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La tradicional frase que reza “más viejo que el hambre” nos da a entender que esta necesidad
ha acompañado al ser humano desde el principio, pero el hambre está incluso antes de este
constituirse como tal. Los primos homínidos del homo sapiens impulsados por la necesidad
primaria de conseguir alimentos y, probablemente ante la escasez de estos en las alturas de
los árboles, pusieron sus pies en el suelo, y así el ser humano presa de sus propias necesidades
y con la aspiración de satisfacerlas han sido el motor de su historia, vale decir que, el hambre y
sus circunstancias serían la medida de nuestra propia “evolución”.
El desarrollo de las fuerzas productivas tienen como proyección la posibilidad de superar estas
necesidades que han sido y son la preocupaciones centrales del ser humano; es preciso
distinguir el hambre como necesidad biológica y el hambre producto de la escasez de
alimentos, esta segunda manifestación del hambre, que se genera por diferentes causas, tiene
una manifestación particular en cuanto aparece la sociedad dividida en clases, esta se
expresaba en un fenómeno conocido como hambrunas las cuáles afectaran a las clases
desposeídas en la sociedad y las clases dominantes siempre estarán blindadas a este mal.
El arte y el hambre
La época azul de Picasso, de ese “Azul Prusia”, podemos rescatar “La sopa” (1902-1903).
Picasso representa un hecho cotidiano y mundano, pero no por eso exento de una
profundidad valiosa, la escena patenta un realismo de alto nivel, una madre con actitud
abnegada entrega una sopa a su hija cual bien preciado. La niña la recibe en una actitud
trascendental, cual acto de comunión, las circunstancias configuran este hecho. Este período
especial el llamado “Azul”, Picasso se ocupó de retratar los aspectos más duros de la vida
cotidiana, muchos de ellos relacionados con el hambre de manera directa como en “La sopa” o
indirecta. (QUIZAS PONER ALGUNO INDIRECTO)
En esta misma línea quizá podamos nombrar los “Comedores de patatas” de Van Gogh, quien
desentraña de una cena familiar después de un día de trabajo hasta convertirla en un evento
universal, cuando lo clásico era pintar los festines de los Dioses. Una obra que alcanza una
expresividad realista intensa tanto que los campesinos parecen pintados por la misma tierra en
la que trabajan y cosecharon las patatas. El hambre es un fenómeno enteramente terrenal, y
propio de los hombres, Van Gogh sitúa al hambre en su lugar y en su momento.
Por último, podemos citar “Niño comiendo uvas y melón” de Bartolomé Esteban Murillo
(1650), la pintura presenta a dos personajes, dos niños, que muestra la algarabía con la que
disfrutan de su banquete, probablemente robado. Sevilla fue y es un centro económico
importante de la España, por ende, el desamparo y el hambre no podían estar ausentes. El
hambre esta ligado siempre a los desposeídos, y no es una visitante del olimpo.
Del ejercicio de esta compilación podemos deducir que el arte es una herramienta para
profundizar nuestra comprensión sobre la realidad, en este caso sobre el hambre. Esta
categoría está inscrita en la esencia misma del hombre, muchas cosas nos distinguen de los
animales, pero el punto de partida de esta diferencia es el momento en el que el hombre
comienza producir sus medios de vida. Este hecho le permite indirectamente producir su
propia vida material. Es este momento el que compromete al ser humano con su propia
hambre, sin deshacerse del componente natural del hambre, el ser humano al producir su vida
material es capaz de proponerse objetivamente superar el hambre.
Utilizando la metáfora de Esquilo presentada por Marx, estas artes son la comprensión de la
difícil ciencia de las salidas y los ocasos de los astros, los números, las letras, la memoria, la
agricultura, la medicina, el arte adivinatorio, el discernimiento para los sonidos de obscuros
presagios y los encuentros del camino, la habilidad para distinguir las aves rapaces y las que no
lo son, los odios que las separan y los afectos que las unen y porqué comparten la misma rama
del árbol, la religión, el arte, los presagios, el hambre y hasta los dota de riquezas: el bronce, el
hierro, la plata. O sea, por una parte, la technique es el saber hacer. Y, por otra, es también la
sensibilidad. En contraste, es el poder crear, pensar, amar.
Luego, el conflicto surge en la escisión del sentido humano y la naturaleza, cuando la fiera que
luego fue hombre se transforma en obrero. Este vuelve a la cueva y pierde su sensibilidad;
porque en esta transformación, sus sentidos —afirma Marx— aunque continúan existiendo, ya
no lo hacen de forma humana, ni siquiera inhumana, ni de fiera; sino en forma de máquina. Es
esta contradicción presente entre la redención o la barbarie de la humanidad la que como
termómetro tiene al hambre.
El hambre en la contemporaneidad
“La riqueza de las sociedades en las que domina el modo de producción capitalista se
presenta como un “inmenso cúmulo de mercancías” y cada mercancía como su forma
elemental. De ahí que nuestra investigación comience por el análisis de la mercancía.
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Metáfora presentada por Marx en el tercer Manuscrito de Marx.
La mercancía es, ante todo, un objeto externo, una cosa que por sus cualidades
satisface cualquier tipo de necesidades humanas. La naturaleza de estas necesidades,
el que broten por ejemplo del estómago o de la fantasía, no modifica en nada este
hecho. Tampoco se trata de considerar cómo la cosa satisface las necesidades
humanas, si directamente como medio de vida, es decir como un objeto de disfrute, o
indirectamente, como medio de producción”. (Marx, 2014 [1867], p. 41)
Convertida el hambre en mercancía, la forma que adquiere para circular es el dinero, el dinero
es la única y verdadera necesidad porque, según Marx, solo el poseedor del dinero puede
comer y beber, ir al teatro y al baile, conocer el arte, viajar; mientras que el obrero “solo debe
tener lo suficiente para querer vivir y solo debe querer vivir para tener” (Marx, 2007c [1932],
p. 156). Justamente este conflicto de la sociedad capitalista en la que vivimos es explicado
desde el poema “hambre” de Miguel Hernández:
El hambre, la cultura y el arte FALTA HABLAR DEL ARTE, O FUSIONAR CON LO ANTERIOR
PARA QUE NO QUEDEN SUELTOS LOS SUBTITULOS.
Si bien el hambre es un problema que atraviesa la historia de la humanidad, la época que nos
toca vivir propone un nuevo componente en la perspectiva de superar el hambre, las
posibilidades técnicas de producir suficiente alimento en el mundo para satisfacer todos los
estómagos es una realidad, el candado a la aplicación empírica de esta posibilidad se
denomina propiedad privada. Pero planteado así, crea un conflicto, cuando el comer y el beber
se convierten en el fin único y absoluto del hombre, y además son funciones que, en el sistema
capitalista, se desarrollan bajo las peores condiciones. Dice Marx:
La alimentación es una de las dimensiones materiales del hombre. El hombre tiene que comer,
debe comer para no morir. El hombre requiere de nutrientes básicos para su cuerpo. El
hambre es una necesidad que debe ser saciada. Saciar el hambre requiere de objetos —
exteriores, materiales y tangibles— que se llaman alimentos. Afirma Marx:
“El hambre es una necesidad natural; necesita, pues, una naturaleza fuera de sí, un
objeto fuera de sí, para satisfacerse, para calmarse. El hambre es una necesidad
objetiva que un cuerpo tiene de un objeto que está fuera de él y es indispensable
para su integración y exteriorización esencial”. (Marx, 2007c [1932], p. 192)
Por eso para Marx, para reproducir la vida del hombre en el sentido de hombre-humano,
superar la simple ingesta de alimentos, para despojarle de su condición hombre-máquina es
necesario devolverle su humanidad, el salario debe cubrir necesidad como el consumo de arte
y la formación cultural del obrero y su familia (ENFATIZAR ESTO COMO CONCLUSION DE TODO
LO ANTERIORMENTE DICHO AL RESPECTO DEL ARTE Y SU IMPORTANCIA EN SER HUMANO).
Cada hombre debería existir para soñar, pensar, crear y amar; pero en el sistema capitalista él
ahora se ve obligado a privarse de su humana sensación, de su sensibilidad. Idea a la cual
suscribimos plenamente.
EL APARTADO DEL HAMBRE EN LA CONTEMPORANEIDAD SE PODRIA SUPRIMIR Y PONER EL
OTRO SUBTITULO DE HAMBRE, CULTURA Y ARTE Y RE ORGANIZAR TODO ESO PARA DARLE
UNA CONTINUIDAD CON LO DE LOS OBREROS, LOS ARTISTAS QUE HABLARON DEL ARTE Y
COMO EL COMER ES UNA COSA CULTURAL TAMBIEN Y NO SOLO INSTINTO