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1 Corintios 4 trata de sacudir el corazón de los creyentes de la emproblemada iglesia recurriendo incluso

a la ironía, todo con el propósito de persuadirlos al arrepentimiento. Acompáñame a estudiarlo…

1) El concepto ideal de los ministros: el texto pareciera iniciar enriqueciendo el contraste entre los
líderes eclesiásticos de Corinto que se creían sabios y Pablo y sus colaboradores: “Por tanto, que los
hombres nos consideren como servidores de Cristo y administradores de los misterios de Dios” (v.
1). Se utilizan dos palabras para describir a los apóstoles, es decir, “enviados” a predicar el
evangelio: hupērétēs, “servidor”, “asistente”, “ministro”, la cual surgió para nombrar a los remeros
de las galeras de guerra y llegó a designar a cualquier subordinado que se ocupaba de un trabajo
pesado; y oikonómos, “administrador”, “mayordomo”, la cual denomina a un esclavo a quien se le
confiaba el cuidado y el manejo de la casa y las propiedades de su amo. Ambos términos enfatizan el
servicio. Luego, el apóstol dice que “deben ser hallados fieles” (v. 2) y que no le preocupa en lo más
mínimo ser juzgado por los hombres, porque a quien han de rendirle cuentas es al Rey de reyes. ¿No
deberíamos todos hacer nuestras estas palabras?

2) Reconocimiento a Dios: los versos 6 y 7 son una transición para establecer un punto de equilibrio,
aquí Pablo explica que ha puesto de ejemplo a Apolos y a él mismo por amor. Pero que nadie puede
jactarse por los dones y ministerios que han recibido, por gracia, de parte de Dios. Tal pensamiento
se ve completado con la última oración del verso 7: “Y si lo recibiste, ¿por qué te glorías como si no
lo hubieras recibido?”. ¿Hay algo que no hayamos recibido de Dios?

3) La ironía entre reyes y esclavos: en los versos 8 al 13, el apóstol Pablo, dibuja un cuadro cargado de
ironía, donde los orgullosos líderes que pretenden dividir a la iglesia porque se creen muy sabios son
reyes muy ricos que no tienen necesidad de nada. Por otro lado, los apóstoles, es decir, Pablo y sus
colaboradores, aparecen como aquellos esclavos condenados a muerte que son arrastrados al circo
romano para ser un sangriento espectáculo. El contraste se agudiza a partir del verso 10: “Nosotros
somos insensatos por causa de Cristo, y vosotros sois prudentes en Cristo; nosotros débiles, y
vosotros fuertes; vosotros sois honorables, y nosotros despreciados…”. ¿Comprendes lo que está
sucediendo? Los creyentes de Corinto se sienten tan satisfechos con su propio conocimiento que
sienten que ya no necesitan nada más y así, tácitamente, estaban menospreciando los consejos de
Pablo y sus colaboradores. En otras palabras, suavemente, Pablo está haciendo una reprensión
fuertísima, comparable a que Juan hace a la iglesia de Laodicea en Apocalipsis 3:15-19. Y, déjame
decirte que cualquier parecido con nuestra realidad no es coincidencia, es el Espíritu hablándonos.

4) El amor paternal de Pablo: en el verso 14, cambia de tono para hablarles directo al corazón: “No
escribo esto para avergonzaros, sino para amonestaros como a hijos míos amados”. Para reforzar
esa relación paternal, agrega en el 15: “Aunque tengáis diez mil maestros en Cristo, no tendréis
muchos padres, pues en Cristo Jesús yo os engendré por medio del evangelio”, para hacer un
llamado inusual en el 16: “Por tanto, os ruego que me imitéis”. ¿Logras percibir la delicadeza de un
cirujano que utiliza Pablo al curar la herida con la anestesia del amor? Por eso les escribe la carta,
por eso la envía con su hijo espiritual Timoteo (v. 17). No obstante, como buen padre espiritual,
Pablo habla con firmeza a quienes suponen que no volverá a Corinto. De manera que el capítulo nos
deja cargados de suspenso, esperando el siguiente, con la pregunta: “¿Qué preferís, que vaya a
vosotros con palo o con amor y espíritu de mansedumbre?” (v. 21 BJ). Estirando un poco el texto,
apliquémoslo a la segunda venida de Cristo, ¿Quieres recibirlo como Juez o como Redentor?
#RPSP
1 Corintios 4
Pr. Selvin Sosa
fb.com/selvinsosa77

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