Al Mismo Lugar
Se oye el concepto con frecuencia, «todos vamos al mismo lugar, pero por las
vías diversas.» Es cierto que la mayoría desea sinceramente agradar a Dios, pero
ese deseo en sí no es suficiente. En el Antiguo Testamento, Caín y Abel los dos
desearon agradar a Dios, y los dos le sirvieron, pero en Génesis 4, la ofrenda de
Abel fue aceptada mientras la ofrenda de Caín fue rechazada. Simplemente el
luchar en sí no basta.
En Levítico 10:1-3, los hijos de Aarón, Nadab y Abiú, sirvieron al mismo Dios
que su tío Moisés y su padre Aarón. Pero, los hijos fueron condenados mientras
que Moisés y Aarón fueron aceptados. Simplemente servir en sí no es suficiente.
En Números capítulos 13 al 14, leemos de los doce espías que fueron enviados
para reconocer la tierra de Canaán. Todos sivieron al mismo Dios. Todos
hicieron un esfuerzo para cumplir su voluntad. Y todos lucharon para obedecer la
voz de Jehová. Pero, solamente dos de los doce, Josué y Caleb, fueron
bendecidos, porque habían obedecido por completo. Los otros dudaron y por
tanto fueron rechazados. El mero hecho de hacer algo por Dios no basta. (Escriba
a: La Verdad Para el Mundo, Apartado 515, Villa Rica, Georgia, 30180 EE.UU.;
Apartado 515, Villa Rica, Georgia, 30180.)
Estimado oyente, por favor, escuche bien: el concepto de que todas las diferentes
iglesias cristianas son nada más que distintos caminos para llegar al mismo
destino del cielo es concepto antibíblico. Se lo digo con todo respeto y amor.
Simplemente el luchar o el esforzarse por Cristo no es suficiente. Pablo escribio
en 2 Timoteo 2:3-5: «Tú, pues, hijo mío, esfuérzate en la gracia que es en Cristo
Jesús. Lo que has oído de mí ante muchos testigos, esto encarga a hombres fieles
que sean idóneos para enseñar también a otros. Tú, pues, sufre penalidades como
buen soldado de Jesucristo. Ninguno que milita se enreda en los negocios de la
vida, a fin de agradar a aquel que lo tomó por soldado. Y también el que lucha
como atleta, no es coronado si no lucha legítimamente.» Entonces, hay que, no
solamente luchar, sino luchar legítimamente. Estimado oyente, ¿cuándo va a
despertarse el mundo cristiano para ver esta realidad bíblica? ¿Cuándo vamos a
ver que no importa si somos discípulos, si somos seguidores, si somos devotos, si
somos estudiantes, si somos miembros de cierta denominación? Tenemos que
entender que lo que importa es si estamos luchando legítimamente. Eso es decir,
luchar de acuerdo con las enseñazas bíblicas que son únicas, exclusivas, y
finales. 1 Corintios 9:24 nos pregunta y nos exhorta: «¿No sabéis que los que
corren en el estadio, todos a la verdad corren, pero uno solo se lleva el premio?
Corred de tal manera que lo obtengáis.» Hay tal manera por la cual podemos
obtener el premio. También, hay muchas maneras por las cuales podemos correr
pero al fin y al cabo no obtener el premio. ¿Está Ud. luchando legítimamente? No
vamos todos al mismo lugar. Hay que creer en Cristo (Marcos 16:16),
arrepentirse de sus pecados (Hechos 2:38), confesar a Cristo (Romanos 10:9,10),
y ser inmersionado en agua en el nombre de Cristo para el perdón de sus pecados
(Hechos 2:38; Hechos 22:16)