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Los delitos contra la seguridad exterior del estado afectan a la soberanía y la independencia del Estado, y
a su necesaria defensa frente a agresiones de otros Estados, y del mismo modo, afecta a la paz entre los
mismos, por lo tanto, no es un bien jurídico que solo le interesa al Estado, sino a toda la comunidad
internacional (MUÑOZ CONDE. Francisco, “Derecho Penal Parte Especial” Edit. Tirant to blanch, Decimosexta edición, pag 767)
Este tipo de delitos, que tiene como sujetos activos nacionales o extranjeros, presentan como
finalidad la protección del Estado como ente independiente, soberano y libre sobretodo.
Los artículos que serán analizados tienen importante resguardo constitucional, ya que es
también un fin estatal mantener la paz social entre los pueblos y la comunidad internacional, por
lo que se castiga no solo la deslealtad con el Estado Boliviano, sino a los ciudadanos que
generaren la posibilidad de conflicto bélico armado contra la nación.
DELITOS CONTRA LA SEGURIDAD EXTERIOR DEL ESTADO
C.P. Artículo 109. (TRAICIÓN). El boliviano que tomare armas contra la patria, se uniere a sus
enemigos, les prestare ayuda, o se hallare en complicidad con el enemigo durante el estado de
guerra extranjera, será sancionado con treinta (30) años de presidio sin derecho a indulto.
El sujeto activo del tipo penal es el boliviano, como señala la norma, sin embargo, el Art. 113 del
mismo cuerpo de leyes, establece que los extranjeros residentes en el territorio boliviano
pueden cometer estos mismos delitos, con la única condición de tener su residencia o
permanencia temporal en el territorio nacional, ello bajo el principio de territorialidad plasmado
por el Art. 1ro. Del C.P.
El delito únicamente puede ser cometido si se mantiene una guerra extranjera contra el Estado
Boliviano. El estado de guerra extranjera implica la existencia de una guerra internacional
declarada o de hecho que haya sido iniciada en contra de Bolivia, por lo que el concepto de
«enemigo» se clarifica mucho más, puesto que, en actitud hostil, pretende beneficiarse
económica, política o militarmente, empleando la fuerza física, con la intencionalidad geopolítica
de dominación.
La Constitución Política del Estado de febrero de 2009, ha ratificado nuevamente la figura de la
traición a la patria, incorporándole un nuevo sentido y alcance mucho mayor, a quienes
atentaren contra los recursos naturales del Estado, convirtiéndolos en traidores, lo cual
desnaturaliza completamente su esencia de seguridad del Estado, ya que con ello simplemente
sería un delito contra la propiedad estatal, el patrimonio colectivo o los bienes y riquezas del
estado pero no así contra la seguridad del mismo. Establece dicha norma que cometerá traición
quien atentare contra la unidad del Estado, ello significa que realizare cualquier acción que
afecte la integridad, unidad e indisponibilidad del territorio nacional.
GIULIO GELIBTER y GARLO MELÉ, en su texto, «El espionaje soviético» han escrito lo
siguiente: Hacemos notar que los servicios soviéticos han figurado entre los últimos que han
recurrido a elementos no profesionales para las actividades de espionaje; acaso como índice de
falta de confianza hacia los elementos no adaptados. La Alemania de Hitler fue la primera en
comprender «la importancia de elementos anónimos y particularmente no sospechosos como
fuente informaciones genéricas. Hoy tal concepto del espionaje ha llegado a todas partes; y ya no
sorprende leer que turistas, estudiantes u hombres de negocios han sido detenidos por semejantes
actividades en un país extranjero. Estos elementos, sin embargo, son una categoría aparte en el
multicolor mundo de los servicios secretos. De hecho, recordamos que existe una enorme
diferencia entre espía (elemento casi siempre extranjero, que trabaja en perjuicio de su propio
país) y agente (elemento adiestrado y profesional). (…) , (GIULIO Geliber y GARLO Mele; “El espionaje soviético”)
Espionaje es el delito por el que se busca, obtiene o se procura de cualquier forma, información relativa
a los datos confidenciales de un Estado ya sea militar, económica, política o de cualquier índole, que su
posesión en manos de un enemigo, pueda generarle un serio peligro para su estabilidad, permanencia o
continuidad
El tipo penal pretende dar a entender que se trata de información secreta, no puesta a conocimiento del
público en general, de lo contrario, no constituiría espionaje. Para ello existen agentes encubiertos
generalmente por prácticas diplomáticas, empresariales o inclusive académicas. En la actualidad existen
importantes técnicas sofisticadas, tanto para la captación como para la ordenación de las Informaciones.