El 22 de agosto de 1930, Sánchez Cerro, encabezando la guarnición de Arequipa, se sublevó contra el gobierno de Augusto Leguía. El pronunciamiento respectivo fue redactado por el jurista arequipeño José Luis Bustamante y Rivero (que años después se convertiría en presidente constitucional del Perú). El movimiento insurgente se propagó rápidamente por el sur del país. También en Lima el ambiente era favorable para la revolución. Para dominar la situación, Leguía pretendió formar un gabinete militar, pero en las primeras horas de la madrugada del 25 de agosto la guarnición de Lima solicitó su renuncia. Leguía aceptó y renunció el mando, que quedó en manos de una Junta Militar de Gobierno presidida por el general Manuel María Ponce Brousset. Como medida de protección se trasladó a Leguía al buque Almirante Grau, en donde debería ser conducido al extranjero. Sin embargo, poco después, ante la exigencia de los revolucionarios de Arequipa, Leguía fue tomado prisionero a bordo del buque, obligado a desembarcar y confinado en la isla de San Lorenzo. Se decretó el receso del Congreso y la amnistía general. El 25 de agosto llegó a Lima, vía aérea, el comandante Sánchez Cerro, siendo recibido apoteósicamente. En el acto constituyó una Junta Militar de Gobierno bajo su presidencia. Se produjeron en Lima grandes manifestaciones populares y el asalto a la casa del expresidente y los principales miembros de su régimen. El levantamiento de Sánchez Cerro fue uno de varios que se dieron en todo el país; sin embargo, fue elegido por los insurrectos para que asumiera la dirección del país. Dado este acontecimiento ganó popularidad en todo el país, pues el gobierno dictatorial de Leguía había visto reducida su aprobación en un contexto de crisis económica mundial. ¿Por qué se le conoce a 1932 como el Año de la Barbarie? Una serie de sucesos sangrientos ocurridos en el año 1932 dan una idea de la terrible crisis en la que se debatía por entonces el Perú. No sin razón el año de 1932 ha sido denominado como el año de la barbarie.
- Atentado contra el presidente en Miraflores.
- Prisión de Haya de la Torre. - Rebelión de la marinería en el Callao. - Receso de la Universidad de San Marcos. - La revolución aprista de Trujillo. - Rebeliones en Huari y Huaraz. Fecha de inicio: 8 de diciembre de 1931, Fecha de término: 30 de abril de 1933, Presidente: Luis Sánchez Cerro. El asesinato de Sánchez Cerro. El asesinato de Luis Miguel Sánchez Cerro, presidente del Perú, sucedió el 30 de abril de 1933, cuando fue tiroteado por el joven cerreño Abelardo Mendoza Leyva. El hecho ocurrió en el momento en que Sánchez Cerro se retiraba a bordo de su auto descapotado del Hipódromo de Santa Beatriz, hoy Campo de Marte, en Lima, donde acababa de pasar revista a un grupo de tropas movilizables que debían partir hacia la guerra con Colombia. Llevado de emergencia a un hospital de Lima, Sánchez Cerro falleció tras dos horas de agonía. Una de las balas se había alojado en su corazón, lo que le provocó una hemorragia interna que fue la causa de su muerte. Sobre su victimario, que fue muerto de manera inmediata por la escolta presidencial, se supo que era un militante del partido aprista, organización a la que Sánchez Cerro había proscrito por sus actividades subversivas. Hubo también otros disparos de procedencia desconocida que impactaron al auto del presidente, acabaron con la vida de un guardia civil e hirieron a otros efectivos militares, lo que hizo sospechar que hubo un complot detrás del atentado, aunque las investigaciones no llegaron a identificar a los supuestos cómplices del asesino. Una de las consecuencias trascendentales de este crimen fue la firma de la paz con Colombia. El asesino fue identificado como Abelardo Mendoza Leyva. En el informe policial se le describe como un joven de 19 años (es decir, era menor de edad según la ley de entonces), de rasgos mestizos, de baja estatura y vestido humildemente. Investigando sus antecedentes, se supo que era natural de Cerro de Pasco, que sobrevivía en la capital de empleos eventuales, preferentemente en bares y restaurantes; que en 1931 se había afiliado al partido aprista; y que el día 4 de abril de 1933 (es decir, 26 días antes del magnicidio) había salido de prisión, tras estar cerca de un mes encarcelado por supuestas actividades partidarias. El arma que usó era una pistola automática de marca Browning, que se hallaba casi nueva. Llamó la atención esto último, pues se trataba de un arma costosa, que difícilmente una persona de su condición hubiera podido adquirirla con sus propios recursos. Se dijo que quien le incitó a cometer el crimen fue Leopoldo Pita, un dirigente aprista de rango menor, quien habría oficiado de su consejero.