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"En líneas generales, el iter criminis o camino del delito, es una serie de etapas o
fases por las que atraviesa en la psique del agente desde la génesis (ideación) hasta
la exteriorización de la conducta (consumación)"
Por
Autor Invitado
-
19 mayo, 2021
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Por Epifanio López Cantoral, Abogado por la Universidad Alas Peruanas, Maestrando en Ciencias
Penales por la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, Coautor de obras jurídicas, especialista
en materia penal, procesal penal, derechos humanos y afines.
1. Generalidades
El Iter Criminis (camino del delito), también conocido como grados de desarrollo del delito, lo que
significa que, cuando inicia y cuando termina el delito, es decir, es un proceso de realización del
delito, tanto interna como externa propia del comportamiento humano. La misma que presenta una
consecuencia jurídico-penal por lesionar o poner en peligro bienes jurídicos tutelados.
Asimismo, en el Derecho Penal existen dos figuras a saber: a) el derecho penal de autor, y b) el
derecho penal de acto; por el primero, se entiende que los pensamientos, ideas, etc., no son punibles;
por el segundo, las conducta exteriorizada o comportamiento humano sí son punibles, lo que
significa que al Derecho Penal le interesa el derecho penal de acto y, mas no, el derecho penal de
autor.
El delito, como toda obra humana, «nace, vive y muere» (MANTOVANI). Esa vida del delito se
conoce con el nombre de iter criminis. Ese camino vital abarca todas las fases de realización del
delito, que trascurre desde el momento en que nace en la mente del autor hasta el instante en que se
perfecciona su ejecución, pasando lógicamente por su necesaria manifestación de la resolución
criminal del autor en el mundo social[2].
Entonces, el iter criminis, está compuesto por dos fases principales: a) la fase interna (ideación –
deliberación – resolución o decisión) y b) la fase externa (actos preparatorios – actos de ejecución
(tentativa) – consumación – agotamiento). En ese orden de ideas se tocará algunos lineamientos
básicos al respecto.
2. Concepto
En palabras de PAVÓN VASCONCELOS, el iter criminis, que no es otra cosa que las fases a través
de las que se desarrolla el fenómeno jurídico al que llámanos delito, éste como producto del hombre
tiene un proceso que transita por etapas a las que en conjunto llámanos el iter criminis, que va desde
a ideación hasta el agotamiento. Para Carlos PARMA, el iter criminis es el derrotero que recorre el
delito desde la idea del autor, hasta que culmine plenamente objetivado en el mundo exterior.
En el mimo sentido alude ZAFFARONI, el iter criminis recorre desde la decisión que el autor toma,
en su esfera interior, hasta el agotamiento de la ejecución del delito. En este camino se dan sucesivos
momentos cronológicos, como la concepción, decisión, preparación, comienzo de ejecución,
culminación de la acción típica, acontecer del resultado típico y agotamiento del hecho.
En efecto, el iter criminis, es el camino del delito, es decir, es la génesis en que aparece en la psique
del agente la idea o pensamiento hasta el momento en que se lleva a exteriorizar o concretar el hecho
punible.
3. Fases
El delito tiene un proceso dentro del Derecho penal denominado iter criminis. El delito comienza
en la esfera interna del sujeto, como la ideación – deliberación – resolución o decisión. Aquí, termina
la fase interna y da comienzo a la fase externa con los actos preparatorios – actos de ejecución
(tentativa) – consumación – agotamiento. Como bien señala la doctrina penal, el “agotamiento” no
es relevante para el Derecho penal, dado que el delito ya está consumado, desde luego, no se descarta
una posición minoritaria que señala al “agotamiento” como parte de la fase de ejecución.
El estudio del iter criminis consistirá, por lo tanto, en establecer cuáles son estas fases del delito, así
como en determinar qué importancia tiene cada una de ellas desde el punto de vista del derecho
penal, es decir, constatar si el derecho penal va a intervenir o no en todos y cada uno de estos
momentos imponiendo sanciones, y, en su caso, cual es el fundamento de dicha intervención[3]. En
ese sentido tenemos:
La primera fase comprende, en esencia, actos mentales de voluntad interna, que pertenecen a la
psique del autor, por lo que sólo pueden tener significación moral. Estos actos representan la
ideación del delito, y son absolutamente irrelevantes a efectos penales: de internis non curat preator,
se decía en el Derecho romano, y también: cogitaciones poenam nemo patitur, esto es: de lo interno
no se puede ocupar el Derecho penal, es decir, el pensamiento no delinque[4].
b) Deliberación.- Consiste en la elaboración y desarrollo del plan delictivo, es decir, es el
planeamiento del delito a cometer, la forma o circunstancia a darse; por ejemplo: “A” quiere robar
a “B”, para ello, se vale del uso de un arma de fuego, la misma que lo realizara durante la noche y
en lugar poco transitado por personas.
En esta etapa hay una lucha interna entre la idea y la repulsa moral al delito, puede el hombre por
su inclinación al bien –según nuestra particular apreciación de la conducta humana– rechazar la
reflexión criminal, como puede acontecer que los mecanismos de inhibición no sean suficientes y
el hombre resuelva en su intimidad (subjetividad) delinquir[5].
c) Resolución o decisión.- Consiste poner en práctica o exteriorizar el plan delictivo; por ejemplo:
“A” decide robar a “B” mediante una pistola y durante la noche.
Entonces, en los tres momentos de la fase interna del delito son irrelevantes para el Derecho penal,
no son punibles; es decir, el pensamiento no delinque, la misma que se traduce en el
aforismo “cogitaciones poenam nemo patitur”.
a) Actos preparatorios.- Los actos preparatorios del delito son actos exteriores que no consisten
en la ejecución sino en la preparación de un hecho delictivo. Se encuentran, pues, en su estadio
conceptualmente anterior a la ejecución: en el estadio de preparación que precede a la realización
ejecutiva. Estos actos son, por regla general, impunes. Únicamente, en algunos delitos
especialmente relevantes, el legislador decide sancionar (no solo su ejecución, sino también) su
preparación[6]. El citado autor nos da a entender que en ciertos delitos son punibles, ello se traduce
a partir de las razones político-criminales, entre ellas tenemos: la conspiración, proposición o
provocación respectivamente.
Los actos preparatorios carecen de relevancia para el Derecho penal, son impunes, en otras palabras,
presentan un insuficiente contenido delictivo. En palabras de MAURACH, en ciertos casos, no
alcanzan siquiera la zona de lo típico, y en otros no llenan el cuadro rigurosamente circunscrito de
la figura legal. Y puesto que la conminación penal decide no solo como, sino también si debe
castigarse una conducta, estas acciones en principio serán irrelevantes para el derecho penal[7].
b) Actos de ejecución (tentativa).- Los actos ejecutivos comprenden aquellas secuencias del iter
criminis que representan la realización ejecutiva, y no meramente preparatoria, del delito[8]. Los
actos ejecutivos aparecen con la exteriorización del pensamiento humano mediante conductas que
tienen una determinada finalidad[9].
Los actos de ejecución, que representa el límite superior en la fase externa del iter criminis, si carece
de relevancia penal, es decir, son punibles las conductas concretas o exteriorizadas como tal.
En efecto, la consumación es relevante para el Derecho penal y, por consiguiente, son punibles, al
respecto BRAMONT-ARIAS, distingue dos tipos de consumación:
Bibliografía y Referencias
ALCÓCER POVIS, Eduardo. Introducción al Derecho Penal – Parte General, Jurista Editores Lima,
2018
BRAMONT-ARIAS TORRES. Luis Miguel, Derecho Penal – Parte General, Eddili, Lima, 2006
MAURACH, Reinhart. Tratado de derecho penal, traducido por Juan CÓRDOVA RODA, T.II,
Ediciones Ariel, Barcelona, 1962
MORENO TORRES, María Rosa. La tentativa de delito en la legislación penal española, En: Teoría
del delito, Instituto Pacifico, Lima, 2015.
POLAINO NAVARRETE, Miguel. Derecho Penal – Parte General, Ara Editores, Lima, 2015.
WELZEL, Hans. Derecho Penal Alemán – Parte General. Traducción por Juan BUSTOS
RAMIREZ y Sergio YÁNEZ PÉREZ, Editorial Jurídica de Chile, Santiago de Chile, 1993.
ZAMBRANO PASQUEL, Alfonso, Derecho Penal – Parte General, Ara Editores, Lima, 2006.
[1] WELZEL, Hans. Derecho Penal Alemán – Parte General. Traducción por Juan BUSTOS
RAMIREZ y Sergio YÁNEZ PÉREZ, Editorial Jurídica de Chile, Santiago de Chile, 1993, p. 221.
[2] Vid. POLAINO NAVARRETE, Miguel. Derecho Penal – Parte General, Ara Editores, Lima,
2015, p. 571
[3] MORENO TORRES, María Rosa. La tentativa de delito en la legislación penal española, En:
Teoría del delito, Instituto Pacifico, Lima, 2015, p. 276
[7] MAURACH, Reinhart. Tratado de derecho penal, traducido por Juan CÓRDOVA RODA, T.II,
Ediciones Ariel, Barcelona, 1962, p. 166.
[9] BRAMONT-ARIAS TORRES, Luis Miguel. Derecho Penal – Parte General, Eddili, Lima,
2006, p. 345.
[10] ALCÓCER POVIS, Eduardo, Introducción al Derecho Penal – Parte General, Jurista Editores
Lima, 2018, p. 264.