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Enrique Diez de Castro

La empresa contemporánea es contemplada, no como un

ente autónomo y autosuficiente, sino como un elemento del complejo

engranaje que constituye un sistema económico actual.

De esta concepción de la empresa surge ver a la misma

como transformadora de unos recursos de todo tipo (materiales,

humanos, información) que obtiene de su entorno y que devuelve

al mismo en forma de bienes y servicios que intercambia por los

recursos necesarios para iniciar un nuevo flujo transformador.

Se observa así que la empresa produce algo (bienes y

servicios) para alguien (clientes, consumidores). Es decir,

no le basta producir cualquier cosa para subsistir en el tiempo.

Secesita además obtener algo que sea apetecido por el público

ron el que se relaciona o al que se dirige. La actividad empresarial,

en general, y el marketing, como una de las funciones que aquella

ejercita al efectuar esa actividad, deben pues efectuarse para

satisfacer necesidades de los consumidores.

Pero el cumplimiento de este requisito, con ser importante,

no es suficiente para asegurar el éxito de una empresa. Una

firma está en constante pugna con otras empresas dentro de un

sector económico, compitiendo por ese mercado. Ello le conduce

2 iniciar tanto acciones ofensivas como defensivas para mejorar

su posición en el mercado o responder a agresiones de otros elementos

¿e su entorno económico.

En esta lucha, la empresa puede actuar sobre una serie

óe variables (Figura 1). Centrándonos en las variables estrictamente

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380
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Variables
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comerciales, encontramos al precio de venta del producto. Las

acciones sobre el precio van a ser muy influyentes en un doble

aspecto: cara a su acción futura sobre el cliente como por su

repercusión inmediata sobre el margen unitario que alcanza la

empresa.

Uno de los aspectos más descuidados en los estudios

de los efectos de las variaciones del precio sobre la demanda

se un producto consiste en los efectos sicológicos que provoca una ci_

fra concreta en las mentes de los compradores.

Podemos diferenciar cuatro técnicas de precios sicológicos:

* relación precio/calidad

* precios aceptables

* línea de precios

* precios redondeados

A) Relación precio/calidad. Consiste en suponer que

el cliente relaciona de forma directa precio y calidad. A mayor

precio, calidad presupuesta mayor y viceversa. Por consiguiente,

el fabricante que lance un producto de alta calidad debe fijarle

un precio alto si quiere conseguir en el receptor del precio

un aprecio inmediato y una confianza y seguridad de que aquello

rué adquiere compensará sobradamente con su utilidad la cantidad

■cr.etaria entregada.

B) Precios aceptables. Se basa en obtenerinformación

sobre qué precios son el máximo y el mínimo que estaría dispuesto

a desembolsar un consumidor por un determinado tipo de producto.

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Determinados estos precios fronterizos, se puede fijar el precio

sicológico óptimo, que corresponderá al precio aceptado por un ma

yor porcentaje de consumidores (Figura 2).

Figura 2

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C) Línea de precios. La línea de precios consiste en

vender gran cantidad de productos a uno o muy pocos precios diferen­

tes.

Esta forma de fijación de precios es ampliamente usada

por detallistas. Sin embargo, tiene reducida aplicación en el

campo de los mayoristas.

Desde el punto de vista del comprador, las líneas de

precio simplifican, en gran medida, la decisión de adquirir los

productos, lo que, indudablemente, constituye una gran ventaja.

Cuando una serie de artículos se ofrecen en las mismas condiciones

de precio, la compra se efectuará en base a las características

del producto.

D) Precios redondeados. Se suele considerar precio redondea­

do aquel cuya última cifra es el cero, en contraposición a los

precios raros, que serían todos los finalizados en otros números.

También es corriente considerar como precio redondeado al que

culmina en cinco.

Desde el punto de vista sicológico del comprador, un

precio redondeado no es bueno. Induce a pensar que está redondeado

hacia arriba y es un precio superior al real. Provoca la impresión

de que no se ha valorado con cuidado el precio.

Por otra parte, si el precio ha sido redondeado hacia

abajo, puede ocasionar grandes pérdidas en la empresa en el caso

de que el beneficio unitario sea pequeño. 383


El presente estudio se ha enfocado para efectuar un

análisis empírico de la utilización de precios redondeados en

los sectores mayorista y minorista de distribución. Para ello

se recogieron muestras suficientemente amplias que permitieran

llegar a conclusiones convenientemente fundamentadas. Asimismo,

ambas muestras se desagregaron en numerosos subsectores de forma

que los datos no quedaran sesgados por la influencia preponderante

de un determinado tipo de transacción.

En el sector mayorista, se controlaron 35.421 artículos.

Como era previsible (Cuadro 1), el redondeo no es una práctica

muy empleada. Aun cuando el cero es algo predominante, se debe

más a comodidades de cálculo que a pretendidos efectos sicológicos.

Esto queda confirmado si observamos que en todas las cifras

hay una homogeneidad bastante notable. Esdecir, se respeta

considerablemente la fijación de los precios mediante el coste

total de producción, lo que motiva que los precios se distribuyan

de forma bastante compacta. El 5 tieneuna leve superioridad,

pero los restantes ocho números (1 al 4, 6 al 9) mantienen una

oscilación de porcentajes de precios mínima, yendo desde el

7, que posee el 7,83% de los items hasta el - número 2, en que

terminan el 9,13% de los productos.

La consistencia no sólo se mantiene, sino que se acrecienta. |

en la segunda cifra, en que el campo de variación se acorta !

todavía más, quedando las diez cifras agrupabas "eh el intervale |

7,51/13,36, agolpándose en apenas un 2% (9/10,98) nada menos I

que 7 de ellas.

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CUADRO 1

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Queda así plenamente confirmada la suposición previa

de que, en el eslabón mayorista, al intervenir empresarios en

ambos lados de las transacciones comerciales, no se considera

necesario ni conveniente intentar obtener ventajas sicológicas

al fijar el precio. En efecto, en este eslabón, un precio redondeado

puede infundir clara desconfianza en el receptor y motivar una

fuerte animadversión del demandante que repercuta negativamente

en la operación comercial para el oferente y, por contra, no

presenta ningún aspecto positivo o compensador que alivie esas

desventajas.

Analizando los distintos subsectores mayoristas se mantiene

la misma agrupación que la observada en el resumen global del

sector.

Enel ámbito minorista, la muestra ha alcanzado los

43.966 artículos (Cuadro 2) y se han observado hasta 17 diferentes

tipos de actividad.

En este campo, el empleo de los redondeos en los precios

de venta, no sólo es evidente, sino también abrumador. Más de

dos tercios de los productos culminan su precio en 0. Si incluimos

el 5, el porcentaje de artículos con precio redondeado sobrepasaría

el83%. Este procentaje es, a diferencia del sector mayorista,

claramente no natural y fruto, por tanto, de una manipulación

deliberada por parte de los vendedores. Si, como indicamos al

exponer las grandes líneas del método, el redondeo presenta,

por norma general, aspectos sicológicos no favorables, las razones

que impulsan a este predominio deben ser bastante fuertes para

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CUADRO 2
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permitir compensar esas reacciones negativas.

La fundamental, en nuestra opinión, es que las unidades

monetarias representativas de la decena del precio tienen bey

un valor pequeño respecto al valor total del bien o servicie.

Ello hace que el redondeo de la última cifra, si bien provoca

esos sentimientos de desconfianza en el cliente, no perjudique

notablemente las transacciones, por la mínima utilidad que represent

esas pesetas para el consumidor.

La segunda fundamentación reside en la dificultad de

cambio que origina tener gran cantidad de productos con precios

raros. La moneda fragmentaria es difícil de conseguir en grandes

cantidades con lo que, a lo largo de una jornada de venta, es

bastante frecuente que acabe originándose, en subsectores coc

gran cantidad de transacciones, una escasez de la misma difícil

de compensar, pues el cliente no suele poseer tampoco la suficiente

para suplir esa carencia del vendedor, por ser incómoda y pesada

de llevar.

Por último, es también constatable que el no redondeo

provoca un fuerte incremento del tiempo promedio empleado er.

el cobro y cambio de las mercancías. Si las operaciones efectuadas

son muchas, los perjuicios se incrementan, pudiendo llegar a

alcanzar, en conjunto, pérdidas apreciables en una jornada de

trabajo.

El análisis del sector minorista presenta también una

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segunda divergencia con el sector mayorista que consiste en

las importantes oscilaciones que se observan en algunos segmentos

respectos al conjunto absoluto. No se da aquí la persistencia

o igualitarismo observado en el ámbito mayorista.


Así, en el subsector alimentación (Cuadro 3) domina

el precio raro. Los artículos terminados en 9 representan el

21,18% del total, sobrepasando a los culminados en 5 (19,83%)

y 0 (17,77%). El redondeo desaparece en la segunda cifra, donde

se equiparan las diversas terminaciones (7,7% del 8 al 12,08%

del 2 y el 0). Es en los supermercados donde el empleo final

del 9 llega a su máxima dosis (31,98%). Se busca así claramente

el efecto sicológico positivo de no alcanzar una decena superior

en el precio para que el consumidor perciba nítidamente una

"reducción" en el precio . Se considera pues que, a pesar de

los inconvenientes antes apuntados por no redondear, al ser

compras habituales y de relativo poco valor, la continua percepción

del redondeo podría originar perjuicios superiores a medio y

largo plazo en las compras del consumidor. De otro lado, posiblement

el vendedor no sólo mejorará sus ventas sino su margen ya que,

normalmente, habrá "redondeado" a nueve, puesto que el porcentaje

es claramente artificial. Al igual que antes. Como en el caso

general, en los supermercados, se produce en la segunda cifra

una distribución igualitaria (8,46% del 7 al 12,54% del 3) de los

precios (Cuadro 4).

En otros subsectores, el empleo del redondeo llega a

alcanzar porcentajes muy cercanos a la totalidad de los artículos.

Tenemos así, a título ilustrativo, la sección textil de los

ñipermercados (99,15%), la tienda tradicional (88,91%), grandes

almacenes (98,94%), automóviles, F.F. (91,06%), agencias de


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CUADRO 4
viaje (100%) o perfumería (100%).

No por este predominio del precio redondeado se deja

de buscar el efecto sicológico positivo del precio raro, en

especial el de la cifra 9. Los grandes almacenes, por ejemplo,

redondean (Cuadro 5) a efectos de comodidad de cambio, buscando

la percepción de un precio bajo a través de la segunda y tercera

cifra. En la segunda cifra, los productos con 9 suman el 53,48%

del total y en la tercera cifra lo poseen el 30,18% de los mismos.

Es a partir de la cuarta cifra donde el intervalo de variación

se reduce considerablemente, expresando así la desaparición

de manipulaciones en los precios.

Nota: El trabajo de campo que sirve de base a este estudio, fue rea

lizado en enero de 1.985, en su mayor parte en la provincia de Se­

villa, si bien también se recogieron datos en las provincias de Cá­

diz y Huelva.

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