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Algo que encuentro interesante y que muchas veces se repite es la forma en

que los maestros siempre, o al menos en la gran mayoría de veces, escuchan


a sus alumnos con atención, mientras que son pocos los alumnos que si
prestan atención a lo que un maestro les dice, y muchos los que ni siquiera
escuchan lo que el maestro habla.
Para mí (Diego), una persona que sufre de déficit de atención, es muy
importante concentrarme lo más posible en lo que estoy estudiando o
escuchando porque me puedo distraer con la más mínima cosa. Debido a esto
durante la pandemia, cuando tuve clase virtuales, se me hacía muy difícil estar
escuchando a los profesores, y el problema venia cuando la clase era de una
materia que no me gustaba, cuando eso pasaba muchas veces me terminaba
perdiendo a la mitad y luego no entendía por lo que me frustraba. A su vez,
algunos de mis profesores no estaban muy entusiasmado con eso de la
virtualidad, y esto sumado a que muchas veces había problemas con la
conexión las clases terminaban siendo un desastre.
Algunos de mis profesores parecían sentirse desanimados por ese cambio tan
brusco en la forma de enseñanza por lo que varias veces se les notaba
desanimados o sin interés de dar la clase, por lo que para alguien como yo eso
era totalmente devastador. Podía pasar que los profesores mandar cientos de
tareas para luego no corregirlas o directamente ni siquiera mandar tareas,
algunos optaban por dar las clases, pero solo para mandarnos a leer cosas y
no enseñarnos en sí. Me pasó que en el primer año de la pandemia cuando yo
estaba en quinto del liceo, un profesor envió una tarea la cual terminó
corrigiendo meses después de.
Muchas veces mientras estaba en clases las cuales se volvían pesadas, no
por el hecho de que tuvieran mucha información, sino por la forma en que el
profesor las daba y como parecía no interesarle el tema, se me hacía imposible
no desviar mi mirada a la barra de herramientas y buscar el reproductor de
música para escuchar música o abrir el buscador y ponerme a leer cosas por
mi cuenta. Muchos de mis compañeros terminaban yéndose de la clase al ver
la poca energía que le ponían los profes, aunque muchos intentaban ayudarlos
de todas las formas posibles como darle ideas de que tipos de trabajos hacer y
cosas así.
Algo que me pasó también en el tiempo durante el cual tuvimos clases
virtuales en 2020, el primer año de la pandemia, es que algunos alumnos se
burlaban de los profesores por no saber usar la tecnología, algo que a otros
compañeros y a mí nos parecía muy mal debido a que teníamos que
comprender que estos profesores venían desde hacía décadas, desde que
empezaron a dar clases hasta ese momento, dando clase en la forma
presencial tradicional, por lo que capaz se veían abrumados por tener que usar
ese tipo de tecnología. Freire menciona en su libro sobre los maestros que no
pueden imponer la autoridad necesaria, y creo que ese es tema que es muy
importante, porque sin autoridad no hay orden, y más aún cuando estamos
hablando de una clase de una escuela, liceo, etc. Esto fue puesto a prueba
durante la pandemia, algunos de estos ejemplos ya los di unos párrafos atrás.
Otra cosa que también es importante y en algunos casos lo más importante, es
la relación de ese profesor o institución con los alumnos y sus familias, porque
sin una relación buena, la educación no se puede dar de buena forma, sin una
buena comunicación entre estos no se puede llegar a ningún lado. Muchas
veces podía pasar que alumnos entraran a clase pero no participaran o
directamente no entraran a las clases y a los profesores no les importaba, un
compañero que tuve nunca entro a las clases virtuales y cuando volvimos a
presenciales, le pregunte porque no había entrado a las clases virtuales y me
dijo que algunas veces fue porque no podía por problemas de conexión y otra
simplemente porque no quería, y en todo ese tiempo la institución ni el profesor
lo llamaron a él o a sus padres para preguntarles la razón, algo que nos pareció
extraño a mi compañero y a mí.
Algo que me pareció muy importante sobre lo cual opinar es sobre algo que
Freire menciona en su libro “Cartas a quien pretende enseñar”, en una parte
habla sobre como algunos profesores dan su visión ideológica y como algunas
veces la imponen en lo que enseñan, y como esto afecta a los alumnos y su
forma de aprender. Obviamente esto está completamente mal, los maestros y
profesores siempre tienen que buscar la forma de ser lo más imparciales
posible, y dejar que el alumno produzca a lo largo de su formación educativa su
propia visión del mundo y su ideología, algo que es fundamental para el
correcto aprendizaje de una persona.
Me tocó tener a varios profesores que siempre imponían sus visiones
ideológicas sobre lo que enseñaban y buscaban que los alumnos pensaran lo
mismo que ellos distorsionando hechos, algo que para alguien a quien le
interesa la historia como yo, le parecía totalmente mal, pero por miedo a no
poder pasar de clase por estar en contra del profesor/a me quedaba callado y
les hablaba a mis compañeros en privado y les explicaba porque no podían
aceptar eso y les decía que sus pensamientos debían basarse en sus propias
opiniones y no en las de otros.

Durante todos los años que he estado en el mundo de la educación, desde la


escuela hasta hoy en la educación terciaria, he visto muchas situaciones en las
que alumnos han puesto a prueba a profesores con variedad de formas desde
preguntas a acciones, las cuales algunas veces han sido de buena manera y
otras con maldad, en esos casos profesor puede ser puesto al límite, por lo que
siempre tiene que estar preparado para lo que puede pasar. Freire menciona
algo relacionado a esto en su libro también, “Uno de los engaños generados en
el seno de su exorbitante autoestima que la hace poco humilde, sería el de
sentirse herida por la conducta de los educandos, por no admitir que nadie
pueda dudar de ella. Humildemente, al contrario, es bueno admitir que todos
somos seres humanos y por eso inacabados. No somos perfectos ni infalibles”.
Esto fue demostrado en gran manera en la pandemia, donde muchos
profesores se vieron indefensos ante el tener que usar formas de enseñanza
que nunca habían usado.
Tenemos que tener en cuenta que muchas veces lo que un profesor aprendió
en el tiempo en que paso por la formación, tal vez hoy ya está muy cambiado o
está totalmente erróneo, un ejemplo son los profesores de historia,
constantemente tienen que estar renovando sus ideas, según la información
que va surgiendo. Cuando estaba en sexto del liceo me paso en una ocasión
de que un profesor pensaba, no sé si porque lo leyó hace mucho tiempo o no lo
hizo en una fuente confiable, que las notas de Albert Einstein en matemática
durante su tiempo como estudiante fueron muy malas porque casi todas eran
unos, algo que se sabe que es incorrecto, porque en Alemania en esa época la
nota máxima era uno. Esto desconcertó a ese profe cuando se lo dije,
“¿Enserio?, siempre pensé que lo sabía estaba bien, no puedo creer” y luego
de que le mostré varios artículos, los cuales no recuerdo el nombre ahora, me
dijo, “te agradezco por aclarármelo, muchas veces los profesores aprenden de
los alumnos” una frase que me quedó grabada en la mente desde entonces.
Muchos profesores ven a los alumnos como personas sin conocimiento y eso
me parece que está mal porque una persona no llega a la escuela o al liceo por
ejemplo sin saber nada, es imposible que esto pase, pero aun así estos
profesores los tratan como seres sin conocimiento. Ese tipo de situaciones
están mal, los profesores si bien obviamente no están en la misma posición
que los alumnos tienen que comprender que los alumnos siempre traen,
inclusive si no saben del tema, alguna pequeña idea sobre que se trata.

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