llamaremos ética a la moral intrínseca; esto es, al conjunto de valores, hábitos, procedimientos, actitudes o modos de hacer, que son intrínsecos a un discurso; reservando el nombre de moral para el concepto general que incluye todos los valores y costumbres de un sujeto individual, plural o colectivo (grupo o comunidad). La moral extrínseca serán los valores y costumbres que pertenecen a nuestro hacer, pero han sido incorporados de otros discursos ( heteronomía) y no hacen parte, propia e intrínsecamente, de nuestro discurso. De acuerdo con lo anterior, la respuesta (ética) a la pregunta ¿qué hacer?, sería: lo que corresponda a este discurso, lo que le es intrínseco. Cuando nos referimos a un discurso subjetivo, hablaremos de “ser fiel a sí mismo” (Nietzsche, Aurora), es decir, actualizar y realizar los valores intrínsecos al propio ser, lograr un “despliegue del alma”, como decían los griegos.
Pero hay otros discursos, como el de la ciencia, la
profesión, la religión, que surgen de subjetividades pero no son propiamente subjetivos. Actuar de acuerdo con los valores propios de ese discurso, es actuar conforme con su ética. Por ejemplo, hay una ética de la psicología; esto es, el conjunto de valores que le son intrínsecos al discurso de la psicología. Es distinto al código de “ética” del psicólogo que reúne las normas y comportamientos exigidos por una sociedad a aquel que ejerce como psicólogo. Este código es una moral, que incluye, además de valores intrínsecos otros valores que son extrínsecos, que son más bien valores sociales y comunitarios, y que pueden entrar, en una situación dada, en contradicción con los valores intrínsecos o propiamente éticos.
Muchos filósofos consideran la Ética como una parte de la
filosofía: una reflexión sobre la moral. Preferimos llamar a este estudio una “reflexión moral”. La responsabilidad secundaria (específicamente humana) exige tomar consciencia de las propias acciones y sus consecuencias (véase El sentido de la vida, mi tesis de maestría, 1981). Llamamos responsabilidad ética a esa actitud, la responsabilidad secundaria o activa. Aquel que responde por los efectos de sus acciones tiene una responsabilidad moral, o consecuencia pero no necesariamente su actuar será ético. Porque hemos de reconocer que la reflexión y la consciencia son intrínsecas al ser humano y, por lo tanto, hacen parte de su ética. Por eso la ética humana implica una reflexión sobre la moral (aunque no necesariamente un tratado filosófico).
Autor: Carlos Arturo Ramírez G.
Psicoanalista y matemático Profesor titular de la U de A.