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Friedrich Nietzsche
Tratar de sumergirse en las profundidades de la mú sica nos conduce sin lugar a dudas
a querer descifrar aspectos que rebasan lo escrito en una partitura o cualquier otro
sistema de notació n musical, sin embargo, para poder acercarnos o mejor aú n
experimentar lo que una obra musical nos brinda, cabe preguntarnos por el fracaso de
ésta má s que por el éxito que nos brinda o supuestamente asegura a nuestro gusto.
¿Y como es que fracasa una obra? ¿Alguna vez hemos sido concientes de que en
su momento; por citar só lo algunos ejemplos: la mú sica de Bach, Mozart, Beethoven o
Liszt fracasaron? ¿Có mo es que escuchamos a estos compositores? ¿De que forma nos
estamos acercando a su obra?
Por obvias razones el fracasar va de la mano del mal y por lo tanto a una figura
que en la cultura occidental estará muy presente, esa es la figura del diablo. Ahora
bien ¿Por qué una mú sica es diabó lica? ¿Es bueno que el diablo nos seduzca? ¿En que
momento las notas se tornan abruptamente violentas para el oído?
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Nietzsche Friedrich “Así habló Zaratrustra”. Madrid, Alianza Editorial, 2003. p. 42
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LA MÚSICA DEL CUERPO: “Canta o musa la cólera del pelida Aquiles”
Al leer las obras griegas; la Iliada y la Odisea, muchas veces se nos olvida que estas
eran transmitidas con base en el canto de los Aedos, es decir, no se contaba con un
texto escrito; sino era una tradició n completamente oral, la cual recitaban y sobre
todo improvisaban acompañ ados de una lira. Así mismo el Aedo só lo era un
transmisor de lo que los dioses o las musas querían manifestar, es decir, un medium
para que esa fuerza pudiera expresarse a través de ellos .
2
Nietzsche Fiedrich. “El nacimiento de la tragedia”. Madrid, Alianza Editorial, 2003. P.45
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Si bien entonces este acto creativo sume al cuerpo en medio de la experiencia
que se genera entre la tensió n apolínea y dionisiaca, basada sobre una armonía
pitagó rica, que a su vez conduce con la mú sica de las esferas, a ese tiempo eterno y
có smico el cual só lo nos hace estar en el trance de la experiencia musical, ¿Que sucede
con el devenir musical? ¿Hacia donde apuntó cierto esquema de poder que se vio no
só lo reflejado en la mú sica sino en el arte mismo?
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- Canon del concilio sobre la mú sica que se usará en la misa.
“Todas las cosas deben estar ordenadas de tal manera que las misas, se
celebren con música o no, lleguen tranquilamente a los oídos y corazones de
aquellos que las escuchen, cuando todo se ejecute con claridad y velocidad
correcta. En el caso de aquellas misas que se celebren con canto y órgano, que
en ellas nada profano se mezcle, sino sólo himnos y preces divinas.
Debe construirse todo el plan del canto según los modos musicales no para
que proporcione un placer vacío a los oídos, sino de tal forma que las palabras
las entiendan claramente todos y así el corazón de los oyentes se vea
arrastrado a desear armonías celestiales en la contemplación de júbilo de los
benditos… También se desterrará de la iglesia toda música que contenga,
bien en el canto o en la ejecución del órgano, cosas que sean lascivas o
impuras.”3
Si bien muchas de las obras de las que tenemos conocimiento son mú sicas que
obedecen al poder, pues recordemos que en su mayoría, la producció n artística era
pagada por la iglesia o en su caso reyes, los cuales imponían su gusto y normas hacia
el artista; siempre estará presente la mú sica que resiste, la mú sica que regresa al
arquetipo, a lo absoluto, a la belleza como lo menciona Schelling: “Una cosa es bella en
la medida en que se sustrae del tiempo y se relaciona con su idea, con su arquetipo, con
la sustancia misma de la cosa, con su ser primero, positivo y profundo, que no cambia y
que, por tanto, es absolutamente verdadero.”4
Este tipo de mú sica es sin duda la que rinde culto al trino del diablo, intervalo
de 4ta aumentada que como sabemos, si era ejecutada por algú n mú sico, era motivo
para mandarlo a ser sentenciado por la santa inquisició n; pues con este intervalo el
pú blico que asiste a misa corre el riesgo de despertar su cuerpo y distraerse de lo
dictado por la palabra de Dios.
3
Ruíz Roberto. Bach y el Barroco. Conferencia presentada en la Universidad del claustro de Sor Juana. México, 2008.
4
Shelling Fiedrich. “Filosofía del arte”. España. Tecnos, 1994. P 45
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MELODÍA Y CASTRACIÓN MUSICAL
Creo que es necesario hacer varias consideraciones, pues para la época y en específico
la barroca, permeada en su totalidad por lo establecido por la Camerata Fiorentina en
producir mejores melodías para reforzar un texto en lugar de desarrollar
contrapuntos y armonías “complicadas”, se tenía una concepció n con respecto a
ciertos instrumentos, por ejemplo el violín, pues por su tímbrica y características, en
específico sensuales, se consideraba que este era un instrumento totalmente
relacionado con el diablo; a esto es necesario tomar en cuenta que los italianos
quienes buscaban ser má s veloces y desbordantes en cuanto ejecució n se refiere,
componían cosas que estaban fuera de la ejecució n de algunos mú sicos, esto
obviamente se consideraba puramente diabó lico, pues, ciertos acordes, ritmos,
velocidades y melodías, provocaban ciertas cosas a diferencia de la mú sica aprobada
por la institució n religiosa.
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TARTINI, PAGANINI, JOHNSON, EL DIABLO Y LA MÚSICA DEL INSTANTE
¿Y que es lo que tienen en comú n estos mú sicos? ¿Por qué se dice que han
pactado con el diablo?
Tartini explica su obra: “Una noche en 1713, soñé que había hecho un pacto con
el diablo y estaba a mis ordenes. Todo me salía maravillosamente bien; todos mis deseos
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eran anticipados y satisfechos con creces por mi nuevo sirviente. Ocurrió que en un
momento dado le di mi violín y lo desafié para que tocara para mi alguna pieza.
Mi asombro fue enorme cuando lo escuché tocar, con gran bravura e inteligencia, una
sonata tan singular y romántica como nunca antes había oído. Tal fue mi maravilla,
éxtasis y deleite que quedé pasmado y una violenta emoción me despertó.
Inmediatamente tomé mi violín, intentando recordar algo de lo que éste había tocado
pero fue en vano. La sonata que compuse es, por lejos, la mejor que jamás he escrito y
aún la llamo “La sonata del diablo”, pero resultó tan inferior a lo que había oído en el
sueño que me hubiera gustado romper mi violín en pedazos y abandonar la música para
siempre.” 5
Con base en esta pintura y lo que acabamos de leer de Tartini; considero que
para el momento en que se desarrollaba la opera bufa y se exigía una mú sica má s fá cil
y digerible, la mú sica y el barroco mismo comenzará n a resistir, el barroco explota,
Bach explota para retornar al origen. “No es el acto de resistencia abstracto, es acto de
resistencia y de lucha activa contra la repartición de lo sagrado y lo profano. Y este acto
de resistencia en la música culmina con un grito. Como también hay un grito en Woyzek,
hay un grito de Bach: “afuera, afuera, no quiero verlos”. Eso es el acto de resistencia. A
partir de esto me parece que el acto de resistencia tiene dos caras: es humano y es también
el acto del arte.” 6
5
Ruíz Roberto. Bach y el Barroco. Ponencia presentada en la Universidad del claustro de Sor Juana. México, 2008.
6
Deleuze Gilles. “¿Qué es el acto de creación?”. http://www.youtube.com/watch?v=dXOzcexu7Ks
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Apuntemos ahora hacia dos mú sicos que se dice han pactado con el diablo
Nicolo Paganini y Robert Johnson. Se cuenta que ambos compositores no se les daba
muy bien eso de la mú sica, que incluso no tenían talento, sin embargo, se retiran no se
sabe a que lugares y al curso de los añ os regresan ejecutando sus instrumentos
(Paganini su violín y Johnson su guitarra) como nadie lo había hecho, una mú sica
principalmente que sale de los esquemas en cuanto al sistema y la moral de una
mú sica occidental afianzada en el gusto del pú blico.
7
Shelling Fiedrich. “Filosofía del arte”. España. Tecnos, 1994. P 104
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Al respecto Alejndra Pizarnik nos susurra al oído:
“La lucidez es un don y un castigo, esta todo en la palabra: Lúcido viene de Lúcifer, el
arcángel rebelde, el demonio, pero también se llama Lúcifer el lucero del alba, la
primera estrella, la más brillante, la última en apagarse. Lúcido viene de lúcifer, lucifer
viene de lux y de Ferbus, que quiere decir; el que tiene luz, el que genera luz. El que trae
la luz que permite la visión interior, el bien y el mal, todo junto, el placer y el dolor. La
lucidez es dolor y el único placer que uno puede conocer, lo único que se parecerá
remotamente a la alegría será el placer de ser conciente de la propia lucidez, el silencio
de la comprensión, el silencio del mero estar, en esto se van los años , en esto se fue la
bella alegría animal.” Alejandra Pizarnick
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BIBLIOGRAFÍA
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La diabó lica mú sica del fracaso
Filosofía de la mú sica
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