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TEMA 8 DESARROLLO

1. INTRODUCCIÓN

La desamortización fue un hecho fundamental en el proceso de la revolución burguesa y de


la construcción del Estado liberal ya que significó un cambio esencial en el sistema de
propiedad y tenencia de la tierra. Era necesario proceder a la desamortización de la tierra,
pues ésta, en gran parte, se encontraba amortizada, es decir, fuera del circuito comercial. A
esta situación jurídica atribuían los liberales su escasa productividad, además de su
encarecimiento, por el reducido volumen de tierras en el mercado. En España el proceso
desamortizador se produjo de manera discontinua dándose en distintos momentos: las
desamortizaciones de Godoy (1798), las de la guerra de Independencia y la del Trienio
Liberal (1820-1823). Sin embargo, la desamortización fue obra de los gobiernos liberales
durante el reinado de Isabel II. Las más importantes fueron la de Mendizábal (1836) y la de
Pascual Madoz (1855). En España el proceso desamortizador tuvo importantes
repercusiones, hay que contextualizarlo dentro de las dificultades del paso del viejo al nuevo
régimen.

2. LAS DESAMORTIZACIONES: PROCEDIMIENTO, OBJETIVOS,


RESULTADOS

En este punto aclaramos los términos y conceptos básicos relacionados con el proceso
desamortizador.

2.1. CONCEPTOS BÁSICOS Y PROCEDIMIENTO DESAMORTIZADOR

La agricultura era la base de la economía en el Antiguo Régimen y, durante bastante


tiempo, también en el Nuevo Régimen. Además de esto, en el Antiguo Régimen la
propiedad de la tierra estaba en su mayor parte amortizada, es decir, vinculada a
instituciones como la nobleza (a través del mayorazgo), la Iglesia, los Ayuntamientos
(bienes propios y bienes comunes) y el propio Estado. Al estar vinculada a instituciones,
estas tierras no se podían vender, partir, etc. Por lo tanto, estaban fuera del mercado y de
los mecanismos capitalistas, además, no tributaban.

La escasez de tierras a la venta en el mercado hacía además elevar su precio. Ya los


ilustrados, consideraron que esta forma de propiedad era poco racional por ello
denominaron a estos beneficiarios "manos muertas". Si se quería cambiar el régimen de
propiedad había que “desvincular” esas posesiones de la nobleza y desamortizar los bienes
de los municipios y los bienes de la Iglesia. Estas propiedades pasarían entonces a ser
bienes privados que sí se podrían comprar o vender en el mercado libre.

1. Desvinculación: la desvinculación es un concepto que se aplica generalmente a los


bienes de la nobleza y especialmente el mayorazgo.
2. El mayorazgo consistía en que el primogénito de la casa nobiliaria en cuestión
recibía por herencia un bloque de bienes del que no era propietario sino
usufructuario.
3. Desamortización: se utiliza de manera restringida para designar el caso en que los
bienes son apropiados y vendidos en subasta pública
4. El proceso desamortizador: la incautación y la puesta en venta mediante subasta
pública.

2.2. OBJETIVOS Y RESULTADOS DE LAS DESAMORTIZACIONES

Varios fueron los objetivos que llevaron a los procesos desamortizadores:

- Fiscales: recaudar fondos para solucionar los problemas de la Hacienda Pública,


bien para hacer frente a los gastos ocasionados por la guerra políticos: se trataba de
crear una masa de propietarios que ligara sus intereses al liberalismo o nuevo
- Políticos: se trataba de crear una masa de propietarios que ligara sus intereses al
liberalismo o nuevo régimen. Esto se va a conseguir, pero a cambio se enturbiaron
las relaciones con la Iglesia católica (Mendizábal y Madoz).
- Económicos: se pensaba que modernizando la estructura de la propiedad se
producirían grandes transformaciones agrarias (aumento del rendimiento). Este
objetivo no se consiguió del todo porque la propiedad se concentró.
- Sociales: era la ocasión ideal para reformar la estructura de la propiedad y acabar
con la excesiva concentración de la propiedad de la tierra en pocas manos
(latifundios). Se buscaba mejorar la situación del campo. Al igual que los objetivos
económicos los sociales tampoco se consiguieron ya que predominaron los objetivos
fiscales.

3. LOS PROCESOS DESAMORTIZADORES DEL SIGLO XIX

Durante el largo reinado de Isabel II asistimos a una serie de cambios que consolidaron
definitivamente el estado liberal.

3.1. INTRODUCCIÓN

Las desamortizaciones no fueron actos aislados, sino unos procesos históricos que van a
abarcar gran parte del siglo XIX pero que empezaron a ser aplicadas en el siglo XVIII. Las
leyes desamortizadoras fueron las medidas centrales de los gobiernos progresistas, que se
caracterizan por sus reformas económicas, abarcaron un amplio marco temporal.

Los primeros procesos desamortizadores se iniciaron en 1767 y se prolongaron hasta 1924,


cuando se derogaron las últimas disposiciones desamortizadoras. Las desamortizaciones
más destacadas son; la de Godoy (1798); la de las Cortes de Cádiz (1811-1813); la del
Trienio Liberal (1820-1823) y las dos de mayor relevancia, la de Mendizábal (1836- 1851), y
la de Pascual Madoz (1855-1924).
3.2. LA DESAMORTIZACIÓN DE MENDIZÁBAL (1836-37).

La desamortización de Mendizábal tenía como objetivos recaudar fondos para reducir la


deuda pública, afrontar las guerras carlistas y pretendía sumar apoyos al liberalismo. Con la
venta en lotes de la tierra, Mendizábal creía que se constituiría una masa de pequeños y
medianos propietarios. Además, consideraba que los adquirientes procurarían mejorar las
técnicas de cultivo para hacer más rentable su explotación y que la mejora de la agricultura
redundaría en un crecimiento económico general. Para desamortizar los bienes de manos
muertas, se procedió a nacionalizar dichos bienes, por lo general sin indemnización, y a
venderlos en subasta pública.

El decreto de Mendizábal admitía como forma de pago los títulos de deuda pública, muy
devaluada, tras entregar al contado el 20% del importe total y pudiendo aplazar el resto
entre 8 y 16 años. Salieron beneficiados los poseedores de deuda pública, es decir, la
burguesía; además, de ese modo se recaudó menos de lo previsto.

· Decreto desamortizador de 1836. Pone en venta los bienes del clero regular (monjas y
frailes), tierras, casas, monasterios y conventos con todos sus enseres incluidos las obras
de arte y los libros.

· Decreto desamortizador de 1837. Éste afecta a los bienes del clero secular, es decir
parroquias, iglesias, catedrales, etc. Esta ley sin embargo se aplicó en 1841 con Espartero.
También se produce la desvinculación de mayorazgos sin confiscación de la propiedad, sólo
liberación de vínculos.

Entre 1836 y 1844 se puso a la venta más del 60% del patrimonio de la Iglesia y se
recaudaron cerca de 3.500 millones de reales. Desde esa fecha, con los moderados al
frente del gobierno, la desamortización se suspendió.

3.3. LA DESAMORTIZACIÓN DE PASCUAL MADOZ (1855-1924).

También llamada Ley de Desamortización General. Se llama general porque se ponían en


venta todos los bienes de propiedad colectiva. La Ley de Pascual Madoz de 1855, ordenaba
la desamortización de todas las propiedades que aún permanecieran amortizadas. Se
ponen en venta los bienes eclesiásticos no vendidos y además tuvo un efecto muy negativo
sobre las clases más desfavorecidas que encontraban su sustento en estos terrenos
comunales. Los bienes de propios municipales eran propiedades de los pueblos, que
proporcionaban una renta a los ayuntamientos porque estaban arrendados. En cambio, los
bienes comunes municipales eran también propiedades de los pueblos y eran utilizados por
los vecinos del lugar sin pagar renta alguna.

Su finalidad esencial era recaudar fondos para la construcción del ferrocarril y acabar con
una forma de propiedad propia del pasado. En este caso sólo se aceptó dinero en efectivo.
Esta desamortización duplicó a la de Mendizábal, con casi 5.000 millones de reales
recaudados.
3.4. DIFERENCIAS ENTRE LAS DESAMORTIZACIONES DE MENDIZÁBAL Y
MADOZ

De lo expuesto podemos extraer las siguientes diferencias:

- Con Madoz, el capital obtenido se destinó a la industrialización del país y a la


expansión del ferrocarril.
- La desamortización de Mendizábal no afectaba a los bienes municipales y sí la de
Madoz.
- La de Mendizábal no contemplaba indemnizaciones para los afectados, mientras
que la de Madoz sí.

4.CONSECUENCIAS DEL PROCESO DESAMORTIZADOR

Aunque no produjeron una auténtica reforma agraria capaz de sentar las bases para el
desarrollo económico, sí tuvieron importantes repercusiones.

a) CONSECUENCIAS ECONÓMICAS

Se modificó el régimen jurídico de la propiedad de la tierra, liberalizando su compraventa y


transformando la propiedad vinculada en libre y plena. Sin embargo, no cambió la estructura
de la propiedad. En la España septentrional se mantuvo el predominio de la pequeña y
mediana propiedad, pero en el centro y sur, donde existía ya una estructura latifundista,
aumentó la gran propiedad.
El crecimiento de la superficie cultivada derivó en un aumento de la producción, pero no de
la productividad ya que apenas se modernizó la agricultura. Afectó también a la
organización del paisaje al roturarse baldíos, dehesas y bosques, con la consiguiente
deforestación y perjuicio para la ganadería. No se consiguió paliar el problema de la
hacienda pública,

b) CONSECUENCIAS SOCIALES

Los principales beneficiados fueron la nobleza y la burguesía urbana. Por el contrario,


salieron perjudicados la Iglesia, los ayuntamientos y los campesinos pobres. Los
campesinos no pudieron comprar las tierras y los contratos de arrendamiento impuestos por
los nuevos propietarios endurecieron sus condiciones. Los municipios perdieron sus
ingresos por el arriendo de los bienes de propios y ya no contaban con los terrenos
comunales.
Esto explica que el carlismo arraigase entre los pequeños campesinos del norte y el
anarquismo prendiera pronto entre los jornaleros del sur, deseosos del reparto de la tierra.
Fueron los propietarios más acomodados los que se unieron al liberalismo, formando una
nueva aristocracia terrateniente. Esto se convirtió en una fuente de problemas durante todo
el siglo XIX y el siglo XX.
c) CONSECUENCIAS CULTURALES

Finalmente, debe recordarse el expolio del patrimonio artístico y cultural. Los compradores,
en la mayoría de los casos, no pudieron o no quisieron mantener este patrimonio. En las
ciudades, sin embargo, este patrimonio pasó a manos del Estado. El derribo de otros
inmuebles transformó el aspecto de las ciudades, ahora ensanchadas con plazas y
avenidas.

5. CONCLUSIÓN

Los procesos desamortizadores no se aprovecharon para hacer una reforma agraria. Sólo
se buscaba beneficiar a la burguesía comercial y financiera, que era el apoyo social del
nuevo régimen. Por el contrario, los grandes perjudicados fueron los pequeños campesinos,
los municipios y la Iglesia. Los compradores no invirtieron en la modernización de la
explotación agraria ni se creó una clase de medianos propietarios.

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