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Artes y letras Brecháis Montevideo, 24 de junio de 1988

Con Jorge Lavelli Entrevista de María Esther Gilio

"Haca* teatn) es una oportunidad


única de sobrevivir a la muerte"
Jorge Lavelli es uno de los argenti­ — En d e fin itiv a , só lo u tiliza r ía
nos que ha triunfado en París. Es tí­ aquello que sirviera para expresar su
mido a pesar de sus éxitos. Además encierro. No habría ningún objeto que
de París, Roma y Nueva York lo co­ no obedeciera a una razón de existir.
nocen bien. Uno de los más grandes ¿Tampoco en el vestuario?
metteurs en scéne del mundo, de
los más revolucionarios, de los más — En nada. Ese es mi punto de partida: ir a
creativos. Pero que baja los ojos lo esencial. Yo diría que trato de dar al especta­
cuando tiene que responder sobre sí dor un vocabulario, una llave de lectura. Imagi­
mismo, sobre sus sentimientos o su nativa, amplia, no anecdótica. Esto no quiere
vida privada. "Lo único que im ­ decir que no utilice mesas, sillas...
porta es la obra, dice, en la — Cuando éstas cum plan una m i­
obra está todo. Hay que bus­ sión que trascienda su uso corriente.
car". — Sí, una mesa será un camino de comuni­
cación o lo contrario. Podrá transformarse en el
o le gusta hablar de sí m is­ lugar donde una mujer da a luz, y también ser
mo? algo agresivo. Estará en el espacio, pero no ju ­
—Nunca hablo de mí mismo con gará únicamente como mesa, tendrá varias sig­
nificaciones.
nadie.
— Menos aún con un periodista. — Los objetos son cam biantes, ¿los
personajes?
— ¡Imagínese! Para que todo el mundo lo
lea. La idea me produce horror. — No son una sola cosa a lo largo de la
Aun con mis amigos más íntimos me cues­ obra, no son siempre positivos o negativos. Se
ta hablar de mí mismo. Me resulta difícil, muy metamorfosean y de esa multiplicidad de situa­
difícil. ciones va a surgir su riqueza, su complejidad.
— Debo suponer que nunca ha con­ — En el ambiente teatral se dice que
sultado a un analista. usted es un m asacrador de actores, que
—Nunca desde luego. No voy por ahí. Pe­ suele decir: "Al actor hay que violar­
ro... lo". (Jorge Lavelli ríe con una risa
— Siente que no lo necesita. contenida que parece estallar a pesar
—No lo necesito porque hago teatro, que es su y o .)
una forma de locura también. — ¿Masacrador? ¡Qué palabra! Y bueno, tal
— Por lo menos una forma de cana­ vez sí. Es que para que un actor deba expresar lo
lizarla. que debe expresar, hay que encontrar en él sus
— Es una forma de canalizar todo. Por eso le partes más vulnerables, tal vez las más secretas.
digo que lo interesante no es la persona sino la Lo interesante es sacar de él lo que nos sorpren­
obra da, no lo que esperamos y conocemos.
— Lo que la obra diga de usted nun­
— ¿Cuál es el sistema para eso?
ca será demasiado claro.
—Yo no quiero que sea demasiado claro, no —No lo hay. Depende del actor. Yo no pue­
pre se repetía la misma japonesería. Hubo una — Aceptada la palabra le pregunto: do tener un mismo sistema para todos. Todos
quiero que se sepa de mí. No quiero saber de los
revolución. Fue divertido y violento. ¿Le importa ser un innovador? son diferentes y el sistema consistirá en encon­
otros. Quiero que los otros guarden su misterio. trar fórmulas diferentes.
A partir de esa proposición uno puede soñar. —Usted dijo que entre teatro dramá­ —No me mueve la idea de innovar sino la
— ¿Qué diferencia hay para usted tico y lírico no hay diferencia. C on­ de ir ejerciendo, a través de un vocabulario, una — Pensando que en su teatro nada
entre dirigir una obra de teatro y diri­ cretam ente, ¿en qué sentido la ópera cierta escritura que corresponde a una cosa que pasa por casualidad, ¿cuál sería el
gir una ópera? es teatro? considero auténtica, que es una manera de ver el sentido de sacar la orquesta del foso,
— Hago un punto de honor en decir que las —La ópera tiene un tiempo y un espacio teatro y de rehacer la vida y el mundo. en algunas puestas suyas de teatro lí­
cosas similares son las fundamentales. Cuando común con el teatro. Tiene la soupleesse y la — Usted ha dicho: "A través del tea­ rico?
pongo en escena una obra dramática nunca fragilidad del teatro. tro, reconstruyo el mundo". —Tiene, entre otras cosas, un sentido ético.
pienso que estoy poniendo frases en escena. Y —Usted habla a menudo de esa fra­ —Una oportunidad provisoria de sobrevivir
cuando pongo una ópera tampoco pienso que gilidad. En un program a hablaba de a la muerte. La puesta en escena hace posible — ¿Etico? Es una extraña palabra
estoy poniendo notas. En ambas cosas lo que se ese instante que transcurre entre el esta hazaña. usada aquí.
lleva a escena son situaciones. gesto que se hace y la mirada que lo — Sus críticos opinan que usted di­ — Hay una cosa que es propia de la estructu­
— De cualquier m anera, su trabajo recoge. rige siempre una misma obra. Que co­ ra del teatro de ópera y es que la música no tie­
será diferente en un caso y otro, por­ —Entre el gesto que se hace y la mirada que mo m uchos escritores repite sus obse­ ne ninguna comunicación con la escena. Esto
que en la ópera habrá otra autoridad, lo recoge se abre el tiempo de la muerte, que es siones como en un espiral de una obra hace que un músico esté todas las noches ejecu­
otra voluntad además de la suya. a la vez el tiempo de la vida en su esplendor. El a otra. tando su parte, pero no sepa lo que está pasan­
— Sí, eso determina una diferencia, que es momento privilegiado del teatro. — Creo que eso es verdad, que uno vuelve do. Porque él está escondido detrás de una parti­
tal vez la única. En el teatro dramático, las si­ — Casi no nació cuando ya debe siempre sobre lo mismo. No yo, todos. Aunque tura. El hecho de pasar al escenario le da una
tuaciones tendrán una respiración, un ritmo y morir. siempre de una manera diferente. nueva razón de existir.
un orden general, que estará decidido por mí —Paradojalmente, es la percepción de esta
muerte la que engendra la emoción. Ese es el — Usted no hace un teatro realista. — Una razón dramática de existir.
mismo. En la ópera, el ritmo está dado por la ¿Cómo describiría lo que hace?
partitura. En el primer caso, yo creo mi propia privilegio del teatro: focalizar una cosa y, un — Por supuesto, si no es así debe quedar en
instante después, dejarla morir. — Hago un teatro que es una síntesis de la
respiración, en el otro, debo adaptarme a la res­ realidad, que no es lo mismo que teatro realista. el foso. El pasaje al escenario implica al músi­
piración que marcan el compositor y el director. — ¿En qué sentido se considera un co en una cosa más comprometida, lo fuerza a
Si tuviera que dar un hombre que fuma un ciga­
— ¿Se interesaba en la ópera antes innovador?
rrillo, añadiría también el sueño de ese hombre, buscar una razón de ser. Sacar los músicos del
de encararla como trabajo? —Si el teatro es, como decimos, un arte del foso también significa salirle al encuentro a la
instante, si su vocación es la muerte, innovar, su delirio, su sufrimiento. Allí hay una opción,
—La ópera siempre me había aburrido. Para como hay una opción en la elección del espa­ jerarquización que es propia del teatro lírico, el
mí, tenía algo de muy falso. Yo había visto ¿qué es? Es difícil hablar de innovar. Porque la
cio, de los materiales. Nada anecdótico me inte­ cual es como un espejo de las estructuras socio-
ópera de niño y un día, veinte años después, memoria es muy corta y muy frágil. Innovar es
no estar muerto, tal vez. Innovar... no sé cómo resa, y en eso también hay una opción. políticas que existen en el mundo. Los músicos
volví a ver ópera. Quedé anonadado. No podía — Si tuviera que llevar esta habita­ enterrados en el foso, lo dice Satgé en su libro,
creer que aquello seguía exactamente igual. Me se puede innovar.
—Tal vez usé mal la palabra. ¿Le ción a una escenografía... separados y extraños a lo que ocurre en el esce­
resultó fascinante y aberrante descubrir cómo —Trataría de trasmitir, por ejemplo, que ella nario, son una especie de metáfora de lo que pa­
todo se había conservado. parece mejor cambiar, transformar?
—Yo diría destruir y reconstruir. No se pue­ es el lugar de mi encierro. sa en la vida. Subirlos, ponerlos en el mismo
— ¿Cuál sería la razón de que la — ¿Qué pasaría con el televisor, los plano que el resto de los participantes, hacerlos
ópera haya quedado tan detenida en el de crear, sin destruir algo. Destruir no es inno­
var. ¿Destruir y recrear es innovar? Creo que sí. cuadros, el teléfono? intervenir, es dar un paso importante hacia un
tiem po? —Estarían de más. Son lo anecdótico. Sólo teatro lírico en el que se concrete una forma ide­
— Se trata de un espectáculo que no se con­ Eso sena el trabajo creativo, pero ¿en qué senti­
do soy un innovador? Sólo el tiempo lo dirá, la tienen un valor decorativo, ningún valor dramá­ al de teatro colectivo. ¿Entiende ahora por qué
cebía como teatro. Lo que importaba era la mú­ ticamente. empleé la palabra "ético"? •
sica. A partir del momento en que uno concibe memoria y el tiempo.
la ópera como teatro, ese punto de vista hace
variar todos los componentes. iHablamos del rock nacional? Jorge Schellemberg
— ¿No cree que el público de ópera
también influye?, ¿que com o los n i­
ños respectos de los cuentos, quiere
La clínica del doctor una compuesta por Negreira (que además la canta fenómeno), y tienen una
lberto Wolf y Los Terapeutas no tocaron en Montevideo-Rock.
que todo se repita exactamente?
— Sí, sí, eso es verdad. El teatro lírico man­ A Tampoco fueron tenidos en cuenta para ninguna "ensalada" díscográfica
roquera,y nadie les ha propuesto (todavía) hacer un video—clip. Sin em­
cuota de riesgo (tanto a nivel armónico, como melódico y rítmico) que las
hace disfrutables sin ser previsibles. Quizás una mayor atención al compo­
tiene la vigencia del recuerdo. Es el único teatro bargo, después de escucharlos presentando su fonograma Mestizo en to ­ nente escénico del espectáculo no estaría de más, pero ya hay una propuesta
que la mantiene. El espectador quiere que todo dos lados (*), uno se queda con una buena dosis de algo que bien podría­ sonora más que atendible, personal y con sw in g . Estos músicos no son
sea igual. Quiere volver a sentir la emoción que mos llamar rock. En realidad, lo que esta gente hace es sincretizar rock, principiantes. Tocan, y en serio. Dentro de un nivel bastante parejo vale la
una vez sintiera. Quiere que no le cambien una soul, y blues con candombe (además tienen un reggae muy lindo, y que pena destacar el manejo de Wolf de la guitarra rítmica, y la firmeza y sonido
coma. En Roma hice L'enfant et les sor- suena mucho más a reggae que muchas cosas supuestamente emparentadas del bajo de Jacques.
con el género que hemos escuchado por aquí). Claro, cuando uno hace mez­ La amplificación estuvo a cargo de Romancho Berro, quien colaboró en
t ilé g e s , de Ravel, y no pasó nada. Nadie pro­ clas de este tipo se arriesga a ser ignorado por aquellas personas para quienes
testó. A los clásicos amantes de la ópera, esta forma más que eficaz para lograr una calidad de sonido bastante mejor que la
la etiqueta importa más que el contenido. Peor para ellos. Esto no le ha im­ que uno está uruguayamente acostumbrado a escuchar.
pieza no los conmociona. Pero hice Madame pedido a Wolf seguir componiendo ni consolidar una banda que suena prolija,
Buterfly y la reacción fue otra. empastada, y con fuerza. Alejandro Roca (en guitarra eléctrica), Daniel Jac-
— No podían perdonarle un Puccini ques (en bajo y voz), Wilson Negreira (en percusión y voz), Luis Martínez (*) Teatro El Tinglado - estreno: Jueves 16 de junio - Mestizo en todos
que no fuera el de siempre. (en batería), Leslie y Giselle Piguillen (en voces), y el propio Wolf en gui­ lados. Ayuí, A/E 70 K. (casete). Alberto Wolf tiene un fonograma ante­
—La gente se apasionó, se enfureció. Nunca tarra y voz solista, con el aporte de Diego Ebbeler en teclados, son los en­ rior, compartido con el Cuarteto de Nos, también editado por Ayuí (disco
se había hecho Madame Buterfly así. Siem­ cargados de sostener este recital. Las canciones son todas de Wolf, menos y casete).

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