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El Gaucho Martín Fierro

El Gaucho Martín Fierro es un poema narrativo escrito en verso y una obra literaria


considerada ejemplar del género gauchesco, escrita por el poeta argentino José
Hernández en 1872. Cuenta además con una continuación, titulada La vuelta de Martín Fierro,
escrita en 1879; este último libro también es conocido como «La vuelta» y la primera parte,
como «La ida». Tanto «La ida» como «La vuelta» han sido seleccionados como libros
nacionales de Argentina, unidos bajo el título genérico de «El Martín Fierro».
En «La ida», Martín Fierro es un gaucho trabajador al que la injusticia social del contexto
histórico lo vuelve un «gaucho matrero» —es decir: un gaucho fuera de la ley—.
Aquí me pongo a cantar,
al compás de la vigüela
que el hombre que lo desvela
una pena extraordinaria,
como la ave solitaria
con el cantar se consuela.

Argumento[editar]
En El gaucho Martín Fierro —«La ida»—, un gaucho trabajador de las pampas bonaerenses,
que vive con su mujer y dos hijos, es reclutado forzosamente para servir en un fortín e integrar
las milicias que luchaban defendiendo la frontera argentina contra los indígenas, dejando
desamparada a su familia. Durante años sufre penurias en los fortines —malas condiciones,
hambre, frío, trato abusivo de sus superiores, los castigos estacados, el no recibir su sueldo—
hasta que decide escapar después de tres años y desertar del servicio. Al volver, su rancho se
encuentra abandonado convertido en una tapera y se entera que su mujer se había ido con
otro hombre y sus hijos se han separado ante la necesidad imperiosa de sobrevivir. Esta
desdichada realidad hace que Martín Fierro frecuente las pulperías, se embriague, se
convierta en un gaucho matrero. En una oportunidad se burla de la mujer de un moreno
quienes estaban por ingresar a un baile y lo mata, y luego comete un asesinato más: el de un
gaucho "protegido" por los funcionarios. Estas muertes que acarreará para siempre en su
memoria lo llevan a convertirse en gaucho perseguido por la policía. Una noche, se enfrenta
contra una partida de policías, pero se defiende con tal valentía que uno de la partida, el
sargento Cruz, se une a él en medio del combate pues no iba a consentir que se matara a un
valiente. Finalmente ambos, sabiéndose perseguidos, huyen y se encaminan hacia el desierto
para vivir entre los indios, esperando encontrar allí una vida mejor. Así, concluyendo que es
mejor vivir con los salvajes que con lo que la 'civilización' les deparaba, termina la primera
parte.
El que maneja las bolas,
el que sabe echar un pial
o sentarse en un bagual
sin miedo de que lo baje,
entre los mismos salvajes
no puede pasarlo mal.
Dibujo de un gaucho.
Nunca hables en demasía
Ni te calles por completo
El hombre es de más respeto
Cuando es menos su falacia.

Momentos destacados de la primera parte[editar]


Entre los momentos más destacados y conocidos de La ida se encuentran las desdichas en la
frontera (los fortines de frontera con el territorio indio), el duelo con el negro, el enfrentamiento
con la partida policial donde el sargento Cruz se pasa a su lado y se vuelve su compañero, y
la huida al desierto para vivir con los indios. Siete años más tarde, en 1879, José Hernández
publica La vuelta de Martín Fierro. En su continuación, con el autor en una situación diferente,
el perfil ideológico cambia y se aconseja al gaucho adaptarse a la civilización que antes había
despreciado. También aquí se encuentran varias estrofas conocidas por su defensa del
gaucho y denuncia de la injusticia social:
Él anda siempre juyendo,
siempre pobre y perseguido,
no tiene cueva ni nido,
como si juera maldito,
porque el ser gaucho… barajo!
el ser gaucho es un delito.

José Hernández, El gaucho Martín Fierro, 230

Análisis[editar]
Martín Fierro se presenta como una actitud de poder.
Mi gloria es vivir tan libre,
como pájaro en el cielo;
no hago nido en este suelo,
ande hay tanto que sufrir;
y naides me ha de seguir,
cuando yo remonto el vuelo.
Yo no tengo en el amor
Quien me venga con querellas;
Como esas aves tan bellas
Que saltan de rama en rama
Yo hago en el trébol mi cama
Y me cubren las estrellas.

Su carácter solitario es consecuencia de la pampa que habita, las injusticias que vive lo van
transformando a lo largo de la obra.
El gaucho Martín Fierro sería oriundo de la localidad de Tres Arroyos, en la provincia de
Buenos Aires. Otros argumentan que hay documentación de que habría vivido en el Pago de
Monsalvo, en las zonas aledañas a la actual ciudad de Maipú. Se ha investigado, que
Hernández era muy amigo de Zoilo Miguenz, fundador del partido de Ayacucho, ahí encuentra
una denuncia contra un tal Meliton Fierro, que es su alter ego en el libro. De hecho, la única
referencia geográfica que se cita en el libro es Ayacucho. Los numerosos análisis del Martín
Fierro han destacado tanto las diferencias psicológicas del personaje como los cambios del
propio José Hernández, en los siete años que median entre la publicación de "la ida" y "la
vuelta" de Martín Fierro.
En cuanto al personaje de Martín Fierro, en la primera parte, luego de haber sido reclutado por
la fuerza, rompió completamente con la "civilización", asesinando a un gaucho negro,
enfrentándose con la policía y finalmente excluyéndose totalmente de la sociedad premoderna
de la Argentina de entonces, para irse a vivir con los indios pampas. En la segunda parte, en
cambio, Martín Fierro parece revalorizar una sociedad en transformación (en ese momento el
país iniciaba su modernización capitalista, y el ingreso de millones de inmigrantes
provenientes mayoritariamente de Italia), haber superado su rebeldía rupturista y orientarse
más hacia el futuro de sus hijos.

Existencia histórica del personaje[editar]


Aún se especula si existió efectivamente un gaucho llamado Martín Fierro en el pago y hacia
el tiempo en que Hernández sitúa su poema-novela. Algunos aducen que, efectivamente, por
la zona del Tuyú y de Monsalvo, habiendo documentación en la actual ciudad de Maipú e
incluso de la entonces llamada Lobería Grande (actual ciudad de Mar del Plata), lugar en
donde los Hernández llegaron a poseer una estancia y donde el autor pasó gran parte de su
niñez y juventud, vivió un gaucho "matrero" (rebelde) con ese nombre y ese apellido (bastante
comunes).
La mayoría de los críticos literarios y gran parte de los historiadores, sin embargo, suponen al
personaje del poema como un sujeto ideal y paradigmático de los gauchos hasta los
años 1880, teniéndose en cuenta que el gaucho Don Segundo Sombra existió realmente más
allá de su literaturización. En todo caso en la Costa Atlántica bonaerense —entre los cardales,
dunas y, sobre todo, los densos bosquecillos de curru mamil que se encontraban en torno a la
que luego sería Mar del Plata— está documentado, sobre todo tras la batalla de Caseros y en
tiempos de la Guerra de la Triple Alianza, que se refugiaban muchos gauchos tenidos por
"vagos" (sin papeleta de conchabo) y "malentretenidos".

Métrica[editar]
El poema está escrito en versos octosílabos. La estrofa predominante es el sexteto ajustado al
esquema ABBCCB con rima consonante. Según los críticos literarios, el primer verso, libre, sin
rima, inicia la enunciación con destreza. El segundo verso cierra la primera unidad interna de
la estrofa. La segunda unidad compuesta por el tercer y cuarto verso no siempre mantiene el
nivel literario de la primera unidad. Y nuevamente se eleva con los versos finales de tono
refranesco que cierran la estrofa.

Peculiaridades lingüísticas[editar]
De la lectura de los prólogos que acompañaron a la obra se extrae la clara conclusión de que
el autor pretendió reflejar el lenguaje de los gauchos. Esto derivó en un intenso estudio de la
lengua de la obra por parte de la crítica en busca de emparentarla con el habla gauchesca.
Autores españoles como Unamuno o Azorín se esforzaron en encontrar relaciones entre el
habla del poema y la de los campesinos de la península. Por su parte algunos autores
argentinos como Leumann dirigieron sus estudios hacia lo original de esa modalidad
lingüística llegando a calificarla como genuino idioma nacional argentino.1 Especialmente
polémica resultó la aportación de Américo Castro que defendía de modo radical la idea de que
el habla gauchesca no era otra cosa que una prolongación del habla medieval castellana.2
Más relevante resulta el interés del autor por tratar el habla rural de forma digna lo que le valió
alguna crítica de sus contemporáneos que le reprocharon el uso de un habla inculta. Si bien
este uso de la lengua entronca con toda la literatura gauchesca anterior, es Hernández quien
la elevó a lengua literaria plena. Parte de la crítica ha señalado una cierta inestabilidad en la
transcripción fonética de las palabras y un escaso dominio de la ortografía académica.3 Al
margen de esta inestabilidad algunos de los rasgos característicos del poema son:

 Reducción vocálica: pacencia por paciencia.
 Reducción de los grupos consonánticos: vitima por víctima.
 En la terminación -ado se pierde la d (certificao por certificado).
 Ante el diptongo ue f pasa a j: juego por fuego.
 d pasa a l (alquirir en lugar de adquirir).
 Frecuente aspiración de h; juir por huir.
 g en el grupo h+ue: güella.
 Igualmente está generalizado el uso del voseo y de indigenismos
como pingo, china, choclo, bagual (caballo) o tape (hombre rústico).4

Ediciones del Martín Fierro[editar]


Cubierta de la obra publicada por la Editorial Losada en 1939, con comentarios de Eleuterio Felipe
Tiscornia.

En 1962, la Editorial Universitaria de Buenos Aires, a cargo de Boris Spivacow, decide hacer
una edición especial del Martín Fierro con ilustraciones de Juan Carlos Castagnino. Se
hicieron cuatro ediciones, una popular, a precios más accesibles para el público lector pero
que conservara las ilustraciones (un total de 70), publicada en formato rústico y distribuida en
kioscos; una especial, una de lujo y una edición para bibliófilos, de las que se imprimieron sólo
150 copias. La tirada total, de 50.000 ejemplares, se agotó en 25 días y llegó a vender un total
de 250.000 ejemplares.5 Otras fuentes afirman que se vendieron 170.000 ejemplares en 3
meses.6
El semanario Primera Plana comentaba la elección del pintor:
«El "operativo difusión" fue estudiado cuidadosamente. Los pintores destacadísimos son muy pocos; tal
vez no superen la veintena. Descartadas las corrientes no figurativas o difíciles de asimilar por una
mayoría de la población, el número se reducía más aún. (…) En la editorial explican el hecho de otro
modo. Aseguran que el vehículo más propicio para entrar en contacto con el gran público, sin duda
alguna, consistía en el "Martín Fierro", única poesía argentina a la vez popular y universal. Entre el
pequeño grupo de pintores aceptables después de la ultraselección, se buscó quien estuviese más
compenetrado del tema gauchesco. Las posibilidades convergieron en dos nombres: Alonso y
Castagnino.». Semanario Primera Plana, 20 de noviembre de 1962.7

El gaucho Martín Fierro


de José Hernández

Cubierta de una edición de 1894, de la editorial «Martín Fierro».

Género Gauchesco

Subgénero Literatura gauchesca

Tema(s) Argentina 1872

Idioma Español 

Editorial Imprenta de la Pampa

Ciudad Buenos Aires

País Argentina

Fecha de 1872
publicación

Texto en español El Gaucho Martín Fierro en Wikisource

Serie

El gaucho Martín La vuelta de Martín


Fierro Fierro

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Martín Fierro: análisis literario


 Valoración: 4 (13 votos) 14 comentarios
Por Elia Tabuenca, Filóloga hispánica - UNED. Actualizado: 17 marzo 2021

Martín Fierro: resumenManifiesto Surrealista: resumen

Una de las obras más destacadas de la literatura argentina y


universal es Martín Fierro, un texto que se inscribe dentro de la
literatura gauchesca y que narra el estilo de vida de los
gauchos, habitantes de la Pampa argentina que se
convirtieron en los héroes ideales para los románticos. En
esta lección de unPROFESOR queremos descubrirte
un completo análisis de Martín Fierro para que comprendas mejor su
argumento, la caracterización del personaje, el estilo del
poema y el lenguaje que se usa a lo largo de la obra. Un
análisis literario que te permitirá comprender mejor la
grandeza de este poema que se ha convertido en un clásico
de las letras universales.
Martín Fierro: análisis literario
 Valoración: 4 (13 votos) 14 comentarios

Por Elia Tabuenca, Filóloga hispánica - UNED. Actualizado: 17 marzo 2021

Martín Fierro: resumenManifiesto Surrealista: resumen

Una de las obras más destacadas de la literatura argentina y


universal es Martín Fierro, un texto que se inscribe dentro de la
literatura gauchesca y que narra el estilo de vida de los
gauchos, habitantes de la Pampa argentina que se
convirtieron en los héroes ideales para los románticos. En
esta lección de unPROFESOR queremos descubrirte
un completo análisis de Martín Fierro para que comprendas mejor su
argumento, la caracterización del personaje, el estilo del
poema y el lenguaje que se usa a lo largo de la obra. Un
análisis literario que te permitirá comprender mejor la
grandeza de este poema que se ha convertido en un clásico
de las letras universales.
También te puede interesar: Análisis literario de Don
Quijote de la Mancha de Cervantes
Índice
1. Introducción a Martín Fierro y la literatura gauchesca
2. Breve resumen del argumento de Martín Fierro
3. El lenguaje en Martín Fierro
4. El personaje de Martín Fierro
Introducción a Martín Fierro y la
literatura gauchesca
Comenzamos este análisis de Martín Fierro haciendo una
breve presentación de este texto que fue escrito por José
Hernández y publicado en el 1872. Se trata de un poema
narrativo que está escrito completamente en verso y que se
considera como la obra cumbre de la literatura gauchesca.
Está compuesta por dos partes: La ida y La vuelta (publicada esta
segunda parte en el 1879).
Este poema está protagonizado por Martín Fierro, un gaucho
que es afectado completamente por la injusticia social y
terminará convirtiéndose en un "gaucho matrero", es decir, un
hombre que vivirá fuera de la sociedad y de las leyes. Este
personaje se ha convertido en un prototipo de cómo eran los
gauchos argentinos: personas solitarias, valientes,
trabajadoras e independientes que vivían en la zona de la
Pampa.
Durante el texto asistimos, en realidad, a una crítica social que
hace referencia a la política emprendida por Domingo Faustino
Sarmiento, el presidente de Argentina que reclutaba a los
gauchos a la fuerza para que fueran a defender las fronteras
y evitar el ataque o la invasión de los "indios" o los indígenas.
Hoy en día, Martín Fierro se ha convertido en uno de los
libros más representativos de la cultura argentina y ha sido
traducido a más de 70 idiomas.

Qué es la literatura gauchesca


En este análisis de Martín Fierro es importante hacer un aparte para
hablar brevemente sobre el género de la literatura gauchesca. Es
un género que apareció únicamente en Argentina y que se centraba
en relatar la vida que llevaban los gauchos del país, su día a día,
sus costumbres, sus tradiciones, etcétera. Normalmente, son textos
en los que hay un importante protagonismo del paisaje ya que la
zona de la Pampa es una zona completamente natural y era donde
vivían los gauchos.
Otro punto característico de este tipo de literatura es que
aparezcan personajes típicos de la sociedad del momento como
eran los criollos, los negros, los mestizos, los gringos, los indios...
Una sociedad muy plural y cargada de mestizaje que se refleja a lo
largo de estos textos literarios.
No debemos olvidar que la literatura gauchesca apareció en un
momento en el que el movimiento del Romanticismo estaba aún
presente en el arte y, por eso, la figura del gaucho suele
presentarse de forma idealizada ya que representa al ideal
romántico: un hombre que vive de forma sencilla, rodeado de la
naturaleza y que es cantor. Además, el gaucho también representa
una parte importante de la tradición y el folklore del país, algo que
también perseguía el movimiento romántico al querer encontrar la
identidad propia de cada nación.
Breve resumen del argumento de Martín
Fierro
Para poder continuar con el análisis de Martín Fierro es
importante entender de qué trata la obra y, por eso, aquí te
dejamos con un breve resumen de Martín Fierro que te
presentará la trama que se explica durante todo el poema. En
la primera parte, La ida, nos encontramos con la presentación
de Fierro, un hombre trabajador que vive con su familia en la
Pampa. Sin embargo, un día es forzado a formar parte de la
estrategia militar impuesta por el Estado donde los gauchos
tenían que defender las fronteras de los indígenas.
A partir de este momento, la vida de Martín vivirá un claro
revuelo y se verá solo viviendo en un territorio hostil y donde,
además, hay excesos abusos de poder por parte de las
autoridades. Durante el poema se nos narran las
desventuras que protagoniza Fierra que pasa hambre, frío y
castigos constantes . Después de tres años sufriendo este
maltrato, Martín decidirá escapar y es así como se convierte
en un desertor, una persona que vivirá al margen de la ley y
de la sociedad.
Regresa a su rancho y se encuentra con que está
completamente abandonado: su mujer ha muerto y sus
hijos se han marchado. Sin lugar al que volver ni familia a la
que amar, Martín empieza a acudir a las "pulperías"
(tabernas) donde bebe y termina convirtiéndose en un gaucho
matrero. En este momento será cuando cometerá dos
asesinatos y esto le hará ser perseguido por la justicia; en
esta persecución conocerá al sargento Cruz, un hombre que
terminará uniéndose a la huida de Martín Fierro y, juntos, se
marcharán al desierto para probar vivir con los indios.

La vuelta de Martín Fierro, la segunda parte de la obra


En La vuelta de Martín Fierro nos encontramos con la continuación
de las aventuras de este trágico personaje. La vida con los indios no
ha salido del todo bien y, por eso, el gaucho decide volver y
procurar reencontrarse con sus hijos. En este otro libro aparecerá
un nuevo personaje, Picardía, que narrará también la historia de
su vida en un canto muy especial.
También será en este libro cuando conozcamos la historia de los
hijos, qué es lo que han vivido tras la muerte de su madre. El
sargento Cruz morirá durante el viaje y Martín Fierro terminará
reencontrándose con los hijos y el poema terminará con una serie
de consejos que el padre le da a sus hijos.
El lenguaje en Martín Fierro
Uno de los puntos más destacados de este poema
gauchesco es el uso del lenguaje y, por eso, no podíamos
dejar de mencionarlo en este análisis de Martín Fierro. Y es
que José Hernández quería reflejar realmente cómo era el
gaucho argentino y, por ello, tenía que cultivar el lenguaje
exacto que se hablaba entre la gente de esta comunidad.
Durante el poema nos encontramos con expresiones y
palabras propias de las comunidades rurales de
Argentina y, con esto, lo que el autor consigue es dignificar
el habla rural al colocarla en un texto poético y literario. Por
este motivo, a lo largo del texto podemos encontrarnos con
un tipo de habla informal que presenta características como
las que aquí descubriremos:
 Reducción vocálica: en las hablas rurales es habitual que
se apueste por una pronunciación más sencilla y, por eso,
aparecen formas como "pacencia" en lugar de "paciencia"
 Reducción de los grupos consonánticos: también es
habitual que se reduzcan algunas formas consonánticas para
facilitar la pronunciación o hablar más rápido. Es el caso de
usar la palabra "vítima" en lugar de "víctima"
 Perdida de la "d" intervocálica: a final de palabra, en
terminaciones con "/-ado" es habitual que en zonas rurales
esta "d" se debilite y llegue a elidirse.
 La "d" se transforma en "l": esta característica fonética
tiene lugar también en España, sobre todo, en las Canarias.
Es cuando se cambia el uso de la "d" por la "l" en palabras
como "amol" en lugar de "amor". Un rasgo que también es
muy típico del habla cubana.
 Aspiración de la "h": suele haber un cambio fonético
importante en el que la "h" se convierte en aspirada creando
un sonido similar al de la "j" española.

La métrica de Martín Fierro


Ya hemos comentado que la obra de Martín Fierro es un poema en
verso y, por eso, es importante prestar atención a la métrica que nos
encontramos en el texto. Aquí te dejamos las características
métricas más destacadas de Martín Fierro:
 Versos octosílabos
 La estrofa que predomina es el sexteto
 El esquema que se se sigue a lo largo del poema es abbccb
 Cuenta con rima consonante
Es importante remarcar que no todas las estrofas siguen esta
métrica ya que también nos encontramos con romance o con
redondillas.
El personaje de Martín Fierro
Para concluir con este análisis de Martín Fierro es importante
que nos detengamos en las características del protagonista
del poema. Como ya hemos dicho, Fierro se erige como un
prototipo del gaucho argentino, un personaje solitario,
trabajador e independiente que vive en la región argentina de
la Pampa. El autor creó una imagen idealizada del gaucho
otorgándole los atributos que los románticos tanto veneraban
en los poetas: espíritu rebelde, solitario, en contacto
constante con la naturaleza, apasionado, etcétera.
Hay muchas teorías sobre si el personaje de Martín Fierro
existió en realidad. Hay algunos críticos que han indicado
que Hernández era amigo de Zoilo Miguenz, el fundador de
un partido político conocido como Ayaucho y donde aparece
el nombre de Meliton Fierro quien se cree que podría ser el
alter ego de Martín.
En La ida asistimos a la destrucción total de Martín que
comienza presentándose como un padre de familia y un
hombre trabajador para, por culpa de la sociedad, terminar
viviendo de forma aislada con los indios. Este cambio es
propiciado por la acción de los políticos que le obligan a
marcharse a defender las fronteras y le dan un trato
totalmente injusto y con un abuso constante de la autoridad.
Esto marca profundamente a Martín que decide marcharse de
allí y recuperar a su familia: pero ella también ha sido
afectada por su marcha. El protagonista terminará rompiendo
completamente con la civilización al asesinar a un gaucho
negro. Por tanto, Fierro se excluye de esa sociedad
premoderna que había en Argentina para irse a vivir con los
indígenas.
En La vuelta, sin embargo, vemos que Martín vuelve a
valorar la sociedad Argentina ya que el país comenzaba a
dar un giro hacia una modernización con tintes capitalistas.
En esta segunda parte, el protagonista abandona su rebeldía
para intentar recuperar a su familia y ayudar a que sus hijos
tengan un futuro mejor.
Si deseas leer más artículos parecidos a Martín Fierro:
análisis literario, te recomendamos que entres en nuestra
categoría de Lectura.

Los personajes principales son Martín Fierro y Cruz. Los secundarios son el hijo


mayor, el hijo segundo, Picardía (hijo de Cruz), Vizcacha (tutor del hijo segundo) y
el moreno, hermano del asesinado por Martín Fierro.

 Julio Troxler … El hijo mayor.


 Martiniano Martínez … Picardía.
 José Almejeiras … El hijo menor.
 Juan Carlos Gené … El Negro.
 Arturo Maly … Cruz.
 Mary Tapia … Alma.
 Jorge de la Riestra … Vizcacha.
 Aldo Barbero … Voz en off del relator.

Martín Fierro: resumen


 Valoración: 4,1 (19 votos) 29 comentarios

Por Elia Tabuenca, Filóloga hispánica - UNED. Actualizado: 17 marzo 2021

Niebla de Unamuno: resumen cortoMartín Fierro: análisis literario

Imagen: Revista Leemos

Una de las obras cumbres de la literatura gauchesca es Martín


Fierro, una narración escrita por José Hernández  y que está dividida en
dos partes. La primera de ellas se titula "El gaucho Martín
Fierro" y se publicó en el año 1872 y la segunda parte se
llama "La vuelta de Martín Fierro" que apareció publicada en
el 1879. En ambas obras, el autor nos presenta la forma de
vida que los gauchos llevaban a cabo en la Pampa argentina
y, para conseguir llevar a cabo este retrato, creó al personaje
de Martín Fierro que encarna los ideales del héroe romántico.
En unPROFESOR vamos a descubrirte un completo resumen de
Martín Fierro, tanto de la parte 1 como de la parte 2, para que
puedas conocer mejor de qué trata este gran clásico de la
literatura hispanoamericana.

Introducción a Martín Fierro


Antes de comenzar con el resumen de Martín Fierro es
importante que conozcamos ligeramente esta obra y su
contexto. Se trata de la narración más destacada de
la literatura gauchesca y fue escrita por el autor argentino
José Hernández. A diferencia de otras muchas obras de la
época que hablaban sobre la figura de los gauchos en la
Pampa argentina, en este poema el autor eleva al gaucho a
la altura del héroe romántico: idealiza su vida, sus valores,
su conexión con su tierra y con la naturaleza. El romanticismo
literario tiene una enorme presencia en este texto.
Esta obra es una de las más destacadas de la literatura
argentina porque cuenta con un lenguaje muy bien trabajado
y con una enorme fuerza expresiva. Conseguimos
trasladarnos a la realidad de los gauchos mediante una
historia de aventuras y desventuras protagonizada por un
héroe llamado Martín Fierro. Hoy en día, este personaje se ha
convertido en un símbolo de la literatura popular y sus
historias son elevadas a la categoría de leyenda.
Martín Fierro representa el ideal romántico del hombre libre
viviendo de manera sencilla y en contacto con la
naturaleza. En el XIX nos encontramos en el siglo de la
industrialización cuando las ciudades empezaron a perder su
conexión con la naturaleza y a estar completamente
urbanizadas. Ante esta "desnaturalización" de nuestro hábitat,
el personaje de Fierro aparecía libre, campando por la Pampa
argentina a lomos de su caballo y cantando poemas.

Resumen de El Gaucho Martín Fierro: La


ida - Parte 1
Comenzaremos ya este resumen de Martín Fierro atendiendo
a la primera parte de la obra, es decir, la titulada "El gaucho
Martín Fierro" y que se publicó en el año 1872.
Del capítulo 1 al 6
La obra comienza con Martín Fierro en una bar. Desde este
espacio tan popular, el personaje decide que va a contar su
historia y, para hacerlo, se convertirá en un cantor. Pero
defiende que no se trata de un cantor letrado sino que su
canto estará bañado del sufrimiento y las lágrimas ya que su
experiencia en la vida le permitirá crear un poema auténtico y
veraz.
Su narración comienza de una forma feliz y bucólica pero
este estado tranquilo y estable se verá truncado por culpa de
las autoridades. Vivía con su mujer y con sus hijos en una
zona de la Pampa realizando trabajos manuales como labrar
la tierra, conrear, cuidar a los animales, etcétera. Pero esta
vida idílica se verá rota por culpa de las autoridades que
necesitaban la fuerza de los gauchos para poder defender las
fronteras o combatir en guerras.
Un día apresan a Martín Fierro mientras está cantando en el
bar. Lo llevan a la frontera para defender el territorio y evitar
que los invasores indios pudieran ocuparlo pero estos, que
vienen armados y preparados para el combate, saben cómo
burlar estas fronteras. El peligro existe de forma constante en
este momento de la vida de Martín Fierro ya que las armas
que él tenía para defenderse eran totalmente primitivas. En
un altercado con un indio, Martín se ve con la obligación de
matarlo para procurar salvar su vida.

Pero pese al arduo trabajo que están llevando a cabo en la


frontera, las autoridades no pagan a los trabajadores a la fuerza.
Están sin cobrar nada durante más de un año y, siempre que se
quejan, sufren algún tipo de castigo a modo ejemplar. Ante este tipo
de vida tan miserable, Fierro sueña con la posibilidad de hacerse
pasar por un indio para poder huir de allí.
En el capítulo 6, Fierro consigue robar un caballo y escaparse de
las autoridades. Su objetivo era reencontrarse con su familia y
poder tener un poco de sosiego en su crispada vida. Pero cuando
vuelve a su rancho no se encontrará con nadie de su familia. Le
cuentan que sus hijos se vieron obligados a trabajar como peones y
que su mujer fue obligada a casarse con otro hombre y vender la
casa. En este momento es cuando empieza el cambio de Martín
Fierro que decide volverse un gaucho matrero, es decir, un
delincuente, una persona sin miedo a la autoridad.
Del capítulo 7 al 13 de Martín Fierro
Continuando con este resumen de Martín Fierro, hablaremos ahora
del capítulo 7 ya que tiene un gran significado para el personaje.
Aquí, Martín acude a una fiesta popular, se pasa con la bebida y,
debido a una pelea con una persona de raza negra, termina
matándolo. En otra ocasión, Martín también tiene algún problema
con otro gaucho y, también, termina hiriéndolo de muerte.
Una noche, mientras Martín está intentando descansar, un policía
acude al lugar donde él se encuentra con la intención de detenerle
por todos sus crímenes. Fierro intenta evitar su detención y, al final,
consigue matarle. Pero junto a ese policía también hay otro
agente, Cruz, una persona que empatiza con la situación del
gaucho y que, finalmente, decide ponerse del lado de Martín Fierro.

Los dos nuevos amigos empiezan a entablar una relación de


amistad. Cruz le explicará su propia historia y le relatará los
abominables abusos de poder que la autoridad tiene incluso con su
propia gente. Le contará que un día se vio con la obligación de
matar a un comandante, no por maldad, sino porque se había
aprovechado de su fidelidad y de su confianza acostándose con su
mujer.
Con esta nueva amistad entre Martín y Cruz se cierra la primera
parte de esta obra literaria que nos presenta a dos hombres
desterrados de sus casas, de sus familias y aislados de la sociedad
por culpa de los abusos de autoridad.
Resumen de La vuelta de Martín Fierro, la
parte 2
Continuando con este resumen de Martín Fierro, hablaremos
ahora de la segunda parte de la obra que fue publicada en el
año 1879 y que se titula "La vuelta de Martín Fierro". En esta
obra nos encontramos de nuevo al personaje cantor que nos
narrará las aventuras que ha ido viviendo durante su viaje con
Cruz. Será en esta segunda parte cuando conoceremos el
futuro que les ha deparado a su familia ya que su mujer ha
muerto y el personaje se reencuentra con dos de sus hijos.
Aquí analizaremos esta segunda parte de la obra de José
Hernández para entender mejor su argumento.
Resumen del capítulo 1 al 10 de Martín Fierro,
parte 2
Comienza esta segunda parte con un canto de Martín
relatando sus emociones y su sentimiento de pérdida al tener
que haber abandonado todo lo que le importaba e la vida. En
este momento, Martín viaja juntamente con Cruz y,
ambos, son atacados por los indios. Pero podrán salvarse
gracias a la intervención de un cacique que los protegerá a
cambio de su cautiverio.

Entre los indios estarán viviendo los dos coprotagonistas hasta


que la viruela se enseña con la comunidad. Cruz es contagiado
por esta enfermedad y, al final, termina muriendo. Martín, roto de
dolor, le da cristiana sepultura y se queda junto su amigo hasta que
oye el llanto de una mujer. Fierro acude a esta llamada desesperada
y se encuentra con una mujer llorando la muerte de su hijo al que
acaban de matar. Es esclava de los indios y, Martín, lleno de ira
termina matando al indio y devolviéndole la libertad a la
desconsolada madre.
Del capítulo 11 al 19
Siguiendo con el resumen de Martín Fierro, ahora nos encontramos
en el capítulo 11 cuando Martín se entera de que el juez que tanto le
perseguía ha muerto. Por tanto, puede volver a su tierra ya que
nadie le está buscando. En este regreso será cuando Fierro se
reencuentre con dos de sus hijos quienes le contarán que su madre
ha muerto.
La voz narrativa cambiará durante este momento porque cada uno
de ellos empezarán a narrar todo lo que ha sucedido durante los 10
años en los que Fierro ha estado desterrado. El hijo mayor le
explicará cómo fue su vida después de quedar huérfano y que pasó
mucho tiempo en una prisión. El hijo pequeño le contará que en su
caso fue acogido por una tía que le cuidó muy bien hasta que muere
y su tutela pasó a manos de un viejo viudo que no le dio nada de
dinero.
Resumen del capítulo 20 al
En el capítulo 20 aparecerá un nuevo personaje en esta obra. Se
trata de Picardía, un hombre que les contará su vida y sus
desventuras. Es un pícaro que se deja llevar por el juego y la fiesta
terminando con una vida triste y desolada.
Después de todas estas intervenciones y narraciones, vuelve a
tomar la palabra Martín Fierro. Gracias a que un cantor de raza
negra le deja su guitarra, el gaucho comenzará a recordar su vida
como cantor y la tradición de este tipo de poesía popular. El cantor
que le ha dejado su guitarra, responderá a su historia narrando su
vida y sus problemas en la sociedad por el mero hecho de ser
negro. En este momento de la obra, los dos cantores intercambiaran
sus miserias y las injusticias sociales que les ha tocado vivir por el
hecho de ser distintos.
Después de este episodio, Martín se va con sus hijos al campo y les
explica su experiencia en la vida dándoles consejos de muchos
aspectos importantes como las mujeres, el trabajo, la
valentía... Intenta ejercer de padre ya que durante diez años ha
tenido que estar ausente.
El gaucho Martín Fierro Lista de Personajes
Martín Fierro
Es el protagonista y la voz principal del poema. Martín Fierro es un gaucho de la pampa
argentina que se describe a sí mismo como un virtuoso cantor, valiente y despierto, hábil
con el caballo y con el cuchillo. Lleva a cuestas las desgracias que ha padecido como si
fueran un designo de su destino, determinado por haber nacido gaucho, pero también se
muestra perspicaz al reconocer que sus males se deben a culpas ajenas. Su actitud
desafiante se contrapone con la compasión que produce su canto.
Cruz
Cruz es el compañero de aventuras de Martín Fierro. Es un gaucho cantor, pero menos
hábil que su amigo. Sabe, como aquel, manejar el cuchillo y enfrentar con coraje la
adversidad. Antes de conocer a Fierro, Cruz también había tenido sus conflictos con la
autoridad, pero los había resuelto convirtiéndose en sargento de policía. Cuando va al
encuentro con Fierro para capturarlo, decide pasarse de bando y pelear junto a él. De esta
manera, reivindica su destino matrero y su posición desafiante contra el poder.
El Juez de Paz
Es una de las figuras de autoridad con las que Fierro confronta en el poema. En el siglo
XIX, los jueces de Paz eran funcionarios legos encargados de casos judiciales menores que,
en algunos casos, podían ser electos por la comunidad local. El que aparece en el poema se
había enojado con Fierro porque no había ido a votar en la última elección. Fierro cree que
por este motivo lo envía a la frontera.
El Mayor
Otra de las figuras que detentan el poder en el poema. El mayor es quien le dice a Fierro
que no le toca recibir pago por su servicio en la frontera, debido a que no se encuentra en la
lista. También lo trata despectivamente al decirle "animal", y luego se venga de Fierro por
haber pedido su sueldo enviándolo al estaquiadero.
El "viejo" comandante
Con este nombre llama Cruz a la figura de autoridad con la que se enfrenta a causa de su
mujer. Lo trata despectivamente de viejo. El comandante lo enviaba a Cruz a hacer trabajos
lejos de su rancho para estar con su china, hasta que Cruz los descubre y decide enfrentarlo.
Este comandante es la razón por la cual Cruz pasa a tener una vida de matrero.
El hijo del cacique
Es uno de los indios contra los que lucha Fierro en la frontera. Fierro singulariza en su
relato este enfrentamiento para dar relación de un combate mano a mano en el que el
gaucho cantor muestra su destreza para pelear y vencer, terminando con la vida del otro, al
que caracteriza como salvaje. El hecho de que sea el hijo de un cacique, dato que nos da
Fierro en su poema, le sirve al cantor para reforzar el hecho de que logró eliminar a un rival
de importancia.
El gringo
Martín Fierro llama "gringo" a uno de los personajes de la frontera, de procedencia
“papolitana” (napolitana). Con él tiene un malentendido verbal, en el que Fierro se burla de
su modo de hablar en castellano y el gringo, borracho, responde disparándole pero errando
el tiro. Desde su xenofobia, Fierro caracteriza a todos los gringos como personas inútiles
que no saben trabajar ni servir en la frontera.
El negro
Martín Fierro denomina por su color de piel a uno de los personajes que mata en un duelo a
cuchillo. Fierro lo provoca al referirse despectivamente primero a su compañera, también
de raza negra, y después a él, invitándolo así a pelear. Enfurecido, el negro arremete contra
Fierro pero este, después de una ardua batalla, vence y termina con su vida. También
sabemos que es una persona que sufre la discriminación porque, después de muerto, no
consigue que nadie le dé sepultura cristiana.
El gaucho protegido
Es el otro personaje al que Fierro mata en un duelo a cuchillo. Sabemos que es un gaucho
protegido por un comandante con el que tenía un arreglo. Fierro lo provoca verbalmente,
también en búsqueda del enfrentamiento físico, y el otro responde aceptando el desafío.
Con este combate Fierro está confrontando indirectamente con la autoridad, porque pelear
con un gaucho protegido le puede traer más problemas que pelear contra el negro, de quien
nadie se ocupa ni de enterrar. Por eso, cuando lo mata, Fierro debe huir para que no lo
atrape la policía.
El guitarrero
Es el personaje al que Cruz acuchilla en una pulpería debido a que este se burló de él con
unas coplas con las que se refería, entre líneas, a la infidelidad de su mujer.

El gaucho Martín Fierro Glosario


Boleadora
Arma compuesta de dos o tres bolas de piedra forradas en cuero y unidas por una cuerda
que se arrojan a los patas de los animales para derribarlos.
Boliche
Establecimiento comercial de despacho de bebida y comida. A veces se utiliza como
sinónimo de pulpería.
Chajá
Ave zancuda, típica de la región pampeana. En la literatura gauchesca aparece con
frecuencia como ave que anuncia el peligro.
China
Forma en la que el gaucho se refiere cariñosamente a su amada.
Cimarrón
Salvaje, no domesticado. También se denomina "cimarrón" al mate amargo.
Empeñoso, a
Persona que muestra constancia y dedicación para conseguir un fin.
Estaquiada
Castigo y método de tortura en el que se ata a una persona desde sus extremidades a cuatro
estacas. El lugar de la estaquiada se denomina "estaquiadero".
Facón
Cuchillo grande y recto.
Gringo
Término que se usa, en general despectivamente, para referirse a un extranjero que habla
una lengua no española.
Gauchaje
Reunión o conjunto de gauchos.
Malón
Ataque de los indígenas a poblaciones blancas, con saqueos y capturas.
Mate
Infusión de agua caliente y yerba mate, típica de Sudamérica, que se toma con bombilla en
un recipiente hecho de calabaza seca u otro material. También se usa "mate" para referirse
al recipiente.
Milonga
En El gaucho Martín Fierro, fiesta donde se baila. También se utiliza para referirse a
un enredo o riña.
Pingo
Caballo de buena estampa, brioso y ligero. Otras formas de denominar al caballo que
aparecen en el poema son: bagual, bichoco, flete, mancarrón, moro, overo, potro, redomón,
reyuno, sotreta.
Planazo
Golpe que se da con la parte ancha de un arma blanca.
Porrudo
El que tiene porra, es decir, pelo abundante y enredado. Martín Fierro lo utiliza
despectivamente.
Pulpería
Espacio de reunión típico de la campaña, en el que se vende bebida y otras provisiones. El
que es dueño de una pulpería o la atiende se llama "pulpero".
Tapera
Rancho en ruinas y abandonado.
Toldo
Vivienda de los indígenas. Al conjunto de toldos se lo denomina "toldería".
Vigüela
Guitarra.

El gaucho Martín Fierro Temas


La denuncia social
Las desgracias particulares de Martín Fierro representan los males que padecen todos
los gauchos en la época en que se sitúa la trama, la Argentina del último cuarto del siglo
XIX: "Ansí empezaron mis males / lo mesmo que los de tantos…" (vv. 283-
4), denuncia Fierro. De esta forma, el relato individual toma una dimensión colectiva que
pone en evidencia una situación de injusticia social. El gaucho Martín Fierro es un
poema de denuncia frente a la discriminación y el abuso de poder que sufre un sector de la
población rural marginalizado y sometido a condiciones de vida deplorables.
Lamentos y protestas
Desde el inicio de su canto y en adelante, Martín Fierro utiliza el lamento como modo de
dar relación de sus pesares: "En mi perra vida he visto / una miseria
mayor" (vv. 635-6), dice. Esta forma de expresión le permite conmover a su público,
aquel que en la ficción lo está escuchando mientras canta y, en un sentido meta-literario,
también busca interpelar con su lamento al público lector. El lamento también es una
posición frente al poder, con el cual Martín Fierro hace explícito su reclamo a la autoridad.
De esta manera, el lamento se convierte también en un tono de protesta.
El desafío y el coraje
Una de las características de Fierro, como ejemplo paradigmático del ser gaucho, es
mostrar coraje ante el peligro o la provocación. "Yo soy toro en mi rodeo / y torazo
en rodeo ajeno..." (vv. 61-2), afirma, al principio del relato. Por esta razón, el canto es
para Fierro una forma de la confrontación, de encarar sin miedo la adversidad. El desafío, al
igual que el lamento, es un posicionamiento frente a quienes detentan y abusan del poder.
Pero también es una manera de enfrentar a otros sobre quienes recae la bronca, a pesar de
que estos sufran al igual que él la marginalización: el inmigrante, el indígena y el negro.
De acuerdo a la reconocida lectura de Josefina Ludmer en El género gauchesco. Un
tratado sobre la patria, el lamento y el desafío son los dos grandes tonos del género
gauchesco.
El devenir gaucho matrero
El gaucho Martín Fierro cuenta también el proceso de una transformación, la del
gaucho “manso” que deviene gaucho malo o “matrero”. Este pasaje lo lleva a Fierro a ser
un criminal perseguido por la ley, primero como desertor del ejército y luego como asesino
de dos hombres (y tal vez de otros tantos que no menciona). Cansado de los maltratos y de
los abusos de la autoridad, Martín Fierro decide vengarse de quienes le quitaron todo
apropiándose del mote de “delincuente” con el que lo discriminaron toda su vida: "Yo
juré en esa ocasión / ser más malo que una fiera" (vv. 1013-4). Su conversión
en gaucho matrero constituye una reacción conscientemente asumida, una forma de
oponerse a la autoridad como respuesta a las injusticias padecidas.
La cultura oral vs. la cultura letrada
La literatura gauchesca en general y El gaucho Martín Fierro en particular buscan
reivindicar una cultura de raigambre campesina, americana e iletrada, que en la tradición
nacional había sido hasta entonces reconocida del lado de la barbarie, en oposición a una
cultura de procedencia europea, citadina e ilustrada, convencionalmente ubicada del lado de
la civilización.
El poema plantea una situación ficcional de la cultura oral en la que el gaucho se para
frente a un auditorio para desplegar sus destrezas cantoras. "Yo no soy cantor letrao /
mas si me pongo a cantar / no tengo cuando acabar / y me envejezco
cantando..." (vv. 49-52), anuncia al comienzo del texto. Su comprensión del mundo
también se ve atravesada por conocimientos de transmisión oral; de allí la importancia que
tienen en el poema los refranes y las frases hechas, expresiones populares que se pasan de
boca en boca.
Por otra parte, la cultura letrada entra en relación conflictiva con el gaucho al ponerse del
lado de sus enemigos. Martín Fierro no sabe leer ni escribir, condición de la que se
aprovechan para no pagarle por sus servicios en la frontera. De esta manera, Fierro se ve
condicionado en la historia tanto por las virtudes como por las carencias de la cultura oral.
Los saberes del gaucho
"Aquí no valen dotores / sólo vale la esperencia / aquí verían su
inocencia / esos que todo lo saben / porque esto tiene otra llave / y el
gaucho tiene su cencia" (vv. 1457-62), afirma Martín Fierro.
En el poema se despliegan diferentes saberes propios del gaucho, con los que Fierro logra
salir del paso en situaciones de conflicto. Además de sus dotes como cantor, Martín Fierro
demuestra su habilidad en el dominio del caballo, en interpretar señales naturales para
detectar el peligro, en disponer del poncho y del cuchillo cuando es necesario pelear. Estos
conocimientos provienen de la experiencia, gracias a la cual también puede comprender y
denunciar las condiciones de abuso.

Asimismo, Fierro conoce los códigos propios de la sociedad de campaña, que son distintos
a los que se manejan en la ciudad, y que son necesarios para reconocer si es momento de
huir, de luchar o de mantener la calma. Con el enfrentamiento a cuchillo, los gauchos
miden su honor, y si alguien muere en combate, el desgraciado no es quien muere sino el
que ha matado, porque se ve obligado por otros códigos que le son ajenos a vivir de
matrero. Para sobrevivir en el mundo del gaucho, de poco sirven los saberes propios de la
civilización.
La conexión con la naturaleza
El poema pone de manifiesto la particular conexión del gaucho con la naturaleza de
diferentes maneras. En primer lugar, la naturaleza le provee a Martín Fierro un repertorio
de imágenes mediante las cuales compara su situación con la de otros animales. Estas
analogías, más que animalizar al gaucho, le sirven como sistema de referencias para
comprender su situación de desamparo.

En segundo lugar, en la naturaleza el gaucho encuentra todo lo que necesita para sobrevivir
y ser feliz. Antes de que comiencen sus desgracias, la armonía con lo natural y con el
campo aparece en la imagen idílica que construye de los tiempos pasados. Asimismo,
cuando empieza a vivir como matrero, la naturaleza se le presenta a Fierro como único
refugio ante la adversidad: "Yo hago en el trébol mi cama / y me cubren las
estrellas" (vv. 101-2).
Por último, en su canto Martín Fierro establece una correspondencia romántica entre la
naturaleza y su estado de ánimo, encontrando consuelo en la belleza de las cosas naturales
mientras se siente desgraciado. En este sentido, la conexión con la naturaleza de Fierro es
también una relación estética.

El gaucho Martín Fierro Citas y Análisis


Aquí me pongo a cantar
Al compás de la vigüela,
Que el hombre que lo desvela
Una pena estrordinaria
Como la ave solitaria
Con el cantar se consuela.
Martín Fierro (Canto 1, vv. 1-6, p. 99)
La primera estrofa de El gaucho Martín Fierro, el comienzo más célebre de la
literatura argentina, condensa en seis versos varios de los temas que recorren todo el
poema. Presenta en primera persona al yo-poético, que da inicio a su performance en el
mismo acto de anunciarse: “aquí me pongo a cantar”, dice, y con estas palabras da
comienzo a su canto.
El adverbio de lugar, el “aquí”, no permite ubicar con precisión las coordenadas ficticias
del poema. No obstante, podemos deducirlas de las convenciones del género gauchesco: si
el cantor es un gaucho, el aquí de su canto bien podría ser una pulpería, espacio de reunión
característico de los gauchos en la pampa argentina. Otros elementos de la estrofa, como la
presencia de la vigüela –la guitarra– y las variaciones lingüísticas –“estrordinaria” en vez
de extraordinaria, “la ave” en vez de “el ave” – también son índices de la pertenencia del
poema a la poesía gauchesca. Asimismo, la comparación entre el canto del gaucho y el
canto del ave es el primer ejemplo de un conjunto de metáforas que atraviesa toda la obra y
que pertenece al repertorio de saberes del gaucho y de su forma de comprender el mundo a
través de la naturaleza.
Sabemos, por el subtítulo que encabeza el primer canto, que el yo-poético es el protagonista
del poema, Martín Fierro. Esta primera estrofa puede ser leída como una carta de
presentación que además nos anticipa el tema y el motivo de su canto: Fierro es un gaucho
cantor que va a contarnos sus penas para consolarse. En esta estrofa se hace presente el
lamento como forma de expresión del poema. Y aunque no se explicite todavía el tema de
la denuncia social, el primer verso lleva implícito un tono de desafío y de confrontación,
como si Fierro estuviera interrumpiendo con su canto un silencio simbólico, aquel que se
denuncia en el final del poema: “Males que conocen todos / Pero que naides contó” (vv.
2315-2316). El poema, en este sentido, viene a remedar esta falta con la historia de Fierro.
Viene el hombre ciego al mundo,
Cuartiándoló la esperanza,
Y a poco andar ya lo alcanzan
Las desgracias a empujones;
Jue pucha! que trae liciones
El tiempo con sus mudanzas!
Martín Fierro (Canto 2, vv. 127-132, p.104)
En esta estrofa, Martín Fierro combina el lamento con una reflexión sobre la existencia
humana que deduce de su propia experiencia. Dice que el hombre viene “ciego al mundo”
en un sentido figurado para referirse a la inocencia y el optimismo con el que encara el
inicio de su vida. Pero pronto llegan las desgracias y el tiempo personificados, agentes del
mal que alcanzan y empujan al hombre hasta hacerle lesiones (“liciones”). De esta reflexión
se desprende la capacidad de Fierro para entender que sus vicisitudes son ejemplos de un
malestar social, que en este pasaje toma una dimensión filosófica existencialista. El gaucho
convierte sus experiencias de la desgracia en conocimiento para comprender el mundo.
“—Esto sí que es amolar”,
Dije yo pa mis adentros,
“Van dos años que me encuentro
Y hasta aura he visto ni un grullo;
Dentro en todos los barullos
Pero en las listas no dentro”.
Martín Fierro (Canto 4, vv. 757-762, p. 134)
Esta estrofa recupera la última parte de una conversación fallida entre Fierro y su jefe,
mientras se encuentra en la frontera. Fierro había preguntado por la paga que le
correspondía por su servicio, a lo que el mayor le había respondido: “¿y qué querés
recebir / si no has dentrao en la lista?” (VV. 755-6). Antes, también le había dicho:
“siempre has de ser animal” (v. 748). La violencia verbal del otro, de aquel que detenta el
poder, es explícita en tanto menosprecia al gaucho y lo marginaliza, al dejarlo
arbitrariamente “fuera de la lista”.

Frente a esto, Fierro responde con conciencia de la injusticia que padece, planteando la
ironía de que siempre le toque estar dentro de “todos los barullos” –o sea, todos los
conflictos, en un sentido general– pero fuera de todo sistema de retribución o beneficio. En
este contexto, la palabra “amolar” acarrea un doble sentido: puede significar explícitamente
el fastidio de Fierro, como ser una expresión gauchesca para decir “inmoral” (en anagrama:
a-moral). Teniendo esto en consideración, la reacción de Fierro pudo haber sido de abierta
confrontación con la autoridad, si no fuera porque dijo aquellas palabras “pa [sus]
adentros”. En esta instancia, Fierro todavía se considera un gaucho manso y prefiere no
pelearse con los que mandan.
Cuando me vido acercar:
“Quén vívore” preguntó
“Qué víboras” –dije yo–
“Ha garto” –me pegó el grito:
Y yo dije despacito
“Más lagarto serás vos”.
Martín Fierro y el gringo (Canto 5, vv. 859-864, pp. 139-140)
Esta es otra conversación en la frontera, esta vez entre Fierro y un inmigrante napolitano de
centinela que no lo reconoció. El gringo pregunta quién se encuentra allí –“¿quién vive?”–
y después le pide que se detenga –“haga alto”– a lo que Fierro responde burlándose de su
manera de hablar. Es evidente que Fierro finge o elige no entender para provocar la
confrontación.
Este pleito termina con la aparición de los jefes, que culpan a Fierro y lo envían al
estaquiadero para que aprenda a no andar reclamando sueldos, aludiendo al diálogo
anteriormente referido. De esta manera, vemos cómo Fierro busca desquitarse con otro que
también sufre como él las condiciones inhumanas de la frontera, pero a quien considera
inferior por ser un extranjero. Fierro traslada su bronca al gringo porque, por ahora, no
quiere confrontar con la autoridad.
Yo he sido manso primero,
Y seré gaucho matrero–
En mi triste circunstancia
Aunque es mi mal tan projundo,
Nací, y me he criao en estancia,
Pero ya conozco el mundo.
Martín Fierro (Canto 6, vv. 1099-1114, p.150)
Estas palabras las pronuncia Fierro después de encontrar su rancho en ruinas. Marca un
punto de inflexión en el poema, en el que el gaucho decide reaccionar convirtiéndose en un
gaucho matrero. De algún modo, la promesa –“seré gaucho matrero”– es una forma de
vengarse de todas las injusticias padecidas que, al mismo tiempo, explican por qué los
gauchos son tenidos por delincuentes: no porque lo sean desde siempre, sino porque han
sido llevados a esta condición por sus tristes circunstancias.

El mensaje de denuncia social, en este punto, se inscribe en el hecho de que el prejuicio


antecede al hecho: Fierro ha sido tratado injustamente, como si fuera un criminal, por eso
ahora se convertirá en uno. Dicha conversión también es el producto de un aprendizaje: a
pesar de haber vivido siempre en el campo, Fierro cree que su mal, "tan profundo", le ha
enseñado cómo es, en realidad, el mundo.
Si uno aguanta, es gaucho bruto–
Si no aguanta, es gaucho malo–
Dele azote, dele palo!
Porque es lo que él necesita!!–
De todo el que nació gaucho–
Ésta es la suerte maldita.
Martín Fierro (Canto 8, vv. 1379-1384, p.164)
La denuncia social se hace explícita en esta estrofa en el modo en que Fierro generaliza su
situación particular, porque entiende que es la misma situación que sufren todos los
gauchos. Plantea, en los primeros dos versos, la ironía de que, haga lo que haga el gaucho,
siempre será visto negativamente por la sociedad. La discriminación escala en los próximos
dos versos con la represión física del que manda. Finalmente, los dos últimos versos
redundan en lo que Fierro ha aprendido de su experiencia, a modo de conclusión de lo
anterior: que en este mundo nacer gaucho ya es en sí mismo una condena.
En la sextina hernandiana, los últimos dos versos suelen agregar una reflexión final sobre lo
dicho en la estrofa.
Su esperanza es el coraje,
Su guardia es la precaución,
Su pingo es la salvación,
Y pasa uno en su desvelo,
Sin más amparo que el cielo
Ni otro amigo que el facón
Martín Fierro (Canto 9, vv. 1439-1444, p.167)
En este fragmento, el tema del coraje y el de la conexión con la naturaleza se unen para
construir una imagen emblemática del gaucho, la de aquel que con pocos elementos logra
superar la adversidad. En primer lugar, destaca dos virtudes, el coraje y la precaución,
como cualidades necesarias para hacerle frente al peligro. Para la supervivencia se destaca
el caballo (el pingo) que, con su destreza, el gaucho sabe utilizar para pelear y escapar. Con
el caballo y el amparo del cielo, el gaucho desvelado –posiblemente por sus desgracias–
conecta su vida con la naturaleza. Finalmente, el cuchillo aparece personificado como la
única compañía que el gaucho matrero necesita para subsistir.
Me refalé las espuelas,
Para no peliar con grillos,
Me arremangué el calzoncillo,
Y me ajusté bien la faja,
Y en una mata de paja
Probé el filo del cuchillo.
Martín Fierro (Canto 9, vv. 1499-154, p.169)
Esta escena, en la que Fierro se prepara para luchar contra la policía, es representativa de
varias estrofas en las que predomina la secuencia narrativa, que se intercala con
reposiciones de diálogos y con momentos de reflexión poética. Estos momentos narrativos
no dejan de ser significativos por concentrarse en el desarrollo de una acción. Por el
contrario, a través de estas escenas es posible reconstruir una imagen del propio cantor. En
este caso, Fierro describe cuatro acciones que sintetizan su disposición a pelar, revelando su
destreza y su coraje.
Yo nunca me he de entregar
A los brazos de la muerte–
Arrastro mi triste suerte
Paso a paso y como pueda–
Que donde el débil se queda
Se suele escapar el juerte.
Cruz (Canto 10, vv. 1729-1734, pp.178-179)
Esta estrofa de Cruz pone de manifiesto la actitud de este personaje ante la desgracia y el
modo en que reflexiona sobre su “triste suerte”. El mensaje que quiere darle a Fierro es que
es necesario resistir y mostrar fortaleza como estrategia y como estilo de vida, para
sobrellevar las vicisitudes del ser gaucho.

La personificación de la muerte sugiere que uno muere como si se entregara a los brazos de
un ser querido. Esta imagen puede entrar en relación con el despecho de Cruz, que ha
sufrido por el engaño de su amada. En esta interpretación, no es casual que la muerte se
compare con la entrega amorosa, de la que Cruz desconfía.
Allá habrá siguridá
Ya que aquí no la tenemos,
Menos males pasaremos
Y ha de haber grande alegría
El día que nos descolguemos
En alguna toldería.
Martín Fierro (Canto 13, vv. 2233-2238, p.200)
En esta estrofa del último canto, Fierro construye una imagen idílica de la vida más allá de
la frontera, en alguna toldería de los indios. El espacio que anteriormente en el poema
representaba la barbarie se convierte en estos versos en un lugar utópico, donde el gaucho
podrá conseguir lo que le han arrebatado: seguridad y alegría. Esta idealización es el modo
en que Fierro pretende reconstruir la época dorada en la que tenía un rancho, su mujer y sus
hijos, y, como el gaucho no necesita muchas cosas para ser feliz, cree que entre los indios
podrá encontrar todo lo que necesita. Simbólicamente, la idealización del espacio del indio
representa el fracaso de la civilización como proyecto integrador.

El gaucho Martín Fierro Resumen


El gaucho Martín Fierro es un poema en el que el protagonista homónimo cuenta sus
desdichas, que representan las de todos los gauchos en las últimas décadas del siglo XIX.
En su canto, Fierro se presenta como un payador que hace alardes de sus destrezas
musicales y de su bravura para afrontar los conflictos. También interpela a sus oyentes a
través de sus lamentos, buscando a su modo una forma de denunciar las injusticias que ha
padecido.
Martín Fierro cuenta que antes vivía feliz junto con otros gauchos trabajando en el
campo. Allí nada les faltaba y todo era alegría. Hasta que un día llega el Juez de Paz y se lo
lleva a servir en la frontera, defendiendo las tierras de los ataques de los indios. Allí, Fierro
sufre el maltrato de la autoridad, que lo despoja de sus pertenencias, lo obliga a trabajar la
tierra y no le paga por sus servicios. Para luchar contra los indios también se ven en
desventaja, ya que no cuentan con el armamento necesario. Fierro aquí construye una
imagen negativa del indio, a quien ve como un ser desalmado que llega para arrasar y
destruir todo.
En un día de paga, el mayor lo trata de animal y le dice que a él no le corresponde pago
porque no se encuentra en la lista. Martín Fierro, por ahora, no ve motivos suficientes para
pelearse y decide no entrar en conflicto. Igualmente es castigado por reclamar su sueldo,
luego de que los jefes lo mandan al estaquiadero por un malentendido con un gringo.

Cansado de vivir harapiento y pobre en la frontera, Fierro decide desertar y se escapa en un


caballo para volver a sus pagos. Cuando llega, encuentra que su rancho está en ruinas, que
su mujer se ha ido con otro y que sus hijos están perdidos. Es entonces cuando Fierro jura
convertirse en gaucho matrero, a modo de venganza por todo lo que le hicieron.

Como no tiene a dónde ir, lo tratan de vago y empiezan a perseguirlo. En esta condición se
encuentra cuando un día se acerca a una pulpería para ahogar sus penas en alcohol. Allí
provoca a una mujer y a un hombre negros, burlándose de ellos de forma despectiva. El
hombre va a su encuentro con el cuchillo y Fierro lo mata. En otra ocasión, se pelea con un
gaucho que es un protegido del comandante. Después de este duelo, que termina con la
muerte de su oponente, Fierro se escapa para que no lo agarre la policía.

Sin embargo, la policía lo encuentra, finalmente, en el medio de la llanura. Fierro empieza a


luchar contra varios oficiales que lo atacan. Está a punto de perder cuando uno de los
policías, el sargento Cruz, decide ponerse de su lado. Juntos ganan la batalla. Luego se
alejan del conflicto para charlar.
En esta parte del poema, Cruz toma el canto para contar su historia. Él también ha padecido
los abusos de la autoridad: un jefe suyo le quitó a su mujer y su hacienda. Cruz empezó a
vivir como matrero, enfrentando con el cuchillo a quien lo provocara. En eso estaba cuando
consiguió que un amigo suyo lo compusiera con el juez. Cruz pasó a ser un sargento de
policía, pero desconfiaba de los comandantes, que tenían planes de llevar a los soldados a
trabajar tierras apropiadas en la frontera. Por eso decide volver a ser un gaucho matrero y le
ofrece a Fierro su compañía en la desgracia.

Fierro acepta esta compañía y le propone a Cruz abandonar la sociedad e irse con los
indios. Dice que allí podrán vivir bien, sin necesidad de trabajar. Será peligroso cruzar el
desierto, pero como buen gaucho no le teme a nada. Después de esta decisión, rompe la
guitarra para dar fin a su canto, y con la intención de no volver a cantar. También desafía a
los presentes diciendo que nadie va a cantar donde ha cantado este gaucho.

Entonces aparece una nueva voz en el canto que refiere en tercera persona la última parte
de esta historia. Cuenta que vio a Cruz y a Fierro cruzar la frontera y que no sabe si habrán
muerto en el desierto o si siguen vivos. Cierra el poema diciendo que ha contado, a su
modo, males que conocen todos, pero que nadie antes había contado.
El gaucho Martín Fierro Resumen y Análisis de los Cantos
1-2

Resumen
Canto 1
El poema comienza con una indicación: en mayúsculas aparece el nombre “Martín
Fierro”, que señala a quién pertenece la voz del yo-poético. Ese personaje, que cuenta su
historia en primera persona, se presenta a sí mismo como alguien que va a cantar sobre sus
penas acompañado de la guitarra.
El cantor realiza una invocación a los santos del cielo, pidiéndoles asistencia en esta ardua
tarea del canto. Se compara con otros cantores para resaltar que él, a diferencia de ellos, no
se deja espantar por ningún temor, y asegura que ha venido a este mundo para vivir y morir
cantando.

Martín Fierro sostiene que no es un "cantor letrao", pero que esto no perjudica en absoluto
su canto, puesto que a él las coplas le fluyen fácilmente, “como agua de manantial”.
También adopta una actitud de provocación, al decir que nadie se atreve a tocarlo cuando
tiene la guitarra en la mano. Desafía entonces a quien quiera medirse con él, para demostrar
que nadie puede igualarlo en este arte.

Fierro se da aires de gaucho valiente, que enfrenta el peligro con hombría. Con esta actitud
es quien manda en la naturaleza, donde ni la víbora ni el sol pueden hacerle daño. Como
gaucho, Martín Fierro vive en libertad, al igual que el pájaro que siempre está en vuelo, y
que apenas necesita de un árbol y de las estrellas para encontrar resguardo.

Cierra entonces su presentación diciendo que deben saber quienes lo escuchan que nunca
ha peleado ni matado sino por necesidad, y que ha llegado a esta situación por haber sufrido
maltratos. Antes de esto, él era un buen padre y un buen marido, pero ahora es un gaucho al
que la gente trata de bandido.

Canto 2
Martín Fierro da inicio aquí al relato de su historia. Comienza asegurando que su autoridad
emana de la experiencia que le ha dado la desgracia, porque nada enseña más, dice, que
haber sufrido en la vida.

Rememora los tiempos en que él y todos los gauchos vivían felices como trabajadores de la
tierra, con sus pequeños ranchos, sus hijos y sus mujeres. Relata cómo era un día típico en
aquella época: en ese entonces, el gaucho amanecía temprano para tomar un mate y
comenzar sus quehaceres, dentro de los cuales resalta su destreza como domador de
caballos. Fierro tiñe sus recuerdos de nostalgia al afirmar que era un orgullo ver jinetear a
un paisano. El día terminaba a la noche, momento en que los gauchos se reunían junto al
fuego para charlar hasta después de cenar. Luego se iban a dormir en los brazos de una
china.

Entonces los gauchos andaban alegres y sin preocupaciones. Para ellos aquella actividad no
era trabajo, y hasta con su patrón tenían buen trato. Este siempre los convidaba con un trago
de alcohol. Eran esos tiempos de abundancia, en los que siempre había alimento y
diversión. Pero ahora el panorama, sostiene Fierro, es completamente diferente: el gaucho
debe pasar su pobre vida huyendo de la autoridad, puesto que si esta lo encuentra, lo somete
a su dominio para luego enviarlo a luchar en un batallón o en la frontera contra los indios.
Es allí, asegura Fierro, donde sus males y los de todos los gauchos comienzan.

Análisis
Los dos primeros cantos del poema son de carácter introductorio. En el canto 1, Martín
Fierro se presenta a sí mismo como gaucho cantor que dará relación de los males que lo
aquejan. Al interpelar en su discurso a una segunda persona en plural, da a entender al
lector que mientras cuenta su historia se dirige hacia un público, quizás aquel presente en
una pulpería, lugar de reunión de los gauchos en el campo. Con esta presentación, Fierro
adopta la postura tradicional del payador frente a su auditorio.

En relación con lo anterior, el poema nos da señales de simular una situación de carácter
oral, en su empleo de un vocabulario, una sintaxis y una gramática que provienen del habla
popular. Además, el yo-poético nos cuenta que él no es un “cantor letrado”, es decir, no es
un cantor culto y alfabetizado, lo que nos indicaría, nuevamente, que su canto no puede
sino provenir de la oralidad. Esta condición iletrada de Martín Fierro tendrá importancia
más adelante, en el desarrollo de su relato.

Martín Fierro nos otorga en esta primer instancia una imagen hiperbólica de sí mismo,
como la de aquel que reúne las mejores características del ser gaucho. Fierro se posiciona
como el mejor cantor, el más experimentado, el más valiente, el más viril, el más justo.
También hace de la falta, virtud, respecto de la condición iletrada arriba mencionada: “Yo
no soy cantor letrao / mas si me pongo a cantar / […] / las coplas me van brotando / como
agua de manantial” (vv. 49-54). La metáfora aquí empleada sugiere que Fierro no necesita
de los saberes letrados para que la poesía surja de él con facilidad, abundancia y
espontaneidad.

El sistema de metáforas relacionadas con la naturaleza que se despliegan en todo el poema,


de la que la anterior es un ejemplo significativo, pone de manifiesto la conexión de Martín
Fierro con la naturaleza. En esta parte introductoria, Fierro se compara con animales
rescatando de estos cualidades positivas, como cuando afirma que él es toro en su rodeo y
“torazo” en rodeo ajeno, afianzando de esta manera su bravura. De esta manera, el desafío
se hace presente en el modo en que Fierro se define a sí mismo.

En el canto 2, Martín Fierro recuerda una suerte de Edad de Oro del gaucho, ahora perdida.
Es importante señalar aquí que Fierro relata la experiencia de un gaucho cualquiera, dando
así a entender que su caso particular es un ejemplo de una situación generalizada que
padecen todos los gauchos en el momento en que está contando esta historia. La
rememoración de esta época idílica conlleva una crítica social, perceptible en el tono
nostálgico y de lamento de su canto.

Al finalizar el canto 2, Fierro anticipa cuál ha sido la causa de que aquellos tiempos de
felicidad ya no existan más: es la aparición de la autoridad, encarnada primero en la figura
del alcalde, que interrumpe en este espacio utópico para aprovecharse del gaucho, hacerlo
sufrir y llevarlo a la fuerza al campo de batalla. En estas estrofas empiezan a aparecer las
imágenes de la violencia a la que se somete al gaucho: “Y el lomo le hinchan a golpes, / y
le rompen la cabeza, / y luego con ligereza, / ansí lastimao y todo, / lo amarran codo con
codo / y pa el cepo lo enderiezan” (vv. 271-276). Esta tortura física es solo una de otras
tantas desgracias que Fierro contará en los próximos cantos.

El gaucho Martín Fierro Resumen y Análisis de los


Cantos 6 - 8

Resumen
Canto 6
Fierro anuncia al principio del canto que ahora viene la parte más sentida de su historia.
Retoma sus peripecias en la frontera, aludiendo de nuevo a que los jefes prometían mucho
pero cumplían poco. Les dicen a los gauchos que se realizará una expedición a las tolderías
de los indios con la intención de atacarlos, y que después de este suceso licenciarán al
“gauchaje”. Pero Fierro no se deja engañar: él es un gaucho astuto como un zorro y sabe
que no puede esperar nada de estas promesas vanas.

Una noche aprovecha la distracción del jefe y el Juez de Paz y se “hace humo” –se escapa–
en un caballo. Libre en el campo, por su conexión especial con la naturaleza, Fierro intuye
hacia dónde debe dirigir el rumbo para llegar a sus pagos. Después de tres años de servir en
la frontera, arriba a su rancho para hallar solamente la tapera. En estas circunstancias,
despojado de todo, “resertor", pobre y desnudo, hace un juramento a modo de venganza: ser
“más malo que una fiera”.

Se entera de que su mujer tuvo que vender la hacienda para pagar arrendamientos, que se
fue con otro hombre, y que sus hijos, separados de su madre, han sido contratados de
peones, aunque ahora no sabe dónde se encuentran. Se entristece por su familia pero no la
culpa de nada; sabe que su mujer fue a buscar el pan que él no pudo darle. Teme que sus
hijos no tengan donde ampararse y espera que algún alma caritativa se apiade de ellos y los
proteja.

Más allá de estos lamentos, afirma que a nadie le debe nada y que, a partir de aquel
momento, nadie se aprovechará de él. Ahora que ya conoce las maldades del mundo, piensa
actuar acorde a sus tristes circunstancias. Fierro ha sido manso pero será un gaucho matrero
que resistirá los golpes de la vida mientras haya sangre en sus venas.

Canto 7
En este canto, que cambia la composición de seis a cuatro versos por estrofa, Fierro nos
cuenta que, como no tenía a dónde ir, lo tratan de vago y lo empiezan a perseguir. Se ve así
obligado a vivir huyendo de la autoridad. En esta circunstancia, un día se entera de un baile
en una pulpería, al que acude desesperado para olvidar sus penas.

Allí se anima al encontrarse con amigos y se emborracha. Le entran ganas de pelear y


encuentra con quién: al baile llegan dos personas a las que denomina por el color de su piel:
el negro y la negra. Fierro se burla de la mujer con esta expresión: “Va…ca… yendo gente
al baile” (v. 1154). La negra comprende el insulto y le responde: “más vaca será su
madre” (v. 1158). El gaucho continúa como si recitara un refrán: “A los blancos hizo
Dios, / a los mulatos San Pedro / a los negros hizo el diablo / para tizón del infierno” (vv.
1167-1170). El hombre que acompaña a esta mujer empieza a juntar rabia. Fierro
aprovecha para insultarlo: “Por… rudo… que un hombre sea / nunca se enoja por esto” (vv.
1177-1178); el moreno comprende la indirecta: “Más porrudo serás vos, / gaucho rotoso”
(vv. 1181-1182), le responde.
Ante la provocación, el moreno se le acerca y Fierro reacciona dándole un golpe con el
porrón de ginebra. Enseguida se acomodan los ponchos y las espuelas para dar comienzo al
duelo a cuchillo. El cantor pasa a describir el enfrentamiento, que termina con una estocada
de muerte que Fierro le da al negro, arrojándolo contra un cerco. Enfurecida, la negra va
también en busca de la confrontación. Fierro piensa en azotarla pero decide no hacerlo por
respeto al difunto.

Después de este episodio, el gaucho limpia su facón en el pasto, toma su caballo y se aleja
despacio. Se entera después que al negro lo enterraron sin velarlo ni rezarle, y que desde
ese entonces suele verse allí una luz mala, como la de un alma en pena. Cierra el canto
diciendo que piensa a veces en sacar los huesos de aquel lugar para enterrarlos en
camposanto.

Canto 8
Retomando la estrofa sextina, el yo-poético cuenta otro entrevero de boliche. Se cruza con
un gaucho protegido, que tiene trato con un comandante y a quien nadie reprende. Este
hombre llega al lugar y le alcanza un trago a Fierro, mientras le dice “Beba, cuñao”. Este le
responde que si son cuñados será por su hermana, y no por la de él. El otro comprende la
provocación. Paso siguiente, se enredan ambos en una lucha con el facón. Fierro vence y lo
deja pataleando, a punto de perecer, mientras se escapa para que no lo prenda la justicia.

Sigue entonces su canto reflexionando acerca de la condición del gaucho, que no tiene más
fortuna que andar siempre huyendo. No importa si es desertor, vago o ladrón: en esta
sociedad, “el ser gaucho es un delito”. Por eso, desde chico está condenado a una vida de
pesares, puesto que para lo único que sirve el gaucho es para votar o para ir al frente en la
guerra. De esta manera, Fierro cierra el canto diciendo que no podrá escapar a esta suerte
con la que nació, y que con ella seguirá su camino.

Análisis
El canto 6 significa un punto de inflexión en el poema. Fierro huye de la frontera y llega a
su casa para enterarse de que lo ha perdido todo: rancho, mujer e hijos. El cantor ya había
anticipado este desenlace en su historia, pero después de conocer todas sus vivencias hasta
este punto, se comprende mejor su dolor y su furia, y el papel que jugó el poder del
gobierno en este asunto. A partir de este clímax, Fierro se coloca en antagonismo explícito
con la autoridad, completando su devenir matrero.

Esta conversión plantea una ironía trágica, que consiste en que Fierro, desde ahora,
realizará actos criminales que reafirman los prejuicios que padeció: tanto lo discriminaron
por ser un gaucho matrero, que ahora actuará como tal. De esta manera, decide vengarse
adoptando la condición social que le impusieron. Dicha condición es asumida como un
fatalismo del ser gaucho. Por eso, cierra el canto 6 afirmando que seguirá su destino
mientras tenga sangre en las venas, imagen que, a través del uso de la metonimia, ofrece un
significado doble: mientras siga vivo y mientras persista su furia.

El primer delito que comete Fierro, entonces, es desertar del ejército. Pero esta condición
de “desertor” es solo el producto de haber vivido en estado de extrema miseria en la
frontera. Acto seguido es catalogado de “vago”, de lo que tampoco es culpable, puesto que
ha perdido su rancho y no tiene a dónde ir. Esta situación lo lleva a buscar desahogo en el
enfrentamiento a cuchillo.

No es casual que estos duelos sean anticipados por un enfrentamiento verbal. Es un código
propio de la sociabilidad gaucha definir en la conversación quién es quién ante los otros. En
ambos casos, Fierro provoca verbalmente a los contrincantes, con la evidente intención de
continuar la estocada de la palabra con la estocada del cuchillo. Antes había tenido
momentos de confrontación verbal, como los que tiene con el gringo o con el Juez de Paz,
pero solo ahora, en su condición de matrero, Fierro lleva este enfrentamiento al cuerpo a
cuerpo.

Dentro del código guacho, batirse a duelo es un modo de medirse en valentía y virilidad. En
el contexto del relato de Fierro, se entiende además que estos contrincantes son para el
gaucho como chivos expiatorios en quienes recae su enojo por su condición social. Matar,
en este transe, no es tanto un crimen sino una desgracia que padece el que ha asesinado, que
se ve forzado a vivir en la ilegalidad.

Así lo entiende Fierro en el canto 7, cuando mata al moreno. La composición del poema en
este canto pasa de cuatro a seis versos por estrofa para darle agilidad a la índole narrativa
del poema. Fierro relata su duelo con el negro para hacer gala de sus habilidades cantoras y
de su destreza con el cuchillo, evidenciando sus saberes gauchos y sus conocimientos de la
cultura oral. Después de matar al negro, Fierro se aleja despacio, como si supiera que nadie
va a perseguirlo por haber asesinado a otro como él, un paria social, que ni siquiera recibe
los rituales cristianos para su sepultura, algo muy importante dentro del imaginario popular
del campo.

Distinto es el caso cuando Fierro asesina a un gaucho protegido por un comandante.


Aunque se mide con otro gaucho como él, se plantea una situación de desigualdad en la
arbitrariedad con que el poder ampara a uno y criminaliza al otro. Con este enfrentamiento,
Fierro se bate contra un semejante e indirectamente contra la autoridad. Ahora que Fierro
ha asesinado a un gaucho protegido no puede alejarse despacio, como lo había hecho con el
negro; debe huir para no ser capturado en represalia por la policía.

El gaucho Martín Fierro Resumen y Análisis de los


Cantos 9 - 11

Resumen
Canto 9
Fierro inicia este canto describiendo su vida de matrero, en permanente alerta de no
cruzarse con la policía. Realiza una comparación con los corderos y los terneros que
encuentran refugio en las ovejas y las vacas, mientras que “el gaucho desgraciao / no tiene
a quién dar su queja” (vv. 1413-1414). En su soledad, el gaucho solo encuentra amparo en
la inmensidad de la llanura, donde la autoridad no puede hallarlo desprevenido.

Cuenta entonces que una noche se encontraba contemplando las estrellas, que no solo son
su guía en la pampa, sino también un bello consuelo frente a la desgracia, cuando el grito
del chajá le hace parar las orejas. Se pega al suelo para escuchar el retumbar de las pisadas
de unos caballos que se acercaban; comprende que se encuentra en peligro y se prepara
para pelear. Al sentirlos cerca, aunque no los ve en la oscuridad, les dice a sus contrincantes
que “no se han de morir de antojo”, para que sepan que “allí se hallaba un varón”. Le
responden, primero, calificándolo de matrero, y después le dicen que son la policía y que
vinieron a ajustar sus cuentas por haber matado a dos hombres. Fierro les responde que no
se va a entregar aunque vengan todos juntos, y así da pie al enfrentamiento físico.

La narración de la lucha dura varias estrofas, en la que Fierro muestra su habilidad para
eliminar a cada uno que se le acerca. Entonces, apenas sale de un momento de peligro, uno
de la policía pega un grito: “¡Cruz no consiente / que se cometa el delito / de matar ansí un
valiente!” (vv. 1624-1626). Este policía se pasa de bando y empieza a pelar junto a Fierro.
De este modo logran matar a algunos y ahuyentar a otros, ganando el combate.
Fierro reza y le pide perdón a su Dios por el delito de haber muerto tanta gente, y junto con
Cruz se escapan del lugar, para que otros se ocupen de los que murieron. Comparten
entonces un trago, mientras Fierro le cuenta a Cruz que es un gaucho desgraciado sin
refugio, y que piensa ir a donde la suerte lo lleve.
Canto 10
Este canto tiene un nuevo título a modo de indicación: ahora la voz del yo-poético
corresponde a Cruz, quien cuenta su historia hasta el final del canto 12. Al igual que Fierro,
Cruz comienza su relato con una presentación de sí mismo. Explica que le duele el mal
ajeno, pero tampoco le faltan los suyos, y aunque el mundo sea un infierno, su actitud es la
de enfrentar con valentía y fiereza la desgracia.

Cuenta Cruz que él tuvo, como Fierro, una amada. Era feliz con la compañía de esta mujer,
hasta que un “comendante” empieza a frecuentar su rancho. Cruz sospecha de las malas
intenciones de aquel, a quien no puede confrontar porque es su jefe. Mientras lo envía de un
lado a otro como peón, sin recibir pago, el comandante aprovecha para estar a solas con su
mujer. Un día, Cruz los encuentra abrazados en el fogón. Entonces, el gaucho insulta al jefe
en abierta confrontación. Este se la acerca para darle con el sable, Cruz esquiva la estocada
y le quita el arma, pero en vez de acuchillarlo le da un planazo con el facón, para no matar a
un hombre viejo.

En eso se acerca un “adulón” del jefe y le empieza a disparar con un revólver, sin poder
herirlo. Cruz va esquivando las balas hasta que logra darle con el cuchillo y asesinarlo. Va
entonces en busca del viejo comandante, a quien encuentra desprendiendo mal olor por el
miedo que le tiene. Decide entonces marcharse, con su poncho y sus prendas, para nunca
más volver, acusando a su mujer de haber querido engañar a dos. Cierra el canto diciendo
que, desde entonces, conoció a todas las mujeres en una sola y que no dejará que ninguna
se le acerque.

Canto 11
Continúa Cruz su relato diciendo que él es un cantor al que también le brotan las copas
como agua de manantial, pero que las suyas se salen de la boca amontonadas, “como ovejas
del corral”. Cuenta luego que después de aquella desgracia va a guarecerse al campo, a
vivir una vida como la de los animales.

Una vez, se entera de una milonga en la pulpería y decide asistir. Se pone a bailar con una
joven cuando el guitarrero lo reconoce y le empieza a cantar unas coplas populares de
refranero español, con la que indirectamente se burla de Cruz por la infidelidad de su
mujer. Este se enfada al ver que las mujeres del lugar empiezan a secretear, se dirige al
cantor y mientras le dice “dejá de cantar… chicharra”, le corta las cuerdas de la guitarra de
un tajo con el facón. Sale entonces un gringo con un fusil y Cruz busca escapar apagando
un candil con su manta, para que en la oscuridad se arme alboroto. A la salida se enfrenta
con el cantor y lo acuchilla, dejándolo con las tripas afuera mientras huye hacia los campos
a vivir como matrero.

Análisis
El canto 9 es el más representativo del tema de la conexión del gaucho con la naturaleza.
En la llanura, Fierro puede poner a disposición sus saberes, adquiridos con la experiencia,
para defenderse mejor del peligro. También encuentra en este espacio una correspondencia
romántica entre su estado de ánimo y la belleza del paisaje. En este sentido, la naturaleza
representa en el relato la libertad espiritual del gaucho, la que dentro de la sociedad es
coartada por su condición de matrero. La comparación con el ternero y el cordero, más que
animalizar al gaucho, pone de manifiesto cómo hace uso de sus conocimientos de la
naturaleza para mejor comprender su situación.

La escena de la primera confrontación directa de Fierro con la autoridad es precedida por la


puesta en acto de los saberes del gaucho: el grito del chajá y el temblor de la tierra son
indicios suficientes, para Fierro, de que es necesario prepararse para pelear. Como con los
otros enfrentamientos, el duelo a cuchillo es anticipado por un duelo verbal: Fierro, al igual
que en los otros combates, quiere ser el primero en desafiar. Por eso les dice que no se han
de morir de antojo. Su enemigo, en nombre de la ley, le responde reduciéndolo a su
condición criminal: “vos sos un gaucho matrero”. Este diálogo es significativo en tanto
conecta el tema de la denuncia social con la oposición a la autoridad: Fierro representa
simbólicamente a todos los gauchos que responden con rebeldía, haciéndole frente al
abandono y a la marginalización.

La aparición de un nuevo personaje, el gaucho Cruz, aporta otro momento climático al


poema. Sus palabras invierten el modo en que los gauchos son percibidos en la sociedad:
Fierro no es un criminal, sino un gaucho valiente, y capturarlo y asesinarlo no sería hacer
justicia, sino cometer un delito. Cruz se pasa de bando en defensa de Fierro, con el cual se
identifica y, al hacer esto, realiza una crítica al sistema que criminaliza la vida del gaucho.
Con este acto, se opone a la autoridad mientras realiza su denuncia social.

El canto 10 interrumpe el monólogo de Fierro para dar aparición a una voz nueva que toma
la posta del relato. Hasta ahora, las voces de otros personajes habían aparecido dentro del
canto de Fierro, entre comillas y sin autonomía. En cambio, durante estos tres cantos, la voz
de Cruz se ubicará en el mismo nivel que la voz del protagonista. Esto nos permite
equiparar ambas narraciones y establecer un paralelismo entre una historia y la otra. Cabe
conjeturar si Cruz se encuentra, mientras canta, en el mismo lugar que Fierro. Tal vez, su
canto se dirige tanto a él como a su público.

Cruz se define a sí mismo con parámetros similares a los de Fierro, respecto de cómo
afronta sus males y de cómo se posiciona como gaucho cantor. Al dar relación de sus
desgracias, Cruz no se deja vencer por el lamento y persevera en su actitud desafiante, al
igual que su nuevo amigo. Respecto de sus destrezas cantoras, recupera la metáfora de
Fierro del agua del manantial –otro indicio de que se halla en el mismo lugar que el cantor
y que ha estado hasta entonces escuchando su canto– para contraponerla con otra analogía:
de su boca las coplas salen “como ovejas del corral”. Con esto quiere decir que no es tan
habilidoso como Fierro en el arte del canto.

Aunque sus historias sean distintas, podemos ver en el relato de Cruz algunas similitudes
con el relato de Fierro. En primer lugar, Cruz entra en conflicto con una persona en el
poder, y por eso pasa a vivir una vida de matrero. Él enfrenta verbalmente a sus oponentes
antes de iniciar el combate a cuchillo, al igual que Fierro. También conduce su enojo hacia
otros que no son los que mandan, como cuando se pelea con el guitarrero, que de todos
modos lo provocó. En contraste con Fierro, la ira de Cruz parece dirigida más a su mujer
que al comandante, por lo que se puede entender que Cruz no percibe tan bien como Fierro
que el origen de sus males proviene de los abusos del poder.

El gaucho Martín Fierro Resumen y Análisis de los


Cantos 12 y 13

Resumen
Canto 12
En el canto 12 Cruz cierra el relato de su historia. Luego de varios meses viviendo en
desgracia, un amigo suyo lo compone con el juez. Este le pide que se quede a su lado para
servir de “soldao de polecía”. Pronto es nombrado sargento, pero Cruz decide abandonar
aquella vida de mandar que le resulta ajena para seguir a Fierro.
Cruz se dirige en su canto a Martín Fierro y le propone su compañía para sobrellevar la
vida de matrero. Estando juntos, afirma, nunca les faltará un buen caballo para escapar o un
pajal donde dormir. Presume de sus habilidades para sobrevivir en la naturaleza, como
hacerse un poncho con el cuero de un lobo o alimentarse de cualquier cosa que encuentren.
Es necesario, para Cruz, que el gaucho aguante hasta “que lo trague el hoyo”, es decir,
hasta la muerte.
También cuenta que, en una ocasión, escucha al juez hablando con otro de hacerse ricos
con campos en la frontera y de someter a los soldados a trabajar la tierra. Comprende que,
con estos proyectos, los gauchos solo pueden asegurarse una vida de trabajo sin descanso,
de tortura y de posible muerte. Cruz cierra su canto denunciando que aquellos que conocen
los males de los gauchos no hacen nada para ayudarlos, fingiendo que no hallan la solución
al problema.

Canto 13
Martín Fierro retoma en este canto la voz del yo-poético. Observa que él y Cruz son “astilla
del mesmo palo”. Entonces decide acabar con todo yéndose a vivir con los indios. Le pide
perdón a su dios, puesto que, viviendo entre “infieles”, tendrá que ser cruel con los crueles,
porque así su suerte lo quiso.

Fierro reflexiona acerca de las creaciones de Dios, quien le ha dado belleza a las flores,
claridad a la luz, fuerza al viento, vida a todos los seres. Pero más le otorgó al cristiano, que
tiene entendimiento, lengua y valor, para compensarlo por todas las penas que también le
dio. Fierro se ve empujado por las suyas a “salir de este infierno”.

El cantor afirma que la facultad del gobierno no llega “hasta los indios”, y que allí los
caciques tratan como hermanos a los cristianos que llegan por su voluntad. El cruce del
desierto es peligroso, pero Fierro sabe soportar las condiciones desfavorables. Cuando
lleguen a alguna toldería, le dice a Cruz, podrán armarse un toldo, y hasta tal vez consigan
una china que se apiade de ellos. En aquel lugar, asegura Fierro, no es necesario trabajar, y
mientras salgan con vida de los malones, podrán pasar el resto del día echados al sol. Como
allí todas las tierras son buenas, cualquiera que sepa manejar el caballo o “echar un pial”
(tirar un lazo a los pies de la res) no puede pasarla mal entre los salvajes. Concluye
entonces diciéndole que él se irá, e invita a Cruz a seguirlo.

En esta parte del poema el relato es continuado por una nueva voz, la de un narrador que
cierra el poema refiriéndose a Martín Fierro en tercera persona. Esta voz nos cuenta que el
cantor le da fin a su argumento con un trago y con un golpe que hace astillas su guitarra
contra el suelo. Refiere luego las últimas palabras del cantor entre comillas: Fierro dice que
ha roto el instrumento para no volver a tocar y porque nadie ha de cantar “cuando este
gaucho cantó”.

Después de esta última escena del canto de Fierro, la nueva voz dice que dará fin a sus
coplas contando lo último que supo de estos dos gauchos, que tomando unos caballos se
dirigieron a la frontera. Mientras la atraviesan, Cruz le dice a Fierro que mire las últimas
poblaciones, y este responde con dos lagrimones que le ruedan por la cara. Fieles a su
rumbo, Fierro y Cruz entran en el desierto.

La voz de este cantor desconocido expresa que no sabe si los dos gauchos habrán muerto en
el desierto, pero espera saber algo de ellos algún día. Finalmente, da cierre al poema
asegurando que estas desgracias contadas son ciertas y que muestran que cada gaucho es un
“telar de desdichas”. Despidiéndose, sostiene que ha referido a su modo “Males que
conocen todos / pero que naides contó” (vv. 2315-2316).

Análisis
La historia de Cruz pone de manifiesto que el de Martín Fierro no es un caso aislado. Cruz,
como Fierro, se ve obligado a vivir una vida de matrero por enfrentarse a un representante
de la autoridad que se aprovechó de él al “robarle” a su amada. Sin embargo, a diferencia
del protagonista, Cruz tuvo la oportunidad de reinsertarse en la sociedad como soldado de
policía, gracias a la intermediación de un amigo suyo. Es evidente en esta conexión que la
salida o la entrada de la ilegalidad nada tiene que ver con la justicia, sino con si el que
manda te considera un criminal o un protegido del que se puede sacar provecho. Cruz se da
cuenta de esto cuando escucha los planes de los jefes, que piensan utilizar a los soldados
para hacerlos trabajar sus tierras.

Dentro del sistema, dentro de la vida en sociedad, el gaucho siempre saldrá perjudicado.
Por eso, el paso de bando de Cruz reafirma una característica del ser gaucho: el
antagonismo con la autoridad. No obstante, el gaucho no tiene por qué padecer su
marginalización en soledad. Por eso Cruz le ofrece a Fierro su compañía, para que juntos
puedan sobrellevar mejor la vida de matreros. Para convencerlo, resalta sus habilidades
para proveerse de la naturaleza, interpelando sus saberes y la particular conexión del
gaucho con lo natural.
Fierro toma la posta en el último canto con una metáfora de la cultura oral y popular: los
dos son astillas del mismo palo, es decir, los dos provienen de un mismo sufrir, de una
misma injusticia. Con estas palabras Fierro también acepta la compañía en la desgracia, y
aunque no abandona la primera persona del singular para remarcar que su decisión de partir
es una decisión individual, también utiliza la primera del plural para invitarlo a Cruz a
seguir su destino.

Como Fierro se va a vivir entre los “infieles”, adjetivo con el que reduce y califica a los
indios por su paganismo, se ve en la necesidad de justificar su abandono del universo
cristiano al que pertenece. Por eso recurre a imágenes de la creación divina para explicar
que para el gaucho, que ha venido a este mundo a penar sin descanso, vivir en sociedad con
los cristianos es igual a vivir en el infierno.

Fierro asegura que “hasta los indios” no llega la facultad del gobierno, metonimia con la
que convierte a un grupo étnico discriminado en un lugar simbólico. En “los indios” como
lugar Fierro construye un espacio idílico nuevo, donde es posible recuperar parcialmente
aquella época dorada en la que vivía sin problemas, antes de que lo enviaran a la frontera.
Esta imagen contrasta con la caracterización que hace del indio en el canto 3, en la que este
es descripto como un salvaje despiadado. Ahora, aquel lugar más allá de la frontera, línea
divisoria entre la civilización y la barbarie, se presenta al gaucho como un espacio utópico,
donde podrá vivir sin problemas, sin necesidad de trabajar, y donde, quizás, podrá incluso
encontrar un nuevo amor.

Martín Fierro rompe la guitarra en un acto simbólico de romper con la civilización. El


instrumento es, en este sentido, un símbolo de su lazo con la sociedad a través de su canto,
con el que comunica sus lamentos. Es también un modo de reafirmar su posición como el
mejor de todos los gauchos cantores, en un gesto de desafío para quienes se atrevan a cantar
donde él canto. Con este gesto, el poema también podría estar sugiriendo, en un plano
meta-reflexivo, la clausura del género gauchesco. Desde esta interpretación, la historia de
Fierro constituye la historia por excelencia de todos los gauchos y, en este sentido, no
existe ni existirá otra que pueda igualarla. Podríamos afirmar que esta lectura tuvo un gran
impacto en la literatura argentina, que configuró al Martín Fierro como el gran poema
nacional.
La aparición de una nueva voz al final del canto 13 plantea un quiebre de las expectativas
del poema. La presencia de este punto de vista sin nombre sugiere que tal vez las voces de
Fierro y Cruz han sido impostadas por otro personaje –¿acaso el propio José
Hernández? – que ha sido quien ha estado contando la historia desde el principio. Como
indica que Fierro detuvo su canto y "Buscó un porrón pa consuelo" (v. 2270), también
podría pensarse que esta nueva voz narrativa nos permite situar el canto de Fierro dentro de
una pulpería, donde los gauchos beben y tocan la guitarra en presencia de otros gauchos
que son su auditorio.
El final del poema cierra con el tema principal de la historia: la denuncia. La voz
desconocida afirma que es verdadero todo lo que se ha contado, y con una metáfora sugiere
que cada gaucho es un “telar de desdichas”. Sabemos que Martín Fierro es un personaje
ficticio que no existió en realidad, pero esto no le quita autenticidad a lo narrado. Los
últimos versos del poema establecen una crítica que no se dirige concretamente a la
autoridad, sino a todos aquellos que han presenciado estos males pero que nunca los han
denunciado. De esta manera, el poema finaliza de forma autorreferencial, indicando que el
canto de Fierro remeda esta falta porque pone en evidencia la realidad social que padece el
gaucho como tipo social.

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El gaucho Martín Fierro Guía de Estudio


El gaucho Martín Fierro es considerado el gran poema nacional de la Argentina. Para
entender esta importante ubicación en la literatura de este país, es necesario retroceder hasta
la década de 1910, cuando se cumple el centenario de la Revolución de Mayo de 1810 y de
la Independencia de 1816.
En un clima de fervor patriótico, y ante la necesidad de construir símbolos nacionales que
facilitaran la integración de la afluente masa inmigratoria, intelectuales como Leopoldo
Lugones y Ricardo Rojas recuperan la figura del gaucho para consolidarla como emblema
de la argentinidad. En sus discursos, el gaucho aparece como el hijo genuino de la pampa
que sacrificó su cuerpo por la causa revolucionaria y que otorgó su voz para la emergente
literatura argentina, con la invención del género gauchesco. Desde allí hasta ahora,
el Martín Fierro es celebrado como el pináculo de la gauchesca y un emblema de la
identidad nacional.
Es importante aclarar que el gaucho se convierte en símbolo de la nacionalidad argentina
una vez que el gaucho real desaparece. El gaucho fue un habitante de las llanuras argentinas
y otras regiones aledañas que llevó un estilo de vida nómade y marginal, en permanente
conflicto con el orden que se imponía desde las ciudades. Fue por mucho tiempo
considerado un paria social, hasta que empezó a ser incorporado como peón de campo
contratado por terratenientes en el período independentista.

Es también entonces cuando toma participación en las guerras contra los españoles por la
emancipación, contra los denominados “indios” por el territorio, y contra los federales o los
unitarios en las luchas de facción, durante las guerras civiles posteriores a la Independencia.
Estos enfrentamientos, en los que el gaucho solía ser puesto en el frente de batalla, son los
que progresivamente producen la extinción del gaucho.

Durante esta época surge la literatura gauchesca como una forma de recrear el habla del
gaucho, su forma de ser y sus condiciones de vida, tomándolo como figura patriótica o para
denunciar su situación social. Los autores de la gauchesca, en su mayoría, no eran gauchos,
sino hombres de ciudad familiarizados con la vida del campo; tal es el caso de José
Hernández. La gauchesca pretende ser una imitación exacta de la lengua del gaucho,
pero en realidad es una construcción ficticia de aquella lengua, elaborada a partir de
convenciones codificadas por y para el género.
El público al que interpela la gauchesca procede también del estrato social rural y es
mayoritariamente analfabeto, hasta entonces ignorado por el mundo literario. En virtud de
reivindicar un tipo y una tradición populares, la gauchesca toma el habla desvalorizada del
gaucho para convertirla en destreza literaria.

El gaucho Martín Fierro aparece en 1872, cuando la gauchesca ya está establecida


como género literario, aunque todavía las elites criollas lo consideran un género menor. El
poema recupera del género sus peculiaridades fonéticas y gramaticales, su vocabulario rural
y una sintaxis simple, que evita la subordinación. La métrica en octosílabos que domina el
poema refuerza su vinculación con la poesía popular, mientras halla su originalidad en la
estrofa sextina, comúnmente denominada “sextina hernandiana”.
El poema de Hernández también toma de la gauchesca la puesta en escena de una situación
de comunicación oral en primera persona, pero en vez de acudir a la forma del diálogo
preferida por el género, en El gaucho Martín Fierro  predomina el monólogo. Esta
forma de expresión, junto con otros elementos, le da al poema una filiación más antigua, de
tradición popular española.
El poema de Hernández gana rápidamente popularidad y es reeditado varias veces en pocos
años. Retoma de la gauchesca el motivo de la denuncia social, pero a diferencia de obras
anteriores del género, produce un impacto mayor, generando una nueva conciencia sobre la
condición social del gaucho.

En 1879, José Hernández publica La vuelta de Martín Fierro como continuación del


primer poema, no prevista por el autor cuando publicó la primera parte, que empieza a ser
llamada La ida. Ambos poemas constituyen lo que actualmente se conoce como
el Martín Fierro, poema que ha aparecido en cientos de ediciones y ha sido traducido a
más de 70 idiomas.
En La vuelta de Martín Fierro, el tono de protesta que caracterizaba al primer poema
es atenuado por una nueva configuración del personaje de Martín Fierro, un gaucho que
busca reintegrarse pacíficamente a la sociedad. Sin esta Vuelta, con la que su autor
expresa una posición más conciliadora con el gobierno de turno, es difícil saber qué lugar
hubiera ocupado El gaucho Martín Fierro dentro de la cultura argentina.
De esta manera, tanto La vuelta de Martín Fierro como las interpretaciones
realizadas en el centenario constituyen operaciones que modifican las inscripciones del
gaucho como tipo social, la gauchesca como género literario y el poema de Hernández
como épica nacional. La permanencia actual de la cultura gaucha en la Argentina es, en este
sentido, indisociable de la herencia imaginaria que produjeron el siglo XIX y el siglo XX.
Biografía de  José Hernández
José Hernández nace en 1834, en la provincia de Buenos Aires. Es hijo
de Rafael Hernández y de Isabel de Pueyrredón. Su familia paterna es de
afiliación política federal; la materna, unitaria. Su infancia y adolescencia
transcurren durante el segundo gobierno de Juan Manuel de Rosas. En
este período, se incrementa el poder de los estancieros, quienes se ven
favorecidos por la privatización de grades extensiones de tierra.
En 1843 muere su madre, de quien se ve varias veces alejado por las
luchas facciosas. Tres años después, a sus 10 años, Hernández tiene la
oportunidad de conocer la vida rural cuando por una enfermedad
pulmonar es trasladado al campo acompañado de su padre, que trabaja
como mayordomo de estancia. Allí, aprende sobre la cultura del gaucho
y toma contacto con las vicisitudes de su trabajo, que incluyen la defensa
en la disputa del territorio con los indígenas.
Rosas es derrocado en Caseros en 1852. Por esa época, Hernández da
inicio a su formación política e intelectual. Se une al bando rosista de
Buenos Aires contra la Confederación argentina, que en 1854 establece
su gobierno en la ciudad de Paraná, con Justo José de Urquiza como
presidente. En poco tiempo abandona las milicias y empieza a frecuentar
la ciudad entrerriana, manifestando un viraje en su posicionamiento
político.
En 1857, su padre muere fulminado por un rayo en el medio del campo.
Hernández, ya erradicado en Paraná, se desempeña como escribiente de
un Juzgado de Paz. Luego toma el trabajo de taquígrafo en el Senado de
la Confederación, y en 1860 emerge como redactor de El Nacional
Argentino. También participa como miembro del ejército en los
conflictos bélicos, tomando partido por Urquiza.
En 1863 se casa con Carolina González del Solar, con quien tiene ocho
hijos. Ese mismo año funda el diario urquicista El Argentino. En este
periódico, escribe una serie de artículos sobre el caudillo Chacho
Peñaloza, que luego publica en folleto. Cuando comienza la guerra del
Paraguay, Hernández toma una postura crítica y no participa en ella. En
1867 se muda a Corrientes, donde desempeña varios cargos públicos.
Durante la presidencia de Sarmiento, Hernández se manifiesta en abierta
oposición a este gobierno. En 1869 funda el diario El Río de la Plata, en
el que empieza a escribir sobre la cuestión del gaucho, sobre la tierra y
las políticas de fronteras. Este diario dura apenas un año debido al
estallido de la revolución de Ricardo López Jordán, que José Hernández
apoya. Frente a los conflictos desatados, y con el asesinato de Urquiza en
1870, el partidario jordanista se exilia en Brasil.
En 1872 se le permite el regreso a Buenos Aires. Desde su habitación en
el Hotel Argentino, José Hernández empieza a escribir El gaucho Martín
Fierro. La primera edición sale a fines de ese año y se agota en los
primeros dos meses del año siguiente. Mientras el poema se sigue
reeditando, Hernández continúa su participación política publicando
artículos en oposición a Mitre.
Con la presidencia de Nicolás Avellaneda, que asume el cargo en 1874,
se da inicio a una política de reconciliación nacional. Por ese entonces
Hernández se asienta definitivamente en Buenos Aires y milita en el
Partido Autonomista, en apoyo del gobierno de Avellaneda. Su postura
es ahora más conciliadora con el poder de turno.
Esta conciliación se hace evidente con la publicación, en 1879, de La
vuelta de Martín Fierro. En esta segunda parte, el gaucho Martín Fierro
pierde el tono denunciador que lo había caracterizado en el primer
poema. Aquel año Hernández es elegido diputado provincial. En este
cargo, adhiere a la candidatura presidencial de Julio Argentino Roca,
quien lleva a cabo la autodenominada “Conquista del Desierto”, campaña
en la que se toma territorio todavía en manos de pobladores originarios.
Un año después, Roca llega a la presidencia.
José Hernández pasa sus últimos años de vida desempeñando el cargo de
senador provincial. En 1882 aparece su última publicación, Instrucción
del estanciero. Cuando fallece en 1886 a los 51 años de edad por una
afección cardíaca, los diarios de la época cuentan la noticia de que ha
muerto “el senador Martín Fierro”, identificando al escritor con su
famoso personaje.
José Hernández
(1834/11/10 - 1886/10/21)

Poeta argentino
–Sepan que olvidar lo malo también es tener memoria–

 Uno de los escritores argentinos más populares.


 Obras: El Gaucho Martín Fierro, La vuelta de Martín Fierro, Vida
del Chacho...
 Género: Literatura gauchesca
 Padres: Isabel de Pueyrredón y Rafael Hernández
 Cónyuge: Carolina González del Solar
 Hijos: Isabel Carolina, Manuel Alejandro, María Mercedes...
 Nombre: José Rafael Hernández y Pueyrredón
 José Hernández nació el 10 de noviembre de 1834, en los
caseríos de Perdriel, en la Chacra de su tío, Don Juan Martín de
Pueyrredón, durante el gobierno de Juan Manuel de Rosas.
 Familia
 Hijo de Isabel Pueyrredón y de Rafael Hernández. Su padre murió
fulminado por un rayo. Tuvo dos hermanos, Rafael y Magdalena.

 Estudios
 Comenzó a leer y escribir a los cuatro años y asistió al colegio de
don Pedro Sánchez. Educado en el Liceo de San Telmo.
 En 1846 fue llevado por su padre al sur de la provincia
de Buenos Aires, donde se familiarizó con las faenas rurales y las
costumbres del gaucho. Una enfermedad pulmonar de la
adolescencia le obligó a vivir en las pampas, donde entró en
contacto con el estilo de vida de los gauchos.

 Militar
 A los diecinueve años, ingresó en las filas del ejército y participo en
la represión del levantamiento del coronel Hilario Lagos contra el
gobierno de Valentín Alsina, estando bajo las órdenes de Pedro
Rosas y Belgrano.

Poeta, periodista, contador, taquígrafo, soldado, comerciante,


estanciero y político. Autodidacta que gracias a sus numerosas
lecturas definió sus ideas políticas.

En marzo de 1857, poco después de fallecer su padre, se instaló


en la ciudad de Paraná.


De 1852 a 1872, defendió que las provincias no debían
permanecer ligadas a las autoridades centrales, establecidas en
Buenos Aires. José Hernández tomó parte en la última rebelión
gaucha, la de López Jordán, que finalizó en 1871 con la derrota de
los gauchos y su exilio.
 Periodista
 En 1863, fundó el periódico El Argentino; el 12 de noviembre de
ese mismo año tuvo que cubrir el asesinato del general Ángel
Vicente Peñaloza. En 1874, creó el periódico Revista del Río de
la Plata, en el que defendió posturas federalistas.

Político
Fue diputado provincial y en 1880, y más tarde senador, siendo
presidente de la Cámara de Diputados, defendió el proyecto de
federalización, por el cual Buenos Aires pasó a ser la capital del país.
En 1881 resultó nuevamente elegido senador provincial, cargo para el
cual fue reelecto hasta 1885.

Poeta
En sus inicios literarios intentó la poesía culta, sin embargo, fue a través
de la poesía gauchesca donde encontraría el éxito. Títulos comoRasgos
biográficos del general Ángel Peñaloza (1863), en donde narra la vida
y asesinato de este famoso caudillo, llamada Vida del Chacho a partir
de su segunda edición. Otras obras importantes fueron Los treinta y
tres orientales (1867) e Instrucción del estanciero (1881).

Matrimonio e hijos
El 8 de junio de 1859, contrajo matrimonio en Paraná con Carolina
González del Solar, con la que tuvo ocho hijos: Isabel Carolina, Manuel
Alejandro, María Mercedes, Margarita Teresa, Juan José, María Sofía,
María Teresa y Carolina.
Masón
Tanto él como su hermano Rafael, fueron miembros de la Masonería
Argentina. Además, de algunos familiares maternos como su tío
segundo, el brigadier Juan Martín de Pueyrredón.

Muerte
José Hernández falleció el 21 de octubre de 1886, a causa de un ataque
cardíaco, en su quinta de Belgrano, en Buenos Aires. Las últimas
palabras que dijo fueron: "Buenos Aires... Buenos Aires...".

Fue sepultado en el Cementerio de la Recoleta de la ciudad de Buenos


Aires.

Obras
1863 — Vida del Chacho
1867 — Los treinta y tres orientales
1872 — El Gaucho Martín Fierro
1879 — La vuelta de Martín Fierro
1881 — Instrucción del Estanciero

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