Está en la página 1de 6

Trabajo final de Desarrollo y Aprendizaje Motriz

Alumnos: Oyola Fernando, Fernandez Federico

Docente: Gustavo Ranzuglia

Curso: 2 EM
El siguiente informe, contendrá el proceso metodológico de construcción de la
habilidad motriz de lanzamiento en los 7 años. El objetivo de nuestra propuesta no
será enseñarle a cómo lanzar, si no a trabajar su capacidad en la precisión.
Como ya mencionamos, la habilidad motriz a desarrollar será el lanzamiento, el cual
es definido por Batalla (2000) como ''la acción de desprenderse de un objeto
mediante un movimiento vigoroso de uno u ambos brazos”.
Comprendiendo la definición de lanzamiento, analizaremos el fundamento de Ruiz
Perez sobre su analisis del lanzamiento; el niño debe tener unas ciertas condiciones
previas para poder trabajar la precisión, encontramos en el texto de Ruiz Perez
(2001) que se realizó un análisis de la literatura sobre el desarrollo motor infantil que
nos muestra cómo existen estudios e investigaciones que han empleado el
lanzamiento, en sus diferentes modalidades y formas, como ejes centrales de sus
trabajos. Así, la investigación encontró que entre los 5 y 6 años el 74% de los niños
ya eran lanzadores eficaces.
Comprendiendo dicho análisis, consideramos oportuno el desarrollar la precisión ya
que es posible ver que los niños y niñas de nuestra edad a trabajar, su capacidad de
lanzar debería ser muy buena.
Vista la fundamentación planteada para desarrollar la precisión, pasaremos a
analizar el patrón maduro del lanzamiento planteado por Mc clenaghan y David L.
Gallahue (1996) como
“En la preparación el brazo se desplaza hacia atrás y el codo opuesto se
eleva para equilibrarse, el codo que ejecuta se desplaza hacia delante en
forma horizontal mientras se extiende, el antebrazo rota y el pulgar acaba el
movimiento mirando al suelo. El tronco rota hacia el lado por el que se realiza
el movimiento durante la preparación, el hombro que lanza desciende
ligeramente, se produce una rotación de caderas, piernas, columna y
hombros durante el tiro. En la preparación el peso cae sobre el pie retrasado
y a medida que el peso se desplaza el pie retrasado da un paso hacia
delante. “
Este patrón maduro, se divide a su vez en tres estadios, el inicial, elemental y
maduro, también planteado por Gallahue, es posible decir que la persona se
encuentra en un estadio maduro, estadio en el cual se integran todos los
componentes del movimiento en una acción bien coordinada e intencional, el
movimiento recuerda el patrón motor de un adulto hábil.
Continuando con la línea de las habilidades motrices, consideramos importante
introducir al lanzamiento dentro de una clasificación, consideramos importante el
hecho de clasificarlas ya que esto nos permitirá comprender la tarea a realizar y la
estructuración de un entorno de aprendizaje favorable; primero nombraremos una
clasificación más general guiada por el nivel de complejidad de adquisición de estas,
como las habilidades motrices básicas, las genéricas y las específicas. Al
lanzamiento lo introduciremos dentro de las básicas, siendo estas las menos
complejas, ya que nos va a servir como punto de partida para el desarrollo de los
otros tipos de habilidades. Dentro de las habilidades motrices básicas, encontramos
otros tres tipos de clasificación, que son las locomotrices, manipulativas y de
estabilidad; colocaremos al lanzamiento dentro de las habilidades manipulativas, ya
que en estas se realizan movimientos de manipulación gruesa y fina, se imprime
fuerza a los objetos o personas.
Sin embargo, consideramos importante tomar aportes de otros autores, como lo es
Gentile (1972), el cual toma aportes planteados por Poulton, este realizó una
distinción entre dos criterios de clasificación, la naturaleza de control del entorno, es
decir, el condicionamiento del entorno para realizar la acción; las dividió en los tipos
de carácter cerrado y de carácter abierto. Y el otro criterio para la distinción, es la
naturaleza del movimiento, es decir, el tipo de movimiento utilizado en la habilidad,
dándonos así dos tipos de esta, las de ajuste corporal y las de manipulación de
objetos, clasificación en la que introduciremos al lanzamiento.
Aunque consideramos que esta clasificación planteada por Gentile es de las más
adecuadas, también tomaremos la clasificación planteada por Herkowitz (1979), que
pese a ser un sistema limitado, es el más adecuado en la planificación y diseño de
las tareas motrices, ya que ilustra muy bien y de manera simple los niveles de
complejidad de las actividades. En este sistema, se utiliza un cuadro en el cual se
toma registro de todas las variables que se puedan utilizar y notar a la hora de
desarrollar una habilidad.
Avanzando sobre los temas, encontramos la necesidad de hablar sobre la etapa de
desarrollo de la persona. A los 7 años esta entra en la llamada etapa escolar del
desarrollo motor, caracterizada por Granda y Alemani (2002) como
“(...)nuevo periodo de cambios en los niños: a) aumenta el contacto con los
compañeros de forma más continuada y estable; b) poco a poco comienza la
independencia de la familia; c) se empieza a despertar el interés por su grupo
y d) mayor contacto con el mundo de los adultos, asimilando sus valores y
normas.” (p.65)
Estos, además la describen como una etapa importante ya que se empieza observar
una riqueza en las conductas motrices.
Otra teoría que consideramos a la hora a analizar, es la planteada por Piaget,
planteando cuatro etapas de desarrollo, pero específicamente ubicaremos a la
persona dentro de la etapa de las operaciones concretas comprendida desde los 7 a
los 11 años, en este periodo, la persona debería ser capaz de utilizar operaciones
lógicas. Otro aporte que consideramos importante también de Piaget, acerca de su
teoría cognoscitiva, es el desarrollo de los esquemas motores, que consiste en una
representación mental correspondiente al conocimiento sobre lo que tiene que
hacer, en este caso, que la persona tome sus esquemas motores anteriores y los
emplee para lanzar de manera precisa.
Pasando un poco hacia el aprendizaje, vamos a tomar la definición planteada por
Lawther (1978), alegando que el aprendizaje motor es un cambio relativamente
permanente fruto de una experiencia significativa y una práctica motivada, lo que
supone un cambio en la conducta.
Bajo esta línea, creemos que es posible ubicar la fase de aprendizaje en la que se
encuentra nuestra persona, de las que hablan Famose y Durand, en una fase
asociativa, fase en la cual la persona es capaz de realizar una acción de manera
exitosa en un ambiente favorable en el que no existan elementos que afecten el
desarrollo de la misma, ya que el gesto de la persona a la hora de lanzar es muy
bueno, sin embargo en la mayoría de las ocasiones su lanzamiento no es efectivo.
Poniendo en juicio que su lanzamiento no es efectivo, lo vamos a anclar con lo que
dice Leplat (1987) donde para hacer una definición del término de habilidad motriz
debería comprender con ciertas características:
● Su relación con la idea de competencia
● Su carácter finalista
● Su carácter organizado
● Su necesidad de ser aprendidas
● Su carácter de eficiencia
● Sus características de flexibilidad y adaptabilidad
En estas características recién nombradas encontramos que el problema en su
lanzamiento es en su carácter de eficiencia ya que no es efectivo y preciso. Desde
este punto y entendiendo que el sujeto si cumple con las demás características por
medio de su flexibilidad y adaptabilidad buscaremos trabajar el lanzar de forma que
a través de ajustes que el haga mediante la repetición de los ejercicios que
planteamos se pueda generar una mejoría.
Yendo a la tarea motriz en sí, durante el inicio de la construcción metodológica de la
enseñanza, será con un enfoque meramente conductista, con el fin de que la
persona comprenda el ejercicio planteado y cumpla con los requerimientos de tal.
Ya con la primer tarea realizada, las siguientes actividades tendrán un enfoque
relacionado a la teoría cibernética, planteada por Wiener, con el fin de que la
persona realice un feedback intrínseco, intentado de que utilice los conocimientos
que posee en su interior, sin ayuda del docente; en el caso de que la persona no
sea capaz de realizar las actividades, intentaremos ayudar mediante un feedback
extrínseco, brindando las herramientas o ajustes necesarios para que sea capaz de
cumplir los objetivos.
Las tareas motrices con las cuales trabajaremos la precisión, son las siguientes:
Para comenzar, dibujaremos en la pared un círculo de 40 centímetros, la alumna se
colocará a 4 metros de la pared y con una pelota púlpito deberá lanzar hacia el
círculo dibujado en la pared. Avanzando con la progresión, utilizaremos la misma
actividad y el mismo tamaño de círculo, pero aumentaremos la distancia a 6 metros
de la pared. Por último, avanzaremos con la última progresión, utilizando la misma
actividad pero disminuimos el tamaño del círculo a 30 centímetros.
Para finalizar, vamos a contextualizar desde donde nos paramos para plantear estás
tareas motrices, usamos a Rushall y Siedentop (1972) el cual lo define como "Sería
serie de conductas que conducen a una final específica", la cual tiene un carácter
finalista la cual se programan y practican para conseguir un objetivo o subobjetivo
concreto.
Bibliografía:
- Melchor Gutierrez y Luis Miguel Ruiz Perez “Desarrollo, comportamiento
motor y deporte”. (2001)
- Albert Batalla Flores “Habilidades Motrices”. (2000)
- Mc Clenaghan y Gallahue, David L “Movimientos fundamentales: su
desarrollo y rehabilitación”. (1996)
- Sgariglia, Néstor Alejandro “Desarrollo motor: conceptos, teorías y
habilidades motrices”. (2015)
- Juan Granda Vera, Inmaculada Alemany “Aprendizaje y desarrollo motor:
Una perspectiva educativa”. (2002)

También podría gustarte