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LA CREACIÓN DEL ESTADO FRANQUISTA:

FUNDAMENTOS IDEOLÓGICOS Y APOYOS SOCIALES


El siglo XX fue testigo del fracaso en España de dos regímenes constitucionales,
primero el de la Restauración (1875-1923), al que derribó la Dictadura de Miguel Primo
de Rivera (1923-1930), y después el de la II república (1931-1936), desbordado por el
alzamiento militar del 18 de julio de 1936 y derrotado en la Guerra Civil (1936-1939)
por las tropas del general Francisco Franco que, bajo su jefatura, desarrolló y consolidó
un régimen de larga duración: el franquismo (1936-1975). Los intentos democratizadores
habían fracasado en un país pobre y poco industrializado, en el que la vida era dura para
la mayoría de sus habitantes y las glorias del pasado apenas aliviaban los problemas del
presente. En realidad, sólo después del último período de transición a la democracia se
ha consolidado en España, por fin, un sistema democrático estable, estructurado
jurídicamente sobre la base de la Constitución de 1978.

En un contexto internacional marcado, en un principio por el desarrollo de la II


Guerra Mundial, y, después por la denominada “Guerra Fría” (división del mundo en dos
grandes bloques, el capitalista y el comunista, liderados por dos grandes superpotencias,
EE.UU y la URSS, se va a desarrollar en España el estado franquista.

Al respecto podemos decir que la Segunda Guerra Mundial, en la que España no


participa oficialmente, es el contexto internacional inmediato que condiciona las
decisiones de un Gobierno que trata de adaptarse a la evolución de los acontecimientos
en los escenarios bélicos. Apoyan en un primer momento al eje italo-alemán para
después distanciarse de él poco a poco en función de su retroceso en los frentes de guerra
y la presión de los países enfrentados al eje.

Cuando acaba la Segunda Guerra Mundial, el régimen franquista, lastrado por sus
raíces totalitarias, permanece en un profundo ostracismo político en la comunidad
internacional. España va a ser expulsada de los organismos internacionales.

El giro en las relaciones diplomáticas que supone el desarrollo de la Guerra Fría,


supone un respiro para el régimen franquista, que, mediante los acuerdos con EEUU y el
restablecimiento de las relaciones con la mayor parte de la comunidad internacional,
consigue romper su aislamiento y mejorar su situación económica.

Hay diversas opiniones sobre la naturaleza política del régimen que durante casi
cuarenta años rige la historia de España. Hay quienes acusan a Franco de haber destruido
una democracia y haber promovido la muerte de miles de ciudadanos, y hay también
quienes le confieren la condición de salvador de España frente a la amenaza del
comunismo.

Algunos historiadores lo identifican con los modelos fascistas que se asientan en


el período de entreguerras en Europa, sobre todo por la utilización de signos externos
totalitarios y por el papel fundamental que el partido único (la Falange) adquiere en la
sociedad civil en los primeros años de posguerra. Otros historiadores distancian a Franco
de los regímenes fascistas debido a su modo de acceder al poder y consideran el sistema

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como una simple dictadura militar, ya que los fascismos clásicos utilizan los mecanismos
democráticos para consolidar unos movimientos de masas que sientan las bases de su
llegada al gobierno. Estos mismos historiadores señalan que el grado de colaboración
con la Iglesia no se dio en los regímenes de Alemania e Italia.

En cualquier caso, no debe haber dudas sobre el carácter dictatorial y represivo


del régimen franquista. El franquismo fue el régimen político y social que nació durante
la Guerra Civil debido a la necesidad de los militares sublevados de dotarse de un mando
único, una estructura administrativa paralela a la republicana, una legislación y un poder
ejecutivo antiparlamentario y antidemocrático. Para algunos historiadores, el franquismo
es ante todo un sistema político reaccionario, que nacía contra las iniciativas de carácter
laico y descentralizador que puso en marcha la República.

Cuando acabó la Guerra Civil, Franco no deseaba implantar una dictadura militar
transitoria, que abriera paso a la restauración de la monarquía, sino que pretendía
construir un nuevo orden político, que rechazase cualquier idea de democracia liberal.

A lo largo del período 1939 – 1975, Franco gobernó el país de acuerdo con sus
peculiares ideas políticas. Eran pocas y muy claras. En primer lugar, el régimen
franquista rechazaba la sociedad burguesa contemporánea y tenía nostalgia de etapas
pasadas en las que España triunfaba (por ej. Los Reyes Católicos, yugos y flechas). De
hecho se suele relacionar la ideología franquista con el mito de la hispanidad heredado
del Siglo de Oro y, antes incluso, de los Reyes Católicos, responsables de la unidad
peninsular y de la proyección de España en el mundo con el descubrimiento de América.
Franco al parecer, se consideraba heredero legítimo de los Reyes Católicos, convencido
de su misión civilizadora frente a la amenaza del comunismo y en defensa de los valores
tradicionales del cristianismo.

El franquismo se definía como antiliberal y totalitario, se suprimió la


Constitución de 1931, y por tanto el nuevo Estado negaba los derechos individuales de
los ciudadanos.

Esta dictadura personal del general Francisco Franco, que abarcó desde 1939 a
1975, implicaba la concentración de todo el poder político en manos del dictador. Esto
tiene su punto de partida en el decreto del 26 de septiembre de 1936, en el que se
nombraba a Franco “Generalísimo del Ejército y Jefe del Gobierno del Estado español.
Un nuevo decreto del 9 de agosto de 1939 vino a confirmar lo que se decía en el de 1936.
De este modo, Franco poseía el mando supremo del ejército y los dos poderes políticos
básicos: el legislativo y el ejecutivo. De este modo, Franco podía hacer las leyes,
aprobarlas y promulgarlas y controlar su aplicación. Todos los organismos de gobierno
que fueron creados entonces (Consejo de Ministros…) eran sólo organismos asesores del
Jefe del Estado. Éste nombraba y cesaba a miembros, que no tenían por sí mismos
ningún poder de decisión.

También se caracterizó por la constante represión de los vencidos y de la


oposición. La creación de un nuevo orden totalitario exigía acabar con todos los
movimientos e ideologías que habían defendido la causa republicana en la Guerra Civil.
El franquismo nunca mostró una voluntad política de superar la guerra y propiciar una
reconciliación. Los vencedores planificaron una severa política represiva, que llevó a que

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miles de personas sufrieran la cárcel, la persecución, torturas o fueran ejecutadas. Se
incitó a la población a que denunciase a las personas consideradas contrarias al régimen.
Se trataba de difundir el terror entre la población y de acallar cualquier intento de
disidencia. El ejército fue el principal brazo ejecutor de la represión, ya que, durante los
primeros años de posguerra, la mayoría de las causas fueron juzgadas por tribunales
militares en Consejos de Guerra.

Otra característica fue el control de los medios de comunicación que estaban


sujetos a una rígida censura y eran utilizados como aparato de propaganda del régimen.
Todas las publicaciones y los espectáculos debían someterse al control de la censura
oficial.

Además Franco tenía una obsesión por el mantenimiento del orden público. Hay
que añadir además un  nacionalismo español exacerbado, del cual derivaba una
concepción absolutamente unitaria y centralista del Estado español. Prohibió la
utilización de las lenguas vernáculas y cualquier forma de autogobierno.

Creía  además en un catolicismo tradicional muy arraigado, en el cual pensaba


que tenía que basarse todo el sistema de valores de la sociedad española. Durante las
primeras décadas del franquismo todos los actos públicos están impregnados de una
fuerte simbología religiosa. Se imparte la doctrina católica como asignatura obligatoria.
Además la Iglesia cuenta con un presupuesto proveniente del Estado y sus altas
jerarquías están representadas en las Cortes franquistas y en el Consejo del Reino. Ejerce
la censura de los espectáculos, los libros, etc. Con el tiempo, hubo sectores progresistas
de la iglesia católica que rechazaron la identificación entre el régimen y el catolicismo.

Por otra parte, siguiendo el modelo italiano, el régimen de Franco adopta el


corporativismo sindical. Se organizan los sindicatos verticales en los que deben confluir
los intereses de patronos y obreros, dirigidos y controlados por el único partido oficial, la
F.E.T. y de las J.O.N.S.. Este partido es la plataforma para la promoción social y ejerce
su influencia en la esfera cultural, puesto que las emisoras de radio y los periódicos del
Movimiento dominan la opinión pública española.

Uno de los principios ideológicos más importantes es su profundo


anticomunismo. El franquismo es un sistema contrarrevolucionario que niega a la clase
trabajadora sus instrumentos autónomos de defensa y reivindicación. Cualquier
expresión o movimiento progresista o democrático es identificado por el régimen con el
comunismo. Represión por tanto del movimiento obrero en general.

En resumen el sistema político franquista evolucionó a lo largo del tiempo, pero


se mantuvo siempre fiel a unos principios políticos que sirven para definirlo. El
Franquismo se declaró siempre contrario a la democracia liberal parlamentaria y a sus
principios básicos: libertad de expresión, de reunión y de asociación.

Los principios básicos se plasmaron en la práctica en una serie de leyes


redactadas con la finalidad de mantener siempre la situación política bajo control. Entre
las más importantes tenemos:

Ley de responsabilidades políticas (1939) que legalizaba la represión política de los


     

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vencidos en la guerra.

Ley de represión de la masonería y del comunismo (1940), que permitió perseguir


     
cualquier tipo de disidencia política.

Ley de seguridad del Estado (1941), que  reforzaba la ley anterior.


     

Ley de prensa (1939), que permitió hasta su derogación en 1966, el mantenimiento de


     
una estricta censura sobre todo lo que se publicaba en España.

El sistema político del régimen de Franco se basaba en los grupos políticos e


ideológicos que participaron en la rebelión de 1936. Los historiadores han caracterizado
como “familias” a los grupos ideológicos reunidos en torno a la defensa del régimen y
que se disputan el poder siempre bajo la autoridad del jefe del Estado, al que no se le
discute el papel de regulador de la situación. Podemos destacar las siguientes “familias”:

El ejército, piedra angular del nuevo régimen, pues representa la defensa última del orden
institucional. El ejército se identificaba con la figura y la autoridad indiscutible de
Franco.

La Falange, uno de los pilares fundamentales del régimen (más tarde el Movimiento).
Desde el Decreto de Unificación de 19 de abril de 1937 Franco impuso la unión de los
militantes de todos los grupos (Falange Española, carlistas, diferentes grupos de derechas
que habían formado parte de la CEDA) en un partido único: Falange Española
Tradicionalista (FET) y de las JONS, cuyos miembros estaban sometidos a la autoridad
única de su Jefe Nacional, que era Franco. Este nuevo partido tenía una ideología en la
que se mezclaban elementos de la derecha más tradicional (antiliberalismo,
antisocialismo, nacionalismo exaltado, catolicismo conservador, defensa de propiedades
e intereses…) con aportaciones del ideario falangista más próximos al pensamiento
fascista europeo.

La Iglesia católica, que defendía los valores cristianos tradicionales y asumía la misión de
velar por su conservación en España y su propagación por el mundo occidental

Los monárquicos franquistas, numerosos generales, banqueros, terratenientes… que


forman parte de la trama civil que apoya la rebelión y ayudan a Franco durante la guerra.
Al acabar el conflicto presionan para que Franco oriente el modelo de Estado en la línea
de la monarquía, cosa que Franco hace en 1947 al definir España como un Reino, si bien
él asume la función de regente perpetuo y se reserva la designación del futuro rey.

Dentro de la sociedad podemos distinguir 3 grupos, atendiendo a qué actitud mostraron


respecto al franquismo: por un lado, en general las clases altas (grandes propietarios,
empresarios, banqueros...), que recuperaron protagonismo durante esta etapa, apoyaron a
esta dictadura. Las clases medias, en general, mostró una actitud pasiva ante la dictadura.
Por último, la mayor parte de los sectores populares, que fueron sometidos a una fuerte
vigilancia y represión, se mostraron también pasivos, si bien, hubo una minoría que
ejerció una activa oposición al régimen franquista.

lllLEn el intento de ocultar su totalitarismo y dotar, ante el exterior, de cierta legitimidad

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política al Régimen, se emprendieron una serie de iniciativas legislativas llamadas Leyes
Fundamentales:

Fuero del Trabajo (9 de marzo de 1938): Declaración hipotética de los derechos del
     
trabajador y de las obligaciones de la empresa y del Estado en lo referente a la
producción. Se alude en ella al carácter católico y tradicional de España, al tiempo que
proclama la vocación totalitaria del nuevo Estado. El Fuero estructura el nuevo
sindicalismo como vertical y único, y su jerarquía se reserva a militantes de la FET y de
las JONS.

Ley Constitutiva de las Cortes (17 de julio de 1942): El curso de los acontecimientos


     
bélicos internacionales obliga al gobierno a introducir algunas novedades en su
estructura política. Por tal motivo se promulga esta ley de Cortes franquistas, que son
concebidas como órgano de participación y de elaboración de las leyes, cuya sanción
corresponde al Jefe del Estado, que puede devolverlas a las Cortes para su estudio. Se
establece una única cámara, llamada de Procuradores, formada por miembros electos y
natos, procedentes de sectores fieles al dictador. Este sistema político fue denominado
“democracia orgánica”.

Fuero de los Españoles (17 julio de 1945): Finalizada la Segunda Guerra Mundial en el


     
frente europeo, el régimen trata de readaptarse a las circunstancias aprobando el Fuero de
los Españoles como hipotética carta de derechos. Al tiempo que enuncia los derechos,
señala las limitaciones de los mismos. No se podían por tanto atacar los principios
fundamentales del Estado ni la “unidad espiritual nacional y social” del país.

Ley de Referéndum Nacional (24 de octubre de 1945): Esta ley tiene como objeto dar
     
una apariencia de representatividad y participación de los ciudadanos en el desarrollo
legislativo. Esta ley permite recurrir a la consulta directa de los ciudadanos mayores de
21 años “cuando la trascendencia de determinadas leyes lo aconseje o el interés público
lo demande”.

Ley de Sucesión en la Jefatura del Estado (27 de julio de 1947): España se declara como
     
un “Estado” social, representativo” y “constituido como Reino”. Tiene como novedades
la creación de un Consejo del Reino, que asiste al Jefe del Estado en la toma de
decisiones sobre algunos asuntos, y un Consejo de Regencia, que asume las funciones de
la jefatura del Estado en caso de vacante. Al Caudillo se le reserva la capacidad de
nombrar al sucesor en la jefatura del Estado. Incluía la promesa indeterminada de
restauración monárquica. El sucesor debería acatar las Leyes Fundamentales del
Movimiento.

Ley de Principios Fundamentales del Movimiento Nacional (17 de mayo 1958): Esta ley
     
promulgada directamente por Franco en las Cortes, reafirma los principios ideológicos
del régimen.

Por otra parte, hay historiadores que explican por qué esta dictadura franquista se
alargó tanto en el tiempo. En este sentido podemos señalar algunas de las ideas que nos
resultan más interesantes al respecto.

 Las muertes de la guerra y las ejecuciones durante la represión de la

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posguerra que minaron la oposición republicana.
 La emigración de decenas de miles de profesionales, técnicos y obreros
especializados que privó de muchos de sus mejores elementos a la
potencial oposición al régimen franquista. Hay que recordar que a partir
de 1945 se reanudó la tradicional emigración de españoles a Iberoamérica
por razones de índole socieconómica, y que a finales de los 50 y los
primeros años de la década de los sesenta, por razones igualmente
laborales, cientos de miles de trabajadores emigraron a los estados
industrializados de Europa, aliviando al régimen franquista de una
hipotética presión social que habría podido sufrir como consecuencia del
paro obrero o la penuria de los trabajadores.
 El encarcelamiento masivo de presos por delitos de opinión política y
actividades sindicales que se prolongó durante muchos años.
 La persecución policial, protagonizada por la Brigada Político Social, con
su red de confidentes, la Policía Armada y la Guardia Civil contribuyeron
a frenar cualquier acción opositora.
 El sistema centralista tanto en lo administrativo como en lo económico,
contrario al desarrollo de las autonomías y por tanto contrario a las
iniciativas nacionalistas de distintas regiones de España.
 La falta de libertad de expresión, reforzada por la acción de la censura, era
el resultado del severo control de la prensa, la radio, el cine y el teatro.
 El derecho de reunión estaba severamente restringido por la legislación
vigente y el derecho de asociación no podía ejercerse al prohibir el
régimen la pluralidad de partidos políticos y sindicatos.
 La desunión que en muchos momentos mostró la oposición.
 El desarrollo social y económico fue un factor decisivo que garantizó
abundantes apoyos al régimen de Franco durante los años sesenta.

Por otra parte, podemos dividir el período franquista en 4 etapas:

1ª. Etapa azul o Fascista (1939 – 1943). La fuerza política dominante es la


Falange, de donde salen los ministros de Franco. Gran represión sobre los derrotados
(Ley de Responsabilidades políticas, Ley de Represión Masonería y Comunismo). Las
ideas de Falange se convirtieron en la base de la ideología política que el régimen
franquista difundió por toda España en el período 1939 – 1943. La política social del
régimen franquista fue dirigida por los falangistas que pretendían instaurar un nuevo
sistema económico y social que obviara los inconvenientes del capitalismo y los del
socialismo. A partir de 1939 el gobierno de Franco programó una política económica
autárquica basada en el rígido control de la actividad económica por parte del Estado.
Miseria, hambre y estraperlo, con cartillas de racionamiento. Colaboración con Alemania
desde octubre de 1940, ya que Serrano Suñer se pone al frente del Ministerio de Asuntos
Exteriores y comienza una etapa de mayor colaboración con el gobierno alemán, que se
plasma en 1941 con la División Azul (unidad militar formada por miles de voluntarios
que apoyó la intervención alemana en la URSS durante la Segunda Guerra Mundial).
España no intervino en la Segunda Guerra Mundial aunque el Gobierno suministró
materias primas, cooperó en la invasión de la URSS y permitió bombardeos sobre
Gibraltar (etapa de no beligerancia).

2ª. Etapa de transición: del inmovilismo a las grandes transformaciones (1944 –

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1957). Después de 1945 la España franquista sufrió una etapa de ostracismo
internacional. El régimen fue condenado por la ONU y todos los embajadores
abandonaron el país que fue bloqueado diplomática y económicamente. Fue a partir de
ese año cuando comienza la Guerra Fría y la situación internacional cambia. España se
fue integrando en el bando de los países liderados por EE.UU, y como consecuencia
España ingresa en la ONU y firma acuerdos con EE.UU por los que nuestro país recibe
ayuda militar y económica a cambio de la posibilidad de instalar bases militares en
nuestro territorio. Poco a poco Carrero Blanco va a empezar a convertirse en un
personaje importante. Se va creando en España lo que se denomina una democracia
orgánica, muy peculiar ya que no recibió nunca las condiciones propias de un sistema
democrático normal.

En marzo de 1941 fallecía en el exilio Alfonso XIII, en la Italia fascista, y quedó


como heredero su hijo Juan, Conde de Barcelona. Tras el final de la Segunda Guerra
Mundial D. Juan de Borbón reivindicó una transición hacia la monarquía constitucional
presionando a Franco para que le cediera el poder (“Manifiesto de Lausanna”) que
supone una ruptura de relaciones entre el heredero de Alfonso XIII y Franco. Tres años
después se produce una entrevista entre D. Juan de Borbón y Franco por el que se pactó
que el príncipe Juan Carlos se educaría en España bajo los principios del Movimiento.
Más tarde, tras la publicación de la “Ley de Sucesión en la Jefatura del Estado” se
establecía que a la muerte de Franco habría una monarquía en nuestro país.

Por otra parte la situación de pobreza se mantiene en España. Desde mediados de


la década, el I.N.I. (Instituto Nacional de Industria) comienza su andadura con el
objetivo de crear empresas que la iniciativa privada no quería o no podía fundar. A partir
de 1951 el Gobierno español modifica su política económica abandonando la autarquía y
como consecuencia se inicia una etapa de crecimiento económico. A lo largo de esta
etapa el régimen franquista se alejaba de las ideologías fascistas y comenzó a apoyarse
en el catolicismo: nace así el nacionalcatolicismo (la Iglesia obtenía ayuda del Estado y
el régimen franquista se sentía legitimado por la Iglesia).

3ª Etapa de gran desarrollo económico y social: 1957-1970. La política


económica está en manos de los tecnócratas, que facilitan la apertura de la
economía  española al mundo exterior. Los tecnócratas elaboran un Plan de
Estabilización Económica (1959), cuyos objetivos son 3: acabar con los restos de la
autarquía, frenar la inflación y corregir los desequilibrios sectoriales. Entre las medidas
adoptadas encontramos: la reducción del gasto excesivo del Estado, menos control del
Gobierno sobre las actividades económicas y la apertura de la economía a los mercados
exteriores. Como resultado la economía española crece notablemente.

A partir de 1962 el Gobierno español inicia negociaciones con la CEE para


integrarse en ella, aunque no lo consiguió, ya que nuestro país no tenía democracia.
Durante la década de los 60 existieron bastantes grupos políticos en la oposición, que
aunque eran ilegales, protagonizaron protestas, creando problemas de orden público.
Esta oposición en el exilio, se reunió en Munich (junio de 1962) donde redactan un
documento en el que exigen un cambio en el régimen político de España (Contubernio de
Munich”). De igual manera dentro de la política exterior podemos destacar que prosigue
el proceso de descolonización de las posesiones españolas en África: independencia de
Guinea Ecuatorial (1968) y la cesión de Ifni a Marruecos en 1969. Carrero Blanco

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bloqueó la independencia del Sáhara Occidental.

En 1969 Franco propuso a las Cortes, al príncipe Juan Carlos como sucesor suyo
en la jefatura del Estado y con el título de rey.

4ª Etapa: “El ocaso del Franquismo: 1970-1975”. Son años intensos desde un
punto de vista político. En 1969, sale a la luz pública el caso del fraude de Matesa, por el
que se destituyen varios ministros (Caso Matesa: fraude que realizó una empresa
favorecida por el Gobierno con créditos a la exportación. El suceso fue aprovechado por
el sector falangista para acusar al grupo tecnócrata de corrupción. Destaca la figura de
Carrero Blanco, quien en junio de 1973 se convierte en Jefe de Gobierno ante el
empeoramiento de la salud de Franco. El 20 de diciembre de 1973, ETA asesina a
Carrero Blanco.

Tras su muerte, a Franco sólo le preocupa mantener el orden público (dura


represión). Carlos Arias Navarro se convierte en Jefe de Gobierno. A partir de 1973 se
inició un gran crecimiento de la conflictividad social (obrera, estudiantil, vecinal). Se
veía próxima el fin del dictador. En 1974, a iniciativa del PCE, se constituyó en París la
Junta Democrática, que integraba al sindicatos Comisiones Obreras, a partidos de
izquierda e incluso a personalidades de la derecha democrática. En 1975, el PSOE
impulsó la Plataforma de Convergencia Democrática junto con grupos demócrata-
cristianos, el sindicato de la UGT y el PNV. Ambos movimientos proponían la
formación de un gobierno provisional que implantase un régimen democrático, declarase
una amplia amnistía y convocase elecciones libres.

Hay que recordar que en ese mismo año de 1975 tiene lugar la “Marcha Verde”
en la que el rey de Marruecos organiza una ocupación del Sáhara. Miles de civiles
marroquíes invaden el Sáhara español. El gobierno franquista, asustado, decidió
abandonar la colonia, regalándola a Marruecos y a Mauritania (Acuerdo en Madrid en
noviembre de 1975). No se tuvieron en cuenta las reivindicaciones independentistas de
los saharauis ni las resoluciones de la ONU, recomendando la descolonización del
territorio. En 1979 Mauritania, renuncia a su porción del Sáhara y Marruecos se enfrentó
desde entonces a la resistencia armada del Frente Polisario (movimiento saharaui
nacionalista y socialista).

Tras la muerte de Franco (20 de noviembre de 1975) el Rey llega al poder, con
ello la única dictadura que había sobrevivido en la Europa occidental en los años 70 caía.

En conclusión, el régimen de Franco tuvo siempre como principal legitimación de


origen el haber surgido de la victoria en la guerra civil e intentó en todo momento
resaltar los rasgos que le oponían a la vencida República. Desde un principio se declaró
como antiliberal y antimarxista y reforzó los aspectos externos que le identificaban con
los fascismos europeos, aunque tal vez el rasgo más peculiar del régimen fue su
identificación con la iglesia católica y su marcada influencia clerical (nacional
catolicismo). Nacido de la fuerza se apoyó siempre en una despiadada represión contra
los que se le oponían.

Por todo ello, podemos considerar al Franquismo como uno de los períodos más
turbios de la Historia de España, ya que a pesar del desarrollo económico que vivió

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España, sobre todo a partir de la década de 1960, desde el punto de vista político, supuso
un retroceso con respecto a los logros de libertades y derechos conseguidos en la II
República y desde el punto de vista cultural, se implantó una fuerte censura cuyo
objetivo era el de imponer los valores de los vencedores e impedir la difusión de ideas
que supusieron un peligro para el régimen establecido.

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