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1 Corintios 9 parte del llamado anterior a renunciar a ciertas libertades por amor a los débiles

para presentar una defensa del apostolado de Pablo a través de varias renuncias que había
hecho por amor al evangelio. Estudiémoslas y el desafío que representan para nosotros…

1) Renunció al matrimonio: después de demostrar la autenticidad de su apostolado por


medio de la revelación de Jesucristo camino a Damasco y a los evidentes frutos de su
trabajo en Corinto y otros lugares (v. 1-2), Pablo presenta una defensa de su apostolado a
través de sus renuncias a partir del verso 3. Iniciemos con el verso 5: “¿No tenemos
derecho a llevar con nosotros una hermana por esposa, como hacen también los otros
apóstoles, los hermanos del Señor y Cefas?”. El apóstol ya ha explicado sus razones para
renunciar a la bendición de una familia en el capítulo 7, pero cabe resaltar, aquí que nunca
fue el propósito de Dios imponer el celibato ni a los apóstoles ni a ninguno de sus siervos.

2) Renunció a ser sostenido por la iglesia: los versos 4 al 18 hablan de otra renuncia
voluntaria que hizo Pablo por amor a la predicación del evangelio entre los gentiles.
Citando la ley de Moisés, concluye categóricamente en el verso 14: “Así también ordenó el
Señor a los que anuncian el evangelio, que vivan del evangelio”; adjudicando los diezmos y
ofrendas que eran para sostener el santuario, sacerdotes y levitas, ahora en el nuevo
pacto, para sostener a los ministros de la iglesia de Cristo. No obstante, agrega en los
versos 15 y 16: “Pero yo de nada de esto me he aprovechado, ni tampoco he escrito esto
para que se haga así conmigo, porque prefiero morir, antes que nadie me prive de esta mi
gloria. Si anuncio el evangelio, no tengo por qué gloriarme, porque me es impuesta
necesidad; y ¡ay de mí si no anunciara el evangelio!”. Es decir, todo pastor es digno de
recibir un salario, pero bajo las circunstancias especiales de Corinto, Pablo vio la necesidad
de renunciar a ese derecho, aunque otras veces recibió soporte económico de sus iglesias.

3) Renunció a su libertad: en el verso 19 inicia otra sección diciendo: “Por lo cual, siendo libre
de todos, me he hecho siervo de todos para ganar al mayor número”; la cual termina con
los versos 22 y 23: “Me he hecho débil a los débiles, para ganar a los débiles; a todos me
he hecho de todo, para que de todos modos salve a algunos. Y esto hago por causa del
evangelio, para hacerme copartícipe de él”. Esto conecta con el capítulo anterior, siendo
Pablo el hombre con la mayor comprensión del nuevo pacto en Cristo, siempre estuvo
dispuesto a renunciar a la libertad que le confería tan gran conocimiento con el propósito
de contextualizar el evangelio entre las distintas culturas que pretendía ganar para Cristo.

4) El desafío para nosotros: para finalizar el capítulo, el apóstol recurre metafóricamente a las
competencias atléticas que se celebraban en Corinto para desafiar a sus feligreses y a
nosotros: 1) “¿No sabéis que los que corren en el estadio, todos a la verdad corren, pero
uno solo se lleva el premio? Corred de tal manera que lo obtengáis” (v. 24). En otras
palabras, así como el atleta lo da todo en la pista por conquistar la meta en primer lugar,
así el cristiano debe esforzarse por dar lo mejor para Jesús y su causa. 2) “Todo aquel que
lucha, de todo se abstiene; ellos, a la verdad, para recibir una corona corruptible, pero
nosotros, una incorruptible” (v. 25). Lo que significa que: así como el boxeador debe
renunciar a muchas comidas, bebidas y fiestas para estar en forma para obtener la victoria
sobre el cuadrilátero; así el Cristiano debe seguir El ejemplo de Jesús y de Pablo Al
renunciar a muchas cosas, algunas no necesariamente malas, por amor a se Señor y al
prójimo. ¿Estamos decididos a hacer atletas y luchadores victoriosos en Cristo?

#RPSP
1 Corintios 9
Pr. Selvin Sosa
fb.com/selvinsosa77

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