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La desigualdad y el liderazgo en la pandemia 2019

1.En los últimos años la desigualdad ha causado preocupación; las repercusiones


económicas y sociales catastróficas desencadenadas por la pandemia de enfermedad por
coronavirus (COVID-19) desde principios de 2020 han intensificado esta preocupación y
puesto de manifiesto la imperiosa necesidad de tomar medidas.

En los años que precedieron a la pandemia, se había registrado una tendencia


generalizada al alza de las distintas formas de desigualdad, incluidas las desigualdades
verticales entre ricos y pobres y las desigualdades horizontales entre distintos grupos de la
sociedad, o bien esas desigualdades se habían mantenido en niveles persistentemente
elevados en muchos países. Los avances logrados en la reducción de la disparidad salarial
y en el empleo entre hombres y mujeres también se habían estancado en muchos lugares,
y la magnitud de la violencia por razón de género era cada vez más perceptible. La crisis
repentina de la COVID-19 ha puesto de relieve, y en muchos casos, agravado
drásticamente, algunas de estas desigualdades ya existentes.
Si examinamos las múltiples formas de desventaja que se dan en el mercado de trabajo,
todo parece indicar que la pandemia mundial tiende a agravar las desigualdades y las
divisiones de manera totalmente insólita.
2. Entre otras conclusiones, la ONG apunta en el documento que los más pobres del
mundo podrían tardar más de una década en recuperarse del impacto
económico ocasionado por la crisis del coronavirus, mientras que las mil personas más
ricas del planeta solo han necesitado nueve meses. Además, advierte que la pandemia ha
tenido consecuencias especialmente graves para las mujeres, las personas negras y las
comunidades históricamente excluidas u oprimidas.

3. Los altos niveles de desigualdad tienen consecuencias sociales, económicas y políticas


adversas. La existencia de altos niveles de desigualdad significa en la práctica que millones
de personas no pueden cubrir sus necesidades o las de sus familias, ahorrar para la
jubilación o gozar de protección en caso de enfermedad. Significa que hay un desequilibrio
en las oportunidades de acceso al mercado de trabajo entre hombres y mujeres, personas
de edad y jóvenes, y pueblos indígenas, migrantes, personas con discapacidad y otros
grupos. Significa que los empleos en todo el mundo están segmentados por nivel de
retribución y por nivel de protección social y del empleo. reducir la pobreza , erosionar la
cohesión social y aumentar el riesgo de malestar social o inestabilidad política

¿Cómo es el liderazgo en tiempos de pandemia?


La pandemia tensiona los sistemas de salud y de cuidados, amplía las brechas
socioeconómicas y crea una profunda inseguridad política y social. Estas dinámicas
suponen un problema para la distribución equitativa y eficaz de la atención médica y
social; restringen la movilidad; agudizan las desigualdades, y producen un cambio de
prioridades en las instituciones públicas y privadas, incluidas las de asignación de
financiamiento.

Los líderes a menudo olvidan que todos los ojos están puestos en ellos. Esto es
especialmente cierto a medida que crece la intensidad de una situación. En esos
momentos, las personas miran a los líderes, buscando sus palabras, acciones y lenguaje
corporal en busca de orientación. La autoconciencia ante esa situación es una capacidad
crítica que los líderes deben desarrollar

Así mismo deben desarrollar otros tantos puntos de apoyo para que las personas no solo
se sientan incluidas sino que también se sientan con el apoyo pleno de los mismos
1) En primer lugar, liderar con el ejemplo
Por dicho motivo, quien lidera debe ser la primera persona en cumplir con
las medidas que solicita realizar a su equipo.

2) En segundo lugar, desarrollar altos niveles de empatía


Ponerse en el lugar de los demás, comprender sus preocupaciones y dar
solución a sus problemas, en pos de lograr los objetivos de un equipo y una
organización. La conexión con las necesidades, miedos, dudas y
expectativas de las personas hoy debe alcanzar una profundidad mayor a la
cual los y las líderes estaban acostumbrados.

3) En tercer lugar Resiliencia


tener la capacidad de adaptarse o recuperarse de la adversidad, ayudando
a todos los miembros del equipo a transitar el camino de la reconversión o
la superación. Esto es indispensable para atravesar realidades complejas
como las que estamos viviendo actualmente con el Covid-19.

4) El líder también debe asumir la flexibilidad como signo de estos tiempos,


por eso deberá desarrollar liderazgos ágiles que puedan guiar a los equipos
para adecuarse a las particularidades y problemáticas que irán surgiendo a
medida que transcurra la pandemia.

5) También tendrá que desarrollar procesos de comunicación precisos y


eficientes para poder trasmitir tranquilidad y marcar el camino, escuchando
las distintas voces, pero tomando la responsabilidad de asumir decisiones
de alta presión.

6) A su vez, el líder debe motivar para lograr resultados. En una época


cargada de desazón, ansiedad y falta de perspectivas ciertas de futuro, la
habilidad de motivar a los demás es un diferencial de alto valor estratégico.
Para lograr una mayor motivación, se debe crear un entorno que anime a
todos los miembros del equipo a desarrollar sus habilidades y su
imaginación, de manera que contribuyan con su sello personal al proyecto
común y la visión de la empresa.

7) El líder también tiene que gestionar desde una perspectiva diversa, ya que
la diversidad, sea de género, edad, discapacidad, sexual, entre otros,
potencia la productividad y competitividad de las organizaciones.
8) Por último, el líder debe dirigir con una visión de servicio, es decir, debe
estar al frente para dirigir y servir de guía a su equipo durante un proceso
hasta que se cumpla el objetivo marcado.

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