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EL ARTE DE DIRIGIR
Sin embargo, se puede ser un muy buen directivo sin ser líder, impulsando a la
organización con el uso de sistemas de dirección.
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El liderazgo es un talento que se puede tener o no como directivo e influirá en la forma
en que se mueve ó dirige la organización.
Llegar a ser una institución moderna implica contar con directivos y personal que sean
profesionales para hacer su tarea, conozcan la institución y el entorno, dediquen tiempo
para pensar, usen sistemas formales para dirigir, y tengan la decisión de invertir tiempo,
esfuerzo y recursos en sistemas directivos.
Una organización racional es aquella que “sabe adónde va y el camino para llegar” y
que es capaz de hacerlo.
Podemos tener directivos racionales, pero para poder aplicar este adjetivo a una
organización deberemos contar con participación, consenso, comunicación y que el
trabajo de todos los integrantes esté orientado al fin organizacional.
Para que la organización sea racional deberá haber racionalidad en los directivos y
claridad en la definición y comunicación. Para esto será necesario capacidad de trabajo
en equipo y gerenciar los talentos directivos con sistemas formales de dirección.
Cuando una compañía logra hacer con excelencia su misión, ponerle pasión y conseguir
que todo el personal vibre con ello, tiene la base para ser excelente.
Las empresas llegarán más lejos en la medida en que sus misiones tengan mayor
trascendencia.
Es llamativo ver cómo muchas veces las personas, no están motivadas por la simple
razón de no saber para qué está la empresa en la sociedad y ellos dentro de la
organización.
A partir de una misión clara, definida y vivida será mucho más fácil concretar objetivos
tanto para la organización como para las personas.
Peter Senge en “La quinta disciplina” insiste en la necesidad de que las empresas tengan
un “propósito” para el que vive la organización. Si no hay un propósito, se establece
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una relación con el personal basada exclusivamente en términos económicos, corriendo
el riesgo en el largo plazo de un deterioro cualitativo de las motivaciones.
Más allá del éxito económico hay motivaciones mayores (intrínsecas y trascendentes) a
las que sólo se puede recurrir cuando hay una misión vivida.
Se debe reforzar en forma permanente la misión para mover a la organización. La
misión es la razón de ser de la organización.
El hecho de priorizar la misión sobre la rentabilidad es ordenar las cosas correctamente.
Pérez López, Juan Antonio en el “funcionamiento de las organizaciones” IECE
Barcelona. Universidad de Navarra, habla de la Unidad organizacional como: “lograr
el movimiento espontáneo a los fines organizacionales”. Cuando esto se alcanza, se
tiene solucionada una gran parte del dirigir.
Esto exige trabajar sobre la cultura de la organización.
En el estilo de dirigir estratégico existen sistemas más formales y las decisiones son
evaluadas cualitativa y cuantitativamente, habiendo procesos de planeamiento
estratégico y de control por resultados con fijación de objetivos. La madurez se logra
cuando exista un real pensamiento estratégico en la dirección, apoyada con los sistemas
formales que sean necesarios.
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A partir del diagnóstico, el director estará en condiciones de llevar a cabo los pasos
sucesivos de las demás actividades directivas. Se dice que un 50% de la solución de un
problema está en un buen diagnóstico.
A partir de saber cómo estamos, planeamos dónde queremos estar, tomamos decisiones
y controlamos las mismas.
Hay que apartarse lo suficiente de la operación para poder ver el total y las acciones
concretas incorporadas dentro de un contexto. Tener una visión global de la situación y
el tiempo necesario para reflexionar e ir madurando las cosas.
Con una actitud proactiva se pueden dar pasos en la solución de cualquiera de estos
problemas:
Cambiando nuestros hábitos con victorias privadas.
Cambiando nuestros métodos de influencia.
Asumiéndolos y aprendiendo a vivir con ellos.
Cuando la visión es muy “cortoplacista”, se ve ajenos a los factores del entorno y se los
ignora, con lo cual nos cerramos en nosotros mismos, alejándonos de la realidad.
Cuando se actúa en el largo plazo, se toman los recaudos para tratar de construir la
empresa que deseamos, anticipándonos y generando nosotros mismos los cambios en el
entorno.
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Si sólo se cambia la estructura y no hay una real delegación con cambios en los sistemas
y en los estilos, se tiene poco éxito. Pasar a una estructura por área de responsabilidad
implica delimitar claramente las funciones y poder medir por resultados y éste no es un
cambio menor.
Para conseguir delegar y controlar por resultados, las herramientas gerenciales más
útiles son los sistemas de control de gestión ó control directivo.
El alcance de los modernos sistemas de control comienza con la simple obtención de
información hasta llegar al punto óptimo, que es concretarla en objetivos para poder
alinear a las personas tras ellos.
En estos sistemas formales, como con toda herramienta, es clave definir para qué sirven
y hacerlo con cierto grado de precisión. Las herramientas de gestión que la dirección
vaya incorporando deben ser coherentes con la madurez que va alcanzando la
organización.
El proceso de madurez es permanente y va en círculos concéntricos. Se tratará de ir
creciendo en la utilización de sistemas formales, de los más simples a los más
complejos; de lo operativo a lo estratégico y de diagnosticar a controlar.
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presupuesto, muchas veces existe la necesidad de empezar a utilizar en la alta dirección
herramientas más operativas adaptadas a su madurez para luego pasar a las estratégicas.
El presupuesto que debiera ser sólo una herramienta directiva de concreción, puede ser
usado como una incipiente herramienta de dirección estratégica.
Del planeamiento estratégico tan de moda en los años 70, se dio paso a formulaciones
estratégicas.
Henry Mintzberg nos habla de las estrategias intentadas, deliberadas, no realizadas y las
emergentes, que confluyen en la estrategia real. Esto se integra en los procesos
acumulativos de calidad total de los años 80 e innovación de los años 90.
A comienzos del nuevo milenio debemos poder acumular, dentro de las formulaciones
estratégicas, a la calidad y la innovación el factor tiempo. El proceso de globalización
de la información, afecta de manera fundamental a la comunicación y creación del
conocimiento.
Es fundamental que el pensamiento estratégico exista en la cabeza de los líderes para
guiar las organizaciones.
Los procesos formales ayudarán y serán importantes en organizaciones grandes y
diversificadas. El hecho de que en un mundo cambiante y globalizado, la formalización
como proceso estandarizado haya perdido relevancia, no significa que al menos una
mínima sea necesaria y positiva.
Los proceso de planeamiento estratégico han encontrado útiles a los sistemas de
mediciones para la implementación estratégica, siendo la manera más adecuada para
trasmitir y concretar la estrategia en forma simple y eficiente.
TABLERO DE CONTROL
¿Una Necesidad?
Los informes deben estar diseñados para contestar a simple vista las preguntas más
relevantes que el directivo se debería hacer.
Es necesario detectar las áreas clave y tres ó cuatro indicadores en cada una.
El tablero de control nació como una herramienta gerencial con el objetivo básico de
poder diagnosticar una situación y de efectuar su monitoreo permanente. Es una
metodología para organizar la información y acrecentar valor.
Hoy en día, en entornos dinámicos es cada vez más necesario manejarse con
lineamientos estratégicos que se concreten en indicadores, que ordenen a la
organización y puedan ser monitoreados, aprovechando las nuevas tecnologías
informáticas.
¿Una novedad?
Las mediciones de performance han sido históricamente una buena ayuda para los
directivos a efectos de:
1) Conocer ó diagnosticar un estado de situación.
2) Comunicar y alinear a la organización a los objetivos globales.
Ambos son los fines básicos de un buen sistema de control.
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CUADRO DE MANDO INTEGRAL COMO SISTEMA DE GESTIÓN
En 1992, en un artículo escrito por Robert S. Kaplan y David P. Norton fue presentado
el Balanced Scorecard. Desde ese momento, muchas compañías del mundo han tratado
de implementarlo, considerándolo un sistema muy útil para definir su propio modelo de
negocios en mediciones de desempeño, con una visión amplia de la organización y para
lograr comunicar e implementar la estrategia reflejada en dicho modelo.
Los directivos de toda organización necesitan utilizar toda una gama de indicadores, un
equipo de instrumentos, en todos los aspectos de su entorno y actuación, para poder
verificar y controlar la ejecución hacia el cumplimiento de la misión y objetivos de su
organización.
El cuadro de mando integral proporciona este conjunto de indicadores.
Es vital una exacta comprensión de los objetivos y de los métodos y formas que se
utilizarán para alcanzarlos.
El cuadro de mando integral traduce la estrategia y la misión de una compañía en un
amplio conjunto de medidas de la actuación, que proporcionan la estructura necesaria
para un sistema de gestión y medición estratégica. Permite seguir los progresos en la
formación de aptitudes y la cultura de la organización y evaluar si las decisiones
tomadas y la implementación de las mismas conducen a los objetivos deseados y al
cumplimiento de la misión. Recordemos que podemos tener una estrategia brillante;
pero que mal ejecutada no conduce a los fines buscados. A veces una buena estrategia
razonablemente ejecutada conduce a resultados más satisfactorios en cuanto al
cumplimiento de los objetivos.
Las personas son un elemento fundamental en las organizaciones. Todos los empleados
han de aportar valor. Invertir en el conocimiento de cada empleado, y gestionar dichos
conocimientos, se ha convertido en algo crítico para las organizaciones en la era de la
información
El cuadro de mando integral como sistema de gestión pone énfasis en que los
indicadores deben formar parte del sistema de información para empleados en todos los
niveles de la organización. Los empleados de primera línea han de comprender las
consecuencias de sus decisiones y acciones.
Los objetivos y las medidas del Cuadro de Mando integral son algo más que una
colección ad hoc de indicadores; se derivan de un proceso vertical impulsado por el
objetivo y la estrategia.
El CMI debe transformar el objetivo y la estrategia de una unidad en objetivos e
indicadores tangibles.
Los indicadores están equilibrados entre los indicadores de los resultados y los
inductores que impulsan la actuación futura.
Utilizar el cuadro de mando como un sistema de gestión estratégica permite:
Aclarar y traducir ó transformar la visión y la estrategia.
Comunicar y vincular los objetivos e indicadores.
Planificar, establecer objetivos y alinear las iniciativas estratégicas.
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Aumentar el feedback y formación estratégica.
El desarrollo de un Cuadro de Mando Integral, aunque hace que esta falta de consenso y
de trabajo en equipo sea más visible, también contribuye a la solución del problema.
Como sea que el Cuadro de Mando es desarrollado por un grupo de altos directivos
como un proyecto de equipo, crea un modelo compartido, al que todos han contribuido.
Los objetivos del CMI se convierten en la responsabilidad conjunta del equipo,
permitiendo que sirva de marco organizativo para un amplio conjunto de importantes
procesos de gestión basados en un equipo.
Muchas organizaciones tienen claros sus fines últimos, sus objetivos, su misión; pero
existe un gran vacío entre las declaraciones y las acciones diarias.
El CMI proporciona un marco, una estructura y un lenguaje para comunicar la misión y
la estrategia. Utiliza las mediciones para informar a los empleados sobre las variables
para el cumplimiento de los fines de la organización.
Al articular los resultados que la organización desea, y los inductores de esos
resultados, los altos ejecutivos canalizan las energías, las capacidades y el
conocimiento concreto de todo el personal de la organización hacia la consecución de
los objetivos a largo plazo. El CMI no se esfuerza por hacer que los individuos y las
unidades de la organización sigan un plan preestablecido. El CMI debe ser utilizado
como un sistema de comunicación, información y de formación.
Una vez que todos los empleados comprenden los objetivos e indicadores de alto nivel,
pueden establecer objetivos locales que apoyen la estrategia global. Todos los esfuerzos
e iniciativas de la organización estarán alineados con los procesos de cambio necesarios.
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El CMI permite vigilar y ajustar la puesta en práctica de las estrategias, y si fuera
necesario, hacer los cambios necesarios en la propia estrategia. Se puede examinar de
cerca si se están consiguiendo los objetivos. Las revisiones y puestas al día de la gestión
pasan de revisar el pasado a aprender sobre el futuro.
Hasta aquí se establecen unos sistemas de control de gestión, para asegurarse de que los
directivos y los empleados actúan de acuerdo con el plan estratégico establecido por la
alta dirección.
Este proceso lineal de establecimiento de una visión y estrategia, comunicando y
vinculando la visión y la estrategia a todos los participantes de la organización, y
alineando las iniciativas y las acciones de la organización para conseguir unos objetivos
estratégicos a largo plazo, es un ejemplo de un proceso de feedback de un solo bucle.
Con la formación de un solo bucle, el objetivo sigue siendo constante. Las desviaciones
de los resultados planeados no hacen que la gente se cuestione si esos resultados
planeados siguen siendo deseables. Tampoco se cuestionan si los métodos utilizados
para alcanzar los objetivos siguen siendo apropiados. Las desviaciones de la trayectoria
planeada se tratan como defectos, y se lanzan acciones correctivas para hacer que la
organización vuelva al camino deseado.
Sin embargo, las estrategias para las organizaciones de la era de la información no
pueden ser tan lineales ni tan estables. La estrategia planificada, aunque se inició con la
mejor de las intenciones y con la mejor información y conocimientos disponibles, puede
que ya no sea apropiada o válida para las condiciones actuales. En unos entornos que
cambian de una forma tan constante, pueden surgir nuevas estrategias de capitalización
de oportunidades ó de contrarrestar amenazas, que no se preveían cuando se articuló el
plan estratégico inicial.
Las organizaciones necesitan la capacidad del aprendizaje de doble bucle. El
aprendizaje ó formación de doble bucle se da cuando los directivos cuestionan sus
asunciones subyacentes y meditan sobre si la teoría bajo la que ellos estaban operando
sigue siendo consistente con la evidencia, observaciones y experiencia actuales. Los
directivos, necesitan disponer de feedbak sobre si la estrategia que habían planeado
sigue siendo una estrategia viable y de éxito. Necesitan contar con información para
poder cuestionar si las asunciones fundamentales que se hicieron cuando lanzaron la
estrategia son válidas.
El CMI debería basarse en una serie de relaciones causa-efecto, derivadas de la
estrategia, incluyendo estimaciones de los tiempos de respuesta y magnitudes de los
vínculos entre las mediciones del CMI.
Los directivos deben iniciar un intenso diálogo para revisar las condiciones del
mercado, las propuestas de valor que se están presentando, el comportamiento de los
competidores y las capacidades internas. El proceso de recogida de datos,
comprobación de hipótesis, reflexión, formación estratégica y adaptación, es
fundamental para la implantación y puesta en práctica con éxito de la estrategia.
El proceso de formación estratégica alimenta al siguiente proceso estratégico y de
visión, en que los objetivos en las diversas perspectivas se revisan, se ponen al día, de
acuerdo con la visión más actual de los resultados estratégicos y los inductores de la
actuación, para los períodos venideros.
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Financiera ¿Éxito financiero?
Del cliente ¿Cómo deberemos atender mejor a nuestros clientes?
Interna ¿En qué procesos de gestión tenemos que ser excelentes?
Desarrollo y aprendizaje ¿En qué y cómo debe la organización continuamente
aprender, mejorar y crear valor?
El BSC enfocado a la gestión de desempeño supone que ninguna medida por sí sola es
adecuada para dirigir una organización en todos los momentos.
No es un repuesto para el sistema de indicadores diario de la organización. Los
indicadores del cuadro de mando se eligen para dirigir la atención de los directivos y los
empleados hacia esos factores que se espera conduzcan a avances competitivos en la
organización.
Perspectiva financiera.
Los objetivos financieros difieren en forma considerable en cada fase del ciclo de vida
de un negocio.
Crecimiento
Sostenimiento
Cosecha.
Si se está en una etapa de crecimiento se hacen necesarios recursos para el desarrollo e
intensificación de nuevos productos y servicios, mayor utilización de instalaciones,
crear capacidad de funcionamiento, invertir en sistemas e infraestructura, nutrir y
desarrollar relaciones con los clientes.
Si el objetivo es el crecimiento de ventas, nos hallamos con cash flow negativos y
bajos rendimientos.
Se deben adecuar los niveles de gastos para el desarrollo de productos y procesos,
sistemas, capacidades de los empleados y marketing.
Sostenimiento: La mayoría de las unidades de “negocio”, en un mercado maduro. Se
busca mantener la cuota existente en el mercado y leve aumento. Se analizan con
cuidado los nuevos proyectos de inversión buscando la mejora continua.
Recolectar: Máximo retorno de cash flow y reducir capital circulante.
Se busca:
1) Crecimiento y diversificación de los ingresos, que disminuyen el riesgo.
2) Reducción de costos/ mejora de la productividad.
3) Utilización de los activos /estrategia de inversión.
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1) Para lograr crecimiento y diversificación de ingresos, se analizará: el crecimiento en
las ventas, la cuota de mercado, los ingresos provenientes de nuevos servicios y
productos por Ej. 3 años, los márgenes brutos de nuevos productos y servicios para
verificar márgenes más altos que los existentes o si verdaderamente incrementan
valor económico los nuevos productos y servicios. Se hace necesario analizar
estrategias de precios por empresas y sector. Precio por unidad de los distintos
productos y realizar benchmarking.
Las inversiones incluyen capital físico, pero también incluyen capital intelectual y
humano, como técnicos expertos, bases de datos y personal experto. Se pueden
apalancar potenciando las múltiples unidades que lo comparten. Aparte de los
beneficios resultantes de compartir el conocimiento y los clientes, las reducciones de
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coste pueden conseguirse al no repetir formas similares de activos físicos e intelectuales
en las múltiples unidades. Así pues, las empresas que intentan conseguir una cierta
economía de escala ò diversificación a través de inversiones en activos especializados
materiales e inmateriales pueden fijar los objetivos para aumentar el porcentaje de
recursos que comparten con otras unidades.
Objetivos e indicadores de la gestión de riesgo.
Además las organizaciones están preocupadas por el riesgo y la variabilidad de sus
beneficios.
Si se disminuye la variabilidad de su corriente de ingresos es menor el riesgo. Por lo
tanto, un objetivo de ampliación de las fuentes de ingresos puede servir tanto a un
objetivo de crecimiento como al de gestión de riesgo.
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Tiempo que transcurre desde que se ha identificado la nueva demanda hasta que
el nuevo servicio ó producto ha sido entregado.
Calidad: Defecto cero. Cuando se produce un fallo de calidad en una empresa de
servicios, el cliente deja de ser cliente de esta organización. Conocer el
problema, genera fuerte motivación e incentivos para solucionarlo.
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3) Imagen y prestigio:
La dimensión de imagen y prestigio refleja los factores intangibles que atraen hacia una
compañía. Algunas son capaces, a través de anuncios y de la calidad del producto y
servicio, de generar la lealtad más allá de los aspectos tangibles del servicio ó producto.
Se busca una calidad e integridad que la distinga de sus competidores.
Procesos críticos internos en los que la organización debe ser excelente. Esto
permitirá :
entregar las propuestas de valor que atraerán y retendrán a los clientes de los
segmentos de mercado seleccionados.
Satisfacer las expectativas de cumplimiento de la finalidad de la organización.
Definir una completa cadena de valor de los procesos internos que se inicia con el
proceso de innovación, sigue a través de los procesos operativos y termina con el
servicio posterior.
Se hace necesario relevar en su totalidad los nuevos procesos en los que una
organización ha de sobresalir con excelencia. Anticiparse al futuro e influir en él.
Se realzarán algunos procesos, varios de los cuales puede que en la actualidad no se
estén llevando a cabo, y que son más críticos para que la estrategia de una compañía
tenga éxito. Es necesario incorporar procesos innovadores a la perspectiva del proceso
interno, que permitan que una compañía cree unos productos ó servicios completamente
nuevos, que satisfagan las necesidades emergentes de los clientes actuales y futuros. La
investigación y desarrollo es un elemento primordial en el proceso de creación de valor.
La innovación es un proceso interno crítico.
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Perspectiva de aprendizaje y crecimiento
Las perspectivas del cliente y del proceso interno identifican los factores más críticos
para el éxito actual y futuro. La competencia global, exige que las organizaciones
mejoren, continuamente, sus capacidades para entregar valor y cumplir su finalidad.
Los objetivos de la perspectiva de crecimiento y aprendizaje –promocionar el
crecimiento de las capacidades de los recursos humanos y de la organización- son los
inductores necesarios para que puedan lograrse las otras tres perspectivas.
Para que una organización pueda simplemente mantenerse debe mejorar continuamente.
Las ideas para mejorar los procesos y la actuación de cara a los clientes deben provenir,
cada vez más, de los que están más cerca de los procesos internos y de los clientes. Este
cambio exige una recalificación de los recursos humanos, para que sus mentes y sus
capacidades creativas puedan ser movilizadas a favor de la consecución de los objetivos
de la organización.
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Si se sienten reconocidos por haber hecho bien el trabajo.
Acceso a información suficiente para poder hacer bien el trabajo.
Si se les anima de una forma activa a ser creativos y a utilizar la iniciativa.
Si se sienten valorados por los directivos.
Si están satisfechos en general, con la empresa.
Se puede ponderar de 1 a 3 descontento a muy satisfecho.
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Indicadores de las sugerencias que se han hecho y se han puesto en práctica. Número de
sugerencias por empleado. Publicación de las sugerencias con éxito, para aumentar la
visibilidad y credibilidad del proceso.
Ilustrar los beneficios y mejoras que se han conseguido gracias a las sugerencias de los
empleados.
Comunicar la existencia de una nueva estructura de recompensas para las sugerencias
que se hubieran puesto en práctica.
Debe existir coherencia de los incentivos a empleados con los factores de éxito general
de la organización y con las tasas de mejora. Es fundamental participar en la misión,
integrar.
Resumiendo:
El CMI adecuadamente construido debe formar una serie de objetivos y medidas
vinculadas, que son a la vez consistentes y mutuamente reforzantes. Ha de incorporar el
complicado conjunto de relaciones causa-efecto entre las variables críticas, incluyendo
los adelantos, los retrasos y los bucles de feedback que describen la trayectoria y el plan
de la estrategia. Los vínculos deben incorporar tanto las relaciones de causa-efecto
como mezclas de las medidas de los resultados y los inductores de la actuación.
Las medidas de resultados, sin los inductores de actuación, no comunican la forma en
que hay que conseguir los resultados
El CMI debe ser la traducción de la estrategia de la unidad en un conjunto vinculado de
medidas, que definan tanto los objetivos estratégicos a largo plazo como los
mecanismos para alcanzar estos objetivos.
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No sirve copiar el de otras organizaciones. Esto implica desvirtuar la naturaleza y
finalidad de CMI anulando el rico proceso de su construcción.
Además, como las organizaciones son organismos vivientes que cambian los CMI serán
distintos en su devenir histórico. Recrear el cuadro de mando integral es un proceso
permanente pues acompaña el crecimiento de la empresa.
a) El tablero operativo debe servir para que en un simple golpe de vista podamos
evaluar cómo están evolucionado aquellos indicadores operativos que necesitan ser
monitoreados día por día. El tablero operativo es aquel que permite hacer un
seguimiento diario del estado de situación de las finanzas, compras, comercial, etc. de
una empresa, para poder tomar a tiempo las medidas correctivas necesarias en un sector
ó proceso de la organización.
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No escapa a nadie la preocupación por el valor creciente que adquiere la información
para que la dirección pueda diagnosticar la situación, concretar objetivos y bajar
consignas claras.
Como todo sistema de mediciones, puede ser muy útil para acortar diferencias entre lo
abstracto y lo concreto, entre el análisis y la síntesis, entre la intuición y la racionalidad,
entre lo intangible y lo tangible, entre lo cualitativo y lo cuantitativo.
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Poniendo a funcionar el tablero de control
El éxito de una empresa, estará dado por contar con una estrategia excelente y la
capacidad de sus recursos humanos de llevarla adelante.
Los flujos de información suben, bajan y atraviesan la organización a medida que se
comparten, comunican y discuten. Los procesos interactivos potencian la capacidad de
agregar valor cada día.
Si el tablero está integrado en un buen sistema interactivo, debe tener cuatro cualidades:
Tengamos claro que una cosa es definir ò formular la estrategia (qué es lo que se debe
hacer) y otra muy distinta es lograr que se haga. La utilización de sistemas interactivos
que incluyan discusiones en reuniones personales, es un complemento fundamental del
tablero, para implementar las estrategias.
Para lograr que el sistema sea usado en todas sus posibilidades, hay que hacerlo
operacional y útil en el día a día. El mismo deberá tener la capacidad de generar un
ámbito y cultura de discusión de las mediciones de desempeño que permitan el
aprendizaje permanente y la concreción e implementación de la estrategia.
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¿Qué sistema de mediciones necesita una organización?
El tablero operativo ha sido útil cuando las organizaciones han enfrentado desafíos de
mejora en algún proceso operativo clave. Los que operan reciben información diaria u
on line bien presentada, facilitando el objetivo de mejorar dicho proceso sin necesidad
de planes muy formales. Comparando el resultado entre distintos grupos, compartiendo
información, con personal involucrado y la información oportuna, se mejoraron los
indicadores de costos y calidad.
Sistema de información, por ejemplo mensual, que permite el análisis de las áreas e
indicadores clave, complementado con comparaciones con otras instituciones del sector.
Luego se puede acoplar información estratégica.
Para iniciar un proceso de aprendizaje el primer paso será identificar los indicadores de
diagnóstico de un Tablero, para posteriormente identificar y concretar objetivos y por
último el modelo de negocio y las relaciones causa-efecto en un BSC. Así, se puede
evolucionar de un gerenciamiento por excepción a uno por objetivos, y después, a uno
por modelos.
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Segmentar a la empresa en áreas ó temas clave y seleccionar indicadores por área son
los dos primeros y más importantes pasos a dar para diseñar un tablero por lo cual
vamos a identificar los principales criterios a tener en cuenta al llevarlos a cabo:
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predecir y manejar el desempeño futuro. Un tablero de control amplio debería incluir
tanto los indicadores líderes como los retrospectivos.
3) Ponerse distintos sombreros.
Integrar distintas perspectivas.
Satisfacción sobre el servicio, salario promedio del personal, motivación del personal.
Los principales sombreros a ponerse son los de accionistas, clientes, sociedad,
proveedores, personal, directivos.
4) La mayoría de los indicadores tiene que surgir de la experiencia.
La mayor parte de ellos provendrá de la práctica, aunque se deberán diseñar los
indicadores estratégicos, incentivando la utilización de los mismos y explicando
claramente qué se quiere medir y para qué sirve.
a) El alcance
Define el período incluido en la información. Este puede ser: día, mes, acumulado a la
fecha, proyectado a la fecha en que quiera posicionarse.
Para muchos tipos de actividades, lo que se necesita es un control orientado a futuro.
b) La apertura
Es la forma en la cual se puede clasificar la información. Se puede abrir en varias
dimensiones: por concepto, por producto, por unidad de negocio, por naturaleza del
gasto, etc. La apertura posibilita concretar la importancia del problema. A veces es más
importante la apertura del dato que el indicador promedio.
c) La frecuencia de actualización
En general los tableros de control operativo se actualizan on line, diaria ó semanalmente
y el Tablero de Control Directivo mensualmente, aunque incluyan indicadores
trimestrales ó semestrales.
d) La referencia
Es muy útil definir para cada indicador una base de referencia sobre la cual calcular los
desvíos.
Se pueden definir posibles bases:
1) Presupuesto inicial y/o revisado.
2) Objetivo
3) Historia.
El presupuesto anual será, en su mayor parte, la base de referencia para la información
financiera de detalle. Aquellos indicadores que no tienen impacto financiero de corto
plazo y que son relevantes, como ser los de calidad, los deberemos comparar con los
objetivos anuales definidos en el plan estratégico.
Los indicadores típicos de diagnóstico y que no son tan importantes como para definir
objetivos, pero que sirven al directivo para estar informado, se pueden comparar contra
la historia ó contra la alarma, en la medida en que se tenga claro que es muy
preocupante que alcancen determinados mínimos y máximos.
En la base de datos para la información ejecutiva hay que definir durante cuánto tiempo
nos interesa guardar los datos.
Así como los software de base son muy útiles cuando se trata de almacenar
transacciones, los de tableros, en cambio, deberían permitir guardar historias con mayor
potencialidad para uso directivo.
e) Parámetro de alarma.
El concepto de alarma se vuelve muy interesante para el control por excepción.
f) Gráfico más representativo
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Habría que definir a priori qué gráfico representará mejor una situación determinada. El
gráfico debe ser simple de entender e interpretar.
g) el responsable del monitoreo
Se define un responsable del monitoreo para cada indicador. Se ha de hacer hincapié en
que el tablero de control mide la evolución del área y no al responsable, ya que para
hacerlo con este último debemos tener en cuenta aspectos de controlabilidad y de
responsabilidad que el tablero no toma habitualmente en consideración y que van más
allá de un objetivo de diagnóstico.
Un tablero de control es un tablero puramente de información y es bueno que esa
información sea monitoreada por alguien. La incorporación del dato a la base de datos
puede ser centralizada ó estar dividida en áreas, pero más allá de eso, es importante que
ese dato esté actualizado, y de no estarlo es necesario que el directivo sepa quién
debería haber modificado el tablero.
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Para dirigir con tecnología, habrá que vencer.
Cada proceso operativo podría tener un tablero que permitiera dirigir a partir del mismo,
cuyo usuario principal sería, normalmente el gerente funcional del área que
correspondiere. Si el tema a monitorear es la clave del negocio también la información
debe estar disponible para el ejecutivo máximo.
En los tableros operativos las áreas suelen ser procesos y los indicadores son
habitualmente muy concretos y conocidos.
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posible. En estas circunstancias los dirigentes no tienen mucho tiempo para invertir en
información, por lo tanto no es común encontrar a alguien que quiera desarrollar un
Tablero. Esto no significa que no sea necesario. Qué bueno sería si lo tuvieran. El
tablero on line como herramienta de diagnóstico se vuelve fundamental en los
momentos críticos.
e) Certidumbre estratégica. Cuando hay empresas con certidumbre estratégica debido
a que las decisiones importantes ya han sido tomadas y condicionan gran parte de su
futuro, la rentabilidad de la empresa pasa por lograr índices operativos cada vez
mejores. Se busca una mejor performance productiva.
f) Procesos de empowerment
Los procesos de calidad total, en la búsqueda del cero defecto, llevan a que sea
necesario poner al más bajo nivel de la organización la información que permita buscar
la excelencia. La utilización de un tablero servirá para desarrollar el saber, transmitir y
formalizar el know-how desarrollado, capacitando por medio de ratios. Para que sea
más factible la delegación y para que cada uno pueda asumir la responsabilidad que le
corresponde, se tienen que dar herramientas, y la más básica es la información.
El sistema de gestión debería ayudar a crecer en la creatividad interna y lograr sinergias
a partir de su utilización.
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b) Existe sobrecarga de información
Uno de los problemas de los informes en papel es la multitud de datos que contienen y
de copias que se envían a los distintos niveles cuando se supone que es beneficioso
expandir la información al mayor número de destinatarios posible. Algo parecido
ocurre con los e-mail en las organizaciones, y para llegar a estar bien informado uno
está obligado a leer gran cantidad de información que no le sirve.
Los seres humanos pueden procesar una proporción limitada de información por vez.
Presentar infinidad de datos distrae y reduce el uso que los directivos le den al sistema.
La revolución de la tecnología de información ha colocado a la misma al alcance de
cualquier organización. Esta tecnología permite que se produzcan, distribuyan, analicen
y almacenen más datos que lo que nunca se habían logrado antes y se haga de manera
poco costosa. Todos estos datos representan potenciales indicadores para evaluar la
gestión.
Se puede estimar la tendencia en el tiempo de cualquier evaluación sistemáticamente
recogida. A través de esta información, se pueden transformar los datos mudos en
indicadores de desempeño que reflejen la condición y progreso de cada proceso.
Al proporcionar una forma de acceso rápida y sistemática a información fiable, el
sistema focalizará la acción en los aspectos relevantes.
c) Ampliar la visión.
Es muy importante comenzar a mostrar otro tipo de indicadores, que no sean sólo los
financieros, como paso inicial en el proceso de ampliar la visión. Es una manera de
romper la miopía que se genera cuando la información financiera y el presupuesto son el
único centro de atención de la organización.
Esta nueva metodología de mediciones posibilita centrar la atención en los indicadores,
que deberían ayudar a las organizaciones a entender cuáles son las mejores prácticas
para obtener resultados en el largo plazo.
Los indicadores requieren que sus significados sean interpretados y no reemplazan el
juicio del directivo. El tablero puede ser el comienzo de un proceso sistemático
mediante el cual una organización busque identificar las mejores prácticas e
implementar aquellas que la conduzcan hacia un desempeño superior, con una cultura
de trabajo en equipo.
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La experiencia del diseñador y del implementador es clave para disminuir la hostilidad
y resistencia al nuevo sistema. Como todo sistema será más apoyado en la medida en
que los responsables vean más los pros que contras para cada uno.
Si bien en el corto plazo implementar un tablero puede no significar ahorros de costos,
seguramente sí implicará aumentos en la eficiencia.
Los tableros tienen que ser incorporados al proceso gerencial de arriba hacia abajo y
lograr su empleo y actualización permanentes.
Si, una vez puesto en marcha, el tablero no es utilizado por la alta dirección, es posible
que caiga en desuso y, entonces, habremos perdido el tiempo.
El tablero Directivo es uno de los cuatro elementos que conforman un sistema de
información con una perspectiva de “sistema de gestión integral”.
Tablero de Control Directivo: Da una visión amplia de todas las áreas y permite
diagnosticar la situación.
Rentabilidad por unidad: y un buen soporte para las decisiones de precios, que
constituirá la base del sistema de información para la toma de decisiones.
Un sistema presupuestario para planear y prever qué es lo que va a pasar económica
y financieramente el próximo año.
Un sistema de control de gestión para lo cual habría que seleccionar aquellos
indicadores del tablero más relevantes y asignar responsables del resultado. A estos
efectos, deberían agregarse criterios de controlabilidad y equidad para poder evaluar
la gestión.
Tener una herramienta de control de gestión es diferente de tener sólo una herramienta
de información. La misma será necesaria para contar con cualquier sistema de
incentivos y relacionar el accionar de cada uno de los directivos con los resultados de la
organización. Para esto habría que definir entonces para cada uno de los indicadores
relevantes del tablero adónde termina la responsabilidad de un directivo y adónde
empieza la del otro. Por ej. , quién es responsable en rotación del personal, el área
funcional ó el área de recursos humanos, o en qué proporción la responsabilidad es
compartida.
Este tema es muy difícil. La organización es una compleja telaraña de relaciones causa-
efecto. Hay que lograr que cada integrante se juzgue a sí mismo, antes que a los demás
y asumir que se controla para mejorar y no para castigar. Si no es así, se corre el riesgo
de generar inacción ó la utilización del tiempo para cubrir cada uno su responsabilidad,
y no a resolver lo cotidiano y tener una actitud proactiva hacia el cumplimiento de los
objetivos.
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Tablero de control estratégico
Buscar indicadores que miran al entorno global, el del sector y los más relevantes de la
organización.
EL TABLERO DE CONTROL COMO CENTRO DE LA DIRECCIÓN
ESTRATÉGICA
Plan estratégico
Misión
Estrategia
Agenda
Retroalimentación y
Plan operativo Aprendizaje
Comunicando Tablero de Actualizando
Educando Control Retroalimentando
Fijando metas Causa-efecto
Recompensando
Presupuesto
Alineando
Integrando
Asignando
Hay una finalidad fundamental del plan estratégico a largo plazo: Proporcionar un
modelo que se pueda usar y adaptar para el análisis e implementación de los cambios
estratégicos que se vayan proponiendo.
Dicho tablero será el referente permanente de la alta dirección para ir monitoreando
cada situación concreta y poder relacionar el presupuesto con el plan estratégico
¿Cómo se puede hacer esto? Agregando poco a poco dentro del presupuesto
indicadores de gestión no financieros, será una forma de ir incorporando determinados
objetivos para el futuro próximo.
Al ser efecto del proceso de planeamiento, ciertos indicadores del tablero de control
deben servir de retroalimentación, para saber cómo vamos, y de aprendizaje, para
caminar en un proceso de mejora continua. El proceso de selección de los indicadores
de este tablero es particularmente importante.
Los indicadores del tablero de control estratégico deben ser grandes números y no hay
que insistir en un prurito de exactitud. La característica estratégica del tablero exige que
los indicadores internos sean escasos, mientras que los externos tienden a aumentar.
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En cambio, el TCE es una herramienta más general y destinada específicamente a la alta
dirección. Incluirá algunos indicadores internos seleccionados como los que sintetizan
al Tablero de Control directivo y los que son impulsos estratégicos, y la información
de la competencia y del entorno que permita hacer un diagnóstico de posicionamiento
sectorial y global (el marco económico político).
El TCE abre las puertas a la búsqueda de información externa y futura para ampliar la
base de la información y poder compararnos.
Impulsos Estratégicos
Benchmarking
Información competitiva
Entorno global
Estratégico
Directivo
b) Benchmarking
El benchmarking es el proceso sistemático mediante el cual una organización busca
identificar las mejores prácticas e implementar aquellas que conduzcan a un desempeño
superior.
En estos procesos hay que definir con quiénes importa compararse y en qué aspectos.
El primer paso para el diseño de un buen sistema de benchmarking de desempeño es
identificar las medidas que permitirán lograr los objetivos estratégicos de la
organización.
Las áreas más habituales en las que se realiza un benchmarking son el servicio y la
satisfacción del cliente, las mediciones de capacidad de innovación y desarrollo de
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productos, la calidad y distintos aspectos de la competencia basados en el tiempo ó en la
velocidad en la que son efectuados los procesos esenciales.
El segundo paso requiere que las mediciones describan las capacidades y niveles de
desempeño a desarrollar en los procesos clave de la organización: recursos humanos,
tecnología, activos físicos e intelectuales.
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Si estamos en un mar calmo y en un transatlántico, nos encontramos tranquilos y se
puede manejar el barco con piloto automático. Si estamos en un velero en medio de alta
mar tendremos que estar mirando hacia fuera en forma constante, e ir evaluando
determinados indicadores para poder conducir la nave a buen puerto. Estar, ahí, en la
dirección, monitoreando de manera permanente dichos indicadores.
El TCE incluye una selección de indicadores clave a monitorear que pueden provenir de
cualquier etapa del proceso de formulación de la estrategia. Los mismos surgirán al
hacer el diagnóstico, formular el plan, definir los objetivos y metas, ó de cualquier otra
parte del proceso de dirección estratégica. Deben ser útiles para clarificar la misión y la
visión, su estrategia global, que debe concretarse en los objetivos, la agenda estratégica
y los indicadores.
La concisión resulta un elemento clave en la implementación de la estrategia y en su
monitoreo, permitiendo bajar líneas de acción bastante claras en cada uno de los temas a
monitorear por la alta dirección.
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En función del resultado de este proceso, se definen las áreas clave que son los factores
críticos de éxito.
A partir de un diagnóstico previo, se pueden hacer reuniones de trabajo en las que cada
uno de los actores termina de definir su visión personal de las amenazas, fortalezas,
debilidades y oportunidades. Con la opinión de éstos se procede a realizar una encuesta
general de clasificaciones de la situación de la institución en cada tema del Foda. De las
debilidades más importantes; suele surgir claramente cuáles son los temas estratégicos
que conviene atacar y que después se concretan en una agenda con las diez acciones
estratégicas clave. Estos permiten definir después los objetivos y su puesta en práctica.
Cada año ó cada cinco años, dependiendo de los cambios en el entorno, habrá que
validar los objetivos y su importancia relativa en función de la nueva situación
competitiva.
La misión y la visión pueden no sufrir cambios, mientras que los objetivos pueden
modificarse cada año.
De este proceso surge el TCE compuesto por los indicadores internos, la selección de
indicadores clave para el benchmarking con competidores y por los indicadores del
entorno. Comparamos algunos indicadores contra objetivos, otros contra presupuesto o
a algunos simplemente con la historia.
Un sistema integrado de gestión estratégica será aquel que me permita llevar a cabo
todo el proceso directivo incluyendo los cuatro sistemas: un tablero, costos,
formulación y control estratégico. El BSC es un equivalente a un sistema integrado de
gestión que no sólo me ayuda a diagnosticar, sino también a formular, alinear y
controlar.
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El director depende de que la información, tanto interna como externa, sea veraz y de
buena calidad, pues en ella se basarán los análisis y premisas que le darán las pautas
para realizar los juicios necesarios para dirigir. Entonces, en primer lugar debemos
establecer qué es la información: Comunicación o adquisición de conocimientos que
permiten ampliar o precisar los datos que se poseen sobre una materia determinada.
Aquello que contesta una pregunta. Hacernos la pregunta adecuada nos llevará a buscar
dentro de la cantidad de datos de que disponemos aquellos que la contestan, con lo cual
estaremos convirtiendo los datos en información. La clave del éxito se encontrará en
que nuestra organización aprenda a hacer la pregunta adecuada en el momento exacto.
La información directiva debe cumplir con requisitos de importancia, confiabilidad,
oportunidad y unidad.
Por información relevante entendemos aquella que es importante y oportuna, que agrega
valor en la gestión, que no distrae la atención hacia aspectos que no sean el foco mismo
del problema.
En cuanto a la oportunidad de la información, será muy importante establecer un Trade
off entre la precisión y la demora. La revolución en la tecnología de la información ha
cambiado los paradigmas de la oportunidad. Antes se hablaba de información y cuadro
de resultados anual, después fue mensual, y actualmente podemos hablar de cuadros de
resultado diarios. Como éstos rara vez sirven, las mediciones diarias quedarán en
general limitadas a datos operativos. Los avances tecnológicos han facilitado las
mediciones diarias en casi todos los órdenes de la vida y, en consecuencia, el control y
la actuación inmediata se han visto beneficiados. La confiabilidad de los datos ha ido
evolucionando con la automatización tanto en la fuente como en el proceso de su
obtención.
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