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1. INTRODUCCIÓN
En este punto aclaramos los términos y conceptos básicos relacionados con el proceso
desamortizador.
Durante el largo reinado de Isabel II asistimos a una serie de cambios que consolidaron
definitivamente el estado liberal.
3.1. INTRODUCCIÓN
Las desamortizaciones no fueron actos aislados, sino unos procesos históricos que van a
abarcar gran parte del siglo XIX pero que empezaron a ser aplicadas en el siglo XVIII. Las
leyes desamortizadoras fueron las medidas centrales de los gobiernos progresistas, que se
caracterizan por sus reformas económicas, abarcaron un amplio marco temporal.
El decreto de Mendizábal admitía como forma de pago los títulos de deuda pública, muy
devaluada, tras entregar al contado el 20% del importe total y pudiendo aplazar el resto
entre 8 y 16 años. Salieron beneficiados los poseedores de deuda pública, es decir, la
burguesía; además, de ese modo se recaudó menos de lo previsto.
· Decreto desamortizador de 1836. Pone en venta los bienes del clero regular (monjas y
frailes), tierras, casas, monasterios y conventos con todos sus enseres incluidos las obras
de arte y los libros.
· Decreto desamortizador de 1837. Éste afecta a los bienes del clero secular, es decir
parroquias, iglesias, catedrales, etc. Esta ley sin embargo se aplicó en 1841 con Espartero.
También se produce la desvinculación de mayorazgos sin confiscación de la propiedad, sólo
liberación de vínculos.
Entre 1836 y 1844 se puso a la venta más del 60% del patrimonio de la Iglesia y se
recaudaron cerca de 3.500 millones de reales. Desde esa fecha, con los moderados al
frente del gobierno, la desamortización se suspendió.
Su finalidad esencial era recaudar fondos para la construcción del ferrocarril y acabar con
una forma de propiedad propia del pasado. En este caso sólo se aceptó dinero en efectivo.
Esta desamortización duplicó a la de Mendizábal, con casi 5.000 millones de reales
recaudados.
3.4. DIFERENCIAS ENTRE LAS DESAMORTIZACIONES DE MENDIZÁBAL Y
MADOZ
Aunque no produjeron una auténtica reforma agraria capaz de sentar las bases para el
desarrollo económico, sí tuvieron importantes repercusiones.
a) CONSECUENCIAS ECONÓMICAS
b) CONSECUENCIAS SOCIALES
Finalmente, debe recordarse el expolio del patrimonio artístico y cultural. Los compradores,
en la mayoría de los casos, no pudieron o no quisieron mantener este patrimonio. En las
ciudades, sin embargo, este patrimonio pasó a manos del Estado. El derribo de otros
inmuebles transformó el aspecto de las ciudades, ahora ensanchadas con plazas y
avenidas.
5. CONCLUSIÓN
Los procesos desamortizadores no se aprovecharon para hacer una reforma agraria. Sólo
se buscaba beneficiar a la burguesía comercial y financiera, que era el apoyo social del
nuevo régimen. Por el contrario, los grandes perjudicados fueron los pequeños campesinos,
los municipios y la Iglesia. Los compradores no invirtieron en la modernización de la
explotación agraria ni se creó una clase de medianos propietarios.