INSTITUTO DE EDUCACIÓN SUPERIOR TECNOLÓGICO PÚBLICO

“LUIS NEGREIROS VEGA”

TEMA:

“La Oroya de mis Recuerdos”

PROFESOR: Mauricio Varillas G.

ALUMNO:

Cruz Silva, Saúl Roberto

ESPECIALIDAD:  Electrónica Industrial II

UNIDAD DIDÁCTICA: Interpretación y Producción de Textos

TURNO:  Nocturno

2022

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 DEDICATORIA

Este trabajo está dedicado a todas

aquellas personas que quisieran saber
algo más sobre mi persona, también para
aquellos que valoran mi amistad.

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COMPLEJO METALÚRGICO DE LA OROYA

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 INTRODUCCIÓN

Hay momentos en la vida que uno evoca momentos del pasado, sean estos
malos o buenos, que son activados por un sonido, una imagen, una visita
inesperada al lugar, como me sucedió a mí, al retornar después de 15 años al
lugar donde nací, ver otra gente las calles cambiadas por no decir
modernizadas, nos vuelven a la mente situaciones que hemos vivido , pues en
mi caso fueron momentos gratos, ya que contaba con gran cantidad de amigos
que deje al venir a la capital, vivía con gente más sana en todos los sentidos,
inclusive no se conocía de tanta tecnología, drogas o delincuencia, bueno en
estos escritos trato de relatar algunas vivencias y hechos que experimenté
cuando vivía en La oroya de mis recuerdos.

La Oroya de mis Recuerdos

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Hace 15 años aproximadamente es cuando salí de mi tierra querida rumbo a la
capital, junto a mi padre de 54 años y mi hermana de 11 años deseando
alcanzar un mejor bienestar en la capital, sin imaginar lo difícil que es la
realidad.
Yo nací en la ciudad de La Oroya provincia de Yauli departamento de Junín en
el año de 1977, un 7 de Junio, día muy significativo para mí por cierto, ya que
tenía la idea que todos ponían sus banderas justamente por mi cumpleaños
bueno eso pensaba hasta cierta edad. Mi padre era Bernardino Cruz Santos
natural de Huasahuasi – Tarma, mi madre es Julia Silva Cóngora natural de
Pampas Tayacaja - Huancavelica, mi padre era comerciante, se estableció en
la ciudad de La Oroya ciudad pujante por entonces por ser una zona minera
metalúrgica lugar donde se encontraba la refinería más grande de Sudamérica
a cargo de la empresa Centromin Perú antes Cerro de Pasco Coopper
Corporation, allí es donde conoció a mi madre y tuvieron su familia siendo
nosotros tres hermanos dos mujeres y un varón por suerte el varón soy yo,
bueno esa idea tengo que las mujeres sufren, más aún si les toca un hombre
malo. La Oroya si bien es cierto era considerada una de las ciudades más
contaminadas del planeta ya que su actividad principal es la era la refinación de
minerales que se traían de minas aledañas a la ciudad, además ahí se
encontraban las tres chimeneas más grandes de Sudamérica que emitían
humo en grandes concentraciones lo, que contaminaba el medio ambiente
produciendo aridez en sus propias tierras, asimismo también contaminaba la
sangre con grandes concentraciones de plomo perjudicial para el desarrollo y el
aprendizaje, asimismo reduciendo el tiempo de vida, pese a todas estas
contradicciones La Oroya, mi Oroya seguirá siendo el lugar más importante de
mi vida ya que fue el lugar donde fui más feliz.
Mi familia vivía en el jirón Piura N°204 interior 2, en La Oroya antigua pese a
que mi padre tenía su propia casa su propia casa en el Jirón Chanchamayo,
vivíamos alquilados en dicha dirección, lo hacía por facilidad en el negocio que
tenía mi padre el vendía ropas hechas cerca a lo alquilado, él se levantaba muy
temprano y con la ayuda de mi madre se dirigían a instalar el negocio mientras
mi hermana mayor quedaba al cuidado de nosotros, tanto de mi hermanita y de
mí llevándonos al colegio y a su vez ella también estudiaba.

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Esa callecita las cuadras uno y dos del Jirón Piura fueron testigos de nuestras
innumerables travesuras y aventuras en esas dos cuadritas cortas vivían una
gran cantidad de familias así es que éramos un barrio numeroso con niños y
niñas de todas las edades cada cual formando un grupo por edades, recuerdo
los juegos de canicas o bolas como nosotros lo llamábamos, podríamos pasar
muchas horas en este juego tratando de acumular la mayor cantidad y quitando
al menor o mejor dicho al menos habiloso, los juegos de trombo eran realmente
algo asombroso cada uno se encargaba de conseguir un trompo más grande y
con una punta más afilada para romper el trompo del contrincante en el juego
no se no se valía llorar, hasta algunas de mis amigas mujeres se atrevían a
retarnos pero era en vano contra la experiencia y la práctica de los varones,
donde ellas sí sobresalían era el juego del mundo en las que también
pasábamos muchas horas ya que éramos gran cantidad de niños y así mismo
recuerdo el juego de la bata, los siete pecados, tumba la lata, carrera de
caballos, el juego de guerra con los tubos y de proyectil se usaba el papel en
forma de cartucho, los hoyitos en la tierra donde se tiraba dinero, juegos con
las chapas de cerveza que hace atesoraban mucho, sin dejar de mencionar los
juegos de vóley y fútbol muchas veces mixtos, pero el juego principal eran las
escondidas que se jugaban sin importar el horario sea de día o de noche, cómo
olvidar las madrugadas cuando salíamos a correr al ex campo de golf situado
más o menos a 10 km a las afueras de la ciudad un lugar de recreación y
donde aún todavía quedaba vegetación, se designaba un día antes por la
noche a uno ó dos personas que se encargarían de despertar a todos, éste se
encargaba con sus gritos de llamar casa por casa ya que en ese entonces no
existía el celular, más o menos tomaba de 30 a 40 minutos llamar a todos y
luego en grupo o en mancha como se decía, con nuestros buzos y zapatillas
sin olvidar las pelotas rumbo al lugar corriendo, pero al regreso algunos
caminando o con algún vehículo. Otro de los momentos memorables fue
cuando formamos el club del barrio por edades ya que los más pequeños eran
excluidos por los más grandes, este club fué instalado en un ambiente llamado
el canchón un espacio mediano dentro de un predio de un vecino que había
sido invadido por todos nosotros para desarrollar todos nuestros juegos y
travesuras sin embargo fueron las Navidades y el Año Nuevo los momentos
más esperados por todo el barrio ya qué se visitaba todas las casas y siempre

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se juntaba suficiente comida para todos además podríamos estar toda la noche
compartiendo historias o jugando sin el permiso de nuestros padres, o en
alguna casa, o en algún rincón y en el Año Nuevo la quema de los muñecos,
múltiples muñecos para la quema realizando candeladas por toda la cuadra y a
veces embriagándonos en nuestra inocencia y sin maldad.

CALLE PIURA Y LA IGLESIA

PARQUE EX GOLF

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Mi Oroya pese a ser una ciudad pequeña aunque nunca lo había notado hasta
salir a la capital nos brindó cobijo y una sana niñez y juventud, nuestro que
hacer cotidiano transcurría más en La Oroya Antigua, donde estaba centrado el
movimiento económico de la época, cómo no recordar las ferias que se
formaban a lo largo de varias cuadras especialmente cada quincena o fin de
mes, cuando los miles de trabajadores que laboraban en el gran complejo
minero metalúrgico de la oroya cobraban su pago, recuerdo la gran Avenida
Malecón Odría y la calle Tayacaja lleno de comerciantes que venían hasta de
otros lugares como Huancayo, Jauja, Tarma, Morococha, Casapalca y la
mismísima Lima.
Recuerdo a mi Oroya su gran Mercado Tupac Amaru,su comedor popular, el
Puente Cascabel, por donde era paso obligado de los trabajadores de la
empresa Centromin Perú, que como hormigas se dirigían y salían a cierta hora
establecida, la iglesia principal una hermosura por dentro en la Calle Tarma
que también fue testigo de muchas travesuras, el supermercado en la Calle
Darío León, con lo más variado en todos los productos juguetes, ropa,
artefactos, abarrotes, considerado el METRO de la época, la gran Plaza de la
Libertad, el Barrio del Jirón Chanchamayo, el Barrio de Santa Rosa, el Gran
Complejo Deportivo, nuestra Oroya Nueva donde vivían por decir la gente con
más recursos económicos, la Avenida Horacio Zeballos Gámez que a lo largo
cobijaba a todos los principales instituciones públicas: Municipalidad, Seguro
social, Ministerio Público, Comisaría entre otras, a su vez era testigo de los
innumerables desfiles escolares que por tradición en la zona, eran como un
logro una gran hazaña y Reconocimiento si se ganaba el desfile, todos se
esforzaban al máximo para dejar en alto a su institución educativa.

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 DESFILE EN LA CALLE HORACIO ZEVALLOS GAMEZ

Mis primeros años de estudio lo realicé en un jardín parroquial promovido por la

Iglesia Católica, antes sólo se llevaba un año de inicial antes de entrar a la
primaria, de dicho pasó lo realice en la escuela estatal N° 31146 “José Antonio
Encinas” una escuelita con dos patios grandes a orillas del río Mantaro fueron
seis años que pasé en aquel lugar lleno de buenos recuerdos, donde teníamos
al profesor más estricto y malvado como pensábamos antes, nos hacía
competir entre salones sacándonos al pizarrón y si no sabíamos, un chicotazo
con el jebe o con su regla de madera y para mala suerte su hijastro fue mi
compañero y uno de mis mejores amigos, no todo parecía malo creo que los
recreos era el momento más esperado para los juegos con la pelota. Recuerdo
a mis amigos: “El Loro” mi mejor amigo, a Rojas Ricardi, a Marcos llamado “La
Vaca” por su color de piel clara, a Percy, a Toño y su primo, mis compañeras
Miriam, Paty, Danitza, Olinda y cómo olvidar a mi amor platónico Jessica
Quispe Ninahuanca, la niña más bonita del colegio por suerte era mi
compañera, recuerdo la tiendita escolar con sus productos variados, su clásico
pan con atún y cebolla, las comidas variadas al alcance de todos, las gelatinas,
los refrescos en bolsita, el zanguito, en fin había de todo, fueron momentos
felices que marcaron mi vida.

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 ESCUELA PRIMARIA “JOSÉ ANTONIO ENCINAS”

La secundaria la lleve en una Institución Técnica “Gran Mariscal Ramón

Castilla ex INEI 11, una gran unidad escolar para ser de provincia que ofrecía
varias especialidades en su currículum como: Electricidad, Mecánica,
Fundición, Metalurgia, Contabilidad, Enfermería y Carpintería, contaba con un
gran campus de laboratorios y aulas a las afueras de la ciudad en un lugar
llamado SHINCAMACHAY así se llamaba un pequeño caserío del lugar, el
colegio contaba con vehículos que nos trasladaban dos veces por semana a
este campus y los tres días restantes en las aulas del colegio ubicado en La
Oroya Antigua, fueron cinco años que pasé en esta institución donde mi vida
dio un gran giro de 180° y determinó mi carácter y personalidad.

COLEGIO SECUNDARIO “GRAN MARISCAL RAMÓN CASTILLA”

Todos los alumnos durante los dos primeros años pasaban por todas las
especialidades, más el tercer año escogía una con la que terminaría su quinto
de secundaria, ya más especializado, es así que mis amigos y yo acordamos
pasarnos la especialidad de enfermería que era exclusiva para mujeres los
demás desistieron, pero yo seguí adelante casi solo en aquella especialidad
por suerte un varón más ingresó, uno que no eran de mi grupo de amigos, se
integró a enfermería con el cual éramos dos varones rodeados de más de

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veinte señoritas, convirtiéndose él más adelante, en mi mejor amigo hasta la
actualidad.

CAMPUS DE SHINCAMACHAY

Luis Samuel Zeballos Hidalgo es el amigo que les mencioné que todos
esperamos también, con defectos y virtudes es una persona muy inteligente
porque lee mucho desde muy temprana edad, claro que no le gusta hacer
tareas pero sabía y sacaba muy buenas notas, es muy extrovertido, hablantín
actualmente abogado y dedicado a la política en La Oroya de mis Recuerdos,
fue este amigo más que un amigo un hermano que no tuve con quien
realizamos las mejores travesías por todos los alrededores de mi Oroya,
subíamos los cerros caminábamos de punta a punta un aproximado de 20 km,
desde la Oroya Antigua, Oroya Nueva, El Club Peruano,Paradero para Tarma,
Barrio La Florida, Canta Gallo, Los Plomos, Huaymanta, Marcavalle, Chuchis,
Sacco hasta Huaynacancha, en Fin nos complementábamos bien, el
extrovertido y yo introvertido su madre, su abuelo y hermano me tenían en
muy buena estima lo mismo que mi familia con respecto a él. El colegio nos
marcó la vida las especialidades de enfermería la profesora María Meza
Muñoz, nos unió como grupo hasta la actualidad ella fue la profesora más
recordada al igual que mis compañeras: Luz llamada “La Choco boom” mi
mejor amiga, Pilar, Gisela, Jenny, Nilda, Akemi, Cecilia entre otras, algunas
trabajan en la rama de la medicina actualmente, pero otros no fuimos tan
consecuentes y a veces por estar sujetos a la miseria que limita todo esfuerzo.

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BARRIO SANTA ROSA- COMPLEJO DEPORTIVO

PLAZA LA LIBERTAD

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 CLUB PERUANO

MARVAVALLE

PLOMOS

Otro momento guardado en mis recuerdos fue cuando mi padre se esforzaba

por cuidarnos y educarnos pese a que se encontraba sólo y quien fue
abandonado por mi madre, también por dejarnos a nosotros, a sus tres hijos a
cargo de mi padre. Él se dedicaba al negocio de ropas hechas durante mucho
tiempo pero fue su declive la separación con mi madre él tenía un puesto en la
parte baja y externa del Mercado Túpac Amaru en el Jirón Prolongación
Tayacaja, ese lugar se convirtió en un una especie de nido un espacio de tres
por cuatro, era nuestro centro de negocio y casa a la vez, mi padre nunca nos

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dejó sólos, temerosos que nos afecte psicológicamente la ausencia de mi
madre, él se dedicó a todo negocio hasta se atrevió a vender menú en su local
él vendía a mediodía su menú y cachangas con café por la tarde como se
acostumbraba a tomar en provincia, frente a nosotros también había vecinos
uno de ellos un minusválido era canillita él tenía una familia numerosa, era la
familia Chacha su hijo mayor casi mi contiempo, su hijo medio casi de la edad
de mi hermana menor y su hijastra casi le da mi hermana mayor, además de su
esposa. Ese pequeño espacio se convirtió en nuestro mundo era la familia
Chancha nuestro día a día amistad que perdura en el tiempo fue increíble ver
cómo nuestros padres con sus limitaciones se esforzaban por sacar adelante a
sus familias cada uno brindando apoyo uno al otro, ejemplo marcado en los
hijos que también valoramos y practicamos, y como todo lo bueno no dura para
siempre al terminar mi secundaria tuvimos que migrar a la capital frente a la
situación económica que se vivía en el momento por la conversión de la
moneda Inti al Nuevo Sol, impuesto en el Gobierno de Alberto Fujimori
despertando una realidad castigadora más aún si no tienes donde vivir acá en
“Lima la horrible”.

PUENTE CASCABEL

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PARADERO PARA TARMA

AV. DARIO LEÓN

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