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El metal extremo en Bolivia

Debemos empezar diciendo que el movimiento del metal extremo fue un fenómeno mundial,
esta afirmación no se limita a la descripción geográfica sino más bien como un todo, un todo
que engloba características mundiales que se oponen a características particulares de cada
país. Esta condición se torna importante ya que la correspondencia entre la “escena mundial”
y las “escenas nacionales” es la que posibilito la fortaleza de un movimiento que en líneas
generales se opuso con sus virtudes y limitaciones a la poderosa industria musical hegemónica
en el mundo.

Esta característica es en términos simples una consecuencia de la aplicación del neoliberalismo


en el mundo, la extensión agresiva del mercado por encima de las fronteras nacionales,
permitió que países como el nuestro se conviertan en potenciales mercados de consumo, y el
consumo de la música no podía quedar exenta.

En Bolivia se sabe que las desigualdades son marcadas, y una de estas desigualdades es el
acceso a la cultura, por lo que es casi lógico que el consumo de la música metalizada que al
inicio fue de los enlatados que la industria musical transnacional fue en el génesis exclusividad
de sectores de pudientes1.

Cabe recalcar que este consumo no es aún de metal extremo, sino del heavy metal del
mainstream dominado en producción y distribución por las grandes transnacionales de la
industria musical, el acceso a bandas de géneros más pesados se da por tres vías, la principal
es que la industria musical incorporaba como subsucursales a sellos independientes 2 por el
éxito que tenían gracias a la aparición de un mercado de consumo de esta música, esta
incorporación fue en degradé, hasta llegar a los géneros más extremos del metal, géneros
como el speed metal, thrash metal, death metal se incorporan a los catálogos comerciales de
la música, así empiezan a llegar discos de bandas de sonidos más extremos al país.

Al mismo tiempo, muchas escenas en nuestra región, como la chilena, la colombiana y la


brasilera llevaban la delantera en su conformación, por lo que otra vía por donde el metal
extremo llegó al país tanto con producciones como con métodos organizativos fue la
experiencia adelantada de estos hermanos países 3.

Si bien, y tal cual se señaló, este acceso estaba concentrado a sectores privilegiados en la
sociedad boliviana, por las mismas razones económicas, sociales y culturales es que
rápidamente el metal extremo y su colchón organizativo (underground) se absorbería por
sectores de la juventud más plebeyos4. El carácter anti sistema, rebelde radical y de
características marginales sería rápidamente absorbidas por esta juventud, y su base social
esencialmente desde su génesis hasta su consolidación serían estos sectores, sin ser
totalizantes, existen protagonistas de bandas importantes del metal extremo boliviano que
pertenecían a clases sociales privilegiadas.

1
Un vinilo importado era un artículo de lujo en los 80’s, no nos olvidemos que en los 80’s el país sufrió
una de las peores devaluaciones de su historia.
2
Quizá Earache sea el mejor ejemplo de este fenómeno.
3
Estas tres escenas son las más poderosas de la región que tuvieron importancia mundial.
4
La relocalización minera por ejemplo, situó a los hijos de los mineros en las ciudades bajo parámetros
culturales neoliberales que los “obligaban” a modernizarse, sin que esto quiera decir que no hayan
tenido en las minas contacto con al modernidad, pero por lo menos en lugares como Cochabamba,
Oruro, Potosí, Sucre y La Paz es parte de esta juventud la que sería la que militaría en el underground y
formaría las primeras bandas bolivianas de metal extremo.
El génesis de las bandas extremas en Bolivia tiene paralelamente la conformación organizativa
del “Underground”5 de características autogestivas y que a pesar de la diferencia abismal se
propone principios contrarios a la pequeña industria musical local e internacional. Esta especie
de “alevosía adolescente” inconsciente, en términos de resultados por el hecho de haberse
consolidado una escena boliviana de metal extremo con la capacidad de producir, distribuir y
hacer circular música, con todo lo que implican estos aspectos de una especie de industria
musical contra hegemónica, fue posible gracias al carácter internacional del movimiento de la
música extrema, pero al mismo tiempo porque la base social del movimiento tuvo un
compromiso militante con sus postulados.

Las bandas de metal extremo adoptaron distintos géneros como el death, grind, noise, gore,
doom y black metal por nombrar los principales, se valieron para la producción de su material
de sellos locales e internacionales6, las redes de circulación fueron fluidas las distintas “reus”
se encargaban en cada ciudad tanto para la gestión de eventos a donde participaban bandas
nacionales e internacionales7, es decir que el metal pesado en todos los aspectos que se refiere
a su producción y reproducción dependía absolutamente de sus propias fuerzas.

El aporte cultural de la música extrema a la cultura boliviana tiene dos componentes uno
interno y otro exterior.

El aporte hacia dentro es que en grosso modo este movimiento que tiene un carácter
dialéctico de alineación y no alienación, y por su consolidación como movimiento viviente,
estéticamente tiene un carácter de vanguardia, y cualquier valoración o estudio cultural
respecto a los aportes estéticos de los diferentes movimientos de las décadas del ochenta y
noventa del siglo pasado no puede obviar y menos negar el aporte rico en formas musicales
propiamente bolivianos de música extrema se hizo desde el “underground” boliviano.

El aporte hacia afuera, es que siendo el movimiento de la música extrema de carácter


internacional y a pesar de que la escena boliviana tiene un retraso en su incorporación como
tal, en una segunda oleada de los diferentes estilos de la música extrema, jugaron un papel de
influencia en la escena sudamericana 8, a nivel mundial las bandas bolivianas fueron
consideradas exóticas, no podemos hablar de influencia 9, pero si sentaron presencia dentro de
la cultura de la música extrema mundial.

5
Colonia Fecal, Milicia Metallica, In funeral Darkness son algunas “reus” organizativas del underground
boliviano.
6
Por lo que el consumo fue nacional e internacional.
7
Sin temor al error, podemos afirmar que la circulación de bandas internacionales de metal pesado
entre finales del ochenta y los noventas fue mucho mayor que el rock convencional.
8
Ver Headbanger TV los capítulos del Black Metal y el Death metal.
9
Recién se supo que existe una banda tributo alemana a la banda Grind core Noise Sucrense
ESCATOFAGIA.

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