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Derecho procesal

Unidad 1 El proceso judicial


1. El proceso judicial. Concepto. Caracteres. Elementos, Objeto y Contenido.
Introducción
El proceso judicial es el principal objeto de estudio de la ciencia del derecho procesal, su
estudio comprende el análisis de los principios, normas y de la legislación formal en
cuanto se refiere a la organización del Poder Judicial, las reglas de competencia y también
las que determinan la forma y el modo de proceder de los sujetos procesales en un juicio.
Concepto
El proceso judicial es una serie gradual, progresiva y concatenada de actos cumplidos por
órganos públicos predispuestos o por particulares interesados y que persigue
determinados fines: su fin inmediato es la fijación de hechos y la aplicación del derecho y
el mediato esta dado desde el punto de vista de valores públicos colectivos con la
obtención de la paz social o el restablecimiento del orden jurídico alterado.
Caracteres:
El proceso es público, autónomo, complejo y teleológico:
• Público, ya que sus fines responden a un interés que excede del privado y su trámite
debe llevarse a cabo conforme a los mandatos de la ley adjetiva de naturaleza pública y
ante órganos jurisdiccionales del Estado.
• Complejo, porque en su desarrollo actúan diferentes sujetos procesales con diversas
atribuciones y por ello, susceptibles de generar múltiples relaciones jurídico-procesales.
• Autónomo, en relación con el derecho sustantivo.
• Teleológico, por cuanto se dirige al cumplimiento de fines individuales o sociales.
Elemento: Objetivo, subjetivo y teleológico.
El elemento objetivo:
El elemento objetivo se manifiesta en el concepto dado cuando se expresa “serie gradual,
progresiva y concatenada de actos” es decir, está configurado por un conjunto de actos,
es complejo y se presenta como una sucesión ininterrumpida que se cumple en forma
escalonada.
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Es gradual porque los actos se realizan conforme a un orden determinado por ley, y es
progresiva porque estos actos se van cumplimiento en forma paulatina ya que se
manifiestan por grados y tienden a un fin.
Concatenados porque la culminación de un acto supone el comienzo de otro, están
eslabonados.
El proceso debe entonces avanzar y desarrollarse en base a impulsos que tienden a un fin
que es la resolución definitiva del juicio a través de una sentencia.
Cada acto está conformado por la ley en sus circunstancias, determinando las condiciones
de lugar tiempo y modo en que deben realizarse. Por otro lado se indica un orden para su
realización que se traduce en etapas del proceso.
El elemento subjetivo
Son las personas que intervienen en un trámite judicial. Son sujetos necesarios o
eventuales.
Esenciales:
Los necesarios son aquellos que indefectiblemente deben estar presente en la relación
jurídico procesal y son los protagonistas de ella. Así actor, demandado y juez son los
sujetos esenciales del proceso CIVIL por actuar como titulares de los poderes de acción
(inicio y mantenimiento del trámite), excepción (defensa) y jurisdicción (decisión). El en el
proceso PENAL los esenciales son el MPF, el juez y el sujeto pasivo que es el imputado.
En el proceso civil pueden actuar en forma singular (un actor, un demandado) o plural
(Litis consorcio).
Estos sujetos ejercen derechos constitucionales. El actor puede ser titular del poder de
acción y tiene a su cargo instar el proceso y esto se traduce como el derecho a peticionar a
las autoridades. El juez ejerce el poder de jurisdicción. El demandado ejerce su poder de
defensa (este último puede ser sujeto esencial y no estar presente en el juicio, en el
proceso civil, en el penal en la mayoría de los casos NO).
Cada uno de estos sujetos están previstos en la ley que da sus condiciones subjetivas de
actuación y cumplen diversas actividades, así por ejemplo los jueces deben tener
jurisdicción y competencia; los particulares tienen que tener capacidad y legitimación y
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sino intervenir con un representante.
Eventuales:
Son aquellos los cuales no son necesarios, aparecen esporádicamente. Por ejemplo los
auxiliares del tribunal, que son funcionarios que colaboran con el oficio judicial en calidad
de secretarios letrados, jefe de despacho, etc. También lo son los peritos, testigos,
interpretes, etc.
Por último, la autora menciona a los participantes, que son los funcionarios del MPF o los
abogados apoderados de las partes.
El elemento teleológico:
Se configura teniendo en cuenta los intereses colectivos de la sociedad o los individuales
de las partes. El fin se identifica con la obtención de una sentencia justa que restablezca el
orden jurídico alterado.
El fin principal de cualquier proceso es la realización del derecho objetivo sustancial en
casos concretos, obtener armonía y paz social.
Objeto
No existe uniformidad con respecto a este tema pero para determinarlo es necesario
tener en cuenta el contenido de las pretensiones, esto es: fijación de los hechos,
aplicación del derecho y del orden jurídico alterado.
Por esto, ante la prestación del actor y la contraprestación del demandado, la jurisdicción
las resuelve y esto es el objeto del proceso, el juez llega a la solución aplicando las reglas
de la sana crítica y de la lógica formal.
Contenido
El contenido del proceso está dado por las pretensiones o declaraciones de voluntad cuyo
acogimiento se intenta obtener. El actor al ejercer la acción, y el demandado al contestar
o interponer excepciones, formulan una declaración de voluntad de tipo imperativo
amparada por la ley y exigen al juez que se pronuncie sobre la existencia o inexistencia de
una obligación determinada. Luego el juez aplica el derecho, acoge una y restablece el
orden jurídico alterado.
En el desarrollo del contenido procesal, Clariá Olmedo (1982) distingue diferentes
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categorías y situaciones jurídicas:
a) Atribución facultativa: facultad que compete al actor para accionar en el campo del
proceso civil y obtener una satisfacción.
b) Atribución impuesta: exigencia legal que tiene el juez frente al proceso, ya que dicho
funcionario tiene la obligación de pronunciarse ante el simple requerimiento de la parte.
c) Sujeción impuesta: situación que requiere la actuación del sujeto por razones que
atienden al interés público (v.gr. posición de testigo que tiene la carga pública de
comparecer, declarar y decir la verdad).
d) Sujeción facultativa: tiene como significación satisfacerse a sí mismo para prevenir un
perjuicio futuro. En ella se encuentra la carga procesal, que es un imperativo del propio
interés. Es una situación jurídica instituida en la ley, consistente en el requerimiento de
una conducta de realización facultativa normalmente establecida en interés del propio
sujeto y cuya omisión trae aparejada una consecuencia desfavorable para él. Ante el
incumplimiento de la carga no existe sanción, sino tan solo importará para el remiso
posicionarse en un plano desfavorable (ej. la falta de contestación de la demanda o falta
de ofrecimiento de prueba no tienen una sanción jurídica, pero traen aparejado perjuicio
para la parte que deje de hacerlo). Se diferencia de la carga pública porque en esta puede
haber coacción sobre el sujeto, mientras que en la carga procesal solo se realiza una
conminación o advertencia de que se puede perjudicar.
2. Los presupuestos procesales y sentenciales. Concepto
Son presupuestos procesales aquellos que determinan el nacimiento válido del proceso,
su desenvolvimiento y normal culminación con la sentencia. Son requisitos previos al
proceso sin los cuales no puede ser iniciado válidamente.
Se distinguen de los presupuestos sustanciales porque estos hacen a las pretensiones de
las partes. Para demandar no es necesaria la existencia de un derecho sustantivo real,
basta con la creencia que se tiene ese derecho, por ello, la falta de un presupuesto
procesal no afecta el derecho sustancial expuesto en la pretensión. Estos presupuestos
deben ser examinados antes de resolverse sobre el fondo dado que la falta de cualquiera
de ellos invalida el pronunciamiento.
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Son:
a) Competencia del Tribunal: se funda en los límites territoriales, materiales y funcionales
establecidos por la ley para que el juez ejerza su jurisdicción. La competencia territorial se
divide entre jurisdicción nacional y provincial y dentro de cada una de ellas la competencia
encuentra fundamento en la división del trabajo, en la especialización y en la necesidad de
que el juzgador se encuentre lo más cerca posible del lugar de los hechos.
b) Capacidad procesal de las partes: es una capacidad de hecho o de obrar y se relaciona
con la aptitud para poder realizar eficazmente los actos procesales de parte. Es el
requisito en virtud del cual debe mediar una coincidencia entre las personas que
efectivamente actúan en el proceso y las personas a las cuales la ley habilita para requerir
(actor) y contradecir (demandado) respecto de la materia sobre la cual versa el proceso.
En el supuesto de incapacidades como la de los menores, dementes, sordomudos o
ausentes, la ley autoriza que concurran a juicio con sus representantes. No debes
olvidarte que en la materia rige la máxima por la cual la capacidad es la regla y la
incapacidad la excepción.
c) Observancia de los requisitos de forma: todo planteo debe efectuarse según las
formalidades establecidas por la ley a tal efecto.
Presupuestos sentenciales
Por su parte, son presupuestos sentenciales las condiciones que hacen que el juez pueda
dictar válidamente sentencia. Se requiere la realización de un procedimiento previo y
completo, por su forma y grado, para lograr el pronunciamiento de la resolución final.
Este tampoco debe encontrarse impedido por la existencia de obstáculos a su promoción:
así, por ejemplo la existencia de privilegios constitucionales, la omisión de acusación o de
denuncia en delitos de instancia privada, la ausencia de dictamen del asesor de menores o
incapaces cuando este ha sido impuesto por ley.
El trámite debe haberse desarrollado con sujeción a las formas esenciales establecidas en
la ley (idioma y documentación) y hallarse en un estado tal que permita el
pronunciamiento de una sentencia válida por haberse cumplido las etapas que son
inevitablemente previas y necesarias (introducción de las cuestiones, prueba y discusión
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en el proceso escrito; debate en el proceso oral).
Los presupuestos sentenciales en una resolución favorable al actor son:
a) existencia real de la relación jurídica sustancial pretendida;
b) prueba en legal forma de la situación de hecho relevante que sirvió de causa;
c) exigibilidad del derecho que no se encuentra sometido a plazo o condición suspensiva;
d) petición adecuada al derecho que se tenga, porque puede tenerse el derecho y haberse
probado, pero si se ha pedido cosa distinta se obtendrá sentencia desfavorable;
e) haber enunciado en la demanda los hechos esenciales que sirven de causa jurídica a las
pretensiones, ya que su falta ocasiona el fracaso en la sentencia. Aunque se tenga el
derecho, el juez debe basar su decisión en tales hechos.
Por su parte, constituyen presupuestos de la sentencia favorable al demandado: alegar las
excepciones cuando así lo exija le ley y acreditarlas, también podría esgrimirse la simple
ausencia de alguno de los presupuestos del éxito de la demanda.
Esta posición vincula los presupuestos sentenciales con la cuestión de fondo, con la
calidad e idoneidad para actuar como actor o demandado, con la capacidad de ambos,
con el interés sustancial en la obtención de la sentencia y con la existencia de una petición
presentada en forma clara y concreta que no haya sido impugnada por objeciones como la
cosa juzgada o la litispendencia.
En relación con las sentencias penales, son presupuestos:
a) adecuada imputación en la acusación fiscal al iniciar el enjuiciamiento;
b) prueba diligenciada en legal forma y referida a la existencia de los hechos delictuosos
que se investigan;
c) que esos hechos sean precisamente los imputados al tiempo de la promoción de la
acción;
d) que no haya causas de justificación, inculpabilidad, inimputabilidad o que excluyan la
responsabilidad penal.
Los presupuestos sentenciales en cualquier materia se dirigen al fondo de la cuestión y
obstan al dictado de una sentencia favorable a las pretensiones de los sujetos. Mientras la
ausencia de presupuestos procesales impide que el juicio pueda tramitarse válidamente,
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los requisitos sentenciales atacan a la pretensión e impiden que las partes obtengan una
resolución favorable a sus pretensiones. Para obtener sentencia favorable es
indispensable tener derecho, pero también es necesario demostrarlo y probarlo.
3.1 Etapas del procedimiento civil, penal, de familia y laboral. Concepto
El proceso judicial es un fenómeno único, pero se manifiesta a través de diversos
procedimientos según el derecho de fondo.
En el proceso civil las etapas están estructuradas de firma nítida ya que se rige por el
sistema dispositivo, no se da mayor movilidad o diferenciación en la actividad.
En cambio los procedimientos que han optado por la oralidad en la instancia única,
encontramos de manera menos precisa etapas que presentan particularidades que
definen la forma procesal elegida. Este es el caso penal laboral y de familia.
Etapas en el procedimiento civil
En el fuero civil, el proceso tipo por excelencia es el juicio declarativo ordinario, este tiene
por objeto que una pretensión inicialmente incierta sea conocida a fondo por el tribunal
que entiende en la causa mediante la recepción de la prueba pertinente y luego dicte
sentencia de mérito y decida en forma definitiva la cuestión. Es la vía de mayor amplitud
para resolver contiendas o conflictos y se caracteriza por el efecto de cosa juzgada
material que suscita la resolución final.
Palacio define al proceso civil de conocimiento u ordinario como aquel que tiene por
objeto una pretensión tendiente a que el órgano judicial dilucide y declare, mediante la
aplicación de las normas pertinentes a los hechos planteados y (eventualmente)
discutidos, el contenido y alcance de la situación jurídica existente entre las partes. El
juicio ordinario por lo general y sin perjuicio de ciertas excepciones, consta de cuatro
etapas esenciales: la introductoria, la probatoria, la discusoria y la decisoria. También hay
etapas eventuales que pueden plantearse o no: medidas preparatorias, cautelares,
impugnativas y de ejecución de sentencia. Cada acto procesal se debe llevar a cabo de una
manera lógica, no se cumple en cualquier momento, sino que lleva una ilación, se agrupan
en etapas o fases de desarrollo que tienen, cada una, una finalidad propia que contribuye
al fin último.
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a) Etapa Introductoria
En esta etapa las partes hacen conocer al órgano jurisdiccional la existencia del conflicto a
través de sus respectivas versiones acerca de la cuestión y queda delimitada la plataforma
fáctica del juicio. El actor deduce demanda en la cual efectúa las afirmaciones de hechos
jurídicamente relevantes y sobre la base de las cuales solicitará la tutela del derecho que
invoca. Luego, el demandado debe contestar la demanda para ejercer de esta forma su
derecho de defensa, en el plazo de diez días (art.493 C.P.C.C. de Cba.). Esta debe versar
sobre cada uno de los puntos de la demanda, o los niega o los reconoce, debe realizarse
con claridad porque en caso de ambigüedad puede constituirse en una presunción de
reconocimiento de los hechos afirmados en la demanda (art. 192 C.P.C.C. de Cba).
También es la única oportunidad en que el demandado puede oponer excepciones
dilatorias en forma de previo y especial pronunciamiento y reconvenir.
Concluida esta etapa, si se ha producido controversia respecto de los hechos afirmados
por cada una de las partes, se abrirá una segunda etapa.
b) Etapa probatoria
Es el momento en el cual cada una de las partes deberá demostrar la veracidad de sus
afirmaciones, se introducen en la causa elementos de convicción tendientes a probar
hechos invocados en la demanda y su contestación. Puede presentarse como no esencial
si los hechos no fueran controvertidos.
Se inicia con el decreto de apertura a prueba y comprende recepción de audiencias,
peritajes, inspecciones oculares, diligenciamiento de oficios, etc. En ella participan todos
los sujetos procesales y en especial los órganos de prueba (testigos, peritos, intérpretes,
etc.). Esta fase se encuentra dominada por plazos perentorios fatales (art. 49, inc. 4
C.P.C.C. de Cba.).
Por último, según dispone el art. 498, el plazo ordinario de prueba asciende a cuarenta
días pero el juez podrá designar uno menor que se podrá prorrogar hasta completar
aquel, sin necesidad de causa justificada. Existe un plazo extraordinario mayor a cuarenta
días reservado para casos especiales cuando la prueba deba rendirse fuera de la provincia,
ya sea dentro de la República o en el extranjero (art. 499 C.P.C.C. de Cba.). La etapa
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probatoria concluye con el decreto que ordena correr traslados para alegar.
c) Etapa discusoria
Es una etapa de plena discusión entre las partes representada por los alegatos. Cada parte
aportará los elementos que estime necesarios para convencer al juez de que le asiste la
razón.
También se interpretará la ley y se acompañarán los argumentos jurídicos, doctrinarios y
jurisprudenciales que avalen su posición y en su caso, destacarán también la ausencia de
elementos probatorios corroborantes de los hechos afirmados por la contraria. Se debate
sobre la totalidad de lo sustanciado durante el procedimiento.
En el proceso ordinario los alegatos se realizan en forma de traslados de ley por su orden
(art. 497 y 505 C.P.C.C. de Cba.) por seis días sucesivamente a cada litigante, reservándose
los escritos en secretaría hasta el decreto de autos. Esto significa que los alegatos de cada
parte no son públicos y no se agregan al expediente hasta que se ordene el llamamiento
de autos para definitiva. Solo se deja una constancia de su presentación mediante una
certificación puesta por el secretario.
d) Etapa decisoria
Comienza con el decreto de autos y concluye con la sentencia (art. 506 y 121, inc. 3
C.P.C.C. de Cba.). A partir de este momento concluye la actividad de las partes y es el juez
quien asume el expediente para pronunciarse sobre la controversia, declara los hechos y
aplica el derecho.
Desde que el decreto de autos queda firme hasta el momento que se dicta sentencia, el
juez puede ordenar las llamadas medidas para mejor proveer que tienen como finalidad
aclarar o completar algún aspecto de los hechos que no surja con nitidez de la prueba
incorporada (art. 325 C.P.C.C. de Cba.).
La sentencia es el modo normal de conclusión del proceso, es un acto formal, de
características documentales y que es propio de la jurisdicción. Esta decisión final debe
responder al principio de congruencia, plenitud y vastedad. El juez debe resolver sobre la
base de los hechos fijados en los escritos de la etapa introductiva y tener en cuenta los
que efectivamente han sido acreditados por las partes y deberá contener decisión expresa
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sobre cada uno de los puntos sometidos a su decisión (arts. 326 a 331 C.P.C.C. de Cba.).
De las cuatro etapas referidas, son esenciales la introductoria de las cuestiones y la
resolutoria, las otras dos son importantes pero no esenciales. Si la cuestión debatida es de
puro derecho, no habrá hechos controvertidos y por ende no habrá etapa probatoria, en
tanto no hay hechos que probar. Del mismo modo, en ciertos tipos de procedimientos
como el abreviado, la etapa discusoria está ausente (art. 514 C.P.C.C. de Cba.).
Al margen de las cuatro etapas mencionadas que en el juicio ordinario son esenciales,
existen otras tantas que tienen carácter de eventuales, tales como:
1) etapa de medidas preparatorias;
2) etapa de cautelares anteriores a la demanda;
3) etapa de ejecución de sentencia y
4) etapa impugnativa.
1) Dentro de la primera etapa encontramos las medidas preparatorias propiamente
dichas, que están previstas con el fin de obtener datos que resultan de conocimiento
indispensable para que el actor en el futuro pueda plantear correctamente su demanda.
Configuran casos de excepción, son de interpretación restrictiva e implican para quien las
propone la carga de demandar o de concretar la pretensión dentro de los treinta días de
su realización bajo apercibimiento de caducidad. Se encuentran previstas en el artículo
485 del código cordobés de rito y entre ellas puede mencionarse a la declaración jurada
del futuro demandado sobre hechos relativos a su personalidad y sin cuyo conocimiento
no sea posible promover el juicio (inc. 1); la exhibición de la cosa mueble que fuere objeto
del pleito (inc. 2), o de algún testamento cuando el solicitante se crea heredero,
coheredero, legatario o albacea (inc. 3); se nombre tutor o curador para el juicio de que se
trate (inc. 7); se practique mensura del inmueble objeto de la demanda (inc. 8); entre
otros.
Un artículo después se encuentran reguladas las medidas de prueba anticipada que
también integran esta primera etapa eventual, ya que pueden recepcionarse previo a la
interposición de la demanda. Su finalidad es la de preservar elementos de prueba cuando
quien pretenda demandar o quien con fundamento prevea ser demandado, tuviere
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motivos para temer que la producción de las pruebas que se indican pudiere resultar
imposible o muy dificultosa en el período respectivo. Las pruebas a las que hace mención
son: la declaración de testigos de muy avanzada edad, gravemente enfermos o próximos a
ausentarse del país; el reconocimiento judicial y dictamen pericial para hacer constatar la
existencia de documentos o el estado, calidad o condición de personas, cosas o lugares y
el pedido de informes o copias a entes privados, a reparticiones públicas o registros
notariales.
2) Una segunda etapa eventual se integra por la posibilidad de ordenar medidas
cautelares antes de la promoción de la demanda (arts. 466 C.P.C. y 231 C.C.).
3) La etapa ejecutoria también tiene el carácter de eventual y tiene lugar a solicitud de
parte interesada cuando el demandado no se hubiere avenido a cumplir voluntariamente
la sentencia condenatoria. La resolución debe encontrarse firme y haber pasado en
autoridad de cosa.
4) Por último, cuando alguna de las partes o ambas se sientan perjudicadas por lo resuelto
en sentencia, dará comienzo la etapa impugnativa que les permite interponer recursos
ordinarios o extraordinarios para lograr la revocación o anulación de la sentencia.
Etapas en el proceso penal
En este proceso se distinguen dos etapas bien diferenciadas: la investigación penal
preparatoria y el juicio plenario.
1. La investigación penal preparatoria
Se encuentra prevista en el Libro Segundo, Título I (Procedimiento), Capítulo I
(Disposiciones generales) del C.P.P. de Cba. El artículo 301 establece que la investigación
penal preparatoria procede cuando se trate de delitos de acción pública, en cuyo caso la
titularidad de la misma recae en cabeza del Fiscal de Instrucción, salvo que el imputado
goce de algún privilegio de índole constitucional, en cuyo caso estará a cargo del Juez de
Instrucción (art. 340 C.P.P. de Cba.). En el caso de delitos de instancia privada, la
investigación también corresponde al Fiscal de Instrucción, pero la investigación no
procede de oficio sino a instancia de la víctima, de su tutor, guardador o representantes
legales, salvo cuando el delito fuere cometido contra un menor que no tenga padres, tutor
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ni guardador, o que lo fuere por uno de sus ascendientes, tutor o guardador. (arts. 72 C.P.
de la Nación y 6 C.P.P. de Cba).
La finalidad de la investigación penal preparatoria (art. 302 C.P.P. de Cba.) es impedir que
el delito cometido produzca consecuencias ulteriores y reunir las pruebas útiles para dar
base a la acusación (art. 355 C.P.P. de Cba.) o determinar el sobreseimiento (art. 350
C.P.P. de Cba.).
Tiene por objeto comprobar si ha existido un hecho delictuoso, establecer las
circunstancias que califiquen el hecho, lo agraven, atenúen o justifiquen, o influyen en la
punibilidad, individualizar a sus autores, cómplices e instigadores, verificar la edad,
educación, costumbres, condiciones de vida, medios de subsistencia y antecedentes del
imputado y comprobar la extensión del daño causado (art. 303 C.P.P. de Cba.). El Fiscal de
Instrucción carece de potestades jurisdiccionales, por ello, ante la necesidad de ejercicio
de alguna de ellas como el allanamiento de morada, la intervención de comunicaciones o
la disposición de embargos, debe requerir necesariamente la orden del juez de
instrucción.
2. La segunda etapa es la fase del juicio oral y público.
Se desarrolla en base a una acusación que delimita los extremos fácticos de la imputación
delictiva y tiene por objeto la plena discusión entre las partes y la decisión definitiva
acerca del fundamento de las pretensiones que se han hecho valer (la penal y
eventualmente, la civil).
Esta fase es esencial, plenamente contradictoria, pública y puede subdividirse en tres
momentos: a) el preparatorio del debate: es escrito y en él se ofrecen las pruebas, se
interponen las excepciones a que hubiera lugar y se establece la fecha de la primera
audiencia de debate.
b) el debate propiamente dicho: se desarrolla oralmente, se produce la prueba (recepción
de testimonios, prueba pericial, etc.) y las partes intervinientes alegan, también en forma
verbal.
c) la sentencia: fase culminante en la cual el tribunal de juicio según los principios de la
sana crítica racional resuelve las cuestiones planteadas y aplica la ley penal sustantiva. El
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juicio común se desarrolla ante tribunales colegiados o en salas unipersonales si se tratare
de cuestiones que no resulten complejas y siempre que el imputado no requiera la
constitución íntegra del tribunal. El proceso penal prevé algunas etapas eventuales como
son: la fase impugnativa (oposiciones, recursos ordinarios y extraordinarios). Y la fase
ejecutiva, llevada adelante por el juez de ejecución penal, quien brega por el respeto de
las garantías constitucionales en el trato otorgado a los condenados y a las personas
sometidas a medidas de seguridad, controla el cumplimiento por parte del imputado de
las instrucciones e imposiciones establecidas en los casos de suspensión del juicio a
prueba, libertad condicional y condena de ejecución condicional, conoce de los incidentes
que se susciten durante la ejecución de la pena y de las peticiones que presentaran los
condenados a penas privativas de la libertad (art. 35 bis C.P.P. de Cba.).
Etapas en el proceso laboral
El proceso laboral presenta dos fases esenciales y bien definidas: la de instrucción-
conciliación y la de juicio. La primera de ellas se lleva a cabo por ante el juez de
conciliación que cumple las funciones de un juez instructor. Ante él se traba la litis en la
audiencia de conciliación y recibe y despacha la prueba con excepción de la confesional,
testimonial e inspección ocular, que deben ser diligenciadas por ante el tribunal de juicio.
El trámite del proceso se lleva adelante con impulso procesal de oficio. Esto es, promovida
la demanda por el actor, el trámite continúa sin requerimiento de parte.
El juez tiene competencia para resolver cuestiones incidentales que se planteen durante el
desarrollo de la etapa de instrucción en las que opera como tribunal de alzada la Cámara
del Trabajo.
El juez de conciliación también tiene competencia para ordenar medidas cautelares.
La segunda y principal etapa es la del juicio oral, público y continuo que se desarrolla ante
la Cámara del Trabajo, esta presenta una estructura colegiada aunque también puede
entender en salas unipersonales. Esta fase comprende lo que se denomina “audiencia de
vista de causa” en la que se recepcionan las pruebas oralizadas y los alegatos. El tribunal
resuelve en forma definitiva sobre las pretensiones vertidas por las partes.
Las etapas eventuales que pueden señalarse son las de ejecución de sentencia y la
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impugnativa.
También existe en ciertos casos una etapa prejurisdiccional administrativa que se
desarrolla por ante el Ministerio de Trabajo. La etapa impugnativa se abre con la admisión
del recurso de casación que debe ser interpuesto ante el tribunal que dictó sentencia. La
etapa ejecutiva representa una excepción al principio de oficialidad ya que debe
desarrollarse a instancia de parte, ante el juez de conciliación y se rige por las normas del
C.P.C. que actúa como ley supletoria.
Etapas en el proceso familiar
En la ciudad de Córdoba, el proceso de familia se encuentra instrumentado por Ley No
7.676 que prevé una etapa prejurisdiccional previa y de tránsito obligatorio para cierto
tipo de asuntos. Ella tiene lugar ante un funcionario especial, el asesor de familia, cuya
función primordial es la de avenir a las partes para lograr un acuerdo. Esta fase previa
puede también ser cumplida en los centros de mediación públicos o privados, por tal
motivo, los sujetos involucrados en el conflicto familiar podrán acudir a la utilización de
esta técnica y en ese caso, la ley tiene por cumplida la etapa prejurisdiccional.
El juicio común presenta dos grandes momentos que se cumplen ante órganos diferentes:
el juez y la Cámara de Familia. Fracasada la etapa prejurisdiccional se abre una etapa
intrajurisdiccional conciliatoria, que se desarrolla ante el juez de familia. Ella abarca los
actos de demanda, reconvención y sus respectivas contestaciones, todo lo que se cumple
en un solo acto conocido como la audiencia establecida por el art. 60 de la ley del fuero.
También comprende el ofrecimiento y diligenciamiento de la prueba, salvo la prueba
oralizada que es recibida por la Cámara de Familia.
La segunda etapa o audiencia de vista de causa se desarrolla ante la cámara de familia. Se
trata de un acto oralizado donde se reciben las pruebas de testigos, se interrogan a las
partes y es posible requerir a los peritos aclaraciones o ampliaciones de sus informes.
Luego se pasa al momento crítico de la prueba que se cumple en los alegatos de las partes
y por último, el tribunal pasa a deliberar y dicta sentencia.

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4.1 Sistemas procesales.
Concepto y caracteres
Los sistemas procesales son los distintos modos de desenvolverse en el proceso, si lo
examinamos desde el punto de vista externo, y que tienen estrecha vinculación con los
principios formativos del proceso y la teoría de los actos jurídicos procesales.
Sistema es una estructura orgánica diseñada por la ley y tiene en cuenta ciertos principios
o ideas rectoras que le imprimen caracteres que lo definen.
Tratándose el proceso de una institución jurídica única, los sistemas o tipos procesales son
los modos de regular ese fenómeno y adecuarlo al criterio jurídico-político imperante y a
la naturaleza de las distintas cuestiones. De esto resulta que el proceso es único pero los
procedimientos son múltiples y adoptan diferentes fisonomías o tipos.
La clasificación de los procedimientos depende de criterios políticos relativos a la relación
de los particulares entre sí y de éstos con el Estado, la forma de satisfacer el interés
público, etc. También depende de criterios jurídicos relativos a la manera de garantizar el
ejercicio de los derechos y garantías constitucionales, como el derecho de defensa o el
ejercicio de los poderes de los órganos judiciales. Por último, entran en consideración
criterios económicos, relativos a la posibilidad de abaratar costos y reducir el tiempo
necesario para la obtención de una decisión final firme.
Caracteres:
a) Relatividad: significa que no hay tipos absolutos, sino prevalentes;
b) Neutralidad a los juicios de valor: los tipos procesales no son buenos ni malos, ni
justos, ni injustos en tanto se trata de formas metódicas con cierto grado de abstracción.
Entre dos sistemas no podemos decir que uno sea mejor que otro, sino que uno sirve
mejor que el otro para determinados actos procesales.
c) Intercambiabilidad: en un ordenamiento pueden existir dos tipos antagónicos, depende
del legislador, quien puede cambiarlos, transferirlos o hacerlos coexistir.
Tipo dispositivo
• Se substancian pretensiones que no comprometen el orden público, sino solo el interés
particular. • Las partes son protagonistas. • El juez es mero espectador hasta el momento
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de la decisión. • El impulso del proceso queda en manos de las partes, que tienen la
facultad de fijar la cuestión fáctica y el poder de renunciar a cierto actos del proceso. • Las
partes fijan los términos exactos del litigio a resolver (la petición deducida por el actor
marca el límite de lo que el juez puede otorgar en la sentencia). • Las partes son las que
aportan el material probatorio necesario para corroborar sus afirmaciones.
Sistema oral o escrito
El proceso oral es aquel en que los actos procesales se cumplen prevalentemente
mediante el uso de la palabra por sobre la escritura, en estos casos, el tribunal solamente
puede tener en cuenta el material procesal enunciado oralmente en la audiencia. En
cambio, el trámite será escrito cuando el tribunal solamente pueda tener en cuenta el
material procesal suministrado bajo la formalidad o recogido en actas. El tipo escrito
supone que toda la actividad procesal sea trasladada, sin excepción, a la expresión gráfica
de la escritura que sirve además de vehículo de expresión, de medio de conservación y
comunicación de la materia procesal.
No existen tipos orales o escritos puros ya que en una u otra secuencia aparece el dominio
de la palabra o de la escritura, por lo que puede hablarse de prevalencia oral o escrita, lo
cual no excluye la existencia de actos escritos u orales en uno u otro sistema. En la
provincia de Córdoba, el proceso civil es escrito y se rige por reglas absolutamente
formales, mientras que la oralidad es propia de otras ramas como la penal, laboral o de
familia.
Ventajas del sistema oral:
• Inmediación: comunicación directa entre el juez, las partes y los órganos de prueba.
• Favorece la recepción de la concentración procesal en la unidad del debate oral. La
concentración supone la reunión de la mayor cantidad de actividad procesal en el menor
número de actos posibles.
• Acelera los trámites judiciales al dotarlos de sencillez en las formas procesales y favorece
el acortamiento de los tiempos del proceso.
Ventajas del sistema escrito:
• Facilita el estudio y la reflexión de los jueces.
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• Aleja peligros de la improvisación y la ligereza.
• Favorece la publicidad y la permanencia porque las actuaciones quedan fijas y
permanentes, por ello en cualquier momento pueden ser reconstruidas y examinadas.
Dado que los sistemas no pueden encontrarse en estado puro y atento que el interés
social reclama soluciones rápidas y económicas, es que en la actualidad se requiere de un
sistema que conjugue la oralidad y la escritura y así extraiga de uno y otro aquellos
elementos valiosos para que sean aprovechados en la actividad procesal.

Sistema de instancia única o plural


La doble instancia supone la existencia de dos órganos jurisdiccionales que actúan con un
orden de prelación y jerárquico en momentos diferentes.
El superior tiene el poder-deber de revisar, por vía de recursos ordinarios, la apreciación
de los hechos y la aplicación del derecho efectuada por un juez de primer grado en su
resolución. El juez de primera instancia es competente desde la presentación de la
demanda hasta la resolución de mérito o sentencia, luego alguna o ambas partes pueden
interponer un recurso ordinario que abre la competencia del tribunal de segunda
instancia.
En nuestro país, por lo general, el trámite de doble instancia domina en los procesos
civiles, en tanto que la instancia única se identifica con el trámite oral propio del proceso
penal, familiar y laboral. En la doble instancia, el juez de primera instancia actúa de
manera unipersonal, mientras que el tribunal de alzada lo hace de manera colegiada.
Cuando el trámite es oral el tribunal se integra con tres miembros, aunque en la
actualidad se admite en casos excepcionales, la integración con salas unipersonales.
Las ventajas del sistema de doble instancia se encuentran en las mayores garantías que
ofrece el número de los componentes del tribunal de alzada y por el superior criterio y
experiencia de estos. Además de ello, la revisión permite que las partes aporten, en
ciertas circunstancias, nuevos elementos de prueba omitidos en la primera instancia.
Por su parte, los defensores de la oralidad en única instancia argumentan en su favor la
agilidad y la vigencia de la inmediación.
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Inquisitivo, acusatorio y mixto

- Sistema Acusatorio Sistema Inquisitivo Sistema mixto

Ubicación Histórica Nace en Grecia, en Surge en la Edad Surge a partir del


la república media con lo código de
Romana. En Atenas religioso, la instrucción criminal
el acusador podía autoridad era el francés de 1808, en
ser cualquier Príncipe y venía de Arg. El primer
persona (acusador dios. Había código mixto fue el
popular) y el confusión entre el de Córdoba.
tribunal era pecado y el delito.
colegiado. Procedimiento
cruel, la infracción
era un alzamiento
contra la autoridad.

Finalidad Garantía de las Preservación de la Doble finalidad:


libertades, el autoridad y del Satisfacer intereses
hombre está en Estado, no importa de la sociedad
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primer plano, su la libertad de la castigando la
dignidad y libertad persona, el delito es delincuencia y la
con importantes. El un alzamiento preservación de las
estado actúa como contra la autoridad garantías
árbitro sólo a y por eso te peno. individuales de la
impulso de Me interesan los persona sometida a
pretensiones intereses del poder un proceso.
particulares. y no las garantías Equilibrio de
individuales. intereses.

Características del Juicio oral, público, Juicio escrito, Proceso dividido en


procedimiento contradictorio y secreto y no dos etapas:
continuo. contradictorio. Es 1) La IPP que es
Separación entre secreto para escrito,
función de acusar obtener elementos limitadamente
(fiscal) y juzgar para acusar y la público y
(juez). Y prohibición actividad de limitadamente
de que el juez actúe reunirse puede contradictorio. Se
de oficio. perturbar esos labra en un
elementos. El expediente y se
sospechoso se vuelca en actas y
entera de la escritos.
acusación antes de 2) El debate: oral,
la sentencia. Poca público,
posibilidad de contradictorio y
defenderse. continuo, prueba
oral, alegatos, etc.

Composición del Colegiado, en Una sola persona En la IPP actúa un


tribunal Grecia la actividad que designaba el órgano técnico
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de gobierno príncipe porque era unipersonal (Juez
pertenecía a la de su confianza, no de instrucción) que
“polis” y juzgaba había separación de tiene facultades de
toda la comunidad, poderes, se actuaba investigación,
era la comunidad con un tribunal dirección del
juzgando a uno de pontifico aplicando proceso.
sus integrantes. el derecho En el debate, hay
Pero esto resultó canónico. tres jueces técnicos
imposible por la y se decide en
cantidad de forma definitiva la
personas, así que se causa. Es un
decidió buscar el tribunal colegiado.
mayor pluralismo Se llama Tribunales
posible. Ej: doce, Penales Colegiados.
nueve o siete
personas.

Facultades del El juez tiene que ser El juez tiene Durante la IPP el
tribunal sí o sí imparcial, facultades para juez de instrucción
tiene un rol casi de inicio, desarrollo, no puede actuar de
árbitro, casi siempre dirección y decisión oficio si no fue
el “juez” es un juicio del proceso, el estimulada la
por jurados. tribunal puede acusación por un
Investiga un fiscal y actuar de oficio sin Fiscal. Sólo investiga
el juez juzga, no necesidad del hechos en la primer
están confundidas Ministerio Público, etapa el juez, puede
las tareas. Eso da hay confusión entre citar a indagatoria,
imparcialidad al juez el rol de acusador y ordenar su
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juzgador. Falta de detención, una
imparcialidad del preventiva, admite
juez. El juez o rechaza prueba,
investiga, hace de dirige investigación
fiscal. y le da la base de la
acusación que hace
el fiscal. En la
segunda fase, el
debate, la cámara
no investiga ni
acusa, sólo juzga.

Las partes Situación de Desigualdad entre En la IPP hay


igualdad durante el partes, el juez está desigualdad por ser
proceso, el muy por encima del escrita, hay cierta
imputado es un imputado por desigualdad entre el
sujeto con todos los acusar y juzgar al imputado y en
derechos desde que mismo tiempo. El Ministerio Público.
es sospechado de la imputado no es El secreto es más
comisión de un sujeto, es objeto. amplio para el
delito, se presume imputado que para
su inocencia hasta el fiscal.
que exista una En el plenario en
sentencia. Tiene cambio, hay
derecho a ser oído y igualdad de partes
a la defensa. por el
contradictorio. Se
puede ofrecer
prueba, interrogar

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testigos y peritos,
declarar, alegar,
etc.

Órgano acusador Fiscal: Ministerio Juez Fiscal que puede


público fiscal estar acompañado
o no de una
querella. El agente
fiscal de instrucción
actúa en la IPP y el
Fiscal de Cámara en
el plenario. Y frente
a un recurso
extraordinario, el
procurador general.

Derecho de defensa Importantísimo, Casi inexistente, el Importante también


inviolabilidad de la secreto impide por el 18 CN.
defensa en juicio. ofrecer pruebas, En el IPP hay
Art 18 CN. Se puede hacen que la limitaciones
hacer libre en todo defensa sea derivadas del
momento. restringida porque secreto de las
se le comunica actuaciones en
antes de la ciertos momentos
sentencia cuando ya procesales.
toda la prueba está En el plenario en
reunida y la cambio, el derecho
acusación de defensa se
verificada. potencia y es plena.
Confesión con
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tortura.

Valoración de la Íntima convicción: Método de prueba Método de Libre


prueba juicio por jurados. tarifada, el juzgador convicción, se usa
Libre convicción: se encuentra atado un medio que le
Juez. Ídem a mixto. a un sistema exige al tribunal
predeterminado en explicitar con
la ley del que no detalles las razones
puede apartarse y de la sentencia,
debe valorar la punto por punto,
prueba según motivo por motivo,
establece la ley, el por qué el
reconocimiento de imputado va preso,
culpabilidad es “la calificación, monto
reina de las de pena, modo
pruebas” y se puede lugar y tiempo de la
obtener por medios autoría,
de tortura. fundamentos en
general bajo pena
de nulidad. Esto
sirve para el control
de los actos de
gobierno dado por
el sistema
republicano de
gobierno y además
permite recurrir.

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5.1 Principios procesales
El proceso penal está gobernado por una serie de principios que refieren a su contenido, a
los poderes jurídicos de los sujetos, a su finalidad inmediata y a la defensa de las partes.
Todo proceso penal debe estar sujeto a “reglas” o “bases”.
1) Publicidad: Posibilidad de que cualquier persona pueda presenciar el desarrollo total
del debate y conocer fundamentos de la sentencia. Por sistema republicano, control de
actos de gobierno y la justicia es pública. Excepciones: Moral o seguridad pública, menores
o delitos contra el honor. No pueden acceder a la sala, además, menores de 14, dementes
y ebrios porque pueden alterar el orden y la seriedad del debate.
Establece el art. 68 del Código Procesal Civil y Comercial de la Provincia de Córdoba
(C.P.C.C. de Cba.): “el expediente será de conocimiento público, salvo que la ley disponga
lo contrario, o que el tribunal lo decida por razones de seguridad, de moral o en
protección de alguna de las partes”
Podrán consultarlo en la oficina las partes o todos los que tuvieran algún interés en la
exhibición.

En general la publicidad se manifiesta en los distintos actos del proceso, así en las
audiencias, en la discusión de las pruebas, en la motivación del fallo y en su publicación.
En el proceso penal la publicidad del expediente queda restringida a las partes interesadas
y existe un período preliminar el cual es secreto, con el fin de resguardar y evitar que por
el conocimiento de la investigación que se realiza, el imputado u otros interesados puedan
entorpecer la investigación (art. 312 C.P.P.).
En cambio, la etapa del debate se asienta en la publicidad plena, sin que esto afecte a que
el tribunal restrinja el acceso a la sala por razones de moralidad, seguridad o de orden
público (ej. juicios con menores imputados o por delitos contra la integridad sexual).
En el fuero de familia, el principio de publicidad se presenta en su antítesis, bajo la
denominación del llamado principio de reserva, secreto o confidencialidad, que encuentra
sustento en preceptos constitucionales como los vinculados a la protección de las acciones
privadas de los hombres, a la intimidad que dispensa la Constitución Provincial y a la

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tutela privatista consagrada en el art. 10 del Código Civil y Comercial de la Nación
2) Oralidad
El juicio debe realizarse oralmente, la oralidad implica que toda actividad procesal, desde
la producción de pruebas, hasta las instancias, las alegaciones y decisiones se cumplirán
en viva voz. Es una mezcla entre publicidad, contradictorio, inmediación, identidad del
juzgador, etc. Contacto directo entre elementos de prueba
3) Inmediación
Los sujetos del proceso deben estar en contacto directo, inmediata y simultáneamente
entre ellos y con el juez, al igual que los medios de prueba, discusión y sentencia. Implica
el contacto directo del juez con la persona porque va a decidir sobre su vida, y del juez con
los medios de prueba. Y de los sujetos entre sí al momento también de recibir la prueba.
Tanto en materia penal como en laboral, el interés público en la realización del derecho
impone la inmediación como una directriz insoslayable.
4) Bilateralidad o contradicción
Es un principio que encuentra raigambre constitucional en el legítimo derecho de defensa
en juicio. La bilateralidad o contradicción hace alusión a la idea de que toda decisión
judicial debe ser tomada, previo a que se haya dado igual oportunidad a todas las partes
de ser oídas. Implica la posibilidad de alegar y probar, aunque no interesa al derecho que
la parte efectivamente se pronuncie, basta con que se le haya otorgado una razonable
oportunidad de defenderse o de cumplir con la carga procesal de expresarse, de ofrecer,
producir y controlar la prueba.
Los actos de comunicación procesal van desde la simple notificación, hasta el traslado o
vista para contestar la demanda.
En nuestra legislación se advierten numerosas disposiciones que imponen la noticia de las
partes, como el art. 142 C.P.C.C. de Cba.: “las providencias y resoluciones judiciales no
obligan si no son notificadas con arreglo a la ley” y otras normas que prevén sanciones
por la violación del principio (teoría de las nulidades procesales -art. 76 a 78), (recursos de
apelación o casación por violación de las formas o solemnidades -arts. 362 y 383, inc.1).
También existen excepciones a la obligación de comunicación, como, por ejemplo, las
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medidas cautelares, que pueden ordenarse sin ser notificadas, aunque ello no implica
derogación del principio, sino tan solo que se difiere el contradictorio por la especial
naturaleza del acto.
5) Economía procesal
Este principio comprende dos aspectos fundamentales: la reducción de gastos y la
reducción de esfuerzos o de actividad. Su adopción supone procedimientos que no
resulten altamente costosos y que no se extiendan excesivamente en el tiempo.
La economía de gastos pone su acento en el aspecto financiero del proceso. Ello implica
que el costo del juicio no sea un obstáculo que impida a las partes su inicio. Los
procedimientos generan gastos y ellos no pueden evitarse, pero sí pueden ser
postergados y atender a ciertas circunstancias o aun, por razones de política procesal,
resolverse su eximición por el contenido social de la cuestión que se presenta. Los gastos
de un juicio no pueden ser un obstáculo para el acceso a la justicia de las personas menos
pudientes.
Existen dos reglas que colaboran con la economía procesal, ellas son la regla de la
eventualidad y la de la concentración.
La eventualidad es un principio derivado de la economía y que se refiere al ejercicio de
ciertas facultades de las partes, concretamente, supone la simultaneidad en el ejercicio de
una facultad, que puede ser de alegación o de impugnación.
Se aprovecha la oportunidad que la ley acuerda para la acumulación eventual de las
actividades de ataque y de defensa. Por ejemplo, el art. 183 del C.P.C.C. de Cba. prevé que
la oposición de excepciones dilatorias, deben deducirse simultáneamente.
La concentración, por su parte, procura reunir la mayor cantidad posible de actividad
procesal en el menor número de actos procesales. Importa reducir la cantidad de actos
procesales con un criterio de razonabilidad (el proceso oral favorece la concentración).
Apunta a evitar la prolongación de los procesos en el tiempo (duración razonable del
mismo).
Son ejemplos de concentración los art. 507 y 508 del C.P.C.C. de Cba. El primero de ellos
establece que la prueba deberá ofrecerse con la demanda bajo pena de caducidad. El art.
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508 regula la contestación de la demanda en el juicio abreviado y establece que el
demandado deberá en el lapso de seis días comparecer, contestar la demanda y, en su
caso, oponer excepciones o deducir reconvención, como así también deberá ofrecer toda
la prueba de que haya de valerse.
6) Adquisición procesal
Este principio predica que los resultados de la actividad procesal cumplida por las partes
en el proceso se incorporan a él de manera que los actos cumplidos benefician o
perjudican a cualquiera y puede el juzgador valorarlo independientemente del sujeto que
lo haya aportado.
Los actos incorporados al proceso son adquiridos por este, se despersonalizan y desde
entonces, las partes no tienen disposición libre sobre ellos.
Unidad 2 Jurisdicción y competencia
2.1 Jurisdicción: Concepto. Caracteres y limites
Concepto
La palabra proviene del latín JURIS DICTIO que significa “decir el derecho”, pero la
moderna doctrina le asigna además la función de ejecutar lo decidido.
Jurisdicción es la función pública de administrar justicia emanada de la soberanía del
Estado y ejercida por un órgano especial. Tiene por fin la declaración o realización del
derecho y la tutela de la libertad individual y del orden jurídico, mediante la aplicación de
la ley en los casos concretos, para obtener la armonía y paz social.
En nuestro concepto, es un poder-deber de ejercicio obligatorio, ejercido por el Estado a
través de órganos específicos a fin de dirimir mediante resoluciones fundadas las
cuestiones litigiosas que le son sometidas por los justiciables.
Afirmamos que es un poder-deber porque además de ser una potestad, es una obligación,
ya que los jueces no pueden dejar de resolver cuestiones con pretexto de silencio u
oscuridad de la ley.
La función jurisdiccional es una manifestación de un poder del Estado, que la ejerce en
forma exclusiva y monopólica.
En sentido amplio, la función jurisdiccional comprende la creación y constitución de los
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órganos encargados de administrar justicia, la determinación de sus facultades y la fijación
de las reglas para la tramitación de los juicios.
En un sentido restringido, se refiere al poder o facultad conferida a ciertos órganos para
administrar justicia en los casos que les son presentados.
El derecho procesal, el proceso y la función jurisdiccional son instrumentos para la
realización indirecta y coactiva del derecho sustancial. El ejercicio de la función
jurisdiccional requiere la existencia de un caso concreto que se presenta a la manera de
un conflicto de intereses. La sentencia es el acto jurisdiccional por excelencia, ya que pone
fin al pleito. La jurisdicción se manifiesta a lo largo de todo el proceso mediante el dictado
de decretos, autos o providencias en general. Comprende desde el acto inicial de simple
admisión de la demanda hasta la sentencia definitiva. Por último, cabe destacar que el fin
de la función jurisdiccional es el de proteger el orden jurídico preestablecido; por ello, al
existir algún quiebre de ese orden sustantivo-formal, es misión del órgano judicial la de
restablecerlo por medio del proceso judicial.
Caracteres
1) Publica: Porque la ejercen órganos del Estado. En el proceso civil y familiar es promotor
inicial el particular con la demanda. En cambio en el penal la mayoría de las veces es el
MPF. La función jurisdiccional es una potestad que deriva de la soberanía del Estado,
quien delega en organismos una función primordial de administrar justicia resolviendo
cada caso concreto. Tiene un fin público de paz social.
2) Única: Porque la jurisdicción es una sola. El art 153 de la constitución de córdoba prevé
“ el ejercicio de la función judicial corresponde exclusivamente al poder judicial de la
provincia”. Por esto se trata de un poder único.
Como poder o función del poder no puede ser dividida; sin embargo, atendiendo a
razones de división del trabajo, extensión del territorio, naturaleza de las cuestiones y
necesidad de especialización, existe lo que se denominan reglas de competencia, que
imponen a determinados tribunales la obligación de entender en ciertas cuestiones por
razones prácticas vinculadas al territorio, el grado y la materia a elucidar.
3) Exclusiva y excluyente: Exclusiva porque solamente el Estado está habilitado para
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ejercerla legítimamente, a través de sus tribunales como representantes del órgano
jurisdiccional. Es excluyente ya que rechaza cualquier interferencia de particulares y de los
demás poderes respecto del ejercicio de la función jurisdiccional.
4) Indelegable, toda vez que el juez en el que el Estado ha delegado la facultad de
administrar justicia no puede despojarse de su ejercicio, para dejar que otras personas lo
asuman en el caso concreto y ejerzan las funciones de juez. No obstante, no se impide la
delegación en ciertos casos para la comisión de medidas específicas por distintos motivos.
5) Inderogable, porque no puede ser atribuida a otros órganos. Se trata de un poder-
deber que proviene de la soberanía del Estado y, por ende, no puede ser modificado por
voluntad de los justiciables. En casos especiales la ley otorga a los particulares un reducido
ámbito para elegir otros métodos para la resolución de su conflicto (ejemplos: arbitraje,
conciliación, mediación, etc.).
Limites
La función jurisdiccional se pone en movimiento cuando se verifican ciertas condiciones
que legitiman su intervención y delimitan su extensión.
Los límites de la jurisdicción señalan el ámbito geográfico, factico y jurídico en que la
jurisdicción puede ejercerse válidamente.
Aspecto geográfico: Como la jurisdicción es una potestad que emana de la soberanía del
Estado, solamente puede ser ejercida dentro de su límite territorial. Sin perjuicio de la
competencia, todas las personas físicas o jurídicas, nacionales o extranjeras que habiten o
se hallen en nuestro territorio, como las cosas muebles o inmuebles dentro del país, se
encuentran sometidas a la función judicial del Estado.
Caso concreto: El caso se compone de un conflicto de intereses que se afirma como
existente por un sujeto investido del poder de acción y que luego del despliegue de la
función jurisdiccional a través del proceso obtiene solución por la actuación del derecho,
previa fijación de los hechos. El caso concreto debe ser real, existente y actual.
Está vedado resolver cuestiones abstractas, es decir que no tienen fundamento jurídico o
carece de interés actual para la persona que reclama. Por ejemplo no se puede demandar
a una persona porque no saludo.
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Ese conflicto de intereses implica un hecho histórico, circunstancias de modo, tiempo,
lugar y personas y un derecho sustantivo que luego se aplica al primero, dando lugar a una
sentencia definitiva.
Excitación extraña: El sistema procesal civil requiere para la actuación del órgano
jurisdiccional de una excitación extraña, que se manifiesta habitualmente por la
presentación de la demanda o por otros requerimientos como solicitud de medidas
preparatorias o cautelares.
El requerimiento se efectúa por el ejercicio de la acción y le compete a otro sujeto
procesal distinto del órgano (a los particulares) excepto en el derecho penal que por regla
está a cargo del MPF.
Le ley: La ley predetermina el accionar del juez, tanto en el gobierno del proceso como en
el contenido de la decisión. El juez una vez planteado el litigio tiene que resolverlo
aplicando el derecho. Por ese motivo el conflicto se tiene que haber generado en
situaciones de hecho contempladas por una norma vigente al tiempo de su producción, es
decir, conductas reguladas previamente por el derecho. No se pueden juzgar conductas
no tipificadas en la ley (principio de legalidad).
2.2 Competencia. Concepto
La competencia es susceptible de ser definida con doble enfoque: subjetivo y objetivo,
Subjetivo: Tiene en cuenta el órgano que entenderá en el caso planteado, en este sentido
“es la aptitud del juez para ejercer su jurisdicción en un asunto determinado”. La
competencia es, facultad de cada juez de una rama jurisdiccional para ejercer la
jurisdicción en determinados asuntos y dentro de cierto territorio.
Objetivo: Consiste en la órbita jurídica dentro de la cual el juez administra justicia, son las
reglas jurídicas cuya aplicación permite distribuir la competencia entre los diversos
órganos jurisdiccionales existentes, asignándole una específica
La competencia del tribunal es un presupuesto procesal, un requisito de admisibilidad de
toda petición o pretensión de forma tal que si en un caso concreto, el órgano ante quien
se ha acudido carece de competencia, tiene que declararlo.
Caracteres: Legal, de orden público, indelegable e improrrogable.
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1) Legal: Es una garantía constitucional que este fijada previamente por ley.
2) De orden público. En principio, los particulares no pueden disponer de la regla de
competencia ni modificarla, salvo en los supuestos especiales en que la ley autoriza, por
ejemplo en el caso civil de competencia territorial o desplazamiento a jurisdicción arbitral.
3) Indelegable: Los actos atribuidos al juez deben ser cumplidos por el mismo. Esto no
impide que en caso de auxilio judicial pueda delegar funciones por auxilio judicial, por
ejemplo en el caso de producirse una prueba pericial de un inmueble de otra jurisdicción,
se le encomienda esta diligencia probatoria al juez de competencia en dicha sede por
exhorto u oficio.
4) Improrrogable: la competencia no es prorrogable, la distribución pertenece a la ley y las
partes no podrán conferir otras competencias, ya sea por razón de la materia, grado o
valor a otro órgano jurisdiccional. La competencia es prorrogable solamente cuando en el
caso concreto no prima el interés público y las partes, mediante un convenio escrito,
hayan elegido otro juez para que conozca el conflicto (expresa); o cuando una de las
partes realice actos que impliquen renunciar a la competencia del juez determinado por
ley y la otra no se oponga, ejemplo: interponer demanda ante un juez incompetente y que
el demandado no se oponga (tácita).

Fundamento:
“La competencia es la medida de la jurisdicción”. El fundamento es asegurar la eficiencia
de la administración de justicia.
Clasificación:
1) Por criterio institucional: Esto se debe a que somos un país representativo, republicano
y federal. Tenemos justicia nacional y federal en todo el país. La primera existe en virtud
de la reserva efectuada por las provincias de organizar su Poder Judicial. Y la federal se
fundamenta en los art. 116 y 117 de la CN de forma EXCEPCIONAL.
2) Territorial: Es una solución al establecimiento de órganos jurisdiccionales ante el
problema de la dimensión geográfica del territorio. Supone dividir al territorio en

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porciones ideales (regiones) llamadas CIRCUNSCRIPCIONES. En base a ello se le atribuye
competencia a los órganos más cercanos o accesibles para que las personas parte del
proceso tengan cercanía. Esto se realiza teniendo en cuenta alguno de los elementos de la
pretensión. Por ejemplo el domicilio del involucrado, el lugar del cumplimiento del
contrato, donde ocurrió el hecho delictivo, etc.
3) Material o de materia: Determina la distribución de la competencia teniendo en cuenta
la naturaleza jurídica de las cuestiones a decidir en el proceso. Su aplicación da lugar a la
distribución en fueros. Civil, comercial, sociedades y concursos, familia, laboral, penal,
contencioso administrativo, etc. “La especialización permite una profundización de parte
del juez en la materia que abrazo, lo cual redunda en mayores garantías de acierto y
rapidez en la decisión”.
4) Funcional: este criterio se funda en la conveniencia de establecer la diversificación del
órgano jurisdiccional para el ejercicio de la función cognoscitiva y la ejecutiva. En los
sistemas que admiten más de una instancia, el criterio funcional se manifiesta en la
existencia de tribunales de mérito y tribunales de alzada. Se trata de la competencia por
razón del grado, así en el fuero de familia permite distinguir entre los jueces de familia y la
Cámara de juicio; en el fuero laboral entre el juez de conciliación y la Cámara de juicio; en
el fuero civil entre el juez de primera instancia y la Cámara en lo Civil.
e) Turno: entre jueces de una misma circunscripción judicial que atienden la misma
materia y dentro del mismo grado, existe además otra división del trabajo en virtud de la
cual se distribuyen las causas que ingresan. Existen dos métodos: la recepción de causas
dentro de un período limitado de tiempo (utilizado en materia penal, cada fiscalía de
instrucción se encuentra de turno una semana); y la recepción de un número determinado
de causas (se utiliza en materia civil).
Determinación en materia civil, penal, laboral y familiar. Competencia provincial.
Criterios para su determinación. Excepciones. Prórroga, fuero de atracción y conexidad
De acuerdo al régimen de Estado Federal instituido en los artículos 5 y 75, inciso 12 de la
C.N., nuestro Estado se caracteriza por la coexistencia de dos órbitas judiciales: la de las
provincias y la de la Nación.
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El Poder Judicial provincial se encarga de todas las cuestiones relacionadas con el derecho
común ocurridas dentro de sus respectivos territorios, a excepción de las materias
expresamente delegas a la Nación, cuyo conocimiento compete a la Justicia Nacional.
La competencia material es el límite que la ley impone al juez, para que pueda resolver
solo ciertos asuntos relacionados con la rama del derecho aplicable. Divide en razón de las
diversas naturalezas de las causas y por el criterio de especialización.
En la Provincia de Córdoba, en razón de la materia, la competencia se divide en los
siguientes fueros: Civil y Comercial, Concursos y Sociedades, Penal, Laboral, Familia y
Contencioso Administrativo.
Fuero Civil y Comercial:
En materia civil en la Provincia de Córdoba, establece el artículo 5, del Código ritual, que la
competencia se determinará por la naturaleza de las pretensiones deducidas en la
demanda y no por las defensas opuestas por el demandado.
Se organiza en doble instancia, la primera corresponde a juzgados unipersonales que
resuelven en primer grado. Se puede recurrir a sus resoluciones ante la Cámara de
Apelaciones del mismo fuero, que son órganos colegiados integrados por tres vocales. La
resolución dictada en segunda instancia solamente admite recurso extraordinario
(casación, revisión o inconstitucionalidad ante el Tribunal Superior de Justicia).
Fuero de concursos y sociedades:
Entiende exclusivamente en causas vinculadas al concurso de acreedores, la quiebra y la
constitución de sociedades comerciales. Está organizado como el fuero civil y comercial.
Fuero penal:
Entiende en materia de delitos y es de instancia única. Se estructura en dos etapas: la
primera es la investigación penal preparatoria, a cargo de Fiscales de Instrucción o jueces
de instrucción, cuando el imputado tuviere algún privilegio constitucional. Esta etapa
concluye con el archivo de las actuaciones, cuando el Fiscal no pudiere

proceder o cuando el hecho investigado no encuadre en figura penal alguna art. 334 C.P.P.
de Cba.); y con el sobreseimiento del imputado (art. 350 del C.P.P.), cuando:

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1. El hecho investigado no se hubiere cometido o no lo hubiere sido por el imputado;
2. Cuando el hecho no encuadre en figura penal;
3. Cuando medie una causa de justificación, inimputabilidad, inculpabilidad o una excusa
absolutoria;
4. Cuando la pretensión penal se haya extinguido;
5. Cuando habiendo vencido todos los términos de la investigación penal preparatoria y
sus prórrogas, no hubiere suficiente fundamento para elevar la causa a juicio y no fuese
razonable objetivamente prever la incorporación de nuevas pruebas.
Por último, la investigación penal preparatoria también puede concluir con el
requerimiento fiscal de elevación a juicio, siempre que existieren elementos de convicción
suficiente para sostener como probable la participación punible del imputado en el hecho
intimado (art. 355).
La segunda etapa es la del juicio propiamente dicho y se lleva a cabo en una audiencia oral
y pública ante la Cámara del Crimen, colegiada con tres vocales, quienes tienen a su cargo
el juzgamiento en definitiva y el dictado de la sentencia absolutoria o condenatoria.
Contra dicha sentencia solamente caben los recursos extraordinarios ante el Tribunal
Superior de Justicia.
Dentro del fuero penal también se encuentran: los Juzgados Correccionales que juzgan en
única instancia en los delitos de acción pública dolosos que estuvieren reprimidos con
prisión no mayor de tres años o pena no privativa de la libertad, delitos culposos
cualquiera sea la pena y delitos de acción privada (art. 37); los Juzgados de Menores
Corrección que entienden en causas en las que haya menores que cometen delitos; los
Juzgados de Ejecución Penal que tienen la competencia que establece el artículo 35 bis del
C.P.P. de Cba.
Por último, incluye el fuero penal económico que está destinado a investigar delitos de los
denominados “de cuello blanco”, que tienen trascendencia económica y son de gran
complejidad.
Fuero laboral:
Entiende en materia de contrato de trabajo y está organizado en instancia única. También
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se estructura en dos etapas, la primera ante el juez de conciliación que no dicta sentencia
y, la segunda, ante la Cámara del Trabajo que lleva adelante el juicio y dicta sentencia solo
recurrible ante el Tribunal Superior de Justicia mediante recursos extraordinarios.

Fuero de familia:
De instancia única que entiende en los conflictos de familia y se integra con asesorías que
intervienen en una etapa prejurisdiccional, con el fin de alcanzar el avenimiento de las
partes. Ejercen representación promiscua de los menores y patrocinan a las partes
carentes de recursos, le siguen los jueces de familia que tienen función conciliadora y
homologan los acuerdos celebrados, sin dictar sentencia. Finalmente, si se hace necesario
el juicio, este se sustancia ante las Cámaras de Familia constituidas por tres vocales,
quienes resuelven en definitiva.
Fuero contencioso administrativo:
De instancia única en todas las causas, salvo en aquellas en que la provincia sea parte. En
caso de instancia única, se sustancia ante la Cámara mediante un procedimiento escrito,
que concluye en una sentencia recurrible mediante recursos extraordinarios ante el
Tribunal Superior de Justicia. En caso de doble instancia, la primera se sustancia ante la
Cámara y la segunda ante el Tribunal Superior mediante recurso ordinario.
En la provincia de Córdoba el máximo órgano del Poder Judicial es el Tribunal Superior de
Justicia, cuya competencia y funciones se encuentran reguladas en la Constitución. Puede
entender por razón del fuero en todas las causas que lleguen ante él sin perjuicio de que
la labor se reparta en diversas salas establecidas con un criterio de especialización. A este
máximo tribunal integrado por siete miembros se llega por vía de recurso o por vía
originaria. Su competencia está establecida expresamente en el artículo 165 de la
Constitución Provincial, que reza:
1) Conoce y resuelve originaria y exclusivamente, en pleno:
a. De las acciones declarativas de inconstitucionalidad de las leyes, decretos, reglamentos,
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resoluciones, Cartas Orgánicas y ordenanzas, que estatuyan sobre materia regida por la
Constitución, y se controviertan en caso concreto por parte interesada.
b. De las cuestiones de competencia entre poderes públicos de la Provincia y en las que se
susciten entre los tribunales inferiores, salvo que estos tengan otro superior común.
c. De los conflictos internos de las Municipalidades, de una Municipalidad con otra, o de
estas con autoridades de la Provincia.
d. De las acciones por responsabilidad civil promovidas contra magistrados y funcionarios
del Poder Judicial, con motivo del ejercicio de sus funciones, sin necesidad de remoción
previa.
2) Conoce y resuelve, en pleno, de los recursos extraordinarios de inconstitucionalidad.
3) Conoce y resuelve, por intermedio de sus salas, de los recursos extraordinarios que las
leyes de procedimiento acuerden.
4) Conoce y resuelve de la recusación de sus Vocales y en las quejas por denegación o
retardo de justicia de acuerdo con las normas procesales.
Desplazamiento de la competencia: por regla general, la competencia es de orden público
e improrrogable, sin embargo, existen supuestos excepcionales que permiten que el pleito
se radique ante un tribunal distinto al que tenía que intervenir. Los desplazamientos
encuentran motivo, algunas veces, en la voluntad de las partes intervinientes, en una
disposición de la ley, por circunstancias de conexidad o por efecto del fuero de atracción.
Prórroga
Esta forma de desplazamiento transmite la competencia a un juez que en principio
resultaba incompetente.
Son prorrogables las cuestiones claramente patrimoniales y en relación al territorio, sin
embargo, no son prorrogables la competencia en razón del grado y la materia.
La prórroga de competencia se encuentra expresamente regulada en los artículos 2, 3 y 4
del C.P.C.C. de Cba.
Conexidad
Por razones de economía procesal, cuando entre dos o más asuntos haya alguna conexión,
la ley determina que sea un mismo juez el que intervenga. Existen causas de interés
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público y privado en la acumulación. Las primeras porque tienden a evitar el dictado de
sentencia contradictorias entre asuntos relacionados. Las razones de interés privado se
vinculan con la economía procesal y el ahorro de costos y esfuerzos. La conexión puede
existir por razones subjetivas, objetivas o causales y será competente para entender el
juez que entienda sobre la materia principal o el que intervino primero en el tiempo. En
materia civil se encuentra una amplia casuística en el artículo 7 del C.P.C.C. de Cba.,
mientras que en el fuero penal, la conexidad está regulada en los artículos 47, 48 y 49 del
C.P.P. de Cba.
Fuero de atracción (no programa)
Tiene aplicación en los procesos universales como los juicios de sucesión y concursos o
quiebras. El desplazamiento se justifica en la necesidad de tratar en forma conjunta y
simultánea todas las pretensiones deducidas contra el caudal común. De esta forma se
otorga certeza al derecho que se declara en acciones independientes pero que se
encuentran vinculadas.
En materia de sucesiones, el fuero de atracción está contemplado en el artículo 3284 del
Código Civil (Ley No 340), siendo, por ello, una norma procesal en un código de fondo y,
por tanto, con alcance nacional. No obstante, solo alcanza a las pretensiones con
contenido patrimonial, mientras que las acciones personales deberán tramitarse por ante
el juez de familia.
Al imponerse por razones de orden público, por el hecho de que pueden verse afectadas
muchas personas, por lo general indeterminadas, el fuero de atracción es improrrogable e
irrenunciable y, en consecuencia, debe ser aplicado de oficio por el tribunal.
Una vez concluido el juicio sucesorio o finiquitada la quiebra o el concurso, el fuero de
atracción también finaliza.
Competencia federal: concepto y criterios para determinar. VER CASOS DEL CANVAS.
ESTUDIAR TB DE CONSTITUCIONAL LIBRO QUE ESTA CLARISIMO.
Definición
Facultad reconocida a los órganos, que integran el Poder Judicial de la Nación, para
ejercer sus funciones en los casos respecto de las personas y en los lugares especialmente
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determinados por la Constitución Nacional. Se establece especialmente en las provincias
respecto de las materias que estas delegaron a la Nación.
Los artículos 116 y 117 de la Constitución Nacional (C.N.) establecen los asuntos que
incumben a la competencia federal.
Caracteres
a) limitada: la C.N. establece taxativamente sus límites, no hay ley, interpretación, ni
voluntad de parte, que pueda extenderlos a otros casos.
b) privativa: a contrario sensu, en las causas asignadas a la justicia federal resulta excluida
la justicia provincial, que no puede entender en dichas cuestiones y debe declarar su
incompetencia de oficio en cualquier estado del proceso. En casos de competencia
concurrente entre Nación y provincias, la Ley No 927 sustrajo del fuero federal este tipo
de causas (en casos en que el fuero federal proceda por distinta vecindad o nacionalidad
de las partes, cuando la cuantía del asunto no exceda de un determinado monto, así como
los juicios universales). También se admite la prórroga de competencia cuando el
demandado extranjero o vecino de otra provincia no opone la excepción pertinente,
entendiéndose por ello que renuncia al fuero federal.
c) Improrrogable: la competencia material es improrrogable, no así en razón de las
personas.
d) Contenciosa: nunca procede de oficio y solamente se ejerce la judicatura cuando es
solicitado a instancia de parte.
Criterios para su determinación
A fin de elucidar si una causa corresponde ser resuelta por los tribunales locales de cada
provincia o si corresponde al Poder Judicial de la Nación, se establecen tres criterios
diferenciadores: el territorio, la materia y las personas.
En razón del territorio, la competencia nacional corresponde cuando se hayan afectado
derechos federales o intereses nacionales en aquellos lugares que sean de propiedad del
Estado Nacional, adquiridos a las provincias o cesión de estas, con el objeto de instalar allí
establecimientos de utilidad nacional (ej. Universidad Nacional de Córdoba). El solo hecho
que se trate de un lugar propiedad del Estado Nacional no le atribuye toda la potestad
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legislativa, administrativa y judicial en forma exclusiva y excluyente; esta solo corresponde
a la Justicia Nacional cuando se haya interferido directa o indirectamente en la
satisfacción del servicio de interés público, que requiere el establecimiento nacional (ej.
Municipios y provincias conservan la facultad de controlar las normas de tránsito dentro
de la órbita territorial de su competencia sobre rutas nacionales). En razón de la materia,
está relacionada al conocimiento de los litigios que impliquen aplicación de la legislación
federal. Dentro del país existen leyes federales, leyes comunes y leyes provinciales.
La legislación federal se integra por la Constitución Nacional, los tratados con las naciones
extrajeras o con los organismos internacionales de carácter público y las leyes dictadas por
el Congreso, que regulan la actividad propia de la Nación y sus organismos
descentralizados (ej. Convención Americana sobre Derechos Humanos, decretos del
Ministerio de Economía de la Nación, resoluciones del Banco Central de la República). La
legislación común es aquella dictada por el Congreso de la Nación, haciendo uso de las
facultades que las provincias le delegaron en virtud del artículo 75, inciso 12 de la C.N. y
comprende materias sustantivas del Código cordobés. Pueden ser aplicadas por los
tribunales federales y por los tribunales de provincia.
La legislación provincial es dictada por cada provincia, con validez espacial circunscripta al
ámbito territorial de la provincia que la dictó. Comprende todas las facultades no
delegadas (ej. Códigos de procedimiento civil, penal, laboral, etc.).
Por último, en razón de las personas, la competencia federal se arroga teniendo en cuenta
la cualidad especial de las personas que son parte en la controversia (ej. Si en el pleito
intervienen ministros o embajadores extranjeros) o por la presencia del Estado Nacional
en el juicio, si existiese un interés federal en disputa.

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2.3 El juez o tribunal: inhibición y recusación.
El juez o tribunal es uno de los sujetos esenciales en el proceso, sin el juez no puede haber
un proceso propiamente dicho. Cumple la función

jurisdiccional del Estado y se encuentra compuesto por un juez o un conjunto impar de


jueces.
El tribunal tiene a su cargo la administración de justicia y concurre con los otros órganos
del Estado al cumplimiento integral de la función judicial. Es un presupuesto procesal
esencial, que tiene la potestad de juzgar y cumple la función realizadora del derecho.
Los poderes otorgados al juez son los de dirección formal y material del proceso,
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disciplinarios y Ordenatorios, de iniciativa probatoria y de decisión. Su deber fundamental
consiste en administrar justicia legalmente, no pudiendo dejar de juzgar bajo pretexto de
silencio, oscuridad o insuficiencia de las leyes.
Caracteres
a) Público: el tribunal es un órgano público creado para la administración de justicia. Su
representación física es un magistrado o funcionario del Estado.
b) Permanente: en virtud del artículo 18 de la Constitución Nacional, en adelante C.N., el
tribunal reviste el carácter de permanente, prohibiéndose la constitución de comisiones
especiales designadas para resolver jurisdiccionalmente un caso determinado. Los jueces
no son permanentes sino inamovibles en el cargo salvo renuncia, fallecimiento, jubilación
o remoción.
c) Sedentario: no existen los tribunales ambulantes. Cada uno desempeña sus funciones
en un ámbito territorial determinado establecido como sede.
d) Letrado: el juez debe tener título de abogado, además de otros requisitos que la
Constitución establece. Los jueces de paz no necesitan ser abogados.
e) Normativo: Solamente la ley puede crear, modificar o extinguir un ordenamiento
jurisdiccional. Fuera de la ley no puede haber organización judicial.
Modos de designación en la justicia nacional:
1. Miembros de la Corte Suprema de Justicia de la Nación: designados por el Presidente
de la Nación con acuerdo del Senado por dos tercios de sus miembros presentes, en
sesión pública convocada al efecto. Para ser miembro de este máximo tribunal se requiere
cumplimentar con los requisitos establecidos en el artículo 111 de la Carta Magna.
2. Jueces de tribunales inferiores: son designados por el Presidente de la Nación sobre la
base de una propuesta en terna vinculante emitida (previo concurso público) por el
Consejo de la Magistratura, mediante acuerdo del Senado. El Consejo de la Magistratura
es un órgano consagrado en la reforma constitucional como una entidad integrada de
modo de procurar equilibrio entre la representación de los órganos políticos resultantes
de la elección popular, de los jueces de todas las instancias y de los abogados de matrícula
nacional, como así también de personas del ámbito académico y científico.
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Modos de designación en la justicia provincial:
Por Ley No 8.802 del año 1999 se crea el Consejo de la Magistratura, que asiste al Poder
Ejecutivo en la tarea de selección de los jueces y magistrados.
La designación comienza con una convocatoria pública y abierta para que los aspirantes se
inscriban y así accedan a la evaluación prevista consistente en oposición escrita, oral y de
antecedentes.
Sobre la base del resultado, el Consejo confecciona un orden de mérito que es remitido al
Poder Ejecutivo y que este no puede alterar.
Remoción:
La remoción implica la separación del cargo. En el ámbito nacional los jueces solo pueden
ser separados de sus cargos mediante el procedimiento del juicio político (Arts. 53, 110 y
115 de la C.N.), que puede iniciarse por mal desempeño o delito en el ejercicio de la
función o por crímenes comunes.
El juicio político contra un miembro de la Corte requiere de acusación de la Cámara de
diputados, que debe declarar por mayoría de dos terceras partes de sus miembros que
hay lugar a la formación de causa. Efectuada la acusación, el juicio es realizado por el
Senado y se requiere para la declaración de culpabilidad el voto de dos tercios de los
miembros presentes. Su fallo tiene el efecto de destituir al acusado, quien quedará sujeto
a acusación, juicio y castigo conforme a las leyes y ante los tribunales ordinarios si fuere el
caso.
Respecto de los jueces de los tribunales inferiores de la Nación, la facultad de decidir la
apertura del procedimiento y de ordenar, en su caso, la suspensión, corresponde al
Consejo de la Magistratura y el juicio se realiza por un jurado integrado por legisladores,
magistrados y abogados. Su fallo es irrecurrible.
En el ámbito de la provincia de Córdoba, los miembros del Tribunal Superior de Justicia
solo pueden ser separados de sus cargos mediante juicio político; en tanto para los
magistrados y funcionarios del Poder Judicial y el Ministerio Público no removibles por
juicio político, la ley 7956 ha regulado un procedimiento denominado “juri de
enjuiciamiento”, que tiene como único efecto la destitución del acusado. Esta ley
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determina como causales de destitución las siguientes: a) Mal desempeño. b) Negligencia
grave. c) Desconocimiento inexcusable del derecho. d) Supuesta comisión de delito. En el
caso de delitos culposos, cuando tenga incidencia funcional. e) Inhabilitación física o
psíquica. f) Morosidad. Salvo prueba en contrario, se presumirá configurada esta causal en
caso de omisión reiterada de pronunciamiento, requerimiento, dictamen u opinión, según
correspondiere, dentro de los plazos fatales establecidos por las leyes.
El jurado está compuesto por un vocal del Tribunal Superior de Justicia y cuatro
senadores, letrados si los hubiere, dos por la mayoría y dos por la minoría. Contra la
resolución no procederá recurso alguno, salvo el de aclaratoria que podrá interponerse
dentro de las cuarenta y ocho horas.
Inhibición y recusación
La recusación del juez es el medio por el que se exterioriza la voluntad de parte legítima
del proceso, para que un juez determinado se separe de su conocimiento por
sospecharse, por algún motivo, de su imparcialidad. Es una garantía de imparcialidad y un
respaldo a la debida consideración de la magistratura.
La inhibición es el medio que permite que el juez, al concurrir alguna de las circunstancias
anteriores, se aparte espontáneamente del conocimiento de la causa.
La recusación puede realizarse con o sin causa, en este último caso, se admite como
garantía para el litigante, pues le permite ejercer ese derecho cuando, existiendo una
causal legal, le resulta dificultosa o imposible la prueba de los hechos, o se pueda afectar
la dignidad de la magistratura.
Atento que este recurso ha sido utilizado de manera abusiva para entorpecer los trámites,
la jurisprudencia ha limitado el recurso de la recusación sin causa a casos excepcionales y
de interpretación restrictiva.
• Recusación sin causa:
En el proceso civil las partes podrán recusar sin expresión de causa al juez, al entablar o
contestar la demanda y oponer excepciones, dentro de los tres días de notificado el
llamamiento de autos para definitiva o el decreto de avocamiento.
Asimismo, podrán hacerlo a uno de los miembros de la Cámara y del Tribunal Superior de
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Justicia, dentro de los tres días de llegados los autos ante el superior, de notificado el
decreto a estudio o el de integración del tribunal.
Las partes podrán ejercer una sola vez este derecho, y cuando sean varios los actores o los
demandados, únicamente uno de ellos podrá hacer uso de este derecho. No procede en
las cuestiones incidentales ni en la ejecución de sentencia. Tampoco procede en los
procesos concursales (art. 18); en las diligencias preparatorias de los juicios; en las que
tienen por objeto asegurar el resultado del juicio; en la ejecución de diligencias
comisionadas, a menos que fuesen probatorias y en las diligencias para la ejecución de la
sentencia, a no ser por causas nacidas con posterioridad a ella (art. 24).
• Recusación con causa:
El fundamento de este instituto se encuentra en la extensión de la independencia del
poder judicial a la persona del juez. Por razones de economía y de seguridad jurídica, se
establecen límites temporales para deducir incidente de recusación con causa. Cuando la
causa de recusación fuese anterior a la iniciación del pleito, deberá ser propuesta en el
primer escrito que se presente. Cuando fuese posterior o anterior no conocida, se
propondrá dentro de los tres días de haber llegado a conocimiento de la parte.
El tribunal competente para entender en la recusación es el superior inmediato al
recusado: del juez de primera instancia y funcionarios del Ministerio Público, la Cámara;
de los vocales del Tribunal Superior y de la Cámara, los restantes miembros. Causales de
recusación
Si bien la jurisprudencia analiza las causales de recusación en sentido restrictivo para
evitar el uso inadecuado del instituto, el análisis debería realizarse en el sentido inverso y
otorgar a las causas de recusación un criterio amplio, que atienda en principio al interés
particular de contar con un juez imparcial y que con posterioridad atienda al abuso en su
utilización.
Por ello, los listados contenidos en los códigos adjetivos deberían interpretarse con
carácter enunciativo y no taxativo.
En general, las causales son similares en todas las ramas del ordenamiento por lo que solo
consideraremos algunas de ellas y nos remitiremos al estudio de las restantes.
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Son causales de recusación: 1. El parentesco hasta el cuarto grado de consanguinidad en
línea recta y colateral hasta el segundo grado. 2. Interés del juez en el pleito. 3. Sociedad,
salvo el caso de sociedad por acciones o cooperativas. 4. Pleito pendiente. 5. Crédito o
deuda. 6. Denuncia o querella. Haber sido el juez denunciante o acusador o haber sido
acusado o denunciado por la parte. 7. Prejuzgamiento. Haber anticipado el juez opinión
sobre el litigio en cualquier carácter. 8. Beneficio de importancia que haya recibido el juez
o sus parientes de alguno de los litigantes. 9. Amistad o enemistad manifiesta. 10. Haber
producido en el procedimiento nulidad que haya sido declarada judicialmente. 11. Haber
dado lugar a la queja por retardada justicia.
Unidad 3 Poder de acción y excepción procesal
El poder de acción inicialmente es concebido como consecuencia de la prohibición de
autodefensa de los derechos y de la justicia por mano propia, por lo que surge el Poder
Judicial y se le reconoce a distintos sujetos el poder de requerir soluciones ante la justicia
Concepto de acción
“La acción procesal es el poder de presentar y mantener ante el órgano jurisdiccional una
pretensión fundada en hechos jurídicamente relevantes, con el fin de obtener una
decisión concreta y en su caso conseguir la ejecución de la misma hasta su agotamiento”
Concepto de ALSINA: “Es el derecho del acreedor a obtener mediante el órgano judicial un
bien jurídico que la ley le reconoce y que le es desconocido o negado por el deudor”.
Es un derecho abstracto o un poder de reclamar la protección jurisdiccional por medio del
proceso y se configura como la facultad del actor de promover la actividad del tribunal
que posibilita y concreta un derecho a la jurisdicción. También se presenta como el poder
jurídico que tiene todo sujeto de acudir a los órganos jurisdiccionales para reclamarles la
satisfacción de la pretensión (contenido concreto de la acción).
Caracteres
1) Es autónoma: Esto significa que existe con independencia del derecho material
invocado que sirve como fundamento a la pretensión planteada. Puede promoverse
efectivamente el poder de acción, realizarse un juicio y que al final no exista el derecho y
la sentencia sea desestimatoria de la pretensión.
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2) Es publica: Se dirige a un órgano público y persigue fines de idéntica naturaleza con
independencia del funcionamiento sustancia. Puede tener basamento en pretensiones
públicas de derecho penal o privadas.
3) Realizadora: Porque es realizadora del derecho de fondo, es procesal.
La pretensión
Concepto
Es la afirmación por parte del actor o demandado de los hechos jurídicamente relevantes
que se exponen en la demanda o contestación.
Palacio dice que la pretensión es el objeto del proceso contencioso y advierte que la
acción no debe ser confundida con la pretensión, porque la acción es un medio para
promover la pretensión, es un simple acto de iniciación procesal.
La pretensión procesal se encuentra contenida en la demanda.
Palacio dice “es el acto en el cual se reclama ante un órgano judicial o arbitral y frente a
una persona distinta la resolución de un conflicto suscitado entre dicha persona y el autor
del reclamo.
El objeto de la pretensión es lo que se pide en la demanda. El objeto litigioso no se
confunde con la pretensión, sino que es el objeto de esta, pues sobre un mismo objeto
litigioso pueden existir pretensiones diversas o análogas, pero con distinto fundamento o
causa. De allí, que el objeto de la pretensión no se identifica con el objeto del derecho
material que el actor declara tener.
Elementos:
• Elemento subjetivo: La pretensión consta de tres sujetos:
1) El actor que la formula.
2) El demandado frente a quien se formula.
3) La persona ante quien se formula.
Los dos primeros son los sujetos activos y pasivos de la pretensión, y el tercer sujeto es el
órgano destinatario de esa pretensión, que tiene el deber de satisfacerla.
• Elemento objetivo:
1) Objeto de la pretensión: está constituido por el determinado efecto jurídico que con
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ella se persigue, y puede ser visto desde dos aspectos: inmediato, esto es la clase de
pronunciamiento que se reclama (condena, declaración, ejecución, etc.); o mediato, es
decir, el bien sobre el cual debe recaer el pronunciamiento (cosa mueble o inmueble cuya
restitución se solicita, suma de dinero, relación jurídica cuya existencia o inexistencia debe
declararse, etc.).
2) La causa, fundamento, título o razón: es la concreta situación de hecho a la cual el actor
asigna una determinada consecuencia jurídica. La pretensión está individualizada por los
hechos afirmados, no por el derecho que se invoca en la demanda. Se trata del conjunto
de hechos que constituyen el relato histórico de las circunstancias, de donde se cree
deducir lo que se pretende y a la afirmación de su conformidad con el derecho en virtud
de determinadas normas subjetivas. Se trata de la causa pretendida de la demanda, es la
razón aparente que sirve de fundamento a la pretensión.
3) La actividad que la pretensión involucra: y que se desenvuelve en las dimensiones de
lugar, tiempo y forma que coincidirán, necesariamente, con las del proceso en que la
pretensión se haga valer.
El ejercicio de la acción en los distintos procedimientos. Requisitos y efectos.
Proceso Civil:
El poder de acción inicialmente es concebido como consecuencia de la prohibición de
autodefensa de los derechos y de la justicia por mano propia, por lo que surge el Poder
Judicial y se le reconoce a distintos sujetos el poder de requerir soluciones ante la justicia
(proceso civil).
Demanda: Palacio define a la demanda como un acto que se funde con la pretensión del
actor de modo simultáneo, “es la petición encaminada a lograr la iniciación de un
proceso, a cuyo efecto, quien la formula, ejerce y agota el derecho de acción que le
compete”.
Contiene las afirmaciones de hechos jurídicamente relevantes que justifiquen la
pretensión del actor. En su esencia, la demanda, constituye un silogismo: la premisa
mayor es la norma jurídica invocada, la menor, la relación de los hechos, y la conclusión es
el resultado al que arriba el actor entre ambas premisas y se exterioriza en la petición.
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Posee sujetos (actor y demandado), objeto (que conste en la petición), causa (fundamento
de la pretensión expuesta) y finalidad (fin perseguido por el actor). El contenido de la
demanda es la petición, de allí que cuando la pretensión no existe es imposible, ilícita o
inmoral; la demanda debe ser rechazada in limine, de oficio por el tribunal.
La demanda se deducirá por escrito y expresará: 1) El nombre, domicilio real, edad y
estado civil del demandante; tipo y número de documento de identidad. 2) El nombre y
domicilio del demandado. 3) La cosa que se demande designada con exactitud. Si se
reclamase el pago de una suma de dinero, deberá establecerse el importe pretendido,
cuando ello fuese posible, inclusive respecto de aquellas obligaciones cuyo monto
depende del prudente arbitrio judicial. 4) Los hechos y el derecho en que se funde la
acción. 5) La petición en términos claros y precisos.
Efectos de la demanda:
Sustanciales: aquellos que se relacionan con la validez y vigencia de las normas positivas
de fondo: o Interrupción de la prescripción: que la presentación de la demanda tiene por
efecto la interrupción del curso de la prescripción adquisitiva contra el poseedor y de la
prescripción liberatoria contra el deudo. o Caducidad de ciertos derechos: son casos
especiales regulados por el derecho de fondo, y que implican caducidad de derechos,
casos relacionados con el derecho de familia (acción de nulidad de matrimonio). o
Extinción de las opciones del actor: la presentación de la demanda produce efectos
respecto de diversas opciones que puede realizar el actor desde que, elegida una, ya no le
es posible solicitar la otra prevista en la misma norma. Se trata de obligaciones
alternativas, en las cuales se obliga a optar. o Incapacidad de derecho para la compra de
cosas litigiosas: la interposición de la demanda produce el efecto, que establece la
prohibición para los abogados, jueces, fiscales, defensor de menores, procurador,
escribanos y tasadores de adquirir, aun en remate, los bienes mencionados en la
demanda, los que adquieren la calidad de litigiosos.
• Procesales: se relacionan con normas establecidas en la ley procesal específica que
regula el proceso: o Apertura de instancia: la demanda es el acto mediante el cual se pone
en ejercicio el poder de acción, medio por el cual queda abierto el juicio, pues provoca la
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excitación de la jurisdicción, referida al acceso al primer grado de instrucción del proceso y
de conocimiento de sus actos por el juez. Para el actor aparece la carga procesal del
impulso procesal, para evitar la perención de la instancia.
o Estado de litis pendencia: con la interposición de la demanda, aun antes de su
notificación, se produce el estado de litispendencia, el que será perfeccionado con la
respectiva notificación.
o Competencia del juez respecto del actor: el actor, al interponer la demanda, hace una
elección que puede implicar una prórroga de competencia en razón del territorio.
o Objeto litigioso: salvo excepciones, el actor no podrá modificar el objeto de la demanda.
El demandado, mientras no reconvenga, deberá limitarse a contestar sobre el objeto
litigioso, sin poder variarlo. Además, establece un límite a los poderes del juez en la
sentencia, quien deberá pronunciarse sobre este, manteniendo el principio de
congruencia.
o Confesión: interpuesta la demanda, los hechos expuestos por el actor pueden implicar
confesión de su parte, respecto de aquellos acontecimientos lícitos.
Proceso penal:
En el proceso penal, que es indisponible, se comete un hecho presuntamente delictuoso y
se pone en marcha de oficio la actividad de los órganos estatales (MPF).
Proceso familiar y laboral:
En el proceso de familia y laboral, el acto inicial debe ser planteado con una demanda,
pero a diferencia del civil la composición del conflicto requiere generalmente de la
intervención de los tribunales, es decir si bien el impulso inicial es formulado por el actor,
el juez es quien mantiene vivo y da impulso al proceso hasta que finalice.
3.2 Excepción procesal: Concepto y contenido.
Se identifica con el derecho de defensa atribuido a toda persona que es demandada o
sindicada como autor de un delito, y se ejerce en las oportunidades fijadas por la ley
ritual. Se presenta, precisamente, como una facultad o atribución de concurrir ante el juez
para contradecir la acción, en sentido amplio.
El poder de excepción como tal corresponde exclusivamente al demandado o al
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perseguido penalmente y se ejerce en el ámbito del proceso. Por ello, cierta parte de la
doctrina entiende ver en el poder de excepción “un diverso aspecto del derecho de
acción”.
Según Olmedo, en una acepción genérica, la excepción “es un poder, es toda defensa que
el demandado opone a la pretensión del actor, esgrimiendo hechos modificativos,
impeditivos o extintivos”.
Por su parte, Couture atribuye a la excepción un significado más amplio, considera que “es
el poder jurídico de que se halla investido el demandado para oponerse a la acción
promovida en su contra”.
Este poder genérico de defensa también se manifiesta en el proceso penal y le asiste muy
especialmente al imputado. En efecto, el sujeto perseguido penalmente, como
consecuencia del ejercicio de la acción y, aun antes (es decir, durante la investigación
fiscal preparatoria) puede plantear pretensiones con fundamento opuesto o diverso al de
la imputación, postular que se lo absuelva o se le dé una declaración de menor
responsabilidad. También puede pretender la eliminación, la paralización o el cierre de
proceso por no ser viable el ejercicio de la acción o mediar algún impedimento para
resolver sobre el fondo.
Por ello se nos presenta la acción con el poder de atacar y la excepción como la expresión
del derecho a oponerse.
La excepción encuentra fundamento específico en el art. 18 de la Constitución Nacional,
en adelante C.N., que expresa: “es inviolable la defensa en juicio de la persona y de los
derechos”
La garantía del debido proceso, no se agota con el mero ejercicio de la jurisdicción, sino
que, además, requiere de otros aditamentos que se actúan durante el trámite, que
comprenda el derecho de audiencia y de prueba. En este sentido, la doctrina ha señalado
que “la garantía de defensa en juicio consiste, en último término, en no ser privado de la
vida, libertad o propiedad, sin la garantía que supone la tramitación de un proceso
desenvuelto en la forma que establece la ley.
El poder de excepción, al igual que la acción, constituye un poder de carácter abstracto,
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pero con contenido determinado que denominamos pretensión. Es así que el contenido
del poder de excepción está constituido por la afirmación de hechos con relevancia
jurídica opuestos a la pretensión del actor, que respecto de aquel presentan similitudes y
diferencias.
De tal modo, la acción o la postulación del actor debe ser ineludiblemente formulada: en
cambio, la pretensión del demandado puede consistir en afirmaciones de hechos opuestos
con relevancia jurídica o estos hechos pueden estar representados por simples actitudes
omisivas. Estas situaciones también configuran la pretensión del demandado y establecen
el vínculo entre el poder de excepción y las normas del derecho sustancial.
Es así que quien se defiende y ejerce el derecho de excepción, en sentido amplio, lo hace
conforme al plexo jurídico sustancial, que regula los códigos de fondo, v.gr. el Civil, Penal,
de Comercial, etcétera. No es posible realizar oposición para satisfacer aspiraciones ajenas
al orden jurídico. Determinado el origen constitucional del poder de excepción, como su
necesaria vinculación con el derecho sustancial, cabe señalar, las vías procesales para su
ejercicio que se especifican en los códigos formales. Técnicamente, y utilizando una
acepción restringida, el vocablo excepción se refiere a ciertos tipos de defensas regladas
por la ley procesal y, en otros casos, por la sustancial. Nos estamos refiriendo al concepto
de excepción en sentido estricto, que reconocen identidad conceptual y nominación
expresa en el sistema jurídico.
La oposición de excepciones, en sentido estricto, importa para el demandado una
posibilidad de introducir objeciones fundadas en la falta de algún presupuesto procesal, o
dirigidas a poner de manifiesto alguna obstancia sustancial. Tal sucede con las
posibilidades previstas en los códigos de fondo para resistir la pretensión jurídica contra él
ejercida, que se viabiliza a través de modos reglados por la ley sustancial Así podrá el
demandado alegar, ante un reclamo de carácter patrimonial, el haber pagado o que la
obligación se encuentra prescripta.
Por otro lado, se señala que el ejercicio del poder de excepción en sentido estricto se
manifiesta en diferentes oportunidades, ya sea que se ejercite en el proceso civil o en el
proceso penal. Sin embargo, en forma coincidente, sea cual fuere el tipo de proceso, la ley
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señala la secuencia o tiempo en que debe ser puesto en acto.
En cuanto al órgano a quien corresponde este poder, se identifica con el sujeto
posicionado en la faz pasiva de la relación jurídica procesal. La realización o
desenvolvimiento del poder de excepción exige de su titular que ostente capacidad
procesal.
En el proceso penal, en cambio, el titular del poder de excepción es cualquier persona que
debe soportar la persecución penal.
3.3 Oposición a la pretensión en proceso civil
Contestación de la demanda. Definición
Notificada la demanda, nace para el demandado la “carga” de contestarla.
El demandado debe realizar este acto procesal dentro del plazo legal según el tipo de
procedimiento de que se trate, si no desea ser declarado rebelde; se trata de un plazo
improrrogable pero no perentorio, de allí que una vez finalizado no precluye la
oportunidad, salvo que el actor acuse rebeldía y el juez así la declare; entonces a partir de
esa declaración firme de rebeldía, precluye para el demandado la facultad de contestar.
La doctrina mayoritariamente entiende que la contestación de la demanda constituye un
acto jurídico procesal que importa el ejercicio del derecho de defensa. Palacio define a la
contestación de la demanda como el acto mediante el cual el demandado alega, en el
proceso ordinario, aquellas defensas que no deban ser opuestas como de previo y especial
pronunciamiento, y en los procesos sumario y sumarísimo, toda clase de defensas que
intente hacer valer contra la pretensión procesal.
La contestación de la demanda consiste en un acto que exterioriza el ejercicio del derecho
de excepción procesal y, como tal, se dirige al juzgador, al Estado; de allí que se entienda
al traslado de la demanda como una interrogación, que el juez hace al demandado, acerca
de su deseo de ejercer su respectivo poder de excepción, y con él su derecho de defensa.
Se la ha definido como un “acto procesal mediante el cual quien ha sido demandado
(convenido) opone, a la pretensión del actor, la propia pretensión de sentencia declarativa
de certeza negativa: desestimación de la demanda”
• Ante la notificación de la demanda, el demandado puede:
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• No comparecer, por lo que a pedido del actor puede incurrir en rebeldía.
• Comparecer, pudiendo luego de ello:
a- Oponer excepciones previas.
b- No contestar el traslado de la demanda o hacerlo de modo no correcto.
c- Allanarse, lo que implica aceptar la demanda en todos sus términos; el allanamiento
también puede ser parcial, es decir, acepta alguno de los hechos.
d- Niega cada uno de los hechos.
e- Reconoce algunos hechos y niega otros.
f- Reconoce hechos, pero les niega trascendencia en el derecho pretendido.
g- Reconoce hechos, pero alega otros impeditivos o extintivos de la relación jurídica como
la prescripción o el pago.
h- Responde con afirmaciones que se oponen o resultan negativas a las efectuadas por el
actor.
i- Reconviene, es decir, contrademanda.
En la contestación el demandado deberá confesar o negar categóricamente los hechos
afirmados en la demanda, bajo pena de que su silencio o respuestas evasivas puedan ser
tomadas como confesión.
La negativa general no satisface tal exigencia. Deberá también reconocer o negar
categóricamente la autenticidad de los documentos acompañados que se le atribuyan y la
recepción de las cartas y telegramas a él dirigidos que se acompañen, bajo pena de
tenerlos por reconocidos o recibidos,
• Manifestación sobre los hechos: confesión o negación categórica: El demandado debe
efectuar sus manifestaciones sobre cada uno de los hechos expresados en la demanda, de
una manera rotunda y terminante, sin vacilaciones ni reservas. Esas manifestaciones
pueden consistir en afirmaciones, aserciones o confesión. Reconocido un hecho por el
demandado se excluye respecto de él. la prueba, puesto que desaparece respecto de ese
hecho el carácter controvertido.
Si la manifestación consiste en una negación u oposición, estamos ante la expresión
amplia de la defensa, que se exterioriza como la oposición al progreso de la pretensión del
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actor. La negación debe serlo de cada uno de los hechos en particular, o de un conjunto
de hechos que constituyan una unidad. La negativa general, lo dice el art. 192, no satisface
la exigencia y produce al demandado el perjuicio señalado para el caso de silencio o
respuestas evasivas.
El perjuicio consiste en crear una presunción en contra del demandado, en tanto supone
confesión de los hechos sobre los que guardó silencio, vaciló o incluyó en una negación
genérica. Estas situaciones pueden ser tomadas por el juez como confesión, lo que
dependerá de los demás elementos de valoración en el momento de dictar sentencia.
Ahora bien, es distinta esta situación de la que se presenta en los casos de reconocimiento
de firma o absolución de posiciones, para los cuales la ley establece, de manera definitiva,
que, si el demandado no comparece o contesta evasivamente, se lo tendrá por confeso.
• Manifestación sobre los documentos: el demandado tiene la carga de manifestar acerca
de ellos. Debe distinguir entre documentos privados y públicos. Respecto a los primeros, si
se le atribuyen, deberá expresar si son auténticos; en cuanto a la firma y al contenido, el
código prevé la pericial caligráfica y el subsidio en caso de no reconocimiento del
documento.
En cuanto a los documentos públicos, habrá que distinguir si se trata de falsedad material,
en cuyo caso habrá que plantear el incidente de redargución de falsedad, lo que implica
un ataque directo al oficial público interviniente. En caso de tratarse de falsedad
ideológica bastará el procedimiento seguido para los instrumentos privados.
Unidad 4 Sujetos del proceso y actos procesales
Son sujetos las personas que intervienen en un proceso
Esenciales:
Los necesarios son aquellos que indefectiblemente deben estar presente en la relación
jurídico procesal y son los protagonistas de ella. Así actor, demandado y juez son los
sujetos esenciales del proceso CIVIL por actuar como titulares de los poderes de acción
(inicio y mantenimiento del trámite), excepción (defensa) y jurisdicción (decisión). El en el
proceso PENAL los esenciales son el MPF, el juez y el sujeto pasivo que es el imputado.
En el proceso civil pueden actuar en forma singular (un actor, un demandado) o plural
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(Litis consorcio).
Estos sujetos ejercen derechos constitucionales. El actor puede ser titular del poder de
acción y tiene a su cargo instar el proceso y esto se traduce como el derecho a peticionar a
las autoridades. El juez ejerce el poder de jurisdicción. El demandado ejerce su poder de
defensa (este último puede ser sujeto esencial y no estar presente en el juicio, en el
proceso civil, en el penal en la mayoría de los casos NO).
Cada uno de estos sujetos están previstos en la ley que da sus condiciones subjetivas de
actuación y cumplen diversas actividades, así por ejemplo los jueces deben tener
jurisdicción y competencia; los particulares tienen que tener capacidad y legitimación y
sino intervenir con un representante.
Eventuales:
Son aquellos los cuales no son necesarios, aparecen esporádicamente. Por ejemplo los
auxiliares del tribunal, que son funcionarios que colaboran con el oficio judicial en calidad
de secretarios letrados, jefe de despacho, etc. También lo son los peritos, testigos,
interpretes, etc.
Por último, la autora menciona a los participantes, que son los funcionarios del MPF o los
abogados apoderados de las partes.
Los sujetos en los distintos procesos
CIVIL, LABORAL Y FAMILIAR.
Las partes:
El carácter de parte debe ser esencialmente de carácter formal, con total independencia
de la relación material debatida. Parte es la que demanda en nombre propio (o en cuyo
nombre se demanda) una actuación de la ley y aquel frente al cual esta es demandada.
solo es parte el titular de la pretensión (quien demanda y aquel contra quien se demanda)
y no quien lo hace por otro, de allí que no es parte procesal el abogado patrocinante, ni el
apoderado o representante de la parte propiamente dicha.
Caracteres:
1) Son duales: siempre son dos, actor y demandado. Las partes siempre son dos, mas alla
de que en cada polo pueda existir más de una persona.
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2) Son antagónicas: Siempre están enfrentadas, si hay acuerdo entre ellas no hay conflicto
y no hay proceso.
3) Son iguales: para la ley.
Cargas procesales
Son situaciones de necesidad de realizar un determinado acto, para evitar que sobrevenga
el perjuicio procesal. Son imperativos que las partes tienen sobre si mismos, el
incumplimiento de la carga no genera sanción, sino la consecuencia de perclusión, y lo
perjudica en el proceso. Ejemplo: Carga procesal.
Sujetos penales:
Sujetos esenciales
Son aquellos que resultan imprescindibles para la constitución de la relación procesal.
1) El imputado (y su defensa), 2) El juez o tribunal, 3) El acusador.

Sujetos accidentales
Son aquellos que intervienen en el proceso por vincularse con la cuestión civil, o con la
penal actuando a la par del ministerio público, su intervención no es imprescindible para
la correcta realización del proceso.
1)Querellante particular, 2) Actor Civil, 3) Civilmente demandado.
SACAR DE UNIDAD 4 PROCESAL PENAL IMPRESA TODO EL RESTO DE PENAL.
4.2 Actos procesales
Concepto:
Son los hechos voluntarios que tienen por efecto directo e inmediato la constitución, el
desenvolvimiento o la extinción del proceso; sea que proceda de las partes o de los
auxiliares, del órgano judicial o de sus auxiliares, o de terceros vinculados a aquel con
motivo de una designación, citación o requerimiento destinados al cumplimiento de una
función determinada.
Elementos:
1) Sujetos: se requiere que los sujetos que realizan el acto procesal tengan aptitud para
producirlo; el órgano judicial debe ser competente, y las partes, o sus representantes, ser

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procesalmente capaces.
2) Objeto: es la materia sobre la cual el acto procesal recae y debe ser: idóneo (apto para
lograr la finalidad) y jurídicamente posible, es decir, no prohibido por la ley.
3) Actividad: el conjunto de actos orientados hacia determinada finalidad. La actividad
procesal está constituida por una serie gradual, progresiva y concatenada de actos
jurídicos procesales, que se conciben como una unidad coordinada y adaptable a un
proceso cualquiera. Es procesal debido a la naturaleza del objeto y a su finalidad. Se trata
de una actividad que tiende al inicio, desarrollo y conclusión del proceso judicial y que
tiene los siguientes caracteres: complejidad en su estructura, fraccionamiento en su
contenido, progresividad en su desarrollo y concatenación.
Clasificación
1) Actos de iniciación: el acto de iniciación por excelencia es la demanda, pero nuestro
proceso civil permite la realización de una serie de actos procesales, que pueden ser
anteriores a la demanda, tales como las medidas cautelares (por ej. el embargo
preventivo).
2) Actos de desarrollo: son los actos que, una vez iniciado el proceso, tratan de conducirlo
hacia un determinado fin, que no es otro que sentenciarlo y hacer cumplir lo decidido en
la causa. Estos actos requieren, a diferencia de los de iniciación, la intervención de dos o
más órganos, es decir, aunque emanen de las partes, o sus auxiliares, o de terceros, es
necesaria la intervención del tribunal y sus auxiliares para la eficacia del acto. Ejemplo:
cuando una de las partes formula una petición, el tribunal debe ordenar el traslado a la
contraria, y si se notifica a domicilio debe realizarse la providencia mediante un oficial
notificador. Es necesaria una subclasificación en:
o Actos de instrucción: importan dos actividades, por un lado, que las partes o auxiliares
introduzcan al proceso datos de hecho y de derecho y, por otro lado, tales datos deben
ser compulsados, es decir probados.
o Actos de dirección: son aquellos que tienen por finalidad posibilitar la realización de los
actos de instrucción y pueden subdividirse en: actos de ordenación, de comunicación, de
documentación y cautelares.
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3) Actos de conclusión: tienen por objeto concluir con el trámite del proceso. Este acto,
por excelencia, es la sentencia; que lleva siempre una declaración de derechos. Sin
embargo, algunas no se agotan con esa simple declaración y necesitan de su “ejecución”,
que no es otra cosa que hacer cumplir lo decidido en la causa. A veces esto implica una
actividad procesal posterior que se denomina ejecución de sentencia.
4.3 Comunicación procesal
Conceptos
Etimológicamente es la acción y efecto de notificar. Ferreyra De la Rua la entiende como el
acto procesal mediante el cual se hace conocer de una manera auténtica una resolución
jurisdiccional.
Es un acto procesal de participación de conocimiento, por lo tanto, comprende todos los
medios de hacer saber a un litigante lo acordado por el tribunal, abarcando la citación, el
emplazamiento y el requerimiento.
Tipos
Comunicación o transmisión interna: tiene lugar dentro del proceso la comunicación entre
el tribunal, las partes y el resto de los sujetos procesales; no es directa, salvo la que se
produce en los procedimientos orales. Este tipo de comunicación, que se realiza por
distintos medios, es lo que se conoce como interna, y alcanza a todo sujeto que se halle
vinculado a la decisión del juez.
Los medios de comunicación interna son: los traslados, las vistas y las notificaciones.
Comunicación o transmisión externa: es la comunicación del tribunal con autoridades o
entidades ajenas al proceso y que no pueden llevarse a cabo dentro de él, aunque
contribuyen a este en alguna medida. Los medios de comunicación externa son el oficio y
el exhorto.

La comunicación entre jueces


La comunicación es el documento de un juez o tribunal con objeto de informar, pedir o
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notificar algo a otra autoridad judicial.
El exhorto es la comunicación librada por un juez y dirigida a otro juez de su misma
categoría, pero diferente jurisdicción, a fin de que practique alguna diligencia
(notificación, embargo, declaración de testigos), que deba realizarse en la jurisdicción de
este.
Se llama mandamiento cuando se pide algo a un juez de inferior categoría, mientras que
suplicatoria es cuando se pide a uno de mayor rango (v.gr. de un juez de primera instancia
a un juez de cámara).
La notificación: sistema y formas
Es uno de los actos de comunicación interna y el acto mediante el cual se pone en
conocimiento de las partes, o de terceros, el contenido de una resolución judicial,
asegurando la vigencia del principio de contradicción y estableciendo el punto de partida
para el cómputo de los plazos. La notificación va dirigida a quien tiene el derecho de
conocer la resolución o la obligación de cumplirla. Puede asumir diversas formas dicha
notificación, según la importancia de la resolución a comunicar:
• Notificación personal: Se la conoce como notificación “en la oficina” y la lleva a cabo el
interesado mediante diligencia en el expediente, suscripta personalmente por él, su
apoderado o patrocinante. Esta notificación suple a cualquiera de las otras especies.
• Notificación por cédula: la cédula es un documento que consta de un original y de una
copia, y que debe contener:
- Nombre y apellido de la persona a notificar, su domicilio o designación que corresponda.
- Juzgado y secretaría donde se tramita el juicio.
- Carátula del asunto por su objeto.
- Transcripción del decreto o de la parte resolutiva del auto o sentencia.
- Si se acompañan documentos, hacer la mención.
- Firma del apoderado o del letrado patrocinante, síndico, tutor o curador ad litem, en su
caso con aclaración de firma. Firma del secretario cuando fuere conveniente por razones
de urgencia o por el objeto de la providencia, o cuando la notificación fuere de oficio.
Una vez diligenciada la cédula por el notificador, el letrado retira la copia y la agrega al
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expediente.
• Notificación por ministerio de la ley: es una notificación ficta, en tanto no existe un acto
real de transmisión y solo por ficción de la ley se la tiene por realizada
El CPC, art. 153, dice que: salvo los casos en que proceda la notificación a domicilio, las
resoluciones se considerarán notificadas, por ministerio de la ley, el primer martes o
viernes posterior al día en que hubieren sido dictadas, o el siguiente hábil, si alguno de
aquellos fuere inhábil. No se considerará cumplida la notificación si el expediente no se
encontrare en secretaría y se hiciere constar, esa circunstancia, en el libro especial que se
llevará al efecto, bajo la firma del letrado o de la parte y del secretario.
• Notificación por edictos: aquella que se practica mediante publicaciones por la prensa,
tendientes a hacer conocer una resolución judicial a alguna persona incierta o cuyo
domicilio se ignore.
Art. 152: Cuando no fuese conocido el domicilio de la persona que deba notificarse o fuera
incierta, las notificaciones se efectuarán por edictos, cuyo texto deberá contener en forma
sintética las enunciaciones indispensables, de conformidad con la reglamentación que
dicte el TSJ. Los edictos se publicarán en el Boletín Oficial y en un diario de la ciudad que
sea sede de la circunscripción judicial donde se tramite el juicio
• Notificación por telegrama o carta documento: establece el art. 149:
Cuando la notificación deba practicarse a personas que se domicilian en otras localidades
de la provincia, podrá hacerse por medio de telegrama copiado o colacionado, carta
documento, o carta certificada con aviso de recibo. En el último caso a petición de parte.
Los telegramas y cartas documentos se confeccionarán de acuerdo con las normas que
rijan al respecto.
• Notificación tácita:
o Por retiro de expediente: establece el art. 151: “el retiro del expediente, por el
apoderado o el patrocinante, importará notificación de todo lo actuado”. Se diferencia de
la notificación ficta en cuanto, esta, se tiene por producida sin tener en cuenta el efectivo
conocimiento que el interesado pueda tener. La tácita atiende a que, dadas determinadas
circunstancias, el interesado resulta anoticiado, en tanto su fundamento responde a
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principios de celeridad y buena fe procesales.
o Por retiro de copias de escritos por el parte, o su apoderado o letrado; implica
notificación personal de traslado que, respecto del contenido de aquellos, se hubiere
conferido.
o Por presentación de cédula en secretaría: la presentación de la cédula a los fines de su
diligenciamiento importará la notificación de la parte que la suscribe, si no se hubiere
notificado con anterioridad por otro medio”
• Notificación a miembros del ministerio público: art. 154: “los integrantes del MP serán
notificados en sus despachos, debiendo acompañarse el respectivo expediente. A tal fin,
se expedirá a quien lo presentare un control numérico en el que se hará constar la fecha
de su recepción.
4.4 Plazos procesales. Concepto. Clasificación y efectos:
Son los modos de computar los intervalos en el proceso. La dimensión temporal del
proceso no es otra cosa que ese conjunto de lapsos destinados al cumplimiento de cada
acto procesal en particular. A dichos lapsos, el código procesal les denomina plazos y
refiere al tiempo que media entre la fecha que se ordena la realización del acto procesal y
aquella en que ese se realiza, a diferencia de “término” que constituye el extremo legal
del plazo.
El art. 45 del C.P.C.C. de Cba. nos indica la forma de computar el inicio del plazo que es a
partir de su notificación (o de la última si son comunes), no contándose el día en que se
practicó la diligencia de notificación.
El art. 46 determina que: “en los plazos señalados en días se computarán solamente los
días hábiles, y los fijados por meses y años se contarán sin excepción de día alguno”
El art. 23 prescribe que los días, meses y años se contarán, para todos los efectos legales,
por el calendario gregoriano, y el art. 43 especifica que debe entenderse por “días hábiles”
todos los del año, con excepción de los sábados, domingos y feriados o los declarados
inhábiles por leyes, decretos y resoluciones del TSJ. A diferencia del código civil que
computa de medianoche a medianoche (art. 24), el código procesal determina que las
horas hábiles son las comprendidas entre las siete y las veinte.
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Clasificación. Efectos
• Si tomamos en cuenta la forma de fijación, podemos hablar de:
o Plazos legales: aquellos cuya duración se halla expresamente establecida por la ley.
o Judiciales: aquellos que la ley permite su fijación por el tribunal.
o Convencionales: aquellos que, por delegación legal, se acuerdan con las partes.
• Si vemos sus efectos, hablamos de plazos fatales y no fatales, o prorrogables y no
prorrogables: por regla general se establece que los plazos procesales son improrrogables,
pero las partes pueden cumplir el acto motivo de la diligencia, no obstante estar vencidos,
mientras no se les haya acusado la rebeldía, salvo que fueren fatales.
Se entiende por plazos fatales aquellos que, una vez transcurrido el tiempo establecido,
no puede realizarse el acto de que se trata válidamente, es decir, no se admite en juicio la
acción, excepción, recurso o derecho para que estuvieren concedidos. Estos plazos
fenecen por el mero transcurso del tiempo, sin necesidad de declaración judicial ni de
petición de parte, y con ellos los derechos que se hubieren podido utilizar.
• Si tenemos en cuenta a quienes se otorgan, distinguimos entre:
o Individuales: los plazos que se conceden independientemente a cada parte para la
ejecución de los actos procesales determinados.
o Comunes: aquellos plazos que se acuerdan en forma conjunta a ambas partes a fin de
que realicen uno o más actos procesales de la misma índole.
• También podemos distinguir los plazos en:
o Ordinarios: cuando se encuentra previsto para los casos comunes y normales.
o Extraordinarios: cuando atienden a circunstancias especiales, tales como la distancia
existente entre el domicilio de las partes y la sede del tribunal.
4.5 Sanciones procesales. Concepto
Son conminaciones de invalidez que se ciernen sobre los actos procesales tendientes a
resguardar la regularidad del trámite.
Nuestro ordenamiento procesal ha receptado el sistema privatista, mediante el cual la
sanción debe ser peticionada por parte interesada, siempre que el vicio del acto le haya
producido un perjuicio; otro criterio es el judicialista, por el cual corresponderá al juez la
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decisión sobre el alcance del vicio y la existencia del perjuicio para imponer la sanción,
haya o no habido petición de parte, según el vicio de que adolece el acto vulnere intereses
privados o, además de aquellos, se violen principios de orden público. Otro sistema es el
de la legalidad, en cuanto solo puede ser sancionado determinado acto, cuando la ley
expresamente conmine con sanción la inobservancia específica o genérica de la conducta
procesal cumplida.
Tipos (no los pide el programa)
Clasificación
• Caducidad: se entiende a aquella sanción que produce la ineficacia de un acto producido
extemporáneamente, es decir, fuera del plazo perentorio o fatal, dentro del cual debía
realizarse. Ej.: contestar la demanda una vez declarada la rebeldía.
• Inadmisibilidad: es la sanción por la cual se impide ab initio la producción de efectos
procesales con respecto a los actos de las partes y sus auxiliares o de algunos terceros, no
provocados por el Tribunal, cumplidos sin observar determinados requisitos de forma o
sin tener la facultad para actuar eficazmente.
• Preclusión: sanción que produce la ineficacia de un acto procesal porque su ejecución
resulta incompatible con una conducta procesal anterior. Ej.: oponerse a la citación del
tercero hecha por la contraparte y más tarde solicitar su citación.
• Nulidad: sanción por la cual se elimina un acto por inobservancia de un requisito modal
extrínseco relativo a su estructura exterior.
Es importante señalar que, para un sector de la doctrina (Clariá Olmedo, 1982; Alsina,
1941; Palacio, 2005), existen solo dos sanciones procesales: la nulidad, como sanción
genérica que produce la ineficacia del acto ya cumplido, y la inadmisibilidad, que es
específica e impide que un acto viciado pueda cumplirse válidamente. La caducidad y la
preclusión serían vicios, no sanciones, que dan lugar a la sanción de nulidad o de
inadmisibilidad según el acto sancionable, que tiene vicios, pero puede o tiene efectos en
el proceso; y el acto inexistente, que no tiene ni puede tener efectos jurídicos dentro del
proceso (Ej. de este último, una demanda sin firma de parte ni letrado).
Unidad 5 La prueba
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Concepto, objeto y medios
Concepto
La prueba en sentido procesal es un método de averiguación y comprobación de la verdad
de los hechos afirmados.
En el proceso civil la prueba es la comprobación judicial por los medios que la ley
establece de la verdad de un hecho controvertido del cual depende el derecho que se
pretende.
En similar sentido, Palacio la explica como la “actividad procesal, realizada con el auxilio
de los medios establecidos por la ley, y tendiente a crear la convicción judicial sobre la
existencia o inexistencia de los hechos afirmados por las partes como fundamento de sus
pretensiones o defensas”
En otras palabras, probar es una actividad que deben cumplir los sujetos procesales (actor
y demandado) para aportar al proceso los motivos que sustentan sus pretensiones. Probar
es, confrontar las pretensiones de las partes con los medios de prueba producidos.
Y en el proceso penal, la prueba es la averiguación que realizan los sujetos en búsqueda de
la verdad real, es el conjunto de actos procesales cumplidos con el auxilio de los medios
previstos por ley encaminados a generar la convicción judicial acerca de la existencia o
inexistencia de los hechos sobre los cuales versa una imputación y su veracidad.
Distinción entre medio, órgano y elemento
• Medios de prueba: son las vías, caminos o procedimientos establecidos en la ley
procesal para introducir válidamente al proceso, los elementos de prueba. Generalmente
estos medios están nominados en la ley (ej., testimonial, pericial, documental, etc.), amén
de que existen otros (innominados) tales como grabaciones magnetofónicas, filmaciones
de video, que si bien no están regulados explícitamente por la legislación procesal, se
pueden introducir al proceso bajo ciertas condiciones legales.
• Elemento de prueba es todo dato o circunstancia de conocimiento que se obtiene del
medio de prueba, que introducido en el proceso, provoca conocimiento sobre algún
hecho, para su posterior valoración (los dichos de un testigo, el informe pericial, el
contenido del documento, etc.)
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• Órgano de prueba es la persona, el documento, el sujeto productor del elemento de
prueba, que lo contiene y lo trae al proceso, y que debe ser siempre una persona distinta
del juzgador. Por ej.: el testigo, el perito.
Objeto de prueba
Expresa Alsina (1941) que objeto de prueba son los hechos que se alegan como
fundamento del derecho que se pretende. Palacio (2005) amplía este concepto al expresar
que son los hechos controvertidos y conducentes a la decisión de la causa, afirmados por
los litigantes. De tal modo, el último autor citado sostiene que es posible inferir que el
objeto de prueba está constituido por hechos externos o internos que pueden ser objeto
de conocimiento; que deben ser susceptibles de percepción por los sentidos o deducción
por la razón; cualquiera sea su naturaleza (física, psíquica, o mixta); hallarse
controvertidos por las partes y afirmados por ellas; ser hechos que conduzcan (pertinencia
y utilidad) al esclarecimiento de la cuestión controvertida.
5.2 Los principios de prueba. Admisibilidad y eficacia.
Los principios tienen vigencia en la prueba y en la actividad probatoria, exhiben relación
directa con su admisibilidad, conducencia y valoración.
1) Principio de unidad de prueba: La unidad significa que el conjunto probatorio del juicio
forma un todo. Tiene vigencia al momento de la valoración por parte del juez y al
momento de las partes al formular sus alegatos. La convicción del juzgador no se logra por
un solo medio de prueba, sino por la interacción de los diversos medios probatorios, que
deben ser ponderados coordinadamente Y EN SU TOTALIDAD.
2) Principio de adquisición de la prueba: Significa que toda prueba introducida en un
proceso se adquiere para este con independencia de quien la aporte, admitida y
producida la probanza beneficia o perjudica a cualquiera de las partes, NO SE PUEDE
DESISTIR.
3) Principio de igualdad y contradicción: La igualdad es el derecho de las partes de alegar
y probar sus pretensiones en las mismas condiciones, tienen que tener las mismas
oportunidades. Y el principio de contradicción se trata de que la parte contra quien se
opone la prueba debe tener la oportunidad procesal para conocerla y discutirla. También
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comprende el derecho de CONTRAPROBAR.
4) Principio de inmediación: Significa contacto directo entre el juez, parte y órgano de
prueba; esto hace una mejor calidad de su recepción. La tendencia actual es la oralidad,
que permite la apreciación directa del protagonista del trámite, así el juez puede observar
sin intermediarios la conducta de las partes en el transcurso del debate probatorio para
tener una vivida imagen de lo acontecido. Por ejemplo en el caso de testigos. “La prueba
es más segura cuanto más próxima a los sentidos del juez se halle el hecho de probar”.
5) Principio de libertad probatoria: Todo objeto de prueba puede ser introducido al
proceso y puede serlo por cualquier medio. De esto se deduce LIBERTAD DE MEDIOS Y
LIBERTAD DE OBJETO.
En cuanto a la libertad de medios, normalmente se prevén los medios clásicos de prueba:
confesional, documental, inspección ocular, pericial, informativa, testimonial, etc.
También se reconocen los medios de prueba mixtos, como reconocimiento de personas o
cosas, careos, etc. Y también se admiten otros medios de prueba no previstos, es decir no
es taxativo. Y por último están los medios extraordinarios de prueba, que están previstos
en la legislación penal, estos son el agente encubierto, el informante, el arrepentido, etc.
En cuanto a la libertad de objetos, en el proceso civil son los hechos alegados por las
partes que fueran conducentes para resolver la pretensión. En el proceso penal son todos
aquellos hechos provistos con relevancia para determinar la comisión o no de un hecho,
los eximentes, atenuantes, agravantes, daños y perjuicios, etc.
Acá podemos distinguir entre pertinencia y relevancia de la prueba: La pertenencia hace a
la vinculación de la prueba ofrecida con los hechos que quieren acreditarse”. En cambio, la
relevancia es aquella que tiene en cuenta la utilidad del elemento probatorio, su
resultado, la aptitud para acreditar los hechos.
6) Buena fe y lealtad procesal: La conducta no tiene que ser evasiva o impeditiva, sino de
cooperación y facilitamiento. Un ejemplo de inconducta es cuando se le pide a una parte
un documento que tiene en su poder y no lo quiere presentar, cuando el sujeto no se
somete a pericial medica injustificadamente, etc.
7) Principio del favor probationes: Este principio dice que en casos de dudas o dificultades
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probatorias, tiene que estarse a favor de la admisibilidad, conducencia o eficacia de la
prueba.
8) AGREGADA POR CANVAS: Admisibilidad: es el acto por el cual se permite el ingreso o
práctica de la prueba, con independencia de su eficacia, se le puede conceder el crédito
inicial o hasta que sea desvirtuado. Es el principio de dar entrada a una prueba.
5.3 Procedimiento probatorio. Momentos y verdad jurídica objetiva.
El procedimiento probatorio señala los caminos a recorrer en el desarrollo de la actividad
probatoria, comprende la totalidad de las actividades procesales relacionadas con la
prueba, sus diversas etapas o fases.
Momentos
1) Momento introductivo: El ofrecimiento de la prueba es un acto que contiene la
solicitud de admisión de uno o varios medios de prueba, se formula por escrito y va
dirigido al juez.
Este sistema se caracteriza porque prepondera la actividad de las partes, no significa que
el juez sea totalmente pasivo, ya que debe analizar si las pruebas fueron ofrecidas en
tiempo oportuno y que hayan sido ofrecidas según las formalidades de la ley (por ejemplo,
el tribunal puede inadmitir la testimonial ofrecida en juicio ordinario después de los
primeros 10 días de abierta la causa a prueba o la pericial si las partes no hubieran
designado los puntos de pericia).
El plazo de prueba es común, corre para todos los sujetos procesales al mismo tiempo y su
computo comienza a partir de la última notificación efectuada.
En el proceso civil, que es dispositivo, el ofrecimiento de la prueba es una actividad propia
de las partes, ellos tienen la carga procesal. La introducción y el diligenciamiento de la
prueba debe hacerse en la etapa probatoria, salvo la prueba documental y confesional.
Estos medios probatorios, pueden ser ofrecidos hasta el llamamiento de autos para
sentencia. La prueba instrumental debe ser ofrecida en los escritos iniciales del pleito (con
demanda y contestación). Luego la etapa probatoria se abre con el decreto de apertura a
prueba.
En el sistema de familia, el ofrecimiento de los elementos probatorios es de las partes y
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proponen los medios que consideran idóneos, pero en ella también participa el juez o
tribunal ya que puede ordenar oficiosamente otros medios de prueba. Por ejemplo en las
pruebas genéticas, en un juicio de filiación que pudieron ser ofrecidas y las partes no lo
hicieron, el tribunal lo hará de oficio.
En el proceso penal es mixto, durante la IPP el MPF tiene que ordenar toda la prueba que
resulte necesaria para formular la acusación, y las partes y el imputado gozan de proponer
diligencias probatorias. Si el fiscal las deniega, la parte puede ocurrir por oposición ante el
juez y si este la deniega es apelable. En este proceso, el juez carece de iniciativa
probatoria, solo tiene facultades Ordenatorios para despachar pruebas salvo que sean
impertinentes o superabundantes. La prueba la pone el imputado, el mpf, la querella o
actor civil.
2) Momento del diligenciamiento:
Acá están los actos de recepción que cumplen las partes y el tribunal. Es una fase practica
en la que participan todos los sujetos procesales, el juez, las partes, el MPF (en penal). Su
característica es la plena actividad tendiente a la acreditación de los hechos. Se “produce
la prueba”
Por ejemplo la realización de audiencias para escuchar testigos, actividad de los peritos,
etc.
Si no se ofrece, ordena y practica dentro del plazo de prueba (excepto la confesional y
documental) se cae en una negligencia probatoria, en el ámbito civil.
El lugar de su realización suele ser en la sede del tribunal, en principio la oportunidad es
en dia y horas hábiles. Pero existe la posibilidad de que el juez disponga la realización de
medidas probatorias fuera de la sede, por ejemplo inspección ocular, recepción de
testimonio de un enfermo avanzado en su domicilio.
3) Momento de valoración de la prueba:
Es el análisis crítico e integral del conjunto de elementos de convicción reunidos e
introducidos al proceso. Es una tarea de carácter intelectual.
Las partes lo hacen a través de alegatos para convencer al tribunal, y el tribunal lo hace en
la oportunidad de resolver.
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La verdad jurídica objetiva
Todo proceso judicial persigue como finalidad específica inmediata la fijación de los
hechos que fundamentan las pretensiones de las partes mediante la búsqueda y
adquisición de la verdad. Se trata de confirmar o desechar el acontecimiento histórico
sobre el cual ha de fundamentarse la solución que corresponde dar a la res iudicanda. El
objeto del proceso consiste en una conceptualización fáctico-jurídica que se afirma con los
introductivos de las partes para fundamentar las respectivas pretensiones. Las
afirmaciones de hechos deben ser probadas positiva o negativamente, su encuadramiento
en las normas jurídicas debe encontrarse mediante la confrontación de la materialidad
fijada con el supuesto de hecho normativamente descripto. Por ambos mecanismos se
llega a la certeza jurídica. Se trata de la certeza de los hechos (controvertidos o no, según
los casos) y de la certeza del derecho objetivo vigente, ya que éste debe ser aplicado a
aquéllos.
Es corriente sostener que la verdad que se obtiene mediante el proceso judicial con
respecto a los hechos de la causa, en cuanto perseguida como finalidad inmediata tiene a
veces alcance material o histórico y otras veces un alcance meramente formal. Lo primero
constituirá una exigencia del proceso penal, que procura llegar a la verdad histórica de lo
acontecido según la prueba obrante en la causa, y lo segundo se advertirá en el proceso
civil, donde el hecho queda fijado conforme a lo que las partes quieren, con exclusión de
la averiguación de la verdad.
5.4 Sistemas de valoración de la prueba (ver en proc. Penal)
En doctrina clásica, se han destacado tres sistemas de valoración de la prueba: el de la
Tarifa legal o prueba legal; el de la íntima convicción y el de la sana crítica racional o libre
convicción.
1. Sistema de prueba o tarifa legal: consiste en que el valor de la prueba está
predeterminado por la ley; es ésta la que le señala por anticipado al juez, el grado de
eficacia que debe atribuirle a determinado elemento probatorio; por lo tanto, el juzgador
se encuentra obligado a valorar las pruebas de acuerdo a los extremos o pautas
predeterminadas por el legislador en la norma jurídica. Ha sido prácticamente
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abandonado por las legislaciones modernas, aunque existen aún algunos resabios como es
el caso del art. 236 del C.P.C.C. de Cba, que textualmente expresa que “la confesión
judicial hace plena prueba contra el absolvente”.
2. Sistema de libre apreciación: es la antítesis del anterior e implica el otorgamiento de
facultades discrecionales al juzgador, quien aprecia la prueba libremente, sin estar atado a
criterios legalmente preestablecidos. El juez para obtener la íntima convicción se vale de
los sentimientos, de las intuiciones, de las impresiones, o de otros estados emocionales,
de sus conocimientos personales, además de los razonamientos lógicos y de la
experiencia.
3. Sana crítica racional: el juez valora la prueba sin sujeción a criterios legalmente
establecidos, pero, a diferencia del anterior, sin la interferencia de factores emocionales y
debe fundamentar su decisión. Como señala Couture, las reglas de la sana crítica racional
son “las reglas del correcto entendimiento humano” (Couture, 2005, p. 195). La sana
crítica es la unión de la lógica, la experiencia y la psicología.
En cuanto a la primera, y refiriéndonos a la lógica formal, juega un papel trascendental, a
través de los principios lógicos supremos que actúan como controles racionales en la
decisión judicial, y que conforme a la concepción clásica son:
• Principio de identidad: cuando en un juicio el concepto-sujeto es idéntico total o
parcialmente al concepto-predicado, el juicio es necesariamente verdadero.
• Principio de contradicción: dos juicios opuestos entre sí contradictoriamente, no pueden
ambos ser verdaderos.
• Principio de tercero excluido: dos juicios opuestos entre sí contradictoriamente, no
pueden ambos ser falsos (uno de ellos es verdadero y ningún otro es posible).
• Principio de razón suficiente: todo juicio para ser realmente verdadero necesita tener
una razón suficiente que justifique lo que en el juicio se afirma o niega con pretensión de
verdad.
Carga de la prueba en el proceso civil, laboral y familiar
Para responder a la pregunta ¿quién debe probar? se trata de determinar cuál de los
sujetos que actúan en el proceso debe producir la prueba materia del debate, o sea, la
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distribución del onus probando. En el Proceso Civil, eminentemente dispositivo, son reglas
para que las partes produzcan la prueba de los hechos, con la finalidad de demostrar la
verdad de sus respectivas proposiciones.
Carga de la prueba significa entonces, una conducta impuesta a uno o a ambos litigantes
para que acrediten la verdad de los hechos por ellos alegados.
La carga de la prueba (onus probando) constituye pues como toda carga procesal, un
imperativo del propio interés, una circunstancia de riesgo; quien omite probar, no
obstante la regla que pone tal actividad a su cargo, no es pasible de sanción alguna y
queda expuesto a la perspectiva de una sentencia desfavorable.
En otro aspecto, también es una regla para el juzgador o regla de juicio, en cuanto implica
cómo debe resolver cuando no existe la prueba de los hechos sobre los cuales debe basar
su decisión.
La ley procesal debe distinguir anticipadamente entre las partes la fatiga probatoria y
determinar las circunstancias que el actor y el demandado deben acreditar, según las
proposiciones formuladas por ellos en el juicio.
Concepción clásica
Las reglas sobre la carga de la prueba son aquellas que tienen por objeto determinar cómo
debe distribuirse, entre las partes, la actividad consistente en probar los hechos
controvertidos que son materia de litigio. Mantiene aún su vigencia, con algunas
modificaciones, aunque existen situaciones complejas, donde el problema de determinar
quién debe probar se hace de muy difícil solución. Trataremos de establecer, en síntesis,
las cargas o responsabilidades de cada uno para lograr zanjar dicha dificultad.
Generalmente, se puede analizar la existencia de tres clases de hechos; los constitutivos,
los impeditivos y los extintivos, que funcionan de la siguiente manera en el tema que nos
ocupa:
• Al actor le incumbe la prueba de los hechos constitutivos de su pretensión,
atribuyéndosele el carácter constitutivo al hecho específico del que surge, en forma
inmediata, el efecto jurídico pretendido. Así por ej., en un contrato de compra venta, el
actor deberá probar la existencia de dicho contrato, como asimismo, las demás
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circunstancias que lo tipifican, por ej.: cosa vendida, precio, etc.
• En cuanto a los hechos impeditivos, como regla le corresponde su prueba al demandado.
Según el ejemplo anterior, podemos decir que son hechos impeditivos la existencia de un
vicio en el consentimiento o la incapacidad de los contratantes, y corresponde la prueba
de su existencia a quien los invoca como fundamento de su defensa.
• De la misma manera, corresponderá al demandado probar la existencia de los hechos
extintivos, que en relación al supuesto citado, será, por ejemplo: el pago del precio o
cualquier otro medio extintivo de las obligaciones.
Si bien generalmente estos hechos deben ser probados por el demandado, existen
supuestos en que los hechos impeditivos y extintivos deberán ser probados por el actor,
cuando constituyeren el fundamento de su pretensión, pues existen situaciones en las que
un hecho impeditivo o extintivo funda una demanda; en tal caso, el actor deberá probar el
hecho que impidió la constitución de una relación jurídica o que la extinguió, como sucede
cuando se solicita la nulidad de un acto jurídico, correspondiéndole al actor la prueba del
error, dolo, violencia o cualquier vicio de la voluntad en que funda la demanda.
Como consecuencia de lo expresado, podemos concluir que, tal como lo sostiene la
doctrina, cada parte soportará la carga de la prueba respecto de los hechos a los que
atribuye la producción del efecto jurídico que pretende (Palacio).
La legislación procesal civil de la provincia de Córdoba (Ley N° 8.465) no incluye normas
generales que fijen pautas de distribución de la responsabilidad probatoria, con excepción
del art. 548 C.P.C.C. de Cba., referido al juicio ejecutivo: corresponderá al demandado la
prueba de los hechos en que funde las excepciones. En cambio, el art. 377 del C.P.C. de la
Nación expresa que “cada una de las partes deberá probar el presupuesto de hecho de la
norma o normas que invocare como fundamento de su pretensión, defensa o excepción”.
Reformulación
Modernamente se ha desarrollado en la doctrina y jurisprudencia, un movimiento de
cambio que tiende a atenuar en el proceso civil su marcado perfil dispositivo, por otro de
tipo publicístico o inquisitivo que otorga al juez un rol más activo o protagónico en el
proceso.
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Se hace necesario, como consecuencia de ello, adaptar las tradicionales reglas de
distribución de la carga probatoria que expresáramos precedentemente, a las necesidades
que impone esta nueva tendencia. De esta manera surge lo que se ha dado en llamar
“teoría de la carga probatoria dinámica”, cuya regla de distribución, básicamente, puede
ser expresada de la siguiente manera: “la carga de acreditar determinado hecho, debe
recaer sobre el litigante que se encuentre en mejores condiciones de producirla”. Es decir,
se atenúa el rigorismo de los principios llamados clásicos y encuentra su máxima
expresión en aquellos supuestos donde la prueba, o parte de ella, resulta inaccesible a
una de las partes – supongamos al actor- (por ejemplo, los casos de mala praxis médica,
simulación, etc.) En estos casos, se impone la carga probatoria, a quien se encuentre en
mejores condiciones de probar; todo ello en virtud de los principios de la lógica, justicia,
igualdad de partes antes la ley y solidaridad.
Además, es necesario que concurra otra circunstancia determinante: que la parte se
encuentre en reales posibilidades de probar, ya que de lo contrario, atribuir
responsabilidad de prueba a quien no tiene esa posibilidad, carecería de todo sentido.
Adviértase también, que no debe confundirse este sistema con el de la inversión de la
carga de la prueba, aunque presenta ciertas similitudes. En el último de los nombrados,
esa inversión proviene de la ley, pero en el sistema de la reformulación, se trata de un
sistema que, circunstancialmente permite que esa responsabilidad probatoria sea
atribuida a una u otra parte, tal como ya lo hemos señalado.
Sin discutir la justicia del sistema, el problema se presenta porque en la actualidad no
existen en nuestra legislación procesal, normas precisas que den seguridad jurídica al
justiciable en este sentido, y que determinen cómo y cuándo el juzgador ha de atribuir esa
responsabilidad probatoria a una de las partes en un caso concreto.
Responsabilidad probatoria en el proceso penal
En nuestro sistema penal, las doctrinas precedentemente enunciadas resultan inaplicables
por cuanto:
El estado de inocencia impide que se obligue al imputado a aportar prueba acerca de
aquella y mucho menos sobre su culpabilidad. No tiene el deber de probar nada.
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Nuestro sistema reposa en el carácter público del interés represivo, por lo que la
obligación de investigar la verdad y de aportar en consecuencia las pruebas necesarias,
incumbe al estado a través de sus órganos predispuestos, sin que la actividad probatoria y
el objeto de la prueba puedan encontrar límites derivados de la conducta de las partes. La
responsabilidad que nace para el Ministerio Público por imperio de la Ley N° 8.123
durante la etapa del juicio, por la cual el ofrecimiento de prueba es de su exclusiva
competencia, no pudiéndola suplir el tribunal de oficio, no responde a la teoría de la carga
probatoria pues el fiscal, objetivamente, está obligado a efectuar dicho ofrecimiento, de la
misma forma que el juez está obligado a juzgar.
La actividad probatoria en el proceso penal no es una simple verificación, desde que ésta
presupone una afirmación previa, y lo que se pretende es reconstruir objetiva, imparcial,
histórica y libremente el hecho hipotético que supone delito.
Unidad 6 Actos resolutorios
6.1 Sentencia
La sentencia es la resolución jurisdiccional que pone fin al proceso en el cual se dicta y
resuelve en definitiva la cuestión litigiosa.
Se trata de una norma particular, aplicable exclusivamente al caso concreto sometido a
juzgamiento. Puede ser vista desde dos aspectos, uno legal y otro sustancial.
Desde el punto de vista legal, la sentencia es aquella resolución jurisdiccional que, como
tal, ha sido definida o caracterizada en la ley. Es aquél pronunciamiento que pone fin al
proceso, cualquiera sea la cuestión que en ella se resuelva.
Desde el punto de vista sustancial, sentencia es aquella resolución jurisdiccional que
decide en definitiva sobre el fondo de la cuestión traída al proceso, por lo que para su
existencia requerirá que aquél se haya tramitado integralmente. Desde este punto de
vista, no será sentencia el sobreseimiento, pues no resuelve la cuestión de fondo, no
absuelve ni condena, sólo dice que la pretensión ha prescripto, o que el hecho no es
delito, o que el imputado no participó en él.
O sea, para sintetizar y a efectos de una mejor comprensión:
• Punto de vista legal: resolución que decide en definitiva cualquier tipo de cuestiones que
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pone fin al proceso (como un sobreseimiento, por ejemplo).
• Punto de vista sustancia: resolución que decide en definitiva sobre la cuestión de fondo
y pone fin al proceso. Decimos que sentencia es una resolución jurisdiccional definitiva.
Esto quiere decir que con ella se agota la jurisdicción de conocimiento del juez en ese
proceso –no su actividad en el mismo-. Es decir, ya sea desde el punto de vista legal o
sustancia, sentencia es decisión que pone fin al proceso en su momento cognoscitivo,
después de su integral tramitación.
En primer lugar, el juez debe empezar por obtener las cuestiones de hecho contenidas en
la causa para delimitar el campo dentro del cual han de proyectarse las pruebas efectivas
y legítimamente introducidas al proceso (para el juez, lo que no está en el expediente o en
el acta, no existe en el mundo). Al mismo tiempo deberá comparar esas cuestiones con el
hecho específico descripto en las normas jurídicas aplicables. Delimitados los hechos
deberá fijarlos en el siguiente orden:
1. Los que las partes aceptaron como ciertos (no controvertidos).
2. Los que no requieren demostración (hechos evidentes y presunciones iure et de iure).
3. Presunciones iuris tantum no destruidas por prueba en contrario y hechos
controvertidos.
Fijados los hechos, deberá iniciar la valoración de la prueba en busca de la obtención de
certeza respecto de la verdad del acontecimiento sometido a su decisión.
Para esta valoración deberá aplicar las reglas de la lógica, la psicología y la experiencia,
cuya omisión, en nuestro sistema, está conminada con la nulidad y constituye un vicio in
iudicando.
La regla que prohíbe el non liquen obliga al juez a dictar sentencia cualquiera sea el estado
intelectual al que arribe (duda, probabilidad o certeza).
Frente a estos grados de conocimiento se alcanzan los siguientes resultados:
• En caso de certeza negativa, el juez decidirá a favor de las pretensiones del actor o de
quien opuso la excepción, en su caso.
• En caso de certeza negativa, el juez decidirá la no aceptación lisa y llana del hecho
afirmado, lo que conduce al rechazado de la pretensión del actor o de quien opuso la
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excepción.
• En caso de duda, el juez hallará un equilibrio entre los elementos negativos y los
positivos, lo que significará ausencia de toda prueba e incertidumbre respecto del hecho
afirmado. Si esto ocurre se tendrá como no probado aquél.
• En caso de probabilidad, esto es, mayor cantidad de elementos positivos pero que no
excluyen por completo a los negativos, habrá insuficiencia de prueba para cualquier tipo
de proceso, lo que impide acoger de plano la afirmación, no pudiendo darse por existente
el hecho y aunque esta misma probabilidad permitió ordenar una medida cautelar,
durante la sustanciación del proceso previo a la sentencia.
• En caso de improbabilidad, se estará en la situación inversa a la anterior, por lo que los
hechos cuya existencia se afirma deben ser considerados inexistentes.
Por su parte, en el ámbito penal estos estados intelectuales responden a las siguientes
soluciones:
• Certeza negativa durante la instrucción: sobreseimiento.
• Probabilidad durante la instrucción: procesamiento, vista fiscal, prisión preventiva,
según los distintos sistemas.
• Duda durante la instrucción: continuación de la investigación hasta el plazo legal y si
persiste, sobreseimiento.
• Certeza positiva durante el juicio: condena.
• Duda o probabilidad en juicio: absolución.
Formalidades
En general, la sentencia debe cumplir dos requisitos básicos:
• Emanar de un órgano jurisdiccional.
• Resolver un caso concreto, controvertido y judicial. Concreto en cuanto el juez no hace
declaraciones en abstracto. Controvertido, en cuanto el conflicto es promovido en juicio.
Formalidades extrínsecas:
• Debe otorgarse por escrito y en idioma nacional.
• Se debe mencionar lugar, fecha, tribunal y causa.
• Se la debe enumerar y expedir en doble ejemplar.
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• Debe llevar la firma del juez o jueces en caso de tribunal colegiado.
Formalidades intrínsecas:
Están relacionadas con las partes de la sentencia a las cuales nos hemos referido. Dentro
de cada una de estas partes existen requisitos de forma cuya inobservancia trae aparejada
nulidad:
Resultandos o vistos: el relato del juez debe efectuarse desde la recepción de la demanda
hasta el llamamiento de autos para sentencia o definitiva. Es fundamental no sólo para
que la sentencia se baste a sí misma, sino también para que las partes e interesados
conozcan lo que ha ocurrido objetivamente en el proceso y comprueben que la decisión
guarda relación con los principios de autosuficiencia y congruencia.
Cuando decimos que la sentencia debe bastarse a sí misma –principio de autosuficiencia-,
queremos decir que su sola lectura debe ser suficiente para conocer y entender cuáles
fueron las pretensiones de las partes, incidentes ocurridos, pruebas producidas, alegatos y
cómo resolvió el tribunal en consecuencia.
El principio de congruencia exige que la parte dispositiva se adecue rigurosamente a los
sujetos, objeto y causa que individualizan la pretensión y oposición. Y se pronuncie sobre
toda la demanda y la reconvención en su caso, y no más allá de los límites de ella. En el
ámbito penal, por ejemplo,
implica que no puede condenarse a alguien por homicidio, si la acusación que da base al
juicio lo es por un delito de lesiones.
Considerandos: una vez hecha la descripción de la causa y la prueba producida, entra el
juzgador a efectuar el análisis de los elementos de prueba con la finalidad de fijar los
hechos –las cuestiones fácticas- y el derecho aplicable –cuestiones de derecho-.
Para fijar los hechos deberá seleccionar y valorar los elementos probatorios introducidos
por las partes y por las medidas para mejor proveer que haya ordenado. Esta es la parte
de fundamentación o motivación del fallo, fundada en la sana crítica y exigida por el art.
326 del C.P.C.C. Cba., que expresamente señala que toda decisión definitiva deberá tener
fundamentación lógica y legal, bajo pena de nulidad.
Fijados los hechos, el juzgador procederá a elegir en el ordenamiento jurídico positivo la
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norma aplicable, lo que puede hacer directamente o a través de un análisis interpretativo
con aplicación de doctrina y jurisprudencia.
En esta parte de la sentencia, se impone la aplicación de las reglas de la sana crítica
racional, la que como lo expresáramos en la unidad anterior, incluye los principios lógicos
de identidad, tercero excluido, contradicción y razón suficiente. Amén de ya haber sido
desarrollados, volveremos a insistir sobre el último nombrado, por su trascendental
importancia.
Así, el principio de razón suficiente expresa que no puede hallarse ningún hecho
verdadero o existente, ni ninguna enunciación verdadera, sin que haya una razón
suficiente para que sea así y no de otro modo. A este principio está adscripta la ley de
derivación por la cual, de las pruebas producidas debe surgir necesariamente una única
conclusión –el antecedente infiere necesariamente al consecuente-. Apenas se advierta
que, paralelamente a la conclusión arribada, es admisible conjeturalmente otra diversa
basada en las mismas pruebas de la causa, se produce la inobservancia del principio de
razón suficiente, porque éste exige que el consecuente deba ser ése y no otro diverso.
Parte resolutiva: fijados los hechos y establecido el derecho aplicable, el juez procede a
plasmar su conclusión, sin la cual no habría sentencia. Es la consecuencia del juicio lógico
efectuado y permite realizar la siguiente clasificación de las sentencias:
Pueden distinguirse los siguientes tipos de sentencia:
• Sentencia declarativa o meramente declarativa: es aquella en la cual el juez se concreta
simplemente a determinar la certidumbre o no, respecto de una situación que se mostró
incierta durante todo el proceso. Esta clase, sin embargo, no siempre es autónoma, sino
que existe necesariamente como antecedente en las sentencias condenatorias y
constitutivas, pues antes de resolver en este sentido, el juzgador deberá fijar los hechos
de la causa, lo que implica poner fin a un estado de incertidumbre fáctica, y con ella,
jurídica.
• Sentencia constitutiva: es aquella que crea, modifica o extingue un estado jurídico (tal el
caso de cuestiones de estado: divorcio, adopción, filiación, etc.). En consecuencia, nace
una situación diversa a la que existía antes de la sentencia.
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• Sentencia condenatoria: es la que impone el cumplimiento de una prestación contenida
en la pretensión del actor.
6.2 La cosa juzgada. Clases
Palacio (2005) la define como la inmutabilidad o irrevocabilidad que adquieren los efectos
de la sentencia definitiva, cuando contra ella no procede ningún recurso ordinario o
extraordinario susceptible de modificarla, o ha sido consentida por las partes.
No es un efecto de la sentencia, sino la irrevocabilidad de los efectos de aquélla o de
cualquier resolución jurisdiccional que ha quedado firme.
Clases
Cosa juzgada en sentido formal: se configura cuando, a pesar de ser firme e irrevocable la
sentencia dentro del proceso en el cual se dictó, la causa allí resuelta puede ser
nuevamente discutida en un proceso ulterior. Es decir, carece del atributo de
indiscutibilidad. Tal es el caso de la sentencia dictada en un juicio ejecutivo que, sin
embargo, y a pesar de que se proceda a la ejecución ordenada en ella, permite que la
causa sea discutida por vía ordinaria. Esto ocurre porque en el juicio ejecutivo no se
permite discutir la causa de la obligación y, por ende, se trata de cuestiones no resueltas
que ameritan la sustanciación de otro proceso. La doctrina entiende que no estamos ante
una autoridad de cosa juzgada.
Cosa juzgada material o sustancial: se trata de aquella sentencia que ha quedado firme,
es irrevocable y no admite discusión posterior por la misma causa; no se puede ir más allá,
no admite supuesto contrario alguno; en consecuencia, es un presupuesto de la
conclusión que torna vano todo logicismo que intente desconocerla.
Efectos de la cosa juzgada material
Una vez que la sentencia que resuelve acerca de las pretensiones de las partes ha sido
dictada y ha quedado firme, esto es, no susceptible de recursos ordinarios o
extraordinarios, aparece la res iudicata o cosa juzgada. Sin embargo, su sola existencia
puede no alcanzar para satisfacer en forma real y efectiva las pretensiones de quien salió
victorioso. Si se trata del actor, si bien su pretensión ha sido declarada cierta, será
necesario que el demandado satisfaga su derecho y cumpla con la obligación impuesta por
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la sentencia. De no hacerlo, será necesario forzarlo judicialmente. Para que esto sea
posible deberá efectuar una acción de ejecución de sentencia, que tiene fundamento en la
cosa juzgada, por cuanto ésta es la que le proporciona el actio iudicati.
Ahora bien, para que la actio iudicati sea procedente, será necesario que la sentencia
firme adquiera ejecutoriedad. Y una sentencia firme hará ejecutoria cuando haya vencido
el término ordenado en ella, dentro del cual el condenado debe cumplir con la obligación
impuesta. En consecuencia, para que proceda la actio iudicati, será necesario que la
sentencia esté firme y ejecutoriada.
6.3 La impugnación procesal
El instituto denominado “impugnación”, es definido por Couture como el poder y
actividad de atacar, tachar o refutar un acto del proceso judicial (por ejemplo: un
documento, una declaración testimonial, un dictamen de peritos, un proceso, etc.) con el
fin de obtener su revocación o invalidación.
Dentro del concepto de impugnación, que constituye el género están comprendidos como
especies:
• los recursos (como el de apelación, casación, directo),
• los incidentes de reposición y aclaratoria,
• el incidente de nulidad (art. 76 y ss. del Código Procesal Civil de Cba.);
• la acción de revisión, denominada incorrectamente por el art. 395 del C.P.C. de Cba.
como recurso;
• y las excepciones o defensas que puede ejercer el demandado.
Desde un punto de vista didáctico, el análisis de la impugnación procesal debe dar
respuesta a estas preguntas:
• ¿Quién impugna?
• ¿Qué se impugna?
• ¿Cómo se impugna?
• ¿Cómo se tramita la impugnación?
Desde un punto de vista subjetivo y a los fines de responder a la primera pregunta, se
puede conceptualizar a la impugnación procesal como la facultad que la ley confiere a las
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partes, y excepcionalmente a los terceros interesados, para obtener por el mismo juez u
otro superior, la invalidación del acto procesal irregularmente cumplido, o la revocación,
modificación o sustitución de la resolución jurisdiccional injusta.
El requisito indispensable para la procedencia de la impugnación es la existencia del
“agravio” o “gravamen”. Entendiéndose por agravio la injusticia, la ofensa, el perjuicio
material o moral que ocasiona al impugnante el acto atacado.
Así como el interés es la medida de la acción, el agravio es la medida de la impugnación.
En materia de recursos, el agravio está representado por el rechazo total o parcial de las
pretensiones hechas valer en el proceso por el recurrente.
Al respecto, el primer párrafo del art. 354 del C.P.C.C. de Cba., dispone que solo podrá
recurrir la parte que tuviere un interés directo. Este interés directo es el “agravio” o
“gravamen” antes referenciado, es decir, aquél que se tiene con respecto a la resolución
que se considera injusta o ilegal. Así, por ejemplo, una de las partes no podrá agraviarse
de la sentencia que acogió su pretensión porque esta se fundó en una doctrina distinta a
la que ella sustentó en el proceso, o porque, por ejemplo, la sentencia acogió una sola de
las tres causales de divorcio en que se fundó la pretensión contenida en la demanda.
Fundamentos
Motivos o causales de impugnabilidad: alude a la pregunta ¿qué se impugna? La
impugnación en general y el recurso en particular, procuran eliminar errores o vicios
inherentes a ciertos actos procesales.
El error en materia procesal, visto desde el punto de vista de la función del juez, puede
afectar un doble orden de intereses: o es un error en la apreciación de la norma jurídica
aplicable al caso, o es un error en la tramitación del proceso.
En el primer caso, el error consiste en la aplicación de la norma jurídica y entonces afecta
la justicia de la sentencia, “error in indicando”.
En el segundo, el error consiste en el apartamiento o quebrantamiento de las formas
procesales establecidas, y entonces afecta la validez de la sentencia, la validez formal de la
misma: “error in procedendo”.
En el primer caso, los errores de la justicia de la sentencia se remedian mediante los
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medios impugnativos cuyo arquetipo es el recurso de apelación, por ejemplo: sentencia
injusta porque no aplicó bien la ley que resuelve la cuestión (art. 1109 por ejemplo); en el
segundo, no se trata de reparar una injusticia, sino de mantener las formalidades legales,
establecidas como garantía del justiciable (por ejemplo, la defensa en juicio), y la
impugnación típica es la nulidad (mediante incidente, recurso o acción impugnativa), la
cual al privar la eficacia del acto, restablece la imperatividad formal del proceso.
En síntesis, mediante el poder de impugnación se procura que los actos procesales
(resoluciones judiciales, actos de partes y de terceros intervinientes en el proceso) sean
justos, como condición indispensable para obtener la paz social, pero además de justos,
que los mismos respeten las disposiciones establecidas por las leyes de procedimiento,
como medio de salvaguardar en última instancia, los derechos y garantías constitucionales
(derecho al debido proceso adjetivo, derecho de defensa en juicio, derecho al juez natural,
derecho a la “nulla poena sine previa lege”). Es decir, que los actos procesales vistos en su
faz dinámica deben respetar los principios técnicos jurídicos por los cuales se orientan en
el proceso moderno, pero además de ello, se requiere que el acto procesal sea “justo” en
cuanto a su conformidad con las reglas ético-jurídicas por las cuales se determina la licitud
o ilicitud de la conducta humana, con el fin último de proveer a una mayor tranquilidad
del orden establecido.
El acto impugnativo: La tercera de las preguntas planteadas: ¿Cómo se impugna?, requiere
analizar la facultad de impugnar que se traduce en una actividad que ha de desarrollar el
impugnante, dentro del tiempo hábil establecido en la ley procesal para evitar que se
produzca el efecto preclusivo, y con ello, la caducidad de esa facultad.
El acto impugnativo, siguiendo a Zinny (1990), consta de dos partes, que pueden o no
cumplirse simultáneamente, según sea la previsión legal. La primera es la manifestación
de voluntad de impugnar, que se exterioriza en la concreta interposición de la
impugnación (por ej.: la interposición del recurso de apelación); la segunda, es la
expresión de los agravios, es decir, la indicación de las razones por las cuales el agraviado
considera afectado o perjudicado su derecho con el acto procesal impugnado.
La expresión de agravios consiste en el desarrollo de una línea argumental con la que el
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impugnante intenta demostrar mediante una crítica concreta, precisa y circunstanciada, la
existencia del error o vicio que imputa al acto procesal atacado, en virtud del cual sufre el
agravio que expresa, y propone, además, el impugnante, fundadamente la solución que
estima correcta.
Admisibilidad: La impugnación, como toda actividad de las partes, para ser eficaz requiere
de una actuación del tribunal, que se conoce con el nombre de juicio de admisibilidad.
Una vez interpuesta la impugnación, el tribunal que dictó el pronunciamiento cuestionado
deberá resolver sobre su admisión, para conceder o denegar dicha impugnación.
Las condiciones que debe cumplir el acto impugnativo para que no sea declarado
inadmisible son las expresamente previstas por la ley, a más de las que surjan de los
principios generales: resolución recurrible (impugnación objetiva), tener el recurrente
legitimación (impugnación subjetiva, por ejemplo: ser parte o tercer afectado),
regularidad y completividad del acto (formalidad, como en el recurso de reposición que
debe fundarse en el mismo acto que se interpone), cumplimiento en el plazo fijado
(oportunidad). Esas condiciones de admisibilidad varían de un medio impugnativo a otro.

El juicio de admisibilidad no es definitivo cuando se trata de un recurso en el sentido


estricto (que tiene efecto devolutivo) pues, aunque el tribunal “a quo” o inferior haya
concedido el recurso, el tribunal “ad quem” o superior podrá denegarlo con el argumento
de que el recurso no debió ser admitido.
En este sentido el segundo párrafo del art. 355 del C.P.C.C. de Cba. establece que “si el
recurso hubiera sido erróneamente concedido, el superior así lo declarará sin
pronunciarse sobre el fondo.”
Efectos
El estudio de los efectos de las impugnaciones en general y de los recursos en particular,
significa analizar las consecuencias inmediatas de la instancia impugnativa o recursiva.
Debemos tener en cuenta que los efectos que desarrollaremos tienen cada uno de ellos su
efecto opuesto, p u e d e en muchos casos aplicarse uno de los efectos a la regla y el otro
a las excepciones cuando ambos funcionan para el mismo medio o vía impugnativa, como

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ejemplo: el recurso de apelación tiene por regla efecto suspensivo o excepcionalmente no
suspensivo (art. 558 del C.P.C. de Cba.), o ese recuso tiene por regla la tramitación
inmediata (art 368 y ss. del mismo cuerpo adjetivo) y como excepción el carácter diferido.
• Efecto devolutivo o no devolutivo
Se entiende por efecto devolutivo la remisión del fallo apelado al superior que está
llamado, en el orden de la ley, a conocer de él. No hay propiamente devolución, sino envío
para el reexamen. La jurisdicción se desplaza del juez recurrido al juez que debe intervenir
en la instancia superior.
Digamos que sobre el fundamento del recurso debe escrutar y expedirse, por regla
general, un órgano jurisdiccional distinto y de mayor jerarquía (tribunal de alzada o ad
quem) que el que dictó la resolución impugnada (a quo). Es el denominado efecto
devolutivo.
Este efecto es típico de los recursos propiamente dichos y conlleva el efecto suspensivo.
Cuando adolece de este efecto devolutivo, más que recurso es un incidente.
• Efecto suspensivo o no suspensivo
Consiste en la paralización provisional de las consecuencias del acto atacado una vez
interpuesta la impugnación de que se trata y hasta tanto la misma sea resuelta.
Para evitar que la posible injusticia de la resolución recurrida se comience a consolidar
durante el trámite del recurso, se dispone, de ordinario, que se suspenda la ejecución de
lo resuelto por el pronunciamiento recurrido, durante el plazo acordado para impugnar, y
si esto ocurre, también durante el tiempo de sustanciación del recurso.
Lo que se suspende con la interposición de la impugnación no es el desarrollo del proceso,
sino lo que ha dispuesto la resolución impugnada.
Como lo adelantamos más arriba, un mismo recurso puede tener por regla el efecto
suspensivo, pero también a veces y a modo de excepción ser no suspensivo. Por ejemplo,
una excepción al efecto suspensivo del recurso reapelación, se encuentra en el proceso
por alimentos y litis expensas, donde se procura proteger al beneficiado de esas
prestaciones.
• Efecto personal o extensivo (o comunicante)
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El efecto personal consiste en que una vez interpuesta una impugnación o un recurso
contra determinada resolución judicial, y salvo el caso de adhesión, solo será beneficiado
por el resultado favorable del pronunciamiento que resuelva esa impugnación el litigante
que impugnó, quedan excluidos los sujetos que no lo hicieron. El efecto se limita a la
persona del impugnante, no puede favorecer al colitigante, colitisconsortes o terceros que
no impugnaron.
No obstante, en determinados supuestos las impugnaciones tienen efecto comunicante o
extensivo, para los colitigantes o colitisconsortes que no han recurrido a las resoluciones
judiciales. Excepcionalmente puede quebrarse el efecto personal, por ejemplo: el caso de
las obligaciones indivisibles y solidarias en las cuales tanto el comunero como el deudor
solidario han de beneficiarse o perjudicarse por igual con la sentencia, hayan o no
recurrido.
Otro caso es el incidente de reposición con apelación en subsidio al auto que deniega la
apertura a prueba de la causa, o del decreto que llama a autos para definitiva. En el caso
de que el impugnante triunfe, al conseguir la revocación de las resoluciones mencionadas,
el proceso se abrirá a prueba para todos, o quedará eliminado el llamamiento de autos,
también para todos los sujetos intervinientes, aunque no todos hayan recurrido a esas
resoluciones.
• Efecto diferido o instantáneo
El trámite a imprimirse en una impugnación interpuesta y admitida, se produce por regla,
sin solución de continuidad desde su concesión hasta el pronunciamiento que la resuelva.
Esta tramitación se conoce con el nombre de “efecto inmediato” (recurso de apelación,
casación, incidente de reposición)
Pero a modo de excepción al efecto inmediato, se encuentra el denominado “efecto
diferido” de la impugnación, que sólo se justifica frente al recurso ordinario de apelación
interpuesto contra resoluciones ordenatorias, dictadas durante la sustanciación del
proceso, por ejemplo: las resoluciones que admiten la demanda, ordenan que se abra a
prueba la causa, declaren la causa de puro derecho, etc. El efecto diferido procura la no
interrupción del trámite procesal en la primera instancia, que generalmente se produce
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por el efecto devolutivo que provoca la elevación de la causa del tribunal “a quo” al “ad
quem” como consecuencia de la apelación de las resoluciones ordenatorias relativas a la
tramitación del proceso. La impugnación de estas resoluciones ordenatorias, como
consecuencia del recurso diferido, será promovida, sustanciada y resuelta por la alzada,
siempre y cuando a ella llegare la causa por recurso ordinario contra la sentencia
definitiva.
En efecto, el art. 515 del C.P.C.C. de Cba. consagra el recurso diferido con relación a las
resoluciones ordenatorias dictadas durante la tramitación del proceso abreviado,
establece al respecto que: “únicamente la sentencia será apelable, pero en la segunda
instancia, al conocer de lo principal, se podrán reparar los agravios causados en los
incidentes o en el procedimiento”.
El incidente impugnativo
El de reposición, aclaratoria, incidente de nulidad, implican por regla, la no devolución a
otro tribunal de superior jerarquía, procurándose por vía del incidente, que el mismo
tribunal de la resolución impugnada o del acto defectuoso, la revoque o anule por
“contrario imperio”, o corrija algún error material, aclare un concepto oscuro o supla una
omisión (en el caso de la aclaratoria: art. 336 del C.P.C.C. de Cba.), o declare la nulidad de
un acto procesal defectuoso (en el caso del incidente de nulidad art. 76 y ss. del C.P.C.C.
de Cba)
El incidente impugnativo y el recurso tienen en común que se interponen contra
resoluciones no firmes, impiden que adquieran fuerza de cosa juzgada, pero se
diferencian por su objeto, ya que mientras el incidente puede deducirse contra un acto
procesal (por ejemplo, contra una notificación defectuosa) o contra un procedimiento; el
recurso, en cambio, sólo puede tener por objeto decisiones judiciales y mediante él se
procura que un tribunal de superior jerarquía al que dictó la resolución cuestionada
controle la legalidad y justicia del mismo.
El recurso
En sentido estricto, implica devolución, y por regla tiene efecto suspensivo. Con la
admisibilidad del recurso se abre la competencia funcional por grado del tribunal superior.
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Procede contra las resoluciones judiciales (sentencias, autos o decretos) y persigue la
revocación, modificación, sustitución o invalidación de la resolución impugnada. Los
medios recursivos son la apelación, casación, la inconstitucionalidad y el directo.
Demanda o acción impugnativa
Importa el ejercicio del poder de acción procesal cuyo contenido es una pretensión
invalidatoria contra la cosa juzgada írrita fundada en los motivos previstos por la ley (art.
395 del C.P.C.C. de Cba) que se interpone y tramita ante el Tribunal Superior (art. 397
C.P.C.C. de Cba). Clariá Olmedo (1982) opina que la acción impugnativa, además de atacar
una sentencia que ha pasado en autoridad de cosa juzgada (revisión), también puede
dirigirse contra la ilegitimidad de una decisión dictada por la administración pública, que
ha quedado firme luego de haberse agotado la vía administrativa, que es lo que se conoce
como demanda contencioso-administrativa. Profundizaremos ahora sobre cada uno de
estos medios:
A-Incidentes impugnativos
Reposición
Constituye en paridad de conceptos un incidente, porque no tiene efecto devolutivo
propio de los recursos, toda vez que por su intermedio se pretende que el mismo tribunal
que dictó la resolución impugnada, al utilizar su poder decisorio, la elimine, modifique o
revoque por contrario imperio.
El recurso de reposición procede contra los decretos o autos dictados sin sustanciación,
traigan o no gravamen irreparable, a fin de que el tribunal que los haya dictado, los
revoque por contrario imperio.
Lo decisorio para que las resoluciones mencionadas puedan ser susceptibles de ser
atacadas por la reposición es que hayan sido dictadas sin sustanciación.
Una vez interpuesta la reposición el tribunal corre traslado de la misma por tres días a la
otra parte, y luego dicta el pronunciamiento y resuelve la misma.
Incidente de Nulidad:
El art. 76 del C.P.C.C. de Cba. dispone que: “procederá la nulidad de los actos procesales
cuando la ley prevea expresamente esa sanción o cuando el acto carezca de los requisitos
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indispensables para la obtención de su finalidad”.
En cuanto al trámite, el art. 78 del mismo cuerpo legal prescribe el plazo de 5 día hábiles –
desde que fue conocido el acto viciado- para interponer dicho recurso, transcurrido el cual
se entiende que ha sido consentido. El interesado deberá presentarlo por escrito.
Admitido, el tribunal correrá
vista a la contraparte para que en el plazo de seis días conteste y oponga las pruebas que
hagan a su derecho.
La prueba deberá diligenciarse en el plazo de 15 días. Una vez recibida y vencido el
Tribunal llamará autos para definitiva y dictará sentencia, la que será apelable

B- Recursos:
Apelación
Es sin dudas el más libre y amplio de todos los medios impugnativos, que según Clariá
Olmedo “se interpone ante el juez el pronunciamiento agraviante por quien tenga interés,
para que el tribunal de instancia inmediata superior reexamine lo resuelto y revoque o
modifique la decisión impugnada”. Carece la limitación de motivos, lo que permite
entonces la multiplicidad de instancias.
Tiene como caracteres esenciales: • Efecto devolutivo. • Suspensivo (por regla). •
Ordinario. • De instancia plural. • Positivo principal y subsidiario. • Nulidad (en el C.P.C.C.
de Cba).
La doctrina mayoritaria concibe que la apelación, si bien libre y amplia, no deja de ser un
reexamen de lo resuelto, limitado por la acción interpuesta, las defensas y alegaciones
producidas en primera instancia, límites estos que no pueden ser transpuestos por el
tribunal de alzada.
El C.P.C.C. de Cba, regula la procedencia de la apelación en el art. 361, al prescribir que
sólo será viable respecto de sentencias, autos y providencias (éstas últimas, que causen
gravamen que no pueda ser reparado por la sentencia).
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Respecto a la sentencia, se puede apelar toda o parte de ella, en caso de duda, se debe
entender que se ha recurrido en su totalidad.
Respecto a los autos, son en general resoluciones que arbitran en incidentes en los que ha
habido contradicción. Sin embargo, la ley admite todas las posibilidades, causen o no
gravamen irreparable.
Para las providencias simples, meros decretos, se requiere que no puedan ser reparadas
por la sentencia, es decir, que causen gravamen irreparable.
Nulidad
El recurso de nulidad es el que procede contra la sentencia pronunciada con violación de
formas procesales o porque se omitió en el juicio trámites esenciales. También se puede
utilizar cuando se incurre en un error, ya que este, por determinación de la ley, anula las
actuaciones.
En la legislación procesal cordobesa y, como dijimos previamente, se encuentra
comprendido en el recurso de apelación en el art. 362.

Vías recursivas extraordinarias


Casación
El recurso de casación es el medio de impugnación por el cual, por motivos de derecho
específicamente previstos por la ley, una parte postula la revisión de los errores jurídicos
atribuidos a la sentencia de mérito que la perjudica, reclama la correcta aplicación de la
ley sustantiva, o la anulación de la sentencia, y una nueva decisión, con o sin reenvío a
nuevo juicio.
Es un recurso extraordinario en cuanto no implica, la posibilidad del examen y resolución
ex novo de todos los aspectos, sino que dicho examen se limita a las cuestiones nacidas de
la aplicación de la ley sustantiva o procesal y procede para corregir errores de derecho
que vicien la resolución impugnada. De dicho carácter extraordinario se desprende
también la imposibilidad de introducir en el procedimiento actos de prueba.
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El art. 383 del C.P.C.C. de Cba establece que el recurso de casación procederá por los
siguientes motivos:
1) Que la decisión se hubiere dictado violando los principios de congruencia o de
fundamentación lógica y legal, o que se hubiere dictado con violación a las formas y
solemnidades y prescriptas para el procedimiento o la sentencia. No procederá si el
recurrente hubiere concurrido a producirla, aceptando los actos nulos, o que estos, no
obstante, la irregularidad hubieren logrado la finalidad a que estaban destinados; o no
resultare afecta la defensa en juicio
o Violación al principio de congruencia: el principio indica que debe existir una correlación
entre la pretensión y la decisión.
o Falta de fundamentación lógica y legal: la sentencia debe ser necesariamente fundada,
pero esa fundamentación debe enmarcarse, además, dentro de las reglas de la sana crítica
racional.
Este motivo conduce a considerar arbitraria a la sentencia y, con ello, a abrir otra vía
recursiva distinta de la casación – inconstitucionalidad por arbitrariedad de la sentencia.
o Violación de las formas y solemnidades prescriptas para el procedimiento o la sentencia:
se trata de todos aquellos actos cuya inobservancia está sancionada con inadmisibilidad,
caducidad, preclusión o nulidad.
Continuamos con el artículo del código:
2) Que se hubiere violado la cosa juzgada.
3) Que el fallo se funde en una interpretación de la ley que sea contraria a la hecha,
dentro de los cinco años anteriores a la resolución recurrida, por el propio tribunal de la
causa, por el Tribunal Superior de Justicia, un tribunal de apelación en lo civil y comercial,
u otro tribunal de apelación o de instancia única de esta provincia. Si el fallo
contradictorio proviniere de otra sala del Tribunal Superior de Justicia, o de un tribunal de
otro fuero, el tribunal de casación se integrará con la Sala Civil y con la sala que
corresponda, del Tribunal Superior de Justicia.
4) Que el fallo contraríe la última interpretación de la ley hecha por el Tribunal Superior de
Justicia en ocasión de un recurso fundado en el inciso precedente.
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Ahora bien, ¿qué resoluciones son recurribles por éste medio? o Las sentencias
definitivas. o Los autos que pongan fin al proceso, hagan imposible su continuación o
causen un gravamen irreparable, dictados por la cámara. o Resoluciones no definitivas,
sólo por los motivos que da el CPC.
Inconstitucionalidad provincial
Es el recurso extraordinario, devolutivo, que versa sólo sobre cuestiones de derecho,
acordado para impugnar las sentencias o resoluciones equiparables a éstas, que hayan
decidido un caso constitucional, entendiéndose por tal a aquel que versa sobre la validez o
invalidez de una norma cuestionada como contraria a la constitución de la provincia.
Así, el art. 391 de la ley adjetiva civil cordobesa prescribe que el recurso de
inconstitucionalidad procederá por los siguientes motivos:
o Cuando en el proceso se haya cuestionado la validez de una ley, decreto, ordenanza o
reglamento, bajo la pretensión de ser contrarios a la constitución.
o Cuando en el proceso se haya puesto en cuestión la inteligencia de alguna cláusula de la
constitución y la decisión haya sido contraria a la validez del título, derecho, garantía o
exención que sea materia del caso y que se funde en esa cláusula.
Se trata de vicios in indicando respecto de cuestiones de derecho, y debe plantearse
durante el proceso, al criticar la norma provincial que se considera aplicable al caso
llevado a juzgamiento.
C- Acciones Impugnativas: revisión
Es una acción extraordinaria y de interpretación restrictiva, fundado en causa legal (es
decir, coincidir con alguno de los motivos taxativamente autorizados por la ley para su
procedencia). Solo contempla el aspecto formal de la sentencia y corrige errores in
procedendo, no in iudicando, por lo que no constituye una tercera instancia. Debe hacer
caer la sentencia, y procede contra la cosa juzgada, cualquiera que sea el tribunal que la
haya dictado.
Debe interponerse por escrito ante el Tribunal Superior de Justicia, quien dentro de los
diez días de interpuesto resolverá sobre su admisibilidad. Si lo admite emplazará al
recurrido, en ambos domicilios para que comparezca ante él y constituya domicilio bajo
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apercibimiento de rebeldía. El recurso se sustanciará por el trámite de juicio ordinario.
Incidentes: procedencia y clases
Las cuestiones incidentales son aquellas oposiciones de razones o argumentos sobre un
tema, es una propuesta para averiguar la verdad de algo controvertido. Es toda cuestión o
controversia conexa con la principal que va a ser resuelta en forma autónoma.
Se diferencia de las cuestiones prejudiciales, en que estas últimas tienen que ser
incidentalmente resueltas por el mismo o por otro tribunal, a efectos de poder tramitar o
resolver en el orden civil o en el derecho penal la cuestión principal sometida a juicio. Las
cuestiones prejudiciales dan lugar a los incidentes de previo y especial pronunciamiento y
a las excepciones dilatorias y perentorias.
Según el art. 426. “los incidentes son cuestiones que se suscitan durante la tramitación de
un pleito y que tienen alguna conexión con él.”
Se sustancia por el trámite del juicio abreviado, si no tienen una tramitación especial.
Pueden plantearse antes, durante la tramitación del juicio a que se refieren, o también en
la etapa de ejecución de sentencia.
Desde el punto de vista de su regulación formal y de su tramitación, a los incidentes se los
distingue entre:
• Nominados e innominados: depende si están regulados en la ley procesal, con nombre
determinado o si no tienen cabida legalmente.
• Autónomos o genéricos: según la ley procesal los considere o no en forma específica:
autónomos, es decir que son objeto de una regulación legal como por ejemplo la
recusación con causa. Genéricos, son las cuestiones que tiene relación con el objeto
principal del juicio pero que no se encuentran sometidos a un procedimiento especial.
• Incidentes suspensivos: Son los que impidieren la prosecución de la causa principal, se
sustanciarán en la misma pieza de autos, quedando entre tanto en suspenso el curso de
aquella.
El incidente impedirá la prosecución de la causa, cuando es imposible de hecho o de
derecho continuar sustanciándola sin que aquél sea previamente resuelto.
Incidentes no suspensivos: son los incidentes que no impidan la prosecución de la causa,
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se sustanciarán en pieza separada de autos, que se formará con los insertos que las partes
designen y con los que el tribunal creyere necesario (art. 429).

Medidas cautelares
Definición, naturaleza, caracteres requisitos y efectos
En el ámbito civil han sido definidas como aquellas que tienden a impedir que el derecho
cuya actuación se pretende, pierda virtualidad o eficacia durante el tiempo que transcurre
entre demanda y sentencia.
Con mayor amplitud de concepto se ha señalado que son resoluciones jurisdiccionales
provisionales, que se dictan in audita parte (sin previo oír al afectado) o con trámite
sumario o de conocimiento limitado, con el fin de evitar el menoscabo inminente de
derechos personales o patrimoniales.
Expresa Palacio (2005) que proceso cautelar es aquel que tiende a impedir que el derecho
cuyo reconocimiento o actuación se pretende obtener a través de otro proceso, pierda su
virtualidad o eficacia durante el tiempo que transcurre entre la iniciación de ese proceso y
el pronunciamiento de la sentencia definitiva.
Procedencia. Objeto
Las medidas cautelares, en el ámbito del proceso civil, son aquellas que tienden a impedir
que el derecho cuyo reconocimiento o actuación se pretende obtener a través de otro
proceso, pierda su virtualidad o eficacia durante el tiempo que transcurre entre la
iniciación de aquél y el pronunciamiento de la sentencia definitiva. En consecuencia, su
objeto consiste en asegurar el cumplimiento del pronunciamiento que eventualmente ha
de dictarse en un juicio.
Su carácter es eminentemente preventivo, y más que a hacer justicia, está destinada a
asegurar que la justicia alcance el cumplimiento eficaz de su cometido. Es de hacer notar
que en el ámbito del proceso penal, las medidas cautelares que pueden imponerse contra
la persona del imputado, tienden no sólo a asegurar el cumplimiento de la sentencia

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definitiva, sino la normal sustanciación del proceso en su integridad, que pretende
alcanzar la verdad real y, con ella, la actuación del derecho sustantivo.
El artículo 456 sostiene que, salvo el embargo preventivo y los supuestos contemplados en
las leyes de fondo, las medidas cautelares pueden ser solicitadas conjuntamente con la
demanda o después.
El escrito debe expresar el derecho que se pretende asegurar, la medida que se pide, la
disposición legal en que se funda, y el cumplimiento de los requisitos que correspondan,
en particular, a la medida requerida.

Presupuestos de procedencia
La doctrina y la legislación reconocen tres supuestos o requisitos fundamentales para la
procedencia de estas medidas:
1. La verosimilitud del derecho invocado: no es preciso la demostración fehaciente y
contundente de la existencia real del derecho invocado, basta la posibilidad de que este
exista, dado que recién tras la sustanciación del proceso se lo podrá establecer como una
incontestable realidad. En consecuencia no se requiere una prueba terminante y plena de
aquél, por lo que el procedimiento probatorio impuesto es meramente informativo y sin
intervención de la persona contra la cual se pide la medida.
Señala Ferreyra de De la Rua (2003) que en algunas oportunidades basta la enunciación
clara, lógica y coherente de la pretensión; en otras, es necesario además que se aporten
ciertos elementos probatorios indispensables para la admisión de la cautelar por el
Tribunal.
El carácter de información que se requiere se pone de manifiesto en el art. Que dice
“cuando fueren necesarias las declaraciones de testigos para obtener medidas cautelares,
aquéllos podrán firmar el escrito en que se solicitan, debiendo ratificarse por ante el
tribunal, salvo que exista certificación judicial o notarial de sus firmas”.
2. Temor fundado y peligro en la demora: la existencia de peligro fundamenta el temor.
Este peligro implica la posibilidad de que, en caso de no adoptarse la medida, sobrevenga
un perjuicio o daño irreparable pues se transformará en tardío e ilusorio el eventual
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reconocimiento del derecho invocado. Destaca Palacio que el riesgo reside en el interés
procesal que respalda a toda pretensión cautelar y existen circunstancias que permiten
presumir su existencia, sin necesidad de que la parte lo invoque.
La doctrina considera que existe una necesaria vinculación entre el peligro en la demora,
como fundamento de las medidas precautorias, y la solvencia de la parte contra quien se
dirigen, de manera que, mientras menos sea ésta, mayor será el peligro.
3. Contracautela: salvo en el caso de que se otorgue el beneficio de litigar sin gastos, la
contracautela constituye un presupuesto para la procedencia de la medida cautelar, con el
fin de asegurar o garantizar a la otra parte el resarcimiento de los daños que aquella
puede ocasionarle en la hipótesis de haber sido pedida indebidamente. Advierte Palacio
que en cierto modo se concreta la igualdad de partes en el proceso, pues viene a
contrarrestar la falta de contradicción inicial que la caracteriza.
Expresa Martínez Crespo que los jueces deben buscar un verdadero equilibrio entre dos
derechos legítimos: el del demandante de que se le asegure el resultado de la acción que
ha interpuesto y el no menos legítimo derecho de defensa del demandado.
Es dable señalar que quedan exentos de este requisito, conforme al art. 460: “la nación, la
provincia, las municipalidades, los entes oficiales autárquicos, y a quien litigue asistido por
asesor legrado o con beneficio de litigar sin gastos”.
Efectos
Medidas para asegurar bienes:
a. Tienden a asegurar la ejecución forzada: embargo preventivo, intervención sustitutiva
del embargo, secuestro e inhibición general.
b. Tienden a mantener un statu quo: prohibición de innovar y de contratar, anotación de
litis e intervención de mera vigilancia
Medidas para asegurar personas:
a. Para la guarda provisional de ellas
b. Para la satisfacción de sus necesidades urgentes.
Las medidas cautelares tienen los efectos de la demanda, pero se operará la caducidad si

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transcurren diez días sin tramitarse el procedimiento, o si no se entabla aquélla en el
mismo plazo luego de culminado.

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