0 calificaciones0% encontró este documento útil (0 votos)
6 vistas4 páginas
El documento describe las dificultades que enfrentaron tanto profesores como estudiantes durante las clases virtuales de la pandemia, incluyendo la falta de atención de los estudiantes, la frustración de los profesores con la tecnología, y la imposición de ideologías por parte de algunos maestros. También discute la importancia de que los profesores estén abiertos a aprender de los estudiantes y tratarlos con respeto.
El documento describe las dificultades que enfrentaron tanto profesores como estudiantes durante las clases virtuales de la pandemia, incluyendo la falta de atención de los estudiantes, la frustración de los profesores con la tecnología, y la imposición de ideologías por parte de algunos maestros. También discute la importancia de que los profesores estén abiertos a aprender de los estudiantes y tratarlos con respeto.
El documento describe las dificultades que enfrentaron tanto profesores como estudiantes durante las clases virtuales de la pandemia, incluyendo la falta de atención de los estudiantes, la frustración de los profesores con la tecnología, y la imposición de ideologías por parte de algunos maestros. También discute la importancia de que los profesores estén abiertos a aprender de los estudiantes y tratarlos con respeto.
Algo que encuentro interesante y que muchas veces se repite es la forma en
que los maestros siempre, o al menos en la gran mayoría de veces, escuchan
a sus alumnos con atención, mientras que son pocos los alumnos que si prestan atención a lo que un maestro les dice, y muchos los que ni siquiera escuchan lo que el maestro habla. Para mí (Diego), una persona que sufre de déficit de atención, es muy importante concentrarme lo más posible en lo que estoy estudiando o escuchando porque me puedo distraer con la más mínima cosa. Debido a esto durante la pandemia, cuando tuve clase virtuales, se me hacía muy difícil estar escuchando a los profesores, y el problema venia cuando la clase era de una materia que no me gustaba, cuando eso pasaba muchas veces me terminaba perdiendo a la mitad y luego no entendía por lo que me frustraba. A su vez, algunos de mis profesores no estaban muy entusiasmado con eso de la virtualidad, y esto sumado a que muchas veces había problemas con la conexión las clases terminaban siendo un desastre. Algunos de mis profesores parecían sentirse desanimados por ese cambio tan brusco en la forma de enseñanza por lo que varias veces se les notaba desanimados o sin interés de dar la clase, por lo que para alguien como yo eso era totalmente devastador. Podía pasar que los profesores mandar cientos de tareas para luego no corregirlas o directamente ni siquiera mandar tareas, algunos optaban por dar las clases, pero solo para mandarnos a leer cosas y no enseñarnos en sí. Me pasó que en el primer año de la pandemia cuando yo estaba en quinto del liceo, un profesor envió una tarea la cual terminó corrigiendo meses después de. Muchas veces mientras estaba en clases las cuales se volvían pesadas, no por el hecho de que tuvieran mucha información, sino por la forma en que el profesor las daba y como parecía no interesarle el tema, se me hacía imposible no desviar mi mirada a la barra de herramientas y buscar el reproductor de música para escuchar música o abrir el buscador y ponerme a leer cosas por mi cuenta. Muchos de mis compañeros terminaban yéndose de la clase al ver la poca energía que le ponían los profes, aunque muchos intentaban ayudarlos de todas las formas posibles como darle ideas de que tipos de trabajos hacer y cosas así. Algo que me pasó también en el tiempo durante el cual tuvimos clases virtuales en 2020, el primer año de la pandemia, es que algunos alumnos se burlaban de los profesores por no saber usar la tecnología, algo que a otros compañeros y a mí nos parecía muy mal debido a que teníamos que comprender que estos profesores venían desde hacía décadas, desde que empezaron a dar clases hasta ese momento, dando clase en la forma presencial tradicional, por lo que capaz se veían abrumados por tener que usar ese tipo de tecnología. Freire menciona en su libro sobre los maestros que no pueden imponer la autoridad necesaria, y creo que ese es tema que es muy importante, porque sin autoridad no hay orden, y más aún cuando estamos hablando de una clase de una escuela, liceo, etc. Esto fue puesto a prueba durante la pandemia, algunos de estos ejemplos ya los di unos párrafos atrás. Otra cosa que también es importante y en algunos casos lo más importante, es la relación de ese profesor o institución con los alumnos y sus familias, porque sin una relación buena, la educación no se puede dar de buena forma, sin una buena comunicación entre estos no se puede llegar a ningún lado. Muchas veces podía pasar que alumnos entraran a clase pero no participaran o directamente no entraran a las clases y a los profesores no les importaba, un compañero que tuve nunca entro a las clases virtuales y cuando volvimos a presenciales, le pregunte porque no había entrado a las clases virtuales y me dijo que algunas veces fue porque no podía por problemas de conexión y otra simplemente porque no quería, y en todo ese tiempo la institución ni el profesor lo llamaron a él o a sus padres para preguntarles la razón, algo que nos pareció extraño a mi compañero y a mí. Algo que me pareció muy importante sobre lo cual opinar es sobre algo que Freire menciona en su libro “Cartas a quien pretende enseñar”, en una parte habla sobre como algunos profesores dan su visión ideológica y como algunas veces la imponen en lo que enseñan, y como esto afecta a los alumnos y su forma de aprender. Obviamente esto está completamente mal, los maestros y profesores siempre tienen que buscar la forma de ser lo más imparciales posible, y dejar que el alumno produzca a lo largo de su formación educativa su propia visión del mundo y su ideología, algo que es fundamental para el correcto aprendizaje de una persona. Me tocó tener a varios profesores que siempre imponían sus visiones ideológicas sobre lo que enseñaban y buscaban que los alumnos pensaran lo mismo que ellos distorsionando hechos, algo que para alguien a quien le interesa la historia como yo, le parecía totalmente mal, pero por miedo a no poder pasar de clase por estar en contra del profesor/a me quedaba callado y les hablaba a mis compañeros en privado y les explicaba porque no podían aceptar eso y les decía que sus pensamientos debían basarse en sus propias opiniones y no en las de otros.
Durante todos los años que he estado en el mundo de la educación, desde la
escuela hasta hoy en la educación terciaria, he visto muchas situaciones en las que alumnos han puesto a prueba a profesores con variedad de formas desde preguntas a acciones, las cuales algunas veces han sido de buena manera y otras con maldad, en esos casos profesor puede ser puesto al límite, por lo que siempre tiene que estar preparado para lo que puede pasar. Freire menciona algo relacionado a esto en su libro también, “Uno de los engaños generados en el seno de su exorbitante autoestima que la hace poco humilde, sería el de sentirse herida por la conducta de los educandos, por no admitir que nadie pueda dudar de ella. Humildemente, al contrario, es bueno admitir que todos somos seres humanos y por eso inacabados. No somos perfectos ni infalibles”. Esto fue demostrado en gran manera en la pandemia, donde muchos profesores se vieron indefensos ante el tener que usar formas de enseñanza que nunca habían usado. Tenemos que tener en cuenta que muchas veces lo que un profesor aprendió en el tiempo en que paso por la formación, tal vez hoy ya está muy cambiado o está totalmente erróneo, un ejemplo son los profesores de historia, constantemente tienen que estar renovando sus ideas, según la información que va surgiendo. Cuando estaba en sexto del liceo me paso en una ocasión de que un profesor pensaba, no sé si porque lo leyó hace mucho tiempo o no lo hizo en una fuente confiable, que las notas de Albert Einstein en matemática durante su tiempo como estudiante fueron muy malas porque casi todas eran unos, algo que se sabe que es incorrecto, porque en Alemania en esa época la nota máxima era uno. Esto desconcertó a ese profe cuando se lo dije, “¿Enserio?, siempre pensé que lo sabía estaba bien, no puedo creer” y luego de que le mostré varios artículos, los cuales no recuerdo el nombre ahora, me dijo, “te agradezco por aclarármelo, muchas veces los profesores aprenden de los alumnos” una frase que me quedó grabada en la mente desde entonces. Muchos profesores ven a los alumnos como personas sin conocimiento y eso me parece que está mal porque una persona no llega a la escuela o al liceo por ejemplo sin saber nada, es imposible que esto pase, pero aun así estos profesores los tratan como seres sin conocimiento. Ese tipo de situaciones están mal, los profesores si bien obviamente no están en la misma posición que los alumnos tienen que comprender que los alumnos siempre traen, inclusive si no saben del tema, alguna pequeña idea sobre que se trata.