ZONAS ARIDAS

INTRODUCCIÓN

Las regiones áridas son áreas de escasa precipitación y como consecuencia la

cobertura vegetal es reducida o inexistente. Presentan una variable distribución ya que

se localizan en áreas de bajas y altas latitudes, en el interior de los continentes, en las

orlas litorales y también se ubican en zonas de elevada temperatura. Los desiertos fríos

situados en latitudes medias presentan una problemática específica, diferente a la de

los desiertos de las zonas cálidas, ya que están afectados por la actividad de los

procesos periglaciares.

Las características geológicas, climáticas y de vegetación de los ambientes

desérticos cálidos son muy variables. Estos se asientan sobre formaciones geológicas

de diferente posición y edad, con una plena estabilidad cortical o, por el contrario, con

una marcada actividad neo tectónica. Los climas de los desiertos son muy variables y

se caracterizan generalmente por la escasa precipitación y elevadas temperaturas con

una amplitud diaria. La vegetación es escasa y las actividades metabólicas llevadas a

cabo por las plantas se adaptan al amplio intervalo de temperaturas existentes. El agua

lo obtienen fundamentalmente a través de las raíces.

La disponibilidad viene reflejada por su balance hídrico y en los desiertos cálidos

la perdida de húmedas por evaporación y transpiración, además de ellos se puede

establecer el índice de humedad (Ih) teniendo en cuenta estos dos factores. Se

distinguen cuatro tipos de aridez: hiperárida, árida, semiárida y subhúmeda seca.

CAUSAS DE LA ARIDEZ
 Los principales factores de la aridez son de tipo climáticos, orográficos y

oceanográficos. De este modo:

Factor zonal. Está en relación con la situación de los desiertos tropicales y

subtropicales en la trayectoria de células anticiclónicas. Ocasionalmente pueden

penetrar en ellas sistemas de borrascas, aunque la precipitación de escasa. Se

caracteriza por extensas zonas de gran aridez, rodeadas por pequeñas franjas

semiáridas como el desierto de Sahara.

La continentalidad. Es la distancia entre el océano y el desierto. En latitudes

templadas, los frentes de productores de lluvia van perdiendo paulatinamente su

humedad a lo largo de su recorrido hacia el interior de los continentes y estas regiones

presentan inviernos fríos como los desiertos de Asia Central.

Efecto orográfico. En que las barreras montañosas dispuestas en el sentido meridiano

aíslan al territorio de los vientos húmedos. Es el caso de los desiertos al abrigo de

grandes cordilleras como el Chaco y la Patagonia Argentina.

Corrientes oceánicas frías. Como Humboldt y Benguela, inhiben la evaporación del

agua de la superficie del mar y las masas de aire forman bruma, siendo el caso de los

desiertos costeros frente a corrientes marinas frías en las fachadas occidentales de los

continentes como el desierto costero de Perú-Chile.

Efecto de albedo. En los desiertos cálidos el calentamiento genera corrientes

convectivas. Solo en desiertos te tonos blancos la reflexión puede ser máxima, sobre

todo si existe una cubierta de barnices desérticos.

RASGOS CLIMATICOS DE LOS DESIERTOS

Existen diferencias muy marcadas entre los desiertos fríos y cálidos.

  Desierto frio (<0°C). Están situados en latitudes medias, y su característica más

significativa es la gran oscilación térmica anual que presentan. La evaporación

es baja en los meses más fríos y suelen producirse fuertes vientos.

 Desierto cálido. Se localizan en las zonas tropicales y subtropicales en donde las

temperaturas son altas, precipitaciones muy variables y presenta una

evaporación elevada.

DIFERENCIACIÓN GEOMORFOLOGICA DE LAS ÁREAS DESÉRTICAS

La aplicación de pautas tales como procesos dominantes y tipo de morfoestructuras

generalizadas en los ambientes desérticos permite efectuar diferenciaciones simples,

que ilustran globalmente sobre los grandes rasgos geomorfológicos de estas zonas

morfoclimaticas.

En los desiertos se pueden reconocer dos grandes dominios en función de los

procesos principales actuantes:

o El dominio Eólico: Reinan las actividades erosivas y de sedimentación del viento.

La acumulación de partículas transportadas por el viento da origen a extensos

mares de arena, que cubren aproximadamente la cuarta parte de los desiertos.

o Dominio Fluvial: Resulta de la actividad erosiva y acumulativa de las aguas de

escorrentía, que es más evidente en las zonas semiáridas.

Ambos dominios se pueden superponerse, ya que la actividad de los procesos

eólicos y fluviales coexisten muchas veces en la misma zona. Por otra parte, los

cambios climáticos que ha ocurrido en el Cuaternario han producido modificaciones

importantes en la aridez de numerosas áreas.

Los desiertos de montañas y depresiones están constituidos por largas alineaciones

montañosas separadas por áreas deprimidas. Este relieve se configuro durante la

orogenia alpina y como consecuencia del contraste topográfico las zonas elevadas

han sufrido una constante denudación y los materiales resultantes se han alojado

en las depresiones, bajo la forma de abanicos aluviales coalescentes.