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Marina Colasanti
Penélope manda
recuerdos
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1A RGUMENTO
bre, al cual sus amigos ya no conocen.
De nada le sirve ir todos los días al mis-
mo bar, ya siempre le miran como a un
Pues se trata de un género que tiene la desconocido... ¿Cómo no si es un extra-
capacidad y la virtud de enfrentarse de ño para sí mismo?
manera abierta y directa con los grandes Unas casas, habitadas por sombras a las
temas de la literatura: la soledad, el mie- que les incomodan las rotundas formas
do, el amor, la venganza, la risa, la co- de los vivos... La presencia y la ausencia
bardía, la locura, la muerte, también la pueden llegar a ser inseparables, más ra-
guerra, o el combate al menos. (MARÍAS, ros amores los vetustos muros han visto.
Javier. Cuentos únicos. Siruela. 1995) Que tu mano izquierda no sepa lo que
hace la derecha, dice la Biblia. ¡Qué será
Así describe Marías las «virtudes» de los de este atribulado caballero cuya mano
cuentos fantásticos y, de todo lo que adquiere vida propia! ¿A quién pertene-
apunta el escritor en el fragmento ante- ció ese guante violeta que se ha posesio-
rior tratan los relatos que conforman nado de la voluntad de su brazo, de su
este libro: mano, y al final, de su vida?
En una villa retirada donde artistas y
científicos sueñan sus invenciones, se Según una teoría moderna, los mitos y
cuela un etéreo gato que nadie ve pero leyendas se inventaron tan solo para
todos oyen... ¿Acompaña a una felina explicar fenómenos naturales. (...) Es
mujer? ¿O acaso es ella misma? imposible creer que nadie hubiera podi-
Una casa extraña, opresiva, un indolente do inventar historias tan complicadas
criado oriental, su señor desaparecido, solo para explicar cuestiones tan mun-
¿quizá tras la llamada de los lobos que danas como el trueno y el relámpago,
aullaban en las frías noches de su infan- las tormentas y los terremotos. El he-
cia? cho es que nuestros antepasados, cuyas
Una partida de dominó... Las fichas con- mentes estaban mucho menos confusas
vertidas en los muros que limitan el ca- que las nuestras, eran capaces de ver,
mino de un insecto que se ha posado en oír y describir todos los misterios de un
la mesa... El insecto escapa volando de mundo invisible para los ojos moder-
esos lúdicos muros. ¿Cómo escapará el nos.(PAGE E INGPEN. Enciclopedia de las
jugador cuando en medio de la noche la cosas que nunca existieron. Anaya. Ma-
puerta de su cuarto se convierta en ficha drid, 1987)
de dominó, en muro infranqueable? Él,
bípedo implume que carece de alas...
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2C OMENTARIO
mencionarlo tras la lectura de este libro,
por algún parecido argumental, y por la
forma misma de escritura—, el narrador,
Ni espero ni quiero que se dé crédito a la que se dirige continuamente al lector,
historia más extraordinaria, y, sin em- conduciéndole por las «escenas» de cada
bargo, más familiar que voy a referir. cuento, se comporta como la cámara,
con la que siempre se identifica el espec-
Con esas palabras empieza uno de los tador... Además, lo que ocurre en la pan-
cuentos más conocidos de Edgar Allan talla está en presente de indicativo, por-
Poe: El gato negro. Las mismas podrían que cada vez que las imágenes llenan la
aplicarse a cualquiera de las narraciones blanca superficie todo ocurre de nuevo y
de este libro que comentamos y que tam- se vuelve actual. Así sucede en estas pá-
bién se abre con un relato inquietante- ginas en las que el presente es el tiempo
mente felino. Todas las historias que va- verbal más utilizado de forma, creo, in-
mos a leer se caracterizan por producir tencionada.
en el lector un hondo desasosiego, y sin Se ha mencionado la atmósfera, en estos
embargo, nada declaradamente sobrena- cuentos el ambiente es el elemento que
tural ocurre en ellos, pero continuamente confiere su peculiaridad a lo que aconte-
se sugiere. ¿Y qué hay más inquietante ce: antiguas mansiones, extrañas habita-
que esa sugerencia? No es lo que mues- ciones en las que sus moradores parecen
tra la oscuridad lo que nos asusta, sino prisioneros, estancias que se convierten
lo que oculta. En una excelente película, en museos de la memoria de sus ocupan-
The bad and the beautiful, de Vicente tes, montes nocturnos donde aúllan los
Minnelli, un productor cinematográfico lobos, villas artificiosas pobladas por vi-
se interroga sobre como conseguir que sitantes casuales que se quedan casi ais-
una película provoque un escalofrío en la lados del mundo... y sobre todo calles de
sala de proyección: no hacen falta efec- ciudades corrientes que dejan de ser vul-
tos especiales, ni monstruos, ni fantas- gares para convertirse en lugares de pe-
mas... solo se requieren sombras y un sadilla.
buen guión; la película que se rueda den- Y es que la realidad tiene en estas pági-
tro del film citado, trata de misteriosas nas un lado oscuro, cada personaje pue-
criaturas, mitad persona, mitad pantera. de descubrir dentro de sí mismo un Mis-
Jacques Tourneur había dirigido La mu- ter Hyde al mirarse en los demoníacos
jer pantera, que tuvo presente Minnelli, espejos. En cualquier momento uno deja
¿y quizá también Marina Colasanti, de pertenecerse, ¿por qué ha de ser ese
nuestra escritora? desconocido que se contempla en la año-
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sa foto, él mismo? Kafka nos presentó el nuamente se nos recuerda que somos lec-
horror de levantarse convertido en un in- tores, que asistimos a la elucubración del
secto, nuestra escritora nos descubre un escritor que puede situar el observatorio
personaje que acaba sabiendo que quizás en diferentes puntos de vista. Y además
no sea en nada diferente a tan repulsivo se nos pregunta si no somos todos en rea-
ser. lidad el personaje literario que nosotros
Las escaleras mecánicas, las cintas desli- «escribimos»: ...que se mostraba uno
zantes que nos llevan por pendientes y ante el público, pero que escondía otro
caminos sin principio ni fin son como es- entre líneas. (Página 53).
tas historias. En ellas el final se esconde
cuando se llega a la última página, y en ❑ REFLEXIONAR ACERCA DE LA
esa profundidad que engulle las escaleras LIBERTAD
y las cintas, reside el horror que el lector Asímismo en estas páginas se plantea
intuye porque no se le explica. también el tema de la libertad: ¿somos
dueños de nuestro destino o lo más que
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podemos hacer es no caer de las escaleras
mecánicas que se mueven sin nuestro con-
ALORES curso?, ¿somos acaso menos libres que un
insecto mísero con el que cualquiera pue-
❑ INDAGAR EN EL «YO» de jugar en la mesa de un bar? Nosotros
¿Qué hace que nos fascinen el horror, el no podemos volar... nuestra imaginación
escalofrío que provocan en nosotros los sí, ¿no es un buen motivo para leer?
«buenos cuentos maléficos»? La lectura
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de este libro nos hace reflexionar sobre
ese lado oscuro que podemos presentir
en nosotros. UTORA
La autora dirige esa reflexión a repensar
en que consiste la propia identidad: esta- Marina Colasanti nació en Etiopía en
mos hechos solo de memoria, somos un 1937. Durante su infancia vivió primero
conjunto de fotos que muestran un ros- en África, después en Italia y en 1948
tro de diferentes edades, ¿por qué lo lla- marchó a Brasil. Ha trabajado como tra-
mamos «yo»? ductora, periodista, animadora de televi-
Esa cuestión se aborda en estas páginas sión, diseñadora gráfica y acuarelista. Es
desde una doble perspectiva: la filosófica autora de numerosos ensayos, poesía y
y el discurso metaliterario. Por un lado se cuentos. En el ámbito de la literatura in-
habla de la esencia de la persona y por fantil ha otorgado nuevo vigor al género
otro se nos coloca fuera del relato, conti- tradicional de los cuentos de hadas.
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LA NEGRA TINTA DEL PERIÓDICO dar su versión de los hechos que no son
Lo que dio comienzo a su desaparición, exactamente hechos. (Página 74)
no obstante, no está en esas revistas. Es-
taba en un periódico que tiró a la basu- Organizamos a los lectores en tríos y les
ra. En una noticia que leyó mucho antes pedimos que recuerden un acontecimien-
de desaparecer. (Página 30) to que hayan vivido o conocido los tres.
Cada uno redactará su versión, ¿vieron y
El horror puede estar a la vuelta de la experimentaron todos lo mismo? Por úl-
página, solo hay que saber mirar. Cada timo tratarán de escribir un relato de lo
lector escogerá una noticia aparecida en sucedido con el que este de acuerdo todo
la prensa y tomará su contenido como el grupo.
pretexto para inventar un terrorífico
cuento. LENGUAJE ANIMADO
Mujeres gatunas, hombres fascinados
SEIS TÍTULOS EN BUSCA DE HISTORIA por los lobos, personajes obsesionados
Después de leer los títulos de los cuentos por un insecto... Así son algunas de las
en el índice, sugeriremos que inventen y criaturas que pueblan las páginas que se
cuenten oralmente historias que así pudie- van a leer. El lenguaje usa adjetivos ani-
ran encabezarse. Cuando se acabe el libro males en las descripciones humanas: ras-
veremos si alguna de esas anticipaciones gos felinos, movimientos de gacela, mira-
se parece a lo que escribió la autora. da de águila, lengua viperina, cabello de
ala de cuervo...
ANTE EL ESPEJO Cada uno de los chicos y chicas escogerá
una de esas construcciones —u otra que
Desde fuera y desde dentro del espejo los se les ocurra— e inventará un personaje
dos rostros se miran. (Página 73) del reino de las sombras que pueda ser
descrito con tales palabras.
¿Qué se dirían esos rostros que son uno? Después, por parejas, escribirán un sor-
Pediremos a los alumnos que escriban prendente relato en el que se reúnan «los
diálogos entre ellos mismos y su «doble» fantasmas» de los dos compañeros.
del espejo. Después, por parejas, pode-
mos proponerles que los escenifiquen. MANDA RECUERDOS
Si todos somos tan complicados como
LAS TRES CARAS DE LA MONEDA la Penélope de la portada, si todos te-
nemos un lado oscuro como los perso-
Esta historia es difícil de contar porque najes de estos cuentos que están a pun-
tiene tres personajes, y los tres necesitan to de leerse, ¿por qué no mostrarlo
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aunque sea con sombras, con retazos? Una sugerencia: ¿y si la historia se en-
Cada uno se retratará con un collage en cuadra en un hospital psiquiátrico?, ¿y si
el que trate de reflejar su »rompecabe- esos narradores son todos pacientes?
zas» personal. Después, anónimamen-
te, se «mandarán recuerdos» con esos EL HILO DE LOS PENSAMIENTOS
retratos —como si se tratara del juego En La hora de los lobos penetramos has-
del amigo invisible— ¿serán los desti- ta el mismo interior de un personaje, co-
natarios capaces de encontrar a los re- nocemos sus pensamientos.
mitentes? Propondremos a los lectores que dejen
fluir sus pensamientos y que traten de
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