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LA PERRICHOLI

13 DE NOVIEMBRE DE 2011 - 13:18 - MAXIMUM

LUIS ALBERTO SANCHEZ nos habla en su libro  titulado "La


Perricholi" sobre la vida tan oscilante y fastuoso que vivió esta
peruana en pleno virreynato, construyendo una historia fruto de una
investigación fructifera que hizo el historiador en mención. [...] En la
tierra de los antiguos Chupachos, después de los "Caballeros de León de
Huanuco"(Peru), en el hermoso valle del río Huallaga de clima primaveral , tierra y
residencia de personajes nobles españoles, como raza la tradición ,
meció su cuna Micaela Villegas Hurtado "La Perricholi" en el pueblo de la
Tomayquichua y Huácar , lugares más cercanos , no habían registros de nacimientos y
estando Maquita bebe apenas de dos meses, sus padres deciden llevarla a Lima . Es
inscrita su partida de bautismo en la iglesia el Sagrario de Lima , después de 62 días el
1° de Diciembre de dicho año, como si hubiese nacido en dicha ciudad . Partida que la
transcribimos en este libro , y es necesario aclarar algunos aspectos, especialmente del
padre del artista. [...]
María Micaela Villegas y Hurtado de Mendoza nació en Lima 28 de
septiembre de 1748 y murió en Lima el 30 de mayo de 1819,
famosa actriz de teatro peruana, conocida como "La Perricholi". Fue una
de las mujeres más célebres del siglo XVIII, antecedente de las grandes
divas del espectáculo.Existe la historia fuertemente arraigada, que nació
en el pueblo de Tomayquichua (Huánuco) donde existe una casa que
afirman fue su residencia. Aunque no haypruebas que apoyen esta
tradición y se ignora cual fue el origen de la misma, muchos autores la
dan por cierta, entre ellos Enrique López Albújar y Ricardo Palma.Sin
embargo, en todos los documentos legales que existen sobre Micaela
Villegas se señala que era natural de la ciudad de Lima y así lo declara
ella misma en su testamento

El apelativo "Perricholi" es atribuído al Virrey Amat, pero existen varias


historias respecto al significado del mismo. Dicen que Amat la llamaba
en la intimidad "peti-xol" que en catalán significa "alhaja" o "joya"; se
dice también que el término "pirri" era usado en aquella época como
diminutivo, por lo que "pirri-choli" o "petit-choli" significaría
cariñosamente "cholita". Sin embargo la historia más conocida es muy
poco romántica: se dice que en una acalorada pelea entre los amantes,
Amat la llamó enfurecido "perra chola" que en su acento catalán
sonaba a "perri choli"; el incidente trascendió fuera del Palacio, y la alta
sociedad limeña que no le tenía mucho aprecio comenzó a llamarla La
Perricholi para humillarla.

Aunque fue muy celebrada por su belleza, no existe ningún retrato de 
ella, solamente descripciones muy entusiastas, como la de José Antonio
Lavalle y otras menos halagadoras como la de Ricardo Palma, pero
todascoinciden en hacerla dueña de una gracia y encanto sin
igual. "Miquita", como la llamaba cariñosamente Amat, gustaba de
exhibirse junto al Virrey y provocar la envidia en la nobleza colonial
limeña. Su carácter impulsivo protagonizó no pocos escándalos: en una
ocasión abofeteó a un actor en medio de una representación teatral ante
las pifias del público. Este hecho hizo que Amat se separara de ella por
espacio de dos años, durante los cuales también se alejó del teatro,
finalmente, se reconciliaron y un mes después volvería a las tablas en la
representación más aplaudida de toda su carrera. Sus caprichos eran tan
impredecibles como sus arranques de generosidad. Uno de los episodios
más conocidos de su vida fue el celebrado paseo que dio en una fastuosa
carroza con enchapes en plata durante la fiesta de la Porciúncula,
situación que tomó ribetes de escándalo, pues este privilegio solo
pertenecía a miembros de la nobleza. De regreso a su palacete se topó 
con el humilde párroco de la Iglesia de San Lázaro quien portaba el
Santo Sacramento y se dirigía a pie a casa de un moribundo.
Avergonzada de su frivolidad, bajó del carruaje y se arrodilló frente al
sacerdote rogándole que lo usara para llegar a su destino; luego regaló la
valiosa carroza a la Parroquia.Por sus virtudes artísticas y morales , "La
Perricholi" consiguió un bien ganado prestigio y puesto en la historia como en el arte .
Su figura principal aparece en el teatro, en el música, la novela, la tradición , como en
el
verso , en la pintura , en la cinematografía como en la televisión; últimamente
historiadores , escritores y artistas de diferentes ramas del arte , nacionales y
extranjeros se han ocupado de ella.
Actualmente los porductores: Michael Gomez y Eduardo Adrianzen han
puesto en escena esta maravillosa vida plagada de intrigas misterios y
abundantes relatos sobre la época virreynal, mostrando parte de nuestra
histórica vida intrinseca y pasada.

2.2 Consolidación de la Leyenda. Luís Alberto Sánchez.


La tradición y caracterización que hizo Palma sobre Villegas, eran datos que tenían que ser
estudiados críticamente haciendo un respectivo trabajo hermenéutico. Palma hablaba se sus
fuentes como “autoridades” cercanas a los hechos ocurridos, pero los biográfos del siglo XIX y
XX tomaron los datos de Palma como verdades sacralizadas. Asi, autores como Enrique López
Albujar, Venturo Garcia Calderon y Moncloa en su Diccionario Teatral del Perú repetían
algunos hechos que Palma consideraba como ciertos, como la afirmación de que Villegas tenían
un origen provinciano. A esto Luis Alberto Sáchez agrega una narración, una dramatismo y una
contextualización, es decir no rompe con la leyenda establecida por Palma, más bien la
consolida. Así, a manera de una biografía novelaría (cuyas fuentes son muy escasas) nos divide
en capítulos la vida de Micaela Villegas iniciando por la relación de sus padres: José Villegas y
Teresa Hurtado[6] (esta última limeña), en esta parte no solo nos presenta los padres de
nuestro personaje, sino como se dan los vínculos y relaciones sociales de la época. Así en
Huanuco, en Tomayquichua nacía en 1748, María Micaela Villegas Hurtado de Mendoza, en la
víspera del día de San Miguel, y en diciembre fue su bautizo en la Iglesia del Sagrario de la
Catedral[7]. La presentación de Luís Alberto Sánchez sobre Micaela Villegas, es mucho más
detallada, y presenta mayores datos sobre su vida, algunos son certeros, otros por su parte
siguen la línea mítica trazada, ya por Ricardo Palma y otros escritores. Así nos dice: “ [...]
Micaela Villegas y Hurtado sería una de las mujeres significativas de la historia colonial
peruana del S. XVIII, poco sabemos de su niñez” [8]. Aunque su niñez muchos la retratan a
manera imaginativa entre juegos y representaciones teatrales.

Para Sánchez 1755 es el año en que Micaela Villegas viviría un momento crucial y significativo
para el reflejo de sus acciones posteriores. En la hacienda de Calí en el valle de Cañete se da la
historia de “Marianita Belzure”[9] y su matrimonio precoz con un conde. Micaela Villegas a su
vez fue una aficionada por el teatro durante su presumida pobreza. Es a partir de este hecho
done transcurre la línea narrativa con  mayor rápidez (hasta incluso nos inserta diálogos entre
los protagonistas). Así, entre 1776 y 1778 se narra sus amores con el virrey Amat, y sus
relaciones laborales con el empresario Mazza. Sánchez nos retrata a Villegas de una manera
más elaborada que sus antecesores, inserta una narración fluida a estilo de una novela, pero en
sí esta narración implica un primer análisis sobre nuestro personaje.  Además de mencionar
sus amoríos con el virrey Amat nos muestra más sucesos de su vida, como el nacimiento de su
hijo Manuel, producto de la relación con el virrey, su nueva relación con Vicente Fermín. Y
algunos sucesos extraordinarios como la “leyenda” de la carroza del Santo Sacramento, la
creación del drama de las “Palanganas”, creado en su honor. Nos habla también de una
sociedad cambiante paralelo al teatro peruano, así la comedia se muestra como una forma de
expresión, y así lo veía Micaela Villegas para lucir sus encantos como gran admiradora y actriz
de las tablas. Esto último se explica debido a que la comedia y el teatro no solo eran
pasatiempos cotidianos, era la expresión de la aristocracia limeña en cuanto a su manifestación
de lo público, como espacio socializador en la ciudad, como otros tantos famosos centros de
acopio como “la feria pública”, “la corrida de toros”, “El coliseo de gallos” y otros lugares de
desenvolvimiento social como los célebres “Avenida de los descalzos” y “El paseo de las aguas”,
todo ello sería la materialización de las costumbres de una época colonial y donde las relaciones
de la aristocracia se desenvolvía.
Luis Alberto Sánchez Sánchez fue un abogado, historiador, escritor,
crítico literario, periodista y político peruano, durante su vida fue uno
de los líderes más destacados del Partido Aprista Peruano, llego a
convertirse en Senador, Presidente del Senado, Primer Ministro y
Vicepresidente de la Republica.

Luis Alberto Sánchez Sánchez fue reconocido en su país gracias a


sus obras, además, cumplió un papel destacado en el área del
periodismo y participó de forma activa en el desarrollo político de su país.
Como escritor se convirtió en el autor de una gran cantidad de obras de
todos los géneros, escribió libros de biografía y política, así como
ensayos, novelas y poesías.

Este reconocido escritor fue uno de los primeros escritores que lograron
abarcar por completo y de forma orgánica en sus textos, todos los
aspectos de la historia de la literatura peruana. Luis Alberto Sánchez fue
en tres ocasiones el Rector de la Decana de América, gracias a este
cargo organizó la imprenta de San Marcos, fundó la Escuela de
Periodismo y otras obras que beneficiaron no sólo a los alumnos, sino
también a los docentes.

En este artículo te hablaremos de una forma más detallada de Luis


Alberto Sánchez Sánchez, biografía y obras para que conozcas con
mayor profundidad algunos aspectos de su vida, así como sus logros
y premios.

Indice de contenido

Biografía de Luis Alberto Sánchez Sánchez


Luis Alberto Sánchez Sánchez nació el 12 de octubre del año 1900, en la
ciudad de Lima, Perú, su padre fue Alberto Sánchez Blanco y su madre
Carmen Sánchez Patiño; realizó sus primeros estudios en el Colegio
Sagrados Corazones Recoleta, durante esta época realizó su primer
cuento, cuando solo contaba con la edad de nueve años, el cual se llamó
«Los Ladrones audaces».

En el año 1916, cuando aún se encontraba en su plena juventud, publicó


algunos escritos en las revistas de literatura Ariel y Luz, de gran
trayectoria en el país. Ingresó en la Universidad Nacional Mayor de San
Marcos un año después, donde logró obtener una especialización en
Letras; en la misma universidad estudio abogacía y obtuvo doctorados en
Filosofía, Letras e Historia, su formación no sólo fue variada sino también
completa.

En el año 1912 inició su labor docente como profesor de un colegio


alemán llamado Colegio Alexander Von Humboldt, en el que fue
docente por diez años, fue en el año 1927 que se dedicó a ejercer el
periodismo y la abogacía, llegando a presidir la Asociación Nacional de
Periodistas. En el año 1931 ingreso en la política formando parte del
Partido Aprista Peruano de postura socialista y centroizquierdista.

Durante el año 1931 fue apresado junto a sus compañeros debido al


pensamiento socialista de su partido, posteriormente paso a formar
parte de uno de los casos de exilios de su época, pero retorno a su
país en el año 1933. En 1966 fue elegido Presidente del Senado, por
último fue elegido como primer Vicepresidente de la Republica en el año
1985 y presidió el consejo de ministros tres años después.

Luis Alberto Sánchez Sánchez falleció en Perú, en el año 1994, es decir,


a la edad de 94 años.

 
 

Obras de Luis Alberto Sánchez Sánchez

Entre los grandes aportes del escritor Luis Alberto Sánchez se


encuentran los estudios que realizó en torno a grandes figuras de la
literatura peruana, como Pedro de Peralta, el inca Garcilaso de la Vega,
Manuel Asencio Segura y José Santos Chocano, a continuación te
mencionaremos una lista de obras de su autoría:

 Los Poetas de la Revolución (1919).


 Elogio de Manuel González Prada (1922).
 Sobre las Huellas del Libertador (1925), fueron crónicas escritas
en el transcurso de una romería por los países de Bolívar.
 Don Ricardo Palma y Lima (1927).
 Góngora en América (1927), esta obra fue impresa en Lima,
pero reeditada en Quito, Ecuador.
 Literatura Peruana (1928), obra enfocada en la historia espiritual
del Perú.
 Se han Sublevado los Indios (1928), esta obra se trató de una
novela peruana.
 Don Manuel (1930), obra en la que hacía referencia a la vida de
Manuel Asencio Segura.
 Don Manuel, vida de Manuel González Prada, un precurseur
sudamericain (1931).
 Carta a una Indoamericana, Cuestiones Elementales del
Aprismo (1932), esta obra fue una carta dirigida a la escritora de
origen peruano Rosa Arciniega.
 El Pueblo en la Revolución Americana (1942).
 Historia General de América (1942).
 ¿Existe América Latina? (1945).
 Introducción Crítica a la Literatura Peruana (1972).
 Cuaderno de Bitácora (1974), obra basada en una selección de
artículos periodísticos recopilados por Willy Pinto.
 La vida del siglo (1988), obra que se trató de una compilación y
prólogo de Hugo García Salvatecci.
 El Coronel Relato (1989).
 Sobre la Herencia de Haya de la Torre (1994).
 A Bolívar (1968), obra considerada un libro póstumo.
La historia detrás de La Perricholi, por
Kathy Subirana
A 200 años de la muerte de Micaela Villegas es justo rescatar la historia de
una mujer que fue más —mucho más— que la amante del virrey Amat.

¿Por qué conocemos más a la Perricholi que a Micaela Villegas? Son la


misma persona, por supuesto, pero examinando la historia, a veces
parece que habláramos de dos mujeres distintas. Ya lo dijo el destacado
historiador Raúl Porras Barrenechea: “Los biógrafos de Micaela
Villegas, criollos y extranjeros, se han ocupado más de la novela o de la
leyenda de la Perricholi que de su auténtica historia. La leyenda amada
por el pueblo es más fuerte y duradera que la historia, pero esta se recoge
obstinada y silenciosa en los papeles viejos, esperando la hora lejana del
desquite y de las rectificaciones documentales”.
Esta leyenda que vive en nuestra peruanísima memoria se ha construido
gracias a las peculiaridades del carácter de María Micaela Villegas
(Lima, 1748 - 1819). Peculiaridades que fueron inmortalizadas —
apelando, por supuesto, a la ficción— primero por don Ricardo Palma en
una de sus tradiciones más famosas, Genialidades de la Perricholi, y,
sobre la base de ella, luego por Michel Gómez en dos producciones
audiovisuales. La primera, en 1992, protagonizada por Mónica Sánchez y
Alfonso Santistevan; la segunda, en 2011, con Melania Urbina y Alberto
Ísola. Estas y otras ficciones que se ocuparon de la Perricholi durante el
siglo XIX y XX procuraron resaltar a una mujer grácil, de carácter
seductor, caprichoso y lisonjero, reconocida —antes que como una actriz
que dio que hablar en el teatro del siglo XVIII— por ser la amante del
virrey Manuel de Amat y Junyent. Pero, si exploramos un poco en la
segunda mitad del siglo XX y este aún novísimo siglo XXI, podemos
encontrar herramientas para conocer a Micaela Villegas más allá de los
clichés que alimentaron el siempre atemporal espíritu de cotilleo de la
sociedad limeña.

Micaela
Villegas, La Perricholi, interpretado por Melania Urbina.
***
Lo primero que podemos enmendar de la historia que hizo famosa Palma
es que Micaela Villegas no nació en Huánuco, sino en Lima. Así lo anota
Luis Alberto Sánchez en su libro La Perricholi (1936). Aunque confunde
su fecha de nacimiento —coloca 1739—, Sánchez nos sitúa en el sitio
exacto en el que nació la niña de José Villegas y Arancibia y María
Teresa Hurtado de Mendoza y de la Cueva. “Rayaba el alba cuando José
Villegas oyó el primer vagido de su carne hecha carne. Estremecía las
viejas paredes del caserón el isócrono don-don de las campanas, en la
vecina torre de San Lázaro. Todas ellas eran como voces hogareñas.
Primero, echose a volar la ‘María Angola’ en la Catedral. A su tañido
grave respondió, luego, la estridente voz de la del Sagrario. Y al punto
despertaban los esquilones de San Pedro, y más acá devolvían el son, eco
multiplicado, las campanas de San Francisco, y a estas replicaba la voz
añorante de los bronces de Nuestra Señora de los Desamparados”.

El historiador Luis Rodríguez Toledo escribe en el artículo “Las


alegorías femeninas durante la Independencia peruana”, publicado en la
Hispanic American Historical Review, que la familia vivía en un solar
grande en la calle Puno, y que el terremoto de 1746 los obligó a
endeudarse para reconstruir su casa. Todo parece indicar que, debido a
esto, Micaela no tuvo una infancia muy afortunada, pues los primeros
años de su vida transcurrieron en esa casa y en medio de los esfuerzos de
su padre por reconstruirla y mantener a la familia. “Así, Miquita parece
tener una condición humilde, pero está posicionada lo suficiente como
para acceder a las artes escénicas donde inicia su vida social”, apunta.

La historiadora Ilana Lucía Aragón en el artículo “El teatro, los negocios,


los amores: Micaela Villegas, la Perricholi”, incluido en el libro El virrey
Amat y su tiempo (2004), anota que Micaela era la mayor de cuatro
hermanos y tenía diez años cuando su familia salió de la casa que les
servía de morada. Su padre se había declarado en insolvencia. “Sin duda,
fue la gravedad de esta situación la que la empujó a trabajar desde
temprana edad en el oficio de cómica, para lo cual, quizá, ya había
descubierto algunas cualidades”, añade Aragón.
Alonso Cueto acaba de publicar una novela en la que La Perricholi es el personaje
principal.
***
“Acababa Amat de encargarse del gobierno del Perú cuando en 1762
conoció en el teatro a la Villegas, que era la actriz mimada y que se
hallaba en el apogeo de su juventud y belleza. Era Miquita un fresco
pimpollo, y el sexagenario virrey, que por sus canas se creía ya
asegurado de incendios amorosos, cayó de hinojos ante las plantas de la
huanuqueña”, dice don Ricardo Palma en su ya mencionada tradición. Y,
aunque es reconocible la musicalidad de su relato, esto es falso. El
militar Manuel de Amat y Junyet (Barcelona, 1704 - 1782) llegó a Lima
a hacer las veces de virrey el 12 de octubre de 1761; en ese entonces el
espacio conocido como el corral de comedias llevaba algunos años
clausurado y Micaela Villegas tenía solo 13 años. Sin embargo, el corral
reabrió sus puertas a poco de la llegada de Amat a Lima, y el virrey fue
asiduo concurrente a las veladas que allí se montaban. Dice Ilana Aragón
en el texto ya citado que sí fue en una de esas veladas, pero en 1767,
cuando conoció a Micaela.

A decir de Aragón, para ese entonces ella ya había conseguido un


espacio en esas funciones desempeñando algún papel secundario bajo las
órdenes del reconocido maestro de música Bartolomé Massa. “Tras
algunos años de haber trabajado como cómica, desarrolló grandes
habilidades para el teatro y el canto, así como una gracia singular capaz
de concitar la mirada del representante del rey”, apunta.

En La Perricholi, mito nacional peruano, tesis para obtener el doctorado


en Filosofía en la Universidad de California, Luz Angélica Campana de
Watts recuerda que el virrey Amat tuvo la misión, por orden de Carlos
III, de expulsar a la orden jesuita del Perú en setiembre de 1767. “La
reacción, no solo de los jesuitas, sino también de los sectores sociales de
la vida peruana fue de más o menos pública pero muy violenta
oposición”, dice. Es claro que todos estaban contra él y que sus actos
eran sometidos al escrutinio público. “La Perricholi fue un elemento de
discusión y acusación contra el virrey. En su relación fue que sus
opositores encontraron el elemento más eficaz para ponerlo en ridículo”,
añade.
Claro que fue elemento de discusión. En una Lima en la que mujeres que
hacían tintinear sus joyas para llamar la atención en la calle —como bien
cuenta Alonso Cueto en su reciente novela, La Perricholi —, el oficio de
cómica era catalogado entonces como una actividad de baja reputación.
A pesar de este estigma, Micaela Villegas, dueña de un carácter
dominante y de una personalidad histriónica —dice Ilana Aragón—, no
procuró de ninguna forma mantener su relación con el virrey en el
anonimato de un anfiteatro o en algún rinconcito íntimo.

Esto dio pie a la circulación de libelos, escritos difamatorios que


ventilaban supuestos excesos de la relación del virrey y la cómica,
condenada por la más orgullosa élite limeña. Sin embargo, como señala
Gisela Pagès en su tesis Mujeres entre dos mundos, escrita para obtener
el doctorado en Historia por la Universidad de Barcelona, “algunos
episodios de su historia de amor con el virrey Amat, que no pueden ser
comprobados con fuentes históricas, han sido interpretados a la luz de las
reivindicaciones criollistas considerando que la actriz, de ascendencia
criolla, acaba imponiendo sus deseos y ejerce un dominio sobre el virrey
español”.

Se dice y se cree y se quiere creer que Manuel de Amat y Junyent hizo y


deshizo obras, compró propiedades y hasta emitió decretos en favor de su
amada Perricholi; pero en esta historia hay tanto de verdad —él le regaló
una lujosa carroza que ella ostentaba cada vez que podía—, como de
mentira —la alameda de los Descalzos, por ejemplo, no fue construida en
honor de estos amores, pues su origen data de 1611—, como de auténtica
duda —¿el paseo de Aguas del Rímac se construyó para impresionar a
Micaela Villegas?—, cosa que ayuda a mantener el misterio alrededor de
esta relación.

***
Manuel de Amat y Junyet dejó el país el 4 de noviembre de 1776. Atrás
dejó una larga gestión como virrey y una también larga relación con
Micaela Villegas. “Cuando se despidieron, él tenía 75 años y ella
acababa de cumplir 28. Él no mencionó ni una sola palabra sobre la
actriz en las graves páginas de su memoria y ella guardó la misma
discreción en su testamento. No quedó rastro de alguna correspondencia
epistolar entre ambos”, anota Aragón en su texto. De lo que sí quedó
registro es que fruto de dicha relación nació un niño: Manuel Amat y
Villegas, quien tenía seis años cuando su padre se fue del Perú.

Pero la partida de su amado no detuvo la vida de Micaela Villegas,


quien, ya sabemos, era mucho más que la amante del virrey. “Durante los
meses de espera para la salida definitiva de don Manuel de Amat, en el
año de 1776, Micaela dio a luz a una niña y, vaya sorpresa, esta no era
hija del maduro catalán, sino del aún joven navarro Martín de
Armendariz”, cuenta Ilana Aragón. A esto le sumamos —como anota
Alonso Cueto —, que el 22 de julio de 1777 Micaela ya era regente del
Coliseo de Comedias.

Nuestra heroína había vivido muchos años en una modesta morada


ubicada en la calle del Huevo, en el barrio de San Marcelo —vale la pena
aclarar que no se ha podido demostrar que esta fuera un regalo del virrey
—, y no es hasta 1781, cuando, ya convertida en próspera empresaria
teatral, ella adquiere la casa-molino de la alameda, hermosa finca con
huerta, jardines y surtidores de agua.

Micaela Villegas se hizo de esta vivienda a mucho menos precio de la


que valía, aprovechando que al momento de su compra tenía grandes
daños producto de una inundación. Con gran intuición comercial, la
nueva propietaria logró reparar el molino y ponerlo en marcha. Lo
arrendó después a 1.200 pesos anuales. Para 1795, año en el que se casó
con Vicente Fermín de Echarri, Micaela Villegas figuraba como una
destacada propietaria de uno de los molinos más productivos de la
ciudad.

A su muerte, el 16 de mayo de 1819, sus bienes fueron tasados en más de


72.000 pesos. Una verdadera fortuna. No fue hija de padres adinerados,
ni heredó fortuna alguna de sus amores, pero sí fue, a fuerza de voluntad
y audacia, una de las mujeres más poderosas de la ciudad. Dicho esto,
piénselo dos veces antes de decirle, despectivamente, Perricholi.
INDICE
ÍNDICE
Dedicatoria
Amparo
PRELUDIO
El casamiento de José Villegas
Miquita
Primer Interludio: EL niño Pablo
GLORIFICACIÓN DE LA MESTIZA
La Ciudad de los Virreyes
El Teatro
Amat
Segundo Interludio: “Quién se casa con viejo”
ARISTOCRACIA VIRREYNAL
La Perricholi
La Carroza del Santo Sacramento
EL «Drama de los Palanganas»
Interludio Tercero: Echari
ET IN PULVEREM REVERTERIS
Crepúsculo
Silvia
Acta est fabula
FUENTES BIBLIOGRÁFICAS

LA PERRICHOLI

Libro completo de Luis Alberto Sánchez (Click aquí para ver texto), quien hoy, 6 de
febrero de 2013, cumple 19 años de su partida a la eternidad.

Debo confesar que este texto lo encontré en una feria de libros en Buenos Aires en
2009,-al mismo estilo de los libreros de Jr. Amazonas, pero 5 veces más grande-.

Considero que no hay forma de presentar a Luis Alberto Sánchez,  al menos no


siento que pueda dar la talla, sin embargo me considero un humilde custodio de ese
generoso e inmenso legado literario.  En este caso la biografía novelada La
Perricholi fue publicado por vez primera (1936) en Santiago de Chile por Editorial
Ercilla y luego cinco veces en editoriales nacionales y una sexta edición corregida, e
incluso pirateada en Buenos Aires. a La Perricholi de LAS le asisten datos de los
principales historiadores del tema y aficionados, de tal forma que no se le escapa
ningún aderezo a la tan mentada vida de una limeña que marcó el siglo XVIII. Aquí
voy a modo de comentario:

La Perricholi, una limeña de moda


Alrededor de 250 años después …
Por Hernán Hurtado

Advertencia: No se discutirá el lugar de nacimiento de Micaela, si fue o no


huanuqueña esto lastimaría el orden cronológico de algunas cosas, como su
fidedigno bautizo o la mayor cuenta que se tienen de fechas relacionadas a su edad.
Palma, asegura Lohmann Villena, confundió a Micaela con una Margarita Villegas. De
tal suerte que es preferible y mucho más creíble que su nacimiento se celebrara en
Lima.

A grandes rasgos este interés es motivado por dos fundamentales


textos: Generalidad de La Perricholi en Tradiciones Peruanas de Ricardo Palma y La
Perricholi de Luis Alberto Sánchez. Se le asocia, -sea por capricho, habilidad o alta
capacidad de convencimiento-, varias reliquias arquitectónicas del Virrey De Amat y
Junyent, muchas han sobrevivido al capricho del tiempo. Incluso se han montado
guiones llevados al teatro y a la pantalla chica[1] a partir de dichos textos. Total, La
Perricholi es un personaje que nunca dejará de dar que hablar.

María Michaela Villegas y Hurtado de Mendoza (28 de setiembre de 1948 – 30 de


mayo de 1819) fue nombre de pila, pero era tratada como Micaela, Mica o Miquita.
Mestiza, desde niña, guapetona, curiosa y muy hábil para valerse de entender a su
entorno.  Amat, en uno de sus arranques de histeria, le bautizó como Perricholi. Lima,
como hasta hoy sucede, a punta de radio bemba inmortalizó el indicativo.

En Lima ya no hay carrozas, ni calles adoquinadas, mucho menos murallas, pero se


mantienen monumentos agrietados y envejecidos, no por ello restan de
majestuosidad, que dibujan parte del paisaje cultural de Lima. Monumentos como la
Plaza de toros de Acho, la elegante, pero algo mal conservada, Alameda de los
Descalzos

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