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LECCIÓN 18

DELITOS CONTRA LA SEGURIDAD DE LA NACIÓN


1. Principios generales de los delitos contra la seguridad de la nación.
El Título IX contempla los “Delitos contra la seguridad de la Nación”. El Titulo X, a su
vez, contempla los “Delitos contra los poderes públicos y el orden constitucional”. En
estos dos capítulos están las figuras que se conocen como delitos políticos o delitos
contra el Estado porque afectan directamente al Estado como sujeto político, atentado
contra su integridad territorial o contra sus bases constitucionales.
En el Titulo IX, el bien jurídico tutelado es el Estado en sus relaciones internacionales,
pues las figuras contempladas atentan contra la existencia o integridad territorial del
Estado (ejemplo: traición, conspiración para la traición, delitos que comprometen la
paz y la dignidad de la Nación).
En el Titulo X, el bien jurídico tutelado es el Estado en sus relaciones internas, pues las
figuras contempladas atentan contra sus bases constitucionales (ej.: rebelión, sedición,
etc.).
Los hechos contemplados en ambos títulos han sido considerados clásicamente como
“delitos políticos”.
La doctrina elaboró varios criterios para distinguir y establecer cuando hay delito
político:
a) Criterio subjetivo: Cualquiera sea el delito cometido, tendrá el carácter de “delito
político”, si el delincuente actúo guiado por un interés o móvil político. El delincuente
actúa con la idea de estar favoreciendo a la sociedad; tiene un fin altruista y actúa
convencido de estar haciendo algo bueno y de no ser culpable.
b) Criterio objetivo: se deja de lado el móvil y se tiene en cuenta la naturaleza del bien
jurídico dañado o puesto en peligro, de modo tal que si el bien jurídico es de carácter
político, el delito será político.
c) Criterio mixto: ante la insuficiencia de los criterios “subjetivo” y “objetivo” en sus
formas rígidas, la doctrina se ha inclinado por sostener un criterio mixto, por el cual,
para que el delito sea político, es necesario que haya un ataque a un “bien de
naturaleza política” y, además, que el móvil sea político.
2. Traición.
a) Figura básica.
Art. 214: “Será reprimido con reclusión o prisión de diez a veinticinco años o reclusión o
prisión perpetua y en uno u otro caso, inhabilitación absoluta perpetua, siempre que el
hecho no se halle comprendido en otra disposición de este Código, todo argentino o
toda persona que deba obediencia a la Nación por razón de su empleo o función
pública, que tomare las armas contra ésta, se uniere a sus enemigos o les prestare
cualquier ayuda o socorro”.
Aclaración previa
Elementales razones de jerarquía normativa impiden interpretar este texto
literalmente ya que, conforme a lo dispuesto por el art. 119 de la Constitución
Nacional "La traición contra la Nación consistirá únicamente en tomar las armas
contra ella, o en unirse a sus enemigos prestándoles ayuda y socorro...". Nos parece
indiscutible entonces, que la tipicidad comprende solamente las dos conductas
descriptas en la norma fundamental.
Bien jurídico protegido
Es la seguridad exterior de la Nación. El delito aquí previsto es la llamada “traición
externa”, que implica un aporte al poder bélico del enemigo.
Estructura típica
TIPO OBJETIVO.
Presupuesto objetivo: La figura presupone –aunque no lo dice– la existencia de una
guerra internacional. No basta que sea contra un grupo de rebeldes, sino que es
necesario un enemigo extranjero. Sobre la extensión temporal del concepto la Corte
Suprema dice “el estado de guerra comienza en el momento de la declaración aunque
la lucha militar no haya comenzado y subsiste mientras no se haya formalizado la paz".
Sujeto activo: Más allá de lo dispuesto por el art. 218, solamente puede ser cometido
por:
-"todo argentino": incluye los argentinos por opción o naturalización, siendo
indiferente que residan o no en el país.
-"toda persona que deba obediencia a la Nación por razón de su empleo o función
pública": se refiere al extranjero empleado oficialmente por el país.
Acción típica:
Tomar las armas contra la nación: Se trata de una expresión figurada. Lo que se
requiere es la participación como combatiente en las acciones bélicas, no bastando
prestar otros servicios (p. ej. de intendencia, justicia, sanidad, religión) en un ejército
enemigo. Para Creus bastaría adoptar la postura bélica del enemigo, integrando sus
fuerzas o haciendo contribuciones bélicas (p. ej. en funciones de planificación) aunque
no se llegue a combatir, y sin que sea menester esgrimir armas.
Unirse a los enemigos, prestándoles ayuda o socorro: No basta con pasarse a
las filas enemigas: se requiere una conducta activa, que importe una mejora en la
posición del enemigo (cooperación directa o indirecta). Aclara Creus que no son típicas
las simples expresiones de adhesión, ni por ejemplo vender víveres al enemigo, sin la
finalidad de participar de sus objetivos bélicos. Agrega que parte de la doctrina excluye
los servicios médicos o religiosos pero que ellos, suministrados con finalidad bélica,
constituyen un aporte logístico de importancia.
TIPO SUBJETIVO.
Se trata de un delito doloso, que en su aspecto cognoscitivo requiere el conocimiento
de la situación de guerra y del significado de la acción que se presta; y, en el aspecto
conativo, la voluntad de realizarla. Según Donna, es compatible con el dolo eventual.
Obviamente, en los casos donde se cumplen órdenes del enemigo coaccionado por la
fuerza y el terror la conducta será atípica. La Corte Suprema dijo que la adhesión debe
ser espontánea (sin coacción).
Consumación y tentativa
El delito se consuma al tomarse las armas contra la Nación o unirse a los enemigos
prestándoles ayuda y socorro, sin que se requieran otros efectos. Se admite la
tentativa.
Agravantes.
Art. 215: “Será reprimido con reclusión o prisión perpetua, el que cometiere el delito
previsto en el artículo precedente, en los casos siguientes:
1. Si ejecutare un hecho dirigido a someter total o parcialmente la Nación al dominio
extranjero o a menoscabar su independencia o integridad;
2. Si indujere o decidiere a una potencia extranjera a hacer la guerra contra la
República”.
Agravante del inc. 1°
Este inciso no añade requerimientos objetivos, pero a nivel de la tipicidad subjetiva
aparece un elemento subjetivo distinto del dolo, es decir una finalidad que no es
menester que se obtenga, ya que el delito se consuma con la realización del acto de
traición guiado por ese propósito. Señala Creus que "trata de someter" quien intenta
que la Nación desaparezca como ente autónomo y soberano, anexionando la totalidad
(o una parte) de su territorio y población a otros Estados. Respecto del "menoscabo de
la integridad e independencia", supone pretender que se concedan a otros Estados
atribuciones sobre la dirección política, o desmembrar de la Nación parte de su
territorio o población, o disminuir las posibilidades de uso y goce de parte del territorio
o riquezas.
Agravante del inc. 2°
Parte de la doctrina sostiene que se tipifica una instigación, sin contemplar la que no
tuvo éxito, con lo cual -para que este delito se consume- la guerra debe haberse
declarado o iniciado. Pero el empleo de los verbos "inducir" y "decidir" hace pensar
que también se abarcaría la inducción sin éxito, a partir de una distinción entre
"inducir" (algo que se puede hacer sin obtener el resultado) y "decidir" (que requiere
que tal resultado se produzca); de tal modo, en la primera hipótesis el delito quedaría
consumado con el acto de inducir, sin que fuera menester que la potencia extranjera
efectivamente hiciera la guerra.
b) Conspiración para la traición.
Art. 216: “Será reprimido con reclusión o prisión de uno a ocho años, el que tomare
parte en una conspiración de dos o más personas, para cometer el delito de traición, en
cualquiera de los casos comprendidos en los artículos precedentes, si la conspiración
fuere descubierta antes de empezar su ejecución”.
Estructura típica
TIPO OBJETIVO:
Sujeto activo: Se requiere pluralidad de sujetos activos ("dos o más personas"). Parte
de la doctrina sostiene que pueden ser argentinos o extranjeros, si -al menos- uno de
los conspiradores reúne las características del sujeto activo del delito de traición. Sin
embargo, parece más convincente Donna, quien afirma que, conforme a lo dicho para
la traición -ya que aquí se está castigando un acto preparatorio de ésta-, solamente los
argentinos (y, agregamos nosotros, otras personas que deban obediencia a la Nación)
podrían cometer este delito.
Acción típica: Es "tomar parte en una conspiración", es decir, ponerse de acuerdo,
confabular. Los actos de conspiración no deben constituir un comienzo de ejecución
del delito de traición, porque la tentativa de traición desplazaría esta figura.
TIPO SUBJETIVO:
En opinión de Donna, es necesario el dolo directo. Pero, además del dolo de conspirar,
aparece un elemento subjetivo distinto del dolo: la finalidad de cometer traición.
Excusa absolutoria.
Art. 217: “Quedará eximido de pena el que revelare la conspiración a la autoridad,
antes de haberse comenzado el procedimiento”.
Elimina la posibilidad de aplicar una pena, sin afectar la existencia del delito en sí. El
agente debe comunicar la conspiración mientras que el hecho no sea objeto de una
acción penal.
La disposición constituye un verdadero precedente, en nuestra legislación, de la
polémica figura del "arrepentido".
c) Traición contra potencia aliada.
Art. 218: “Las penas establecidas en los artículos anteriores se aplicarán, también,
cuando los hechos previstos en ellos fueren cometidos contra una potencia aliada de la
República, en guerra contra un enemigo común…”
Estipula que las figuras de traición (art. 214), traición calificada (art. 215) y
conspiración para la traición (art. 216), e incluso la exención de pena prevista en el art.
217,
también se aplican cuando se agravia a un Estado extranjero, aliado de la Nación en
un conflicto bélico contra un enemigo común.
d) Punibilidad de los extranjeros.
Art. 218: “… Se aplicarán asimismo a los extranjeros residentes en territorio argentino,
salvo lo establecido por los tratados o por el derecho de gentes, acerca de los
funcionarios diplomáticos y de los nacionales de los países en conflicto.
En este caso se aplicará la pena disminuida conforme a lo dispuesto por el art. 44”.
El párrafo 2°: Se extiende, para los delitos mencionados, el ámbito de posibles sujetos
activos, abarcando a los extranjeros residentes en suelo argentino, de modo que -
claramente- los extranjeros no residentes no pueden ser autores.
Extranjero es la persona que no ha nacido en territorio argentino, que no ha optado
por la nacionalidad argentina, ni es ciudadano por adopción.
La residencia puede obedecer tanto a una radicación permanente como temporal,
aunque no la tiene quien está en tránsito o como simple visitante. Cuando hay una
radicación permanente, el mero alejamiento temporal no quita al extranjero la calidad
de residente. Se incluye también al residente irregular, excluyéndose sólo al turista.
La exclusión de los funcionarios diplomáticos y los nacionales del país con el que se
encuentra en conflicto la Argentina, remite a convenciones internacionales o a los
principios que rigen las relaciones internacionales, como la Convención de Viena sobre
agentes diplomáticos, que les otorga inmunidad de arresto y de jurisdicción.
El párrafo 3°: La reducción de pena obedece a que la traición es propiamente el delito
del nacional; las acciones de los no nacionales son menos odiosas y por ello deben ser
castigadas con menos pena. La escala penal que corresponde es la contemplada para
la tentativa.
3. Delitos que comprometen la paz y la dignidad de la Nación.
El bien jurídico tutelado en las figuras que integran este capítulo es –en forma
genérica– la seguridad de la Nación. Pero en forma específica –en las figuras que
veremos a continuación– se protegen las relaciones pacíficas y amistosas de nuestro
Estado con otros Estados, y también la dignidad de nuestro país, pues se reprimen
hechos capaces de llevar a la Argentina a un conflicto con otros países.
a) Actos hostiles. Agravantes.
Art. 219: “Será reprimido con prisión de uno a seis años, el que por actos materiales
hostiles no aprobados por el gobierno nacional, diere motivos al peligro de una
declaración de guerra contra la Nación, expusiere a sus habitantes a experimentar
vejaciones o represalias en sus personas o en sus bienes o altere las relaciones
amistosas del gobierno argentino con un gobierno extranjero.
Si de dichos actos resultaren hostilidades o la guerra, la pena será de tres a quince
años de reclusión o prisión”.
Estructura típica
TIPO OBJETIVO:
Sujeto activo: El delito puede ser cometido por cualquier persona.
Acción típica: Consiste en ejecutar actos materiales hostiles no aprobados por el
gobierno nacional, es decir actos de naturaleza bélica, que sean de carácter público. Al
exigirse actos materiales se requiere que se manifiesten por vías de hecho, excluyendo
las expresiones verbales o escritas, por ej.: concentración de tropas en las fronteras de
otro país.
Elemento normativo: Los actos no deben estar aprobados por el gobierno nacional, es
decir deben desarrollarse fuera del marco legal de la conducción estatal de
hostilidades contra terceros Estados.
Resultados: La figura exige que se produzca alguno de los siguientes resultados:
- Que se haya dado motivo al peligro de una declaración de guerra, aunque el
gobierno pueda evitarla.
- Que se exponga a los habitantes a vejaciones o represalias, sin requerirse que
estos actos se produzcan efectivamente y, como señala Creus, sin que importe
el lugar en que los habitantes se encuentren.
- Que se alteren las relaciones internacionales amistosas. Se usa un concepto
amplio de amistad, como pura ausencia de conflicto.
Creus sostiene que se trata de un delito de resultado, de peligro concreto en los dos
primeros casos, y de lesión en el tercero.
Presupuesto objetivo: Así como la traición supone connivencia con el país enemigo, el
art. 219 presupone hostilidad contra el país amigo, siendo por ende presupuesto del
delito la existencia de relaciones pacíficas entre la Argentina y el país agraviado.
TIPO SUBJETIVO:
Se trata de un delito doloso, que requiere el conocimiento de la naturaleza hostil del
acto cumplido y de la posibilidad de provocar los peligros típicos. Señala Donna que
basta el dolo eventual.
Consumación y tentativa
El delito se consuma cuando la situación de peligro -o el resultado lesivo- se produce.
Donna admite la posibilidad de tentativa.
Agravante del párrafo final
Se agrava la pena si de los actos típicos resultan hostilidades o la guerra. Este párrafo
contempla un resultado para el que evidentemente bastaría la preterintención. La
guerra es un acontecimiento de gran magnitud, habrá muchos actos interpuestos
entre el acto de un particular y la guerra, y que por eso no hay que buscar entre ellos
una relación causal tan estrecha, bastando efectuar una supresión mental hipotética
para ver si el acto hostil dio motivo a la guerra o las hostilidades.
b. Violación de tratados, treguas, armisticios y salvoconductos.
Art. 220: “Se impondrá prisión de seis meses a dos años, al que violare los tratados
concluidos con naciones extranjeras, las treguas y armisticios acordados entre la
República y una potencia enemiga o entre sus fuerzas beligerantes de mar o tierra o los
salvoconductos debidamente expedidos”.
En este artículo el bien jurídico protegido son las relaciones con las naciones
extranjeras, aunque se trate de un país enemigo.
Estructura típica
TIPO OBJETIVO:
Presupuesto del delito: Se sostiene que presupone un estado de guerra, y que lo que
se toma en cuenta es el peligro de que el hecho motive la reanudación de las acciones
bélicas.
Sujeto activo: El delito puede ser cometido por cualquier persona, pero señala Soler
que las acciones descriptas serán -sobre todo- cometidas por militares y sólo
excepcionalmente por un particular.
Acción típica: Si bien la inclusión de la "violación de tratados" plantea algunas dudas -
en virtud de su superposición con el art. 219-, Creus explica que aquí sólo quedarían
incluidas las violaciones de tratados que no representen un acto hostil.
En cuanto al resto de la figura, consiste en violar la tregua (acuerdo de suspensión de
las hostilidades por un tiempo), el armisticio (acuerdo de suspensión de toda actividad
bélica por tiempo indeterminado -p. ej. para negociar la paz-). o el salvoconducto
(autorización concedida, aun por uno de los beligerantes unilateralmente, a
integrantes de fuerzas beligerantes o a terceros para transitar por la zona de guerra o
realizar allí determinados actos).
TIPO SUBJETIVO:
Se trata de una figura de carácter doloso, es decir requiere el conocimiento del
tratado, tregua, armisticio o salvoconducto, y la voluntad de violarlos. Creus admite la
posibilidad de dolo eventual.
Consumación y tentativa
El delito se consuma con la violación del tratado, tregua, armisticio o salvoconducto,
pero sí de ello resultan hostilidades o la guerra, habrá que aplicar el art. 219, 2°
párrafo. Se admite la tentativa.
c. Violación de inmunidades.
Art. 221: “Será reprimido con prisión de seis meses a dos años, el que violare las
inmunidades del jefe de un Estado o del representante de una potencia extranjera”.
Se busca resguardar las relaciones amistosas con otros países; pero indirectamente
también se protege la seguridad de la Nación, por las graves consecuencias que para
ella pueden derivar de los hechos aquí tipificados.
Estructura típica
TIPO OBJETIVO:
Sujeto activo: Creus sostiene que no cualquiera podría ser autor, ya que es difícil
concebir que el particular pueda desconocer inmunidades y privilegios jurisdiccionales.
Sin embargo, Núñez incluye en el tipo los actos de particulares, en cuanto se traduzcan
en atentados que afecten la preservación personal, material o funcional de la
inmunidad.
Sujeto pasivo: El sujeto pasivo tiene que estar en el territorio de la Nación o lugar
sometido a su jurisdicción. Esta fue la opinión de la Corte Suprema, que sostuvo que
"los excesos de la libertad de prensa contra el jefe de un estado extranjero que no
reside ni está de tránsito en la República, no constituyen los delitos previstos en los
arts. 219 y 221". Pueden serlo:
- Los jefes de Estados, no interesa la naturaleza del poder que ejerce, ni la
denominación oficial, ni la forma en que accedió a la jefatura, siempre que esté
a la cabeza del estado y actúe como tal en el orden internacional.
- Los representantes de potencias extranjeras, son exclusivamente los que están
acreditados como tales en el país, o sea los de carácter diplomático. Quedan
abarcados los embajadores, nuncios, legados, enviados extraordinarios,
ministros plenipotenciarios, ministros residentes y encargados de negocios. Los
familiares de diplomáticos que según la costumbre internacional gozan de
inmunidades no pueden ser sujetos pasivos, aunque desconocer su inmunidad
puede configurar el delito si importa un ataque a las inmunidades del
representante.
Acción típica: La acción típica es violar las inmunidades (privilegios o exenciones de
jurisdicción) que se reconocen, por tratados o por derecho internacionales a los
sujetos pasivos; las viola quien las desconoce (ataque a la función), sin que haga falta
que sea un acto ilícito en sí, ya que puede ser lícito respecto de otros sujetos.
Elemento normativo: Las inmunidades implican una exención (conforme a los tratados
y el derecho internacional) de la jurisdicción penal, civil y administrativa de las
autoridades del país en que se ejerce la representación. Según la Convención de Viena,
la persona del agente diplomático es inviolable y no puede ser objeto de ninguna
norma de detención o arresto (art. 29). En el art. 31 se reconoce la inmunidad de
jurisdicción penal, civil y administrativa del agente diplomático en el Estado receptor -
con ciertas excepciones puntuales-, no estando obligado a testificar. Según el art. 32 el
Estado acreditante puede renunciar a esa inmunidad, lo que debe hacerse en forma
expresa.
TIPO SUBJETIVO:
Se trata de un delito doloso, y el dolo debe abarcar el conocimiento de que el sujeto
pasivo reúne las condiciones personales que le acuerdan las inmunidades. Parece
perfectamente admisible el dolo eventual.
d. Ultraje a símbolos nacionales.
Art. 222: “… Será reprimido con prisión de uno a cuatro años el que públicamente
ultrajare la bandera, el escudo o el himno de la Nación o los emblemas de una
provincia argentina.”
Se destaca el lugar poco propicio en que se ha insertado esta figura, ya que el bien
jurídico protegido es el valor simbólico de los objetos y el sentimiento de respeto que
inspiran. Donna, por su parte, critica la existencia del tipo por considerar que estos
símbolos merecen respeto pero no necesitan protección penal.
Estructura típica
TIPO OBJETIVO:
Sujeto activo: Este delito puede ser cometido por cualquier persona.
Acción típica: Ultrajar significa humillar de obra o de palabra. La doctrina ha
interpretado que el término dejaría fuera del tipo algunas conductas pasivas que, sin
esfuerzo, podrían ser consideradas como de menosprecio. En el mismo sentido, la
jurisprudencia entendió que el tipo requiere la realización de positivos y ostensibles
actos de injuria que ofendan la dignidad de los símbolos protegidos, y que no
constituye un ultraje el no ponerse de pie cuando se escucha en un cine el Himno
Nacional. Cabe destacar que tal omisión había sido considerada típica -por constituir el
menosprecio que exigía la figura-en 1970. Por otra parte, se ha desestimado que una
versión con instrumentos modernos de la canción patria resulte típica.
Objetos de la acción: Son la bandera, el escudo, y el himno de la Nación, y los
emblemas de las provincias. Se entiende que la protección comprende los oficialmente
declarados tales; y abarca tanto los de propiedad oficial como los de propiedad
particular. Cabe destacar que no se incluye la escarapela.
Referencia: La ley exige que el ultraje sea realizado públicamente. Se ha entendido que
ello implica la posibilidad de que su comisión sea ostensible para la generalidad de las
personas.
TIPO SUBJETIVO:
Se trata de un delito doloso. La naturaleza de la acción típica -ultrajar- parece sólo
compatible con el dolo directo.
e. Infidelidad diplomática.
Art. 225: “Será reprimido con reclusión o prisión de tres a diez años, el que, encargado
por el gobierno argentino de una negociación con un Estado extranjero, la condujere
de un modo perjudicial a la Nación, apartándose de sus instrucciones”.
El delito -infidelidad diplomática- compromete la paz y la dignidad de la Nación por las
implicancias internacionales que en estas negociaciones puede tener el apartamiento
de sus deberes por el autor.
Estructura típica
TIPO OBJETIVO:
Sujeto activo: Puede ser un argentino o un extranjero encargado como negociador por
el gobierno y que siempre se trate de un funcionario público en los términos del art. 77
del Cód. Penal.
Acción típica: Consiste en conducir la negociación de modo perjudicial para la Nación:
debe existir entonces una negociación concerniente a intereses públicos del Estado
Nacional (no están comprendidas las que atañen a las provincias, ni las de la Nación
con entidades privadas, o que atañen a intereses privados), y son imprescindibles las
instrucciones impartidas por autoridad competente, no bastando los consejos o
sugerencias.
Resultado: El apartamiento debe haber perjudicado el interés de la Nación: el solo
perjuicio, habiéndose cumplido con las instrucciones recibidas, como la inobservancia
de éstas sin perjuicio efectivo, no configuran el delito.
TIPO SUBJETIVO:
La figura requiere dolo, bastando -respecto de la producción del resultado perjudicial-
el dolo eventual.
Consumación y tentativa
El delito se consuma -como se adelantó- con el resultado perjudicial. Donna considera
que, hasta ese momento, es admisible la tentativa. Sin embargo, Soler afirma que ésta
es difícilmente configurable, porque antes de celebrarse el acuerdo no existe
apartamiento, y después de celebrado, el perjuicio no depende de la acción ulterior del
sujeto sino de lo que hizo antes.

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