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Actividad 2 - Hacia la comprensión de la comunidad

Yuri Stefanny Cardona Muñoz 100065551

Nhora Zulema Macías Jiménez 100065556

Yuranny Shirley Hoyos Macías 100065539

Jorge Hernán Bastidas Caicedo 100064340

Ehiner Alexander Macías Bermeo 100065515

Corporación Universitaria Iberoamérica

Facultad, Ciencias humanas y sociales

Psicología

Psicología Comunitaria

Docente:

Dr. Leonardo Luna

Mocoa- Putumayo

2022
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Actividad 2 - Hacia la comprensión de la comunidad

Ensayo

La psicología comunitaria hace referencia a la psicología aplicada que se encargaba de


promover la salud mental y la lucha contra la pobreza social, cuyo objetivo principal es el
estudio de los factores psicosociales que intervienen en el desarrollo y progreso de los individuos
en un contexto social y en las relaciones entre individuo y grupo, y social y ambiente. Su base
teórica y metodológica se fundamenta en otras disciplinas como la Antropología, la Sociología,
la Psicología Social y la Salud.

En la psicología comunitaria está relacionada con diferentes conceptos como son: la


participación, compromiso, liderazgo, comunidad, etc. siendo este último muy importante para la
comprensión del ejercicio de participación colectiva en las dinámicas de los grupos como
herramienta para las intervenciones comunitarias.

Ahora bien, el concepto de participación, es la acción de involucrarse en cualquier tipo de


actividad de forma intuitiva o cognitiva. Para Montero (1996), participar, es ejecutar o estar
involucrado en algún acto o fenómeno social en el cual otras personas están presentes de la
misma manera.

La participación comunitaria puede ser definida de la siguiente manera: un proceso


organizado, colectivo, libre, incluyente, en el cual hay una variedad de actores, de actividades y
de grados de compromiso, que está orientado por valores y objetivos compartidos, en cuya
consecución se producen transformaciones comunitarias e individuales. Así mismo, es el
resultado de un proceso, donde los agentes comunitarios van transitando por diversos niveles
crecientes de autonomía y colaboración hasta llegar a la toma de decisiones (Riva, 2001), por lo
que es un concepto estrechamente ligado a las trayectorias que toma el sistema de liderazgo en la
democratización de las relaciones sociales, de ahí que, según Illescas (2005) la participación sin
liderazgo no sería difícil, sino imposible de lograr.

Por otro lado, el concepto de compromiso: es la conciencia y el sentimiento de


responsabilidad y obligación respecto del trabajo y los objetivos de un grupo, comunidad,
proyecto o causa, que conduce a la persona a acompañar, actuar y responder ante ellos por las
acciones llevadas a cabo.
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De ahí que, existe una relación directa entre compromiso y participación, puesto que, a
mayor participación, mayor compromiso, y viceversa, a mayor compromiso, mayor
participación. Se fortalecen y aumentan entre sí; cada uno influye cuantitativa y cualitativamente
sobre el otro: participar supone algún grado de compromiso, tener compromiso; estar
comprometido supone mayor grado y calidad de la participación.

Ahora bien, el concepto de liderazgo, un proceso interpersonal que implica los intentos de
influir en otros individuos para lograr determinada visión (Hitt, Black y Porter, 2006), a través de
la formación de una red cooperativa de trabajo formada por personas motivadas y
comprometidas por concretar la visión, transformando su realidad (Kotter, 1990). El liderazgo se
ha estudiado desde diversas ópticas en ciencias sociales. El primer acercamiento fue desde la
teoría de los rasgos, que suponía que algunas personas poseen una personalidad particular que
los predisponen a convertirse en líderes. Desde hace dos décadas aproximadamente el liderazgo
comenzó a verse más como propio de una comunidad que de un individuo, pues es asumido por
distintas personas según sus competencias y momentos. Así, el liderazgo se entiende como
distribuido, pues no es algo hecho por el líder con o sobre otras personas, ni siquiera es un
conjunto de acciones individuales a través de las cuales las personas contribuyen a las metas
grupales, sino que es una actividad colectivamente coordinada, consciente o inconscientemente
que opera en las interacciones sociales, a través de la cual se construye y se fortalece el
conocimiento y la cultura de la organización respecto a la consecución de metas y objetivos
(Rojas, 2012).

Por otro lado, la participación comunitaria es un proceso de organizado, libre, incluyente en


el cual hay una variedad de actores, actividades y grados de compromiso, los cuales se orientan
por valores y objetos compartidos, que producen transformaciones comunitarias e individuales,
donde involucra agentes internos y externos, los líderes y los seguidores, los ardientes y los
tibios, los experimentados y los novatos, los fieles y los esporádicos (Montero, 2004)

Según Montero (2004), el compromiso comunitario es la conciencia y el sentimiento de


responsabilidad y obligación respecto del trabajo y los objetivos de un grupo, comunidad,
proyecto o causa, que conduce a la persona a acompañar, actuar y responder ante ellos por las
acciones llevadas a cabo.
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La relación entre participación y compromiso en el trabajo comunitario se complementan,


sin hace falta un, no se logra la participación comunitaria; aquí juega un papel importante el
liderazgo en el momento de adquirir la participación y el compromiso.

Para que se de una participación comunitaria comprometida, debe tenerse en cuenta cuatro
motivos básicos:

Carácter egoísta: participar a favor de la comunidad para así obtener beneficios para uno
mismo. Es la relación con la forma de liderazgo comunitario narcisista y seductor negativo
(Montero), ya que, en efecto, la práctica psicosocial comunitaria permite encontrar personas
motivadas de esa manera, que si bien impulsan o ayudan al logro de objetivos comunitarios,
buscan con ello obtener visibilidad, ocupar posiciones de poder, reconocimiento y prestigio.
También hemos visto cómo tal motivación limita a otros miembros de la comunidad y llega,
incluso, a bloquear sus iniciativas y logros.

Razones altruistas destinadas a beneficiar a uno o más individuos: Estas razones


estarían unidas a la empatía; es decir, “sentimientos orientados hacia los otros congruentes con el
bienestar percibido para otra persona" (Batson, 1991), los cuales pueden ser complementados por
otras emociones positivas, tales como la simpatía, la compasión, la ternura.

El colectivismo: servir a la comunidad para beneficiarla. Por colectivismo se entiende la


motivación para lograr el aumento del bienestar de un grupo o colectivo (Batson, 1994). Al
respecto se señala como una limitación el que esta motivación suele estar presente en relación
con el propio grupo o comunidad a la cual se pertenece. Justamente por pertenecer a una
comunidad específica existe el sentido de comunidad, la necesidad en relación con ella, el
propósito de satisfacerla y la posibilidad de desear lo mejor para esa comunidad.

Los principios: trabajar por la comunidad en función de principios éticos y morales como la
justicia, la equidad, los derechos humanos, nuevamente muestran que el asunto no es del todo
claro cuando recuerdan que la racionalización puede funcionar muchas veces como mecanismo
de defensa, cuando no se trata de ver lo incorrecto en el otro, sino en nuestro propio patio
(Montero, 2004).

Por último, la intervención comunitaria, según Lapalma (2001) son procesos intencionales
de cambio, mediante mecanismos participativos tendientes al desarrollo de recursos de la
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población, el desarrollo de organizaciones comunitarias autónomas, a la modificación de las


representaciones de su rol en la sociedad y sobre el valor de sus propias acciones para ser activo
en las condiciones que las marginan y excluyen. Según Sánchez (1991), se caracteriza por el
papel activo y protagónico que toman los miembros de la comunidad en la acción social.

Teniendo en cuenta todo lo anterior, se consideramos que el liderazgo es una herramienta


necesaria para la participación comunitaria, como también para la intervención comunitaria, que
se basa en las características individuales y colectivas que tiene la capacidad de influir de manera
positiva en búsqueda de objetivos que conlleve al desarrollo de una comunidad, conllevando a
mejorar la calidad de vida de sus integrantes. Así mismo, consideramos que el liderazgo
comunitario se caracteriza por el papel activo que asumen los miembros de una comunidad en la
acción social, permitiendo autonomía, liderazgo y colaboración; siendo importante en la
generación de bienestar colectivo, clave frente a situaciones difíciles de una determinada
comunidad, siendo el liderazgo clave para el desarrollo social, siendo esta, una característica que
debemos tener nosotros como futuros psicólogos, y aplicarlo en nuestro accionar profesional,
para aportar a nuestra comunidad.
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Referencias

 Montero, M. (2004) Introducción a la psicología comunitaria. Desarrollo, conceptos y


procesos. Buenos Aires: Paidós.
 Labourdette, S. & Scaricabarozzi, R. (2010). Hacia un nuevo concepto de liderazgo.
Orientación y sociedad.
 Rojas, R. (2013). El liderazgo comunitario y su importancia en la intervención
comunitaria. Psicología para América Latina.
 https://www.portafolio.co/negocios/liderazgo-comunitario-clave-del-desarrollo-social-
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