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1.- Introducción
En este capítulo vamos a utilizar la producción de vino como esquema para estudiar los
principios básicos de la microbiología industrial y de la biología de microorganismos. Más
adelante estudiaremos otros procesos de producción industrial con un mayor detalle.
El desarrollo de una fermentación industrial incluye dos tipos de procesos denominados, por
sus nombres en inglés, procesos upstream y procesos downstream. Los procesos upstream
comprenden la selección y preparación del microorganismo, la preparación del medio de
cultivo y de las condiciones de fermentación (cultivo). Los procesos downstream incluyen la
purificación del producto y el tratamiento de los residuos de la fermentación.
En el proceso de fermentación del mosto de uva para producir vino, podemos distinguir los
procesos upstream de la selección y preparación de cepas de levadura, tratamiento del mosto y
acondicionamiento de loas condiciones de fermentación. Los procesos downstream
comprenden, en este caso, el tratamiento del vino para su clarificación y el de los residuos del
proceso.
Los productos fabricados por fermentaciones industriales pueden agruparse grosso modo en
dos clases:
(1) los productos de gran volumen y bajo valor (en este grupo se incluyen los productos
alimenticios, bebidas, aditivos alimentarios y algunos productos químicos producidos
por fermentación) y,
(2) los productos de bajo volumen y alto valor (los fármacos, por ejemplo).
Por otro lado, hay que señalar que tienen origen en fermentaciones industriales un gran
número de productos de uso cotidiano que pertenecen a diferentes grupos:
Se trata de una fermentación para la fabricación de un producto de gran volumen y bajo
valor añadido. En el proceso, un hongo (Saccharomyces cerevisiae) crece utilizando el azúcar
(glucosa) presente en el mosto de uva para producir alcohol. El proceso puede esquematizarse
como sigue:
Vamos a utilizar el estudio de la fermentación del vino para revisar los factores que
intervienen en un proceso industrial estudiando en los próximos apartados
El microorganismo (hongos)
El crecimiento de microorganismos
El medio de cultivo
El proceso de fermentación
La levadura Saccharomyces cerevisiae es un hongo ascomiceto unicelular. Los hongos son
organismos eucarióticos (sus células tienen una organización interna en orgánulos
membranosos) quimioheterótrofos. A continuación vamos a explicar el concepto de
quimioheterótrofo y a describir los principales grupos de hongos.
Los organismos necesitan carbono y energía para poder crecer. En la naturaleza las fuentes
de energía pueden ser químicas (energía presente en los enlaces de compuestos químicos) o
lumínica (energía de la luz que se transforma en energía química). Por otra parte, las reaccines
de óxido-reducción que tienen lugar en los seres vivos requieren donadores de electrones que
pueden ser orgánicos o inorgánicos.
Por último, el carbono puede encontrarse de dos formas, como carbono orgánico y
como carbono inorgánico (CO2). La combinación de estas posibilidades da lugar a las
diferentes categorías de microorganismos en función de su nutrición:
Fuente de Fuente de Fuente de
Tipo de nutrición Ejemplo
energía electrones carbono
Quimiótrofos Química - - -
Fotótrofo Luz - - -
Organótrofo - Comp. orgánico - -
Litótrofo -
Comp. inorgánico - -
Autótrofo - - Inorgánico
-
Heterótrofo - - Orgánico
-
Bacterias, hongos,
Quimioorganó
Química Comp. orgánico Orgánico
(hetro)trofo
animales.
Quimioliot(auto)
Química Comp. inorgánico Inorgánico
trofo Algunas bacterias
Como puede verse, las bacterias presentan una gran versatilidad metabólica. Mucho mayor
que la que presentan plantas, animales u hongos. En cualquier caso, los principales
microorganismos de interés aplicado industrial pertenecen al grupo de los quimioheterótrofos.
Es importante tener en cuenta que en el crecimiento micelial, sólo el borde de la colonia (las
puntas de las hifas) crece. La parte central de una colonia micelial está formada por células
viejas mientras que el borde de la colonia está formado por células jóvenes. Las células jóvenes
se encuentran en trofofase (fase de alimentación y crecimiento), mientras que las células viejas
se encuentran en idiofase (fase de diferenciación). Cuando observamos una colonia micelial
(por ejemplo una colonia de moho sobre una naranja), el crecimiento de la colonia se produce
sólo por el borde de la parte mohosa y en la parte central de la colonia se produce la
diferenciación que dará lugar a la formación de las esporas y a la aparición del color verdoso
característico.
Las células jóvenes desarrollan la mayoría de la actividad metabólica del hongo, liberando
enzimas al medio y absorbiendo los nutrientes. La zona central, por otra parte, tiene células en
las que se acumulan las substancias de reserva que pueden ser necesarias para que el micelio
colonice nuevas zonas pobres en nutrientes (por ejemplo, cuando el moho de una fruta
comienza a extenderse por la fuente de plástico en la que se encuentra) o cuando el hongo se
diferencia (por ejemplo, cuando produce esporas o cuerpos fructíferos).
El crecimiento de un hongo como levadura o como hongo filamentoso está, en algunas
ocasiones, regulado por condiciones ambientales, de forma que un mismo hongo puede crecer
en ciertas situaciones como levadura y en otras como hongo filamentoso (por ejemplo, los
hongos patógenos ustilago maydis y Candida albicans).
Otro aspecto importante a tener en cuenta es que la pared celular de los hongos (levaduras y
filamentosos) es diferente de la de las bacterias y de la de las plantas. La pared celular de
bacterias está formada por peptidoglicano, mientras que la de hongos por quitina y
polisacáridos (glicanos) y la de las plantas por celulosa.
Por último hay que recordar que como organismos eucarióticos que son, los hongos tienen
su núcleo diferenciado en el interior de la célula, tienen varios cromosomas, la división celular
se produce por mitosis (proceso que no ocurre en bacterias) y la producción de células sexuales
por meiosis.
La clasificación de los hongos es muy compleja y aquí vamos a ver sólo lo más simple para
poder seguir el curso. La clasificación se basa en dos criterios: (1) si las hifas están tabicadas
(divididas en células) o no y (2) dentro de los hongos con hifas tabicadas, en la organización de
las esporas sexuales.
Las células aisladas cultivadas en un volumen finito de medio de cultivo apropiado van
utilizando los nutrientes que tienen disponibles con la mayor eficiencia y rapidez que pueden,
sintetizando sus propios componentes celulares y dividiéndose en cuanto han podido duplicar
su masa y su material genético. El tiempo que tarda una célula en hacer todo lo anterior es lo
que conocemos como tiempo de generación y puede variar desde unos 20 minutos en
condiciones óptimas hasta varios meses en condiciones del suelo. Cada vez que transcurre un
tiempo de generación, el número de células se duplica, siguiendo, por tanto, un incremento
exponencial.
Las ecuaciones exponenciales son muy difíciles de manejar gráficamente, por ello es mejor
transformarlas en algo más simple, como puede ser una recta.
Para transformar las ecuaciones anteriores en una recta, tomamos logaritmos en los dos
términos y resulta:
Esto es: el logaritmo del número de células crece linealmente con el tiempo a razón de una
constante igual a ln2/T. Si el tiempo de generación T es muy grande, el crecimiento tendrá
poca pendiente (será lento) y si T es pequeño el crecimiento será rápido.
esto es: el incremento del número de células (dN) por unidad de tiempo (dt) es proporcional al
número de células presentes en el cultivo (N). A la constante de proporcionalidad (µ) se le
denomina tasa de crecimiento y puede considerarse algo así como la probabilidad de que una
célula se divida en un tiempo determinado.
esto es: el incremento del logaritmo del número de células aumenta linealmente con el tiempo
siendo la constante de proporcionalidad µ. Comparando esta ecuación con la similar
presentada más arriba, podemos concluir que µ = ln2/T y, por consiguiente, que T = ln2/µ. Es
decir, que hay una correlación inversa entre el valor de la tasa de crecimiento (µ) y el tiempo
de generación.
Estas ecuaciones nos permiten predecir cuál será el número de células, masa celular, etc.
después de un cierto tiempo de cultivo (t) si conocemos µ; o bien, poder calcular la tasa de
crecimiento µ a partir de medidas experimentales del incremento en el número de células,
biomasa, etc.
El gráfico representa la variación de la biomasa (o número de células, etc.) de un cultivo (línea
roja) a lo largo del tiempo. En este cultivo, se va consumiendo un substrato cuya concentración
(línea azul) decrece de forma proporcional al crecimiento de la biomasa. Esta relación de
proporcionalidad puede expresarse de la forma siguiente:
Sin embargo, hay una cierta compensación entre la tasa de consumo del substrato y el
rendimiento de forma que los microorganismos que tienen altas tasas de consumo de substrato
tienen rendimiento más bajos (o cuando se dan las condiciones para una alta tasa, el
rendimiento disminuye). A esta correlación inversa se le conoce con el nombre de efecto
Pasteur.
Por último, nos falta relacionar la tasa de crecimiento (µ) con la concentración de substrato
(S). En condiciones de substrato abundante, la concentración de este no afecta al valor de µ;
pero cuando el substrato se hace limitante, sí existe ese efecto. La expresión matemática que
relaciona ambos parámetros se conoce con el nombre de ecuación de Monod y es la siguiente:
En esta ecuación la tasa de crecimiento (µ) depende de la máxima que puede alcanzar el
microorganismo, de la concentración de substrato y de un valor K s que representa la
concentración de substrato a la que se alcanza una tasa de substrato a la que se alcanza una tasa
de crecimiento igual a la mitad de la máxima.
La ecuación de Monod tendrá mucha importancia al tratar de cultivos continuos. Para que se
cumpla esta ecuación el rendimiento debe ser independiente de la concentración de substrato.
(1) la fase lag en la que el microorganismo se adapta a las nuevas condiciones y pone
en marcha su maquinaria metabólica para poder crecer activamente. La duración de esta fase es
variable y en general es mayor cuanto más grande sea el cambio en las condiciones en las que
se encuentra el microorganismo.
Podemos medir el crecimiento microbiano siguiendo diferentes parámetros algunos de los
cuales presentaré a continuación. No debemos olvidar que en condiciones de crecimiento
equilibrado todos los parámetros del cultivo evolucionan de forma proporcional y, por
consiguiente, midiendo uno de ellos (el de medida más fácil) podemos medir el resto.
1.- Las técnicas de recuento microscópico de células sin fijar usando microscopía de contraste
de fae. Para ello se cuenta el número de partículas en un volumen determinado usando una
célula de Petroff-Hauser o de Neubauer (portaobjetos modificado en e que una rejilla nos
permite conocer el volumen que estamos observando). El procedimiento es rápido y sencillo;
pero no permite distinguir células vivas inmóviles de células muertas.
2.- Contaje de partículas utilizando sistemas automáticos del tipo Coulter Counter. La
operación de estos sistemas es sencilla (método de empleo) y permite rápidamente determinar
el número de patículas presentes en una suspesión y la distribución de sus tamaños. El
problema es que no distingue entree células vivas y muertas ni entre células y agregados de
material insoluble presente en la suspensión del cultivo.
5.- Medida de peso seco. El sistema consiste en la filtración del cultivo a través de una
membrana que retenga las células y su posterior desecación hasta peso constante. El sistema,
obviamente, no diferencia células vivas de muertas y su sensibilidad es limitada.
6.- Medida del ATP. Es una medida relativamente sencilla basada en la emisión de luz por la
luciferasa de luciérnaga (Photimus pyralis) en presencia de O2 y de ATP. De esta forma se
puede medir la concentración de ATP en un volumen dado de cultivo. Esta medida es
interesante porque la concentración de ATP decae rápidamente en las células muertas, de
forma que esa medida indirecta detecta únicamenta las células vivas.
Los sistemas de medida del crecimiento celular se han adaptado técnicamente para poder
ser utilizados como sistemas online. En una opración on line no es necesario extraer la muestra
del cultivo para realizar la medida. Esto es muy importante en el caso de fermetaciones en gran
volumen porque permite realizar medidas en tiempo real y disminuye los riesgos de
contaminación.
Antes de cerrar este apartado hay que señalar que en la naturaleza hay muchísimos más
microorganismos de los que podemos detectar por la mayoría de los sistemas de recuento. De
hecho, se estima que en el suelo o en el agua podemos cultivar únicamete proporciones
menores al 1% de los microorganismos vivos. Esto es debido a varias causas entre las que se
cuenta la falta de medios de cultivo adecuado, la dependencia de otros microorganismos para el
cultivo debido a procesos de sintrofía y la oligotrofía (inhibición por altas concentraciones de
nutrientes) que muestran algunos microorganismos.
Una vez visto cómo podemos seguir la evolución de un cultivo, vamos a recordar que en un
proceso de crecimiento equilibrado todos los parámetros del cultivo evolucionan manteniendo
unas proporciones constantes. Por tanto, la medida (seguimiento) de cualquiera de los factores
nos permite seguir la evolución de los otros.
Temperatura
Además de los indicados existen organismos hipertermófilos que pueden crecer a
temperaturas cercanas o incluso superiores a 100ºC en condiciones de alta presión. Son
microorganismos muy importantes desde el punto de vista ambiental; pero no tienen
aplicaciones actuales en agronomía o en microbiología industrial.
Los microorganismos psicrótrofos son mesófilos que pueden crecer a temperaturas bajas.
Esto es importante desde el punto de vista aplicado porque cuando se encuentran contaminando
alimentos, son capaces de crecer en condiciones de refrigeración (4 - 8ºC) y de producir
infecciones en los consumidores del alimento (30 - 35 ºC).
Los microorganismos deben ser cultivados a la temperatura adecuada para que su
crecimiento sea el deseado. En cualquier caso, hay que tener en cuenta los problemas derivados
de las altas temperaturas y controlar la de los fermentadores para evitar la esterilización de los
cultivos. Estas altas temperaturas, por otro lado, tienen interés aplicado en el campo de la
termodestrucción de microorganismos y en algunos procesos de fermentación en los que el
incremento de temperatura que se produce es capaz de eliminar los microorganismos mesófilos
patógenos presentes.
esto es: la fase de muerte también sigue una cinética exponencial y puede ser sometida a un
tratamiento matemático similar al usado para el tratamiento matemático del crecimiento. Si
representamos la variación del logaritmo del número de células supervivientes a un tratamiento
térmico realizado a una temperatura dada en función del tiempo de tratamiento, se obtiene una
gráfica como la siguiente:
el descenso del logaritmo de supervivientes es lineal con el tiempo. La recta tiene una
pendiente que permite calcular la velocidad de termodestrucción. Se define el valor D como el
tiempo necesario para que el número de supervivientes caiga al 10% del valor inicial (o, lo que
es lo mismo, para que el logaritmo del número de supervivientes se reduzca en una unidad). Si
consideramos N0 como el número de células al inicio del tratamiento y Nx el número de células
supervivientes después de un tratamiento de x minutos a una temperatura t, el tiempo de
termodestrucción se calcula de la siguiente manera:
Las unidades del D son minutos. El tiempo de termodestrucción (D) varía para cada
temperatura (de ahí el subíndice t) de forma que a mayores temperaturas el valor de D es
menor, es diferente para distintos microorganismos, distintos entornos y diferentes condiciones
fisiológicas.
De manera análoga a como el valor D indicaba el tiempo necesario para lograr que el número
de supervivientes se redujera al 10% de la población inicial, el valor z indica el incremento en
la temperatura (medida en número de grados) necesario para que el valor D se reduzca a la
décima parte del inicial. La fórmula incluida en la gráfica permite calcular el valor z cuando
conocemos el incremento de temperatura (t2-t1) y los respectivos valores D.
Los valores d y z varían para cada microorganismo y para cada condición. Las esporas, por
ejemplo, tienen valores D mucho más altos que las células vegetaticas de los mismos
microorganismos. Los microorganismos presentes en los alimentos, por otra parte, suelen tener
valores D más altos que cuando se cultivan en condiciones de laboratorio. Para poder
determinar las condiciones en las que hacer un tratamiento térmico para destruir
microorganismos es necesario dominar los conceptos de los valores D y z (ver problemas).
Es muy importante saber trabajar correctamente con los conceptos anteriores. Para ejercitarse
hay una colección de problemas en este enlace.
Otros tratamientos tecnológicos para destruir microorganismos (radiación, por ejemplo) son
susceptibles de tratamientos matemáticos similares a los descritos en esta sección.
21 de marzo de 2002
1.- Determinar el valor del tiempo decimal de termodestrucción a 116 ºC (D116) de un
microorganismo a partir de los siguientes datos de supervivencia al tratamiento
5 340.0
10 65.0
15 19.0
20 4.5
25 1.3
4.- Explicar qué se deduce de los datos de la tabla siguiente en la que se someten
diferentes tipos de alimentos a tratamientos térmicos a distintos valores de pH.
Valor de D (min.)
5.- Para un microorganismo determinado el valor D104.4 es 113.0 min. y Dr es 2.3 min.
Calcular el valor z.
6.- Calcular el valor de F0 de un tratamiento térmico para una muestra sabiendo que D90
= 15 min. y z = 18 ºC.