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Análisis de Rima IV

En este texto se analizará la Rima IV del autor Gustavo Adolfo Bécquer. Éste fue un
escritor y narrador español del siglo XIX y uno de los representantes del Romanticismo.
Su obra más prolífica fueron las Rimas, de las cuales el poema analizado en cuestión
forma parte.
El Romanticismo fue una corriente literaria surgida en Alemania a finales del siglo
XVIII. Este movimiento se basaba en el Idealismo y tenía como sentimientos
predominantes la frustración, la angustia y el resentimiento ante una realidad no ideal.
El Romanticismo se dividió en dos corrientes: el Romaticismo Social y el
Romanticismo Sentimental. Este último (en el cual se destacó Becquer) se caracterizaba
por un exceso de subjetividad y egocentrismo, a través del cual el autor manifestaba sus
sentimientos (de ahí el nombre de la corriente). Los sentimientos predominantes eran la
frustración, la angustia y el resentimiento, acompañados de un vacío existencial. El
romántico no tiene matices a la hora de analizar o describir una situación (todo es bueno
o malo), y vive en la búsqueda permanente de la libertad. Al chocar con una realidad
indeseada, el romántico se evade de la misma.
La Rima IV de Gustavo Adolfo Bécquer es un poema romántico, por lo tanto presenta
rasgos propios de este período, ya que aborda los elementos centrales e inspiradores de
la poesía y plantea a esta misma como algo mas allá de todos los humanos, algo que está
presente en todos los ámbitos de la vida, a través del uso de recursos literarios propios
del romanticismo.
El autor plantea a lo largo de todo el poema que la poesía siempre existirá, siempre que
exista algo lo suficientemente bello que le proporcionan ciertos elementos que la poesía
trata y analiza y que le sirvan de inspiración. Además, pone a la poesía por encima del
hombre y de cualquier escritor (poesía más allá del poeta).
Los elementos con los que la poesía romántica trata, según Bécquer son: la belleza de la
naturaleza, el amor que no puede ser definido, y los misterios de la vida y del ser
humano en general.
Para dar a entender todo esto en el poema, el autor utiliza ciertos recursos literarios que
son carácterísticos del Romanticismo. Éstos son la anáfora (repetición de una
palabra-“mientras”- al comienzo de los versos) que acompaña a un paralelismo
semántico constante en la forma de expresar todo lo que es considerado bello y le da
sentido y existencia a la poesía, también a través de múltiples imágenes sensoriales y
personificaciones, además del uso de hipérbaton, sinestesia, y repetición.
Desde un comienzo, y a lo largo del poema, el autor expresa la fe que tiene en la poesía,
presente en todos los aspectos de la vida, a través de la repetición de la frase “¡habrá
poesía!”.
Los elementos trabajados por la poesía se expresan a lo largo del poema. La belleza de
la naturaleza se muestra en las estrofas 2 y 3, “mientras el sol (…) mientras haya en el
mundo primavera” exaltan la belleza de la naturaleza con el uso de la personificación
(“el aire en su regazo lleve”, “el sol vista”) y la sinestesia (“perfumes y armonías”).
Los misterios de la vida están presentes en las estrofas 4 y 5, en donde se cuenta sobre
los aspectos que la ciencia y el conocimiento desconocen, y lo ignoto de la existencia
humana (aquí se expresa la angustia existencial propia del romántico)
Finalmente, en las estrofas siguientes, se trabaja el amor (utilizando diversos recursos)
en sus diferentes matices, y lo esencial que son éste y la mujer para la poesía (utilizando
diferentes recursos)

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