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GERENCIA Y CULTURA ORGANIZACIONAL

Una buena gerencia debe estar plenamente identificada con la cultura


organizacional que ha desarrollado, una cultura en donde todo el recurso humano
esté plenamente identificado con ella.

Son muchas las empresas, especialmente las pymes, que han descuidado lo que
representa contar con una auténtica cultura organizacional. Todo ello afecta
seriamente su supervivencia, operatividad, más en un entorno turbulento como el
que afronta el mundo. No nos sorprende que se señale, que toda empresa tiene su
propia cultura, y son los recursos humanos quienes generan la cultura de una
organización, los jefes y colaboradores.

Por ejemplo en la cultura japonesa de los negocios, se considera al trabajo como un


destino compartido. Todos los empleados de la empresa comparten el mismo
destino: éxitos o fracasos. Forjar el éxito de la empresa, será entonces forjar el
éxito de cada trabajador.

La cultura organizacional está formada por los valores compartidos por las personas
dentro de cada empresa. La capacidad ReActiva (que responde a los eventos o
situaciones) o ProActiva (que se anticipa a los eventos o situaciones), será uno de
los factores de mayor relevancia en la Cultura Organizacional. La Cultura está
fundamentada en las actitudes, que representan una evaluación de las
percepciones respecto del Sistema Interno de Valores y Creencias. Las actitudes
incluyen: creencias, afecto, y tendencias de actuación.

La cultura organizacional es el conjunto de normas, hábitos y valores, que practican


los individuos de una organización, y que hacen de ésta su forma de
comportamiento. En las organizaciones empresariales, en los hospitales, en las
universidades, etc. debe tenerse en consideración.

La definición más aceptada de Cultura Organizacional es la de Edgar Schein:


“Cultura organizacional es el patrón de premisas básicas que un
determinado grupo inventó, descubrió o desarrolló en el proceso de
aprender a resolver sus problemas de adaptación externa y de integración
interna y que funcionaron suficientemente bien a punto de ser
consideradas válidas y, por ende, de ser enseñadas a nuevos miembros del
grupo como la manera correcta de percibir, pensar y sentir en relación a
estos problemas (EDGAR SCHEIN, 1984”.

Medición de la Cultura Organizacional

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No es sencillo evaluar las culturas organizacionales. Estas mediciones se basan en
el análisis de historias, símbolos, rituales y ceremonias. Podemos recurrir a
entrevistas y cuestionarios con el objeto de esclarecer los valores y creencias;
evaluar las declaraciones de la filosofía corporativa, proporciona ideas sobre la
cultura adoptada.

Podremos además realizar entrevistas con los colaboradores para determinar sus
percepciones de la cultura de su organización.

La identificación de la cultura es algo muy importante tanto para el administrador


de una organización como para sus recursos humanos, para que actúen de forma
consistente en la organización, trabajando para promover cambios propiciadores de
mejoras. Un estudio de la cultura permite comprender las relaciones de poder, las
reglas no escritas, lo que es considerado como verdad, etc. En este sentido aclara
una serie de comportamientos considerados aparentemente ininteligibles,
permitiendo un planeamiento de la actuación coherente con la realidad de
organización.

Las organizaciones son la expresión de una realidad cultural, que están llamadas a
vivir en un mundo de permanente cambio, tanto en lo social como en lo económico
y tecnológico, o por el contrario, como cualquier organismo, encerrarse en el marco
de sus límites formales. En ambos casos, esa realidad cultural refleja un marco de
valores, creencias, ideas, sentimientos y voluntades de una comunidad
institucional.

La cultura organizacional sirve de marco de referencia a los miembros de la


organización y da las pautas acerca de cómo las personas deben conducirse en
ésta.

Hoy en día, es necesario que las organizaciones diseñen estructuras más flexibles al
cambio y que este cambio se produzca como consecuencia del aprendizaje de sus
miembros. Esto implica generar condiciones para promover equipos de alto
desempeño, entendiendo que el aprendizaje en equipo implica agregar valor al
trabajo y más adaptabilidad al cambio con una amplia visión hacia la innovación.

El aspecto central de las organizaciones con miras al éxito es la calidad de sus


líderes con autonomía, poseedores de un alto nivel de capacidades, lo cual le
permite gerenciar el cambio con visión proactiva.

Los nuevos esquemas gerenciales son reflejo de la forma como la organización


piensa y opera, exigiendo entre otros aspectos:

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 Un trabajador con el conocimiento para desarrollar y alcanzar los objetivos
del negocio; un proceso flexible ante los cambios introducidos por la
organización.
 Una estructura plana, ágil, reducida a la mínima expresión que cree un
ambiente de trabajo que satisfaga a quienes participen en la ejecución de los
objetivos organizacionales.
 Un sistema de recompensas e incentivos basado en la efectividad del
proceso donde se comparte el éxito y el riesgo.
 Un equipo de trabajo participativo en las acciones de la organización.

No hay que olvidar en el análisis de la cultura, que ésta a cumple con varias
funciones en el seno de una organización:

 En primer lugar, cumple la función de definir los límites de los


comportamientos.
 Segundo, transmite un sentido de identidad a sus miembros.
 Tercero, facilita la creación de un compromiso personal con algo más amplio
que los intereses personales del individuo.
 Cuarto, incrementa la estabilidad del sistema social.

La cultura es el vínculo social que ayuda a mantener unida a la organización al


proporcionarle normas adecuadas de cómo deben comportarse y expresarse los
empleados.

La cultura organizacional, es una cultura específica de acuerdo con los fines propios
de las empresas. Está constituida por el conjunto de conocimientos, habilidades,
actitudes y valores, que permiten a una organización trabajar con efectividad, para
obtener resultados competitivos, lo que implica que se integren las actitudes y el
compromiso de los participantes, los estilos de trabajo, el respeto, el
profesionalismo y la ética.

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