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LUIS MIGUEL SANCHES CERRO

Luis Miguel Sánchez Cerro (Piura, 12 de agosto de 1889 - Lima, 30 de abril de 1933) fue


un militar y político peruano, que ocupó la presidencia del Perú en dos ocasiones: la primera,
del 27 de agosto de 1930 al 1 de marzo de 1931, como Presidente de una Junta de Gobierno
instalada luego que derrocara al presidente Augusto B. Leguía; y la segunda, como Presidente
Constitucional, después de ganar unas reñidas elecciones en 1931, a la cabeza de su partido,
la Unión Revolucionaria. No cumplió su período constitucional, pues murió a manos de un
militante del partido aprista, organización a la que había proscrito por sus actividades
subversivas, aunque no se ha determinado si fue víctima de un acto individual o de un
complot.
Una de las razones de la gran popularidad que tuvo en vastos sectores de la población fue su
marcada fisonomía de mestizo o cholo, haciendo que la gente lo viera «como uno más de
ellos», pero se dice que en realidad era afroperuano, teniendo como base una leyenda urbana
que aseguraba que nació en La Mangachería, famoso arrabal piurano poblado de descendientes de esclavos mangaches. El
historiador Héctor López Martínez lo describe como «un hombre de corta estatura, magro de carnes, de tez oscura, con ojos
negros y chispeantes, gestos enérgicos y don de mando.» También contribuyó a su popularidad su nacionalismo y su
pretensión de desconocer el tratado de límites con Colombia firmado durante el gobierno de Leguía, lo que provocó
un enfrentamiento bélico con dicha nación.
De su breve mandato destaca la promulgación de la Constitución Política de 1933 (la cual fijaba en seis años el período
presidencial, prohibía la reelección inmediata del presidente de la República, implantaba la libertad de culto y reconocía el
divorcio); asimismo otorgó a los obreros vacaciones y el descanso remunerado por el día del trabajo, creó los restaurantes
populares, suprimió la ley de conscripción vial, equipó las Fuerzas Armadas, continuó la construcción de la carretera Central,
etc. Debido a su actuación política en medio del período más turbulento de la historia peruana del siglo XX, Sánchez Cerro es
sin duda una personalidad muy controvertida, y todavía tiene en el Perú acérrimos detractores así como enconados
defensores.

Golpe de estado contra Leguía


El 22 de agosto de 1930, Sánchez Cerro, encabezando la guarnición de Arequipa, se sublevó contra el gobierno
de Augusto Leguía. El pronunciamiento respectivo fue redactado por el jurista arequipeño José Luis Bustamante y
Rivero (que años después se convertiría en presidente constitucional del Perú). El movimiento insurgente se propagó
rápidamente por el sur del país. También en Lima el ambiente era favorable para la revolución. Para dominar la
situación, Leguía pretendió formar un gabinete militar, pero en las primeras horas de la madrugada del 25 de agosto la
guarnición de Lima solicitó su renuncia.
Leguía aceptó y renunció el mando, que quedó en manos de una Junta Militar de Gobierno presidida por el
general Manuel María Ponce Brousset. Como medida de protección se trasladó a Leguía al buque Almirante Grau, en
donde debería ser conducido al extranjero. Sin embargo, poco después, ante la exigencia de los revolucionarios de
Arequipa, Leguía fue tomado prisionero a bordo del buque y obligado a desembarcar. Se decretó el receso del
Congreso y la amnistía general.
El 27 de agosto llegó a Lima, vía aérea, el comandante Sánchez Cerro, siendo recibido apoteósicamente. En el acto
constituyó una Junta Militar de Gobierno bajo su presidencia. Leguía fue trasladado prisionero a la Penitenciaría. Se
produjeron en Lima grandes manifestaciones populares y el asalto a la casa del expresidente y los principales miembros
de su régimen.
El levantamiento de Sánchez Cerro fue uno de varios que se dieron en todo el país; sin embargo, fue elegido por los
insurrectos para que asumiera la dirección del país. Dado este acontecimiento ganó popularidad en todo el país, pues
el gobierno dictatorial de Leguía había visto reducida su aprobación en un contexto de crisis económica mundial.

La Junta de Gobierno presidida por Sánchez Cerro gobernó del 27 de agosto de 1930 al 1 de marzo de 1931. Fue un
período especialmente crítico para el país. La crisis económica mundial que estalló en 1929 repercutió durante el final
del gobierno de Leguía y durante el gobierno de la junta de Sánchez Cerro. Cayeron los precios de los productos de
exportación como algodón, lana, azúcar, minerales. La moneda disminuyó su poder adquisitivo, se produjo la
restricción en materia de créditos, el comercio de importación disminuyó notablemente debido a la falta de capital y
los ingresos fiscales sufrieron una merma considerable. Cayeron muchas entidades financieras y de crédito, como el
Banco Perú y Londres. La desocupación fue incrementándose mes a mes.
La crisis económica ocasionó naturalmente el descontento social. Ocurrieron disturbios obreros en Talara, Cerro de
Pasco y La Oroya, instigados por los partidos izquierdistas recientemente aparecidos, y que fueron severamente
reprimidos. En el puente de Mal Paso, cerca de La Oroya, murieron muchos obreros a manos de la policía. En Oyolo
(departamento de Ayacucho) hubo un choque sangriento entre la policía y los indígenas. Ocurrieron también conflictos
estudiantiles que culminaron con la captura de la Universidad de San Marcos por los estudiantes, los que fueron
desalojados por las fuerzas del gobierno ocasionando la muerte del estudiante de medicina Guido Calle, el 4 de febrero
de 1931.

Medidas tomadas por la junta de gobierno

1. Se estableció el Tribunal de Sanción Nacional para juzgar los casos de enriquecimiento ilícito durante la dictadura
leguiísta.
2. Se derogó, el 31 de agosto, la ley de conscripción vial; también llamada la Mita Republicana, ley que había sido
implantada por Leguía y por la cual se obligaba a la población —sobre todo indígena— a trabajar temporalmente en las
obras viales del país. Esta disposición reivindicativa contribuyó a la mayor popularidad a Sánchez Cerro.
3. Se estableció el matrimonio civil obligatorio, que tenía precedencia al matrimonio religioso, así como el divorcio
absoluto.
4. Se expidieron disposiciones de carácter moralizador tales como la prohibición del juego de envite y aquella que obligaba
a los funcionarios públicos a declarar sus bienes.
5. Por decreto ley del 12 de noviembre de 1930 fue disuelta la Confederación General de Trabajadores del Perú (CGTP), de
inspiración comunista, fundada poco tiempo atrás.
6. Para remediar la crisis económica se contrató en Estados Unidos una misión de expertos financistas, bajo la dirección del
profesor Edwin W. Kemmerer. De la serie de medidas que aconsejó dicha misión, la Junta de Gobierno solo acogió
parcialmente unas cuantas, como la Ley de Bancos, la reestructuración del Banco Central de Reserva (que había sido
creado en 1922 como Banco de Reserva), para así lograr el reajuste monetario.
7. Se trasladó la capital del departamento de Junín a Huancayo (hasta entonces había estado en Cerro de Pasco).

Gobierno:
Sánchez Cerro inauguró su gobierno el 8 de diciembre de 1931, contando con mayoría parlamentaria. Su grupo político era
la Unión Revolucionaria, en el que descollaba el doctor Luis A. Flores. El Congreso lo ascendió al grado de General de
Brigada y pasó a discutir una nueva Constitución, que fue promulgada el 9 de abril de 1933.
El nuevo gobierno se inició contando con una intensa oposición del partido aprista, que desconoció su triunfo. Estuvo por eso
lleno de incidencias políticas que derivaron en acciones sangrientas e hicieron vivir al país un período de profunda
intranquilidad que impidió la acción eficaz tanto del gobierno como de los particulares, al impedir que el país se repusiera de
la crisis económica que lo agobiaba.
Ante esta situación, el Congreso aprobó leyes severas, entre ellas una llamada Ley de Emergencia, que dio al gobierno
poderes especiales para reprimir a los opositores, en especial a los apristas, aunque también a los comunistas (después los
militantes de la Unión Revolucionariaacuñarían el término de aprocomunista para confabular a ambos grupos políticos). La
violencia de la lucha política llevó al gobierno a apresar y deportar a los principales líderes apristas y a los 23 integrantes de la
célula parlamentaria aprista.
Una serie de sucesos sangrientos ocurridos en un breve lapso dan una idea de la terrible crisis en la que se debatió por
entonces el país:

 Un atentado criminal contra la vida del Presidente de la República en la Iglesia de Miraflores, por obra de José
Melgar Márquez, un joven militante aprista (6 de marzo de 1932). Sánchez Cerro sufrió un disparo de bala que le perforó
un pulmón, pero se recuperó al cabo de un mes. El autor material del atentado fue juzgado y condenado a muerte, pero
se le conmutó la pena por la de encierro.
 Una rebelión de marineros en los buques de la escuadra en el Callao (7 de mayo de 1932). Fue reprimida
cruentamente, y tras ser sometidos a una corte marcial, fueron fusilados ocho marineros, ante la presencia del ministro
de Gobierno, Luis A. Flores. A raíz de esta sublevación, fue clausurada la Universidad Mayor de San Marcos, pues se
vinculó a los estudiantes con la propaganda subversiva que alentara a los marineros a rebelarse.
 Una sublevación fomentada por los apristas en Trujillo, el 7 de julio de 1932, la llamada revolución aprista de Trujillo.
Los sublevados asaltaron el cuartel O’Donovan y secuestraron a varios oficiales del Ejército. Agustín Haya de la Torre,
hermano del líder aprista, asumió como prefecto del departamento. Desde Lima el gobierno envió nutridas fuerzas,
incluida la aviación, y reprimió severamente la rebelión. La ciudad fue tomada casa por casa. Antes de huir a la sierra, un
grupo de apristas descontrolados asesinaron a los oficiales que se hallaban prisioneros en el cuartel O’Donovan, lo que
motivó la feroz represión de los militares. Según información oficial fueron fusilados 43 apristas, aunque se sabe que un
número indeterminado fueron igualmente pasados por las armas (se mencionan cifras que van de mil a seis mil
personas). En Huari y en Huaraz (Ancash) estallaron otras rebeliones que igualmente fueron reprimidas.
 Una sublevación militar en Cajamarca encabezada por el comandante Gustavo Jiménez, quien se proclamó Jefe
Supremo de la República, pero fue vencido en Paiján y se quitó la vida disparándose un tiro en la cabeza (14 de marzo de
1933)
No sin razón el año 1932 ha sido denominado como el «Año de la Barbarie». El Perú se debatía en medio de una grave crisis
política y social.

Constitución de 1933:
Tras arduos debates, el Congreso Constituyente promulgó una nueva Constitución, que fue refrendada por el presidente
Sánchez Cerro el 9 de abril de 1933. Esta Carta se podría calificar de moderada y de carácter mixto presidencial-
parlamentario. Regiría hasta 1980, aunque en 1968 sería suspendida por el Gobierno Revolucionario de las Fuerzas Armadas.
Entre los principales dispositivos de esta Constitución destacamos los siguientes:
 Estableció el período presidencial en seis años y prohibió la reelección inmediata.
 Otorgó a las cámaras legislativas la facultad de derribar gabinetes e incluso de privar de su cargo al presidente.
 Mantuvo el centralismo administrativo, aunque otorgó autonomía económica y administrativa a los municipios.
 Declaró la libertad de cultos.
 Contempló el habeas corpus.
 Estableció la pena de muerte por delitos de traición a la patria y homicidio calificado.
La guerra con Colombia:
Agravando aún más la situación por la que atravesaba el país, ocurrió un serio incidente internacional con Colombia que
llevó al Perú al estado de guerra con aquella República.
El incidente se originó el 1 de septiembre de 1932 cuando un grupo de civiles peruanos residentes de la población de Leticia,
ubicada en el llamado Trapecio Amazónico (territorio que el Perú había cedido a Colombia por el Tratado Salomón-Lozano de
1922), depusieron sin mayor violencia a las autoridades colombianas de dicha población, dominaron a la policía local y la
hicieron embarcarse rumbo al Brasil, apoderándose del poblado. El suceso sorprendió tanto al gobierno del Perú como al de
Colombia. Este último protestó por la ocupación, pero el gobierno peruano decidió amparar a los nacionales, contando con el
apoyo de la población del departamento de Loreto, que ansiaba recuperar ese territorio cedido tan irresponsablemente por
el gobierno de Leguía. No obstante las gestiones diplomáticas que se hicieron, ambos países se prepararon para la guerra,
llegando a ocurrir varios choques armados en la región fronteriza del Putumayo.
El gobierno peruano llamó a la movilización y colocó al frente de la defensa nacional al general Óscar R. Benavides, el mismo
que venciera a los colombianos en el combate de La Pedrera en 1911, y que fuera presidente provisorio en 1914-1915. Sin
embargo, el asesinato del presidente peruano, ocurrido en abril de 1933, evitó que la guerra tomara mayores proporciones.
Obras de gobierno:
Pese a la guerra interna en que se debatía, el régimen de Sánchez Cerro pudo realizar algunas obras importantes:
 Trató de frenar las migraciones a las ciudades, atendiendo las necesidades de los pueblos.
 Se iniciaron proyectos de colonización gradual de la selva.
 Se amplió la legislación a favor de los indígenas.
 En el campo laboral y social, se concedió al obrero descanso remunerado por el día del trabajo (1 de mayo); el
horario de verano para obreros y empleados; vacaciones obreras; la construcción de restaurantes populares; la
supresión del impuesto a la sal; el contrato individual de trabajo.
 En el campo de la minería, estudió la nacionalización de las minas, promulgó la ley de protección a las brigadas para
los lavaderos de oro y suprimió los derechos de minas.
 Protegió la industria, en especial la pesquera, poco desarrollada entonces.
 Recuperó la administración de los muelles en beneficio del estado, revisando los contratos existentes con las firmas
administradoras.
 Suspendió el monopolio de los fósforos.
 En el campo de la defensa nacional, y ante la amenaza de un conflicto bélico con Colombia, se crearon la Jefatura
Superior de Defensa Nacional y la Junta Económica de Defensa; se ordenó la construcción de cuarteles en La
Perla, Juliaca e Iquitos; se adquirieron equipos completos para el Ejército y la Policía; se dispuso la construcción del
Hospital de Sanidad de Las Palmas; y se intentó renovar todo el armamento bélico.
 En el campo de la educación se crearon escuelas modernas para mil alumnos cada una y se construyeron 90 centros
educativos, así como se inauguraron escuelas prácticas y especializadas, en todo el país
 Se continuó la pavimentación de la carretera Central, así como se inició la construcción de la vía
de Huánuco a Pucallpa (que se culminaría en 1943), la de Canta a Huánuco y la de la frontera de Puno. Otros
caminos se construyeron en la costa, como el de Paita Piura, el de Sullana a Tumbes y el de Talara a Tumbes.
 En materia de irrigación recibieron mayor atención las pampas de La Joya en Arequipa.

Óscar Raimundo Benavides Larrea

(Óscar Raimundo o Raymundo Benavides Larrea; Lima, 1876-1945) Militar y político peruano que
fue en dos ocasiones presidente de la República (1914-1915 y 1933-1939). Hijo de Miguel Benavides
y Erfilia Larrea, estudió en la Escuela Militar de Chorrillos, de la que egresó en 1894 con el título de
subteniente de artillería. En 1905 fue enviado a realizar estudios de especialización a Francia, país en
el que permaneció por cinco años. De regreso, participó en la campaña contra Colombia, tomando
parte en la acción de la Pedrera. En julio de 1911 derrotó en Caquetá a las tropas del país del norte.

En 1913 el presidente Guillermo Billinghurst lo nombró jefe de Estado Mayor, pero poco después fue
destituido por negarse a participar en la disolución del Congreso, ordenada por el propio presidente.
El 4 de febrero de 1914 comandó el golpe de Estado que derrocó a Billinghurst; encabezó primero
una junta militar, para actuar luego como presidente provisorio hasta 1915. Desde su presidencia
militar, trató de imponer orden a las graves turbulencias sociales que vivía el país, pero la presión política de sus adversarios
hizo que la Junta abandonase el poder después de que José Pardo y Barreda fuese elegido presidente por sufragio.

Con la toma de poder de Pardo y Barreda el 18 de agosto de 1915, Óscar Benavides fue comisionado para diversas misiones
diplomáticas en Europa, ya que se le creía un hombre peligroso para la estabilidad del nuevo gobierno. Fue enviado a Francia
como observador de la Primera Guerra Mundial, que se hallaba entonces en su punto culminante. Al año siguiente ejerció
como ministro plenipotenciario en España, renunciando tres años después. Más tarde fue nombrado embajador en España y
luego en Italia. Cuando regresó al Perú pidió su pase al retiro.

Pese a ello, volvió a participar activamente en la política peruana después del golpe militar que acabó con el largo mandato
(1919-1930) del presidente Augusto B. Leguía. Las juntas de gobierno militares fueron sucediéndose, aumentando la
inestabilidad del país. El populismo del general Leguía había acabado derivando en una insurrección popular, auspiciada
también por las minorías burguesas y ciudadanas que constituían el núcleo votante de la recién fundada APRA (Alianza
Popular Revolucionaria Americana), aglutinada por Víctor Raúl Haya de la Torre.

Después del golpe militar, Óscar Benavides fue el hombre de confianza del presidente militar, el general Luis M. Sánchez
Cerro, sobre todo en la represión de la revuelta del APRA en el norte del país. Tras el asesinato de Sánchez Cerro en 1933,
Óscar Benavides y la Junta de Gobierno Militar optaron por ofrecer garantías para unas elecciones libres a cambio de que
cesasen las hostilidades. De esta forma, Óscar Benavides se convirtió de nuevo en presidente de Perú, pero esta vez
presidente constitucional, al ser elegido por el Congreso Constituyente e investido el 30 de abril de 1933.

La inestabilidad social y el estancamiento de las importaciones peruanas, motivado por la grave crisis económica desde el
crack de la bolsa norteamericana de 1929, fueron los grandes enemigos del gobierno de Óscar Benavides. Convocó
elecciones generales en 1936, pero ante la aparente victoria del APRA decidió anular los comicios y permanecer en el
gobierno hasta 1939. El 8 de diciembre de 1939 fue sustituido en la presidencia por Manuel Prado y Ugarteche.

En 1940 Benavides fue galardonado con el bastón de mariscal del Perú. Más tarde volvió a la diplomacia, como embajador en
España y en Argentina. Desde Buenos Aires tuvo un importante papel en las negociaciones que culminaron en el Protocolo de
Río de Janeiro y que zanjaron el viejo litigio fronterizo con el Ecuador. De regreso en 1944, y a punto de concluir el mandato
de Prado, fue uno de los impulsores del Frente Democrático Nacional, que nucleaba al APRA y otros partidos.

Primer gobierno:
En 1913 el Presidente de la República era Guillermo Billinghurst que había sido elegido en 1912 con el apoyo de los
movimientos obreros. Enfrentado con la oposición de una porción significativa del Congreso, que obstaculizaba el
cumplimiento de sus promesas para con los obreros tales como las 8 horas laborales, el derecho a sindicalización y huelga,
Billinghurst planeaba disolver el Congreso. Algunos diputados comenzaron a conspirar para deponer al Presidente, y así
mantener el poder concentrado en la oligarquía peruana, y obtuvieron el apoyo del teniente coronel José Urdanivia Ginés, el
jefe de una sección del Estado Mayor. Billinghurst intentaba armar a la población para que ésta enfrentara a las fuerzas
armadas. Los conspiradores se pusieron en contacto con el coronel Benavides, quien aceptó apoyarlos tanto para defender el
orden constitucional como para evitar una división en las fuerzas armadas.4
El 3 de febrero de 1914 Billinghurst destituyó a Benavides de la jefatura del Estado Mayor del Ejército, hecho que solo sirvió
para precipitar el golpe de estado. En la madrugada del 4 de febrero la guarnición en Lima bajo el comando de Benavides se
pronunció contra el gobierno. Las tropas se acercaron a Palacio de Gobierno y se produjo un corto tiroteo con la guardia
palaciega, que finalmente se sumó a los sublevados. Benavides obtuvo del presidente Billinghurst una declaración en la que
manifestó su voluntad de negociar. Luego de unas conversaciones, Billinghurst dimitió y fue exiliado a Chile, donde murió al
año siguiente. Durante la sublevación en el cuartel de Santa Catalina, se produjo el horrendo asesinato del general Enrique
Varela Vidaurre, héroe de la guerra del Pacífico, que fue acribillado mientras dormía.5
Los senadores y diputados, reunidas en la tarde del mismo 4 del febrero, acordaron otorgar temporalmente el Poder
Ejecutivo a una Junta de Gobierno de seis miembros, escogidos de entre los personeros de los partidos políticos. Ellos
fueron: José Matías Manzanilla, del Partido Civil Independiente (Relaciones Exteriores); Rafael Grau, del Partido Civil Leguíista
(Justicia e Instrucción); José Balta, del Partido Liberal (Hacienda); Arturo Osores, del Partido Constitucional (Gobierno)
y Benjamín Boza, del Partido Demócrata (Fomento). Y como presidente de la Junta, el coronel Benavides.6
La Junta de Gobierno debía encargarse del mando mientras que el Congreso Nacional resolviera lo conveniente al ejercicio
del Poder Ejecutivo. Hubo quienes sostuvieron que el poder debía asumirlo uno de los vicepresidentes de
Billinghurst: Roberto Leguía o Miguel Echenique. Tras arduas discusiones, el 15 de mayo de 1914 el Congreso nombró a
Benavides Presidente Provisorio, con la misión de convocar a elecciones.
El 17 de diciembre de 1914, Benavides obtuvo el ascenso a general de brigada.

Durante los dieciocho meses de su gobierno, Benavides restauró el orden y la estabilidad políticos. Con respecto al personal
de sus gabinetes ministeriales, Jorge Basadre escribió: «El general Benavides reveló ser cauto y equilibrado al escoger a sus
colaboradores». La presidencia del Consejo de Ministros la

Obras y hechos importantes

 Enfrentó el problema monetario. Desde 1901 el Perú tenía una sólida moneda de oro, la Libra peruana, “a la par con
Londres” como decían con orgullo los peruanos. Pero a raíz del estallido de la primera guerra mundial, el temor obligó a
la población a esconder las monedas de oro y a retirar sus depósitos en los bancos. Hubo, pues, la amenaza de una
brusca parálisis económica. Se recurrió entonces a la emisión de billetes fiscales, con el nombre de “cheques circulares”,
por ley N.º 1968 del 22 de agosto de 1914. Eran monedas de papel por valor de 1, 5 y 10 libras peruanas, cuya emisión
según dicha ley no podía exceder de un millón cien mil libras y respaldada en un 35% por el oro guardado en los bancos.
En octubre de ese mismo año se dio otra ley por la cual se autorizaba ampliar dicha emisión hasta dos millones y medio
de libras, rebajándose hasta 20 % de la emisión la garantía mínima de oro. Se estipulaba que tales “cheques circulares”
se retirarían del mercado seis meses después de finalizada la guerra mundial, pero la moneda de oro desapareció
prácticamente de la circulación, instaurándose desde entonces el régimen del papel moneda.
 Se trató el problema de La Brea y Pariñas, uno de los más negros episodios de la penetración imperialista en el Perú.
La compañía británica London Pacific explotaba ese yacimiento de petróleo, habiendo serios indicios de que se
beneficiaba de más pertenencias de las reconocidas en el papel, por lo que se había ordenado una remensura en 1911,
que fue retrasándose, hasta que el gobierno de la Junta de Gobierno expidió una resolución ordenando llevar adelante
dicha remensura o medición de las propiedades explotadas. Esta dio la existencia de 41.614 pertenencias en vez de las
10 que alegaban sostener los propietarios del yacimiento. El gobierno ordenó entonces el pago del correspondiente
canon de superficie, a razón de 30 soles por pertenencia, haciendo un total de 1.248.420 soles al año, en vez de los 300
soles que se había venido pagando hasta entonces. No obstante, este problema continuaría siendo un dolor de cabeza
para gobiernos subsiguientes.
 Al estallar la guerra europea en agosto de 1914 (después llamada primera guerra mundial), el Perú declaró una
estricta neutralidad.
 Su labor política más importante, fue, sin duda, el retorno a la constitucionalidad. Benavides convocó a una
Convención de partidos, que se reunió en el General del Convento de Santo Domingo, en el que participaron los
delegados del Partido Civil, el Liberal y el Constitucional, más no el Demócrata o pierolista. El objetivo de esta
Convención era unificar las candidaturas, es decir, hacer de una especie de “primarias” de las elecciones generales que
debían realizarse en 1915. En la votación final triunfó el civilista José Pardo, sobre el constitucional Pedro E. Muñiz
Sevilla (general del ejército). Realizadas las elecciones generales, ganó abrumadoramente Pardo, sobre la candidatura
puramente simbólica del demócrata Carlos de Piérola.12
Pardo fue investido presidente de la República el 18 de agosto de 1915. Era la segunda vez que asumía la presidencia.

Actuación entre 1915 – 1933


El presidente Pardo envió a Benavides a París en 1916 como observador de la primera guerra mundial y como tal fue testigo
de la batalla de Verdún. Posteriormente, en 1917, Pardo lo nombró Embajador Extraordinario y Ministro Plenipotenciario
en Italia. El 4 de julio de 1919 Augusto B. Leguía llegó a ser presidente de la República como resultado de un golpe de
estado contra Pardo. En diciembre de 1920 Benavides renunció a su puesto en Roma y regresó a Lima.
Leguía temía que Benavides organizara una revuelta y el 3 de mayo de 1921 lo hizo arrestar. Benavides y veinticinco
ciudadanos más fueron hechos prisioneros y embarcados en el vapor Paita con destino a Sídney, Australia. Un motín
comandado por Benavides capturó al capitán del barco y a sus oficiales y cambió la ruta hacia Costa Rica. Desde Costa
Rica Benavides se trasladó a Panamá y luego a Guayaquil (Ecuador) donde restableció contactos con los elementos
opositores a Leguía. La esperada revolución que debía estallar en el Perú no sucedió y entonces, el 2 de noviembre de 1927,
Benavides se embarcó rumbo a Francia, llegando el día 14 a Niza, donde se reunió con su familia.
Durante los años del gobierno leguiísta, Benavides mantuvo contacto con los opositores a Leguía y alentó los proyectos
golpistas que en diversos lugares del Perú se tramaron. Hasta que el 22 de agosto de 1930 el teniente coronel Luis M.
Sánchez Cerro inició una revolución en Arequipa y Leguía se vio forzado a renunciar a la presidencia. Sánchez Cerro fue
investido como Presidente Provisional. El 3 de octubre de 1930 Benavides fue nombrado Embajador Extraordinario y Ministro
Plenipotenciario en España. Por razones familiares retornó al Perú en julio de 1931, aprovechando la ocasión para seguir el
desarrollo del proceso electoral de ese año, que a la postre encumbró como presidente constitucional a Sánchez Cerro.
Retornó entonces a Madrid, reasumiendo su función diplomática. En febrero de 1932, pasó a Londres, también con la
investidura de ministro plenipotenciario.
Poco después, el gobierno de Sánchez Cerro llamó a Benavides y el 27 de marzo de 1932 lo nombró General en Jefe del
Consejo Nacional de Defensa, encargado de las fuerzas peruanas en el preciso instante en que estallaba un nuevo conflicto
armado con Colombia. El 31 de marzo de 1933 Benavides fue promovido al grado de general de división.
ocuparon sucesivamente: El general Pedro E. Muñiz Sevilla, el contralmirante Melitón Carvajal Ambulodegui, Aurelio Sousa y
Matute, Germán Schreiber Waddington y Carlos Isaac Abril Galindo.

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