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Este autor se inspira en la tradición platónica agustiniana: ver qué dice San Agustín y
en qué se relaciona. Dependencia del mundo de Dios.
Va en contra del aristotelismo, puesto que postula la autonomía del mundo y del
averroísmo: unidad del entendimiento pasivo, eternidad del mundo.
San Buenaventura
Historia: nace en Civita en el 1217/1218. Pocos años después de la muerte de
Averroes. Estudió filosofía durante el 36 – 38 en París, y entra a la orden franciscana a
los 25 años. Estudia filosofía, consiguiendo la licenciatura en el 53. Muere en el 1274.
San Buenaventura desarrolla sus tesis en medio de un período donde hacía pocos años
que Aristóteles había sido introducido y traducido para el mundo occidental, aún
fuertemente marcado por la impronta del mundo árabe.
Eternidad del mundo: el motor supremo y los motores de los cielos reflexionan sobre sí
mismos, y pensándose, se mueven necesariamente no como causas eficientes sino
como causas finales, es decir como el bien o perfección a la que cada cielo aspira en su
movimiento: los motores no son de eficiencia sino de finalidad.
También, San Agustín habla de las ideas – modelos – pensamientos de Dios, como
reinterpretación de la doctrina platónica de las ideas, de las que se basa Dios para la
Creación del mundo.
San Buenaventura, con su doctrina del ejemplarismo, dirá también que en Dios están
las ideas, es decir, los modelos y las semejanzas de las cosas, estas son eternas e
inmutables. Las cosas de este mundo responden a los ejemplares, es decir, que con
esta doctrina sea acentúa el parecido entre la idea y la realización que es la cosa. El
concepto clave será la PARTICIPACIÓN: la cosa participa de la idea ejemplar.
Sin embargo, san Buenaventura puede retomar esta idea de Agustín, para establecer
entonces, que las cosas no proceden de Dios por una inconsciente y necesaria
emanación, sino que son creadas por Él libremente, es decir, son queridas. Combate la
filosofía aristotélica que considera al mundo sin Dios, o la idea de un dios motor
inmóvil e impersonal.
En el mundo reluce la Trinidad. Algunas cosas son vestigio, otras son imagen y otras
semejanzas. El camino para conocer a Dios, el viaje místico hacia Él, será el ir a través
de estos diversos grados: desde lo corporal y fuera de él, hacia su espíritu como
imagen de Dios y caminando hacia la realidad eterna que lo trasciende. (Similar a lo
planteado por San Agustín)
Rationes seminales
La materia no ha existido nunca totalmente informe, pero tampoco fue creada con
todas las formas que existen actualmente. La tesis de la rationes seminales implica que
Dios pone en la materia los gérmenes de lo que surgirá en la naturaleza y que la acción
de las cusas segundas se limita a desarrollar lo que Dios sembró.
Desde esta tesis, Buenaventura busca combatir la tesis aristotélica de que la materia es
solamente potencial, y por otro parte la tesis que privan a los agentes naturales de
cualquier actividad al atribuir todo a Dios.
Entonces, Buenaventura, con esta tesis de que Dios pone en la materia de cuanto se
desarrollará en el futuro, quiere acentuar la acción divina, pero sin suprimir la acción
natural.
Otro aspecto de esta tesis es que el mundo entonces no está terminado y en un estado
estático. La Creación continua haciéndose y es estado de vía hacia una evolución. El
catecismo se hace eco de esta tesis, y se la invoca para hablar de por qué ocurren los
males físicos en el mundo.