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EXCRECION BILIAR

Algunos fármacos pasan por el hígado inalterados y son excretados con la bilis.
Otros son convertidos en metabolitos en el hígado antes de que sean excretados
con la bilis. En ambas situaciones la bilis entra en el tracto gastrointestinal, y a
partir de ahí los fármacos son eliminados con las heces o bien son reabsorbidos
en el torrente sanguíneo y, por lo tanto, reciclados.

Por esta via se excretan principalmente sustancias de elevado peso molecular, de


tipo anfipático.

Las moléculas anfipáticas, son aquellas moléculas que poseen un extremo


hidrofílico, es decir, que es soluble en agua, y otro que es hidrófobo, lo cual
significa que rechaza el agua.

La razón de esta selectividad en cuanto al tipo de compuestos excretados se basa


en que las grandes moléculas anfipáticas tienden a ligarse con avidez a la
albúmina plasmática, lo cual impide su excreción renal.

La albúmina es una proteína producida por el hígado. La albúmina ingresa al


torrente sanguíneo y ayuda a mantener el líquido sin que se filtre de los vasos
sanguíneos a otros tejidos. También transporta varias hormonas, vitaminas y
enzimas sustancias por el cuerpo

Muchos de los compuestos son derivados conjugados que se forman por la


biotransformación hepática. Algunos fármacos sin capacidad para ionizarse, como,
por ejemplo, los glucósidos cardiotónicos, se eliminan también por la bilis. En este
caso, la eliminación puede estar relacionada con el elevado peso molecular y la
presencia de residuos hidrosolubles (hexosas). También se eliminan por la bilis
ciertos compuestos organometálicos. Los fármacos pasan desde la circulación a la
bilis por difusión pasiva (si son pequeñas moléculas liposolubles) o por transporte
activo.

La forma no ionizada suele ser liposoluble (lipofílica) y difunde con facilidad a


través de las membranas celulares. 
Organometálico hace referencia a una molécula que contiene un átomo metálico
enlazado a uno de carbono. 
La difusión pasiva consiste en el paso de una sustancia a través de la membrana
biológica en función del gradiente de concentración; es decir, pasando de la zona
de mayor concentración a la de menor concentración.
Transporte activo se trata de sustancias de naturaleza proteica que captan el
fármaco a un lado de la membrana y lo trasladan al otro lado. Puede ser pasivo
(sin gasto energético) en cuyo caso se habla de transporte facilitado o con gasto
energético (transporte activo).
EXCRECIÓN POR OTRAS VÍAS

La excreción de fármacos a través del sudor, la saliva y las lágrimas es


insignificante desde el punto de vista cuantitativo. La eliminación por tales vías
depende de la difusión de los medicamentos no ionizados liposolubles a través de
las células epi- teliales de las glándulas y depende del pH.

Los fármacos excretados en la saliva penetran en la cavidad bucal y desde ella


son deglutidos. La concentración de algunos de ellos en la saliva corresponde a la
observada en plasma. Por tal razón, la saliva quizá sea un líquido biológico útil
para medir las concentraciones de medicamentos en situaciones en que es difícil o
incómodo obtener sangre.

Los mismos principios son válidos para la excreción de medicamentos en la leche


materna. Esta leche es más ácida que el plasma, razón por la cual los compuestos
alcalinos pueden hallarse un poco más concentrados en ella, y la concentración de
compuestos ácidos en la leche es menor que en el plasma. Las sustancias no
electrolíticas, como el etanol y la urea, llegan con facilidad a la leche materna y
alcanzan la misma concentración que tienen en el plasma, independientemente
del pH de la leche. Por lo tanto, al administrar medicamentos a una mujer que se
encuentra alimentando a su hijo al seno materno es importante tener en mente
que el lactante tendrá contacto, hasta cierto grado, con el medicamento o sus
metabolitos.

Tras la llegada a plasma, muchos medicamentos sufren una metabolización


hepática y solo un porcentaje de lo administrado acaba llegando realmente a
plasma; es lo que se conoce como biodisponibilidad del medicamento.

Una vez en el plasma, las diversas moléculas pueden atravesar el epitelio alveolar
mamario, ya sea a través de las células cúbicas, o entre las mismas, y llegar a la
leche. Este paso depende, en gran medida, del peso molecular, de la fijación a
proteínas plasmáticas, de la liposolubilidad, del pH y grado de ionización y del
volumen de distribución de la sustancia en cuestión. 

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