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ELIMINACIÓN DE FÁRMACOS

Los fármacos se eliminan del organismo sin cambios mediante procesos de excreción, o se
transforman en metabolitos activos. Los órganos excretores (riñones, hígado, pulmones, etc)
eliminan compuestos polares con mayor eficacia que sustancias de gran liposolubilidad. Por
tal razón, los medicamentos liposolubles no se eliminan de manera fácil hasta que se
metabolizan a compuestos más polares.

Excreción por riñones


La excreción de medicamentos y metabolitos en la orina incluye 3 procesos concretos: a)
filtración glomerular, b) secreción tubular activa y c) resorción tubular pasiva. La cantidad de
fármaco que en primera instancia pasa al sistema tubular, va a depender de la filtración
glomerular y de la magnitud de la unión del medicamento a proteínas plasmáticas, por lo
tanto, sólo se filtra el fármaco no unido. En el túbulo renal proximal, la secreción tubular
activa mediada por transportador también puede agregar fármaco al flujo tubular. El fármaco
de la luz tubular puede reabsorberse y regresar a la circulación sistémica. En los túbulos
renales, especialmente en el lado distal, las formas no ionizadas de ácidos y bases débiles
experimentan una reabsorción pasiva neta. Debido a que las células tubulares son menos
permeables a las formas ionizadas de los electrolitos débiles, la reabsorción pasiva de estas
sustancias depende del pH. Cuando la orina tubular se hace más alcalina, los ácidos débiles se
ionizan en gran medida y se excretan más rápidamente y en mayor medida; por el contrario,
la acidificación de la orina reducirá la fracción de la especie ionizada y la excreción de ácidos
débiles. Los efectos de cambiar el pH de la orina son opuestos para las bases débiles. En el
tratamiento de la intoxicación farmacológica, la excreción de algunos medicamentos puede
acelerarse mediante una adecuada alcalinización o acidificación de la orina.

Metabolismo de los fármacos.

Las características lipofílicas que facilitan el paso de los medicamentos por las membranas
biológicas y el acceso ulterior al sitio de acción obstaculizan su eliminación del organismo.
Casi todos los agentes terapéuticos son productos lipofílicos, que son filtrados por el
glomérulo y se resorben en gran medida y se devuelven a la circulación general durante su
paso por los túbulos renales. Resulta esencial que los fármacos lipofílicos que son difícil de
excretar se metabolicen en productos más hidrófilos para la eliminación y terminación de su
actividad biológica. En general, las reacciones que metabolizan fármacos generan metabolitos
inactivos más polares que se excretan fácilmente del cuerpo. La biotransformación de
fármacos ocurre principalmente en el hígado e involucra reacciones de fase 1 (oxidación,
reducción o reacciones hidrolíticas y las actividades de los CYP) y las reacciones de fase 2
(conjugaciones del producto de la fase 1 con una segunda molécula) y algunas otras
reacciones. Otros órganos con capacidad significativa para metabolizar fármacos incluyen el
tracto GI, los riñones y los pulmones. Las enzimas que metabolizan fármacos, especialmente
los CYP, son inducibles por algunos fármacos e inhibidas por fármacos y sustratos
competidores.

Bibliografía:
• Brunton Laurence L., Lazo John S., Parker Keith L. “Goodman & Gilman. Las bases
farmacológicas de la Terapéutica”. Decimotercera Edición. McGraw Hill. 2019.

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