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El delito se desplaza a lo largo del tiempo, desde que se apunta como idea o

tentación en la mente, hasta su terminación; es decir, el delito recorre un sendero


o ruta desde su iniciación hasta su total agotamiento.

A este proceso se le llama iter criminis, (camino del crimen o del delito).

El camino del delito se divide en dos fases a saber: La interna y externa

1.- La fase interna del delito. Esta fase se desarrolla en la mente o psique del
individuo y en ella se presentan a su vez, las siguientes etapas:

a) La idea criminosa o ideación. Es cuando en la mente humana aparece la


tentación de delinquir, que puede ser acogida o descartada mentalmente por el
sujeto activo del delito (persona que transgrede la norma penal y realiza la
conducta descrita como delito). Si el sujeto le da albergue, permanece como idea
fija en su mente y de ahí puede surgir la deliberación; b) La deliberación consiste
en la meditación sobre la idea criminosa. Se trata de un análisis mental de los pros
y contras de llevar a cabo el delito. Si la idea resulta desechada, es anulada en la
mente misma, pero puede ocurrir que salga triunfante.

En la deliberación el sujeto delibera o reflexiona consigo mismo, puesto que hay


una lucha entre la idea criminosa y las fuerzas morales, religiosas y sociales
inhibitorias; y c) La resolución. A esta etapa corresponde la intención y voluntad de
delinquir. El sujeto activo, después de pensar lo que va a hacer, decide llevar a la
práctica su deseo de cometer el delito; pero su voluntad, aunque firme, no ha
salido al exterior, sólo existe como propósito en la mente.

De lo anteriormente expuesto se desprende que la fase interna del delito, resulta


irrelevante para el Derecho Penal y cuando se dice que la ley penal no ha de
castigar los pensamientos, significa que se sustrae de su dominio, toda la serie de
momentos que integran el acto interno, es decir, los pensamientos, deseos,
proyectos y determinación, mientras no hayan sido llevados a su ejecución, serán
irrelevantes para el Derecho Penal.

La fase interna tiene más importancia para la Criminología que para el Derecho
Penal, el cual como ya dijimos, no sanciona esta fase. A la Criminología le interesa
conocer los antecedentes mediatos del sujeto activo y al Derecho Penal, los
inmediatos, es decir, a la Criminología le interesa conocer los factores más lejanos
en el tiempo a la conducta criminal, y al Derecho Penal, lo que le importan son los
factores más cercanos, los detonantes o desencadenantes del delito. A fi n de
lograr una verdadera prevención, debe darse más importancia a la Criminología.

2. Fase Externa. Esta comprende desde el instante en que el delito se hace


manifiesto (manifestación) y culmina con la consumación (ejecución de todos y
cada uno de los componentes del delito). En este contexto, la fase externa
comprende a las siguientes etapas:

a) La manifestación. La idea criminosa sale de la mente al exterior, por lo


que surge ya en el mundo de relación, pero simplemente como idea o
pensamiento exteriorizado, antes existente sólo en la mente del sujeto. La
manifestación por regla general, no es incriminable, sin embargo, por excepción,
existen figuras delictivas, cuyo tipo penal (descripción legal de conductas
constitutivas de delito) se agota con la sola manifestación ideológica. Así, por
ejemplo, los artículos 282 del Código Penal Federal y 209 del Código Penal de la
Ciudad de México, sancionan al delito denominado “amenazas, cuya descripción
típica (legal) prohíbe y sanciona a quien amenace a otro con causarle un mal en
su persona, en su honor o en sus derechos, o en la persona, honor, bienes o
derechos de alguien con quien esté ligado por algún vínculo. En este caso, así
como en algunos otros, como en el delito de cobranza ilegítima, previsto por el
artículo 209 bis del Código Penal de la Ciudad de México, la simple manifestación
de la idea criminosa, consuma o tipifica el ilícito; puesto que el tipo penal se agota,
con la simple manifestación de requerimiento del pago de una deuda, ya sea del
propio deudor o de quien funja como referencia o aval, pero, además, se utilicen
medios ilícitos o efectúe actos de hostigamiento o intimidación. No obstante, lo
anterior, la simple manifestación de la idea criminosa por regla general no integra
delito.

b) La preparación.-Los actos preparatorios se producen después de la


manifestación y antes de la ejecución. Al respecto Jiménez de Asúa refiere que los
actos preparatorios no constituyen en sí, la ejecución del delito proyectado, pero
se refieren a él, en la intención del sujeto activo.

Bajo la anterior tesitura, Sebastián Soler, define a los actos preparatorios, como
aquellas actividades por sí mismas insuficientes para mostrar su vinculación con el
propósito de ejecutar un delito determinado y para poner en peligro efectivo un
bien jurídico dado. Los actos preparatorios se caracterizan por ser de naturaleza
inocente en sí mismos y pueden realizarse con fines lícitos o delictuosos; no
revelan de manera evidente el propósito o la decisión de delinquir. Por ello,
atinadamente Cuello Calón, refiere que en el acto preparatorio no hay todavía un
principio de violación de la norma penal.

El delito preparado, es un delito en potencia, pero todavía no real y electivo. El


pensamiento es casi unánime en el sentido de la no punición (castigo) de dichos
actos. Es decir, los actos preparatorios dentro de la fase externa, por regla
general, no tienen sanción penal, sin embargo, excepcionalmente llevan a una
sanción legal.

En concordancia con lo anterior, existen actos preparatorios penados, ya que en sí


mismos, son constitutivos de delito, así por ejemplo, en los delitos previstos por los
artículos 253 del Código Penal para la Ciudad de México y 164 del Código Penal
Federal, así como 2 de la Ley Federal Contra la Delincuencia Organizada,
relativos a la Asociación delictuosa y Delincuencia organizada, la legislación penal
sanciona el simple propósito de que tres o más personas se reúnan para delinquir,
distinguiéndose la asociación delictuosa, de la delincuencia organizada, en que
ésta última, requiere que la reunión para delinquir sea de forma reiterada o
permanente en la comisión de alguno de los delitos enumerados por el artículo 2
de la Ley Federal contra la Delincuencia Organizada, mientras que la asociación
delictuosa consiste en la conformación de una asociación o banda de tres o más
personas con el simple propósito de delinquir.

c) La ejecución. Esta etapa puede ofrecer dos aspectos diversos: La


tentativa y la consumación. Se llama consumación a la ejecución que reúne todos
los elementos genéricos y específicos del tipo penal (descripción legal), por lo que
el sujeto activo logra el resultado típico con su conducta.

Por su parte, la tentativa se actualiza cuando la resolución de cometer un delito se


exterioriza realizando, en parte o totalmente, los actos ejecutivos que deberían
producir el resultado típico, u omitiendo los que deberían evitarlo, sí por causas
ajenas a la voluntad del sujeto activo, no se llega a la consumación, pero se pone
en peligro el bien jurídico tutelado.

La tentativa será punible, siempre y cuando se presenten los requisitos previstos


por los artículos 12 del Código Penal Federal, así como 20 del Código Penal de la
Ciudad de México, es decir, el sujeto activo, deberá exteriorizar parte o la totalidad
de los actos ejecutivos que deberán producir el resultado típico u omitir los que
podían evitarlo, si por causas ajenas a su voluntad, no se llegó a la consumación,
pero se puso en riesgo el bien jurídico tutelado.

Bajo la anterior tesitura, podemos distinguir dos tipos de tentativa a saber: a) La


tentativa acabada, a la que también se le llama delito frustrado y consiste en que
el sujeto activo realiza todos los actos encaminados a producir el resultado, sin
que éste surja, por causas ajenas a su voluntad; y b) La tentativa inacabada,
conocida igualmente como delito intentado, consiste en que el sujeto deja de
realizar algún acto que era necesario para producir el resultado, por lo cual éste no
ocurre. Se dice que hay una ejecución incompleta.

Por último, cabe precisar que en los delitos culposos no se presenta la fase de iter
criminis, porque en ellos la voluntad no se dirige a la producción del hecho típico
penal, sino solamente a la realización de la conducta inicial. La vida del delito
culposo surge cuando el sujeto activo, descuida en su actuación, las cautelas o
precauciones que debe poner en juego para evitar la alteración o la lesión del
orden jurídico.

En consecuencia, el delito culposo, comienza a vivir con la ejecución misma, pero


no puede quedar en grado de tentativa, por requerir ésta de la realización de actos
voluntariamente encaminados al delito.

Es por lo anterior, que el artículo 18, párrafo tercero del Código Penal de la Ciudad
de México, refiere que obra culposamente el que produce el resultado típico, que
no previó siendo previsible o previó confiando en que no se produciría, en virtud
de la violación de un deber de cuidado que objetivamente era necesario observar,
es decir, en la culpa no existe la intención de producir el resultado típico, pues
dicha idea nunca pasó por la mente del sujeto activo, consecuentemente, no hay
iter criminis o camino del delito, ya que no se presenta la fase interna, es decir, en
la mente del sujeto no hay ideación, deliberación ni mucho menos resolución de
cometer un delito.

APLICAR LAS FASES A UN DELITO

Fase interna.

Los sujetos X, Y, Z, son personas que han pensado como conseguir mucho dinero
sin trabajar, pues les gusta el alcohol y las drogas, hábitos costosos, difíciles de
mantener.

Fase externa

Los sujetos X, Y, Z, se han reunido durante varias ocasiones para planear,


secuestrar, pedir un rescate y cobrarlo en contra del sujeto A.
Han seguido y espiado al sujeto A, durante varios días, de modo que han logrado
estudiar en qué etapa del día es más vulnerable.

Adquieren armas y planean el lugar que fungirá como casa de seguridad.

*La conducta humana reprochable

El dia treinta de febrero de dos mil veinte, los sujetos X, Y, Z, interceptan al sujeto
A.Lo llevan a su casa de seguridad y realizan llamadas a la familia del sujeto A.

Solicitan cantidad de dinero a cambio de dejarlo libre, mismo dinero que es


cobrado por los sujetos X, Y, Z.

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