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RESUMEN BLOQUE 11: LA DICTADURA FRANQUISTA

11.1. La creación del Estado franquista. Grupos ideológicos y apoyos


sociales. Etapas de la dictadura y principales características de cada una
de ellas. El contexto internacional: del aislamiento al reconocimiento
exterior.
Introducción.

En 1939, terminada la Guerra Civil, se instauró un régimen dictatorial que estuvo


vigente casi cuarenta años. Aunque sus instituciones fueron evolucionando, el control
absoluto del poder político por parte de Franco fue una constante y su gran capacidad
de adaptación a las distintas circunstancias internacionales le permitió mantenerse en
el poder.

Desde 1939 a 1975 se desarrolla un régimen político dictatorial dirigido casi


exclusivamente por el general Francisco Franco. Este largo período, se caracterizó por
un gran inmovilismo político, una durísima represión, persecución sistemática de
cualquier oposición y un sistema económico autárquico.

El régimen franquista evolucionó sólo en el ámbito económico y social, impulsado por


las circunstancias, pero se mantuvo fiel a sus principios políticos y nunca abandonó su
carácter de dictadura personal.

1. Los fundamentos ideológicos del Estado franquista

a) Una dictadura personalista, en la que Franco tiene todos los poderes: es jefe de
Estado, de gobierno y de las Fuerzas Armadas. Supresión de todos los partidos y
sindicatos salvo el Movimiento Nacional que integra al partido único FET de las JONS.

Se le llamó “Caudillo”, o “Generalísimo”. Franco se fue rodeando de símbolos y lemas


para resaltar su papel providencialista: Francisco Franco, Caudillo de España por la
gracia de Dios, en las monedas, en sus retratos vestido de militar o de la falange y los
gritos de adhesión: “Franco, Franco”, en todos los actos oficiales.

b) Rechazo al comunismo y del movimiento obrero, abarcaba desde la extrema


izquierda a la burguesía democrática, eran todos los llamados rojos. Este rechazo
aumentó hacia los comunistas en 1950 con la Guerra Fría.

c) Antiparlamentarismo. La democracia se identificaba con lo antiespañol, el sistema


se consideraba débil e inferior a la democracia orgánica española. Se identificaba la
democracia con la masonería y la judeomasonería, a las que se hacía responsables de
la decadencia nacional.
d) Identificación del régimen con el catolicismo. La Dictadura fue conocida como el
nacionalcatolicismo. El apoyo de la Iglesia se recompensó con una generosa
financiación. La Iglesia dominaba vida social y ejercía control absoluto sobre de la
educación, incluso en la Universidad. Proliferación de actos religiosos de todo tipo
(rezos públicos, procesiones y símbolos católicos). Se impuso una estricta moral cuyo
incumplimiento, podía castigarse hasta con el Código Penal.

e) Tradicionalismo (influencia del carlismo). La Patria se consideró como el máximo


valor. Se idealizaron épocas pasadas, como la Reconquista o en las que España había
sido una unidad: con los Reyes Católicos (símbolos del yugo y flechas para la bandera),
un Imperio (Carlos I o Felipe II) y con la conquista de América (los conquistadores,
héroes).

f) El establecimiento de un Estado unitario y centralista. Rechazo al nacionalismo, al


que se calificó se separatista y antiespañol (se prohíbe el uso de cualquier lengua que
no sea el castellano). Se abolen los estatutos de autonomía y se fomenta la
españolización de los territorios bajo influencia del nacionalismo catalán, vasco y
gallego.

g) Régimen muy militarista, que se manifiesta en la vida cotidiana, desfiles, himno


nacional o exaltación de la bandera. El control de los medios de comunicación, sujetos
a una rígida censura y utilizados como aparatos de propaganda franquista. La radio y la
prensa recordaban permanentemente la Guerra y la victoria.

h) Represión de cualquier oposición, que se inició con la Ley de Responsabilidades


Políticas de 1939 y continuó durante todo a Dictadura. Las libertades públicas y los
derechos de reunión y asociación fueron anulados.

2. Grupos sociales de apoyo al franquismo

Desde sus inicios la dictadura contó con el apoyo de la oligarquía agraria, industrial y
financiera: terratenientes, empresarios, industriales, financieros, comerciantes, etc., a
los que devolvió su patrimonio y su hegemonía social y económica, beneficiándose del
intervencionismo económico de las primeras décadas del franquismo. A ella se
incorporaron militares y falangistas, así como personajes enriquecidos por la guerra y
los negocios. El régimen contó también con la adhesión de los pequeños y medianos
propietarios agrícolas del norte de España y las clases medias de las pequeñas
ciudades. Gran parte de las clases medias y la clase obrera, los perdedores de la
Guerra Civil, evolucionaron hacia una postura de pasividad política como consecuencia
de la represión, el miedo y el control policial.

3. Grupos ideológicos de apoyo al franquismo

En un régimen sin partidos políticos adquirieron gran importancia las llamadas


familias del régimen. Una de ellas fueron los falangistas. Proporcionó al régimen
franquista muchos de sus principios ideológicos, símbolos y cargos de la
administración. Para dar apoyo social al régimen se crearon organizaciones como la
Sección Femenina, el Frente de Juventudes o el Sindicato Español Universitario (SEU).
La Falange tuvo una gran influencia en los primeros años, pero tras la derrota en la
Segunda Guerra Mundial de las potencias fascistas, su influencia en el régimen
disminuyó.

El Ejército también ocupó cargos políticos, aunque los demasiado críticos o


independientes fueron apartados del régimen.

Los católicos, la tercera familia. Muchos provenían del Opus Dei (organización religiosa
de planteamientos integristas), sus miembros, de gran preparación intelectual,
ocuparán puestos claves en el Gobierno.

La última familia, los monárquicos, con posturas muy diferentes, desde carlistas a los
partidarios de don Juan de Borbón, hijo de Alfonso XIII. Estos últimos, aunque
decepcionados con las actitudes de Franco, colaboraron con él.

4. Etapas de la dictadura

Se pueden diferenciar diferentes etapas: construcción del régimen, marcada por la


autarquía y el aislamiento, una segunda de consolidación, ruptura del aislamiento
económico (década de los cincuenta) y una última de descomposición del régimen

Primera etapa, la época de la posguerra (1939-1951). Construcción del régimen.


Coincide con la Segunda Guerra Mundial. Al principio de la etapa, Franco se alinea con
los regímenes fascistas. La Falange proporciona el soporte ideológico y Serrano Súñer,
cuñado de Franco (ministro de Gobernación en el primer gobierno de Burgos de 1938)
es el hombre fuerte del régimen.

Se promulgan las llamadas Leyes orgánicas: El Fuero del Trabajo (1938) establecía el
sindicalismo vertical. Ley Constitutiva de Cortes (1942), “Cortes” elegidas por las
corporaciones de familias, municipios y sindicatos; por sufragio indirecto. El Fuero de
los españoles (1945), que recogía los derechos y deberes muy limitados, concedidos
por el dictador. Ley de Sucesión a la Jefatura del Estado (1947) que concedía a Franco
designar sucesor, se afirmaba que España “era un reino” y se incluía una promesa
indeterminada de restauración monárquica (una vez que Franco estuviese
incapacitado o hubiese muerto). Esta Ley fue una reacción al “Manifiesto de Lausana”
de 1945, en él don Juan de Borbón, hijo y heredero de Alfonso XIII, exige la
restauración de la monarquía.

El régimen se definía como “democracia orgánica” en la que el pueblo podía participar


a través de los órganos “naturales de la sociedad: la familia, el municipio y el sindicato.
Segunda etapa. La consolidación del régimen y el gobierno de los tecnócratas (desde
1951 hasta 1969)

Tímida apertura cultural e ideológica. En 1956 se producen las primeras protestas


entre los universitarios enfrentamientos de los estudiantes que reclaman mayor
libertad. El cambio más radical se produjo con la entrada en el Gobierno de miembros
del Opus Dei, los llamados tecnócratas, que promulgan una serie de leyes para el
desarrollo económico. Por último se aprueba una nueva Ley de Principios del
Movimiento Nacional (España es una “monarquía tradicional, católica, social y
representativa”).

Tercera etapa. El tardofranquismo A partir de 1969, el régimen entra en crisis


Desaparecen los últimos vestigios falangistas y hay un notable aumento de la
oposición al sistema. Las características políticas continúan siendo el inmovilismo
institucional y una política represiva. Pero se intenta dar la apariencia de un régimen
más moderno, se promulga la Ley de Prensa e Imprenta (Ministro Manuel Fraga), que
suprimía en, en teoría, la censura. Se suavizan los discursos, en los que sólo se
mencionan valores despojados de toda ideología como la paz, la seguridad y el trabajo.
Dentro del régimen estaban los aperturistas, partidarios de reformar el sistema y los
inmovilistas (Carrero Blanco) que consideraban los cambios demasiado “liberales” y
temían lo que pudiera ocurrir cuando muriera Franco Estos sectores, conocidos como
el búnker, opuestos a cualquier cambio político.

En 1969 Juan Carlos de Borbón, nieto de Alfonso XIII, fue designado sucesor de Franco
“a título de rey”, una nueva monarquía que debía estar apoyada en los principios
fundamentales del Movimiento. Los problemas más importantes fueron, la represión y
la corrupción, con el llamado caso MATESA (fraude de una empresa favorecida por el
Gobierno. En los últimos años dos acontecimientos frenan las transformaciones: crisis
energética internacional y asesinato, en atentado terrorista, (ETA) de Carrero Blanco,
presidente del Gobierno, hombre de confianza y posible sucesor.

La última etapa, 1973-75, se conoce como la agonía del franquismo. Carrero Blanco
es nombrado en 1973 presidente del Consejo de Ministros por primera vez Franco no
asume ese cargo separando así la jefatura del Estado de la del Gobierno. Carrero
Blanco es asesinado el 20 de diciembre de 1973 y fue sustituido por Carlos Arias
Navarro, perteneciente al búnker, tuvo que enfrentarse al agravamiento de la crisis
económica y el incremento de la oposición. En el verano de 1974 Franco tiene una
crisis de salud y el príncipe Juan Carlos, hasta entonces marginado de la vida política,
asume por primera vez funciones de gobierno. Franco muere el 20 de noviembre de
1975.
5. El contexto internacional: del aislamiento al reconocimiento exterior.

Al iniciarse la Segunda Guerra Mundial (septiembre de 1939), España se suma al


Pacto Antikomintern (junto a Alemania e Italia, para evitar la expansión del
comunismo) y se declara neutral. La entrevista con Hitler en Hendaya (octubre de
1940) para tratar sobre la participación de España en la guerra fracasó, ninguno aceptó
las condiciones (Franco pretendía una compensación con territorios franceses en
África y Hitler la intervención de España en la guerra). En 1941, España envía la División
Azul (cuerpo de voluntarios) para apoyar la intervención alemana en la URSS. A partir
de 1943, las derrotas alemanas, hacen disminuir la influencia de los falangistas en el
Gobierno. Serrano Suñer, cuñado de Franco, es sustituido y se adopta una postura más
neutral, giro hacia los aliados (Francia, Gran Bretaña).

A partir de 1945, con el triunfo aliado, España queda aislada internacionalmente. Los
vencedores y la ONU condenan a Franco por su apoyo al bando fascista y por la
dictadura en España. La recién creada ONU rechazó el ingreso de España, calificó el
régimen como fascista y promovió la retirada de embajadores (que tan solo no
secundaron Portugal, Argentina y El Vaticano). El hecho, en España, fue calificado
como “antiespañol” y se utilizó para realizar una concentración masiva a favor de
Franco en la Plaza de Oriente.

Sólo es factible la aproximación a países latinoamericanos y árabes. España sufrió


desde entonces un bloqueo económico y diplomático, lo que agravó la autarquía y
aumentó la miseria. El único Gobierno que prestó su ayuda fue Argentina (General
Perón). Además, EE.UU. excluyó a España del Plan Marshall.

El reconocimiento internacional llegó a España en 1950, como consecuencia del inicio


de la Guerra Fría: al bloque occidental liderado por EE.UU. le convenía un régimen
anticomunista, aunque fuese una dictadura. Así se produce la quiebra del aislamiento.
La ONU levanta su veto en 1950, regreso de los embajadores. Los pactos con EE.UU.
(1953) suponían la integración económica y militar de España en el bloque occidental.
España se convierte en un satélite estadounidense a cambio del permiso para la
construcción de bases militares norteamericanas en suelo español (Morón de la
Frontera (Sevilla), Rota (Cádiz), Torrejón de Ardoz y Zaragoza), a cambio de ayuda
económica y militar. (De soberanía española, pero bajo mandato estadounidense).

En 1953 nuevo acuerdo con la Santa Sede: derecho de presentación de obispos por
Franco, el Estado mantiene económicamente a la Iglesia y validez sólo del matrimonio
eclesiástico. Finalmente, en 1955 España fue admitida en la ONU, y posteriormente en
el FMI (Fondo Monetario Internacional), Banco Mundial. No se le permite el ingreso
en la OTAN ni en la CEE al no ser un régimen democrático. En 1959 tiene lugar la vista
a España del presidente de EE.UU., Eisenhower.
En la década de los 50 y 60, España asiste a la pérdida de las colonias de Marruecos,
en 1956 y Guinea Ecuatorial, en 1968. La presión de Marruecos sobre el Sahara
español concluye con la movilización de la Marcha Verde de noviembre de 1975. El día
20 de noviembre, muere Franco. (España acabó cediendo y entregando el Sahara a
Marruecos, en febrero de 1976).

11.2. Política económica del franquismo: de la autarquía al


desarrollismo. Transformaciones sociales: causas y evolución.
1. Las transformaciones económicas: de la autarquía al desarrollismo.

La situación tras la Guerra Civil

La economía (década de los 40) estaba totalmente en crisis. El país devastado por la
guerra y el hambre. Hay un hundimiento de la producción agraria y racionamiento de
los productos. La actividad industrial había caído en un 30% y la agrícola un 20%.
Destruidas alrededor de 250.000 viviendas y gran parte de las carreteras y vías férreas,
sin reservas de oro en el Banco de España y sin la posibilidad de obtener créditos
debido a la 2ª GM y al boicot exterior.

Se adopta una política autárquica, de intervención del Estado en la economía. Esta


política autárquica fue debida a las pérdidas materiales y humanas por la Guerra Civil;
los obstáculos internacionales (condena de la ONU y bloqueo económico) y a la propia
ideología del franquismo (aislacionista, modelo del fascismo italiano).

La década se caracterizó por el hambre, malas cosechas, carencia de materias primas


(petróleo, abonos, algodón, etc.), restricciones eléctricas, falta de capitales, de
tecnología y de ideas para reactivar el comercio y la industria.

La rerruralización de la economía es una tendencia destacable, por la falta de


perspectivas en la ciudad: el campo se convierte en el sector básico.

Las principales actuaciones en materia económica son:

Agricultura, se crea el Servicio Nacional del Trigo: fija precios de los cereales y las
legumbres, los agricultores venden, a bajo precio, toda su cosecha al Estado. Esto
provocó cosechas muy pobres, abandono del cultivo del cereal y bajos índices de
producción. Se crea también el Instituto Nacional de Colonización (planes de regadío).
Estas medidas no consiguieron aumentar la producción (la superficie cultivada no se
recuperó en 20 años; en 1941 se produjeron 2,4 millones de toneladas de trigo,
cuando la población necesitaba 4).

Los problemas de abastecimiento se resolvieron mediante la cartilla de racionamiento


(cartillas personales que el Estado sellaba a cambio de productos básicos, hasta el año
1952) y originaron el mercado negro (venta de productos y divisas no autorizadas por
el Estado), se comerciaba por medio del estraperlo (contrabando de productos,
entorno al 30 % de la producción se desviaba al “estraperlo”). En estas condiciones se
explica la elevada mortandad causada por el paludismo, la diarrea, la tuberculosis, el
tifus y la falta de medios para atajarla.

En la industria se sigue el modelo intervencionista y autárquico de la Italia fascista. La


industria se estancó, ya que sólo se fabricaban bienes de primera necesidad. Se creó el
Instituto Nacional de Industria (INI) que abarcaba empresas básicas en el campo de la
electricidad, fertilizantes, astilleros, siderurgia, metalúrgica, automoción. A la vez, se
multiplican los monopolios: RENFE, CAMPSA, Tabacalera Española (1943), ENASA
(Empresa Nacional de Autocamiones, 1946).

El proteccionismo frena las relaciones con el exterior (la importación de materias


primas y equipamientos no se puede pagar con la exportación de productos españoles
pues éstos se limitaban a los productos agrarios) y la inversión privada y favorece el
monopolio del Estado, la burocracia estatal y los grandes bancos. De 1941-43 la
inflación es del 13%, del 16 % entre 1945-47.

Por último, los salarios, el nivel de vida y la renta Nacional descendieron a niveles
bajísimos, inferiores a la época anterior a la Guerra Civil.

La década de 1950

Conocida como Década Bisagra supuso la transición de la autarquía al desarrollismo de


los sesenta. Se abandona la autarquía y se adoptan nuevas medidas: liberalización
parcial de precios, del comercio y mercancías, lo que permite terminar con el
racionamiento. En 1954 se alcanzó la renta de 1935, y el sector industrial empezó a
crecer al tiempo que disminuía peso del sector agrario en la renta nacional.

La ayuda económica y técnica de los EE.UU. Comenzó a llegar desde 1951, aunque
inferiores al Plan Marshall que recibieron otros países europeos, significaron un aporte
decisivo para la economía española. Desde 1953 la integración de España en el
comercio internacional facilitó el aumento de la importación de bienes de consumo y
maquinaria, la modernización de la agricultura y la ampliación de los regadíos. Poco a
poco, comienza a crearse empleo y el fenómeno de la emigración de la ciudad al
campo disminuye. La prosperidad era solo aparente, la economía se encontraba al
borde del colapso, por la quiebra de la balanza de pagos, unos presupuestos
deficitarios y fuerte la inflación. En 1957 entran en el gobierno de los ministros
tecnócratas del Opus Dei (López Rodó, Alberto Ullastres, Navarro Rubio), que diseñan
un plan para cambiar la política económica franquista.

Plan de estabilización (1959)

Los objetivos eran crear la base para un relanzamiento de la economía española que
permitiera un fuerte crecimiento y una rápida industrialización. Para ello se aprueba
un Decreto Ley de Nueva Ordenación Económica. Era un plan de estabilización que el
Fondo Monetario Internacional, (FMI) y el Banco Mundial aceptó financiarlo con la
concesión de créditos Medidas: liberalizar la economía, suprimir la trabas burocráticas
y liberar los precios. Recorte del gasto público, devaluación de la peseta (60 pesetas
por dólar), se reduce el dinero en circulación y facilita la entrada de capital extranjero
Resultados: se produjo como era previsible un parón económico, caída de precios y
salarios. Pero se consiguió reducir el déficit y la acumulación de capital.

A partir de los años 60, el Desarrollismo

Se inicia una planificación que fijaba unos objetivos trienales o cuatrienales,


obligatorios para las empresas públicas e indicativos para las privadas, con ventajas
fiscales y subvenciones. Los Planes de Desarrollo (1962), con una duración de cuatro
años, se iniciaron bajo la dirección de Laureano López Rodó. Se aplicaron tres entre
1964 y 1976.

El primer plan de desarrollo (1964-1967) consistió en promover el desarrollo industrial


regional mediante la constitución de cinco polos de desarrollo (La Coruña, Vigo,
Valladolid, Zaragoza y Sevilla) y un programa de inversiones públicas.

Las deficiencias estructurales fueron tenidas en cuenta en el segundo plan de


desarrollo (1968-1971). Se optó por avanzar hacia una economía más competitiva y
redistribuir el presupuesto atendiendo a áreas no tenidas en cuenta en el primer plan,
como la agricultura o la educación.

La crisis que se inició en 1973 perjudicó los resultados del tercer plan de desarrollo
(1972-1975), que en conjunto alcanzaron unos logros limitados. Esta crisis puso fin al
desarrollismo, provocando un fuerte aumento de la inflación y el desempleo.

Es una década ,1960-70, de alto crecimiento. Debido a los bajos salarios de la época,
los ingresos del turismo y las remesas de los más de un millón de emigrantes al
extranjero entre los años 60-70. Pero se creció con muchos desequilibrios territoriales,
con una fuerte dependencia exterior por la debilidad del modelo industrial elegido,
muy dependiente del petróleo. A esto se suma el elevado coste medioambiental y
urbanístico por la prioridad dada al turismo y el intervencionismo estatal que, una vez
superado el riesgo de colapso económico, paralizó el proceso de liberalización de la
economía.

2. Transformaciones sociales y evolución

Al término de la guerra, España es una nación demográficamente en retroceso. Hasta


la década de los sesenta no se produce un incremento considerable, pasando España
de 30,5 millones en 1960 a 35,8 millones en 1975. Durante las décadas de los cuarenta
y los cincuenta la mayoría de la población activa se dedicaba al sector primario (en
torno al 40% en 1960), pero los años 60 supusieron un cambio de tendencia. La
población campesina emigra a las ciudades, los capitales se acumulan en la industria y
la balanza de pagos se equilibra con las remesas del turismo, los emigrantes y el capital
extranjero.

A partir de 1960, la sociedad experimenta cambios significativos:

a) Grandes movimientos migratorios del campo a la ciudad. La mayor parte se dirigió a


las grandes ciudades como Barcelona, Madrid, Valencia, Bilbao y Alicante. También
hubo una corriente migratoria a Europa Suiza, Bélgica, Francia y Alemania. Más de un
millón de españoles emigraron ante la falta de empleo a la Europa industrial. Esta
emigración proporcionó divisas y redujo el paro en España, pero provocó un enorme
drama humano que se prolongó hasta la década de 1970, cuando muchos de ellos
tuvieron que regresar.

b) En cuanto a la población la época de Franco se asiste al llamado Baby-Boom (1957-


68), política pronatalicia del régimen, consistente en un aumento espectacular de la
natalidad y en consecuencia, un crecimiento de la población: 29,4 (1957) a 34 millones
(1970).

c) Aparición de la sociedad de consumo: el aumento del nivel de vida generalizó los


electrodomésticos (teléfono, lavadora, televisor, etc.), el automóvil (Seat 600) o las
vacaciones, así como la consolidación de la sociedad de masas con el auge del fútbol,
el cine y los toros. Los medios de comunicación y sobre todo TVE (1956) serán una
herramienta de control en manos del régimen, pero también transmiten el modelo de
la sociedad del bienestar a través de películas, sobre todo americanas. (En el año 65
medio millón de familias tenían televisión).

d) La cultura y las artes. Dominio absoluto de los valores franquistas (censura y


adoctrinamiento). El cine, muy popular en la década de 1940, fue usado como medio
de propaganda la versión oficial se mostraba en el No-Do (Noticiarios y Documentales).

En definitiva, la sociedad española de fines de los 60 se alejaba de los valores


ultraconservadores de la clase política. Al final del período se advierte un
endurecimiento de la política al percibirse esta tendencia. Es entonces cuando aparece
el llamado “bunker” en torno a Franco. Los cambios sociales ocurridos durante las
últimas décadas del franquismo permitieron la creación de una nueva clase media
conformista. Además, las transformaciones contribuyeron a la secularización y a la
modernización de las costumbres y fueron la base de un activo movimiento de
protesta obrero y estudiantil.

11.3. La oposición a la dictadura: principales grupos y evolución en el


tiempo. La crisis del franquismo desde 1973 a la muerte de Franco.
1. La oposición a la dictadura: principales grupos y evolución en el tiempo.
1.1. El exilio.

Desde final de la guerra, la oposición interior fue prácticamente eliminada a través de


distintas leyes como la Ley de Responsabilidades Políticas (1939) y otras posteriores
que llevaron a la cárcel a centenares de miles de personas.

Así, la oposición se organizó en el exilio: unos 40.000 exiliados pasaron a Francia,


donde parte de ellos ingresaron en campos de concentración nazi cuando los alemanes
la invadieron. Unos 200.000 llegaron a Sudamérica, sobre todo Méjico donde se
reorganiza el gobierno republicano después de la Segunda Guerra Mundial. (La
presidencia la asumió Martínez Barrio y jefe de gobierno José Giral) Este gobierno
estuvo marcado por la división interna, más aún a medida que se perdía la esperanza
del fin del franquismo a partir de 1950, en que éste empieza a perder su aislamiento.

Don Juan de Borbón a través de escritos como el Manifiesto de Lausana (1945)


reivindicó una transición hacia la monarquía constitucional.

1.2. La oposición en el interior

En los primeros años de la posguerra la resistencia es escasa y se hallaba muy


desunida. Una forma de oposición fueron las guerrillas. Se trataba de pequeñas
partidas de excombatientes que se refugiaron en el monte y hostigaban a las fuerzas
del orden público. Actuaban en el norte (Pirineos) y sus miembros recibían el nombre
de maquis. Muchas de ellas, estaban dirigidas por anarquistas y comunistas; y
mantienen el objetivo de restablecer la República (hasta 4.000 hombres armados). El
Partido Comunista intenta una operación de invasión desde el Valle de Arán que
fracasa, y se organiza clandestinamente dentro de España a partir de 1948, con el
apoyo de Dolores Ibárruri y Santiago Carrillo desde el exilio.

Los años 50 y los 60

Cobran especial importancia las protestas estudiantiles (conflictos de la Universidad


en 1956) y las huelgas. En el mundo universitario los conflictos estallan entre los
sindicatos y el SEU (el único permitido), el más importante tuvo lugar en la Facultad de
Derecho de Madrid. Se destituye de sus cátedras a algunos profesores (Antonio Tovar).
La oposición interior gana organización y fuerza y relega a la del exilio.

Huelgas contra la subida de tarifas de los tranvías, se inicia en Barcelona, extensión al


País Vasco y Madrid. Relativo éxito, se consigue que bajen los precios.

En la década de los sesenta se radicaliza la oposición y comienza el terrorismo. Se


pueden diferenciar los siguientes cauces de oposición: protesta obrera, por medio de
sindicatos no reconocidos como CC OO (Comisiones Obreras), sindicato que surge en
1962 como alternativa al sindicalismo oficial, era clandestino. Lo más destacado de
esta etapa fue el aumento del terrorismo. En 1959, se crea la organización terrorista
ETA (Euskadi ta Asktasuna, Euskadi y Libertad). Se trata de un movimiento
revolucionario, creado por jóvenes nacionalistas vascos, escindidos del PNV.

La Iglesia católica también se distanció del régimen, desde el Concilio Vaticano II


(1962), en el que predominó un espíritu modernizador. Declaraciones de la jerarquía
católica contra el régimen (Tarancón). El clero vasco y el catalán exige libertades.

Grupos de oposición interior y exterior (miembros de la democracia cristiana,


monárquicos, algunos republicanos y el PSOE) reclaman en el Congreso del
Movimiento Europeo en Múnich en 1962 el restablecimiento de la democracia,
aprovechando la solicitud de ingreso de España en la CEE (“Contubernio de Múnich”).

Desde fines de los 60 hasta 1975

El desarrollo de la oposición es paralelo a la agonía del régimen, con la polarización


entre sus facciones aperturistas (Pío Cabanillas, Suárez, Fraga) y los inmovilistas
(falangistas, ultraconservadores y grupos nuevos de ultraderecha como Fuerza Nueva).

El fenómeno terrorista se fortalece: además de la actividad de ETA, que se define a


favor de lucha armada a partir de 1964, aparecen otros grupos de diverso signo (FRAP
(Frente Revolucionario Antifascista y Patriota), GRAPO (Grupos de Resistencia
Antifascista Primero de Octubre) y los Guerrilleros de Cristo Rey (extrema derecha).

La represión en este momento se lleva a cabo a través del Tribunal de Orden Público.
Se suceden consejos de guerra y ejecuciones que provocaron enormes escándalos
internacionales. Los principales procesos fueron: el fusilamiento de Julián Grimau,
dirigente del PSOE (1963), el llamado proceso de Burgos, contra ETA. Condena a 16
miembros a pena de muerte (posteriormente conmutadas por cadena perpetua). O de
anarquistas como Puig Antich (último ejecutado con garrote vil, 1974). Las últimas
ejecuciones de miembros de ETA y FRAP antes de la muerte de Franco en septiembre
de 1975 levantaron una oleada de protestas también en el exterior.

Oposición también de parte de la prensa (al amparo de la Ley de Prensa de 1966)


forma la opinión ciudadana: destacan revistas como Cuadernos para el Diálogo o
Cambio 16.

La oposición se organiza ya en diversas corrientes:

- Nacionalismo: Convergencia Democrática de Cataluña, con Puyol y el PNV. (Asamblea


de Cataluña: 1971, organismo que reivindica el estatuto de autonomía).

-Derecha democrática: representada por Gil Robles (hijo) y Ruíz Jiménez en la


democracia cristiana, los monárquicos de Don Juan.
-La izquierda compuesta por: diversos grupos de socialistas: unos más minoritarios,
provenientes del mundo universitario e intelectual (Partido Socialista Popular) de
Tierno Galván) y otros de base obrera que tomarán paulatinamente más fuerza (PSOE,
liderado por Felipe González desde el Congreso de Suresnes en 1974, Francia).

-Comunistas, de los que destaca el PCE liderado por Santiago Carrillo, clave en la
transición por su capacidad organizativa y su presencia clandestina en la universidad y
el mundo obrero.

Todos estos partidos intentarán varias agrupaciones de cara al final del franquismo.
Una de ellas fue la Junta Democrática impulsada en 1974 por el PCE que asumía
posiciones rupturistas con el régimen y reclamaba la apertura de un proceso
constituyente. El PSOE, en 1975, lidera otro grupo de partidos, la Plataforma de
Convergencia Democrática en la que se incluyeron demócratas cristianos y liberales.
Ambas plataformas se unirán, ya muerto Franco, en la llamada “Platajunta” (1976).

2. La crisis del franquismo desde 1973 a la muerte de Franco.

La etapa final del franquismo tiene lugar entre 1969, fecha del llamado “gobierno
monocolor” con Carrero Blanco como vicepresidente, y el 20 de noviembre de 1975,
fecha de la muerte de Franco. Es una etapa también conocida como la crisis del
franquismo desde una doble vertiente: política y económica. La crisis política vendrá
dada por el agotamiento físico de Franco, anciano y enfermo, a la hora de controlar la
situación como había hecho hasta entonces, por lo que se abre una lucha entre las
distintas familias del régimen. La oposición en estos momentos ya es más fuerte y está
mejor organizada. La crisis económica aparecerá en 1973 (crisis del petróleo).
Contexto en el que se producirá la transición española hacia la democracia.

En este contexto también hay que destacar elementos fundamentales de cambio:

-La transformación económica y social de los años sesenta que había elevado
considerablemente el nivel de vida, dándose la contradicción de que la misma
sociedad que el franquismo había contribuido a crear será el motor de su disolución.

-Ese aumento del nivel de vida de fines de los 60 chocará con la crisis del petróleo del
año 73, con lo que la democracia y la integración en Europa se perciben desde la
sociedad como soluciones para España (desde 1962 se había solicitado el ingreso en la
CEE, pero éste se retrasaba por razones políticas).

-La mujer reclama su incorporación a la vida activa.

-Aparecen nuevas generaciones de universitarios cada vez más numerosas (Ley de


Educación Villar Palasí de 1970) y alejadas de los ideales de los años 40.
-La Iglesia y el Ejército alteran su posición frente al régimen: en la Iglesia aparecen
corrientes partidarias de una acción social inspiradas en el Concilio Vaticano II y de la
defensa de las aspiraciones nacionalistas y en el Ejército, corrientes prodemocráticas
como la clandestina UMD (Unión Militar Democrática).

Don Juan Carlos de Borbón es nombrado sucesor a título de rey, en 1969, jurando la
Ley de Principios del Movimiento Nacional. Carrero Blanco ofrece una posición
contradictoria entre la reforma y la represión frente a la agitación estudiantil, el
movimiento obrero y la oposición interior.

Carrero Blanco será nombrado en 1973 presidente del Consejo de Ministros (por
primera vez Franco no asume ese cargo separando así la jefatura del Estado de la del
gobierno). Para entonces, ni la situación interior (aumento de las protestas, deterioro
de las relaciones con la Iglesia) ni la exterior (comienzo de la crisis del petróleo en ese
mismo año de 1973) era favorable.

El asesinato de Carrero Blanco a manos de ETA, en diciembre de 1973, fue un duro


golpe para el sector inmovilista (el búnker). Fue sustituido por Arias Navarro, que
intentó seguir su estela, pero hubo de enfrentarse a dos problemas prácticamente
insolubles: el agravamiento de la crisis económica (cierre de empresas, inflación, paro,
aumento del déficit) y el incremento de la oposición. Para frenar la propaganda de la
oposición, Arias Navarro propuso en su programa de febrero de 1974 un cierto
aperturismo (“espíritu del 12 de febrero”), pero no adopta medidas concretas. En el
verano de 1974 Franco tiene una crisis de salud que permite al príncipe Juan Carlos,
hasta entonces marginado de la vida política, asumir por primera vez funciones de
gobierno.

A todo ello se unió el fin de las dictaduras en Grecia y Portugal y la presión de


Marruecos sobre el Sahara español que concluye con la movilización de la Marcha
Verde de noviembre de 1975 (España acabó cediendo y entregando el Sahara a
Marruecos en febrero de 1976).

En este contexto de desmoronamiento del régimen, Franco moría el 20 de noviembre


de 1975.El largo periodo de tiempo que duró la dictadura solucionó algunos problemas
que se habían planteado desde principios de siglo como el fracaso de la revolución
industrial, el problema agrario o la inexistencia de una poderosa clase media pero
también dejó pendientes otros: el protagonismo militar, el problema religioso o la
consolidación de un verdadero sistema político democrático, que tendría que resolver
la democracia.

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